Han trasplantado un riñón a Pedro Ángel Gómez Barreto,
periodista deportivo, mitad portuense, mitad ramblero, siempre tinerfeño y, lo
que es más, permanentemente atento a la evolución del deporte en la zona norte.
Seguidor impenitente del fútbol regional, tomó el testigo de antecesores que
los fines de semana hacían lo imposible por mantener informado al personal de
todos los resultados de todas las categorías de todas las modalidades
deportivas.
En efecto, era usual ver a Gómez Barreto en canchas y
polideportivos, tomando notas, recibiendo informaciones de otros campos e
interviniendo en directo, telefónicamente, para los programas radiofónicos que
aguardaban su puntual testimonio informativo. Un todoterreno del periodismo
deportivo que incursionó, junto a José Manuel Martín y Gregorio Dorta, en la
edición de una revista, Peñón Deportivo, que circuló durante unos años
hasta que, como tantas otras cosas en el Puerto, desapareció. Ese trío editó
también un libro sobre la historia de un célebre Puerto Cruz-Silense que
significó un impulso extraordinario al fútbol portuense, hegemónico pocos años
después en el contexto regional.
Por lo tanto, Gómez Barreto es de los informadores
sensibles, de los que se ha interesado por el pasado del deporte y por su
presente. Aún hoy, alterna su labor funcionarial cotidiana en el Ayuntamiento
de San Juan de la Rambla, con el suministro de datos, crónicas y resultados a
varios medios escritos y audiovisuales. Por si fuera poca la actividad, aún se
le ve de presentador y animador de presentaciones de equipos y otros menesteres
deportivos. Su pregón de la cuarenta y seis edición del Trofeo Teide de fútbol
fue muy comentado. Por la exactitud de los datos y por su amenidad. Cuando lo
leyó, ya se le veía afectado. Aún así, cumplió con el encargo. La Asociación de
la Prensa Deportiva de Tenerife (APDT) le distinguió con su insignia de oro.
La fe y el entusiasmo de Pedro Ángel Gómez Barreto le
valen, por supuesto, para superar el quebranto de salud, de ahí que la lectura
del pregón del Trofeo Teide le sirviera de estímulo. Y a sus amistades y
compañeros, de gratificante compañía. Como ahora, saber de la noticia de su
intervención y de las ganas que pone en su superación. Estamos pendientes de su
evolución. Y deseamos una feliz y pronta recuperación: el deporte norteño le
sigue necesitando.
Su testimonio, desde luego, en aquella oportunidad,
fue muy valioso. Un buen amigo, un informador comprometido con el deporte, un
funcionario cabal. Ahora tiene que reponerse y salir adelante. Pues hay que
celebrar, entre otras cosas, el encuentro navideño de “Los magos del norte”,
cariñoso título con el que se agrupan los comunicadores deportivos de esta
zona. ¡Ánimo!
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