El
Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado sábado publica el Real
Decreto-Ley que faculta a los gobiernos municipales la posibilidad de
destinar sus superávit a un conjunto de inversiones financieramente
sostenibles, entre las que figuran las líneas de actuación
demandadas por la Federación Española de Municipios y Provincias
(FEMP) en materias como infraestructuras sociales, equipamientos
culturales, protección civil, educación e instalaciones deportivas,
entre otras.
Es
lo que conceptualmente se conoce como 'reinversión del superávit de
los ayuntamientos”, iniciativa en la que, efectivamente, la FEMP
volcó muchos afanes después de haber probado que las corporaciones
locales, en general, habían cumplido con las exigencias planteadas
por el Gobierno en la Ley de Estabilidad Presupuestaria para su
equilibrio financiero y su saneamiento contable. La norma recoge la
posibilidad de ejecutar la inversión en los años 2018 y 2019. El
importe total del superávit se eleva a unos cinco mil millones de
euros.
Según
confirmó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, las
corporaciones locales saneadas también podrán destinar el superávit
a adquisición de mobiliario y enseres de los servicios públicos que
puedan recibir estas inversiones, así como a los vehículos para
prestación de varios de estos servicios. Además, se flexibiliza la
autorización administrativa previa referida a que los ayuntamientos
deben solicitar a Hacienda para determinados proyectos de inversión
de algunos grupos de programas, al incrementarse de diez a quince
millones de euros el importe a partir del cual será requerida la
citada autorización. Al
hacerlo así, se facilita que las corporaciones tengan tiempo
suficiente para desarrollar los procedimientos de ejecución de gasto
y contratación y que puedan hacerlo hasta 2019, cuando se convoquen
las elecciones municipales, tal y como se acordó entre Hacienda y la
FEMP.
Sin
embargo, la medida no satisface del todo al PSOE cuya responsable
federal de Política Municipal, Susana Sumelzo, ha dicho que el
Gobierno ha tenido que hacer de la necesidad, virtud, ante las
dificultades para aprobar los Presupuestos Generales del Estado
(PGE). Duda Sumelzo de la flexibilidad apuntada “pues las reglas
del juego impuestas por Hacienda siguen siendo las mismas, y por
tanto, sucederá lo que en años anteriores, donde la reinversión
apenas ha rondado el 20 %”. El escepticismo socialista se eleva a
que “las medidas del decreto son escasas y no cumplen con las
expectativas generadas”.
La
contraposición de ideas se pone de manifiesto cuando, por un lado,
el ministro Montoro interpreta que, con estas medidas, las
instituciones locales podrán servir “mejor y más eficazmente a
los fines que les son propios”, tras el diálogo y el pacto
alcanzado con la FEMP entre formaciones políticas de muy diferentes
ideologías; mientras que, por otro, Susana Sumelzo entiende que los
ayuntamiento españoles seguirán teniendo difícil “hacer política
para las personas”, por lo que los socialistas -anuncia-
continuarán reivindicando la autonomía local que “no puede
materializarse sin competencias ni recursos suficientes para llevar a
cabo los programas, las medidas y los servicios públicos que se
necesitan para defender el Estado del bienestar”.
Conclusiones
provisionales a la espera de la aplicación del Real Decreto-Ley: en
un año preelectoral, con mayor o menor flexibilidad, los gobernantes
apurarán los recursos para lucir y justificar actuaciones, proclives
pues al despilfarro; en tanto que los problemas de fondo seguirán
latentes y la financiación de las entidades locales estará
revestida de las dificultades ya conocidas y el Estado del bienestar
proseguirá menguando.
1 comentario:
Es de desear que se invierta x prioridades, para ello habrá de valorarlo el personal competente. Lo social, en promer lugar, lo sanitario después...
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