La
crisis del coronavirus empieza a ofrecer cifras más allá de los
afectados y fallecimientos. Así, la Organización Mundial del
Turismo (OMT) ha revisado hace pocos días las de sus perspectivas
del presente año para las llegadas de turistas internacionales:
frente a un avance previsto próximo al 4 %, ahora señala que se
producirá una caída de entre el 1 y el 3 %.
Se
trata de un descenso que significará una pérdida calculada entre
treinta mil y cincuenta mil millones de dólares en los ingresos
generados por la actividad turística. Palabras mayores.
Claro,
si ya era un año con incertidumbres y riesgos, las medidas adoptadas
por los gobiernos tras la extensión de la pandemia han acentuado
tales características. La salida del Reino Unido de la Unión
Europea y un principio de desaceleración económica en Alemania eran
antecedentes preocupantes que ahora se han acentuado. El fenómeno
incipiente de la fuga de talentos, los vaticinios sobre la crisis de
las compañías aéreas y la guerra de precios también contribuyen a
horizontes pesimistas. Las estimaciones de la OMT así lo confirman.
Ya
el último trimestre del pasado año registraba datos inquietantes:
la economía de la eurozona creció un 0,1 % respecto al trimestre
anterior, es decir, al ritmo más bajo desde 2013, el año en que se
inició la recuperación de la gran recesión iniciada en 2008. Lo
que ocurre con el país germano, probablemente, es lo que más
desasosiego causa en el sector turístico teniendo en cuenta que se
trata del segundo mercado emisor de turistas a España. En efecto, en
2019 nos visitaron más de once millones de alemanes, si bien esta
cifra significó una caída del 2,1 % respecto al año anterior.
Atención también a los datos de Francia e Italia, ahora en el
primer plano de atención por otros motivos, que registraron una
reducción de sus respectivos Producto Interior Bruto (PIB) del 0,1 y
0,3 %.
Así
las cosas, el sector tendrá que diseñar -y revisar- nuevas
estrategias, principalmente en el ámbito promocional. Los
profesionales y expertos advierten que la mezcla de todos los
elementos que convergen hace augurar una guerra de precios si, como
es previsible, se desata una serie de ocupaciones bajas tanto en el
transporte como en el alojamiento. Un alto ejecutivo de la firma
'Garden Hotels', Joaquín Caldentey, ha señalado que los resultados
del presente año dependerán del comportamiento de los mercados pero
también “de
las acciones dentro de la estrategia de ventas que tengamos como
respuesta. De la prudencia y astucia de aguantar los precios,
ofreciendo un servicio acorde a las exigencias del cliente”.
En
cualquier caso, el nuevo escenario está aún por terminar y también
dependerá del tiempo que se tarde en atajar no solo las
repercusiones del coronavirus sino en recuperar la confianza y
reactivar la turoperación .
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