Por
fin, mejoras en Playa Jardín. Una buena noticia para un Puerto de la
Cruz alicaído, para una población incrédula, indolente y
desmotivada. Una noticia excelente para los usuarios y para la
cualificación de la oferta del destino. Hay que alegrarse,
ciertamente, pues Playa Jardín -una de las últimas creaciones de
César Manrique que soñó fusionar el mar con la vegetación
frondosa- tampoco escapaba a las expresiones de malestar de
ciudadanos de toda condición que sufren el abandono y la falta de
mantenimiento tan denostada en círculos portuenses.
El
anuncio de licitación ya está publicado: el Consejo de Gobierno
Insular del Cabildo de Tenerife será la entidad adjudicataria de las
obras comprendidas en un proyecto de ejecución de accesibilidad y
mejora cuyo importe es de quinientos sesenta y dos mil ochocientos
cincuenta y dos euros y el valor estimado de contrato asciende a
quinientos veintiséis mil veintinueve euros. El proyecto engloba
trabajos de construcción y de inmuebles, obras de ingeniería civil,
instalación de tuberías, líneas de comunicación y de conducción
eléctrica y trabajos de explanación.
Los
lectores se estarán preguntando ¿y para cuándo? Según el anuncio
de licitación el plazo de ejecución es de siete meses. Hasta el
próximo miércoles 23 de enero las empresas interesadas pueden
presentar ofertas. Suponiendo que el procedimiento administrativo no
se demora y la adjudicación se concreta en febrero, hay que contar
siete meses hasta la conclusión de las obras. Eso significa que, sin
interrupciones, hasta septiembre no estarán finalizadas. O sea, que
estarán trabajando en pleno verano. No es el lado más
tranquilizador del programa temporal de ejecución pero hay que
afrontarlo, apelando, con una buena campaña de comunicación, a la
comprensión de los bañistas y usuarios.
El
Cabildo Insular, promotor de la actuación, incluida en la segunda
edición del programa Tenerife
y el mar, fija
como objetivo la mejora de la accesibilidad al recinto de playa, de
modo que se crearán itinerarios accesibles desde el viario público
(paseo Luis Lavaggi y avenida Francisco Afonso Carrillo) hasta el
mar, además de adaptar elementos de mobiliario urbano que estén
localizados en las rutas que se modifican. La principal consecución
del proyecto consistiría en dotar de un único itinerario continuo
desde el aparcamiento accesible a la playa que vaya enlazando áreas
que sean capaces de cumplir los parámetros de accesibilidad
universal, al mismo tiempo que se intervenga en el menor área
posible del paseo con el fin de respetar la concepción original del
gran Manrique.
El
proyecto consigna dos accesos desde la avenida Francisco Afonso
Carrillo, rampas accesibles, mejora de los tramos desde el punto de
vista paisajístico, incorporación de pasamanos, mobiliario, duchas
y paneles informativos. Según el acuerdo aprobado por el Consejo de
Gobierno Insular, está previsto retirar la baldosa marrón existente
en tramos sin modificación de rasante y sustituirla por baldosa
negra de itinerario. Y en las rampas, que son los tramos que sí
llevan modificación de rasante, habrá pavimento negro de itinerario
y reposición de una línea perimetral de baldosa marrón existente
como huella de la traza del pavimento original para acreditar el
respeto anteriormente aludido.
Estamos,
por tanto, ante un “proyecto de suelo” con áreas accesibles y
una denominada “red lineal de cosido” donde el resto de elementos
enfatizan y completan al ambiente naturalista para disfrutar del
paseo.
Lo
dicho: una noticia gratificante. Para que lo sea aún más, ojalá se
cumplan los plazos.
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