Ha
sido una tan original como significativa manera de protestar. Todo un
mensaje el del diario nicaragüense La
Prensa, disconforme
con el bloqueo de las materias primas con que el gobierno totalitario
de Daniel Ortega somete al periódico y a la empresa editora.
Primera
página en blanco. Solo con una pregunta: “¿Se ha imaginado vivir
sin información?”. Esta es la expresión de su rechazo a tal
medida.
Ya
conocen que la situación en Nicaragua es de conflicto o fractura
social grave. A lo largo de los últimos meses se ha registrada una
escalada de tensión, resultado de toda la opresión y malestar
acumulados durante años que culminó con la decisión gubernamental
de reformar las cotizaciones de la Seguridad Social que afectaba
negativamente a las clases más desfavorecidas. A las protestas
siguió una política represiva. El estallido social era inevitable.
No fue de extrañar que los nicaragüenses reivindicaran paz y
justicia como tampoco que se iniciara un éxodo a la vista de la
situación que vivía el país. La Iglesia no permaneció pasiva,
entre otras cosas, porque el obispo auxiliar de Managua, monseñor
Báez Ortega, uno de los destacados denunciantes de la situación en
redes sociales, recibió amenazas de muerte. El Papa Francisco
también apeló al diálogo y al respeto.
Los
medios de comunicación críticos con el Gobierno de Ortega,
igualmente, se han visto muy condicionados y han ido sufriendo todo
tipo de presiones que culminaron, a imagen y semejanza de lo que
ocurre en otros países, como Venezuela, con las restricciones a los
suministros de insumos o materias primas, indispensables para la
edición de periódicos. La subsistencia, como también la de las
emisoras de radio, es todo un reto difícil de mantener.
El
diario La
Prensa es
uno de los afectados. Casi noventa y tres años de historia, toda una
larga trayectoria en defensa de las libertades y del pluralismo
político. El pasado viernes estalló con una portada histórica:
página en blanco y una cuestión para que reflexionemos todos, los
de aquí y los de allá: “¿Se ha imaginado vivir sin
información?”.
En
nuestra memoria conservamos algunos ejemplos similares en España.
Uno de ellos, en pleno régimen franquista: La
Codorniz, aquella
revista “más audaz para el lector más inteligente”. Después de
una de las múltiples sanciones recibidas, hizo coincidir su
aparición un 28 de diciembre con el dibujo de un tren en la portada
entrando en un túnel. Después, todas las páginas iban en negro. En
la contraportada, se veía el mismo tren saliendo del túnel con una
pancarta de cabecera: “¡Pasaron por inocentes!”.
Se
han cumplido veinte semanas desde que la Dirección General de
Servicios Aduaneros del ejecutivo nicaragüense retiene (el periódico
habla de secuestro) materia prima (papel, tinta, planchas, goma,
revelador, componentes tecnológicos y repuestos) que es propiedad de
la empresa editora de La
Prensa cuya
dirección explica que tanto la primera en blanco como la pregunta
está dirigidas a la ciudadanía nicaragüense “cuya libertad de
expresión y libertad de información enfrentan el asedio de la
dictadura” del Gobierno que preside Ortega, al que acusa de
endurecer la represión por la protestas ciudadanas que se iniciaron
el 18 de abril del pasado año.
La
Prensa, pese
a todo, ha seguido informando y ha seguido apareciendo, a sabiendas
de que, como otros medios independientes, limitados o silenciados, ya
está en fase de resistencia. Ahora, como un jalón en la historia
del periódico y del país, aporta una pacífica y llamativa manera
de protestar y seguir luchando: su primera página en blanco y su
pregunta sobre una vida sin información del pasado viernes. Que no
les dobleguen.
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