La fuente es el banco
Barclaycard, con datos fundamentados en el uso de las tarjetas de crédito. La
inflación empieza a causar efectos perjudiciales y los británicos empiezan
pensarlo dos o tres veces antes de viajar al extranjero. Consideran que se
trata de un gasto no esencial y por lo tanto hacen números antes de tomar el
avión.
Los datos coinciden: el alto coste de la vida que están sufriendo ha comenzado a impactar en algunos aspectos del gasto en los hogares ya en el mes de julio, con una caída específica del 4% en agencias de viajes y del 3% en aerolíneas. Todo ello y a pesar de que el gasto general subió un 1,6 % comparado con el mes de junio, pero los británicos han gastado más en otros aspectos, como la ropa o las escapadas dentro de Reino Unido.
Los ciudadanos, según los indicadores de Barclaycard, han gastado un 2 % más en ‘staycations’, que, según hemos explicado en alguna entrada anterior, se trata de una nueva hoja de ruta del turismo. Staycation es el acrónimo resultante de unir dos palabras en inglés: “stay” (quedarse) y “vacation” (vacaciones), lo que en castellano se traduce como unas vacaciones en casa.
De acuerdo con lo anterior, el término staycation hace referencia a un período vacacional en el que decides quedarte en casa y disfrutar de las actividades que ofrece tu entorno más cercano, sin necesidad de desplazarte largas distancias. Algo así como ser turista en tu propia ciudad, descubriendo cuanto te rodea y a lo que, probablemente, no habías prestado atención. Dentro de este concepto entraría visitar los principales monumentos de la zona, ir de museos, pasear por parques y avenidas, explorar tu barrio, conocer nuevos restaurantes, probar el spa de un hotel y demás actividades similares.
Ese gasto superior al 2 % incluye reservas en hoteles y
otros proveedores de alojamiento dentro del país, de modo que un 16 % de los
británicos ha optado por quedarse en el país. Conocida la importancia que
tienen los turistas británicos en el mercado turístico, los datos preocupan.
Renunciar a las escapadas en el extranjero, después del repunte advertido en
primavera traducido en una notable recuperación del flujo emisor, es un hecho
que no beneficia, claramente.
Deberán
estar atentos los responsables institucionales, empresarios y agentes privados
para tratar de frenar la tendencia, aun cuando la guerra en Ucrania lo
condiciona prácticamente todo.
Por
otro lado, un 20 % de los británicos ha decidido no salir del país, con
independencia de si disfruta de vacaciones domésticas, y uno de los aspectos
que han influido es la subida del precio de los billetes de avión, que se elevó un
30%. También la fuerte inflación les está llevando a recortar el
gasto en comer y beber fuera.
Así que
atentos a la evolución de la demanda británica. Allí se meterán en elecciones
próximamente. Y remontar o volver a niveles de recuperación contrastada en
temporada alta (en Canarias) será complicado.
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