Quienes abogamos en su día por la supervivencia de las
agencias de viajes, cuando parecía que los incontenibles avances tecnológicos y
los nuevos modelos y hábitos para gestionar los desplazamientos turísticos
barruntaban su desaparición, comprobamos ahora que el sector se consolida,
especialmente en el ámbito del empleo, donde los registros más recientes ponen
de relieve sus potencialidades, justo cuando se aprecian movimientos en el
negocio turístico que señalan una competencia considerable entre España y los
destinos que recobran posiciones o son emergentes.
Las
agencias, en los años dorados de la eclosión turística en las islas, fueron
fuente de información y de empleo. El trato personalizado, la confianza y la
profesionalidad fueron determinantes para que algunas firmas adquiriesen una
merecida fama de solvencia. Muchos ejecutivos y trabajadores de las agencias se
convirtieron en autónomos o emprendedores e hicieron de ellas su medio de vida.
Se pensó, antes de la crisis, que muchos establecimientos no soportarían las
penurias pero lo cierto es que han ido reabriendo o expandiendo, hasta
asociándose, de modo que siguen siendo un sólido pilar del negocio, del
movimiento turístico en general.
Por ello,
satisface comprobar que, entre los datos estadísticos del sector (que ahora
conviene analizar con mucho detenimiento para contrastar las tendencias y
establecer comparativas), los del empleo en las agencias de viajes siguen al
alza, camino de récords. Según las cifras de afiliación a la Seguridad Social,
en el pasado mes de junio hay registrados sesenta y cinco mil setecientos
sesenta y ocho trabajadores, lo que significa cuatro mil veintiuno más que en
el mismo mes del pasado año. El aumento, del 2,4 %, se produce tras
crecimientos similares en los meses anteriores. La tónica de esta tendencia
alcista de los últimos cuatro años se acentúa, lógicamente, a medida que avanza
la temporada estival. Se contrasta en el desglose estadístico: en el epígrafe
“Actividades de agencias de viajes y operadores turísticos de la Seguridad
Social”, en junio se registró una media de afiliación de sesenta y cinco mil
setecientos sesenta y ocho trabajadores, de los que un 75,6 % del total están
adscritos al Régimen General y el restante 24,4 % trabajan como autónomos.
Atención a estos, pues su porcentaje en relación a los
contratos bajo el Régimen General ha ido incrementándose año tras año.
Actualmente, uno de de cada cuatro agentes es autónomo, lo que supone un 24 %
del total. Véase la diferencia: en 2009, este mismo registro era del 17 %. En
junio de aquel año, había diez mil cuatrocientos setenta y ocho autónomos
frente a los dieciséis mil cincuenta y uno de del presente ejercicio.
El verano
será una buena piedra de toque, desde luego, para comprobar si la tendencia se
mantiene, aunque ya poco se dude de la consolidación del sector agencias. A
pesar de las incertidumbres apuntadas, hay quienes siguen manteniendo que 2018
será otro año de récords turísticos: a ver si se supera el peso del sector, un
11 %, en el Producto Interior Bruto
(PIB) nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario