martes, 15 de enero de 2019

CON LAS MUJERES: NI UN PASO ATRÁS

La de hoy, 15 de enero, debe ser otra fecha a destacar en el calendario histórico del feminismo. “Ni un paso atrás”, es el mensaje de quienes ven en peligro las políticas de igualdad y lucha contra la violencia de género, máxime cuando la formación del nuevo gobierno andaluz ha desencadenado un proceso en el que se interpreta que las conquistas se tambalean y la debilidad de las mujeres se acentúa.
Se espera una respuesta masiva. No es porque el problema se concentre en una comunidad o en una ciudad determinada. Es porque la lucha y la resistencia de las mujeres tiene que extenderse por doquier para que se entienda bien el alcance de lo que representa su perseverancia con tal de acabar con las discriminaciones, las persecuciones, la inseguridad y las penalidades. La mayoría social, más allá de las coyunturas políticas puntuales, tiene que acreditar que su demanda tiene razón de ser. “Ni un paso atrás”, en efecto.
Porque hoy es 15 de enero pero dentro de muy poco estaremos conmemorando otro 8 de marzo. Y en estos días, y a lo largo de todo el año, hay que lograr que los derechos de las mujeres no sean un compartimento estanco en un país democrático, donde el pluralismo político no debería conceder espacios a quienes, al menos ideológicamente, cuestionan avances sociales y parecen dispuestos a volcarse con tal de frenarlos o impedirlos.
Precisamente por eso, la respuesta de hoy debe ser contundente. Como cuando hay un examen y se plantea una pregunta o un tema para poner a prueba: contestación nutrida, firme, plena de convicción. No es asustar pero las mujeres se juegan mucho en la convocatoria de hoy y en las futuras. Ellas y la democracia. Las féminas y una constancia decisiva. La protesta y las reivindicaciones de hoy, “Ni un paso atrás”, son cruciales, acaso las más importantes de los últimos años. En serio, si ceden, si dejan pasar, preparémonos para un retroceso de caballo.
Sin ánimo intimidatorio pero con ganas de poner las cartas sobre la mesa. Lo que está en juego es valores y progreso. Los derechos de la mujer -lo dejó escrito la filósofa y feminista francesa Simone de Beauvoir- padecen una cierta proclividad a ser cuestionados, por eso nunca hay que darlos por definitivos, sobre todo porque cuando sobreviene una situación de crisis social o económica, entre los efectos secundarios hay que consignar las restricciones de los derechos conquistados: lo saben los sectores más desfavorecidos y también la población femenina y la infancia.
La fecha tiene que ser un clamor, en consecuencia. Solo así se producirá un cambio en mentalidades y códigos de conducta. Quienes aún confían en la tibieza de la respuesta se sentirían estimulados para seguir frenando e incordiando. Hoy se juega algo más que la expresión de un malestar por una determinada coyuntura política. Hoy es una cuestión de dignidad y de fortaleza, la defensa de una causa especial.
Por eso, “Ni un paso atrás”, no sea que vuelvan aquellos tiempos, aquellos métodos y aquel costumbrismo que contrastaron frenos y anquilosamientos. Ahora hay que seguir luchando: porque la igualdad es un ideal al alcance, aunque costoso. Y porque hay lacras que o se cortan de una vez o nos sentiremos plenamente avergonzados.

1 comentario:

Unknown dijo...

El próximo domingo hay una celebración en Berlín, como todos los años, en recuerdo de Rosa de Luxemburgo.