lunes, 31 de marzo de 2014

LECTURAS DE UNA MANIFESTACIÓN

Hombre, no es que los catorce mil afectados tuvieran obligación de asistir, ni que todos estuvieran siquiera informados de la convocatoria, pero la dimensión del problema exigía otra respuesta. Unas quinientas personas en el trayecto y más, muchas más, en ventanas y balcones, y hasta turistas que se acercaban para leer los rótulos escritos en inglés y alemán, fueron las que siguieron más activamente o más de cerca la convocatoria de una manifestación hecha por la Plataforma de afectados en reivindicación de una solución para los problemas del suministro que padecen hace ya muchos meses: o no hay agua o la que hay es de mala calidad, no potable, no apta para el consumo.
    Esa es una de las lecturas que cabe hacer de la convocatoria, la cual discurrió con absoluta y entera normalidad, con sensatez, sin actitudes violentas ni provocadoras, con pancartas, lemas y consignas absolutamente respetuosos, sin sesgos políticos. En eso pueden sentirse satisfechos los convocantes: querían que el mayor número de personas expresara públicamente su desacuerdo con la gestión de esta crisis del agua y su rechazo a la falta de resultados prácticos. Querían desahogar su repulsa porque ya está bien de tener que aguantar cómo se han ido pasando la pelota durante días ayuntamiento y concesionaria y tener que abonar un gasto extra en agua embotellada (siempre hay alguien que sale ganando en esta situaciones de angustia, dilación e impotencia) que no ha sido compensado. Algunos llevaron garrafas o envases vacíos o parcialmente llenos de agua turbia, casi chocolatada. Querían solidaridad, incluso de quienes aún no se han visto damnificados. Y siguen aguardando sensibilidad. Muchos días, demasiados, a la espera de una normalización en el suministro.
    Pero chocaron con la comodidad, la abulia, el desentendimiento y hasta la cobardía de quienes hicieron demostración de que estamos en un pueblo poco comprometido, al que ni siquiera moviliza un problema de esta naturaleza, la prestación de un servicio básico. Que ya es decir. Lo venimos diciendo de los portuenses: tanta indolencia, tanta pasividad, tanto pasotismo ante importantes causas. ¡Ay, portuenses! Lo que fuimos, lo que tuvimos, lo que hemos perdido. Y lo que duele verse apenas motivados por menesteres banales.
    Claro que no deben alegrarse y mucho menos, cantar victoria, aquellos que anhelaban el fracaso de la convocatoria. Que los había, seguro. Ni el gobierno local debe sacar pecho, un suponer, pensando en que, pese a la dimensión mediática cobrada por el asunto -algunos medios nacionales se hicieron eco- y pese a la proyección pública, lo ocurrido es una especie de aprobación a sus políticas, a sus medidas paliativas y a su modo de hacer las cosas. Recordemos que, en las vísperas, el mismo alcalde declaró que si él fuera vecino afectado, también se manifestaría. Ya puestos, esta afirmación entrañaría una cierta contradicción: si la hizo pensando en acreditar sensibilidad y sumarse a un posible éxito y prevenir, como para socializar las ganancias, ya ven que va descaminado.
    Y, en fin, otra lectura que puede hacerse es que la cobertura de la convocatoria por los medios de comunicación invita a perseverar en la búsqueda de soluciones. En alguna ocasión hemos definido su papel como catalizador de afanes populares. Y este es uno de ellos, por lo que hay que reconocer su papel y su atención en la diversidad de los tratamientos. Si vital es el agua, este es un problema vital. Para resolverlo, a la vista de la experiencia, su contribución es decisiva.

    Y la solución aún está pendiente.

sábado, 29 de marzo de 2014

BOTÁNICO: QUE ALGUIEN HAGA ALGO

La ampliación del Jardín de Aclimatación, en lenguaje popular el Jardín Botánico del Puerto de la Cruz, sigue durmiendo el sueño de los justos. Nadie parece tener interés en impulsar el desarrollo de un proyecto que es fundamental para este recurso científico y turístico: hay una parte avanzada pero los trabajos, por falta de presupuesto o por la razón que sea, quedaron paralizados. Y así siguen, pese a algún anuncio sin alharacas de consignación  presupuestaria y alguna declaración pública de voluntad política que nunca terminó de cuajar. Desde el distribuidor de tráfico de un antiguo empaquetado, la visión no puede ser más desoladora: es la viva estampa del abandono: hierbas salvajes o naturales, especies vegetales nacidas y crecidas entre muros, cimientos y escombros.
         Que alguien haga por el Botánico. No debería ocurrir que la ampliación de un espacio de tanto valor científico e histórico presente una realidad tan poco edificante. Localizado en uno de los puntos de acceso a la ciudad más importante y transitado, su aspecto es el de una obra fantasma, de algo que se inició pero nunca llegó a su final. Ese aspecto se ha prolongado en el tiempo: meses y puede que años. Desde que se jubiló Manuel Fernández Galván, el director general que volcó su empeño y sus afanes en la iniciativa, el que luchó a brazo partido para que el proyecto reuniera todas las condiciones propias de un recinto singular, parece que nadie se ocupa. Como que el Jardín Botánico está abandonado a su suerte.
         Que alguien haga algo, de verdad. Siquiera por orgullo, por amor propio, o por el dolor que causa ver cómo pasa el tiempo y allí sigue sin moverse nada. Tanta desidia, por parte de todos, por responsables que no gestionan adecuadamente y por un pueblo pasivo al que estas cosas le dan igual, es un mal generalizado. Es como un fracaso colectivo, otro hecho de un Puerto de la Cruz al que parece importar poco su patrimonio y sus opciones de oferta turística y avance científico y social como es el caso. Otra realidad que se nos escapa. Otra cosa que se pierde.

         A menos que alguien haga algo.

jueves, 27 de marzo de 2014

PARALIZACION, PERO PRUDENCIA

Los seguidores habituales de este blog fueron los primeros en enterarse de las intenciones del colectivo Maresía relativas a la presentación en el juzgado de una petición para suspender de forma cautelar la ejecución de las obras de derribo del muro del paseo San Telmo, en el Puerto de la Cruz, consignada en un proyecto de remodelación o rehabilitación de toda la zona.


Aquellos miembros de la plataforma social que, en el curso de una reunión se mostraban muy autocríticos, afirmando que “hasta ahora no hemos conseguido nada”, estarán algo más animados después de que se haya sabido que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Santa Cruz de Tenerife ha resuelto paralizar las citadas obras, valorando, según se ha informado, que no han sido tenidos en cuenta los informes y estudios (obra del profesor Nicolás González Lemus y de la Fundación César Manrique) que fueron remitidos al Cabildo Insular, institución promotora de la actuación urbanística.

En Maresía, coyuntura favorable al margen, esperan que la decisión judicial sea definitiva pero habrá que aguardar a la presentación en el propio juzgado de las alegaciones que las partes pueden exponer para tomar una determinación. Por lo tanto, es lógico que en la plataforma se armen de prudencia y cautela: el camino puede ser largo y depende de muchos factores, entre ellos el propio arbitraje judicial.

Pero ya han logrado algo, aunque la vía judicial siempre es complicada: no rendirse y multiplicar su sensibilidad, transmitiendo un mensaje que sí ha calado en la población. El mensaje de la defensa del patrimonio, de lo que es común, de aquello que se quiere. Aquí asistimos a un episodio de identificación con valores históricos, urbanísticos y sociales. Amplios sectores ciudadanos los han hecho suyos y vienen defendiendo una causa que no es un pulso al poder ni una discrepancia política: al contrario, se muestran partidarios de hacer una remodelación en el paseo pero respetuosa con esos valores.

Así que, pase lo que pase en los vericuetos judiciales, ya hay algo positivo en la pugna entablada, en la defensa del muro y de otros elementos urbanísticos del paseo San Telmo, una arteria peatonal en la geografía de la ciudad que guarda los pasos de miles y de millones de personas. Lo positivo es la constancia, no rendirse, agotar las vías de diálogo y hacer uso de los resortes al alcance para intentar hacer valer las razones.

Que en este caso, las hay. Sin duda.

miércoles, 26 de marzo de 2014

S.O.S. DE LOS VECINOS: AGUA, AGUA

Las muestras eran la evidencia de las denuncias, de las quejas, de las demandas y de las esperanza de solución. Allí estaban, en una esquina de la plaza del Charco, sobre un mostrador artesanal, mientras representantes de los sectores de población afectados ofrecían alguna explicación a los curiosos que se detenían y se interesaban, algunos verdaderamente impactados con el color del agua de las muestras depositadas en frascos y recipientes, al tiempo que distribuían octavillas informativas sobre convocatorias públicas de protesta que llevarán a cabo esta semana.


En concreto, harán una concentración mañana en el exterior de la sede de la compañía ‘Aqualia’, concesionaria del servicio. Y luego, el sábado, marcharán en manifestación, desde ese mismo punto hasta las casas consistoriales en plaza de Europa.

Es la expresión de la protesta por lo que ha venido ocurriendo con el suministro de agua potable a importantes núcleos de población del municipio. Los titulares de prensa llamaron la atención hasta de los menos interesados cuando en ellos se leía que eran catorce mil personas las afectadas.

Es también la manifestación de rechazo a la gestión de la crisis por parte de los responsables, compañía concesionaria y gobierno local. Durante muchas fechas, insensibilidad, desinformación y carencia de alternativas. La instalación de depósitos en plena vía pública ofreció una imagen casi tercermundista. Y en general, la que se proyectó al exterior de toda la crisis, por prolongada y aún no saldada, ha sido muy negativa.

Y es, en fin, casi el grito desesperado en busca de una solución a la que tienen pleno derecho. Con agua de mala calidad, imposible. Y sin agua, igual de imposible. Los vecinos habrían de pagar sus tarifas de consumo y encima habrían de afrontar un pago extra de botellas y de litros de agua para tener una mínima seguridad.

Hicieron bien los vecinos en mantener las convocatorias en el curso de una reunión que mantuvieron con responsables para urgir una solución. Sea cual sea la respuesta a su convocatoria, han obrado consecuentemente. Hasta el alcalde dice que él, si fuera afectado, también se manifestaría.

Una avería se puede registrar. Y una espera razonable para superarla, se puede entender. Lo que no es de recibo es la incapacidad para que las partes se entiendan. Debían tener claro que con el agua no se disputa ni se encona.

Lo primordial es suministrarla con plenas garantías para su uso y consumo.



martes, 25 de marzo de 2014

ASIGNATURAS TURÍSTICAS

El secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Ramón Estalella, quien conoce bien la realidad turística canaria no en vano estuvo vinculado a organizaciones del sector durante muchos años, ha declarado que la hostelería española sigue sin aprobar algunas asignaturas. Y detalla tres: acabar con la estacionalidad, mejorar la comercialización mediante nuevas fórmulas y poner en marcha actuaciones caracterizadas por el estímulo y la eficacia en el ámbito de la formación y los recursos humanos.
         El presidente de esta misma organización, Joan Molas, da un paso más y señala que la innovación y la oferta ilegal o clandestina son dos prioridades a las que hacer frente sin reservas, si es que de verdad se quiere hacer más competitivo un sector que está registrando unos porcentajes productivos excelentes.
         Habrá quien discuta si es positivo o no hacer estas valoraciones en plena bonanza, aunque lo cierto es que algunos de estos problemas son un clásico, si se nos permite la expresión: se viene hablando de ellos desde hace mucho tiempo, y como se han reiterado declaraciones de este tenor y sin dudar de que se habrán tomado algunas iniciativas, lo cierto es que los dirigentes empresariales turísticos los siguen colocando en el debe.
         Claro que éstos asocian la desestacionalización a bonificaciones fiscales, anteponiéndolas incluso a la captación de nuevos mercados para cubrir los vacíos de la denominada temporada baja. Por lo que se ve, no han terminado de convencer a las autoridades ministeriales, de ahí que se planteen este objetivo, acabar con la estacionalidad, a corto o medio plazo.
         Se incide también en la formación. Estalella se queja: faltan profesionales. Y considera que el problema estriba en que el empleado formado cobra más y no se puede, en su opinión, “abonar salarios elevados por los costes tan restringidos de las empresas para ser rentables ya que la mayoría tiene que vender por precio”. Una vuelta de tuerca por su parte: si sigue existiendo un déficit de formación -parece que en las grandes cadenas, no tanto- y la precariedad en el empleo es un factor predominante, “se debería formar al personal sin que implicase un aumento salarial, por lo que se debería de incentivar de otra forma”. Pues ya deberían estar aplicándose los dirigentes empresariales en la aplicación de medidas para generar, en cantidad y en calidad, una mano de obra que se corresponda con la indiscutible importancia que el sector tiene en la productividad económica del país.

         De no hacerlo, se prolongarán los problemas. Seguirá existiendo el mismo déficit. Se hará palpable la obsolescencia en los métodos y fórmulas de comercialización. La prestación de servicios continuará siendo insatisfactoria para una clientela cada vez más exigente. No basta conformarse con que seguirán viniendo turistas, pase lo que pase. Con asignaturas pendientes y prioridades aceptadas, no hay otra opción que poner manos a la obra.

lunes, 24 de marzo de 2014

CON SUÁREZ, DE ESTRENO EN LA GOMERA

Fue una de nuestras primeras incursiones en el campo de la información política. Casi casi, el estreno. Creemos recordar que en 1978, en plena transición. Adolfo Suárez, presidente del Gobierno, venía a las islas. El padre Siverio, director de Radio Popular de Tenerife, donde preferentemente hacíamos deportes, nos envió a La Gomera, a cubrir la visita presidencial a esta isla. Canarias atravesaba entonces una delicada situación social y económica. La presencia de Suárez en el archipiélago tenía un profundo sentido simbólico.
El trabajo había comenzado en el aeropuerto de Los Rodeos, donde pudimos seguir las incertidumbres del protocolo para saber dónde se colocaba un visiblemente desconcertado Alfonso Soriano, el presidente de la Junta de Canarias, el ente preautonómico. Las tablas de Rafael Clavijo, que lo era del Cabildo Insular de Tenerife, resolvieron diplomáticamente la cuestión. Mucho más emotivo que aquel episodio, desde luego, fue la perseverancia de Cristina García Ramos para conseguir un testimonio de Suárez según cumplimentara a las primeras autoridades. A Cristina (evoquemos su maduro ejercicio de “Corazón, corazón”) la habían apremiado desde Madrid. Cuando lo logró, no pudo ocultar su contento entre quienes la rodeaban.
            Después, el traslado en guagua hasta Los Cristianos. En el grupo de periodistas e informadores, iba Arturo Trujillo, que pertenecía al plantel de Diario de Avisos y poco después quedaría vinculado a la Unión de Centro Democrático (UCD). Ahí conocimos a dos pesos pesados: Ignacio Zuloaga y Manuel Antonio Rico, que representaban a las agencias de noticias Efe y Europa Press. Nos alojamos en el parador nacional, aún inconclusas las obras, lo cual no obstó para que allí mismo, antes de las visitas, hubiera algunas reuniones con dirigentes institucionales y vecinales. De Suárez no se despegaba Luis Mardones Sevilla, gobernador civil, a quien recordamos tomando notas como si de un periodista se tratara.
Desde el sur de Tenerife y desde la isla colombina enviamos varias crónicas telefónicas, suplementadas con alguna grabación, hecha a ‘vuelamicrófono’. Cuando terminó la jornada, en medio de un calor sofocante, acompañamos a Zuloaga y Rico a comprarse un bañador en San Sebastián, la villa, la capital de la isla, en cuyas calles se vivía la efervescencia propia de un acontecimiento. Luego estrenamos la reluciente y tentadora piscina del parador.
Estos recuerdos personales rebrotan al producirse el anunciado fallecimiento del ex presidente. Cuando cumplió 75 años y la enfermedad ya causaba estragos, el aniversario se vio salpicado por una nueva controversia a propósito de la aparición de un libro de Luis Herrero. Los franquistas y los nostálgicos se han pasado un buen rato denostándole, le consideraban un felón. En la obra de Fernando Vizcaíno Casas, “Y al tercer año resucitó”, así aparece. Pero nadie pone en duda el trascendental papel que le corresponde en el tránsito a la democracia, en una de las etapas más apasionantes e inciertas de nuestra historia. La entereza con que afrontó el bochornoso asalto de los guardias civiles al Congreso de los Diputados -compartidos esos honores con Gutiérrez Mellado- será recordada eternamente. El paso del tiempo elevó su estatura política, su generoso sentido de la tolerancia y del pluralismo. Alfonso Guerra, en la segunda entrega de sus memorias, le califica como un “estadista desclasado”.
Y en su haber político, analizado hoy con un más amplio sentido de perspectiva, el valor de una dimisión que iba más allá de lo que en sí significa una renuncia:

“Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España”, vino a decir al país en la tarde del 29 de enero de 1981. Sabias palabras, sustanciosa aportación a la democracia que recién arrancaba y que andaba amenazada, según se comprobó apenas un mes después.

sábado, 22 de marzo de 2014

LAS INCÓGNITAS DEL LAGO MARTIÁNEZ

El gobierno municipal del Puerto de la Cruz quiere privatizar (gestión indirecta de un servicio o bien de titularidad propia) el complejo turístico “Costa Martiánez”. Amplios sectores de población no están de acuerdo con la medida: son los más identificados con un espacio emblemático, santo y seña de la oferta turística de la ciudad y lugar de disfrute de numerosos vecinos, a los que hasta hace poco se bonificaba el acceso a las instalaciones.
            Pero este gobierno, pretextando la salvación de los puestos de trabajo y la necesidad de mejorar la gestión del complejo poniéndola en manos privadas, dice que se concesiona administrativamente, sí o sí. Por eso suprimió las bonificaciones, sin importarle que, de ese modo, se alejaba a los portuenses de una de sus cosas más queridas. Por eso quiere que, en agosto, lo más tardar, se ponga el punto final a la gestión directa. Como si la indirecta, es decir, la privada, fuera una garantía de mejores prestaciones y de más calidad.
            Hasta que se consume el proceso -sujeto a un concurso público, suponemos- se van produciendo algunos hechos que, cuando menos, llaman la atención. Por ejemplo, según parece, una empresa concesionaria de parte de los servicios del complejo se ha declarado insolvente y es otra la que adquiere su accionariado. Queremos pensar que la operación se ha hecho bajo escrupulosa legalidad.
            Pero lo lógico es que el Ayuntamiento -recordemos, por enésima vez, titular lo dueño de la instalación- estuviera al tanto de la operación y en aras de la transparencia y de la defensa de los intereses generales y patrimoniales del municipio, ya hubiera informado del alcance de esta curiosa y circunstancial transacción, siquiera en sus órganos. Como desde la fiscalización que debe hacerse de la gestión del gobierno no ha trascendido nada, queremos pensar que eso no ha ocurrido. Con lo que estamos ante un extraordinario caso de opacidad en la gestión de los recursos públicos. ¿Es beneficiosa la operación para la hacienda municipal, para la ciudad? Siquiera con valor anecdótico: la nueva empresa ya ha reemplazado hasta los logos y alguna señalética. ¿Puede hacerlo, con qué autorización ha contado? ¿Lo sabe la fundación César Manrique? Alguien tendrá que explicar por qué han ocultado o sellado el nombre del complejo. Y para que quede claro: nada se tiene en contra de las empresas que legítimamente aspiren a crecer y quieran demostrar su capacidad. Pero hay que ser exigentes con ellas cuando van a gestionar lo público, lo de todos.
            ¿Y qué hacemos con  los trabajadores? Ahora mismo, debe haber unos sesenta adscritos a Pamarsa, la empresa pública municipal prácticamente en proceso de disolución -a menos que la rentabilidad de la explotación de aparcamientos lo frene-; veintiuno procedentes de la firma Tarajal que ganaron un contencioso ante la jurisdicción laboral que falló a favor de los empleados y condenó al Ayuntamiento a su readmisión; y unos diez directamente dependientes del propio Ayuntamiento. Lo lógico sería que las representaciones sindicales y los comités de empresa -si los hubiere- ya estuvieran recabando información sobre su futuro y reivindicando estabilidad en el empleo. Pero cabe dudar de lo lógico conociendo los antecedentes. Acaso andarán más preocupados en otros menesteres. Y se respeta, si esa es la actitud. Pero que sean conscientes de que pueden correr una suerte muy negativa. Recordemos que en procesos similares anteriores, cuando por activa y por pasiva se hablaba de que los puestos de trabajo estaban plenamente garantizados, a las pocas semanas se estaba evaporando tal seguridad.
            A todas estas, habrá que incidir en el proceso de concesión administrativa. Apuntemos, por un lado, que debe estar a punto de caducar la de la Demarcación de Costas; y por otro, que el gobierno local ya debe haber madurado el pliego de condiciones que regirá el concurso público tras el que habrá una nueva firma adjudicataria que se haga cargo de las instalaciones, si aquél no es declarado desierto, posibilidad que, tal como evoluciona la voluntad política de los actuales responsables, parece bastante improbable.
            En definitiva, sombrío panorama y mayor incertidumbre para un complejo en el que ya no está el casino de juego habilitado en la antigua “Isla del Lago”. Sólo sobrevive la sala de máquinas en aquel Lido San Telmo de grata recordación. Las instalaciones están cerradas por la noche, excepto los fines de semana. Sin duda, se acentúa el aspecto lúgubre y de decadencia que, acaso premeditadamente, se quiera presentar para justificar la privatización.
            Entre el oscurantismo advertido en ciertos procedimientos, las primeras añagazas, las dudas que sustancian la suerte futura de los empleados y la expectación que ahora despierta el pliego de condiciones de otro concurso público para dilucidar el patrimonio de los portuenses, nos encontramos con unas cuántas incógnitas.

            Despejarlas o desentrañarlas va a resultar interesante.

viernes, 21 de marzo de 2014

UNA DISTINCIÓN PARA MINA

El público se pone en pie y la ovaciona durante unos instantes. Se palpa el calor de los aplausos. Ella asume con su sencillez de siempre. Y agradece con gestos después de haber recibido la distinción honorífica concedida por el jurado de los premios del Instituto Canario de Igualdad (ICI), ediciones 2012 y 2013.


Mina, como la llama todo el mundo, está feliz, con sus familiares, sus compañeros y allegados, con tanta gente que quiso arroparla en el acto celebrado en la sede de la Presidencia del Gobierno, en Santa Cruz de Tenerife. Les ve cercanos desde el escenario, sabe que es un apoyo sincero, como sabe que el premio es un reconocimiento a todos sus años de lucha favor de los demás, de los más desfavorecidos. Y, sobre todo, a favor de las mujeres.

Es el apoyo a una emprendedora, a una mujer comprometida con causas en las que había que volcar sacrificio, empeño, comprensión y altas dosis de resistencia para desbloquear todas las trabas que iban surgiendo y que ella sorteaba con las cualidades de una persona que jamás se arrugó.

Trabajadora social por la Universidad de La Laguna, desde finales de los años setenta ya dejó su sello en Madrid, donde fundó una cooperativa cultural, El Buscón, que aún sigue funcionando. Después comenzaría el largo camino por los vericuetos de la política y de la actividad social. Durante diez años fue delegada en Canarias de la fundación ‘Solidaridad Democrática’, período en el que contrastó su laboriosidad y su cercanía para gestionar temas complicados dirigiendo varios proyectos sociales.

Fue diputada al Congreso por la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Llegaron los años difíciles de la violencia de género, cuando la desprotección era palpable, y ahí surgió su figura templada y animosa a la vez para cofundar el Foro contra la violencia de género en Tenerife. Luego ha presidido la Federación de Asociaciones de Mujeres en Canarias ‘Arena y Laurisilva’ y la asociación ‘Mujeres, Solidaridad y Cooperación’.

Mina, Berlarmina Martínez González, recibió en directo el afecto de cuantos saben de su compromiso, de su dedicación y de su entrega. Con el acto terminado y con la sucesión de recuerdos gráficos, ya estaba lidiando para continuar con esa labor reconocida por el ICI.

Se la merecía, claro que sí.

miércoles, 19 de marzo de 2014

DILEMA SIN BENEFICIO

Algunos productos televisivos basaron su éxito en contar las intimidades de personajes famosos o populares. Con el pretexto de su condición pública, no escaparon políticos, empresarios, artistas y profesionales de toda laya, algunos de los cuales se prestaron sin demasiadas reservas, probablemente también por motivos económicos. Con el tiempo, cuando la cosa empezó a resultar molesta, cuando los empleados de los medios acudían a aeropuertos y otros recintos, o montaban guardia -como lo leen- en el exterior de lugares de actuación y de los propios domicilios, es decir, cuando se configuraba un claro acoso en busca de la imagen o del testimonio, empezó una deserción colectiva y se sucedió juna negativa generalizada. Los reporteros comprendieron que su labor era cada vez más difícil y sufrieron todo tipo de desplantes. Directores y editores -muy exigentes siempre con los anteriores, por cierto- se dieron cuenta de que la fórmula se agotaba, por muchos antídotos que administraran, incluidos los derivados de la utilización de los potentes recursos de los propios medios en contra de quienes se negaban a “colaborar”, simplemente con un silencio.
            Cuando se materializó esa actitud, alguno de esos productos incursionó con su misma gente, con sus habituales intervinientes, o sea, con quienes sabían y contaban lo de los demás. Hurgaron en sus intimidades, desvelaron vivencias y sucesos, se acusaron mutuamente de cualquiera de sus comportamientos, pasados o presentes, cuestionaron sus capacidades de comunicación y, en fin, se reprocharon todo lo que estaba a su alcance, incluso lo que cobraban. Ya no era periodismo a lo que se jugaba, ya no era información lo que se buscaba: aquello degeneró en un espectáculo circense -con vaivenes de todo tipo- en el que poco importaban la dignidad o los principios de los intervinientes.
            La periodista y escritora Elvira Lindo analizaba días pasados en el diario El País la evolución de las redes sociales desde su misma experiencia en ellas. Y a propósito del acoso que a duras penas soportan los famosos en cualquier parte del planeta, terminaba señalando que “hay un público que se ha aliado con el peor periodismo para vulnerar las normas de privacidad”. Es cierto, por mucha “telebasura” de la que se hable. Llámese morbo, curiosidad, cotilleo o afán incontenible de saber lo que ocurre con quienes se mueven en las esferas de la popularidad, está claro que los índices de audiencia revelan que ese género, mal llamado del corazón, interesa y atrae. Entonces, se produce ese pacto no escrito para abundar en las debilidades humanas, para desnudarlas. Al precio que sea, aunque haya que saltarse normas, la Constitución incluida. Y si vienen pleitos, ya veremos cómo se las arreglan los abogados y hasta dónde llega la laxitud y la interpretación de los jueces.
            Claro que Elvira Lindo advierte. Así como hay un “peor periodismo”, existe también el “periodismo serio que antes tenía claras sus fronteras éticas y ahora las rompe apelando a una libertad de información y expresión que deja a los personajes públicos cabreados y desprotegidos”. Surge así un dilema sin beneficio. Habría que añadir que la competencia, la necesidad de ganar audiencias, influyen mucho en ese sentido. Y así se difuminan esos límites fronterizos.
            Entre otras razones, porque, como apunta la citada autora, quienes padecen ese acoso o ese sufrimiento, por desenvolverse en el ámbito de lo público, ya lo llevan en el sueldo.


martes, 18 de marzo de 2014

LA REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL, RESTRINGIDA

Un golpe a la línea de flotación de la representación proporcional, principio esencial de la democracia: esa podría ser la mejor definición de la iniciativa de la presidenta de Castilla-la Mancha, María Dolores de Cospedal, referida a la reforma de su estatuto de Autonomía, aprobada en las Cortes con los únicos votos favorables del Partido Popular (PP), otro claro ejemplo de abuso de una mayoría parlamentaria.
Recordemos que en el principio fue el aumento. Y se pasó de 49 a 53 diputados en las Cortes de aquella comunidad. En la “reflexión” posterior, preñada de austeridad, fue la reducción. Mejor dicho: el hachazo. Porque de 53 se pasaba a 25. Y además, sin retribuciones fijas para aquéllos. No hay precedentes en la historia de treinta y cinco años de democracia y del Estado de las autonomías.
            Este es, en resumen, el alcance de la reforma de la Ley Electoral aprobada con intenciones muy claras: mermar la calidad democrática, disminuir la representación de la voluntad popular, irrespetar criterios de proporcionalidad, básicos en democracia. Si en ese marco logra disminuir las opciones electorales de los adversarios políticos, ya está la cuadratura del círculo: permanecer en el poder.
            Después, será crítica la señora Cospedal con los mandatarios sudamericanos empeñados en reformar la Constitución de sus respectivos países para perpetuarse. Denostará, incluso, los procedimientos, más o menos plebiscitarios. Eso sí: no reparará en que ha huido de todo posible consenso que para reformas de esta naturaleza resulta indispensable en la sociedad del siglo XXI, a la que están haciendo retroceder, por cierto, como nunca pudo imaginar.
            Es natural que los deseos personales de la presidenta castellano-manchega y el respaldo político prestado por su partido despierten críticas y rechazo. No se extrañarán, en ese sentido. Quienes buscan menguar el pluralismo político en tiempos en que predomina la desafección, no pueden esperar apoyos ni simpatías. Quienes ponen trabas a la participación política, demuestran que la Constitución les merece muy escaso respeto. ¿Cómo impulsarla, cómo administrar los recursos públicos desde la variedad de ópticas y cómo transparentar la gestión de los mismos en esas condiciones?
            No bastan criterios economicistas o de presunta y recurrente austeridad. La democracia merece todos los esfuerzos que sean necesarios, especialmente en tiempos en que hay que incentivar para no dar pie a situaciones indeseadas. Los ciudadanos quieren más democracia y quieren que la política ofrezca soluciones. Pero no precisamente las que signifiquen recortes de su representación.
            Por ejemplo: Castilla-La Mancha tiene más de dos millones de habitantes y cinco provincias. Su presupuesto está cercano a los ocho mil millones de euros. Este afán reduccionista significará, por ejemplo, menos diputados que concejales en el Ayuntamiento de Albacete, actualmente veintisiete, para controlar ese volumen presupuestario. No parece consecuente. O que la representación final aprobada sea inferior a La Rioja, una comunidad uniprovincial que tiene cinco veces menos población que la presidida por María Dolores de Cospedal.
            La aplicación de esta reforma estatutaria y electoral equivale, en la práctica, a dejar sin representación política en el Parlamento de Castilla-La Mancha a casi trescientos mil votantes. Cuando tantos llamamientos se hacen a la participación y a la motivación, regulaciones tan restrictivas invitan justamente a lo contrario. Será que eso, precisamente, es lo que están pretendiendo.
            Y tampoco es cuestión de maniatar o propiciar la exclusión de quienes no tengan responsabilidades públicas de gestión, es decir, de quienes queden en la oposición. Si lo que intentan, con reformas así, es aburrirles, marginarles o limitar su dedicación a los menesteres políticos, flaco favor hace a la democracia. ¡Quién vería a la señora Cospedal y a los suyos si estuvieran afectados por medidas similares procedentes de gobernantes de signo político progresista! De lo menos que hablarían es de golpe de Estado institucional.

            En definitiva, nada bueno jugar con los fundamentos esenciales de la democracia, sobre todo, cuando se restringe la propia capacidad representativa de un cuerpo social al que se castiga con maniobras restrictivas y manipulaciones flagrantes. En Castilla-La Mancha, sin peticiones ni demandas sociales y sin consenso político, siguen palpando, desde luego, la involución.

lunes, 17 de marzo de 2014

RECUPERAR DERECHOS

Mensaje de la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en las Cortes Generales, Soraya Rodríguez, en el Puerto de la Cruz: si algo hay que aprender en estos dos años de gobierno del Partido Popular, es que ha bastado ese período de tiempo para desmontar lo que se había conquistado, por muy consolidado, por muy firme que pareciera.
Es probable que no se lo hubieran propuesto pero ya que lo han tenido a su alcance se han puesto a la faena y no han escatimado afanes, sin importarles incurrir en contradicciones programáticas ni en abusar de la holgada mayoría parlamentaria. Reformas ideologizadas al máximo, un vuelco en el modelo y un retroceso descomunal, da igual la fractura social hasta producir la mayor brecha de desigualdad en las economías de la Unión Europea, según el informe del poco sospechoso Fondo Monetario Internacional (FMI).
Rodríguez, más allá de las formas de hacer política, desmenuzó las diferencias sustanciales que durante estos dos años ha sido posible contrastar. Por ejemplo, se ha pasado de la implantación de sistemas públicos universales en sanidad, educación o pensiones a su práctico desmantelamiento, con el fin de favorecer la privatización y convertir esos sectores -y a las personas- en un negocio. Otro ejemplo empleado por la portavoz socialista: la aplicación de la Ley de Tasas Judiciales, acaso una de las pruebas más claras de la inequidad en que sitúan los justiciables: según su capacidad económica, pueden o no pleitear. Por tanto, un terrible efecto disuasor. Y otro recurso explicativo de las diferencias: aquella red pública de apoyo y protección a las mujeres maltratadas -a duras penas sostenida por algunos gobiernos autonómicos- se ha visto sometida a modificaciones legislativas que parecen alimentar indefensión o desprotección.
Soraya Rodríguez puso el acento en la pérdida de derechos. Y es que, en efecto, habrá crisis mientras no se materialice la recuperación de los mismos. De ahí que valorase, incluso desde el punto de vista económico, lo fácil que ha resultado para los conservadores su progresiva eliminación. Vino a decir que a los socialistas les quedan los militantes, las agrupaciones y el Boletín Oficial del Estado, éste, naturalmente, cuando gobiernan. En la oposición -fue otro mensaje- no hay otro recurso que la convicción y el activismo de sus bases, bien argumentado y bien vertebrado, para afrontar situaciones que van más allá de una mera pugna electoral. Ahora son modelos, son derechos, son avances y prestaciones sociales lo que está en juego. Si se quiere que esa brecha suelde o se reduzca, hay que pensar en algo más que restricciones o políticas de ajuste que, en todo caso, ya se sabe quiénes son los beneficiarios, ganadores interesados también, por cierto, con eso de la desafección y el rechazo a la política.

Recuperar derechos: esa es la cuestión.

sábado, 15 de marzo de 2014

REAPERTURA

Cuando surge en la sucesión de penurias y hechos negativos que caracterizan la vida del Puerto de la Cruz en los últimos tiempos una iniciativa o realización positiva, hay que congratularse.
     Es lo que sucede con la reapertura del centro educativo Madre Matilde Téllez, dedicado hasta su cierre –motivado por la falta de demanda- a la acogida de menores en situación de desamparo. Funcionará ahora como centro de día, dependiente del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), y seguirá gestionado por las monjas de la orden Hijas de María, Madre de la Iglesia. Según explicó el consejero-delegado del IASS, Miguel Ángel Pérez, los planes que se tienen es que el centro abra sus puertas desde las tres de la tarde para atender a menores entre los 4 y 17 años, a quienes también les será ofrecido un refuerzo alimentario y académico, con programas complementarios de formación para los familiares relativos a higiene y hábitos saludables. Se quiere también llevar a cabo actividades culturales o formativas, de ocio y recreativas, que desarrollen la prevención en campos como la sexualidad y adicciones. Los refuerzos en tareas educativas, con el propósito de impedir el absentismo o superar el fracaso escolar, serán también objeto de atención en esta nueva etapa.
     Hay que alegrarse de esta reapertura y de los esquemas sobre los que va a funcionar. Desde que el Ayuntamiento accedió al antiguo cuartel de la Guardia Civil, siendo alcalde Francisco Afonso, se pensó en el inmueble como un centro asistencial o de acogida que contribuyera a resolver o mitigar los problemas de infancia y menores que en los años ochenta del pasado siglo empezaban a extenderse en la ciudad. El centro formó parte de la red de servicios sociales forjada por un Ayuntamiento que entonces muy sensible con estas políticas y fue pionero en Canarias en su instauración. Por otro lado, la labor de las monjas, que seguimos muy de cerca durante unos cuantos años, ha sido ejemplar.
     Cuando el centro Madre Matilde Téllez cerró sus puertas nos temimos lo peor: otra dotación que se pierde en el Puerto. Pero parece que es posible remontar la coyuntura desfavorable, aun cuando sea necesario afrontar un nuevo modelo de prestaciones en el ámbito del acogimiento familiar implantado por el Gobierno de Canarias. Hay que destacar que entre las directrices de este modelo figura que los menores habrán de estar con su familia bajo la supervisión de profesionales del propio Gobierno. Los planes de atención al menor y a la familia tendrán en este centro de día portuense un espacio donde poder cubrir necesidades asistenciales y educativas de menores que se encuentren en situación de vulnerabilidad.
     Lo dicho: entre tanta penuria y tanta desazón de una ciudad castigada por la decadencia, hay que congratularse.


viernes, 14 de marzo de 2014

SAN TELMO, ECHAR EL RESTO

Para Maresía, la plataforma ciudadana que aglutina la defensa de los valores del paseo San Telmo, en el Puerto de la Cruz, y para todos los que, de alguna manera, están identificados con la causa, siquiera en forma de exteriorización en redes sociales o en pliegos de firmas de su malestar y de su rechazo al proyecto de rehabilitación que se quiere afrontar, ha llegado la hora de la verdad: el comienzo de las obras es inminente (de hoy mismo al lunes próximo), lo que equivale a decir que sus esfuerzos para reconsiderar algunos aspectos del proyecto no van a ser tenidos en cuenta.


Han perserverado -y van a seguir haciéndolo- en la vía institucional, de modo que esta mañana, según se informó en el curso de una reunión en la que analizaron los últimos acontecimientos, la representación legal de la plataforma solicitaría en los juzgados la suspensión cautelar del comienzo de los trabajos, a la espera de que se resuelvan otros planteamientos elevados al Cabildo Insular de Tenerife así como la solicitud de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para el paseo, a la que nos hemos referido en alguna entrada anterior.

Claro que, además de la vía institucional, los comprometidos con la defensa de San Telmo son conscientes de que es necesario seguir motivando y movilizando a la ciudadanía. De ahí que no solo mantendrán las concentraciones que ya son una estampa habitual de los domingos sino que promoverán la convocatoria de otra manifestación que pretenden sean tan exitosa como la que se celebró hace unos meses.

El paso del tiempo ha ido esclareciendo algunos hechos. Seguro que puede existir la creencia de que, a pesar de todas las acciones entabladas hasta la fecha, no se ha conseguido mucho. Pero esa actitud no se corresponde con la realidad: el espíritu crítico y la presencia en medios de comunicación ha han servido para que los responsables del Cabildo Insular sean sensibles con esta reivindicación. Puede que los avances sean mínimos pero no es menos cierto que han logrado forjar y amalgamar una causa que, junto con la defensa de Mueca y la necesidad de renovar la programación y el desarrollo de las Fiestas de Julio, es de los pocos enganches que han motivado y motivan a una sociedad bastante distraída y poco activa con las controversias que surgen a su alrededor.

El devenir ha servido, igualmente, para dejar claro que el muro, el célebre muro, no es el único factor que interesa a los discrepantes con el proyecto. Curiosamente, puede haberse convertido en un recurso que interesa más a los promotores de la actuación. No es cuestión de ceñirse al muro, es decir, derribo sí, derribo no: la plataforma ha extendido otro mensaje, apoyándose, además, en informes rigurosos, que nos hace ver la globalidad del proyecto. Es decir, se está de acuerdo con la rehabilitación y la mejora pero con otros presupuestos y con una clara voluntad de respeto y defensa de los valores contenidos en ese pasaje de la geografía urbana portuense.

Siempre es difícil comparar períodos históricos pero quienes se han empeñado en esta causa parecen dispuestos a que no se repita aquella etapa en la que el desarrollismo de los sesenta destruyó buena parte de las señas de identidad de un Puerto de la Cruz que se abría al turismo de masas, que optaba definitivamente por este modelo de productividad económica. Muchas cosas, en efecto, se perdieron y hoy son postales o testimonios de un tiempo pasado.

No quieren, en efecto, que se tropiece en la misma piedra. Defienden el legado de Manrique y tratan de preservar, con ese BIC, una arteria tan distintiva, el nexo que une el centro de la ciudad con el corazón turístico de Martiánez. Esa parte del pueblo que quiere que se conserve lo que merece ser conservado es merecedora de respeto: no están defendiendo disparates, máxime cuando ha acreditado su conformidad con una remodelación consecuente.

De modo que llegado este momento, cuando las obras ya están en fase de ejecución, habrá de echar el resto. A ver si se incorpora más gente a la causa y a ver si los responsables políticos y administrativos de la actuación terminan entendiendo que ésta, para muchos portuenses, no es una causa baladí.

miércoles, 12 de marzo de 2014

LA CRÓNICA

Siempre nos identificamos y nos sentimos a gusto con el papel de cronistas. Desde aquellos comienzos, tomando las alineaciones de equipos infantiles y juveniles; o dando fe de acontecimientos de todo tipo. Y aún hoy, relatando actos o convocatorias a los que se acude puede que no con esa intención precisamente.
         Con la crónica aprendimos a ejercer el oficio. Fue el género con el que modelamos la vocación y la formación autodidacta. La crónica forjó al obrero de la comunicación. Contar o resumir un acaecimiento, recoger los principales detalles, interpretar la evolución, dimensionar factores concurrentes…, hacerlo, además, con la ecuanimidad autoexigida, fue siempre un ejercicio determinante. Incluso, desde la óptica de la lectura crítica, hecha por algún afectado o algún protagonista. Ayudaba implícitamente a corregir, cuando menos a tener presente las consideraciones para nuevas redacciones.
         Leemos que el género se ha puesto de moda nuevamente, aunque nunca mermó su importancia. Quizá el predominio de la imagen, la irrupción de otras categorías y hasta la inmediatez en la transmisión de la información jugaron en contra de la crónica hecha con sosiego, con visión globalizadora y con especificación de rasgos y detalles sobresalientes. Bien articulada, bien armada, original, fluida y bien secuenciada, trasladaba una composición de lugar, apta para entender el desarrollo de lo ocurrido.
         Y ha recobrado pujanza por autores como el colombiano Alberto Salcedo Ramos, ganador del premio ‘Ortega y Gasset’, a quien Juancho Armas Marcelo descubre en Cartagena de Indias, capital del departamento de Bolívar: “Sucede que la perfección fantástica de su escritura es puro periodismo, o periodismo puro, fotográfico, pegado al campo, a ras del mismo suelo, de modo que no es raro que cause furor en sus lectores y, sobre todo, lectoras”.
         Natural esta apreciación del escritor grancanario si tenemos en cuenta lo dicho por el propio Salcedo Ramos, cuando es entrevistado para clasesdeperiodismo.com: “Cuando decimos crónica, hablamos de un género informativo e interpretativo. Vale por la calidad de su investigación y por la calidad de su texto”. Y donde desvela cómo se forma el cronista:
         “Ensuciándose los zapatos de polvo en su trabajo como reportero […], ejercitando la curiosidad y renovándola cada día […], sacando lecciones de la experiencia que va acumulando a través de los años”.
         Claro que Alberto Salcedo Ramos precisa que en este proceso sostenible de formación del cronista actual es muy importante “contar con buenos editores, editores que lo reten, que le digan ‘no’ de vez en cuando, que no se fijen en su nombre sino en sus textos, editores que le ayuden a dar lo mejor de sí mismo”.
         Es otra lección de periodismo esa última recomendación, hecha, además con esa naturalidad de quien se desenvuelve en el oficio siendo consecuente con lo que se predica. Armas Marcelo no regateó elogios en su análisis/descubrimiento: “Leer a Salcedo Ramos me hace festejar y aplaudir no solo su escritura periodística, exquisita y bien tramada, sino la elección de los asuntos literarios a tratar y a escribir; y finalmente, el mecanismo exacto para que la crónica sea, en definitiva, una obra mayor”.
         Ahora que el periodismo parece no librarse de las tinieblas, igual la crónica contribuye a despejarlas.

          

martes, 11 de marzo de 2014

LA IGUALDAD AÚN NO ES REAL

El diario El País publicaba hace unas fechas los resultados de una encuesta realizada por Metroscopia cuya conclusión es bastante llamativa: los ciudadanos entienden que la situación de las mujeres ha empeorado en tres años. El 68% de los interrogados afirma que aquéllas sufren discriminación: en 2011 lo afirmaba el 59%, o sea, nueve puntos por encima. En el mismo estudio se preguntaba quién tiene una vida más dura y difícil: las respuestas son igual de significativas: el 72% (frente al 67% de hace tres años) cree que las mujeres; un 18%, ambos por igual y el 9% responde que los hombres.
         Los datos, pues, ponen de relieve que aún queda mucho por hacer en nuestro país en materia de igualdad. Las mujeres, especialmente, se quejan del retroceso experimentado durante la presente legislatura, al entender que sus derechos sociales y laborales se han visto menoscabados, en tanto que han perdido libertad e igualdad y también protección frente a la violencia de género, pese al notable esfuerzo hecho por algunos gobiernos autonómicos y otras instituciones.
         La queja no es baladí si se tienen en cuenta consideraciones tales como que los salarios son más bajos que los percibidos por los hombres, factor que se repite con las pensiones. Las mujeres, según estudios que lo prueban, son mayoría entre quienes disponen de empleos temporales y mal pagados. El Gobierno de la nación tampoco ha favorecido mucho que digamos ese empeño de igualarse con los hombres. Se sienten, en definitiva, perjudicadas, al contrastarse que en derechos ciudadanos y servicios sociales hay una marcha atrás preocupante.
         El empeoramiento al que se alude en la encuesta señalada al principio trae causa también de la desprotección que las mujeres notan con la reducción presupuestaria (más de un 30%) operada en las políticas de prevención de la violencia de género. Disconformes también con la reforma del Código Penal que no protege lo suficiente a la mujer y a sus hijos menores, en tanto despenaliza o minora las penas de los agresores, el panorama se presenta preocupante si, al final, no se modifica el articulado de la nueva Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local concerniente a los servicios municipales de ayuda a las víctimas.
         Y ya puestas, discrepan también de las restricciones aplicadas por el Gobierno en la Ley de Dependencia pues, en más del 90% de los casos, son las mujeres las cuidadoras de las personas dependientes o privadas de autonomía; sin olvidar que las mujeres mayores son las principales beneficiarias directas de la citada Ley.
         Sin dejar de tener en cuenta los progresos de años pasados en campos como el legal, el educativo, el político o el profesional, las estadísticas, las consideraciones y las circunstancias obligan a esmerarse en una lucha por la construcción de una sociedad mejor, más igual. Eso sí que es un reto del presente y del futuro, con tal de consolidar algunas conquistas que podrían hasta enorgullecer. Y en ese sentido, el factor educativo o formativo cobra una relevancia decisiva.
         Porque la igualdad aún no es real.


lunes, 10 de marzo de 2014

SE TAMBALEA LA REVOLUCIÓN

Llama la atención que de la crisis venezolana se haya informado menos que la de Ucrania. Mientras los acontecimientos de este país eran seguidos en directo y podía verse a enviados especiales y redactores en plenas refriegas y en los asaltos a las instituciones, del país hermano llegaban imágenes a cuentagotas en tanto que los periódicos no hacían grandes despliegues. En Venezuela también había muertos, que es uno de los termómetros con los que medir informativamente la temperatura de las crisis sociales, pero parecían interesar menos las víctimas y otros pormenores de la fractura social que afecta al país.
            Parece que la revolución -bonita, la adjetivó Chávez- se tambalea, pese a los respaldos que todavía se aprecian en concentraciones populares los cuales justifican y legitiman los resultados de las consultas electorales libradas a lo largo de los últimos años. Nadie puede negar que las políticas sociales del chavismo hayan representado un claro de esperanza y una mejora en las condiciones de vida de miles de venezolanos pero otros hechos, otros comportamientos y otros abusos han ido mermando la credibilidad de esas mismas actuaciones. Inevitablemente han conducido a un clima de radicalización social, a una bipolarización que se plasma en el encono que caracteriza la convivencia social.
            Se sabía que con Chávez ausente se abría una gran incógnita, pese a que la voluntad de continuidad del régimen era una evidencia. El presidente Maduro, sin el carisma ni el impulso constante de aquél (es verdad que teñidos de huidas hacia adelante en muchos casos), demostró flaquezas que no salvan frases hechas de discursos anticuados ni gesticulaciones inapropiadas. Venezuela vive así sobre el barril de pólvora al que una chispa puede volar en cualquier momento.
            La inseguridad ciudadana, el desabastecimiento de alimentos y productos básicos, las restricciones a los medios de comunicación, los fuertes desequilibrios económicos (la inflación anual ha llegado a ser del 56 por ciento) y la manifiesta debilidad productiva y competitiva de la empresa nacional de petróleos (PDVSA) tiñen de negro, de máxima incertidumbre cualquier salida a la crisis, cualquier escenario de porvenir  que se vislumbre.
            Las informaciones que llegan, desde luego, no invitan al optimismo. En el Gobierno ven amenazas golpistas tramadas en torno al imperialismo yanqui; los estudiantes –decisivos en otros procesos sociales de países que han vivido circunstancias similares- se resisten a un papel pasivo o secundario; surgen colectivos paramilitares o parapoliciales; hay líderes políticos encarcelados; la corrupción, como la inseguridad ciudadana, sigue al galope tendido; muchas personas disponen de armas, supuestamente para defenderse; las imágenes reflejan colas interminables ante mercados y centros de alimentación y últimamente en gasolineras; el desahogo social se refleja en multitudinarias marchas y concentraciones… ¿Cómo se puede vivir así?, se preguntarán y tienen toda la razón. El creciente descontento, la crispación social de los últimos meses está alcanzando niveles guerracivilistas.

            Parece que no se fían quienes discrepan del régimen chavista de las ofertas de paz social, diálogo y mano tendida que llegan desde la cúpula gubernamental. Eso acentúa la incertidumbre. Hay quien habla ya sin reservas de un cambio de régimen político, amparándose acaso en la gran incógnita que significa hasta cuándo podrá resistir la economía venezolana esta situación. 

sábado, 8 de marzo de 2014

ACCIDENTE EN LA BIBLIOTECA

Decididamente, no tiene suerte la nueva sede de la biblioteca municipal ‘Tomás de Iriarte’, en el Puerto de la Cruz. A las dificultades amontonadas desde que la obra terminó de ejecutarse y que han incidido en la demora para la apertura, se suma ahora un accidente interior en las conducciones de agua ocurrido hace pocas fechas. La rotura provocó inundaciones. Una primera evaluación de daños transmitida por la concejala-delegada, Verónica Rodríguez, señala que, por fortuna, no han repercutido en la estructura del edificio pero sí se ha visto seriamente afectado parte del mobiliario que ya había sido instalado, junto a anaqueles, suplementos y cajas de libros, en el proceso de puesta a punto.
            Una lástima, de verdad. Todo lucía tan flamante el día que la visitamos que no podemos por menos que entristecer ante las circunstancias sobrevenidas que obligarán a un gasto extra para afrontar las reparaciones correspondientes y a una nueva demora en la apertura. Una fatalidad, ciertamente.
            De ahí que se comprenda la desazón de la concejala, que ha luchado y lucha contra muchas adversidades en este mandato. Lo bueno de Verónica es que se repone. Cuando mostró las dependencias del edificio que hace esquina entre Pérez y Zamora y Puerto Viejo (antiguos juzgados) tenía todo el entusiasmo de quien sabe que va a estrenar algo que ha significado un gran esfuerzo y todo el temple de quien es consciente de que habrá de seguir timoneando para que luego la biblioteca preste los servicios que se espera, entre ellos, por cierto, el de sala de estudios, tan necesaria para alumnos, licenciados e investigadores que han de acudir a otras localidades para llevar a cabo las tareas que les son exigidas o encomendadas.
            La sala aparecía espléndida, luminosa y espaciosa. Como el área reservada a niños en la primera planta. Como las estancias dedicadas a actos y reuniones. El edificio y su interior tienen un aire de austera modernidad. Tiene, en definitiva, todos los elementos para disfrutar de su uso.
            Un reventón de tuberías interiores ha supuesto el enésimo contratiempo. Un inoportuno accidente. Los usuarios tendrán que esperar, ojalá que no mucho. Manos a la reparación y manos para la entrada en funcionamiento. La ciudad necesita esa biblioteca cuanto antes.

            Suerte.

viernes, 7 de marzo de 2014

VA DE LARGO

Va de largo el problema del suministro de agua en determinados distritos del Puerto de la Cruz. Pasan las semanas y los meses y no hay forma de normalizar la situación. Los periódicos hablan de catorce mil vecinos afectados. La tensión social se ha acentuado durante las últimas fechas. Es lógico: la gente paga tarifas altas por un servicio que se presta en malas condiciones y además ha de hacer un gasto extra adquiriendo agua embotellada para no correr riesgos. Protestas vecinales, comunicados, concentraciones y recursos a la desesperada como el de acudir al Diputado del Común. Por otro lado, discrepancias interadministrativas a propósito de los análisis practicados, de la calidad del agua y de la aptitud o no para el consumo. Hasta increíble resulta el reproche de un exceso de celo, tratándose ni más ni menos que de un problema de consumo. La verdad es que bastante bien han escapado las autoridades locales: los niveles y la dimensión de la crítica social no han podido ser más moderados ante la magnitud de lo ocurrido.


Que esto suceda en el Puerto de la Cruz del siglo XXI es inaudito. Todavía se recuerdan los reproches a los discursos basados en la sostenibilidad, a las actuaciones y a los proyectos con los que se quería impulsar ese concepto, homologándose a los grandes acuerdos adoptados en Copenhague, Aalborg o Hannover.

Y ahora, ya ven, semanas y meses con algo tan serio como un suministro básico al estilo compadre: bidones como provisional solución. Una estampa bastante alejada de la modernidad y de la calidad de vida. A la espera de que los responsables actúen con más eficacia. Y a la espera de que la presión social termine dando sus frutos.

Va de largo…

jueves, 6 de marzo de 2014

DESEMPLEO: NO A LA EUFORIA DESMEDIDA

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, no ha necesitado encomendarse a la Virgen del Rocío para apresurarse a cantar los buenos y positivos registros del desempleo el pasado mes de febrero.  Se destaca el hecho porque, en entregas anteriores, no hubo la misma celeridad. Ni el mismo tono triunfalista, desde luego. Sencillamente, no hubo tono.
         Pero ahora ha habido hasta opción por la señora ministra de afirmar que se está creando empleo neto. Y que las medidas adoptadas por el Gobierno han permitido frenar la sangría del desempleo y facilitar la incipiente creación de puestos de trabajo. Acabáramos. Que para eso se pone como ejemplo la positiva evolución del paro registrado: de crecer a un ritmo anual del 12,5% ha pasado a reducirse a un ritmo superior al 4,5%. Y por si había dudas, en términos desestacionalizados (terminología oficial), tras siete meses consecutivos de reducción, el paro descendió en febrero más cincuenta y cinco mil personas, la mayor bajada de la serie histórica de cualquier mes desde 1996. Aunque el hecho más relevante, a nuestro juicio, sea el nuevo crecimiento de la afiliación a la Seguridad Social, más de treinta y ocho mil seiscientas personas, hasta totalizar los dieciséis millones doscientas doce mil trescientas cuatro personas ocupadas.
         Hay que alegrarse de estos hechos positivos, incremento de empleo y afiliación al sistema, pero parece procedente, a la espera de confirmar tendencias y una clara recuperación de la productividad económica, no incurrir en una euforia desmedida pues quedan aún millones en situación desesperada y no terminan de despejarse los nubarrones del horizonte que indican la persistencia de problemas estructurales.
         No es bueno ese triunfalismo gubernamental sobre todo por el riesgo de caer en alguna contradicción flagrante, como por ejemplo, si hace dos años la cifra de cuatro millones cuatrocientos mil desempleados era tremenda y preocupante no, lo siguiente, que ahora con cuatrocientos mil parados más, el dato sea estupendo y esperanzador.
         Menos bueno resulta que se constate la pérdida de población activa en más de cuatrocientas mil personas, que haya menores prestaciones y que la cobertura de desempleo sea cada vez más notoria. Y tienen razón quienes hablan de un empleo cada vez más precario y mal pagado, como se conoció hace poco con la existencia de contratos de doce horas a quinientos euros. Con razón reciben medianamente alborozados estos datos los empresarios. La otra mitad, por cierto, la ponen Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando ha reclamado al Gobierno de Rajoy que profundice en la reforma laboral para reducir los costes del trabajo -menos mal que precisó que no necesariamente rebajando los salarios sino los parámetros fiscales- y el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, quien ha señalado que España aún debe eliminar obstáculos en su mercado de servicios.
         En definitiva, alegría, sí; pero sin campanas al vuelo.


miércoles, 5 de marzo de 2014

LOS HORARIOS, UN DESPROPÓSITO

En una entrevista concedida a la agencia EFE, el director de La Ventana (Cadena SER), Carles Francino, califica de despropósito la deslocalización de los horarios futbolísticos.
            Lejos están aquellos tiempos en que a las tres en punto de la tarde, hora insular canaria, comenzaban Domingo Deportivo Español, Tablero Deportivo, Carrusel Deportivo, Tiempo de Juego…, los grandes espacios radiofónicos de las tardes de los domingos o festivos, que se prolongaban hasta el anochecer o finalizaban cuando se iniciaba el partido televisado de la jornada. Eran programas de una sincronización asombrosa, hechos con medios técnicos rudimentarios pero en los que rara vez fallaban las conexiones y en los que si había que enviar la señal desde una azotea  (“desde los aledaños del estadio Santiago Bernabéu”, llegaron a decir el gran Matías Prats o Martín  Navas) pues se hacía, de modo que la cobertura y su continuidad, a un ritmo trepidante, seguían su curso, estaban garantizados. Todos los partidos, salvo excepciones (cuando había procesiones en Sevilla, en Semana Santa, se disputaban al mediodía), al unísono, con minutos finales emocionantísimos y los locutores de los estudios dando paso y con las sintonías que avisaban de goles llenando de incertidumbre las ondas y con los informadores pugnando por anticipar, desde cada campo, cualquier novedad que se produjera.
            Hay programas que se siguen emitiendo y hasta conservan sus perfiles más característicos pero como que les falta algún elemento, algo de la emoción que deriva de jugar a la vez y producir saltos de escenarios. Claro que han cambiado las cosas. El fútbol se plegó a todos los negocios posibles y entre sus servidumbres están las fechas y los horarios de conveniencia… para las televisiones. La UEFA los uniformó para sus competiciones europeas pero las expectativas abiertas en países asiáticos forzaron el comienzo de las grandes citas y de casi todas las convocatorias. Se interpretó que el mal menor, o sea, los menores perjuicios causados a los clubes cuyos equipos actuaban como locales era jugar a horarios diferentes. Organizaciones de competiciones y federaciones empezaron a hacer juegos malabares para evitar desequilibrios o compensar.
            Eso es lo que se llama la deslocalización horaria que ha incidido, claro, en las programaciones de cadenas y emisoras de radio, alterando programas o audiciones, cuando no, restringiendo y obligando a buscar horas o fechas alternativas. Y eso es lo que Francino califica como un despropósito que está causando un serio daño a todos, a la radio, a los oyentes y a los mismos espectadores que acuden a los estadios.
            Claro, cuando le plantean al periodista que los carruseles parecen “el opio del pueblo”, o lo que es igual, son unos depredadores que se comen cualquier programa informativo, musical, de entretenimiento, e incluso tertulias, aquél responde de forma tan gráfica como contundente:
            “Los depredadores son quienes toman la decisión de darles tanto alpiste. Yo soy un clarísimo partidario del deporte, de los carruseles, de otorgarles prioridad en momentos especiales. Pero no siempre. Hasta la langosta o el caviar te pueden acabar hartando si abusas de ellos. Es un tema para reflexionar con calma. Hay que encontrar el equilibrio pero es que a la locura nos han abocado también estos horarios televisivos tan nefastos”.
            Deben saberlo muy bien los departamentos comerciales y publicitarios de las emisoras. Y hasta en el de recursos humanos, si es que todavía contabilizan  horas trabajadas o registran dedicaciones y colaboraciones especiales, precisamente por culpa de esos horarios a conveniencia de las estructuras que procuran asegurar sus ingresos.

            Lo dicho: un despropósito. No será fácil pero es cuestión de hallar una solución.

martes, 4 de marzo de 2014

CIERTAS MEDALLAS

Menos mal que todavía quedan resquicios para las reacciones irónicas, de esas que por nada virulentas ni sañudas, causan gracia y abonan los terrenos del pesimismo y del escepticismo en busca de hechos más llevaderos. Cierto que el humor es cosa seria y que con determinadas situaciones, sobre todo por el respeto que inspiran ciertos motivos, hay que propender lo imprescindible al vacilón.
     Es el caso de la medalla al mérito policial concedida, con carácter honorífico, por el ministro del Interior a la Virgen María Santísima del Amor, solicitada por la cofradía Nuestro Padre Jesús el Rico y María Santísima del Amor. Interior justificó el reconocimiento por “la colaboración policial” prestada históricamente por la cofradía.
En el Estado aconfesional, pasen las respetables creencias del ministro y hasta su militancia opusdeísta si la hubiere. Pasen nombramientos y honores a deidades y hasta invocaciones discursivas en pregones y similares. Pero resulta discutible, cuando menos, esta singular atribución de honores. Ahí tenemos, sin ir más lejos, la manifestación pública del Sindicato Unificado de Policía (SUP), disconforme con la decisión, calificada de “burla”, pues se trata del máximo reconocimiento a la labor policial y que se suele reservar a los agentes caídos víctimas de acciones terroristas.
Pero en las redes sociales se ha producido una reacción del carácter apuntado al principio: change.org, una organización que acoge en la red, libre y públicamente, peticiones de distinta condición social, promueve una campaña de recogida de firmas para que la misma medalla al mérito policial le sea concedida a Mortadelo y Filemón, dos personajes de cómic, supuestos detectives, creados por Francisco Ibáñez que no necesitan presentación. Más de cincuenta años llegando a varias generaciones y traducidas sus viñetas en varios idiomas, la argumentación de los solicitantes no puede ser más sencilla: la misma medalla para “estos personajes de ficción que desde 1958 vienen contribuyendo a ensalzar las bondades de la policía”. Ya se registran varios miles de firmas: a ver qué pasa cuando las presenten en la instancia correspondiente.
Es una curiosa y desenfadada reacción, aun cuando sus detractores pueden encontrar aristas para hacer ver lo contrario. Independientemente de las apreciaciones, habrá servido para hacer ver que no se debe ni exaltar ni frivolizar hasta extremos que terminen ridiculizando. Debió pensárselo mejor el ministro Fernández: esa mezcla de lo inmaterial con las cosas terrenales, aunque sean medallísticas, en la España de nuestros días ya ven a lo que se presta y hasta dónde llega.

País.

lunes, 3 de marzo de 2014

EN MAYO, EUROPA

Los estados mayores de las organizaciones políticas deben estar haciendo auténticos esfuerzos para motivar y movilizar a sus respectivos electorados. Estamos ya en marzo, cada vez más cerca del 25 de mayo, fecha en la que va a haber elecciones al Parlamento Europeo (PE); ya hay candidatos y candidatas para carteles -a la espera de las candidaturas completas y definitivas- y ya empiezan a circular los primeros reclamos y las primeras encuestas. Parece todo lejano y hasta poco estimulante pero hay que ser conscientes de la cada vez mayor influencia de las determinaciones que adopta la Unión Europea (UE) en el marco de nuestra convivencia.
            Entre esos esfuerzos está el combate contra la desgana, teórico sinónimo del abstencionismo que casi todo el mundo pronostica. La crisis también se llevó por delante la política y el ejercicio público de ésta se ha visto condicionado por factores de interés económico que la han hecho plegarse a dictados de los poderes económico-financieros hasta abrir enormes brechas de desigualdad social. En varios países, entre ellos España, la sucesión de casos de corrupción ha terminado por extender una mancha casi indeleble que ha contribuido a acentuar la desafección hacia la política. El creciente auge de los populismos extremistas, por otro lado, y las claras tendencias de fanatización o radicalismo, hacen que ese alejamiento sea cada vez más palpable.
            Pero todo eso no se resuelve con pasotismo o desentendimiento, por mucho afán de castigo que se tenga. Y la experiencia indica que las elecciones europeas han servido para experimentar: recuérdese el caso de Ruiz Mateos. Por lo tanto, Europa se juega lo suyo en esa cita con las urnas del próximo 25-M. Y no solo porque hay que ser consecuentes con los principios inspiradores de la UE sino porque es indispensable cultivarlos e impulsarlos con políticas que estén a la altura de las exigencias de una sociedad que no se conforma con mecanismos burocratizados de lento funcionamiento. La Unión Europea se robustecerá en cuanto sea capaz de madurar su unidad y su diversidad; en cuanto haga de la cohesión y el desarrollo un sólido programa de trabajo común favorecedor, sobre todo, de las clases medias y de los sectores más débiles; en cuanto los derechos y las conquistas de éstos queden consolidados y en cuanto los fundamentos básicos de libertad política y justicia social permitan recuperar la confianza de los ciudadanos.

            Igual resulta demasiado simplista pero en los comicios europeos de mayo la socialdemocracia se juega lo suyo como alternativa al modelo conservador que ha llevado al límite, durante una década, sus políticas restrictivas, generando una clara parálisis económica y un progresivo empobrecimiento. El crecimiento, la sostenibilidad, la creación de empleo, el mantenimiento de los derechos, el tratamiento de problemas tan serios como la inmigración y, en definitiva, la recuperación del Estado del bienestar deben ser los objetivos si las opciones progresistas recuperan la mayoría en la cámara europea. Con una meta clara: encontrar por fin una salida a la crisis, justa y duradera.

sábado, 1 de marzo de 2014

MARESÍA, LA PERSEVERANCIA DE SAN TELMO

Maresía, la plataforma que agrupa a ciudadanos de toda condición social, nativos y foráneos empeñados en salvar el muro del paseo San Telmo, mantiene la llama encendida. De hecho, es casi la única causa que despierta expectativas e inquietudes sociales en una ciudad acostumbrada a que su gente hable mucho aunque luego, a la hora de la verdad, de pasar a la acción, no corresponda, es más renuente y más inhibida. Lleva mucho tiempo acostumbrada a descansar responsabilidades en terceros, a que resuelvan otros.
    Maresía sigue sin arrugarse pese a las lentitudes burocráticas y la escasa receptividad de sus planteamientos en esferas administrativas. Y para acreditarlo, ha presentado en el Cabildo Insular de Tenerife un documento elaborado y coordinado por el historiador Nicolás González Lemus que serviría de base para la declaración del paseo como Bien de Interés Cultural (BIC). Con sus alegaciones tratarían de salvar el muro del que vienen circulando numerosísimas fotografías de muy distintas épocas que han inspirado una frase ya célebre: “Y el muro, siempre el muro”.
    El empecinamiento –a menudo, infundamentado- de quienes han venido negando valores históricos y sociales ha producido efectos contrarios. Empiezan a ser conscientes de ello: además de la investigación, bien avalada desde el rigor científico e histórico, está la sensibilidad que ha ido despertando hasta el punto de que cada domingo por la tarde –no importa si llueve o hace frío- son unos cuantos los que perseveran, allí, pegados al muro que empieza a ser el de la concordia, el de la salvación de un pasaje de la geografía urbana tal como lo quieren ciudadanos que así lo han demostrado con sus rúbricas, con sus alegaciones, sus concentraciones y su manifestación de aquel sábado al mediodía con la que hicieron ver a las autoridades que la cosa iba en serio.
    Los componentes del colectivo Maresía han cumplido entonces con lo que, en su momento, les pidió el presidente del Cabildo Insular, Carlos Alonso: “Si hay más pruebas para revisar el proyecto, preséntenlas”. Falta saber qué suerte corren y si son estimadas para la pretendida declaración de BIC; pero las fuentes que citan su construcción en 1767, las interpretaciones de su concepción y finalidad y los testimonios de quienes insisten en el sello de César Manrique en la reforma realizada en 1976 constituyen un corpus de notable solidez para tener en cuenta cualquier actuación que se quiera afrontar en el paseo.
    Para los integrantes de Maresía, después de recalcar que no hay lucro en su reivindicación, está en manos del presidente del Cabildo “evitar el destrozo de un vestigio histórico y patrimonial”. Solo unos pocos –y de ello sabe algo el ex gerente del Consorcio de Rehabilitación Turística, a quien se lo trasladamos personalmente- sabíamos que iba a ser una reivindicación cargada de amor a unas señas de identidad, además de otras razones si se quiere menos sentimentales. Podía dudarse de si, como otros hechos en el Puerto, podía agotarse o quedarse en el camino. Pero que iba a tener recorrido, seguro.

    El tiempo, a la espera de resoluciones, ha venido a dar la razón.