sábado, 27 de agosto de 2011

CAMBIOS DE AHORA MISMO

Curioso.
Es un privilegio poder asistir, en primera fila, a los cambios que experimenta el espacio ciudadano en que nos desenvolvemos. Los procesos de transformación de las ciudades, con sus distintos ritmos, tienen todos los factores de atracción que favorecen un mejor conocimiento del medio.
No sólo es ver crecer una obra, ver dónde surge una plaza o un recinto donde había antes un solar abandonado o una edificación en ruinas, ver cómo se consolida una infraestructura en torno a la cual van surgiendo otras fuentes de producción y se alimentan las sinergias. Es también comprobar cómo se desplazan los núcleos de actividad, cómo se modifican los usos y hábitos sociales, como recobran dinámica zonas o sectores aletargados.
Otra cosa es discernir si es bueno o malo, debatir si es positivo o negativo, plantearse la sostenibilidad, aunque ello suene un poco grandilocuente; pero vivir de cerca, participar, siquiera de forma pasiva, en esos procesos es muy interesante.
Curioso: en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, y también en la década siguiente, el Puerto de la Cruz se abre al turismo con todas las consecuencias. Las plataneras y la pesca cedieron a los hoteles y al fácil acceso a los bienes de provisión. El consumismo cabalgó a ritmo de galope. El turismo de masas trajo, entre otras cosas, una propensión lúdica que se contagió con rapidez entre los nativos: frenesí, vida nocturna, diversión.
¿Y dónde casi todo eso sino en Martiánez? Allí las salas de fiesta, las discotecas, las cafeterías al aire libre, las celebraciones y los espectáculos, los espacios de ocio y disfrute popular. La coloquial, elemental y recurrente “vuelta a la avenida” era el principio de todo lo que podía encontrarse en Martiánez que llegó a albergar, no lo olvidemos, un circuito automovilístico, sustituido, con el paso de los años, por pruebas de atletismo y fiestas de la bicicleta.
Con el paso de los años, los hábitos consumistas fueron evolucionando, las exigencias de los turistas empezaron a ser otras y hasta los canales de diversión cambiaron. Se quería menos buliicio y menos ruido, mermó la vida nocturna y emergió con fuerza la competencia para captar segmentos de visitantes y ofrecerles las opciones y emociones que en el Puerto empezaban a ser otras. El esplendor de Martiánez empezó a ser historia.
En la última década, el cierre de establecimientos ha sido una de las constantes en la zona que, afectada también por obras prolongadas de distinta naturaleza, se ha hecho algo hostil, cuando menos incómoda. Como siempre, nunca llueve a gusto de todos: para unos por fin se puede dormir y hay menos peligrosidad; para otros, no hay atractivos, existe una sensación fúnebre, la constatación de la decadencia de un destino turístico.
Y así, se produce un desplazamiento de actividades comerciales hacia el centro, tomada la plaza del Charco como punto principal desde el que establecer cualquier delimitación. ¡Quién lo iba a decir! Casonas antiguas, inmuebles reciclados, locales rescatados... Los nuevos hábitos de diversión, especialmente los de los más jóvenes, van imponiéndose y van amoldando a los emprendedores a adecuar su oferta. Adecuar, que no dimensionar.
Lo cierto es que recobran las calles un movimiento perdido, si bien con la circunstancia agravante de aumentar la anarquía de la ocupación de la vía pública. Y en casas donde hasta hace poco convivían familias ahora hay música en vivo. O acogen restaurantes que invitan a ser visitados tan sólo por su fisonomía. Aumenta la competencia y los propietarios se esmeran: saben que estamos en un trance decisivo. Las redes sociales se encargan de sustituir los métodos convencionales de publicidad. Surgen nuevos nombres, nuevas marcas. La oferta aspira a ser plural en medio de las bondades climáticas y de las características del espacio urbano.
A todo eso asistimos, con natural expectativa, máxime cuando se está a la espera de contar con un Plan Especial de Protección del Casco Histórico que debería servir para sentar las bases de un modelo de ciudad.
Estamos pulsando los cambios, asistimos a una sensible transformación, no sabemos si para bien o como salida de una recesión que acogota. Y atención, porque no parecen modificaciones concebidas para los turistas sino para los nativos y para los ciudadanos insulares que prefieren el Puerto, aún con sus sombras, penurias o incertidumbres.
Curioso.

viernes, 26 de agosto de 2011

PRIMERO, AUDITORÍA; DESPUÉS, YA SE VERÁ...

Apenas acababa de ser archivada la denuncia sobre el uso indebido de las asignaciones que recibía el Grupo Municipal Popular del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife de los Presupuestos Generales Municipales, según informe de la Intervención General de la institución que tiene la obligación de fiscalizar, cuando el nuevo gobierno local de San Juan de la Rambla (PSOE+PP) daba a conocer el empleo de recursos públicos supuestamente consignados en el área de servicios sociales para finalidades muy alejadas de lo que en tales servicios debe englobarse.


Son casos distintos pero en ambos llaman la atención los contenidos de los gastos facturados que son los que desconciertan e indignan a los ciudadanos. Recordarán que en el caso de Santa Cruz se habló hasta de prendas femeninas. Ahora, en el municipio norteño salen a la luz artículos tales como cosméticos y pinturas de uñas. Como lo leen.


A ver qué pasa ahora pues el primer archivo de la via judicial inicialmente residenciada, a la espera de giros de unos cuantos grados, debería servir de aviso a quienes desde San Juan de la Rambla parecen querer ensayarla. ¿Lograrán algo? No es que se oponga uno a la crítica política sobre el empleo y la administración de recursos públicos, máxime si se puede argumentar documentalmente, para así poner de relieve cómo se conducen algunos gobernantes y cargos públicos con el dinero de todos o cuáles son sus prioridades en plena crisis.


Pero dirimir estas causas en los tribunales de justicia, con los antecedentes que existen, puede no ser la mejor alternativa.


Tampoco es muy edificante que digamos airear la controversia en los medios, con ese cruce de acusaciones e interpretaciones que nunca beneficia y que a los vecinos deja las puertas abiertas para el dicho más fácil: todos son iguales.


Eso sí: una auditoría bien hecha que ponga de relieve los desvíos y los desmanes, la alegría y la negligencia, es muy aconsejable. Señalará a los responsables. Mejor que los tribunales. Y si después toca otra cosa, porque ética y jurídicamente procede, ya se verá. Al menos hay pruebas.

jueves, 25 de agosto de 2011

QUE APORTE MÁS QUIEN MÁS TIENE

Primero, los norteamericanos. Y luego los franceses. Algunos magnates de estas nacionalidades, poseedores de grandes fortunas, pidieron a los presidentes de sus gobiernos que les subieran los impuestos "para colaborar más con la sociedad". Es un gesto que les enaltece, un hecho que revela solidaridad. En los tiempos que corren, hay que reconocerlo. No se tiene noticia de que los españoles más ricos hayan tenido una iniciativa similar pero queremos pensar que sí, que algunos están por la labor y tienen sentimientos similares. Ya veremos si los plasman, aunque sea de la forma más conservadora.

En cualquier caso, habrá que estar atentos al consejo de ministros de mañana pues ha trascendido que podría adoptar alguna decisión relativa a un incremento fiscal sobre las rentas de los más poderosos o acaudalados.

Sería consecuente. Es el tiempo de que aporten más a la sociedad quienes más tienen, dicho llanamente. Se entendería. Cuando apenas se ha abierto el melón del tope del déficit público y las impresiones sobre un ataque a los pilares del Estado del bienestar se van sucediendo, la medida de gravar las grandes fortunas es lo menos que puede esperarse para que el apretón del cinturón no recaiga siempre sobre los mismos que bastante vienen sufriendo desde las ya olvidadas "hipotecas-basura".

Es de justicia.

miércoles, 24 de agosto de 2011

MENOS PENINSULARES

Las cifras son indicadoras de una clara recuperación del sector. El propio viceconsejero de Turismo del Gobierno de Canarias, Ricardo Fernández de la Puente, ha venido a reconocer "la fortaleza del turismo extranjero" que, en lo que va de año, registró en las islas cinco millones ochocientos mil visitantes, un incremento del 20 por ciento con respecto al año pasado.

Ya conocen nuestro planteamiento de no caer en borrosos triunfalismos pero así como hemos expresado la preocupación por coyunturas desfavorables, traducidas en menor afluencia, en menguado gasto turístico y en reducida ocupación alojativa, ahora, con datos más favorables, hay que congratularse de que hasta se puede estar generando empleo, como se supo hace pocas fechas, con una contratación superior a los veinticinco mil puestos de trabajo. Otra cosa son las condiciones de esta contratación laboral pero algo es algo.

En efecto, el destino turístico Islas Canarias, según datos de Frontur y Frontur Canarias (ISTAC-IET), ha recibido un total de 1.019.554 turistas extranjeros y españoles en julio, un 11,44 por ciento más que en julio de 2011. Con esta cifra, el Archipiélago ha recibido, en lo que va de año, 6.720.984 turistas extranjeros y nacionales, lo que supone un incremento del 15,96 por ciento.
De acuerdo con las informaciones periodísticas, por sexto mes consecutivo, Canarias es la comunidad donde más crece el turismo extranjero, con 832.976 visitantes foráneos, un 19,63 por ciento más que en mismo periodo de 2010. En cuanto al turismo nacional, las islas recibieron el pasado mes de julio la visita de 186.578 turistas. En cuanto al acumulado del año, llegaron a las islas 905.806 visitantes nacionales.

Pero la felicidad nunca es completa. El dato preocupante, entonces, es el estancamiento que se advierte en el mercado nacional. Menos peninsulares. Independientemente de que ello esté en consonancia con lo que se produce en otras comunidades españolas, fruto de la situación económica desfavorable que obliga a prescindir o reducir gastos vacacionales, los responsables del sector tendrán que plantearse las iniciativas que permitan potenciar ese mercado, hasta hace unos años considerado como la auténtica tabla de salvación en determinadas épocas y en destinos muy concretos que supieron trabajárselo.

La competencia obliga a esmerarse. Demostrado está que no se puede vivir de las rentas. Imposible determinar si todo es cuestión de más o nuevas promociones pero para captar y consolidar hay que derrochar imaginación y mejorar, innovando y cualificando.

Manos a la obra.



martes, 23 de agosto de 2011

MENOS BRONCA, MENOS CONFLICTO

De "broncas ficticias", de "conflictos artificiales" ha hablado Juan Manuel Bethencourt, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de La Laguna, a propósito de la situación creada en torno a las previsiones de la Agencia Estatal de Navegación Aérea (AENA) para el aeropuerto Tenerife Norte-Los Rodeos. Los vecinos no están de acuerdo con algunas de ellas y tratan de unificar posturas en la búsqueda de alternativas, procurando que el Ayuntamiento les apoye.

Bethencourt es periodista -dirigió Diario de Avisos hasta hace unos meses- que conoce bien este tipo de conflictos. Ahora los está palpando desde dentro. Sabe la de esfuerzos que muchas veces devienen estériles y conoce perfectamente el encono que se genera y termina dificultando el necesario entendimiento para que las partes terminen acercando posturas y alcanzando un acuerdo. Son muchos los ejemplos de relaciones tormentosas y de clima crispado que se han registrado en las islas entre actores sociales y responsables públicos: lamentablemente, generan confusión, desconciertan y no contribuyen a la solución.

Por eso, el mensaje de Bethenocurt es no sólo conciliador sino incentivador. Cargado de sana intención pacifista, pretende también superar un clima que es poco favorable para salir del atolladero. Es consciente de que ha de defender los intereses generales y conciliar aquellas diferencias que empantanan una solución a todas luces necesaria. No es un mensaje que condicione la negociación; sí un propósito de superar obstáculos, de propiciar un ambiente distinto al que se residencia en los medios, donde no estriba la solución por mucho que las partes presionen o tengan a su favor determinada coyuntura.

Esos conceptos están bien empleados porque se crean broncas donde, todo lo más, se trata de interpretar una planimetría, o donde hay voluntad de consensuar una salida pero un quítame allá la obcecación o la rigidez la maniatan y la impiden.

Ni el radicalismo ni la falta de generosidad ni de visión favorecen el ambiente más adecuado para las soluciones. Bethencourt, en realidad, llama a la sensatez y al diálogo útil, antítesis, desde luego, de esa tendencia bronquista y de esa apariencia de conflictividad que sólo sirven para tensionar.

A ver si cunde.

lunes, 22 de agosto de 2011

FRUSTRANTE TAORO

El próximo mes de octubre se cumplirán dos años de la publicación de un trabajo titulado “Taoro, otra frustración” en el que aludíamos a esa especie de maldición que parece pesar sobre el antiguo gran hotel y la sede de un casino de juego durante décadas. “Condenado a permanecer cerrado... Nadie lo quiere ya... Pobre Taoro”, escribíamos entonces, a raíz de algunos anuncios hechos por Víctor Pérez, consejero de Hacienda del Cabildo Insular de Tenerife. De no ser porque aporta alguna alternativa y un futurible, los que ha realizado en este periódico hace pocas fechas el vicepresidente primero de la institución, Carlos Alonso, permitirían reproducir casi al pie de la letra aquellas apreciaciones nuestras de hace casi un par de años.

Defendimos en su momento, en el ejercicio de las responsabilidades públicas y luego en el ámbito mediático, la idea de restituir el uso residencial turístico. Volver al hotel. Aterraba la probabilidad de que el edificio estuviera cerrado y se prolongara el tiempo sin una solución tangible: abandono, deterioro, indefinición, debates estériles... Y nos parecía que, dadas las circunstancias que concurrían -y concurren- en el destino turístico portuense, era una opción tan válida como viable. Por un lado, la oferta alojativa de la ciudad se enriquecería considerablemente, sobre todo desde el punto de vista cualitativo. Aquí estábamos, aún en plena crisis, ante una auténtica oportunidad para el Puerto de la Cruz. A ningún empresario, a ningún hotelero le escuchamos opiniones contrarias a que la ciudad precisaba de uno o dos establecimientos turísticos de primer rango. Ahí radicaba la validez.

Y, por otra parte, encontrábamos en la “Operación Mencey” (remodelación del inmueble promovida por el Cabildo seguida de una concesión administrativa ventajosa para las partes) unos antecedentes que habrían de favorecer una iniciativa similar. He ahí la viabilidad. Había costado lo suyo la idea de restitución del uso residencial turístico, una de las opciones que surgió nada más materializarse el traslado del casino y sus instalaciones complementarias al complejo "Costa Martiánez". Los informes técnicos determinaron, por fin, la voluntad política pero... no ha habido suerte. Ni los concursos convocados ni la falta de interés de posibles inversores y del empresariado han predispuesto la solución apuntada.

De ahí que el Cabildo Insular deseche la aspiración, a la que quizá ha faltado más entusiasmo o un seguimiento más activo por parte de los últimos gobiernos locales para terminar creando una favorable corriente de opinión. Ahora habla Carlos Alonso de importantes gastos adicionales -¿cuáles?- que dificultarían aún más el retorno del uso hotelero pero, en encomiable tono constructivo, abre las expectativas de la recuperación del inmueble “como una fuente de ocio, un centro que dinamice y dé calidad a la oferta” de la ciudad que precisa de incentivos para superar el proceso de decandencia que la envuelve.

Lo malo es que los vientos siguen sin soplar en la dirección que habría de impulsar tales incentivos. Pero si están agotadas todas las opciones de recobrar la explotación hotelera -aunque sea a la desesperada, ¿no puede hacerse un último intento?-, que el diseño del vicepresidente Alonso no caiga en saco roto para rescatar del abandono frustrante y de la maldición a un inmueble emblemático. Que se madure esa idea de centro dinamizador de la actividad social y económica, en la que además de usos de ocio, lúdicos o recreativos, igual caben otros que permitan aprovechar y rentabilizar el recinto.

A ver si deja de ser frustrante el Taoro.

sábado, 20 de agosto de 2011

EL LITORAL PORTUENSE, A GRANDES RASGOS

Naturaleza, riqueza, variedad, mano del hombre transformadora, infraestructuras, mar abierto, calas, bahía, acantilados...

Son casi nueve kilómetros de litoral en los que se puede apreciar lo señalado anteriormente. El Puerto de la Cruz tiene también en su línea costera señas de identidad. Desde Punta Brava a El Rincón, desde Los Realejos a La Orotava, el Atlántico baña al municipio más pequeño de Canarias. El mar ha tenido aquí, históricamente, su puerta de entrada y salida: de ideas, de comercio, de ilustración, de búsqueda de libertad, de actividad pesquera y marítima, de regocijos populares y de fervor, de sostén productivo, de aventuras, de recreo y disfrute... De tantas cosas.

En Punta Brava, justo donde El Burgado establece el límite territorial, frente a la calle Tegueste, el oleaje se sucede siempre atrayente y se ciñe en las formaciones rocosas desde las que lanzan sus anzuelos los últimos románticos de la pesca individual o donde nadan los más duchos. Superados los riscos más avanzados, aparecen Playa Chica y Playa Grande que, junto con El Charcón y San Felipe, componen Playa Jardín, la última gran obra del sin par César Manrique, la última gran inversión del Estado en la ciudad, siendo ministro de Obras Públicas Josep Borrel y alcalde Félix Real.

Una concepción sencilla: que la mar casi tocase los jardines y las plataneras. Que la orilla y la vegetación se fundieran. El Puerto, ya completado el complejo turístico 'Costa Martiánez', necesitaba una playa natural, una zona de baño abierta, espaciosa, bien dotada, accesible y segura. Lastimosamente, los portuenses no hemos sabido identificarnos con Playa Jardín, no la hemos hecho propia, no la hemos cuidado como ha ocurrido, por ejemplo, con Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria, donde la consideran 'joya de la corona' y donde hay una sensibilidad ciudadana muy extendida ante cualquier cosa que allí ocurra. Playa Jardín, desde Punta Brava al castillo San Felipe, con sus arenas negras, con sus instalaciones complementarias -alguna de ellas, infrautilizada-, con sus paseos interiores y con sus áreas ajardinadas lo reúne todo para ser una zona de baño y de ocio preferida, para pasar el día entero gozando de sus encantos. Pero hace falta más esmero en su mantenimiento y mayor identificación de los portuenses. Se alumbra, aquí y ahora, la idea de constituir una asociación de amigos o similar de Playa Jardín que, cada año, por San Juan, acoge una multitudinaria concentración humana, gente de toda condición social a la que envuelve la magia y cumple con el rito iluminado de las hogueras.

Un parque a la espera

Entre el castillo y El Peñón, una franja de acantilado bajo que se ha ido tragando toneladas y toneladas de escombros. Es la antesala del dique protector de los terrenos ganados al mar para albergar un parque marítimo, el sueño de quienes sabíamos que el Lago de Martiánez sería insuficiente reclamo paraseguir captando turistas. Fue construido con recursos municipales propios en la década de los ochenta: desde entonces han faltado dinamismo, compromiso y continuidad para alumbrar un proyecto que apenas plasmó trazos e ideas después de convenir que era necesario fijar la temática (agua, por ejemplo) y desarrollar posibles contenidos de un plan director. En nuestro ejercicio de la alcaldía (1999-2003), conversamos con inversores interesados y tratamos de facilitar sus afanes. Ideas aportadas entonces: que funcionara, a ser posible, las veinticuatro horas; que acogiera un recinto de usos mútiples en el que se ubicara un auditorio, así como el casino de juego con un suplemento de ocio nocturno. Quedaron ahí y hasta es posible que algún día puedan ser recuperadas: de momento, los terrenos sirven para un aparcamiento generoso, para instalaciones provisionales de distintas entidades y para emplazar ferias y recintos aptos para recreo y espectáculos.

Siguiendo la línea de litoral iniciada en Punta Brava, llegamos al refugio pesquero, psoiblemente el rincón urbano del municipio más frecuentado. Ya está todo dicho: una menguada actividad pesquera de la reducida flota artesanal mantiene encendida la llama de su concepción originaria, rivalizando con la subacuática y recreativa. El entorno del muelle -este vocablo, muelle, es el que siempre empleamos- conserva unos singulares atractivos. Centenares de portuenses cumplen a diario con el ritual de acercarse a las inmediaciones, contemplar la mar, discernir sobre la meteorología, seguir las evoluciones de los bañistas, aguardar la llegada del penúltimo pescador con sus capturas y comprobar cómo el monumento a la mujer pescadora es objeto de innumerables poses fotográficas.

San Telmo, un escenario entrañable

Otro bajío que discurre paralelo a Plaza de Europa sigue hasta El Penitente, antiguo embarcadero, construido durante las primeras décadas del pasado siglo. El Penitente antecede a San Telmo, una exigua cala que ha cautivado desde siempre a los portuenses. “Pero el lugar favorito de la juventud del Puerto/ era, sin lugar a dudas/ el muellito de San Telmo...”, dice una estrofa de “Bellos recuerdos en mi memoria”, la canción que nadie ha interpretado como Carmelo Encinoso. Allí han jugado, enamorado, bailado, divertido, nadado, sufrido... San Telmo, antes El Boquete, ha sido, después de todo, un escenario entrañable en el que han actuado auténticos personajes populares y al que acuden, incluso en invierno, unos cuantos portuenses para gozar de su siempre atrayente oferta.

El acantilado une San Telmo con las piscinas del antiguo Lido, hoy integradas en el complejo turístico Costa Martiánez. En cierta ocasión, en los años sesenta del siglo XX, el mar se enfureció e inundó las instalaciones de una primera concesión administrativa que gestionó un empresario suizo afincado en la ciudad. Y allí, en las terrazas, se celebró la primera edición del Festival de la Canción del Atlántico. A las piscinas íbamos los chicos de aquellos años los domingos, cuando costaba un duro la entrada, aunque algunos se colaban tras nadar hasta La Cebada desde San Telmo.
Las piscinas enseñaron la vocación transformadora de una importante franja del litoral portuense. La ciudad crecía, el negocio turístico se imponia y había que fortalecer sus potencialidades para captar el turismo de masas. Martiánez era el espacio. La urbanización y las modernas avenidas se prolongaron con nuevas piscinas (Los Alisios) e instalaciones balnearias. Adiós a aquellos bajíos donde convivían, según el profesor Telesforo Bravo, siempre disconforme con todo lo que significara alterar el medio natural, especies únicas de líquenes, musgos y crustáceos. Ya no podrían los vecinos y los llegados desde La Orotava montar sus casetas, a veces perfectamente alineadas. Bienvenida a otro confort, a otras comodidades plasmadas fotográficamente cada 1 de enero, cuando se saluda al nuevo año tumbados al sol o disfrutando del agua salada. La foto se publicaba en los rotativos europeos y la promoción (gratuita) de la ciudad era inconmensurable.

El Lago, la obra cumbre

Hasta que llegó César y mandó a revolucionar. Un largo dique de protección que los jóvenes recorríamos con audacia desafiando olas y superficies deslizantes era la primera percepción de que Martiánez cambiaba completamente de fisonomía. Entonces, el concepto de parque marítimo no existía pero era evidente que aquella obra sería determinante para producirlo. Lenta pero inexorablemente, el lago iba aflorando. Y en medio de aquella imponente lámina de agua, la “esmeralda manriqueña”, el fruto de su genio pintado en una servilleta: una sala de fiestas bajo el nivel del mar. “Se llamará Andrómeda” y todos se miraron con aire incrédulo. “¿Cuántos millones?”, preguntó alguien ya con ganas de ir poniendo pegas. “Lo que sea, coño, ya se pagará”, exclamaba César entusiasmado ante los preliminares de la que habría de ser su obra cumbre.

El Lago y su isla. Las formas rocosas. La gran fuente. El gran chorro. Los árboles plantados al revés. El monumento al mar. El túnel subacuático que permitía cruzar la instalación desde la mismísima avenida de Colón. Genial, genial. Fue todo un auténtico impacto que deglutió el memorable Charco de la Coronela (frente al hotel Tenerife Playa) y también inmortalizado en los estribillos de Encinoso: “Y si querías nadar/ si bajaba la marea,/ era el único lugar:/ ¡Charco de La Coronela!”.

El Lago se convirtió en un recurso primordial de la productividad económica del municipio y Andrómeda fue uno de los últimos exponentes del Puerto esplendoroso. Cuando cerraron sus acristaladas puertas, se puso punto final a una parte brillante de la historia de la ciudad, plena de 'glamour', farándula, música y espectáculos. Allí trabajó Kiko Ledgard y se vivió la experiencia, ya en los años ochenta, de que la concesión fuera gestionada por una cooperativa de trabajadores. Allí se celebró el certamen de elección de 'Miss Europa 1979' y se sucedieron dos ediciones de las Galas OTA, patrocinadas por Club de Vacaciones. Tuvimos el honor de presentar a afamados artistas y nos pagaron con un reloj Cartier.


La majestuosidad de Martiánez

La infraestructura del complejo turístico Costa Martiánez terminaba en un espigón protector. Luego se abría una franja de mar abierto, lo que quedaba de Martiánez, la playa de festones de raso que cantara Sebastián Padrón Acosta, una suerte de superviviente que tenía una referencia en los pescadores de pulpos al despuntar el alba y en aquel dique que resistía los embates del océano y permitía identificar el Charco de la Soga, así denominado porque ataban una cuerda desde la orilla con el fin de que los bañistas, principalmente los extranjeros, tuvieran un asidero de seguridad cuando las corrientes cobraban cierta fuerza y arrastraban. La fraseología popular en un Puerto de la Cruz tan dado a los motes también registra otra curiosa denominación de esta zona, la Playa del Potaje, derivada posiblemente de la extendida creencia de los vertidos directos al mar de las residuales de los hoteles y restaurante cercanos.

Tras aquel dique maltrecho, construido paralelo a una pequeña cadena de riscos, surgía La Barranquera, donde el oleaje, los días de fuerte marejada o temporal, constituía un inigualable espectáculo naturalista. Había quien se atrevía a varar, anticipo del “surf” que, con el paso de los años, se convirtió en otra atracción para todas las edades.

La majestuosidad de las olas o de la rara quietud de La Barranquera podía contemplarse desde el desaparecido Cintra y desde aquella Santa María poblada de extranjeras y nativos ávidos de sexo fácil. La gran época del 'ligue'. En los alrededores, junto a los ojos de la desembocadura del barranco, practicaban fútbol-playa -cuando no había turistas o bañistas a los que molestar- los últimos de Martiánez, encabezados por Jesús Hernández Martín, 'el Maestro'.

La prolongación de los acantilados hacia Los Patos y El Bollullo, ya en La Orotava, es el tramo final de este descriptivo recorrido por el litoral portuense que tiene en la denominada Laja de la Sal una importante referencia física, no sólo por su uso originario sino por la forma de piscinas naturales que durante décadas usufructuó el hotel Semíramis.

Un litoral, pues, rico, variado, heterogéneo, con una peculiar fisonomía y con su historia que las ondas atlánticas han ido moldeando, sin derrotarlo por cierto.






viernes, 19 de agosto de 2011

LEJOS DE LA COHERENCIA

Si lo dicho hubierra ocurrido en primavera, recurriríamos al lugar común de la sangre alterada estacionalmente para justificarlo. Como ha sido en agosto, en el breve plazo de dos o tres semanas, pues habrá que pensar en los efectos de los calores caniculares.

No es para sorprenderse mucho tampoco pues a estos vaivenes se ha costumbrado el personal con absoluta naturalidad o con actitud verdaderamente indolente, pasota en lenguaje coloquial.

Pero bueno, en plenas convulsiones veraniegas, en ese sinvivir de las oscilaciones bursátiles y de los gobiernos económicos que vienen, en esas reacciones furibundas y en esas violencias desatadas, llama la atención en las islas que un dirigente político, Ignacio González, presidente del Centro Canario Nacionalista (CCN), haya pasado de solicitar que la organización política con la que está asociada su partido concurra en las próximas elecciones legislativas aliada con el Partido Popular (PP), a manifestar públicamente, en el único periódico que aboga, querencias independentistas.

Y claro, cuesta entenderlo. No es un salto del cero al infinito pero sí es, cuando menos, contradictorio. ¿En qué quedamos? ¿Integrados o aliados con un partido estatal de corte netamente conservador y que viaja al centro cada vez que desempolvan las urnas; o alineados con la "iluminada" opción soberanista? Es fácil advertir algún contrasentido pero bueno, eso, en Canarias, entre la desmemoria y el desapego, entre la indiferencia y el desconcierto, se impone sin que tiemblen las crujías.

Tras un par de sorbos para mitigar los calores añadidos, la conclusión es que, aún respetando todas las posturas y todas las ideas, estas del presidente del CCN revelan que, búsqueda de identidades aparte, seguimos lejos, bastante lejos de la coherencia elemental.

miércoles, 17 de agosto de 2011

LLORET COMO PREVENCIÓN

Los sucesos de la localidad catalana de Lloret de Mar han tenido una notable trascendencia y han puesto en tela de juicio no ya los inconvenientes de la estacionalidad turística sino el propio modelo de su oferta y las fórmulas de explotación.
Deberían reflexionar los empresarios, profesionales y responsables públicos del sector: de registrarse esos hechos en Canarias, las repercusiones podrían ser muy negativas.
En distintos destinos turísticos de las islas, es cierto, se han registrado incidentes, algunos desórdenes y hasta algunos resultados indeseados consecuencia de comportamientos poco cívicos, en muchos casos alocados e incontrolados. Pero, por lo general, son hechos aislados. Al menos, no se recuerdan algaradas tan serias como las de Lloret, donde la reacción de autoridades y población, por cierto, ha sido ejemplar: unidad, rechazo y civismo.
El origen está en el tipo de turismo. A la ciudad catalana, como a otras muchas de cualquier zona costera, llegan bajo la fórmula del 'low cost' ('bajo coste') que, ciertamente, facilita el acceso a los bienes de consumo hasta el punto de creer que todo el monte es orégano. Claro, cuando se producen los excesos, cualquier cosa es posible. El gamberrismo se queda corto. Se pasa fácilmente a una situación mucho más complicada.
Cierto que nunca llueve a gusto de todos. En el Puerto de la Cruz, por ejemplo, cuando ejercimos la alcaldía, mantuvimos un sustancioso debate sobre el particular con agentes del sector. Defendimos, por encima de todo, un modelo de convivencia plural. Perro había tanto detractores del modelo 'senior' pues daba a la ciudad, decían, un aspecto avejentado y poco dinámico, como de los grupos de jóvenes que se hacían notar demasiado, eran más ruidosos, se comportaban en los establecimientos de forma incívica y en sus correrías nocturnas causaban daños en vías y mobiliario urbano.
La conclusión es que la coexistencia es posible si se mantienen las formas de captación de esos dos segmentos de mercado. Otra cosa es la comercialización del producto y esa da para otro debate.
En todo caso, lo ocurrido en Lloret de Mar debe servir de alerta. en todas partes. Hay que tomar las debidas prevenciones. No puede ocurrir que una ciudad turística vea cuestionada su oferta por unos comportamientos de imprevisibles consecuencias. Se sabe cómo empiezan, una discusión, una provocación, una gresca, una bronca... Pero nunca cómo acaban.


martes, 16 de agosto de 2011

CAUTELA PARA ESE DEBATE

Rebrota el debate en torno a la supresión de municipios. La situación económica obliga a reajustes y los gobiernos de Grecia e Italia, por ejemplo, se lanzan a la elminación de entidades locales como fórmula para reducir el déficit público. En España se alzan algunas voces y algunos medios para hacer lo mismo, acaso por efecto mimético. Aportan las primeras cifras y hablan de racionalidad. Pero los dos partidos políticos principales ni se lo plantean, menos en vísperas electorales.

No hay que tener miedo a ese debate -en democracia, a ningún debate- pero hay que ser muy cautos. Porque a ver quién pone el cascabel al gato de la recomposición, a ver quién formaliza una propuesta con nombre y apellidos de municipios que desaparecen. En las islas, el asunto levantaría ampollas: a ver quién le dice a un alcalde, a una representación política, a unos actores sociales que se pone punto final a su historia. Así de sencillo: que ya no serán más lo que han sido, que ahora dependerán de, que ahora será en otra localidad donde se tomen las decisiones que les afectan.

Cuidado, desde luego, porque esta chispa, en los tiempos que corren, prende fácil. Con sesgo, manipulación, demagogia y desinformación, más fácil todavía.

Augurando que en nuestra Comunidad Autónoma la medida sería prácticamente inviable, ya hemos escrito sobre la alternativa: las mancomunidades de servicios. Ahí sí caben avances, aprovechando incluso las experiencias no tan positivas de las que existen desde el régimen preconstitucional. Y precisamente no han sido positivas por los recelos, por las dudas que inspira la pérdida de autonomía o gastar para que los vecinos del pueblo vecino -por utilizar el lenguaje más municipalista- se beneficien.

Pero sí se pueden acometer prestaciones comunes y afrontar iniciativas cuya financiación compartida aliviaría, cuando menos, las arcas municipales. Ello precisa de tiempo: se iría generando una nueva cultura y terminaría imponiéndose un nuevo funcionamiento de las estructuras administrativas. Las mancomunidades podrían servir, si nos apuran, hasta para garantizar puestos de trabajo y reciclar empleados públicos.

Este sí que nos parece un debate más sustancial y menos peligroso. Ese es el terreno donde los municipalistas, especialmente los que llevan décadas con responsabilidades públicas, podrían aportar la experiencia. Con las cuentas y con las liquidaciones presupuestarias en la mano. Una cosa es que no se toque o aborde la supresión o fusión de municipios y otra, muy distinta, que permanezcan indolentes o al margen de un planteamiento que puede ir creciendo o convertirse en recurrente en medio de una depresión en la que aún quedan cosas por ver.

Para ese debate se requiere, además de voluntad política, altura de miras, gestos, gran capacidad de diálogo y sacrificio, mucho consenso, estudios rigurosos, propuestas viables y creíbles... Es el gran salto que debe dar el municipalismo canario en las dos próximas décadas o, si se quiere, en los tres próximos mandatos. Aún cuando hubiera una recuperación económica, hay que afrontarlo. Menos políticas de campanario, de acuerdo; pero más pragmatismo y operatividad en la nueva realidad socioeconómica.


Nota del autor.- Para que no quede ninguna duda y sin querer presumir de ser el primero: que no cuenten con uno si quieren suprimir el municipio o el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Me opondría sin reservas.

sábado, 13 de agosto de 2011

ESTATUTO FRUSTRADO

Estatuto del Municipio Turístico. Otro de los asuntos empantanados en Canarias. Lo refresca, en fechas pasadas, el periódico 'El Día', con una información de la que se desprende la incapacidad de gobernantes, responsables públicos y la propia Administración para aprobar, en el plazo de seis meses, una norma derivada de la Ley de Ordenación del Turismo de Canarias vigente desde 1995. Dieciséis años después, no sólo no se ha avanzado en su tramitación sino que se puede dar por paralizado definitivamente.

Ya no es un problema de voluntad política, como se comprueba al cabo de más de tres lustros, sino de consenso y aplicación de otros criterios para volver prácticamente al punto de partida: definir y decidir cuáles son los municipios turísticos. Esa es la madre del cordero. Ahora, la cuestión no es sólo el número de camas sino la consideración del espacio turístico único y la conservación del territorio como factores a tener en cuenta si es que el debate sobre el particular se reabre. Esos y aquella vieja reivindicación de los munícipes de esta naturaleza para que los mecanismos de financiación tuvieran la estabilidad de una consignación presupuestaria en la Comunidad Autónoma y no quedaran al albur de subvenciones o convenios cuya plasmación y velocidad dependiera de la mayor o menor simpatía política.

La lectura de la citada información ha permitido recuperar el texto de una moción que presentamos en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz después de la insólita censura de julio de 1995. Fue la primera de aquel mandato, tan lleno de penurias y zozobras en la institución. La aprobó, el 28 de septiembre de 1995, con una enmienda del grupo político de Coalición Canaria, el pleno de la corporación.

El acta de la sesión recoge lo tratado en el punto segundo del orden del día de la siguiente manera:

II. MOCION DEL GRUPO MUNICIPAL DEL PSOE PROMOVIENDO LA EJECUCIN INMEDIATA DEL PROCESO NEGOCIADOR QUE CONCLUYA CON LA ELABORACION DEL PROYECTO DE LEY DEL ESTATUTO DEL MUNICIPIO TURISTICO.

Seguidamente, se pasó a tratar de esta enunciada Moción presentada por el Grupo Municipal Socialista que literalmente dice así:

"De todos son conocidos los constantes esfuerzos que la Federación Española de Municipios y Provincias, en su momento, y la Federación Canaria de Municipios, desde su fundación, han realizado a lo largo de años para que la legislación estatal, en su día, y las de las Comunidades Autónomas, una vez constituídas, reconociesen la figura diferenciada del municipio turístico, de manera que tal reconocimiento otorgase a éstos el tratamiento financiero adecuado a una realidad que en nada se corresponde con la mayoría de los entes locales.

Los representantes de los Ayuntamientos de localidades turísticas de las islas, conocida la voluntad del Gobierno de Canarias en la elaboración de la Ley de Ordenación del Turismo de Canarias, y después de haber sido financiados los estudios preliminares por el conjunto de municipios turísticos canarios, sin distingos o condicionamientos políticos, llevaron a cabo una negociación ante la Consejería de Presidencia y Turismo que dió como resultado la incorporación al texto de la Ley 7/95, de 6 de Abril de Ordenación del Turismo de Canarias, lo que constituye la Disposición Adicional Segunda cuyo texto es el siguiente:

"De conformidad con lo previsto en el artículo 30 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local y en la Disposición Adicional Cuarta de la Ley 14/1990, de 26 de Julio, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas Canarias, el Gobierno, a propuesta de la Consejería competente, elaborará, en el plazo de seis meses a partir de la entrada en vigor de la presente Ley, y oídas las asociaciones más representativas de los municipios canarios, un Estatuto de los Municipios Turísticos, en forma de Proyecto de Ley, sobre las siguientes bases:

a) En ellos el dominio público y los servicios públicos tendrán una orientación turística expresa, de conformidad con lo previsto en la presente Ley.

b) Se reconocerán las medidas fiscales y de financiación que permitan la prestación de servicios con la calidad suficiente.

c) Se prestará especial atención a la identificación de sus núcleos turísticos y a la conservación y diversificación de sus atractivos, sean de tipo natural o urbano.

d) Los núcleos turísticos separados del casco urbano tendrán una organización complementaria donde se posibilite la más amplia y efectiva participación ciudadana.

Los barrios identificados turísticamente tendrán, asimismo, su organización complementaria mediante la creación de los órganos previstos en la Ley de Régimen Jurídico para las Administraciones Públicas de Canarias para la gestión desconcentrada y la participación ciudadana, debiendo, en todo caso, crearse un Consejo de Barrio, si no existiese, y un Consejo del Sector Turístico.

En todo caso, se establecerá la participación en dicho Consejo de las organizaciones empresariales y sociales más representativas del sector."

Esta Disposición Adicional no hace sino rubricar y dar la cobertura precisa a las demandas de servicios ya existentes en todos los municipios turísticos y aquellos otros que por imperativo de esta Ley les atribuye "ex novo".

De otra parte, la Disposición Final del referido texto legal fijó la vigencia de sus preceptos a los tres meses contados desde la publicación de la Ley, de modo que el próximo día 19 de Julio cobran vigencia y obligatoriedad todos aquellos preceptos que no requieran -porque así se establezca expresamente- desarrollo reglamentario, como es el caso de las obligaciones imputadas a los municipios.

Sin embargo, es lo cierto que esa "vacatio legis" atribuida por voluntad del legislador a la vigencia de la Ley, no ha sido, a nuestro entender, debidamente aprovechada, en tanto que no consta ni se tiene noticia de que se haya realizado negociación o consulta alguna de la que se derivase algún tipo de actividad preparatoria de un hecho tan vital para la economía municipal como es la de fijar los criterios del citado Estatuto del Municipio Turístico, cuyos componentes fiscales y de financiación deberían de tenerse en cuenta a la hora de comenzar a elaborarse los presupuestos de 1.996. Y ello, porque se tiene en cuenta que, según lo establecido en la Disposición Adicional Segunda ya mencionada, el plazo para la presentación al Parlamento de Canarias del correspondiente Proyecto de Ley vence el próximo 19 de enero de 1.996.

A la vista de lo reseñado, teniendo en cuenta que el turismo es un rasgo primordial en la identidad del Puerto de la Cruz y que su desarrollo responde a un proceso de innovación constante, se hace indispensable concentrar esfuerzos con tal de mejorar y cualificar la oferta de nuestra ciudad llamada a mantener un lugar preponderante en el concierto turístico.

Por ello, se propone al Pleno de la Corporación que en la próxima sesión que celebre adopte acuerdo del siguiente tenor:

1º.-Instar al Gobierno de Canarias a la ejecución inmediata del proceso negociador que concluya con la elaboración del proyecto de Ley del Estatuto del Municipio Turístico, en los términos establecidos en la Disposición Adicional tercera de la vigente Ley de Ordenación del Turismo de Canarias.

2º.-El Gobierno de Canarias, dado el plazo que la citada Disposición determina para su presentación ante el Parlamento, y que llevado al límite del mismo, nos situará en el 19 de enero de 1.996, habrá de avanzar antes del mes de octubre del presente año, los parámetros económicos sobre los que pretende sustentar los aspectos financieros de la referida Ley con el fin de que puedan ser consignados como previsión de ingresos en los presupuestos municipales del próximo ejercicio que, "ex lege", habrán de ser aprobados por esta Corporación antes del 31 de Diciembre de 1.995.

3º.-Asimismo, sin perjuicio de lo anterior, y con el fin de que el Gobierno de Canarias y los municipios turísticos afectados puedan contar con bases sólidas sobre las que diseñar los parámetros económicos que habrán de ser incluídos en el referido Estatuto, el Ejecutivo regional deberá proceder de forma inmediata a recabar la información estadística, cartográfica, de instalaciones y de otros aspectos con el mayor nivel de actualización, así como a proceder a la puesta en marcha del Servicio de Información Estadística que la propia Ley establece.

4º.-Dar traslado del presente acuerdo al Presidente del Gobierno de Canarias, al Consejero correspondiente, al Presidente del Parlamento de Canarias, a los diferentes Portavoces de los Grupos Parlamentarios y a los Alcaldes de los municipios turísticos."

Sobre ella, ha sido emitido dictamen por parte de la Comisión Informativa de Turismo, Relaciones Institucionales y Administración General, del que se dió cuenta al Pleno, proponiendo su aprobación. Con posterioridad, instantes antes del comienzo de la sesión, el concejal Don Isidoro Sánchez García (CC ATI) presentó,mediante escrito dirigido a la Presidencia, una Enmienda proponiendo la modificación de dicho dictamen en el sentido de modificar por un nuevo texto los apartados 1º,2º y 3º de la parte dispositiva de la referida Moción,quedando inalterable el 4º.

Tras deliberar sobre el asunto, se sometió a votación la citada Enmienda, quedando aprobada por unanimidad, acordándose, en consecuencia, por parte del Excmo.Ayuntamiento Pleno lo siguiente:

1. Instar al Gobierno de Canarias para que:

A) Desarrolle el Reglamento de la Ley 7/95 de Ordenación del Turismo de Canarias.

B) Elabore, con urgencia, el Proyecto de Ley que contemple el Estatuto de los Municipios Turísticos, de acuerdo con las previsiones de la Disposición Adicional Segunda de la citada Ley.

C) Revise el actual sistema de obtención de datos turísticos en concordancia con la Disposición Adicional Tercera de la antedicha Ley.

2. Dar traslado del presente acuerdo al Presidente del Gobierno de Canarias, al Consejero correspondiente, al Presidente del Parlamento de Canarias, a los diferentes Portavoces de los Grupos Parlamentarios y a los Alcaldes de los Municipios Turísticos.

Debate:

En la deliberación previa, el Sr.Sanchez García hizo hincapié en que la enmienda presentada era positiva y constructiva, y lo que se pretendía con ella era sintetizar y concretar las propuestas del partido socialista con las que han presentado, en su momento, Coalición Canaria y el Partido Popular. Todos manifiesta estamos convencidos de la necesidad de poner en marcha este marco jurídico que es importantísimo para nuestro municipio.

Por su parte, el portavoz del PSOE Sr.García Llanos encomia el propósito del enmendante aún cuando mantiene alguna duda en cuanto a si con el espíritu de síntesis se ha intentado soslayar la concreción de la parte dispositiva de la Propuesta de su Grupo en la que se decía que antes del 31 de Diciembre de 1995 el Gobierno de Canarias ya debía de disponer de previsiones en cuanto a ingresos a obtener por los municipios turísticos, a fin de tenerlas en cuenta a la hora de elaborar el próxima presupuesto municipal. Nosotros afirma estamos dispuestos a asumir las enmiendas, siempre y cuando se recoja que el Gobierno de Canarias debe, antes del 31 de Diciembre, de consignar o al menos, de remitir información a esta Corporación basada en los parámetros para estudiar los aspectos financieros de la ley.

A la anterior exposición del portavoz socialista, le respondió el Sr.Sánchez García (CC ATI) argumentando que no se le podía exigir al Gobierno de Canarias el plazo límite del 31 de Diciembre dado que por Ley tienen de plazo para presentar el Estatuto hasta el 19 de Enero y por eso, en la redacción de la enmienda se habla de que sea elaborado "..con urgencia" y no se ha puesto fecha.

Nosotros se ratifica el portavoz socialista asumimos la enmienda y confiamos en que el objetivo primordial de la iniciativa al final se alcance y se cumpla, esto es, el desarrollo de la ley que contemple el Estatuto del Municipio Turístico”.

Miembros supervivientes de aquella corporación, presentes en la sesión, son Marcos Brito, Alejandra Rodríguez, Luis Miguel Rodríguez y Dolores Padrón. Aquella moción y aquel acuerdo, dieciséis años después, duermen el sueño de los justos. El turismo en Canarias, desde entonces, ha tenido fases de expansión y recesión. Y en lo que al Puerto de la Cruz concierne son de sobra conocidos sus problemas, algunos de los cuales encontraban en este acuerdo la antesala de futuras soluciones.

Y eso que el turismo es el principal sostén productivo de la localidad y de las islas. No deja de gustar para haberse mostrado con él tan indolente, al menos desde una norma frustrada.

¿Habrá ahora voluntad política para retomar el asunto y al menos abrir el debate? Hay unas cuantas nuevas circunstancias y es natural que se esgriman criterios que entonces no afloraron. Pero muchos de los problemas de aquella época siguen siendo los mismos.

Que lo intenten, no por una cuestión estética, sino por su propio bien: el de los municipios turísticos.


viernes, 12 de agosto de 2011

PARA EL BALÓN

Los futbolistas profesionales españoles han advertido que harán huelga si no se saldan cuentas pendientes: un nuevo convenio colectivo y el abono de unos cincuenta millones de euros a jugadores de Primera y Segunda División. El previsible paro ya tiene fechas: las que se corresponden con las dos primeras jornadas de Liga, señaladas para fechas agosteñas tan tempranas por aquello de habrá Juegos Olímpicos y Eurocopa de naciones el próximo año.

No es nuevo este planteamiento de los profesionales del balón pues en el pasado ya paralizaron la competición o forzaron la reivindicación o la negociación hasta conseguir ciertas garantías. Solo que en esta oportunidad, con la crisis galopando, el aviso de huelga como que no ha sido muy bien recibido. O por lo menos se presta a tratamientos críticos: eso de que los profesionales mejor pagados, algunos de ellos campeones del mundo, se muestren tan tajantes adoptando esta actitud inspira ciertos rechazos. Algunos medios no se han recatado a la hora de criticar la iniciativa que, otros años, por cierto, pudo ser atemperada por el talante de Gerardo González Movilla cuando presidía la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).

Su sucesor, Luis Rubiales, se ha apresurado a decir que los jugadores no quieren más dinero sino que se cumplan los contratos. Directa o indirectamente, pone el dedo en la llaga: hasta que no se regule el mercado y hasta que por ley no se fijen límites o techos de gasto a los clubes, la situación se complicará hasta extremos imprevisibles. Ya es significativo que de las veintitrés entidades futbolísticas europeas han solicitado acogerse a la ley concursal (antigua suspensión de pagos), todas menos una sean españolas. Más significativo aún es que la deuda global de los clubes españoles se eleve a unos cinco mil millones de euros.

Total, que cuando ya está encima la primera competición oficial de la temporada, la incertidumbre del paro de los jugadores profesionales caracterizará la segunda quincena del agosto más convulso de los últimos tiempos. Otro debate. A ver en qué acaba.


jueves, 11 de agosto de 2011

AGOSTO CONVULSO

Vaya agosto, vaya verano de convulsiones.

Un simple gesto, una sencilla decisión del presidente francés, interrumpiendo sus vacaciones para una reunión de análisis con su equipo económico gubernamental, fue in terpretado de modo que el desplome bursátil, aquí allá y acullá, fue casi automático.

Tremenda inquietud. Que no conoce fronteras. Se están poniendo las botas, están haciendo el agosto -nunca mejor dicho- quienes tienen los resortes a su alcance y acreditando una voracidad insaciable hacen todo lo que está a su alcance para desestabilizar. Los otrora todopoderosos gobiernos no pueden, son incapaces. Se han atrevido con el mismísimo presidente de los Estados Unidos y ahí le tienen, respirando por la herida. Tremendo. Ahora se comprueba que aquella definición de Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, hace unas semanas, no era exagerada: Terrorismo financiero.

El terror, el pánico, eso es lo que quieren quienes tienen los resortes y los hilos, esos invisibles que sostienen ¿sostienen? el sistema. Bueno, este sistema ya no se sabe si tiene remedio. Lo que está ocurriendo, ¿no será una enmienda al tremendo fracaso del capitalismo? También habría que preguntarse qué buscan o qué pretenden. Ahora ya cabe dudar de todo, cabe preguntarse de qué han servido todos los recortes, todos los reajustes, todos los sacrificios que desde hace unos meses han recaído sobre quienes de verdad, con su esfuerzo, sostienen el sistema.

Total, que la crisis no se toma vacaciones.

La muy descarada.

miércoles, 10 de agosto de 2011

DISPERSIÓN HORARIA

Total, que el fútbol de competición oficial o seria está aquí de nuevo. El fútbol de verbena de los veranos de antes se vio transmutado con partidos en América y Asia, por aquello de promocionar y beneficiarse de la expansión de mercados donde algunos equipos son tratados como la excelencia y sus jugadores como figuras individuales que desatan pasiones. Ahora hay dos espectáculos: el de las canchas y el de las llegadas a los aeropuertos, donde la policía del lugar se las ve y desea para controlar la admoiración que despierta la cercanía de sus ídolos.
Vuelve el fútbol con su primera gran controversia: la dispersión h0raria. Al menos en las dos primeras jornadas que se disputarán en tres días, de sábado a lunes. No es de extrañar la reacción de descontento de los aficionados en general, también en esas encuestas no científicas que las ediciones digitales de los medios colocan para pulsar el ambiente y también, a qué engañarnos, para rellenar espacio.
Así, se va a jugar entre la tarde del sábado y la tarde-noche del lunes, esta última la más rechazada por los propios profesionales, a los que se altera su planificación semanal. Hasta el domingo al mediodía, habrá partidos. Y por la tarde, como que empezando a las cuatro, harán bueno aquel célebre título de 'La Codorniz', "hasta en la sopa".
Los derechos de imagen y la conveniencia de la programación de las cadenas que los poseen, con su proyección hacia otros continentes, traen causa de esta dispersión horaria que confundirá a quienes anden aún de vacaciones y obligará en redacciones a trabajos no convencionales. No les queda nada a los editores. Hasta la magia de las conexiones simultáneas, de los goles anticipados por un pitido o una señal, va a menguar. Se echará de menos.
Pero, en fin, este retorno de las competiciones -¿recuerdan cuando en España hasta septiembre no comenzaban?- estará caracterizado por una incomodidad manifiesta. El asunto tendrá un carácter experimental y en pleno agosto, mucho más. Pero el negocio es el negocio y hay que amoldarse si se quiere participar de los beneficios, máxime en tiempos de crisis. ¿El aficionado? Total, que se fastidie. A fin de cuentas, si lo es de verdad, querrá saber de su equipo a la hora que sea. Y de todos, en cualquier momento.
Por cierto: los grandes perjudicados, los clubes de categorías inferiores. A jugar casi en familia.

martes, 9 de agosto de 2011

'TODO INCLUIDO'

No sabemos cómo se obtiene el cálculo pero la Federación Canaria de Ocio y Servicios (FECAO) lo cifra en un 34%. Ese es el porcentaje de caída del gasto turístico en Canarias, consecuencia de la implementación de la fórmula denominada 'todo incluido' que supone englobar en el coste de la estancia del turisrta en un establecimiento hotelero todos sus consumos, de modo que, independientemente de las marcas de los artículos y de las horas en que son despachados, se convierte en un reclamo en sí misma para que el turista no salga del hotel o salga lo imprescindible y para garantizar la salida de productos almacenados. Es fácil el control: pulsera al canto -a la muñeca en este caso- y a consumir.
La FECAO, por medio de su secretario técnico ejecutivo, Antonioo Vélez, señala que eso revienta a elementos del subsector, restauración, alquiler de coches, supermercados, excursionismo, transportes y hasta locales de ocio, naturalmente.
Un 34% parece mucho, en efecto. Y si encima, el total del gasto en destino no es muy elevado, peor el panorama. Sobre todo porque parece la prueba del nueve de lo que es malbaratar la oferta, en otras palabras, de lo que significa la pérdida de calidad de la propia oferta turística. Es fácil deducir que la fórmula deteriora de forma preocupante la cualificación de las prestaciones de los servicios hoteleros canarios, bastante apreciada en operadores y visitantes, bien es verdad que también por otras razones, más bien relacionadas con el comportamiento y la profesionalidad de los empleados del ramo.
El caso es que si la extensión del 'todo incluido' no se frena, el daño puede ser irreversible. Seguro que las empresas lo aplican pensando en el ahorro de gastos de personal. Otras lo harán porque la localización del establecimiento, alejada del centro o del nújcleo urbano principal, sugiere montar en techo propio cuantos reclamos supongan un ingreso extra.
Pero si se quiere captar un turismo de lo que hasta hace poco se llamaba alto poder adquisitivo, u ofrecer un produicto caracterizado por el alto nivel de sus distintos componentes, se colisiona con esta fórmula. En el mocdelo de economía de libre mercado no será fácil hallar la solución pero, por si acaso, la FECAO sugiere la conveniencia de regularla, operando en hechos que son inherentes al negocio turístico: categoría de los establecimientos, parques y equipamientos de ocio, personal requerido y apropiado para la prestación de los servicios ofertados así como elementos de defensa del usuario turístico del 'todo incluido'.
Si este descenso del gasto turístico en destino aumenta, estaremos palpando -si no ocurre ya- distorsiones en la economía de nuestro principal sector productivo, afectado, como se sabe, por otros males a los que se viene a añadir esta modalidad de consumo interno, sobre el papel atractiva y sugerente, pero en el fondo, desde el punto de vista cualitativo, poco beneficiosa.
Más importante que el control o la inspección solicitados por la FECAO, resulta la adopción de medidas incentivadoras que garanticen estándares de calidad y propicien tanto mejores prestaciones para los visitantes como una diversificación de la productividad económica.

lunes, 8 de agosto de 2011

U R G E

El exministro de Comercio y Turismo con Felipe González y actual presidente de Aldeasa, Javier Gómez Navarro, ha venido a echar un jarro de agua fría sobre las últimas esperanzas depositadas en los consorcios para la reconversión integral de destinos maduros como son, en el caso de Canarias, Maspalomas y Puerto de la Cruz. “Están condenados al fracaso”, ha sentenciado el exministro, buen conocedor del sector y de nuestra realidad turística. El vaticinio de Gómez Navarro se basa en que la filosofía y objetivos de un proceso de reconversión “a duras penas encajan con la estructura y competencias de esos consorcios públicos, condicionados por ciclos electorales e intereses políticos”. Claramente partidario de la fórmula de la inversión privada -pone como ejemplo la iniciativa de Carlos Slim, en México D.F., sustanciada en un convenio con el Ayuntamiento consistente en comprar edificios en metálico o a cambio de acciones de una sociedad que cotiza en bolsa, de modo que los propietarios participen de los beneficios generados por el proyecto-, el exministro no aprecia avances en los consorcios constituidos y estima que su proceso debe caracterizarse por la racionalidad operativa y superar el voluntarismo “pues la reconversión debe hacerse con apoyo público pero no desde un consorcio público”.

Estas consideraciones, desde luego, deben alertar a los actuales responsables del consorcio portuense, que es el que más conocemos y sobre el que hemos escrito en múltiples ocasiones, precisamente reivindicando su puesta en funcionamiento so pena de perder el que hemos considerado último tren para revitalizar un destino decadente que ha vivido de las rentas mucho tiempo y al que ha golpeado la crisis con saña hasta el punto de hacerle perder notable capacidad de su oferta alojativa.

En el caso que nos ocupa, si convenimos en que el sector privado, con su proverbial escasa capacidad de riesgo y atenazado por problemas de día a día para garantizar la subsistencia de sus empresas, apenas ofrece margen para una confianza en su participación activa, pues no queda otra opción que seguir confiando en la fórmula del consorcio -recordemos que está dotada con fondos públicos, que tiene dinero, vamos- para intentar superar no solo la desfavorable coyuntura sino el propio pesimismo advertido en las consideraciones de Gómez Navarro.

En ese sentido, los razonamientos de Joan Mesquida, actual secretario de Estado de Turismo y Comercio Interior, son más estimables, aún reconociendo los vaivenes políticos a los que están sujetos los consorcios. Ha manifestado que si no hay inversor privado, tipo Slim, como es el caso, habría que plantearse un pacto de Estado que, por un lado, garantizase la estabilidad y la continuidad de las actuaciones; y por otro, no favoreciera “sacar rédito electoral de los indignados que habrá en cada proyecto de reconversión”.

En cualquier caso, hay que moverse, trabajar con amplitud de miras, entendiendo que los enredos políticos en las coordenadas en que se desarrolla esta estructura administrativa -pensada precisamente para operar con agilidad y sin los escollos que derivan de los procedimientos administrativos- no van a ser beneficiosos sino todo lo contrario: contribuirían a que las últimas esperanzas de las que hemos hablado se desvanecieran en otra más de esas disputas estériles, mientras un destino sigue palideciendo y sus afanes o expectativas de reactivación se pierden ya sin remisión.

Así que, confiemos en el consorcio, de acuerdo; pero que empecemos a ver sus frutos. Tal como están las cosas, urge.

sábado, 6 de agosto de 2011

ESCÉPTICOS PERO ALGO SE MUEVE

Ashotel, la patronal hotelera, promoviendo una conjunción de empresarios que inviertan en la dinamización de actividades en la ciudad. La misma entidad, en colaboración con otros organismos y los ayuntamientos, tratando de coordinar la oferta promocional de los municipios turísticos del norte. El Consorcio Turístico para la Rehabilitación del Puerto de la Cruz, planteándose que la ciudad disponga de su propia marca de producto turístico.

De repente, ¿todo? ¿Se reanima el depauperado gigante? ¿Conciencia, por fin? ¿Han visto algo más que las orejas del lobo? Dejémoslo, de momento, en un “algo se mueve”, porque se necesita algo más que buenas intenciones para intentar remontar. Y es que históricamente, cada comienzo del mandato viene caracterizado por muchas reuniones de este tipo: visiones, análisis, estrategias, opciones, coordinación, intercambios, unidad... tantos conceptos que a medida que pasa el tiempo se van diluyendo en un día a día que desborda y no deja ver el bosque. Al final, poco queda o poco se avanza. Los problemas casi siguen siendo los mismos.

Pero, bueno, aún siendo natural y consecuente el escepticismo, no se trata de amargar estos primero pasos ni tan buenos y saludables propósitos. Las iniciativas deben cristalizar, entre otras cosas porque los diagnósticos están hechos ya. Todos o casi todos. Se trata ahora de las terapias, de las soluciones, de ejecutar -con los instrumentos que sean capaces de dotar- aquello que se estime adecuado para salir del actual 'bajo mínimos'. Ojalá se impliquen cuantos agentes sociales sean conscientes de que, por un cúmulo de circunstancias de distinta naturaleza, ha sido imposible frenar la decadencia. Y de que esto sólo se levanta entre todos, a base de ilusión y tenacidad, a base de trabajo comprometido.

Porque esta recesión que ha golpeado con fuerza a a la ciudad, llevándose por delante hoteles y establecimientos, puestos de trabajo y hasta medios de vida, aún amenaza con más efectos negativos, con más cierres. Es lo que hay que atajar y sólo se logrará a base de realidades tangibles que admiten poca demora. Es invertir la tendencia. Y si nos apuran, hasta el proceso.

Porque fijémonos en que se trata de producir un vuelco en el mismo modelo productivo pues, sobre todo en el Puerto de la Cruz, no hay alternativa. Agotadas las potencialidades que dieron lustre y esplendor durante décadas, se trata ahora de aprovechar la experiencia para explorar otras -que las hay-, madurarlas y consolidarlas. No para retornar al pasado; sí para abrir caminos, innovar y disponer de activos que diferencien el producto y lo hagan sostenible.


De modo que ojalá todos esos movimientos condensados en el primer párrafo no sean flor de un día, como lo fueron en el pasado otros primeros pasos de proyectos frustrados. Hay razones para el escepticismo pero también para pensar que es el último tren el que está pasando y que hay que subirse. Eso sí: con fundamento, con razones, con equipaje lleno de ideas y de capacidad para no permanecer aletargados ni prolongar la agonía.

miércoles, 3 de agosto de 2011

ZOZOBRA

Horas, días de zozobra. Ni el gigante estadounidense ha escapado. En plena canícula, Europa se tambalea. Prima de riesgo, techo de endeudamiento, agencias de calificación, mercados, especuladores, rescate... Los nuevos conceptos, el lenguaje de la crisis. Se acentúa la incertidumbre y ya es cuestión de ir pensando que cualquier cosa puede ocurrir.

Si a todos los problemas se añade esa suerte de anhelo macabro que en nuestro país acreditan algunos medios y algunos portavoces políticos, ese extraño deseo de que las cosas empeoren y que se consume una situación de esas que ya han vivido otros países, crece la zozobra.

La batalla se libra en varios frentes: la voracidad insaciable de quienes aún quieren exprimir más se convierte en un arma determinante. Y los gobiernos, los teóricamente todopoderosos gobiernos se tambalean. Declaraciones, análisis, expectativas, cotizaciones, índices... Muy pocas noticias positivas. Todo puede suceder. El euro, en peligro. La Unión Europea se tambalea. Los líderes apenas saben qué decir, qué hacer. Hay mucho en juego.

Si se habla, con pleno fundamento, de un martes negro, este miércoles y los días venideros también pintan con color hormiga.

El caso es que, con el agua al cuello, no hay muchos más recursos para seguir respirando. La gran depresión.

Persiste la zozobra.

martes, 2 de agosto de 2011

IMPEDIR MÁS HERIDAS

Cierre de establecimientos es el título de una entrada publicada días pasados, alusiva al del hotel Atalaya, en el Puerto de la Cruz. El que no hubiésemos actualizado el blog en las dos fechas posteriores implicó que no fueran incluidos los comentarios que nos había hecho llegar uno de los trabajadores, hecho que dio origen a una expresión de malestar por su parte que también ha quedado recogida en los testimonios ya publicados. Normalmente, salvo expresiones injuriosas o insultantes, damos cabida siempre a los lectores y visitantes. Aclarado queda, como la presentación de disculpas por parte de ese mismo trabajador comunicante.

A sus frases les remito para entender los desvelos de los operarios del citado hotel con tal de salvarlo, con tal de impedir que la empresa consumara un cierre posterior a la buena temporada invernal. Faltaron receptividad y comprensión. Una vez más, otra empresa turística ha acreditado su insensibilidad. Ni hizo planes de futuro ni atendió siquiera la apelación de sus trabajadores que, en la cima de sus responsabilidad, llegaron a presentar un plan de viabilidad. La crisis, de nuevo la crisis se convertía en el argumento infalible para que casi sesenta personas, algunas de ellas con muchos años de antigüedad en el hotel, engrosaran las listas del desempleo y empezaran a buscarse la vida, iniciándose en ese lamento postrero, en esa protesta final que intenta reclamar la atención de instituciones y de agentes sociales para tratar de hallar una solución. Hacen lo que está a su alcance, como esa concentración que harán el próximo lunes en el exterior de la sede del Cabildo Insular tinerfeño.

Hasta con el cese de actividad, como es el caso que nos ocupa, harán negocio algunas empresas. Los empleados del Atalaya algo se olían y empezaron a moverse. Tuvieron iniciativa pero no así suerte y receptividad. Una lástima porque esa actitud contrasta con la pasividad que, como tónica generalizada, denunciamos en la entrada anterior.

Que tomen nota comités de empresa y representaciones sindicales: hay que atajar la destrucción de empleo en un sector básico en la productividad de un municipio y de buena parte de la isla. Algunas empresas serán inviables en las circunstancias que concurren pero otras son merecedoras de empeño y de recursos para garantizar su continuidad. Cada puesto de trabajo que se destruya es una herida en el cuerpo general de los empleados. Hay que esforzarse para impedir que haya más heridas.

lunes, 1 de agosto de 2011

EXTREMISMO AMENAZANTE

El terrible suceso de Utoya (Noruega) ha puesto en un primer plano del escenario el resurgimiento de la extrema derecha, avalado en las urnas de aquellos países que, en consultas electorales, registraron significativos avances de ese espacio ideológico. Es fácil señalar que la gran depresión y la ausencia de liderazgo político de la Unión Europea (UE), incapaz de tomar la delantera para hacer que prime la política sobre la resignación economicista a los movimientos especulativos e insaciables de los mercados financieros, sean factores predominantes en electorados cada vez más temerosos y conservadores. Es fácil advertir esas causas pero cuando los fundamentalismos políticos alimentan la xenofobia y el racismo, eliminan valores como el pluralismo y recurren a métodos violentos que, más o menos escalonados, tienen una función intimidatoria, hay que reprobarlos sin reservas.

Por eso, la matanza de Utoya, incluyendo la explosión en las cercanías de la sede del Gobierno, en pleno corazón de Oslo, por su localización y por su misma ejecución, debe alertar a los gobiernos de las democracias y a las sociedades que los eligen. Porque si los radicalismos o los extremismos son los resortes sobre los que va a bascular el debate político, estaremos no sólo experimentando una cierta involución sino nutriendo una evidente incertidumbre sociopolítica de indeseadas consecuencias. Se podrá cuestionar, por cierto, el que se nutra ese debate con informaciones, análisis y menciones de lo que significa y de lo que quiere realmente ese extremismo político; pero sería imperdonable hacer abstracción o restarle importancia: las circunstancias obligan a frenar ese auge, esa amenaza para la vieja Europa que, azotada por otros males, asiste, entre indolente y contrita, a inquietantes convulsiones.

Porque es una amenaza, no lo dudemos, máxime cuando encuentra aliados en las vertientes neoliberales y no digamos cuando quienes han ejercido de furibundos críticos hacia otras ideologías y hacia la democracia misma ahora, ante sucesos como el de Noruega, callan, pasan de puntillas o se posicionan de forma acomodaticia. Una vez más, se pone de manifiesto que los fundamentalistas o los extremistas abusan. Abusan de los estados de derecho, de sus constituciones pluralistas, de las reglas del juego... Se aprovechan -arrancando del principio de igualdad- y eso es lo que hay que atajar e impedir pues los peligros son latentes.

Máxime cuando desde esas posiciones ultra se quiere avanzar sin límite e imponer, palmo a palmo, sus postulados. En tales trincheras se encuentran nostálgicos de regímenes no democráticos pero también -he ahí el peligro- quienes no se consideran extremistas sino gente de orden, conservadores civilizados y hasta demócratas a quienes las conquistas sociales, la igualdad y cosas por el estilo les hace poner el grito en el cielo, o ni siquiera eso; de modo que cuando aparece un asesino en serie, cuando hay desafíos y provocaciones, cuando le echan un pulso a la norma de convivencia o se produce una matanza indiscriminada, terminan haciéndose cruces y preguntándose, entre escepticismo e inquietud, cómo terminará todo esto.
En España, según algunas investigaciones, hay más de diez mil militantes ultraderechistas y unos cuatrocientos sitios web ultras que se gestionan desde nuestro país. Es cierto que no ha cuajado, hasta ahora, una organización partidaria que pudiera ser encuadrada o identificada en ese límite extremo del espectro político pero es tan fácil hoy en día -otra vez las circunstancias- manipular los sentimientos de las personas y contagiar el odio y el encono que cualquier foco, por insignificante o minoritario que sea, es una señal preocupante de que esos vientos, radicales y fundamentalistas, empiezan a soplar con inquietante intensidad. Hay que impedir que sacudan.