lunes, 9 de diciembre de 2019

EL TURISMO, CON ASISTENTES DE VOZ Y REALIDAD VIRTUAL


Las nuevas tecnologías no se detienen. Ya estamos ante los asistentes virtuales de voz y ante la realidad virtual para sustanciar estrategias de marketing orientadas, sobre todo, a producir y asegurar el impacto ante el consumidor.
Ya funcionan en varias empresas del sector turístico pero su implementación es un hecho en los del entretenimiento, marketing digital, publicidad, educación y retail (venta al detalle o comercio minorista, en español) un sector productivo que engloba a las empresas especializadas en la comercialización masiva de servicios o productos uniformes a grandes cantidades de clientes. Para identificar mejor, es el sector industrial que entrega productos al consumidor final.
Tanto los asistentes como la realidad virtual transformarán progresivamente los modelos de comercialización, es decir, el cambio de las formas en que el usuario interactúa con la tecnología desde todos los ángulos, o sea, proveedores, socios, clientes y empleados que intervienen en los procesos respectivos de comercialización y consumo. Algunos expertos ya señalan que los usos adecuados de estas nuevas tecnologías son claves para para el éxito o el fracaso de los proyectos que se quiera acometer.
En lo que concierne al sector turístico, ejecutivos y expertos de la firma Linke han señalado que “las interfaces conversacionales pueden aportar la diferenciación que las compañías necesitan, ya que se abre un nuevo abanico de posibilidades para dar un servicio diferente al viajero”. Añaden las mismas fuentes que “los asistentes de voz pueden ser muy útiles para prestar asistencia en las reservas de vuelos u hoteles, diseñar de guías de viajes personalizadas e interactivas o dotar a los establecimientos de domótica”.
Apuntemos que las agencias de viajes son también escenarios apropiados para los asistentes virtuales. En efecto, pueden contribuir a la revitalización, mejora y modernización de los establecimientos, de los espacios físicos de demanda y negocio, mejorando de paso la experiencia del cliente y las prestaciones que guïen al usuario de los canales online o ayuden a personalizar el servicio que se le ofrece variable según preferencias y hábitos.
El especialista en cloud (nube) y desarrollo de asistentes virtuales de la mencionada firma, Javier Mora, afirma que “las interfaces de voz se pueden incorporar fácilmente en los entornos de trabajo, ya sea para aumentar la productividad de los empleados, mejorar las relaciones con los socios o enriquecer la experiencia del cliente.”. Y precisa que distinguir los procesos es fundamental “para no malgastar tiempo, recursos y dinero”.
En cuanto a la realidad virtual, se trata de aprovecharla como ventaja competitiva pues dicha tecnología propicia el impacto en el cliente y le sugiere su inmersión en una nueva experiencia. Puede, incluso, añadir valores al producto que se pretende o interese, de manera que la visibilidad y la accesibilidad sean mayores. La realidad virtual sirve para mostrar a los clientes potenciales los escenarios de distintos espacios (hoteles, restaurantes, agencias, oficinas, tiendas) y sus distintas opciones, mientras simula que está paseando, observando y palpando un producto, incursionando en un entorno visualmente llamativo. Se puede incluso interactuar con ellos. Y hasta surge una dotación complementaria: viajar a otros lugares del mundo mientras espera, por ejemplo, en la recepción de un hotel.
En definitiva, las innovaciones tecnológicas van surgiendo como soportes fundamentales de la modernización del sector, que afronta en nuestro país y en todo el mundo un salto decisivo para desarrollarse y competir.


1 comentario:

Rafael Estartús dijo...

En su momento, el movimiento obrero se equivocó quemando los telares porque quitaban puestos de trabajo. No creo que ese error (aunque comprensible en su momento histórico) se pueda cometer hoy. Hoy sabemos que nos adaptaremos a los cambios y que la sociedad (o la parte afectada) pagará el coste de dicha adaptación. Sin embargo, personalmente echaré de menos el contacto humano directo y cercano. A mi juicio mucho más rico (e infinitamente más flexible) que lo programado/programable.