sábado, 2 de junio de 2018

HACEDOR DE IMÁGENES

Giran las islas.
Tiempo y espacio son
hojas al viento.
Es uno de los breves poemas que aparecen en el catálogo de la exposición paisajes pasajes, de José Manuel Arbelo Hernández (La Orotava, 1955), de Pepe Arbelo, suplementada con un trabajado de video art/animación fotográfica, isla project, de Domingo Mesa, e inaugurada con lleno absoluto en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC).
El director del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl (MACEW), Celestino Celso Hernández, tuvo a su cargo la presentación del que definió como “un proyecto fabricado e impulsado por él mismo y sus amigos, pese a los imponderables”. El proyecto, ciertamente, hace honor a la Sala Westerdhal, el espacio que acoge la exposición, siempre con horizontes generosos para que autores de toda condición den a conocer su creatividad. Hernández hasta lanzó un mensaje de mensaje de ánimo “para que ningún artista tire la toalla”.
Es la tercera performance de Arbelo en esa sala, “donde abundan lazos anímicos y emocionales”, dijo en un intento de resumir el ambiente en que se desenvolvía. Licenciado en Historia, profesor de enseñanza secundaria, casi tres décadas dedicándose a la fotografía con una formación autodidacta, “Pepe Arbelo -escribe Celestino Celso Hernández en el espléndido catálogo editado para la ocasión- se identifica a sí mismo como un imaginero, no desde luego como los escultores especializados en imágenes religiosas, sino como un hacedor de imágenes, más que como un fotógrafo, en el sentido habitual de este término”.
La serie de Arbelo tiene toda la originalidad de quien ha querido procesar, hasta enriquecerla, la imagen paisajística. El hacedor no se conforma sino que procesa mediante programas y técnicas que no desvirtúan aquélla: todo lo contrario, la vitalizan, la pulen, la perfeccionan y dan sentido a su imaginación que nos aproxima a una cierta visión idílica de sus volubles conceptuaciones en su recorrido incansable por la geografía insular.“El ojo pisa la luz como los pies pisan la arena. Las manos tocan el sol cuando se oculta. La huella inscrita desaparece con la marca”, dice un texto explicativo de una de las obras expuestas.
Lo acredita cuando puso la fotografía, la fotocomposición y el diseño visual en manos de Domingo Mesa que porfió con un juego de nubes, de tonos, de seres humanos semisumergidos en el mar, frente a las montañas, de sonidos de oleaje suave, de brisas imperceptibles y de aves en pleno festín, para un montaje audiovisual envolvente.
Paisajes pasajes se goza en cada contemplación de las piezas de Pepe Arbelo que desnudan su imaginación. Lo escribió muy atinadamente César Ubierna: “Porque hay paisajes que son buscados para defender la vida del desencanto. Refugio de nómadas que estén donde estén, constatan la orfandad de un mundo ya perdido. Espacio de querencias para hermeneutas del espacio tiempo que evocan la idea de un universo trascendente, que no está aquí ni ahora”.

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