Eliseo, aún en activo, sería el profesor que todo el mundo querría tener.
Omnisapiente, metódico, riguroso y tolerante. Tales cualidades, cultivadas durante años en sus oficinas y en las redacciones donde ocupaba su plaza con la sencillez del funcionario o trabajador ejemplar.
Eliseo Izquierdo, premio ‘Patricio Estévanez’ concedido por la Asociación de la Prensa de Tenerife, sería, periodísticamente hablando, un maestro. Anoche, ingresó en la Academia Canaria de la Lengua. El archivo viviente, el hombre al que consultar cualquier cosa, sobre todo, en la inmediatez de la entrega o cierre de la edición. El veterano redactor que no dejaría pasar una errata ni una imprecisión en las fechas, por ejemplo. Y no digamos cuando de titular se trataba, cuando era indispensable la claridad y la concisión para condensar la información o el comentario de opinión: decirlo todo, en pocas palabras.
Izquierdo, sin alharacas, era amante de la archivística, de los recortes bien ordenados que luego consultaba para fundamentar cualquier apreciación de su escritura, de sus crónicas y reportajes, de sus investigaciones y de sus críticas de arte, que también cultivó… y con mucho éxito.
Eliseo es de esa generación de periodistas que conoció el plomo de las linotipias y los más modernos sistemas de impresión. Fue de los que pegaban las tiras de telégrafos y corregían hasta rehacer los teletipos. Siempre lo hizo con modestia, con amor por el trabajo bien hecho, los soportes vitales del periodismo, unidos a la verificación de los hechos que otorgaban credibilidad al autor de la información y al medio que la publicaba.
Hasta nuestros días se ha mantenido al corriente de las tendencias de la comunicación, aunque a su edad, como es lógico, haya preferido la investigación y la búsqueda de aquellos testimonios que ha procurado siempre divulgar con seguridad y elegancia, otras de las dos virtudes que se han ido desdibujando –por no decir perdiendo- en el periodismo de nuestro tiempo.
Si decimos ‘Eliseo es un clásico’, no exageramos. Ha sido un lujo aprender de su mesura, del empleo adecuado de la adjetivación y del manejo de los conceptos a la hora de interpretar una creación artística.
Eliseo Izquierdo es un clásico, sí, por derecho propio, por haber ejercido un periodismo ecuánime y equilibrado. Los clásicos tienen que estar en la Academia que le acoge con garantías de una trayectoria profesional sobresaliente y el significado de corresponder a su ejercicio esmerado y a su pulcritud estilística.
1 comentario:
Excelente texto, el justo retrato de un "maestro" en toda la amplitud de la palabra y en el concepto. Felicitaciones por ser nuevo académico, y por tener a incondiconales como Salvador García, dispuesto a contarlo.
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