Lo
primero era la noticia y el libro que estaba siendo presentado ya iba
por la segunda edición. Hermana Radio
(canarias3puntocero), de José Antonio Pardellas Casas, premio
'Ondas' y 'Canarias' de comunicación, nacía, pues , con las
bendiciones de una demanda en consonancia con la asistencia al salón
de la séptima planta de “El Corte Inglés” en la capital
tinerfeña. Lleno hasta cerrar las puertas, gente de pie,
reencuentros, expectativas gratificantes, profesionales de ayer, de
hoy y de siempre, guiños y abrazos...
Hasta
los nervios pudieron con Pardellas. Allí estaban sus hijos Juan
Manuel para tranquilizarle y José Felipe para lo que pudiera
suceder. Loli, la fiel y paciente esposa, en primera fila, para
reconfortarle desde la cercanía. Allí le arropaban amigos y
compañeros en otra velada de magia radiofónica, con cierto pero
inevitable derroche nostálgico.
Vino
desde Madrid Diego Carcedo, ex director de Radio Nacional de España,
autor del prólogo, evocando el fiel apoyo de la persona a la que
confió la dirección de las emisoras territoriales, en un momento
clave de la restructuración de la radio pública española.
Pardellas no le defraudó. Juntos hicieron cosas que aún perduran.
Amigos para siempre.
Como
también lo es Domingo Álvarez, actual director de RadioTelevisión
Española en Canarias (TVC), el hombre que no desaprovechó la
oportunidad que le brindó Pardellas y con admirable espíritu de
superación llegó tan lejos con un peculiar modo de relatar en las
transmisiones de acontecimientos deportivos, siempre con el sello
canario.
El
autor de Hermana Radio había
logrado reunir a los de su generación y a quienes hoy se mantienen
en activo, con responsabilidades que ejercen con solvencia pese a la
competencia creciente y siempre para quitar razón a quienes hablan y
no paran de la crisis de la radio que, curiosamente, sobrevive a
muchos episodios y a muchas circunstancias que amenazan su propio
desempeño y que ahora habrán de afrontar el reto digital.
El
acto puso de relieve que febrero es un mes típicamente radiofónico:
el 13 se celebró el Día Mundial de la Radio; el 24 se cumplieron
sesenta años de la primera emisión, con un kilovatio de potencia,
de Radio Rebelde, uno
de los pilares del proceso revolucionario cubano con unos eslóganes
(indicativos) aún vigentes: “Sonidos para ver... la voz de un
país”. Y ahora, la obra de una voz singular, imperturbable.
El
acto, como el libro, fue un tributo, un reconocimiento a la
comunicación oral, a la solidaridad, a la dedicación, al tesón y
al empeño de querer emplear con imaginación y profesionalidad un
medio sin igual, que enamora en cualquier época, que “hermana”,
que acerca, que iguala, que estaba allí, en aquel acontecimiento
para dar fe de lo que sucedía, para demostrar que la inmediatez es
primordial, pero también para cultivarla con rigor y ofrecer un
producto que cautiva. Hasta se sumó, ya en el coloquio y desde el
patio de butacas, el humorista Juan Luis Calero que, en un breve
alarde, sacó a los personajes que ha ido paseando por las ondas a lo
largo de varios años.
José
Antonio Pardellas, en doscientas dieciséis páginas, con portada e ilustraciones de Víctor Jaubert, hurga en la
piel radiofónica de quienes -sobre todo, vocacionalmente- dieron voz
y hasta protagonizaron milagros técnicos a eso que llamamos magia.
La obra enriquece la ya densa bibliografía sobre la radio, en
particular la insular. La radio vitalista que es sangre que corre por
las venas de informadores, locutores y técnicos operadores de
control o sonido, los que nunca se ven pero están ahí, para alentar
la magia.
Hermana
Radio contribuye a que el
pensamiento radiofónico, la expresión ante los micrófonos, no sean
tan efímeros, no se evaporen tan pronto o se volatilicen a expensas
del archivo de grabaciones y conservación de éstas. Un pensamiento,
por cierto, que hace bien en reivindicar la creatividad en el medio,
un tanto perdida. Las nuevas tecnologías deben servir también para
eso.
Porque
la radio, tal como afirmó el escritor y académico francés,
Jacques Lacreitelle, “marca los minutos de la vida; el periódico,
las horas; y el libro, los días”.
Con
Hermana Radio, con su
presentación, volvimos a comprobarlo.
1 comentario:
Magnífico retrato del acto, Salvador. Gracias
Publicar un comentario