Una
tendencia que se va abriendo paso en el sector es la de los pisos
turísticos, bien es verdad que las grandes hoteleras españolas
vienen mostrándose renuentes, pues coinciden en señalar que
constituyen una competencia desleal para la propia actividad
hotelera, principalmente en aspectos básicos como pueden ser la
fiscalidad o las normativas laborales y de seguridad. El presidente
de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos
(CEHAT), Juan Molas, añade una normativa reguladora cambiante y con
algunos vacíos como motivo que les hace recelar, hasta el punto de
afirmar que “algunos empresarios que se meten en este negocio sin
disponer de información, no calculan el impacto negativo en sus
empresas”.
Pero,
a escala internacional, los poderosos grupos empresariales van
tomando posiciones. Y si lo hacen, es con la intención de quedarse.
Ya han puesto en marcha divisiones que incorporan a sus estructuras
organizativas para potenciar el negocio de los pisos o apartamentos
turísticos. Abrió el camino la compañía francesa 'Accor', a la
que siguió la norteamericana 'Marriott', considerada la mayor del
mundo. Cinco mil novecientos cincuenta y dos hoteles y 1,16 millones
de habitaciones son sus poderes, ampliables, naturalmente, pues para
eso integra sus bases en Roma, París y Lisboa. La marca 'IHG',
matriz de 'Intercontinental', también funciona desde hace algún
tiempo con esta modalidad: disponer de apartamentos de media y larga
estancia para cubrir la necesidad de viajeros de negocios.
Pero
el empresariado español se muestra reticente pues adivinan una
competencia que no es beneficiosa, además de dañar el urbanismo de
las ciudades. Muy crítico, por ejemplo, se muestra el vicepresidente
ejecutivo de 'Meliá', Gabriel Escarrer, quien, dando por sentado que
esta modalidad necesita una cuota de mercado, valora que no se ha
controlado. Su argumento, manifestado en Cinco
Días: “El
crecimiento del 40 % en cuatro años no es sostenible cuando la
oferta reglada solo ha crecido un 2 % en el mismo período”.
Dos excepciones a
este momentáneo rechazo en nuestro país: 'Room Mate', cadena
dirigida por Kike Sarasola, y el Grupo Piñero, considerada, con
ciento treinta mil habitaciones, la octava compañía española. Los
ingresos derivados de 'apartamentos exclusivos', por un lado; y las
preferencias de clientes en Centroamérica (México y República
Dominicana), por otro, con viviendas en régimen de alquiler
vacacional y opciones a realquilar por el propio grupo hotelero,
hacen que los rendimientos de la experiencia inspiren ganas de
profundizar en el yacimiento de mercado.
Claro que todo
parece ser cuestión de armonizar la legislación, hecho que no será
fácil, desde luego. Los casos de Palma de Mallorca, que se ha
decantado por impedir el alquiler para turistas (en casas
unifamiliares sí está permitido), con ánimo de proteger al
residente; de Bilbao, que haciendo uso de sus competencias
urbanísticas, limita el alquiler a bajos y primeras plantas
(decisión recurrida por la Comisión Nacional para los Mercados y la
Competencia); y de Madrid, que solo permitirá pisos turísticos con
acceso independiente a la calle en los distritos más céntricos,
estos casos, decíamos, son el reflejo de peculiaridades que
complican la viabilidad de esta modalidad que, de consolidarse, puede
alterar sensiblemente el negocio turístico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario