El
Fondo de Reserva de la Seguridad Social, popularmente identificado
como 'hucha de las pensiones', se agota. Las cifras que se conocieron
días pasados eran reveladoras: el Gobierno dispuso 7.792 millones de
euros para abonar la paga extra de las pensiones de diciembre. De
ellos, 3.586 millones fueron sacados de la hucha. Eso significa que
solo restan en el Fondo 8.095 millones frente a los 66.815 millones
que quedaron registrados en 2011. O sea, queda lo justo para pagar
una mensualidad más.
Si
hay informaciones inquietantes, esta, sin duda, es una de ellas.
Aderezada, por cierto, con algunas otras especies que circulan por la
red, como si se quisiera echar más pimienta al pote. El Gobierno,
para tranquilizar al personal, dice que habrá que recurrir a los
préstamos como fórmula para financiar estas obligaciones: se ve que
lo de recomendar planes privados no cuajó. Se sabe que el Fondo de
Reserva estaba adquiriendo deuda española con intereses negativos, o
lo que es igual, está pagando para tener títulos del Tesoro
español. Y es conocido también el anuncio del Gobierno de recurrir
a emisiones de deuda para financiar el déficit de la Seguridad
Social cuando la hucha se vacíe del todo, de manera que (el
secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal, dixit) el
sistema de pensiones está garantizado con el total de los ingresos
públicos.
Ahora,
la alternativa son los préstamos, los que concede el Gobierno a la
Seguridad Social, previa consignación en los Presupuestos Generales
del Estado. Es un préstamo (importe de 10.192 millones de euros) que
no devenga intereses y ha de ser devuelto en un plazo de diez años a
partir de 2018. Con la operación se garantiza el abono de las
pensiones extra tanto de junio como de diciembre.
Naturalmente,
las dudas sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones se
acentúan. Es el Estado el que tiene que pagar, pero cómo se
garantizan los recursos del Estado. Los expertos y los reponsables de
los partidos políticos tienen materia en la que afanarse. Y aunque
la reducción de las necesidades de financiación de la Seguridad
Social, según se ha sabido, es toda una esperanza, habría que
aguardar a que se consolide un hecho fundamental: la subida de los
ingresos. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez,
en ese sentido, ha vaticinado que el presente ejercicio puede
cerrarse con una recaudación récord.
Pero
entre las previsiones, hay otra que preocupa sobremanera: al final de
2017, abonada la extra de las pensiones de diciembre, el agujero de
las mismas representará, aproximadamente, la mitad de todo el
déficit del Estado. Eso, por decirlo de alguna manera, es todo un
reto presupuestario para el Gobierno. Se supone que no va a estar
recurriendo a los préstamos permantemente y que debe propiciar una
solución estable y lo menos gravosa. Se trata, entonces, de
concretar, con el máximo respaldo político, una reforma estructural
en la, sí o sí, hay que incluir ingresos adicionales. Porque con
los actuales, demostrado, no basta.
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