Los
municipalistas de hace cuarenta años y los de ahora mismo, los ex
alcaldes y los actuales, los históricos y los de nuestros días,
tenían una cita: la que había convocado la empresa editora (Prensa
Canaria) del periódico El
Día-La Opinión de Tenerife en
el hotel Mencey de la capital tinerfeña para glosar cuatro décadas
de democracia municipal que se cumplen este año. 3 de abril de 1979:
esa fue la fecha de las primeras elecciones democráticas locales
desde la guerra incivil española. Ahí se inició una nueva era
política -en realidad, el 19 de abril, día de constitución de las
corporaciones municipales y de la elección de regidores- que habría
de resultar determinante en el devenir de la política española, de
su apertura y de la modernización. Un hecho básico también para la
definitiva integración en las que entonces eran Comunidades
Europeas.
El
acto, al aire libre, en los jardines del establecimiento, tuvo ruido
de fondo durante largo rato: el que producían con sus instrumentos
trabajadores de la sección de rotativa de la empresa editora que
protestaban por el cese de su relación laboral. Los intervinientes
aguantaron estoicamente la perseverancia de los manifestantes en el
exterior del hotel. Hubo fases de difícil audición pero timonearon
como pudieron quienes daban contenido al acto mientras arreciaban las
sonoras discrepancias de quienes escogieron aquel momento y aquel
lugar para protestar.
Joaquín
Catalán, director del medio, condensó el significado y el alcance
de la convocatoria: era difícil resumir la evolución de cuarenta
años de democracia local en Tenerife pero de aquellos primeros
tiempos y de los actuales, de las dificultades y carencias de los
primeros mandatos a los problemas de financiación pese a la
solvencia de casi todas las haciendas en la actualidad, se encargaron
-bajo la austera moderación del redactor Juan Antonio Medina- de
explicar la presidenta de la Federación Canaria de Municipios
(FECAM) y alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito; el
presidente del Cabildo Insular y ex alcalde Guía de Isora, Pedro
Martín; y los alcaldes de Adeje, La Orotava y La Laguna, José Miguel
Rodríguez, Francisco Linares y Luis Yeray Gutiérrez,
respectivamente.
Sus
testimonios fueron una apelación a la necesidad de disponer con más
eficiencia y agilidad los recursos financieros. Coincidencia en los
ediles a la hora de llevar a cabo unas prestaciones que atiendan las
demandas de los vecinos. Escasas alusiones -por no decir ninguna- a
planes de ordenación y problemas apremiantes de saneamiento. En
cambio, coincidencia cuando se trataba de asumir las consecuencias
del procedimiento administrativo, en concreto, el levantamiento de
reparos de la intervención en resoluciones o mandamientos de pago.
La sombra de las posibles consecuencias judiciales planea en los
despachos de alcaldes que advierten de las complicaciones que eso
comporta para el ejercicio activo de la política municipal. Algunas
experiencias personales y anécdotas complementaron las respuestas e
impresiones de los intervinientes.
En
la segunda parte, Manuel Hermoso, vicepresidente y presidente del
Gobierno de Canarias después de su paso por la alcaldía de la
capital tinerfeña,; y Dolores Padrón, primera alcaldesa del Puerto
de la Cruz y diputada al Parlamento de Canarias en varias
legislaturas, recordaron aspectos de su presencia activa en el
municipalismo. Hermoso reconoció la aportación de concejales para
engrandecer sus pueblos y ciudades, en tanto que Padrón resaltó el
papel de las mujeres en el ámbito de la política local insular.
Animó insistentemente a Brito y al conjunto de mujeres antes de
presentar un video en el que se proyectaba la contribución femenina
a la construcción del Estado del bienestar, hecha precisamente desde
las corporaciones locales, con una lucha incesante a favor de la
igualdad. Fue el alcalde de Güímar, Airam Puerta, el que rubricó
una intervención más modernista, o si se quiere, de alcalde de
nueva generación. Desenvuelto, con lenguaje de nuestros días y con
una visión de futuro muy plausible.
El
acto concluyó con la proyección de otro video en el que se
entremezclaban las impresiones de alcaldes del 79 -entre ellos,
Paulino Rivero, años después presidente del Gobierno de Canarias-
con los elegidos el pasado mes de mayo y que están librando sus
primeras lides municipalistas. A esa hora, ya habían remitido los
sonidos de viento y de vuvuzelas y Catalán clausuró el acto con más
sosiego.
En
unos y otros, ex, pasados y presentes, seguro que late la relevancia
de los gobiernos locales, plasmada en palabras de Su Majestad el Rey,
Felipe VI, cuando el pasado mes de julio recibió la Llave de Oro del
Municipalismo, concedida por la Federación Española de Municipios y
Provincias (FEMP): “Los ayuntamientos han sido escuelas de
democracia, de convivencia, de respeto a la pluralidad y hoy son
instituciones altamente valoradas por los ciudadanos”, dijo el
monarca. Ahora, con sana ambición de dar respuestas adecuadas, hay
que cualificar aquéllas.
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