martes, 7 de enero de 2025

La hora de Venezuela

 

Se acerca la hora de la verdad en Venezuela. ¿Hora de la verdad? Bueno, no deja de ser una locución. Mejor sería indicar hora de la máxima incertidumbre, teniendo en cuenta los antecedentes y las circunstancias. El próximo viernes es la fecha: toma de posesión de Nicolás Maduro o de Edmundo González. O de los dos a la vez, vayan ustedes a saber. Porque ambos se proclaman ganadores de los últimos comicios presidenciales. Una papeleta.

Tomar posesión del cargo posibilitará a Maduro consolidar un conjunto de políticas que permitieron al gobierno poner fin a las escaseces y la inflación descontrolada que dominaron la mayor parte de sus once años en el cargo. Sin embargo, esas medidas ya no cumplen con las promesas socialistas auto-proclamadas por él y su predecesor y continúan despojando a Venezuela de su democracia. González ha dicho que tiene la intención de estar en Caracas el viernes, pero no ha explicado cómo piensa hacerlo ni cuáles son sus planes al llegar.


El mar de dudas es proceloso. ¿Quién debería ser juramentado como presidente? La incertidumbre es fruto de la falta de transparencia del gobierno en el manejo y anuncio de los resultados de la elección presidencial. El Consejo Nacional Electoral de Venezuela, lleno de leales al partido gobernante, declaró a Maduro ganador horas después de cerradas las urnas. Sin embargo, a diferencia de elecciones presidenciales anteriores, las autoridades electorales no proporcionaron recuentos detallados de votos, alegando que los dispositivos informáticos de recuentos fueron pirateados.

Sin embargo, en una llamativa operación que daba idea de lo bien organizada y preparada que estaba, la oposición recopiló actas de escrutinio del 80 % de las máquinas de votación electrónicas del país, las publicó en línea y dijo que los registros de votos detallados mostraban que González ganó la elección con el doble de votos que Maduro.

La condena global por la falta de transparencia llevó a Maduro a pedir al tribunal supremo del país, también lleno de aliados del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que auditara los resultados electorales. El tribunal, sin mostrar pruebas exhaustivas, posteriormente reafirmó la victoria de Maduro y alentó al consejo electoral a publicar los recuentos de votos. Pero las autoridades electorales nunca lo hicieron, y tampoco lo hizo el partido gobernante, cuyos representantes de centros de votación —al igual que los de la oposición— tenían derecho a las actas de escrutinio de cada máquina de votación.

A todas estas, el Centro Carter, con sede en Estados Unidos, al que el gobierno de Maduro invitó a observar la elección presidencial, ha dicho que las actas publicadas por la oposición son legítimas.

¿Qué harán los venezolanos?

El gobierno frecuentemente programa manifestaciones, especialmente cuando quiere mostrar fuerza en números, como el viernes. Maduro ha llamado a los venezolanos a salir a las calles ese día, pero no todos los que marchan con una camiseta progobierno lo apoyan. El gobierno a menudo coacciona a empleados públicos y beneficiarios de ayudas estatales para que participen en las manifestaciones.

Si la gente protestará contra Maduro el viernes aún está por verse, ya que la campaña de represión postelectoral del gobierno, que incluyó la detención de más de dos mil personas, ha tenido un efecto disuasorio. Y aunque los partidarios de la oposición decidan manifestarse, no está claro quién los encabezaría.

El pasado domingo, la veterana de la oposición María Corina Machado, auténtica lideresa y mentora de la resistencia opositora, instó a los partidarios a manifestarse el jueves en todo el país para sacar a Maduro del cargo.

Maduro no va a salir por su propia voluntad, debemos hacer que se vaya con la fuerza de una población que nunca se rinde”, dijo Machado en un video en redes sociales. “Salgan, griten, luchen. Es hora de mantenerse firmes y hacerles entender que hasta aquí llegaron. Que esto se acabó”.

Machado, quien ha estado escondida durante meses en un lugar no revelado para evitar ser arrestada, dijo a los partidarios que “estaré con” ellos el jueves.

Mientras tanto, González permanece fuera de Venezuela y los líderes de la oposición que a menudo lo acompañaban a él y a Machado en los mítines de campaña fueron encarcelados después de las elecciones.

Más dudas: ¿Quiénes asistirán a la toma de posesión? Se espera que estén presentes miembros de la Asamblea Nacional, ministros y aliados cercanos de Maduro dentro de Venezuela.

La oficina centralizada de información pública del gobierno no respondió de momento a una solicitud de la agencia de noticias, Associated Press para obtener una lista de los jefes de estado que han confirmado su asistencia.

Pero la lista podría ser muy breve ya que la crisis postelectoral del país ha aislado aún más a Maduro que ha afrontado severas críticas por la falta de transparencia en las elecciones de docenas de países, incluidos los vecinos Colombia y Brasil, cuyos líderes habían sido amigables con él en prácticamente todos los demás asuntos. Incluso intentaron intermediar un acuerdo de paz entre su gobierno y la oposición después de la votación de julio. Ninguno de los presidentes de esos países asistirá a la ceremonia del viernes y en su lugar enviarán representantes.

Supongamos que al final se impone Maduro. ¿Qué se se espera de su mandato?

La escasez de alimentos y la aguda inflación que caracterizaron la mayor parte de los once años de presidencia de Maduro han desaparecido, pero la prolongada crisis del país no tiene fin a la vista.

Hoy en día, el venezolano promedio debe hacer frente a un salario mínimo mensual de menos de 2 dólares, precios de alimentos en aumento, suministro irregular de combustible y un sistema de educación pública deficiente. Pero al mismo tiempo, según la versión de la citada agencia de noticias, unos cuantos afortunados con vínculos con Maduro y sus aliados se benefician de trabajos y contratos que les permiten pagar papel higiénico importado que cuesta 70 dólares, importar y vender vehículos, abrir restaurantes hechos para Instagram y ofrecer experiencias de turismo de lujo.

Esa desigualdad es precisamente la que se suponía que iba a desaparecer bajo las políticas que el mentor y predecesor de Maduro, el difunto presidente Hugo Chávez, describió como el socialismo del siglo XXI. Es de esperar que aumente a medida que el gobierno continúa luchando con una economía dependiente del petróleo paralizada por la limitada producción de crudo, la corrupción, la mala gestión, las sanciones económicas, el acceso al crédito firmemente restringido y la falta de inversión privada.

Antes de las elecciones, los votantes de todo el país dijeron repetidamente que ellos o sus seres queridos emigrarían si Maduro permanecía en el poder. Bajo su mandato, más de 7,7 millones de venezolanos ya han abandonado su país en busca de mejores condiciones de vida.

En fin, un país en la encrucijada, ante una tesitura sin precedentes. A lo largo de las últimas fechas, todo tipo de informaciones y de especulaciones se ha desatado. La clave: la posición de las Fuerzas Armadas. Mientras se explican los detalles de los anillos de seguridad, también se habla de deserciones masivas. Desde luego, hay que dirimir muchas diferencias. Ojalá que sin sangre y sin víctimas. Está en juego la suerte de un país.


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