Atención, jubilados y
todos aquellos en edad de merecer. En septiembre, cuando se reanude la
actividad política, habrá un asunto que interesará: la reforma del sistema
público de pensiones, tras la subida gradual de la edad de jubilación, el
aumento de la cuantía de las pensiones en base al Índice de Precios al Consumo
(IPC) y la penalización de las jubilaciones anticipadas son los antecedentes de
medidas a la que sucederán otras para consolidar dicha reforma.
Una de ellas consiste
en el denominado ‘Mecanismo de equidad intergeneracional’. ¿Para qué sirve? Se
trata, conceptualmente, de un mecanismo que viene a sustituir al ‘Factor de
sostenibilidad’ pero el objetivo es el mismo: garantizar la financiación de las
pensiones. En este caso el esfuerzo por rellenar la famosa hucha de las
pensiones será compartido entre generaciones. ¿Qué significa esto? Pues que los
trabajadores en activo financiarán en sus cotizaciones las pensiones de los
jubilados.
El aumento de la
esperanza de vida y el envejecimiento de la población se encuentran detrás de
esta necesidad de esta especie de financiación solidaria intergeneracional. Y
para poner en marcha este Mecanismo de Equidad se tendrán en cuenta los
informes de envejecimiento de la Comisión Europea.
Pero, a lo que vamos: ¿cómo
afecta esta medida a jubilados, trabajadores y empresarios? Sí, porque en este
caso las empresas también forman parte de esta financiación. El Mecanismo de Equidad Intergeneracional garantiza que los
jubilados puedan seguir cobrando su pensión y evitar el recorte de pensiones
sea cual sea el escenario económico. Este mecanismo reactiva el conocido Fondo
de Reserva de la Seguridad Social, lo que se denomina coloquialmente ‘hucha de
las pensiones’ y se irá financiando entre los años 2023 y el 2032. La diferencia
con el anterior Factor se sostenibilidad radica en que ahora la medida actúa
sobre las cotizaciones y no sobre las prestaciones. Y aquí entran en juego
trabajadores y empresarios.
El sitio web pluesesmas.com, la nómina de los trabajadores se
encontrará con un incremento del 0,6 % en su cotización por
contingencias comunes. El reparto de este esfuerzo económico es entre la
empresa y el trabajador, al menos sobre el papel. Un 0,5 % de ese incremento lo
asumirá la empresa y un 0,1 % lo asumirá el trabajador. Veremos en quién recae
finalmente el coste, pero en cualquier caso el objetivo es que para 2033 el
Fondo de Reserva cuente con unos cincuenta mil millones de euros.
Después de los apuntes de tranquilidad ofrecidos por el ministro
de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, preocupado,
como es de suponer, por el crecimiento de la inflación, insiste en la idea de
que la subida de las pensiones seguirá vinculada al IPC sea cual sea el
escenario económico con el que nos encontremos a corto y medio plazo. Dicho en
otras palabras: los jubilados verán cómo su pensión sube cada año.
Pero la reforma de las pensiones no ha terminado, de ahí que haya
que prestar atención a las disposiciones que se avecinan. Entre
esas medidas se está valorando el destope (término complemente inusual) de las
cotizaciones máximas, que afecta a un 15 % de los jubilados. Esos afortunados
jubilados que cobran unos dos mil ochocientos euros mensuales de pensión. La propuesta es quitar
el tope o el límite máximo de cotización que ahora está en cuatyro mil ciento
treinta y nueve, con cuarenta euros. ¿Qué implica eliminar ese tope? Pues una
inyección de ingresos a corto plazo que ayudaría a garantizar la estabilidad
del sistema de pensiones públicas.
Este destope, que aportará liquidez a las cuentas públicas, no
sirve por sí solo para mantener el sistema de pensiones público. De ahí en la
insistencia en el resto de las medidas de la reforma de las pensiones, algunas
de las cuales son bien conocidas. La principal, sin duda, es ajustar la edad
efectiva de jubilación a la edad legal de jubilación, con todas esas
penalizaciones a la jubilación anticipada y las bonificaciones a la jubilación
demorada.
En septiembre comprobaremos si se produce el alcance de estas
disposiciones.
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