La consejera de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias, Jessica de León, anunció el pasado viernes que su departamento iniciará el trámite para elaborar una nueva Ley de Turismo que sustituirá a la vigente norma, Ley de Ordenación del Turismo (Ley 7/1995) que vertebra la actividad turística en las islas.
El anuncio pone el acento en el cumplimiento de la agenda diseñada al principio de la legislatura, junto con el propósito de someter a aprobación la ley que regulará la vivienda vacacional en los territorios insulares.
La iniciativa de la consejería se justifica por sí sola. Sustituirá a un texto elaborado hace treinta años para atender a una realidad muy distinta a mla de nuestros días. “Eso nos obliga a impulsar una regulación adaptada al presente, que aborde los cambios de las últimas décadas y nos permita transitar hacia un modelo turístico sostenible y regenerativo”, manifestó la consejera Chacón en el momento de hacer sus previsiones.
En este sentido, la nueva norma regulará asentará la regulación general del sector, abarcando diferentes ámbitos como la planificación y la ordenación, las competencias de administraciones, la comercialización, la modernización de infraestructuras turísticas o la formación.
Estamos pues ante los propósitos de disponer de una normativa que debe responder a las exigencias de los tiempos actuales y futuros. Es un desafío para el sector cuyos agentes deben estar ya estudiando opciones y criterios pues es mucho lo que se juega. Si convenimos en la importancia de su peso en la productividad y en la trascendencia social del negocio turístico, si se acepta que hay amenazas y peligros y que la turistificación entraña algunos descontentos con tendencia alcista, la tramitación de la nueva Ley exige un debate consecuente, participativo, reflexivo y pragmático. Todas las voces son válidas y deben cristalizar en unas aportaciones sólidas y bien enfocadas.
Quedamos a la espera de los primeros borradores.
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