Cierre
de temporada para los medios, aunque el Mundial continúa y seguirá
acaparando la atención mientras se palpan, en la guagua, en la
oficina, en la cafetería y en todos lados, las ganas de que llegue
el descanso vacacional.
El
cierre, ya con los exámenes hechos, deja estudios y estadísticas
que siempre llaman la atención, sobre todo cuando revelan alguna
conclusión no muy favorable, como la pérdida de oyentes que acumula
la radio en nuestro país, según la última entrega del Estudio
General de Medios (EGM), una especie de notas o evaluación antes de
las vacaciones. Los expertos tienen campo para debatir y analizar.
¿Qué pasa? ¿Merma de credibilidad, más confianza en otros canales
de comunicación, agotamiento de los comunicadores estelares o hasta
ahora preferidos?
Tantas
veces se ha hablado de la crisis de la radio como otras tantas de su
capacidad de superación para no arrugarse y sortear las aparentes
fuertes competencias que aparecían para luchar contra su
preferencia. Y sin embargo ahora, aun cuando pueda resultar prematuro
a la vista de los porcentajes del último EGM hablar de declive o
similar, hay que tomarse muy en serio esa caída de la audiencia que
se sitúa, además, en un punto muy concreto como puede ser el
enfriamiento de la tensión acumulada en Catalunya como consecuencia
del proceso independendista.
A
nuestro juicio, es más importante este hecho que la clasificación
de las cadenas. Si acaso, que Onda Cero (Atresmedia) es la que menos
oyentes pierde. Y que en la franja nocturna se mantiene también la
tendencia a la baja, ¡quién lo iba a decir! Los españoles, hasta
hace poco, se iban a la cama con la radio pero ahora parece que no,
que hay ofertas más seductoras, además de otras opciones
mediáticas. Habrá que mirar ya, dentro de nada, la incidencia de la
vía digital y de las plataformas sociales en esta reducción de la
audiencia radiofónica.
Y
sin embargo, otro estudio, de origen norteamericano y de ámbito más
amplio, acuñado por la firma Ogilvy y
titulado 2018 Global Media Influence Survey, señala
que la confianza en los medios de comunicación tradicionales, pese a
un descenso de unos veinte puntos porcentuales (que también es un
bajada notable), se sitúa en un 50,4 %, que es tanto como decir que
la prensa o la televisión siguen generando más confianza en el
público que la prensa digital o las propias redes sociales.
El
crecimiento de éstas es lo que llama la atención. En Norteamérica
son la segunda plataforma en la que más se confía, con un 17 %, un
aumento hasta de cinco puntos con respecto al año anterior. Hasta un
38,2 % de los periodistas encuestados opina que se deben establecer
lazos de colaboración entre las plataformas de redes sociales y de
noticias. Estos dos registros tienen su interés pues sirven para
aumentar el número de consumidores de la información cada vez más
dispuestos a pagar por noticias verificadas.
Lo
dicho, datos para el análisis y la reflexión, a escala global y
ceñidos a nuestro país. ¿Estaremos asistiendo a un nuevo ciclo en
la comunicación de nuestros días? Veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario