lunes, 30 de diciembre de 2019

LA EQUIDISTANCIA EN EL PERIODISMO DEPORTIVO


Miguel Ángel Méndez (Gente de orden, Eurosport) conduce la penútima innovación en el periodismo deportivo de nuestros días, ese en el que “ya está todo inventado”, socorrida y repetida frase que solo viene a reflejar inmovilismo y funcionarización. Pero Méndez se ha empeñado en demostrar lo contrario: una fórmula sencilla y hasta sosegada en la que destacadas figuras del deporte y del periodismo afrontan, por parejas, mediante alguna afinidad o algún nexo común, una conversación distentida en la que destacan seleccionados pasajes de sus vivencias y de sus logros los cuales van intercalando con relatos y opiniones que trascienden la propia esfera deportiva.

No es fácil acertar pero Méndez y su medio lo intentan. El periodismo deportivo, inoculado por un virus maligno que propende al show o al espectáculo, hace tiempo que parece estancado, sobre todo cuando no rueda el balón o cuando no hay actividad en las canchas, cuando es difícil encontrar alternativas y mantener el interés una vez acabada la transmisión y la emoción o la pasión del directo dejan paso al tiempo de análisis y comentario, que suele estar muy condicionado por la presencia de personajes y protagonistas.

El periodista ofrece una explicación persuasiva: “El periodismo deportivo -dice- ha cambiado a una velocidad tremenda en muy poco tiempo y uno de los problemas que estamos teniendo es que está costando adaptarnos a las nuevas tendencias de consumo”. Tal es así, que no le importa reconocer que “en ocasiones nos hemos confundido bastante al creernos parte de la historia y nosotros solo somos testigos”. Claro, Méndez parte de la premisa siguiente: “Tenemos la fortuna de cubrir eventos muy potentes y hay un momento en el que te metes tanto que crees que tú también formas parte de la historia y has ganado o has perdido”.

Ahí brota la confusión, la del propio profesional y la del receptor de su narración o de su escritura. Y hay que tener presente que ese receptor no es sujeto pasivo sin más sino que es participativo y tiene capacidad para tomar la iniciativa, por lo que se acentúan las exigencias sobre el periodista deportivo. El profesor de la Universidad de Sevilla, José Luis Rojas Torrijos, es autor de un interesantísimo trabajo en el que vislumbra un nuevo campo de experimentación y análisis en los próximos años y se refiere a las nuevas tendencias y perspectivas de futuro del periodismo deportivo, admitiendo que este ha sido capaz de reinventarse “incorporando nuevas herramientas tecnológicas aplicadas a las tareas periodísticas para ofrecer formatos renovados que empiezan a marcar tendencias en otras áreas informativas. Este ámbito periodístico despunta como un terreno innovador, pero también como un área de emprendimiento”.

Las respuestas, entonces, deben estar a la altura. Independientemente de la más provechosa utilización de los recursos tecnológicos y del proceso de especialización que asuma, es ahí donde el periodista deportivo debe esclarecer del todo su papel, interpretarlo con solvencia consciente del público al que se dirige, es decir, superar las tentaciones de vedetismo y la confusión con el uso de las redes sociales. Es muy positivo, en ese sentido, que los profesionales de la información deportiva se autodisciplinen. Es cuando procede hablar de la ideología profesional. Aunque en el género, según creencia muy extendida, quepa todo, Miguel Ángel Méndez recomienda que hay que volver “a ese punto equididante que hemos perdido”.

Solo así será posible evitar la perversión del mensaje y generar productos creíbles y de calidad.

(Artículo aparecido en el digital idiomaydeporte.com, dirigido por el profesor Jesús Castañón Rodríguez, doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Valladolid).

Cómo se cita este trabajo
GARCÍA LLANOS, Salvador: “La equdistancia en el periodismo deportivo”. Idioma y deporte [en línea]. 1 de enero de 2020, número 223. [Consultada: 1 de enero de 2020]. Disponible en:  ISSN:  1578-7281.



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