martes, 9 de agosto de 2022

LA PASIÓN CENTENARIA

 

            A Antonio Padilla, Tata, que se sentiría orgulloso de la historia que ha escrito su hijo Luis.

 

        Cumplía cien años el Tenerife y ahí estaba el libro de Luis Padilla, escrito con la pasión que da título a su obra para certificarlo. Cien años comprimidos en doce capítulos, cuatrocientas páginas y más de mil fotografías, una suerte de enciclopedia blanquiazul, una historia de alegrías y sinsabores (acaso más de éstos en la balanza), plagada de aspiraciones y, en todo caso, reflejo de un sentimiento que ha terminado impregnando a la isla cuya población sufrió hace apenas dos meses una tremenda frustración deportiva. Todos hubiéramos querido que los fastos y las conmemoraciones del centenario se hubieran desarrollado con el club en el primer escalón del fútbol español, pero la realidad dictaba que hay que seguir en la división de plomo, allí donde hay que pugnar con entereza y perseverancia, no solo en las canchas, también fuera de ellas.

        Centenario de una pasión es ahora la referencia necesaria para entender los porqués de blanquiazul. El autor aporta rigor pero también el equilibrio de las cosas bien hechas, o sea, que trata con esmero cuanto fue  descubriendo y cuanto ha vivido en las entretelas cosidas con hilo de esos colores. La obra revive los hitos, las anécdotas, los logros, los testimonios, evocaciones, los flashes, las aportaciones individuales y colectivas que forjaron una trayectoria digna de ser estimada para identificarla como fenómeno --¿o algo más?-- de una cada vez más amplia colectividad.

        El libro, que vio la luz en la sede de la presidencia del Gobierno en la capital tinerfeña, contó, además con dos padrinos sobresalientes: Alfredo Relaño, ex director del diario As, uno de los fundadores de Canal+, otra historia viva del deporte español y conocedor como pocos de la idiosincrasia del fútbol canario; y el paisano y maestro Juan Cruz Ruiz, quien siempre está ahí, cuando se le reclama, incluso para hacer su aportación intelectual al hecho futbolístico. Nieves  Pérez, sobriedad ante todo, ofició de maestra de ceremonias en un salón abarrotado donde se fueron desgranando, a modo de anticipo, los contenidos de la obra.

        Así, Luis Padilla habló del significado de su criatura: “Hacer justicia”. Al Tenerife le faltaba su historia sistematizada. Ya está publicada: “El autor son todos ustedes”, confesó.

        Las claves cronológicas contenidas en sus páginas son muy valiosas. Como que hasta Cruz se permitió sugerir que llevaran la obra a centros educativos y se tuviera presente en alguna iniciativa programática. El prolífico escritor portuense dijo que “el fútbol es lo mejor que ha pasado entre los inventos deportivos”. Y reveló también que se había emocionado con las páginas dedicadas a los periodistas que ejercieron en el ámbito deportivo.

        Relaño desveló que intentó disuadir a Jorge Valdano de su aventura como entrenador que inició precisamente en el Tenerife pero, aún sin llegar a la isla, ya le había atrapado el sentimiento que luego, con sus resultados deportivos, enriquecería. Elogió la obra, hasta el punto de recomendar que los futuros libros de historia del fútbol deberían ser escritos con arreglo a los patrones de Luis Padilla.

        Y así, el libro del centenario, el de una pasión encendida, conmemorativo de una fecha histórica, impregnada de azul y blanco, ya forma parte, de pleno derecho, de la identidad de un pueblo. Enhorabuena!

 

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