lunes, 31 de enero de 2011

DE CIFRAS Y PACTO SOCIAL

El final de la cuesta coincide con los más que preocupantes datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) sobre el paro y el satisfactorio pacto sobre las pensiones alcanzado entre el Gobierno y las centrales sindicales. Así como los primeros ponen de relieve que el problema estructural, especialmente en Canarias, va a tener una muy difícil solución -las declaraciones del presidente Rivero sobre el particular no pasan de autos de fe-, el acuerdo sobre ese aspecto concreto de la reforma laboral despeja no pocas incertidumbres y hasta un problema político y social de envergadura, aunque nadie parezca estar plenamente satisfecho con la letra, si bien a todos les gusta la música.

Un breve repaso a los datos de la EPA facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. Canarias cerró 2010 con trescientos catorce mil parados, una tasa del 28,96% que, diez puntos por encima de la media nacional, es la mayor del Estado. Las cifras del último cuatrimestre son reveladoras: cuatro mil doscientos desempleados más que el mismo período del año anterior, un aumento del 1,34%. Rivero apela desesperadamente a los empresarios pero como parche no encuentra otro que recuperar al sector de la construcción ligándolo a la rehabilitación turística. Si esta depresión, después de tanto hablar de nuevo modelo productivo, de inyecciones y de mejoras en la formación, sólo ha servido para volver a construir o reedificar -por mucho que se diga lo de “sin consumo de suelo”- estamos arreglados. Desde luego, independientemente de que medidas que favorezcan determinados tipos de contratación puedan surtir efectos positivos tangibles, el presidente canario acierta cuando señala que “no hay que incurrir en la autocomplacencia”. Y que tome nota, por cierto, del enésimo desmarque de quien fuera su vicepresidente, José Manuel Soria, quien sufre un ataque de “olvidaditis” al proclamar que la situación en Canarias pasa por un cambio de gobierno, como si las políticas de empleo no fueran competencia de la Comunidad Autónoma y como si su partido no hubiera compartido responsabilidades en ese terreno.

Después de que el Congreso de los diputados aprobase las recomendaciones del Pacto de Toledo y de las arduas negociaciones en las que terminó involucrándose el mismísimo presidente del Gobierno, fue posible alcanzar un pacto social sobre pensiones que mañana martes quedará escenificado con su rúbrica. Las partes negociaron pensando más en llegar a un entendimiento que en producir más distanciamientos o rupturas. Y lo que está en juego es demasiado serio como para andarse con más bizantinismos.
Se trata de un acuerdo de largo alcance. Por consiguiente, teóricamente, sus bases aportan la estabilidad necesaria para despejar la incertidumbre -interesadamente azotada por algunos- sobre un colapso del sistema y para dejar fuera de las coordenadas de los debates políticos y electorales un asunto que afecta a tanta gente y que interesa a todos. Esas bases, además, seguramente serán perfectibles o mejorables en el curso de la tramitación parlamentaria.

De ser así, cristalizaría una paz social que, teniendo en cuenta varios testimonios, no significa la felicidad plena pero propicia que todos se sientan moderadamente satisfechos, lo cual, en una época como la que nos ha tocado vivir, no deja de ser un alivio o una alegría tranquilizadora.

viernes, 28 de enero de 2011

CONTENCIOSO DEL ENTORPECIMIENTO

"Un juez falla que el portavoz del PSC entorpece la labor de la administración". Es el titular de una información aparecida en el periódico El Día, de Santa Cruz de Tenerife, firmada por Rafael Barreto. Invita a una lectura detenida. De la misma se deduce que el portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Icod de los Vinos había entablado una acción contra el alcalde o el gobierno (un suponer) al considerar que habían sido vulnerados sus derechos fundamentales pues no le fueron facilitados los expedientes municipales a los que quería tener acceso. El titular del juzgado de lo contencioso-administrativo número 2 de Santa Cruz de Tenerife ha desestimado la acción al constatar, según la resolución, que el portavoz incurrió en "una actitud que muy bien podría calificarse de uso desmedido o abusivo del derecho que le asiste, el cual está limitado a unos específicos asuntos municipales, llegando con ello a entorpecer la labor administrativa diaria, con el consiguiente resentimiento en el servicio y atención al ciudadano".
Hay hechos que producen estupefacción y este es uno de ellos. Si la medida judicial, que es apelable, sienta un precedente, que se preparen los portavoces y ediles cuando quieran conocer los contenidos de un expediente y llevar a cabo sus tareas fiscalizadoras. No se entiende, la verdad. Salvo que el peticionario se haya extralimitado o exigido más allá de sus derechos y sus representantes legales hayan escogido una vía equivocada, es difícilmente digerible la decisión.
Teóricamente, leyes y reglamentos facultan a los miembros de las corporaciones locales para acceder a los expedientes y a las resoluciones que, respectivamente, son sometidos a aprobación o son dictadas por los órganos institucionales. Eso sí: hay que respetar los procedimientos y, por tanto, acertar con la invocación de los preceptos. Puede que eso no haya sucedido.
Ya llama la atención que, a esta alturas de la democracia, aún se sigan registrando situaciones como la que origina el que vamos a llamar contencioso del entorpecimiento. Es decir, que un alcalde no facilite el acceso a unos expedientes en los términos que establece la norma a un miembro de la corporación, es, de por sí, bastante anómalo. Por no emplear otro adjetivo. No hablarán luego de transparencia y otros conceptos por el estilo. Si un asunto va a pleno, si unos órganos toman decisiones (contratación, adjudicaciones, licencias...), y están informadas técnicamente, se supone que su materialización -independientemente del carácter público que se le pueden atribuir- es susceptible de examen.
Lean lo que pidió el portavoz socialista de Icod, siempre según la información referida al principio. Quería consultar lo concerniente a la contratación y pago de la confección del presupuesto general del Ayuntamiento de 2009, los términos del trazado y construcción de unas rotondas, la situación del arrendamiento de un local para la gerencia de urbanismo, unos informes técnicos sobre la adjudicación de las obras realizadas en el mismo y la contratación con una consultora especializada de la elaboración de una relación de puestos de trabajo.
Vamos a suponer que algo le puso sobre la pista de presuntos incumplimientos legales y quería, en un contexto de oposición política que fiscaliza, asegurarse mediante el examen de los correspondientes expedientes, antes de emitir juicios de valor o denunciar irregularidades. La solicitud fue denegada por órganos consistoriales. El siguiente paso, claro, fue acudir al juzgado. Y éste dice que no, que el portavoz entorpece. Ver para creer.
Se podrá decir que el caso pone de manifiesto, una vez más, que en este país quien quiere hacer las cosas ajustándose a derecho, o por la vía más correcta posible, encuentra más dificultades o se le ponen más trabas que quien obra con más alegría, orillando la ley o infringiendo sin rubor.
Desde luego, con todos los respetos a la decisión de su señoría -que no aprecia siquiera "voluntad denegatoria o meramente dilatoria por parte de la autoridad municipal"- si los alcaldes la siguen al pie de la letra, flaco favor se está haciendo al funcionamiento del sistema democrático, de la administración misma y al ejercicio de las tareas políticas que corresponden a quienes quieren hacerlo con un mínimo de seguridad y sin querer saltarse reglas de procedimiento.
Ha surgido una nueva figura: el entorpecimiento administrativo. Habráse visto.

jueves, 27 de enero de 2011

ALEGRÍA TRANQUILIZADORA

Todo da a entender que va a haber acuerdo entre Gobierno y sindicatos en la reforma del sistema de pensiones. El Congreso de los Diputados aprobó las recomendaciones del Pacto de Toledo y las partes han negociado pensando más en llegar a un entendimiento que en producir más distanciamientos o rupturas. Y lo que está en juego es demasiado serio como para andarse con bizantinismos. Si todo culmina en las próximas horas como se prevé, cabe pensar en una alegría colectiva coincidente con el final de la cuesta de enero. Una alegría tranquilizadora.
Que el período de cotización para acceder a la pensión completa pase de 35 años a un mínimo de 38 y que el tiempo que se compute para calcular la pensión pase de 15 a 25 años son hechos razonables para que, ensamblados en la complejidad del sistema, contribuyan a la estabilidad necesaria y garanticen su solvencia durante los próximos cuarenta años.
Si cristalizan las bases del previsible acuerdo, seguramente mejorables o perfectibles en el curso de la tramitación parlamentaria, estaremos ante un hecho positivo que, por la dimensión poblacional y por la seguridad futura de los trabajadores, debe ser ponderado.
Que se cumpla, pues.

miércoles, 26 de enero de 2011

¿INTERÉS GENERAL? VAMOS A PENSARLO

Al final, tanta incertidumbre y tanto empeño, tanto afán, se fueron al limbo y lo único que ha obtenido el Gobierno de Canarias es que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) haya presentado una demanda en su contra en la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
El ejecutivo, ya saben, tiró de normativa para declarar el encuentro entre Tenerife y Las Palmas "de interés general", con el finde que fuera transmitido en abierto por televisión. Los derechos audiovisuales los tiene quien los tiene y el canal de pago hizo valer la defensa de los mismos. Hasta la misma noche del sábado se estuvo especulando -¿se imaginan esos teléfonos a tope, esas gestiones al más alto nivel, esas llamadas de terceros?- pero los esfuerzos resultaron baldíos.
El planteamiento de la LFP consistió en esgrimir la derogación de la ley invocada en la orden de la consejería de Educación, Cultura y Deportes -popularmente conocida como "Ley Cascos"- al entrar en vigor en mayo del pasado año, la Ley General de la Comunicación Audiovisual. Advirtió, además, de los perjuicios que podría causar en la comercialización de la transmisión y eso es, probablemente, lo que ahora intentará resarcir.
O dicho de otra manera: entabla acción jurídica con el fin de sentar un precedente para que no haya más gobiernos autonómicos que tengan la tentación de hacer lo mismo.
Conclusión: el encuentro sólo pudo ser visto en Canal+, como era lógico.
Cuarenta y ocho horas después del encuentro, nadie del Gobierno ha ofrecido una explicación. Sencillamente, una palabra de justificación. Se dirá que ya estaban dadas antes del encuentro, cuando interesaban, especialmente las que podrían sustentar la decisión de la declaración. Pero, después de la controversia, parecía consecuente una manifestación, siquiera de lamento.
Si alguien afirma que el ejecutivo ha hecho el ridículo en este asunto es probable que no exagere. Tan acostumbrado a los gestos y al populismo, jugó una carta pero resulta que "la mala", en la última mano, estaba en manos de quien pujó en su día, ganó y ahora aplicaba sus derechos. Por eso reclama la nulidad de la determinación del que, sin ir de farol, envidó a lo grande.
A fin de cuentas, si no era transmitido en abierto, tampoco pasaba nada. Pero el problema viene ahora: si después de tanto esfuerzo, encima con el contencioso, el Gobierno es condenado y le dicen que actuó temerariamente. No vuelve a hacer una declaración de este tipo en su vida.

martes, 25 de enero de 2011

DERECHO A LA INFORMACIÓN

Coincidencia en Canarias Radio con periodistas jóvenes que promueven la convocatoria de un congreso sobre Derecho a la Información de la Ciudadanía. Curioso: ninguno reparamos en que hablamos de ella, de la evolución de la información, del periodismo de nuestros días, de la crisis que afecta a los profesionales y de la comunicación sin reparar en que es 24 de enero, día de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas. Somos así de olvidadizos con nuestras propias cosas. Pero nos sigue doliendo la profesión. Juan Carlos Carballo escribe en su muro de facebook unas líneas hermosas, comprometidas, alusivas a los golpes de esta crisis, a la pérdida de empleo, a las situaciones críticas de muchos compañeros.
Ese congreso, previsto para el próximo fin de semana en Las Palmas de Gran canaria, pretende debatir la relevancia que tiene para la sociedad de nuestros días disponer de una información veraz, contrastada, diligente y responsable "para poder hacer uso de sus derechos humanos". Esto equivale a que los ciudadsno se constituyan en los principales defensores de ese derecho. Es digno de reconocimiento el esfuerzo de esos periodistas jóvenes que aún tienen espíritu de rebeldía, que no se resignan a los males que nos afectan y se revuelven en busca de cauces que reorienten el ejercicio profesional y procuren una realidad distinta a la que nos movemos.
Hacer que sea verdad ese derecho a la información, el papel de los periodistas como intermediarios del mismo, su responsabilidad ante un derecho sin regulación, los ciudadanos como legítimos dueños del derecho a la información y la movilización son, entre otras, cuestiones incluidas en la programación del congreso.
Opinamos en la sugerente conversación radiofónica: no se trata de ombliguismo ni de lamernos las heridas sino de abordar con realismo las aristas de una situación que parece no gustar a nadie. Hacerlo pensando en la ciudadanía, en su derecho. Intentando avanzar hacia una madurez que parece lejana. Procurando sortear los vericuetos de tanta desinformación y de tanta manipulación.
Y la conclusión: que todo no quede en un manifiesto o un apartado final de conclusiones explícitas y bien fundamentadas. Algo más: trasladar a la sociedad y hacerla partícipe de estas inquietudes, impregnadas de autocrítica, para mejorar sus propios niveles de información. Si ésta es un derecho, estamos obligados a cumplir parámetros de veracidad, diligencia y relevancia exigibles para cualquier Estado democrático.

lunes, 24 de enero de 2011

DELINQUIR NO ES RENTABLE

Ha dicho el juez César Romero Pamparacuatro que “la sociedad tiene la sensación de que es rentable cometer delitos”. Palabras mayores. Pronunciadas por quien tiene a su cargo la instrucción del caso Unión, en Lanzarote, probablemente la mayor operación contra la corrupción que se haya acometido en Canarias y en la que hay imputadas más de cien personas, algunas de ellas con cargos públicos, suenan con timbre de alarma.

Porque si gran parte de la ciudadanía ya se ha acostumbrado a convivir con la impunidad, en medio de un complaciente no pasa nada, esta afirmación del juez, actualmente titular del juzgado número 2 de La Laguna, donde fue destinado a petición propia, acentúa la inquietud sobre la evolución de una sociedad que hace poco o nada para liberarse de la condena de la resignación. Delinquir es rentable no sólo parece otra señal que la aleja de la madurez que se presupone sino toda una percepción que hay que atajar so pena de que la descomposición avance sin freno ni remedio.

Surge esta declaración pública en el fragor de la controversia que suscita el nuevo Código Penal. Y surge al calor de la propia experiencia del ejercicio profesional. Cierto que se han endurecido los castigos para los cargos públicos condenados por corrupción (tendrán siempre penas de prisión) pero el juez Romero refiere todavía ámbitos de impunidad en las actuaciones de los funcionarios públicos y en el territorio de los delitos de cohecho y asociación ilícita.

Claro, parte de una premisa esencial: el bien jurídico protegido es la confianza en la Administración y esa protección ha de materializarse desde el punto de vista penal. “Porque es lo que más tememos”, señala el juez. Y es ahí donde lanza las interrogantes que, sobre la consideración de la rentabilidad de las comisiones delictivas, se estarán haciendo los posibles o potenciales delincuentes: Y si infrinjo, “¿qué me cae? ¿Y si tengo suerte? ¿Y si hay una delación indebida?”.

Hay quien duda de que baste ese temor. Un diputado del PNV, Emilio Olavaria, llegó a afirmar que el sistema penal ha sido reformado veintiséis ocasiones para agravar las penas “sin resultados satisfactorios”. Porque es la incertidumbre derivada de las cuestiones suscitadas lo que más preocupa. Si toman cuerpo, si se extienden, si se moldean a conveniencia, estaremos asistiendo a una desazón social galopante.
Algo más optimista se ha mostrado el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, para quien las medidas punitivas del nuevo código en materia de corrupción están en sintonía con las denominadas Decisiones Marco aprobadas por la Unión Europea. Las considera un instrumento sumamente útil para atajar este mal. Pero el ministro es consciente de la gravedad de la situación a la hora de referirse a esta lacra, ya sea entre cargos públicos o entre particulares, de modo que debe ser especialmente perseguida “no sólo por quebrantar la ley -dijo recientemente- sino también los cimientos de la democracia”.

Y entonces es cuando no debe haber dudas: se trata de erradicar la impunidad, de despejar cualquier sombra que favorezca esa percepción dicha por un juez que tiene un caso complejo en sus manos instructoras y olfatea con propiedad lo que sucede en Canarias. Delinquir, en fin, no puede ser rentable. La convivencia, la salud de la sociedad y de la democracia deben estar muy por encima de esas incógnitas tentadoras.

sábado, 22 de enero de 2011

VERSOS POPULARES (V)

En anteriores entradas consignamos versos populares que recogieron algunos episodios y algunos sentimientos de la vida portuense. Caracterizados por el desenfado, la mordacidad y hasta lo que hoy se llamaría mala uva, encontraron una notable acogida no sólo por rememorar determinada época histórica sino por la singularidad de su propio contenido. Ya se ha explicado que, independientemente de la autoría, fue una forma de ‘comunicar’ y de intercambiar lindezas, muy propio, además, de una localidad pequeña a la que el espíritu de la maledicencia se le identifica con el dicho liberatorio “En lenguas del Puerto te veas”.

Hemos rescatado algunas otras coplas y estrofas que se suman a las ya publicadas. Picantes casi siempre, divertidas, ocurrentes, absurdas, canoras, musicalizables… Lean.

Para empezar, una política:

“En el cielo manda Dios
y en la tierra, los obreros;
y en el Puerto de la Cruz,
Florencio Sosa Acevedo”.

Una que juega con el amor y los apodos:

“Todas las tardes baja
el lucero de la Villa,
a enamorar en el Puerto,
con agua de manzanilla”.

Carnavaleras, varias. Esta primera la interpretaba, con música de Mi jaca, la murga Los Viudos, de efímera aparición mediados los años sesenta:

“Mi suegra
relincha y da patadas
cuando va p’a las barriadas,
caminito del Peñón.
La quiero,
lo mismito que a una burra
que me está dando patadas
por culpita de un querer”.

Otra fue cantada (música de La cucaracha), por Los Murgoconcejales, una improvisada reunión de ediles que se atrevieron a subir al escenario del parque San Francisco y lanzar:
“Los periodista, los periodistas
ya no pueden criticar
porque la murga, porque la murga
ha aprendido a replicar”.

En aquellos años, mediados los ochenta del siglo XX, circuló entre los carnavaleros portuenses la siguiente estrofa (con música de O Balancé, O balancé) dedicada al sin par Pepín Castilla:

“¡Oh, mariscal, mariscal!
Cuánto te gusta mandar.
Entra en el parque
y ponte a limpiar:
¡Oh mariscal, mariscal!”.

Las diferencias entre el Puerto y La Orotava encontraron también inspiración poética:

“Tres cosas hay en el Puerto
que no las tiene la Villa:
el muelle, la plaza del Charco
y la calle La Ranilla”.

Trasladadas tales diferencias a la rivalidad futbolística, se generó una variable de la anterior, alusiva a un famoso jugador:

“Tres cosas hay en el Puerto
que no las tiene la Villa:
el muelle, la plaza del Charco
y el muy goleador Movilla”.

Habrá más, seguro.

viernes, 21 de enero de 2011

RECTIFICACIÓN DE SARDÁ

Hemos visto a un periodista rectificar.
Otra vez: hemos visto a un periodista rectificar.
Como no es usual, hay que repetirlo.
Lo ha hecho Xavier Sardá, quien había asegurado en algún programa que en un restaurante de Blanes había visto a la cantante Shakira con el futbolista Piqué comiendo muy amartelados.
No era verdad. Se confundió Sardá, si estaba allí, o le engañaron quienes le dijeron que sí, que eran ellos.
No sabemos qué interés guiaba a Sardá en aparecer en ese programa y para confirmar esa ¿noticia? Pero, una vez más, se pone a prueba la necesidad de contrastar las fuentes y de verificar los hechos. Sardá es un periodista experimentado, un comunicador que saboreó el éxito de audiencias millonarias (también de sonoros fracasos en intentos de retornar a ellas) y un animal televisivo cuya credibilidad no puede mermar por patinazos como ése. Se podrá conducir mejor o peor un programa, se podrá entrevistar con solvencia o con tibieza a un personaje público... pero no se puede asegurar un hecho que luego no se ajusta a la realidad.
Pero al menos ha tenido la decencia de corregir. A su modo, a su estilo. Pero lo ha hecho. Y en unos tiempos donde tanta maledicencia se acumula, donde tantas mentiras se dicen impunemente, donde tantas manipulaciones circulan sin el más mínimo rubor, un hecho de estas características, la rectificación en sí, merece ser ponderada.
Una para ver y otra para aprender. Sardá no volverá a cometer ese yerro. Ni a meterse en berenjenales donde poco o nada tiene que hacer.

jueves, 20 de enero de 2011

CORRUPCIÓN AL MAYOR

Que se incremente o acentúe la corrupción también es culpa de la crisis. A esa conclusión ha llegado el ‘Barómetro Global de la Corrupción 2010’, publicado por la Organización No Gubernamental Transparencia Internacional (TI). Es una de las lacras de la sociedad pero, paradójicamente, no figura -al menos, de forma destacada- en los numerosos balances o ‘rankings’ que se editan o publican al terminar un ciclo. El informe de TI es contundente: el desempleo, la escasez, la necesidad de supervivencia, la economía sumergida y el enriquecimiento fácil son, entre otros, factores apropiados de cultivo para que los poderosos, para que los inescrupulosos y abusadores hagan lo que les venga en gana, esquilmen y exploten llevándose a quien se ponga delante.

España, por cierto, mejora su lugar en el barómetro, aunque un 73% de la población -casi tres cuartas partes, por tanto- percibe que ha crecido. Pasa del puesto 23 (período 2007-10) al 32 de los 86 encuestados. La organización sitúa a Afganistán, Nigeria, Irak e India, seguidos de China, Rusia y gran parte de Oriente próximo entre los diez países más corruptos. Claro que Senegal (88%), Rumania (87%) y Venezuela (86%), seguidos de Papúa Nueva Guinea, Portugal, Perú, Pakistán e Irak, según las respuestas de sus habitantes, van alcanzando en la clasificación niveles preocupantes.
La empresa privada, los organismos religiosos y los partidos políticos son los sectores más corrompidos, según el estudio del que se desprende un claro mensaje: “La corrupción es insidiosa. Hace a la gente perder la fe”. Donde quiera que se cometa, en cualquiera de sus múltiples formas, el daño, en efecto, se va enquistando hasta hacer metástasis. Se empobrece la sociedad hasta perjudicarla sin medida. Porque nocivo es acostumbrarse a ello, convivir con el cáncer, mirar a otro lado, resignarse a la lentitud de la justicia y desazonarse cuando las resoluciones de ésta no se corresponden, en absoluto, con los tratamientos mediáticos, casi siempre apoyados en fuentes de la investigación. Desde luego, se pierde la fe. En el sistema, en las instituciones y en el funcionamiento de los mecanismos de un estado de derecho.
Es lo que sucede en Canarias, donde -ya lo hemos escrito- la sensación de impunidad es muy elevada. Se comete el ilícito porque es probable que no pase nada. Ha tenido que ser precisamente la perseverancia de algunos medios de comunicación la que propició hace poco una revisión de la adjudicación pública de un servicio de hemodiálisis en dos hospitales insulares, preñada, cuando menos de irregularidades y de circunstancias turbias. Puede que ese hecho, la retroacción del expediente, sea insuficiente pero al menos ya se ha logrado que no sea uno más de los casos que se denuncian en la Comunidad Autónoma y que luego quedan en nada, según infeliz apreciación de un destacado responsable político. Ojalá sea el último.
En cualquier caso, los prebostes de los sectores aludidos deberían tener muy en cuenta los resultados del barómetro, siquiera para contrastar cómo sigue empeorando la imagen externa de esas organizaciones que aglutinan amplios sectores sociales. Malo que tengan que moverse por intereses bastardos o que para conseguir determinados fines recurran a métodos espurios. El estudio señala que los españoles comparten la percepción global de que el poder público es el sector más infectado por las prácticas corruptas.
TI deja abierta una puerta a la esperanza: “La gente está dispuesta a actuar”. No estamos muy convencidos de ello pero bueno, es preferible tener una mínima sensibilidad o tomar alguna iniciativa -siquiera de protesta y de inhibición- antes que resignarse o rendirse a la institucionalización de las corruptelas. La pasividad y el carácter acomodaticio de buena parte de la sociedad frenan esa supuesta disposición. Quizá convendría fortalecer o perfeccionar los sistemas de denuncia. Enseñando, porque tampoco es cuestión de participar en una tertulia radiofónica o un espacio televisivo y largar cuatro absurdos indemostrables. Pero no hay que engañarse: los tentáculos son muy largos y muy poderosos. Formación, civismo y concienciación son decisivos para hacer frente a un mal de nuestro tiempo con el que hay tener, sencillamente, tolerancia cero. Porque cuando ese mal provoque un estallido social, será tarde.
(Publicado en Apuntes, número 31, enero 2011).

miércoles, 19 de enero de 2011

EXPRESIÓN INAPROPIADA

Es probable que haya querido decir otra cosa. O emplear otro término. Pero lo cierto es que se refirió a Los Realejos como "pueblo sumido en la indecencia" hasta 2003, año en que ganó la alcaldía el candidato de su partido. Las acepciones lexicográficas de indecencia son dos:
--Falto de decencia o de modestia
--Dicho o hecho vituperable o vergonzoso.
Por tanto, ni siquiera es una exageración de Francisco Linares (Coalición Canaria), a quien tenemos por político moderado, defensor de sus planteamientos de ideas en el que se denomina terreno de la racionalidad, respeto y tolerancia. Es que no es verdad, de ahí que pensemos que se trate de un lapsus línguae (error involuntario que se comete al hablar) manifestado en el curso de un acto político en el que quizás convenía una dosis de enardecimiento.
Un ilustre bloguero realejero, Jesús Manuel Hernández, se ha percatado de la boutade y le ha pedido a Linares que presente disculpas.
Tranquilo, Francisco: ni la primera ni la última de las frases dichas en campaña electoral, cuando parece que todo vale y que pronunciada allí, en casa, no va a pasar nada. El problema es que se ofrece la intervención en directo o se graba y se emite posteriormente y no todo el mundo es como Jesús, tan concienzudo y tan puntilloso, y al que como buen realejero, estas cosas, dichas de su pueblo, duelen, por lo que se ha apresurado a reprobar el aserto. Tranquilo: cosas perores circulan por ahí y a estas alturas de la película pocos son los que se molestan. Quizá haya sido un problema de ignorancia o desmemoria coyuntural.
No hubiera sobrado corregirlo sin necesidad de esa mención, de esas coordenadas comparativas, o lo que es igual, procedía usar un argumento en positivo, con recursos propios. Linares, sencillamente, debió liberarse de esa manía de algunos políticos villeros de todo signo consistente en opinar públicamente de los avatares de los vecinos y colindantes cuyos representantes, por cierto, no son nada pródigos a la hora de devolver esa pelota. Por supuesto, tiene todo el derecho y toda la legitimidad para hacerlo. Pero el subconsciente le traicionó.
Se insiste: no es verdad lo de la indecencia. Hasta 2003, Los Realejos experimentó como municipio una importante transformación. Se empeñaron sus representantes en modernizar y poco a poco lo fueron logrando. Del poético ocho de los caminos se pasó a importantes avances sociales a la espera de consolidar el modelo de desarrollo de la localidad. A otros corresponde la defensa pero, ciertamente, no faltó decencia en ese quehacer común realejero. Habría decisiones políticas criticables, como en todos lados, pero no se caracterizaron dichos avances por hechos que causaren afrenta o deshonra.
Lo importante para Linares es que no se contagie del lenguaje grosero, arrabalero y de sumidero que desgraciadamente galopa en algunos medios y círculos sociales de nuestros días. Como docente que es, y como político que experimenta situaciones inesperadas, seguro que el empleo inapropiado de esta expresión le sirve para reflexionar y pensárselo dos veces la próxima vez.
Suerte.

martes, 18 de enero de 2011

INVOLUCRARSE

Es difícil encontrar la alternativa al modelo turístico de sol y playa pero hay que intentarlo. Se viene hablando de ello desde hace algún tiempo sin que el día a día y la falta de decisión faciliten los primeros pasos. Por ahora, se sigue teorizando. No está mal pero si se verdad se quiere abrir nuevos caminos o ensayar con otras modalidades, hay que proponérselo y ejecutar. Que se vea algo, que se vea...
Los andaluces parecen tenerlo claro, según se desprende de una encuesta hecha a profesionales y otas personas en el marco del Plan de Calidad Turística 2010-12. El número de entrevistas realizadas, 13.246, revela la importancia que hay que conceder al estudio, primero que se realiza en Internet en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Las conclusiones más relevantes: hay que fortalecer la promoción de productos alternativos como los espacios naturales, el turismo gastronómico, los alojamientos singulares y el turismo accesible. O sea, que haya vida más allá de la playa.
Inciden los encuestados, por cierto, en una cuestión a la que en Canarias venimos concediendo aún poca importancia: la formación del personal, considerada entre los andaluces como un factor de seguridad para que un turista vuelva a visitar un destino turístico. El mejor dominio de los idiomas se revela primordial. De ahí que casi el 95 por ciento de las personas entrevistadas considere que para conseguir experiencias turísticas satisfactorias, el cliente debe sentirse atendido durante todo el itinerario o toda su estancia, es decir, desde que elige el destino hasta que coge el avión de vuelta.
En ese marco de atención involucremos a la población local. Lo venimos propugnando desde nuestra pertenencia pretérita a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Los vecinos de un municipio o destino considerado turístico han de interpretar un papel fundamental a la hora de que el visitante se lleve la mejor impresión. No se trata de servilismo sino de amabilidad lo que hay que procurar. La población local ha de ser consciente de lo que representa el turismo como sector productivo y por eso debe esmerarse en comportamientos que generen confianza, seguridad y estabilidad.
Así fue en el pasado, cuando con menos recursos que ahora, el voluntarismo y las ganas de agradar suplían distintas carencias. Si se quiere fidelizar una clientela, no se puede estar al margen de lo que el turista viene buscando. En la encuesta que nos ocupa, casi el 91 por ciento de los entrevistados considera importante o muy importante que los vecinos se involucren en el cuidado de las cosas propias y en la identificación con los valores cívicos para lograr que el visitante repita.
A ver si nos enteramos.

lunes, 17 de enero de 2011

Siempre FITUR

Los organizadores esperan unos doscientos mil visitantes y unos ingresos superiores a los catorce millones de euros, cifras que, por sí solas, revelan la importancia de la Feria Internacional de Turismo (FITUR) cuya trigésimoprimera edición se desarrolla esta semana en Madrid, tras la inauguración de pasado mañana a cargo de la reina doña Sofía.

En un contexto de recesión económica, es el turismo el sector que parece resistir, de ahí que el escaparate de FITUR concentre el interés de responsables públicos, empresarios, profesionales y consultores que, independientemente de promociones concretas o puntuales en ese pequeño gran universo turístico, pueden auscultar -si saben aprovechar el tiempo y tocar las teclas adecuadas- las respuestas de las modalidades y las tendencias de los mercados.

A fin de cuentas, ese es el sentido, el termómetro de una feria de estas características. En ella hemos estado en tareas de cobertura mediática y como responsables de políticas turísticas municipales. Allí hemos vivido grandezas y miserias, recelos por insularismos trasnochados, discusiones por la ocupación de unos centímetros, inútiles presencias, trabajo indesmayable a pie de mostrador, reuniones empresariales cuasi secretas, fotos con codazos, satisfacción por respuestas positivas de agentes o negocios redondeados y críticas sobre situaciones anecdóticas elevadas absurdamente a categoría. En cualquier caso, en uno y otro cometido, defendimos la presencia en la feria de cualquier destino o producto turístico.

Y es que doblado el cabo de las treinta ediciones se supone que FITUR es ya una convocatoria madura y que, por tanto, tiene que servir como núcleo que irradie las potencialidades turísticas de las islas con una generosa visión de su diversificada oferta. Téngase en cuenta que estamos hablando de la presencia de unas once mil empresas de ciento sesenta y seis países, algunos de los cuales acuden por primera vez o se reincorporan después de años de ausencia.

El entorno más positivo y la recuperación que apunta el sector hacen de esta edición de FITUR una cita cuyas repercusiones deben ser medidas de forma práctica a medio y largo plazo estudiando bien las respuestas que los propios actores aporten y teniendo en cuenta que las actividades promocionales que en ella se desarrollen son gastos sensibles que en los tiempos que corren deben ser aún más valorados.
En efecto, el que los aeropuertos españoles registraran el año pasado un tráfico de más de 192 millones de pasajeros (un incremento del 2,7 por ciento con respecto a 2009); o que hasta el pasado mes de noviembre se haya batido un récord de cruceristas (6.7 millones); o que las ayudas públicas en forma de subvenciones a fondo perdido que se conocen como Incentivos Económicos Regionales hayan financiado en nuestro país el año pasado más de veinte proyectos turísticos son hechos que revelan esa recuperación en un sector fundamental en la economía productiva del país pero que debe estar atento, por cierto, a cómo se va moldeando una nueva industria turística resultante de fusiones y quiebras de empresas y grupos.

De todo esto también debe hablarse en FITUR 2011, un suponer.

sábado, 15 de enero de 2011

DANZANTES O LA OBSESIÓN POR EL MOVIMIENTO

Es madrileño pero gusta decir que le concibieron en el Puerto. Es probable que ustedes no le conozcan o le conozcan poco, de modo que, sin voluntad heterodoxa pero rompiendo algún esquema en este tipo de textos, habrá que hilvanar primero algunos rasgos biográficos de Ángel Pageo, para saber quién es este artista polifacético que desde hace unas fechas expone una colección de treinta y dos litografías a la piedra y tres originales serigrafías con el llamativo título Danzantes.

En la academia Artaquio, ahí empezó todo, ahí comenzó a pintar. Después, junto a Federico Ordiñana, en los años sesenta, ya hacía retratos. Con Javier Clavo, autor de los murales del aeropuerto de Barajas y de las esculturas exteriores del Palacio Real, aprendió composición. Después descubrió los montajes y los secretos de los movimientos con Pilar Carpio. Y con la pintora Maruja Mayo, compañera del poeta inmenso Miguel Hernández, ya fue modulando estilo.

Hasta que con Víctor Ochoa, autor de esculturas gigantes -entre ellas, el Kraus del auditorio de Las Palmas de Gran Canaria que lleva su nombre- entendió y adquirió el compromiso con la realidad. Aunque fue Tomás Müller quien le captó en La Gomera, sus primeras estancias canarias. Micky Ostrowski, un tanto asombrado por sus creaciones, le animó y le convenció de que asumiera la técnica digital que ya se imponía para revelar sus fotos de gran tamaño.

Pasó unos años en Indochina, averiguando, investigando. Inquieto, indómito: el arte como gran causa; el movimiento en el arte como notable obsesión. Seducido por lo oriental, en Ramgún, capital de Birmania hasta 2005, a orillas del río Yangon, expuso en Strand Gallery. Y luego, en Bangkok, en Silom Gallery, saboreó el éxito de haberlo vendido todo.


Se plantó en New York. Perseguía las mejores panorámicas con fotos gigantes hasta que convenció con su quehacer en una colectiva de Eden Gallery. Le valió para una posterior individual, vista en South Side de Union Square.

El artista se convierte en un trotamundos cuando entre 1990 y 94 viaja a El Cairo donde es contratado para cuidar y revisar los archivos del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago de la citada capital. Aquí aprendió que la creatividad es sensible, tiene instintos y arterias que responden: “Una fotografía te enseña a pintar. Cuando la vas revelando te encuentras con todas las luces”. La técnica: calcar en papel cebolla y luego, las fotos.

Ángel Pageo ha bebido en las fuentes de Elios Gómez, autor de los carteles de la guerra civil española, o incivil como prefieran. Impactado por su llamativa combinación de los colores negro, rojo y blanco, los trazos de algunas de estas litografías trascienden los influjos del artista que ilustró a los contendientes de entonces en una época en la que menguaba la comunicación a borbotones.

Asimiló, y le pudo, el chillido colorista de Wassily Kamdinski, el ruso precursor de la abstracción en pintura. Y de Miró, de las manchas de luz apreciadas en sus obras, ha interpretado la audacia de algunas formas.

Hasta que, por fin, exponiendo por primera vez entre nosotros, descarna su obsesión: la obra en movimiento.

Empleando esta técnica de impresión basada en el principio de que el agua y la grasa no se mezclan, consistente en trazar o transferir a una superficie plana -ya sea una piedra calcárea o una plancha metálica previamente tratadas- un dibujo, un texto o una fotografía, fijando la imagen con un creyón o tinta grasa, que rechaza el agua, Ángel Pageo hace que Danzantes sea eso: puede que un homenaje al arte egipcio, con esa fusión de los cuerpos y los floreros convertidos en seres vivos, pero el tributo a una agitación constante, pese a que resulte complicadísimo plasmar en un solo cuadro los movimientos de un ballet que aparecen captados en varias litografías.

Sobre las líneas coloreadas, en el coronamiento del porche de Deir-el-Badari, en El Amarna-Akenatón que condensa toda la belleza y la majestuosidad del arte de Egipto. El sello de ese arte hace un homenaje étnico. La armónica combinación de la policromía le apasiona sin límites, como el simbolismo del pintor y grabador inglés William Blake, el artista total.

Entre unas cosas y otras, pintar el movimiento: ese es el 'leit motiv' de Pageo. Con sus propias palabras se barrunta la sana obstinación: “Lo estético me repele, te vicias en el perfeccionismo. Y el movimiento se capta o no”.

Entonces, brota Danzantes, donde cada cuadro expresa historias humanas, donde el piano acompaña melodías encadenadas. El autor, cuando repasa sus performances, confiesa que siempre le ha gustado el arte, “pero nunca pensé -señala- que iba a explorar en técnicas dispares y lograr estos acabados o que la gente me iba a pedir o sugerir estas cosas”.

Se nota en la colección que todos y cada uno de los materiales utilizados han sido escogidos de forma minuciosa. Los materiales de trabajo del pintor, genuinos, para que su labor sobre la plancha se transmita con toda fiabilidad al papel. La resistencia a la luz se ha acentuado con la pigmentación especial usada para fabricar las tintas de impresión.

Son los secretos de una buena litografía. Como mandan los cánones, la creatividad del autor ha sido complementada con la pericia y experiencia artesanal del maestro litógrafo, capaz de identificarse con la idea de aquél para obtener las más bellas realizaciones, ahora, por mor de las nuevas tecnologías, sustituido por el láser para manejar el balance de colores. Es una suerte de alianza interactiva de artista e impresor, muy ponderada, por cierto, desde aquella célebre exposición del Instituto Tamarind, perteneciente a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Nuevo México, en Alburquerque.

Para intentar alcanzar su objetivo, para reflejar o captar el movimiento, Angel Pageo cataliza el arte siempre vivo y nuevo de la litografía, uno de los medios estéticos siempre en juego. Un arte convertido como tal en la Francia del siglo XIX, gracias, entre otras cosas, a la contribución del gran pintor romántico Eugéne Delacroix. Aunque el antecedente, no muy conocido en su época, fueron las litografías taurinas que Goya realizara en Burdeos, allá por 1825.

Ángel Pageo logra unos Danzantes frescos y sutiles. A su ritmo, están sobre papel verjurado, el mismo tipo que utilizaba el alemán Alberto Durero para sus grabados. La estampación de sus colores es tan llamativa como estimable. Es la adecuada para el movimiento anhelado que dinamiza con la soltura de quien se sabe original, de quien no quiere refugiarse en el mecanicismo perfeccionista y prefiere la filigrana o el trazo espontáneo.

Danzantes, en definitiva, es la expresión del creador inconforme, del que se rebela contra sí mismo y del que explora sin descanso en los vericuetos del arte. Es la manifestación de quien, en muy distintos escenarios, con su trayectoria y esta incursión en la litografía, se declara enemigo de lo estático.

Seguirá, seguro, obsesionado por el movimiento.

viernes, 14 de enero de 2011

LA RELATIVIDAD DE LAS ENCUESTAS

Desde hace mucho tiempo venimos sosteniendo el principio de la relatividad de las encuestas, sobre todo las que se hacen en el ámbito de Canarias. Primero, porque sin ficha técnica sobre la mesa, que consigne autoría, método utilizado y universo poblacional consultado como datos elementales, no hay encuesta que valga. Y segundo, porque muchas de las personas interrogadas o no dicen la verdad o son cautas hasta el extremo de la indefinición y de la indecisión.
Los resultados de la segunda oleada del barómetro de la opinión pública que elabora el Consejo Económico y Social (CES) de Canarias así lo corroboran, desde un punto de vista comparativo con otros registros demoscópicos publicados hace pocas fechas que reflejaban resultados muy pero que muy dispares. Nada, pero nada que ver.
De tales resultados sobresale este dato: 770.000 canarios aún no saben qué votar en la cita con las urnas del próximo 22 de mayo. Y ni siquiera han decidido si acudirán a esa cita.
Esto pone de manifiesto la decepción, el cansancio y hasta el hartazgo de amplios sectores ciudadanos con la actividad política en general. La cifra es lo suficientemente alta como para dar sentido a nuestra entrada de hace un par de días titulada Contra la abstención.
La encuesta del CES debe ser manejada con preocupación en los estados mayores de los partidos políticos, más allá de las inmediatas estrategias para afrontar la convocatoria electoral, ahora mismo centradas en una de las principales dificultades del proceso: la búsqueda de candidatos y la elaboración de las candidaturas. Los plazos apremian, por cierto.
Canarias avanza en medio de la recesión con enormes dificultades, pendientes todos de la productividad del sector turístico. Ese avance se hace con penosidad, entre tribulaciones, con incredulidad social, con desconfianza y recelo hacia la política y quienes la ejercen. Eso es lo que hay que valorar. Según el estudio del CES, el paro, la crisis y las políticas de empleo son, por este orden, los problemas que más inquietan a la población. Ese escepticismo influye hasta en la autoestima.
Luego vienen los matices, las modulaciones y las preferencias, interpretables a gusto del consumidor.
Así que, en la relatividad de las encuestas, independientemente de que marquen tendencia, conviene siempre andarse con cautela, que esta tierra es como es y su gente -si le digo, le miento, reza una de las frase más comunes entre nosotros cuando se quiere dar una evasiva o no responder como quiere el preguntador- tiene ese don o ese carácter tan suyo que hace los sondeos más relativos todavía.

jueves, 13 de enero de 2011

ABANDONAR EL PLATÓ

Parece que se ha puesto de moda acudir, en condición de invitado, a ciertos programas de televisión -cada vez más considerados basura- y de buenas a primeras -quizá con alguna aislada advertencia previa- marcharse, da igual que eso signifique incumplimiento de las estipulaciones contratadas antes de sentarse.
Así las cosas, independientemente de los juicios que sobre la educación y las buenas maneras susciten, lo que cabe preguntarse es para qué asisten. Si alguien decide ir para ser interrogado, para informar -¿informar?-, para explicar o aclarar sobre hechos que le afectan -no importa que sea sobre su propia privacidad que, de esa forma, queda prácticamente suprimida-, sabe a lo que se expone: a preguntas incómodas, a revelaciones sesgadas, a interrogantes con trampa, a infundios, a frivolidades, a medias verdades... Por lo tanto, ese riesgo va implícito en los emolumentos que se van a percibir por ir a contar intimidades, enredar, devolver acusaciones y desnudar la personalidad.
Ya todo el mundo sabe que por esas comparecencias televisivas, salvo raras y honrosísimas excepciones, el medio paga. Se supone que previamente debe existir la firma de un contrato en el que se incluyen las claúsulas que deben cumplir, especialmente, los invitados que aceptan. Se desconoce si se consigna alguna de penalización en caso de abandonar el plató unilateralmente. Igual no: igual se pacta hasta eso y se da paso a la publiciddad, dejando en un brete -y quien sabe si a su discreción- al presentador o la presentadora de turno que, vía pinganillo, está recibiendo indicaciones desde la dirección para ver cómo se sale del trance, dándole a todo la frescura del directo que, en definitiva, viene a ser la esencia del 'reality show'. O sea, cuanto más espontaneidad y cuanto más realismo, mejor. El subproducto no entiende sino de índice de audiencias y de firmas comerciales que quieran anunciarse en los programas de marras.
Entonces, si acudes te fastidias y te aguantas. Con todas las consecuencias. Es tu voluntad, es tu decisión y hay que pechar con ellas. Decir adiós porque la presión se hace insostenible y porque no quieres sufrir un ataque de ansiedad es una señal de insuficiencia. O lo que es igual: porque la realidad te ha desbordado.
¿Para qué vas pues?

miércoles, 12 de enero de 2011

¡ESOS POLITONOS!

Circula en la red el video en que se ve al rey don Juan Carlos tratando de apagar apresuradamente su teléfono móvil que, con un politono muy curioso (la carcajada de un niño), sonaba instantes antes del muy serio y oficial acto de presentación de cartas credenciales de los nuevos embajadores. El monarca, como en tantas otras ocasiones, sale airoso, con un don de naturalidad que para sí quisieran todos los que deben desenvolverse en la esfera pública. (Otra cosa es el descuido de haberlo dejado en aquella sala, a expensas de que alguno que pasara por allí, en un descuido, se lo hubiera apropiado y después vaya usted a saber qué).
Pero bueno, el hecho pone de relieve que hay lugares y actos donde el celular -que dicen en ciertas latitudes- tiene que estar apagado. Díganme ustedes cuando suena en misa y se ve a la persona saliendo apresuradamente a hablar o a dejarlo sin función. Y hasta en algún concierto hemos tenido oportunidad de escuchar el tono de llamada. O en algún acto público, plenos y presentaciones de exposiciones. El descuido -que le puede pasar a cualquiera, incluido el rey- tiene menos perdón cuando en la mayoría de actos que no deben verse alterados por sonidos que alteran el ambiente y producen de inmediato molestos efectos de distracción hay advertencia previa de mantener apagados los aparatos. Bien con cartelería expresa bien mediante discreto anuncio verbal por la megafonía del recinto y hasta por el tacto advertido de algún presentador o alguna presentadora.
Es una cuestión de civismo, de precaución, de respeto. De la misma forma que en los aviones, por otras razones, se avisa de que deben estar sin funcionar y el personal, por lo general, cumple con la advertencia, habría que estar alertados cuando se acude a un lugar de pública concurrencia donde se va a celebrar un acto.
No sobra, en ese sentido, ninguna indicación previa. Aunque pueda parecer chocante o impertinente. Se evitarán visualizaciones y situaciones indeseadas. No todas tan graciosas, por cierto, como en la que se vio envuelta el monarca español.

martes, 11 de enero de 2011

CONTRA LA ABSTENCIÓN

Se supone que los teóricos y los estrategas de las organizaciones políticas estarán meditando cómo combatir la abstención, el primer gran enemigo en la cita con las urnas del próximo 22 de mayo. No hay conversación en Canarias sobre las elecciones que deje de señalar la consecuencia directa del desencanto, de la decepción, del hartazgo que produce la evolución de la política en las islas. Demasiado viciada. Las razones que sustancian estas tres circunstancias son múltiples: ocioso detallarlas. Se supone que las direcciones de los partidos lo saben y que en esta ocasión hay que producir reclamos, buenos y directos, para lograr que la gente se motive y acuda a los colegios electorales en esa fecha.
Pero ocurre que el abstencionismo no es bueno. Ni para la sociedad ni para el sistema. Hay que ir a votar, aunque se ane blanco, pero hay que ir a votar. La madurez de una sociedad se mide por muchos factores, entre ellos la respuesta en las jornadas de comicios.
Una autora costarricense, María José Bendaña, señala: "Dado que el abstencionismo es fomentado por múltiples causas como el escepticismo hacia los procesos electorales; la hostilidad hacia la representación partidaria y la falta de credibilidad en la honestidad de la clase política, se constata que no es una cuestión de mera indiferencia". De esta síntesis, se desprende la necesidad de producir un revulsivo en el electorado que, seguramente, aceptará a la política y a los partidos políticos pero no la forma de hacer política que, salvo honrosas excepciones, se viene practicando en las islas.
Es cierto que la gente está cansada de adulteraciones de su voluntad, de censuras sin sentido, de ambiciones desmedidas, de personalismos y de perversiones... Se plantea, cada vez con más claridad, para qué ir a votar si luego hacen con su voto algo distinto, lo emplean a conveniencia. Para colmo, el sistema electoral canario es el que es y sus topes y sus porcentajes merman una proporcionalidad equilibrada y no favorecen el pluralismo representativo.
La propia Bendaña apunta que "conseguir la participación de todo el conglomerado social en capacidad de votar es un ideal que nunca debe perdeser de vista y que debe agotar iniciativas y esfuerzos para perseguirlo".
Entonces, se trata no sólo de una campaña de comunicación institucional que estimule el ánimo de los mayormente desencantados electores sino del papel que corresponde a las organizaciones políticas, a los partidos, en fin, como elementos primordiales que rescaten del ostracismo y del pasotismo, de la indolencia y de la resignación, a cuantos se han planteado abstenerse o se dejen llevar por la marea, tan fácil de agitar, por cierto, en los tiempos que corren. Y no es para ponerse en plan alarmista pero pensemos que hay quienes salen favorecidos de la abstención: desde los antisistema a los nostálgicos del caudillismo y autoritarismo, sin olvidarnos, por cierto, de quienes quieren lanzarse a aventurerismos de fórmulas separatistas.
Votar es un deber cívico, sobre todo para luego criticar o exigir con fundamento. Poco mérito tienen las mayorías absolutas favorecidas por altos índices de abstención. Tampoco se sugiere la obligatoriedad del voto, como ocurre en los ordenamientos de algunos países. La abstención electoral se combate fomentando, desde los propios poderes públicos, la participación generalizada en los asuntos de interés público. El sufragio es el principal modeo de expresión y elemento fundamental para la integración funcional de los ciudadanos, luego hay que cultivarlo y, tal como van las cosas en Canarias, hasta mimarlo.
Lo dicho: votar, ir a votar. En libertad, por la opción que se prefiera. Abstenerse no va a resolver.

lunes, 10 de enero de 2011

LA HONRADEZ DEL CLIENTE

Más de setecientos hoteleros de establecimientos europeos afiliados al servicio de reservas hotel.info han concluido, en una encuesta de opinión, que la honradez es la cualidad más valorada a la hora de considerar las características del cliente. Casi el cien por cien de los encuestados resaltó la importancia de esa virtud, sustanciándola en el hecho de que el usuario pague sus facturas correctamente y no sustraiga ningún tipo de objetos del hotel.

Los profesionales de hostelería más veteranos, los que asistieron en la isla al nacimiento de la propia industria turística, siempre ponderaron la confianza que, en justa reciprocidad, transmitían los clientes que veían en la educación, la atención y la amabilidad los rasgos de empleados que suplían sus limitaciones idiomáticas y otras carencias con esos factores. Tal circunstancia generó las raíces de la fidelidad que fueron creciendo y multiplicándose, esto es, repitiéndose la visita año tras año o en determinadas fechas al mismo establecimiento. La prueba de tan curiosa y mutua confianza (profesional-cliente) es que se familiarizaron, aprendieron sus nombres e intercambiaban obsequios en cada estancia.

Los tiempos han cambiado y el negocio turístico también. Los perfiles de los clientes no son los mismos y sus hábitos tampoco. Abundan las quejas de directores alusivas a los hurtos protagonizados por los clientes, desde un albornoz a un aplique de luz, de modo que no es de extrañar el resultado del estudio señalado, sobre todo cuando en la clasificación de las cualidades consignadas aparecen fiabilidad, amabilidad, limpieza y generosidad.

Y así como la amabilidad que tenga el cliente con el personal del hotel es apreciada por más del ochenta por ciento de los profesionales interrogados, seguida de la limpieza en porcentajes similares, llama la atención que la generosidad sea uno de los atributos menos considerados: sólo un veinte por ciento de los encuestados ha destacado la importancia de ofrecer una propina.

Los datos indican, en cualquier caso, que hay que esmerarse. Ponen de relieve la importancia de la formación, y no sólo la específica o la estrictamente profesional. Esos profesionales veteranos citados siempre concedieron mucha importancia a lo elemental, a las formas, a los comportamientos y a las conductas de los empleados. Corregían sobre la marcha -unos con mejores métodos que otros- y fueron puliendo a quienes empezaban como botones o conserjes e iban ascendiendo a base de experiencia labrada sobre el terreno.

Las exigencias de los clientes jamás cederán. Les cuesta mucho, en la mayoría de los casos, disfrutar de una estancia vacacional y quieren que las prestaciones estén a la altura. Pero fijémonos cómo su honradez es la cualidad que goza de más alta consideración. Una honradez que sea reflejo de educación y civismo, sencillamente.

La propina, sea cual sea la cuantía, será siempre algo secundario. O de quinto puesto.

sábado, 8 de enero de 2011

LUGARES DE PERRAS DE VINO

La eclosión turística, ya en los años 70 del pasado siglo, acabó en el Puerto de la Cruz con la costumbre de muchos de sus habitantes de echarse las perras de vino en lugares del propio municipio. Los propietarios o arrendatarios de pequeños y modestos establecimientos que se dedicaban a esta actividad fueron cerrando las puertas. El caso es que los turistas sí venían buscando tascas y lugares típicos. En cambio, los portuenses fueron abriendo otros horizontes, preferían ventas y bochinches especialmente de la ruta norte.

Puestos a evocar los lugares donde se despachaba vino o donde había unas pocas especialidades para comer, habría que citar el bar de Isidoro Torres, en la calle Doctor Ingram, donde servía lapas, burgados y pulpos. Los primeros peninsulares encontraron un buen refugio en casa de Liberia Baute, en la calle Cruz Verde. Muy cerca estaba el popularmente conocido bar “Basura”, regentado por Casimiro Rodríguez Delgado.

Por lo general, eran locales pequeños, con barra y mostrador y una elemental ornamentación. Alguna acuarela, algún objeto típico o antiguo y almanaques que debían servir de un año para otro pues a menudo ni eran cambiados.

En la calle Santo Domingo, en el antiguo garaje de Francisco Machado, estaba Baute. Dicen que despachaba “chiclana”, con raciones de bogas y chicharros. En la misma calle, un bodegón se hizo muy popular entre los que gustaba “merendar”: “El Presidio”, dirigido por Juan Palmero. Con los años se convirtió en un restaurante de estimable nivel. Siguiendo el trayecto, en la Punta del viento, estaban “Los jesuitas” y en llegando a la Punta de la carretera, abría sus puertas “Casablanca”.

“La Gorda”, con dos accesos calle La Hoya y plaza de los Reyes Católicos, se convirtió en uno de los lugares más frecuentados, dicen que por la calidad de los caldos procedentes de cosechas privadas de la zona de Acentejo.

María Yanes, popularmente conocida como María “Campolimpio”, tenía una pequeña venta al principio de la calle Blanco, muy cerca de Las Cabezas. Sentada en una especie de trono, desde allí dirigía y observaba las operaciones de despacho de vino, chochos y manises.

Germán Molina Padrón tuvo un pequeño negocio -la fama de los tollos elaborados por su esposa Candelaria es imborrable- en la calle Lomo, esquina a Teobaldo Power.

Se convirtió en un clásico, como el de Francisco Fernández, ‘el Capitán’, enfrente de la antigua Casa Sindical. En la calle Lomo, por cierto, en un local de Lola García, Servando Pérez despachó cuartas y cuartas. Siguiendo esa ruta, en la esquina con Mazaroco, un local de nombre muy llamativo “Rompeyraja”. Otro emplazamiento de la calle Lomo, el de Vicente Torres Ortiz, popularmente conocido por ‘el Choli’.

Cercanías de El Peñón: alli estaba Mamerto Lorenzo, que se hizo localmente célebre los días de fútbol y entierro. Se hizo moneda corriente entonces echar una cuarta o una cerveza, acompañada de una tapa de chochos.

Agustín, el de El Templete, y Frasquita, popularmente ‘La abejona’, convirtieron sus locales y sus ocupaciones en medios de vida, lo mismo que sucedió con muchos de los mencionados.

Hasta que fueron envejeciendo y cediendo al desarrollismo que ya iba configurando una oferta de restauración distinta, con otras exigencias y otras preferencias entre los hábitos de los consumidores. Pero fue paradójico: los portuenses, en una era de esplendor económico, siguieron probando y encontrando sitios más allá del Botánico y de Las Arenas; los turistas que venían para disfrutar de una estancia placentera fueron hallando en hoteles y restaurantes modernistas o especializados una oferta gastronómica de altísima consideración.

viernes, 7 de enero de 2011

REFORMAS QUE IMPORTAN

La reforma de las pensiones. Es un asunto que concierne a todos y sobre él flotan algunas nubes densas de incertidumbre, así que habrá que estar muy atentos y confiar en la capacidad de negociación de las partes para alcanzar un resultado satisfactorio que no sólo aporte garantías y estabilidad sino que los partidos políticos dejen de emplear el asunto como elemento de debate político y de mercadeo electoralista.
Hoy es la fecha señalada para que Gobierno y centrales sindicales empiecen a acercar posiciones. Es positivo que se sienten siquiera a explorar avances. No sólo en esta materia sino en aquellas otras que se han visto afectadas por la depresión económica: la revisión de las políticas activas, los nuevos cauces de la negociación colectiva, la determinación clara del despido objetivo, en definitiva, la reforma laboral misma.
La reunión tiene que servir: sería todo un estímulo gratificante que, nada más empezar el año, hubiera entendimiento. Caso contrario, ya se sabe: posiblemente una nueva huelga general que, después de aquella de septiembre, con todas sus valoraciones, resulta de dudosa utilidad.
La convocatoria de hoy y mañana arranca con una premisa que parece inamovible para el Gobierno, según ha defendido públicamente el presidente: diferir la edad legal de jubilación de los 65 a los 67 años. Los sindicatos discrepan abiertamente, no están de acuerdo. Probablemente, aguardarán ver sobre la mesa de negociación la carta de la flexibilidad para saber qué rumbo tomar. Y ahí habrán de rebatir, con alternativas, los criterios que favorezcan una jubilación anticipada para quienes tengan carreras largas de cotización (inicialmente, más de treinta y seis años, cifra que irá creciendo de forma progresiva) y hayan ejercido las denominadas profesiones penosas o de especial peligrosidad.
En lo que sí parecen existir puntos de convergencia es en el cómputo del tiempo para el cálculo de la futura pensión, elevándolo de los quince años actuales a un período mayor.
Es la primera gran cita político-económica del año. Lo que está en juego interesa a todos. Atentos entonces. Es inevitable plantearlo: ojalá haya buenas noticias.

jueves, 6 de enero de 2011

AGENCIAS DE VIAJES

Empieza a ser habitual toparse con datos contrapuestos en el sector turístico. Por fortuna, hay sobradas fuentes estadísticas y ello permite contrastar el rigor o la ligereza de muchas consultas; pero las contradicciones saltan cada vez con más frecuencia y dejan al profesional bastante desconcertado. ¿A quién creer?
El análisis más reciente es el de las agencias de viajes que siempre fueron un buen termómetro para medir la movilidad y la capacidad de desplazamiento. Ha venido siendo una referencia directa de los operadores emisores. Como cualquier otra organización, han hecho balance del pasado año para concluir que las secuelas de la erupción del volcán islandés en primavera y el conflicto de los controladores, sumado al temporal en Europa de diciembre, dejan una sensación agridulce pues las señales de recuperación que se habían apreciado terminaron cediendo para acabar un año considerado como “el peor de la crisis”.
A partir de mediados de 2008, se detectaron las primeras señales de recesión en el ámbito de las agencias de viajes. Un año después, la depresión era evidente, con cierre de empresas de toda dimensión y pérdida de empleo. Unas 800 oficinas cerraron sus puertas, cifra duplicada en 2009. La caída en las ventas llegó a superar el 30%. El sector de la distribución probablemente conocía los efectos más negativos de su historia.
Cuando se creía que se había tocado fondo y que 2010 empezaría a marcar una recuperación, con ligeros crecimientos en los primeros meses del año, resultó un espejismo. La nube volcánica que, procedente de la lejana Islandia, envolvía a Europa durante unos días, cerrando el espacio aéreo y alterando sensiblemente el tráfico aéreo, produjo unas consecuencias muy dañinas. En Canarias tuvimos unos meses después el estrambote, con la reclamación que presentaba a las organizaciones hoteleras un conocido y potente turoperador, parece que, al final, satisfactoriamente resuelta para ambas partes.
Siempre según la versión de las agencias de viajes, el verano significó un balón de oxígeno pero el otoño devolvió cierres y listas del paro engrosadas con ejecutivos y contratados procedentes del sector. El plante de los controladores aéreos cuando millones de personas preparaban el puente más importante del año chafó las expectativas y gravó hasta límites insospechados la situación. No acabarían ahí los males: un temporal de frío y nieve colapsó durante días varios aeropuertos europeos.
Total, que unas cuantas circunstancias negativas de peso han hecho que el negocio de las agencias de viajes volvió a mermar considerablemente y el balance del año debe ser preocupante para sus rectores.
A ver cómo les resulta 2011.



miércoles, 5 de enero de 2011

Y SIGUEN EXPLOTANDO

Un joven natural de Kenia que estudia en los Países Bajos ha hecho lo que otros muchos por estas fechas: reunir lo que ha ahorrado trabajando para remitirlo a los diez miembros de su familia. Según se ha sabido, una agencia de transferencias ha retenido, por distintos costes, y se supone que en el marco de la legalidad, un 20% del dinero destinado a los familiares del joven keniata.
No descubrimos nada sobre la falta de escrúpulos del capitalismo salvaje, ese que no entiende de humanidad ni de solidaridad sino de cuenta de resultados al final del mes, al final del ejercicio. Ni siquiera en tiempos como los que corren ni en circunstancias como las que concurren en el caso del estudiante de Kenya se ablanda el corazón de los que manejan el dinero a su antojo. Es crudo pero real: otra forma de explotación.
Por eso, cada vez más llaman la atención las iniciativas que desde las redes sociales y desde organizaciones que quieren alzar su voz contra las injusticias y los desequilibrios, intentan frenar este tipo de abusos: comisiones excesivas, gravámenes elevados, márgenes que merman considerablemente una cantidad ahorrada para una necesidad. El capitalismo no sabe ni quiere saber nada de razones humanitarias; que se lo digan a la banca, bien pertrechada, por mucho que las estafas se hayan disparado y por mucho que ciertas hipotecas hayan hecho quebrar al sistema, finalmente salvado por lo público. Por lo de todos, por el esfuerzo de ahorradores, inversores, pensionistas…
Tras conocerse la historia del joven keniata, se ha sabido que más de 44 mil millones de dólares se ‘perdieron’ -mejor decir se concentraron- por envíos de dinero en el último año. El Banco Mundial recomienda que el coste de estas transacciones no exceda del 5% del total pero la agencia de transferencias del caso (Western Union) se vienen desenvolviendo sin una mínima presión pública que propicie una reducción de sus tarifas, en cierto modo, escandalosas.
Nos hemos unido a una campaña que circula en la red sobre este particular. Hemos rubricado la iniciativa que servirá de poco o nada pero que debe servir para plasmar una sensibilidad, para remover los espíritus y para no resignarse ante los bárbaros ataques del capitalismo y su falta de escrúpulos.
Por ejemplo: ¿le supondrá muchas pérdidas a Western Union reducir a un 5% sus tarifas para los países más pobres? Seguro que no. Una disminución de sus inmensos beneficios, sustanciada en determinaciones como la señalada, seguro que aumentará el flujo de fondos con destino a los países en desarrollo. Así, el volumen de negocios será menor pero la contribución a la supervivencia de personas cobrará mayores y mejores caracteres.
Claro que para eso ocurra hace falta tener más humanidad y más sensibilidad.








martes, 4 de enero de 2011

VALORES PERIODÍSTICOS DE SIEMPRE

Escribe José Luis Orihuela, a propósito de la profesión, que "tal vez nos hemos distraído demasiado con el futuro del periodismo cuando los valores que necesitamos rescatar posiblemente sean los del pasado, los de siempre".
Sencilla reflexión, sabia conclusión. La crisis se está cobrando un buen número de profesionales y unos cuantos medios. Se resiste cualquier alternativa y, en efecto, cuando tras llevar debatiendo lo que no está escrito sobre el periodismo que viene, cuando tanta variables aparecían, cuando tantos ensayos se sugerían, cuanto tanta audacia brotaba sin fin, resulta que todo eso apenas ha servido para hacer frente a los males de nuestro tiempo, a las carencias, a la inviabilidad de las empresas, a las dificultades de supervivencia... Por no haber, ni cajas de resistencia.
Y Orihuela se plantea bucear en el pasado. Valores funcionales: resulta que el contraste, el análisis, la profundidad y el contexto se han vuelto más estratégicos que nunca. O sea, que se habían diluido o se habían evaporado. Los modos de hacer periodismo se alejaron de tales valores: venga, se trataba de coger el micrófono o la cámara, o ponerse ante la pantalla, y soltar. Hablar y decir entremezclando información -si es que así se puede llamar- y opinión -si es que así se puede considerar. Sin ton ni son. No digamos escribir sin tino. Ni una mínima revisión antes de editar. Todo ello aderezado con altas dosis de ignorancia y de falta de humildad. Exigencias, decían, de la inmediatez y de las audiencias. Los avances tecnológicos lo podían todo, lo camuflaban todo, los justificaban casi todo. El papel... el papel aguanta lo que le echen: triste resignación.
Entonces, es primordial volver a los orígenes. Como casi siempre. Es una cuestión de formación, por la que se deben preocupar los profesionales, los que quieren serlo y las propias empresas que quieren confiar a personas cometidos tan serios como los de informar, opinar o comunicar. En los orígenes están la humildad, las ganas de aprender, leer, beber de buenas fuentes, enriquecer conocimientos... Están las cinco preguntas de la pirámide invertida. Y si nos apuran, hasta el sujeto, verbo y predicado para hacer cualquier oración inteligible y directa.
José Luis Orihuela, como buen bregador que se resiste a caer, y porque el periodismo es sangre que corre por sus venas, concluye que hay futuro para el periodismo no complaciente, inteligente, crítico, bien escrito y bien dicho. No será sencillo, en plena crisis, recconquistar estos valores, estas cualidades y estos ideales pero hay que intentarlo porque si no, la proliferación de los vulgarismos, de los subproductos y de los sumideros, basados en la antítesis del periodismo que parte de la idea todo vale, seguirá invadiendo de modo que parezca que todo es así as´hay que aceptarlo.
¡Quién iba a decirlo! El nuevo periodismo debe sustanciarse en las reglas que, por elementales, habían entrado en desuso. Claro, porque igual muchos, ante los avances de la modernidad, las desconocían.

lunes, 3 de enero de 2011

TRIBULACIONES MUNICIPALES

A pesar de que terminó el año con una buena noticia, corren malos tiempos para el municipalismo. Ampliemos algunas consideraciones sobre el asunto ya comentado hace unos días.
En efecto, el Gobierno de Canarias y la Federación Canaria de Municipios (FECAM) firmaron un acuerdo que les liga en un nuevo Plan Concertado de Servicios Sociales. Pero la satisfacción no es completa teniendo en cuenta que algunos programas no tienen cobertura plenamente garantizada o se verá sensiblemente disminuida, pero el acuerdo global alcanzado tranquiliza permite afrontar el año recién estrenado con cierta seguridad en este campo, de ahí que el acuerdo suponga un alivio, especialmente para muchos profesionales de lo social y para muchos destinatarios de los programas de prestaciones básicas.

Y es que el agobio de los ayuntamientos ha crecido hasta límites de insostenibilidad que se materializarían de no haberse producido el necesario entendimiento del ejecutivo con la federación municipalista. Alcaldes y concejales de servicios sociales, con una inevitable convergencia de contenidos en los informes técnicos correspondientes, no ocultaban su incertidumbre, entre otras cosas, porque es fácil colegir que son quienes primero y de forma más directa reciben las demandas de los ciudadanos necesitados. La merma de los ingresos y el incesante crecimiento de las solicitudes de ayudas, fruto de las coordenadas de la recesión, han generado situaciones de auténtica angustia a la hora de dar respuesta eficaz y diligente.

El nuevo Plan prevé la atención a unas trescientas mil personas, en tanto que unos dos mil trescientos profesionales dependientes de los departamentos de los ayuntamientos canarios, sobre los que pesaba la sombra de la interrupción de su relación laboral o profesional si no había recursos, podrán seguir trabajando. Aparentemente, de forma estable.

Lo importante es que el acuerdo tenga la consistencia suficiente para no sufrir alteraciones ni nuevas incertidumbres teniendo en cuenta que 2011 es un año electoral. Los alcaldes saben -o deben saber- que estos recursos hay que administrarlos con mucho celo. Primero, por escasos o ajustados. Luego, por su propia finalidad. Cuidado, pues, con las picarescas, con los favoritismos y las redes clientelares, nada que ver estas últimas -evitemos confusiones- con las sociales que proliferan en el espacio cibernético. No es cuestión de estar despilfarrando ni gastando más allá de las mínimas previsiones que hay que hacer en el horizonte temporal: las nuevas corporaciones quedarán constituidas el próximo mes de junio y para entonces hay que disponer de la seguridad económico-financiera que favorezca la continuidad de las prestaciones. Y a propósito: que anden atentos los munícipes responsables pues tampoco es cuestión de perder o renunciar a subvenciones y ayudas por negligencia o descuidos.

Sobre todo, porque pese al acuerdo firmado, del que hay que congratularse, recortes y reducciones sigue habiendo en materias como la atención a las drogodependencias, o en los programas de apoyo a los discapacitados, los planes de mediación y orientación familiar y hasta las escuelas infantiles municipales. Son servicios teñidos de incógnitas. Atención a la naturaleza, dimensión y contenidos de lo reseñado porque forman parte de la cotidianeidad. Los ayuntamientos tendrán que hacer un sobreesfuerzo a sabiendas de que las demandas van a seguir creciendo. Y seguro que la espera de recursos adicionales provenientes de otras instituciones se hará complicada. Tanto, que algún alcalde no ha tenido reparo en declarar que no habrá más opción que devolver a tales instituciones las competencias que les son propias, en caso de que no haya fondos o los consignados para transferir sean insuficientes para la prestación de los servicios.

En ese sentido, priorizar se convierte en un verbo distintivo para la acción de cualquier gobierno. En situaciones así, además de saber administrar, hay que escoger o decidir. Por eso, los anuncios y los mensajes optimistas de estos días, valen, para no multiplicar el desánimo; pero la cruda realidad es bien distinta. Y ésta, palpable con números, datos, fotografías y recursos mediáticos a conveniencia, obliga a determinaciones que apenas sirven para mitigar otros problemas estructurales y de funcionamiento.