A
ver cuántos se acordaban de la existencia del Consejo Español de
Turismo (Conestur) que se reúne hoy, al cabo de cuatro años sin
hacerlo. Más de uno dirá que es la prueba de una de esas
estructuras inservibles. Habrá quienes razonen afirmando que todos
andaban muy ocupados mientras contabilizaban turistas y
pernoctaciones que batieron récords. Y otros asegurarán que
consejos así son manifiestamente prescindibles porque el turismo es
gestión, promoción y cuenta de resultados, no debate ni tentaciones
de politización. Se equivocan, claro.
Bien,
pues expliquemos que se trata de un organismo creado en 2005 para
sustituir al Observatorio del Turismo y al Consejo Promotor del
Turismo, con un objetivo muy claro: lograr niveles más altos de
participación y colaboración en las políticas sectoriales y en la
promoción exterior. Administrativamente, el Conestur es un órgano
colegiado, asesor y consultivo adscrito al Ministerio de Industria,
Comercio y Turismo cuyo titular ostenta la presidencia. Compuesto por
cincuenta y cuatro miembros, procedentes tanto del sector público
como del privado, esto es, representantes de la patronal, de las
cámaras de comercio, de las organizaciones sindicales y profesional.
Fue
concebido como un foro de diálogo, participación y colaboración
entre los poderes públicos y la iniciativa privada. Su finalidad
principal consistía en favorecer la participación de las distintas
administraciones públicas con competencias en la materia y de
empresarios, profesionales y trabajadores que se desarrollan en la
actividad turística en el seguimiento de las políticas turísticas
en España y en los programas propios de la administración turística
del Estado. Estaba previsto que funcionara en pleno -debía reunirse
al menos una vez al año- y dispusiera de una comisión ejecutiva,
además de constituir grupos de trabajo con el fin de llevar a cabo
tareas relacionadas con la preparación, estudio y propuesta de
asuntos propios del ámbito temático del Consejo.
Después
de cuatro años en blanco -¿alguien lo echó en falta?- la ministra
del ramo, Reyes Maroto, ha tomado la iniciativa y ha convocado para
hoy para exponer líneas de actuación abiertas y desarrolladas por
el Gobierno y para debatir lo que se conoce muy genéricamente como
retos y oportunidades del sector en el año entrante. Se supone que
los operadores turísticos algo tendrán que decir.
Especialmente
en asuntos como la necesaria legislación en materia de viviendas de
uso turístico pues la realidad obliga a garantizar la legalidad, la
calidad, la seguridad y el régimen fiscal de esta modalidad de
viviendas. Tengamos presente que, en el contexto de los antecedentes
para tratar este asunto, se ha hablado ya de modificar la Ley de
Arrendamientos Urbano y la Ley de Propiedad Horizontal, así como de
la definición de piso turístico y la apertura de un registro único
estatal.
Desde
el ángulo de las previsiones, destaca la denominada Estrategia de
Turismo Sostenible 2025 que contendrá las líneas maestras de la
política turística y de su aspiración para completar un modelo
turístico sostenible. Se pretende que tal estrategia sea aprobada en
el primer mes del año próximo.
Como
se puede apreciar, asuntos sobre los que reflexionar y para debatir
con pragmatismo. El Conestur debe servir para algo.
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