La
huelga de Ryanair, en la práctica unos cuatrocientos vuelos
cancelados, unida a la de los controladores franceses, a la del
personal de Iberia en
Barcelona y del personal de servicios en todos los aeropuertos para
el último domingo de los cinco de este mes de julio, vaticinan,
además de trastornos y quebrantos a la carta, un impacto negativo
para el turismo y la economía española.
Un
viejo conocido del sector en Canarias, Ramón Estalella, ahora
secretario general de la Confederación Española de Hoteles y
Alojamientos Turísticos (CEHAT), ya se ha apresurado a afirmar, en
el marco de las previsiones del Observatorio de la Industria
Hotelera, que el turismo en España no va a seguir creciendo. Es
decir, los récords empiezan a ser referencia histórica y lo que se
abre es un período de estabilidad: “Desde 2011, hemos vivido el
período de recuperación más fuerte del sector, pero no podía
durar eternamente”, explicó Estalella.
Para
la patronal, hay que incluir las huelgas en el cuadro de las
debilidades. Denuncian la utilización de los picos de mayor demanda
vacacional por parte de las organizaciones sindicales para obtener
una mayor repercusión en la imagen que se transmite al resto del
mundo. Quieren una regulación definitiva de la huelga mediante una
ley estable. Y recuerdan dos datos que ilustran los daños: el sector
da empleo a 2,4 millones y aporta un 12 % al Producto Interior Bruto
(PIB). Se supone que intentarán agotar las vías del diálogo con el
ministerio de Fomento y con la Agencia Estatal de Navegación Aérea
(Aena) para alcanzar un acuerdo siquiera de mínimos. Seguro que está
difícil pero no es imposible.
En
el mismo cuadro, habría que incluir la recuperación de los destinos
competidores de la ribera mediterránea, como se refleja en el índice
de crecimientos, un 40 % en el caso de Turquía y hasta un 37 % en el
de Egipto. Esto parece preocupar menos a la CEHAT que interpreta que
a todos nos interesa un Mediterráneo estable. De todos modos, habrá
que estar atentos a la incidencia en los mercados, especialmente el
británico. Y más atento aún, el nuevo director general de
Turespaña, el tinerfeño Héctor Gómez pues la patronal ya ha
planteado la necesidad de llevar a cabo una campaña específica
durante los próximos meses de septiembre y octubre con mensajes
claros de reconocimiento, aprecio y simpatía por su acreditada
fidelidad durante media década. Los efectos del brexit
siguen siendo una incógnita,
luego hay que echar imaginación y recursos para seguir captando la
afluencia británica, sin duda la primera para nuestro país.
Al
Observatorio de la Industria Hotelera también le preocupa, por lo
visto, el oligopolio de las plataformas de distribución. Si la venta
directa de los hoteles ha descendido cuatro puntos (del 35 al 31 %),
hay razones para discernir sobre las tendencias del futuro, ante todo
porque es primordial que se respeten los derechos del consumidor, En
cualquier caso, siguen creyendo los empresarios que la intermediación
es lo más ventajoso y cómodo para los clientes.
Dentro
de nada, conoceremos el impacto generado por el Campeonato Mundial de
Fútbol y entonces se podrá evaluar tanto el análisis de las
debilidades como si la viabilidad de las alternativas para paliar
aquéllas es la más apropiada, especialmente las ideadas para captar
segmentos de turistas de mayor poder adquisitivo. El sector confía
también en la recuperación de la demanda nacional. En fin, habrá
que contrastar la digestión de un freno al crecimiento y a los
récords.
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