sábado, 2 de diciembre de 2017

EL DEPORTE LOCAL, BAJO MÍNIMOS

En el curso de una comparecencia en Gente Radio, en directo, días pasados, invitación de Gregorio Dorta, para hablar de viejos tiempos y de apreciaciones de la actualidad deportiva, surgen las demandas y las quejas de los oyentes. La situación del deporte en el municipio, principalmente en lo que concierne a las instalaciones y ayudas a los equipos de base, es objeto de preocupación e inquietudes por lo que pudo constatarse.
Respondimos de la forma que nos pareció más consecuente: los problemas de la gestión deportiva no son fáciles de resolver cuando escasean los recursos. Pero mucho menos cuando hay un gobierno que no es sensible o no dispone de un modelo o proyecto con un mínimo sostén para saber qué es lo que quiere hacer y hasta dónde puede llegar. Por eso, tratamos de encontrar un punto de equilibrio en la actuación del concejal, que tiene sus responsabilidades, sin duda, pero no es el único. Si falta lo elemental, ese modelo al que nos referimos, y si no hay arropamiento, es difícil desarrollar con provecho los objetivos que se trata de alcanzar. Que falta saber cuáles son, por cierto.
Escuchando los testimonios -todos de queja, prácticamente-, la realidad es que parece haberse abierto una vía de descontento e insatisfacción. Lo más inquietante es no saber qué va a pasar en un futuro a medio y largo plazo. A corto, se tratará, suponemos, de parchear y salir del trance. Por ahora, se constata que está bajo mínimos.
Preguntan, por ejemplo, por la situación de la antigua piscina deportiva municipal, instalaciones abandonadas que dan opción a publicaciones fotográficas periódicas en alguna red social. Claro, a la espera de que comiencen las obras de un proyecto promovido por el Cabildo que hará del recinto un centro insular de tecnificación deportiva acuática, la situación del recinto es un compendio de visiones negativas en medio de la desidia. Recordemos que hubo que desalojar a okupas. Hasta alguna peligrosidad física sigue representando el actual aspecto. Extraña que todavía haya personas que crean en una solución intermedia, cuando la inundación de la sala de máquinas hacía inviable la continuidad. Dijimos que lo preocupante o lo que más interesa es el porvenir, a saber, el carácter futuro de esa instalación, si el Cabildo pasa a ser titular, cómo se regulará el funcionamiento de la instalación, qué administración habrá de abonar un cánon anual a la Demarcación de Costas (se dice que setenta mil euros anulaes), qué opciones restan a los diezmados clubes locales que han tenido que emigrar a otras localidades... Ese es el debate, o lo que hay tratar. Nos parece. Y si es posible ahora tener un cuidador o vigilante y hacer un mínimo adecentamiento para sortear la tentación fotográfica de denuncia, mejor.
Una señora dice que está cansada de que su marido se queje constantemente de que no hay dinero para el club infantil de fútbol al que está ligado. Es la expresión desesperada de la escasez de ayudas públicas, para algunos equipos básicas con tal de llegar a final de ejercicio en las competiciones. Son cortas y llegan tarde, cuando llegan, dice. Volvemos a lo del modelo y a las previsiones: ahí sí que debe moverse el concejal-delegado, sobre todo después de que algunos compañeros del gobierno local hablasen no hace mucho del saneamiento de las cuentas municipales.
Otro oyente del programa de Gregorio Dorta dice que es una lástima que se hayan llevado al sur un torneo de fútbol de promesas, promovido por la fundación José Ramón de la Morena, disputado el pasado año en El Peñón. Nuestra respuesta, después de ponderar los aspectos positivos de promoción y demás, es que no pasa nada por ese cambio de escenario: que lo preocupante es lo del párrfafo anterior, que los equipos de las categorías de base locales no sepan con qué ayudas públicas van a contar, que haya dirigentes que se quedan en el camino porque, en su voluntarismo y en sus capacidades, todo tiene un límite, que los niños, en fase de aprendizaje, se sientan poco atendidos y estimulados hasta el punto de que prefieren practicar otros deportes. Y que tengan que entrenar y jugar en un campo mal mantenido que además es insuficiente. Eso es lo que verdaderamente debe preocupar, por muy atractivo y por muy televisado que sea un torneo de promesas.
En fin, respetables testimonios que reflejan la inquietud y la sensibilidad ante el hecho deportivo local que requieren, por parte de los responsables, de determinaciones más firmes y concretas. Pocas canteras como la futbolística portuense. Pero, con esta realidad, la más desaprovechada, posiblemente.

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