La
Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife (Ashotel),
organización empresarial turística de ámbito provincial que
integra a doscientos cuarenta y cinco establecimientos que registran
noventa y cuatro mil camas en las cuatro islas de la provincia, ha
publicitado los resultados de su habitual encuesta de Navidad (hace
otras dos, en Semana Santa y verano) que prevén una ocupación media
del 88 %. Tales resultados, hay que precisar, se corresponden con un
total de ciento ocho mil camas de Tenerife.
Las
previsiones son muy buenas y similares a las del año pasado, apenas
un punto menos. El sector parece haber superado la quiebra del
turoperador Thomas Cook y las incertidumbres centradas en torno a la
compañía Ryanair, sin olvidarnos de las repercusiones de la ya
segura salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), por lo que
las estimaciones, de cumplirse, favorecerán un final de ejercicio
positivo.
Según
fuentes de Ashotel, la consulta se desarrolla en las zonas turísticas
de la isla. Los hoteles del
sur
estiman una ocupación media del 89 %, un punto por debajo de la
previsión de 2018, que era del 90 %. Los establecimientos del
norte
esperan porcentajes similares, un 86 % frente al 87 % del pasado año.
Los hoteles de Santa
Cruz de Tenerife capital
tienen mejores expectativas que las de 2018: su media de ocupación
sería del 77 % frente al 73 % del mismo período del año anterior.
Si
se cumnplen las previsiones, estaremos ante un escenario que pone a
prueba la fortaleza del sector y, sobre todo, propicia la preparación
de 2020 con mucho fundamento, especialmente en lo que a estrategias
promocionales respecta. Recordemos que en enero ya está la cita de
FITUR, en Madrid. Pero, lo que importa es prepararse para situaciones
que incidirán en los mercados hasta el punto de modificar seriamente
las expectativas de negocio, sobre todo si se innova o surgen
alternativas a los esquemas de gestión de la turoperación. La
experiencia debe servir de base para el sector que ha de empeñarse
en mantener o mejorar los soportes de la conectividad. Ese es un
análisis que hay que hacer con pragmatismo para alcanzar los
objetivos de la excelencia que se ha trazado. El análisis debe ser
muy tenido en cuenta por los sectores público y privado, porque
están condenados a entenderse a la hora de planificar una estrategia
de mejorar la competitividad en una triple dirección: cualificar la
oferta, fidelizar clientela y captar nuevos mercados.
Navidad:
primera prueba a corto plazo.
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