sábado, 28 de febrero de 2009

EL BOTANICO, DE LA NOSTALGIA A LA AMPLIACION

Es una joya, es lo que quisiera tener cualquier alcalde en su municipio.
Uno lo recuerda como aquel lugar exótico y llamativo, casi el único al que excursionar durante los años de adolescencia y juventud. “Vayan con cuidado, que esa carretera es muy peligrosa y los coches pasan volando”, aconsejaban quienes intentaban disuadir de la visita recurrente. A ver el árbol de Tarzán. Y a juguetear con los pavos reales. A gozar de la frondosidad y del olor a verde. Aquel fue el escenario, además, de alguna clase de ciencias naturales en el bachillerato.
El Botánico, siempre el Botánico. La auténtica denominación, la que aún conserva es el Jardín de Aclimatación de La Orotava. Es el segundo en antigüedad de toda España. Sus orígenes hay que situarlos en el reinado de Carlos III, fruto de las actividades desarrolladas durante la Ilustración o el Siglo de las luces. La finalidad científica era muy clara, según el interesantísimo trabajo histórico elaborado por Arnoldo Santos Guerra, jefe de la Unidad de Botánica de este singular recinto: la Corona deseaba contar con un lugar donde poder sembrar las plantas de mayor interés existentes en las colonias de Filipinas y América, tratando de conseguir su aclimatación a condiciones más frías que permitieran su posterior traslado a Madrid y a los jardines reales de Aranjuez.
El profesor Santos aporta otros datos de la gestación del Jardín. La Real Orden para su establecimiento fue firmada en el palacio de La Granja (Segovia), como resultado de las gestiones hechas por Alonso de Nava y Grimón, apoyadas por el ministro de Justicia, Porlier Sopranis. Al fallecimiento de Carlos III, la memoria y los planos de los que se disponía fueron remitidos por Nava a la Corte para el emplazamiento definitivo y la construcción del Jardín, hasta que fueron aprobados por el sucesor, el Rey Carlos IV.
El Botánico ha sido un recurso sorprendentemente olvidado, excluido en otros tiempos hasta de las promociones turísticas. Recuerdo haberlo reivindicado en ocasión de una convocatoria científico-didáctica que llevó a cabo la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, cuando pudimos dar las primeras noticias del proyecto de ampliación que habíamos impulsado desde la alcaldía (1999-2003), iniciativa que mereció el respaldo de Manuel Fernández Galván, un excelente director general de la Consejería de Agricultura y Pesca del Gobierno de Canarias.
Con él, trabajamos sobre el primer proyecto, logramos consignación presupuestaria en las cuentas generales de la Comunidad Autónoma y asistimos a los primeros movimientos de tierras y acopio de materiales. Parecía que lo más difícil, desbloquear y poner en marcha una ambiciosa actuación, estaba logrado. Lamentablemente, las obras quedaron interrumpidas en el siguiente mandato.

La broma de don Juan Carlos

Hay una anécdota que contar sobre el espacio destinado a la ampliación, durante unos cuantos años utilizado como recinto deportivo en el que la Administración competente, con buen criterio, jamás dejó construir, razón por la cual hubo que recurrir a un vestuario ambulante que, si mal no recordamos, llegó a ser criticado por José María García cuando éste andaba por Antena 3 Radio.
Ocurrió en 1985, el año de la inauguración de las instalaciones del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), hecho que congregó a representantes de las casa reales europeas y varios jefes de Estado. Los terrenos fueron acondicionados -se hizo una siembra de césped en un tiempo récord- para que allí aterrizaran los helicópteros que habrían de trasladar a las personalidades al hotel de alojamiento (el Botánico, en concreto) y a los recintos del Astrofísico.
Cuando llegó el helicóptero de los Reyes de España, las aspas produjeron tal ventolera y levantaron tal polvareda que hubo miembros de la corporación municipal que tuvieron que agarrarse de unos mástiles allí instalados en tanto que las señoras agarraban sus falas y trajes. Una bandera nacional se desprendió y salió en volandas. Duró poco pero la situación debió ser muy cómica, porque don Juan Carlos y doña Sofía bajaron muy sonrientes y cuando saludaban a las autoridades locales, don Juan Carlos bromeó sin reservas:
-Desde el aire se os veía muy apurados, ¡eh!

Proyección científica y turística

Parece que la ampliación es una realidad y sólo hay que congratularse. En su día, cuando la reivindicación aludida, nos propusimos que el Jardín Botánico se convirtiera en un recurso de primer orden y que la ampliación habría de servir precisamente para eso. Argumentamos una doble proyección: la científica y la turística.
La primera, con un formidable campo para proseguir las investigaciones, para profundizar en estudios sobre la biodiversidad y para analizar -se empezaba a hablar de ello entonces- la evolución del cambio climático. Con instalaciones apropiadas, desde el renovado Jardín se habría de contribuir decisivamente a esos fines.
Y en cuanto a la turística, es evidente que el recinto constituye un reclamo para cualquier visitante y por tanto se convierte en un elemento sustantivo de la oferta que haga el municipio allí donde quiera que se promocione.
El Jardín Botánico, en fin, esa joya que precisa de un pulido. Y que cuando concluya la ampliación de la que es objeto, lucirá en todo su esplendor.

viernes, 27 de febrero de 2009

VALENTIA, SÍ, PERO...

El problema, Emilio, es que no puede ser.
Lo comprendemos todos, no hacemos cargo, se entiende tu reacción... Pero no puede ser.
La democracia es así de grande y generosa. Abusan de ella, vaya que sí abusan. Fíjate bien: los mismos que no condenan atentados, son insensibles o se mofan cuando ocurre alguna desgracia que hata cuesta vidas, son los que luego pegan carteles hablando de agresión fascista o se manifiestan por las calles pidiendo no sabemos qué justicia.
Pero es el Estado de derecho el que tiene que regular: la Ley, los códigos, los tribunales, los procedimientos... Otra cosa es que deba funcionar mejor. Pero es el Estado de derecho, es la Constitución, la que suprimió los tribunales de honor y la que no ampara la justicia por su mano.
El problema, Emilio, es que no puede ser.
Las imágenes son rotundas: Emilio Gutiérrez, en Lazkano, mazo en la mano, rompiendo lo que el instinto le alumbraba en una taberna abertzale. Y la Ertzaintza que aparece al instante.
Era la reacción de alguien a quien habían destruido la vivienda, seguro que con gran esfuerzo obtenida, personal y familiar.
Como no es habitual, a todos llamó la atención: en solitario, a pleno día, a rostro descubierto... Y todos pensamos en el arrojo y en la valentía. Y seguro que en todos despertó inicialmente un sentimiento de solidaridad y de admiración.
Pero no, Emilio, no puede ser.
Estamos seguros de que jamás un delito, el tuyo, el que han podido ver España y el mundo entero, ha concentrado tantas eximentes. Pero no es ese el camino de la solución.
Hay otro más largo y tortuoso, costoso hasta el límite de vidas humanas, pero es el que están transitando la sociedad vasca y el Estado de derecho para ganar, para acabar con la violencia y el terror, para disfrutar la libertad y convivir sin ciertas lacras.
El hecho, en cualquier caso, es una inflexión. Pase lo que pase, será recordado eternamente.

jueves, 26 de febrero de 2009

EL ESTORNUDO DE GOOGLE

Fui uno más entre los millones de personas de todo el mundo que en la mañana del martes de Carnaval tuvieron bloqueado el servicio de correo electrónico del buscador google.


Parece que todavía están investigando las causas del incidente que dejó sin e-mail, durante unas tres horas, a millones de usuarios.


El incidente propulsaba una pregunta inquietante:


-¿Y si de pronto nos quedáramos sin internet?


O lo que es igual:


-¿Podremos sobrevivir ya sin internet?


Miren que la cosa se pone fea si, en plena recesión económica, nos quedáramos sin esa herramienta ya tan cotidiana, tan común en el desenvolvimiento de prácticamente todos los órdenes.


¡Santo cielo! Han desaparecido miles de millones de dólares/euros, algunos autores del desmoronamiento del sistema financiero mundial siguen sin rechistar ¿en celdas lujosas?, las bolsas no reaccionan, los expertos están demostrando que no habían estudiado para este "crack" y ya uno de los pilares del universo cibernético ha dado muestras de flaqueza.


¿Habrá sido el ataque de un pirata? ¿Habrá inoculado hasta límites insospechados uno de esos virus que a menudo circulan por la red amenazando, poco menos, con el apocalipsis? ¿O habrá sido un ensayo preventivo de esas ciberfuerzas imperceptibles pero que existir, existen?


Interrogantes inevitables, aunque suenen a broma. Pero lo cierto es que el periódico New York Times se lo tomó muy en serio y en su edición on line analizaba si el incidente ha puesto en evidencia lo dependientes que son las personas del software basado en la red.


¿Sin internet? ¿Podemos?


El estornudo de google es todo un aviso.


Y por si alguien cree en las casualidades, pinchen en el enlace que sigue. Es un docudrama interesantísimo que ayudará a entender los riesgos o a merced de quién estamos.


miércoles, 25 de febrero de 2009

COMO ALIMENTOS CADUCADOS

"Ver algunas series de televisión es como comer alimentos caducados".
Así de rotunda lo ha afirmado Carmen Guaita, filósofa, maestra, secretaria de comunicación de un sindicato de profesores de educación y autora de un libro recientemente aparecido (Contigo aprendí), con lo que refresca un viejo debate, otrora caracterizado por tintes moralistas y ahora, cuando tantas opciones hay tantas facilidades se brindan, validado para repasar algunos patrones por los que se guían, sin muchos escrúpulos, editores y responsables de contenidos. Con tal de la audiencia, todo vale. Y no es así.
Que los niños o menores de edad sean espectadores, malo. Pero mucho peor es que participen en algunos programas (también de televisiones locales) donde escuchar insultos, descalificaciones y términos soeces es moneda corriente.
Guaita llega hasta el límite: se muestra partidaria de prohibir la visualización de algunos programas -es un término delicado en la sociedad de nuestros días, pero...- y hace responsables a los padres que son quienes deben controlar usos domésticos, horarios... y el mando, el famoso mando a distancia. Hay una ración, por supuesto, para los medios de comunicación pues "los índices de audiencia no se pueden alcanzar a costa de mensajes negativos y completamente destructivos".
Diagnosticado el mal, la profesora Guaita aporta su alternativa: "Recuperar valores guardados con naftalina durante muchos años". La amistad, la generosidad, el respeto, la responsabilidad, la laboriosidad y la cultura del esfuerzo son algunos de esos valores, los que han cedido ante la agresividad, la violencia, la desmotivación, el consumo indiscriminado o la tenencia de estupefacientes. Muchos de estos factores generan la pérdida de autoestima y el fracaso escolar, por supuesto, de modo que se hace necesario insistir: hay que inculcar los valores que hagan de la vida de niños y adolescentes un proyecto que se construye día a día.
Padres, manos a la obra. Pero no sólo ellos. Propietarios de medios, editores, programadores, directores, conductores: a trabajar con seriedad, sin hipocresías ni fariseísmos, renunciando a contenidos claramente nocivos.
A demostrar de una vez que la televisión ha de servir también para formar.
Si no, los alimentos caducados seguirán imponiéndose triste y peligrosamente.

martes, 24 de febrero de 2009

¿DÓNDE ESTÁS, MASCARITA?

Era la afirmación más repetida, la más socorrida:
-Te conozco, mascarita.
Aunque no fuera verdad. Era una forma de participar en el misterio, de alimentar el enigma. Eran otros tiempos de la fiesta. Menos derroche, menos espectáculo, más regocijo popular, más misterio.
Ese encanto desapareció con el tiempo, cuando se perdió el miedo, cuando la fiesta dejó de ser proscrita, cuando se convirtió en un acto normal de valentía salir a rostro descubierto y lucir disfraz sin necesidad de ocultarse o cubrirse la cara. Ciertamente, cuando la figura, uno de los símbolos carnavaleros de toda la vida, perdió su razón de ser.
Fue entonces, bien avanzada la década de los ochenta, cuando ya palidecía, la hora de la reivindicación. Hubo que imaginar fórmulas, como por ejemplo convertir aquella afirmación en ua interrogante:
-¿Me conoces, mascarita?
Recuerdo que la llegué a utilizar como título de una sección en las páginas de Carnaval -no sabría explicar por qué lo escribimos con mayúscula- que hicimos un par de años consecutivos en Diario de Avisos. Entrevistábamos a mascaritas de toda la vida que contaban sus hazañas y los planchazos que iban coleccionando. Hasta alguna situación comprometida afloraba en el relato nostálgico. Y ya a la desesperada, surgieron los mascarones. Pero no había nada que hacer: los jóvenes preferían otros modos de jolgorio, optaron por el ensayo más o menos reglado, la vocalización murguera y la danza comparsera.
Ahora, contrastada la práctica desaparición de la máscara de las calles y de los centros de diversión, comprobando que nadie la reclama ni la añora, ahora, que apenas quedan un mísero baile y alguna reminiscencia de concurso que, en todo caso, pasan inadvertidos, habrá que patentar otra cuestión:
-¿Dónde estás, mascarita?
Igual resurgen algún día. Cuando otras modas, como todas las modas, se evaporen. O alguien, algún avispado, impulse un "revival" con el suficiente gancho como para que todos se apunten y hagan bueno aquel título: retorno a los orígenes.

lunes, 23 de febrero de 2009

AQUEL 23F

Si, como es costumbre en Estados Unidos, preguntaran ¿qué hacía o dónde estaba usted el 23-F del 81?, habría que responder:
Era alcalde Paco Afonso quien, tras una reunión en el Cabildo Insular, había invitado a almorzar en un restaurante de Santa Cruz de Tenerife sin un motivo especial, para hablar de las inminentes celebraciones de Carnaval. Acudimos María Luisa Arozarena, Andrés Chaves, Luis Ortega y quien suscribe. Llegué algo tarde, una vez terminado el programa que a diario hacíamos en Radio Popular de Tenerife.
Paco habló de todos los proyectos con los que soñaba transformar el Puerto de la Cruz. Con el optimismo que le caracterizaba, llegó a afirmar que el nuevo gobierno habría de ser positivo para el municipio. Antes de despedirnos, María Luisa le preguntó por Aarón, su único hijo, que había posado en unas fotos que ilustraban la entrevista hecha para Diario de Avisos, unos pocos días después de haber ganado las elecciones locales de 1979.
En aquel viejo BMW con matrícula de Gran Canaria que él mismo conducía, regresamos al Puerto. Aparcó en el exterior del Ayuntamiento, sobre aquella explanada de adoquines. Se acercó Cipriano Rodríguez, uno de los cabos de la policía local, quien tras saludar correctamente al alcalde, preguntó:
-¿Ya se enteró, don Francisco?
-¿Qué pasó?-, interrogó a su vez el edil.
-Tiros en el Congreso-, replicó el policía.
-¿Tiros? Pero, ¿de quién? ¿ETA?
-No, no… la Guardia Civil.
El desconcierto se apoderó de nosotros. Subimos apresuradamente la escalera. El alcalde encendió un transistor que guardaba en una gaveta. Empezó a sonar el teléfono. A los pocos minutos, comenzó a sonar música militar. Mientras aguardamos la llegada de los concejales, Afonso llamó a su familia directa e indicó a la policía local, donde había unos tres o cuatro efectivos, que dieran prioridad a cualquier llamada que procediera del Gobierno Civil y que impidieran el paso de de cualquier persona que no estuviera identificada.
Aparecieron Domingo Perera y Antonio Ortiz, que venían de una visita a algún barrio, acompañados de Celso Arbelo, otro cabo de la policía municipal. José Vicente Hernández y Cristóbal Díaz llegarían poco después. Las mujeres de la limpieza se acercaban a la alcaldía ansiosas de información. La incertidumbre se contagió sin dificultad. El alcalde, que ya había recibido llamadas desde la sede del PSOE en Madrid, indicó a un compañero que llevasen el censo, las fichas de los militantes del partido y el libro de actas de la Agrupación Local a un lugar seguro, en concreto a un domicilio de Punta Brava. Al cabo de una hora, más o menos, Miguel Angel Díaz Molina y Juan Carlos Castañeda Baute se presentaron en el Ayuntamiento para contribuir a “defender el orden constitucional”. Afonso y Perera se lo agradecieron. La frase, que vino a coincidir con el título de la edición de El País de aquella madrugada, adquiriría con el tiempo un valor extraordinario.
El alcalde telefoneó directamente al teniente del puesto de la Guardia Civil, Bonifacio García, con quien tenía una buena relación personal. Le dijo a Paco Afonso que si deseaba, se refugiara en el cuartel, que él le ofrecía plenas garantías.
Las llamadas en demanda de información se sucedían sin descanso. Entre ellas, hay que consignar las de Rafael Abreu, Julio Espinosa y Antonio Santana. Las calles se fueron despoblando a medida que entraba la noche. Había una tensa tranquilidad. La policía local informaba de que no se advertían actividades extrañas, sólo el cierre anticipado de algunos bares y comercios.
Desde el periódico y desde la emisora tampoco estaban más claras las cosas. Que estuviéramos atentos a cualquier hecho noticioso. Pasadas las ocho, los teléfonos se colapsaron. Al ser más difícil intercomunicarse, como que eso favoreció que las personas se quedasen en casa o se trasladaran a ella para estar junto a los suyos.
No hubo, que se sepa, situaciones extremas. El alcalde conservó la calma y administró la información que recibía de forma muy serena, sin alarmismos. La intercambió con otros colegas (incluso de otros partidos) y compañeros. A su transistor se unieron otros, desde los que seguíamos los acontecimientos no sin cierta ansiedad. Chaves y Arozarena llamaron para interesarse por su estado. Les dio palabras de tranquilidad.
Cuando escuchamos el mensaje del Rey, como que hubo un respiro generalizado de alivio y apareció la distensión. Fue el momento en que nos retiramos, quedando emplazados para conectar a cualquier hora a tenor de la evolución de la situación.
Esta es la respuesta de la memoria de aquella fecha en que, por fortuna, se salvó la democracia española.

sábado, 21 de febrero de 2009

PEPE EXPOSITO YA JUBILADO

Le debíamos esta semblanza a José Expósito González, a Pepe Expósito, que pasó a engrosar las clases pasivas, o sea, se jubiló hace unos meses.
Expósito fue concejal del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz durante cinco mandatos, si no salen mal las cuentas. Por tanto, puede que ostentara un récord de estancia edilicia: al menos, el concejal socialista que más tiempo ejerciera ese cargo.
Tan sólo ese hecho le hace acreedor de respeto y de reconocimiento pero son su misma trayectoria y su personalidad las que inspiran este testimonio también impregnado de gratitud.
Pepe es el modelo de auténtico concejal de pueblo. Es decir, el obrero hecho a sí mismo, el dirigente vecinal comprometido con los suyos, con su barrio, el hombre que accede a política porque unos amigos ven en él una cierta capacidad para encabezar, porque sus ideas concuerdan con la justicia y la superación de las desigualdades, porque, en definitiva, hay un líder…
Y así se incorporó, allá por 1983, a la política que entonces ilusionaba y motivaba a tantas personas que querían ser útiles a su pueblo. Había atesorado hasta entonces una cierta experiencia como elemento activo de lo se denominaba movimiento vecinal. En San Felipe-El Tejar, en efecto, trabajó denodadamente por el barrio, por las mejoras que años más tarde, ya como concejal, tendría ocasión de impulsar y materializar.
Esa etapa vecinal le enorgullecía, siempre lo confesó. Y de ella jamás se alejó, hasta el punto de asistir con desconsuelo y desazón a la galopante decadencia de las organizaciones vecinales. Hubo un tiempo en que se rebeló, propició fórmulas (como aquella Federación de la que nunca más se supo) y hasta se involucró en las modernas redes de ciudadanía que vendrían, de alguna forma, a sustituir las devaluadas y mortecinas asociaciones de vecinos. Le apasionaba, en fin, la participación ciudadana y en ella se afanó mientras anduvo en el Ayuntamiento.
En el mandato 1999-2003 se lo tomó muy en serio al asumir la responsabilidad de los servicios comunitarios. Los dirigió con eficiencia. Con tanta que, paradójicamente, un sindicato llegó a pedir su cese. Lejos de arredrarse, Expósito siguió trabajando y demostró con creces que no había razones fundamentadas para aquella petición de destitución. Con qué satisfacción regresó una vez de Madrid tras acompañarnos a recoger la distinción que habían concedido a la ciudad en reconocimiento a la calidad de las prestaciones de los servicios y a las iniciativas de su área.
Pepe era autoexigente y autocrítico. Se levantaba de madrugada, revisaba personalmente los trabajos de los distintos servicios municipales. Cuando tenía que serlo, era vehemente en los debates, públicos e internos, pero disciplinado y mesurado, muy ajustado a sus convicciones.
En ocasiones, era muy ocurrente. Por ejemplo, repetía una frase que definía su temperamento: “Yo no soy más que un burro con calzones”. Y otra exclamación, dirigida a un adversario político y dicha en una sesión plenaria, que se hizo célebre:
-Me parece que tienes más melodía que Machín.
Al finalizar su actividad pública, volvió su empresa, retornó a su trabajo. Volvió a civil. Lo hizo en silencio, con humildad, consciente de que debía reciclarse. Y dando un ejemplo de coherencia a tantas y tantas personas, a tantos y tantos cargos públicos. Cuatro años después, ya en el umbral de los sesenta, puso punto final a su vida laboral activa.
Su esposa, sus hijos y sus nietos, a quienes jamás descuidó pese a sus ocupaciones públicas, pueden sentirse orgullosos de su entrega y de su comportamiento.
Gracias, compañero y amigo. Te debíamos esta glosa.

jueves, 19 de febrero de 2009

REIVINDICAR LA CONSTANCIA

Es probable que recuerden las imágenes de hace apenas dos años. Fueron los periodistas quienes le dieron la noticia. La esperaban en el exterior de su casa y allí la felicitaban al haber sido distinguida con el Premio Nobel de Literatura. Su cara, su sonrisa reflejaban la modestia y la humildad.
Las referencias hicieron que aumentara el interés por la biografía y por la obra de Doris Lessing, nacida en la antigua Persia y nacionalizada británica. Sabíamos de su compromiso por el feminismo y de "El cuaderno dorado", convertido precisamente en una especie de estandarte de las reivindicaciones. Y leyendo algo más, sobre todo cuando ha sido necesario documentarse sobre la lucha de las mujeres por la igualdad, descubrimos que su obra, desde aquel primer título "Canta la hierba", ha estado caracterizada por los desengaños sociales y políticos.
Hay una frase suya aquí al lado, en EL DESPIECE, que es un pensamiento extraordinario para entender la realidad de nuestros días: "El talento es algo corriente. No escasea la inteligencia sino la constancia". Y es verdad: nadie discute lo de la generación mejor preparada ni los espectaculares avances de la sociedad del conocimiento. Talento, claro que hay talento. Y la inteligencia aflora, se palpa. Pero luego se evaporan. Porque falta la constancia, porque no hay continuidad en muchas acciones, porque predomina la rutina, porque es muy fácil acceder a los bienes de consumo y luego se pierde la motivación.
Con Doris Lessing, reivindiquemos la constancia. La escritora, según registra una enciclopedia, tuvo capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza visionaria.
Si unió estos tres factores, es que atesoró constancia.
Que las nuevas generaciones se apliquen. Va con ellas. Bueno, va con todos. Especialmente ahora, en que esa virud resulta primordial para cualquier alternativa a la crisis.

miércoles, 18 de febrero de 2009

BESOS RESTRINGIDOS

En alguna estación del Reino Unido, han establecido un área restringida para los besos de despedida. O sea, como los fumadores. A su espacio. A decirse adiós, besos y abrazos de hasta siempre, hasta mañana o hasta la próxima, en la zona acotada. Vivir para ver.
La razón es que hay que aligerar tal acto. Debía ser que se prolongaba y que interrumpía el paso normal o hacía las colas larguísimas. No es que a los británicos les haya dado otro subidón de moralina para evitar escenas de picos, tornillos, cortesía, cumplidos, franceses y lengüetazos en recintos donde no hay que enjtretenerse demasiado. Y que se sepa, tampoco se ha esgrimido la seguridad como causa de esta súbita restricción cuyo rechazo, por ahora, es desconocido y cuya homologación para otros países sigue pendiente. Las informaciones que llegan tampoco apuntan a la crisis como factor determinante de la medida.
Pero lo cierto es que hay que llegar, bueno y adiós. A un clic. La vida rápida, el ritmo terpidante. Menos pérdida de tiempo. Despachado. Y si quieres un beso, venga, al área correspondiente.
Esto se va poniendo cada vez más complicado, ¿verdad?

martes, 17 de febrero de 2009

TRAGEDIA TAN CERCANA

Tragedia en Lanzarote. Veintiuna personas, catorce menores edad, perdieron la vida cuando la costa, la tan ansiada costa estaba ahí, a su alcance. Ni la tocaron.
Es terrible, es desgarrador. Alguna experiencia personal acumulamos sobre el particular en responsabilidades públicas anteriores. Y sabemos bien lo que es la incertidumbre, el dolor, el desconsuelo, la frustración...
Las mafias que trafican con seres humanos de forma ilícita ya tienen veintiuna muescas que añadir a su dudoso haber. Las mafias se mueven a su aire, van a la bola de su negocio. Hasta se benefician de las circunstancias en buena parte de Africa: hambruna, sida, carencias alimentarias, falta de formación y de empleo, desertización... Horizonte de vida: 40 años.
Mientras prevalezcan, hemos de acostumbrarnos a convivir con el fenómeno de la inmigración irregular. Es natural que intenten la travesía en busca de la tierra prometida. Pero la tierra, la naturaleza les esquiva a veces.
Pero eso no significa que nos acostumbremos a las muertes trágicas, las que más duelen por estar tan cercanas.
A quienes no duelen, seguro, es a las mafias.

lunes, 16 de febrero de 2009

ACTIVISMO Y PRODUCCION INTELECTUAL

Se cumplieron el pasado jueves cincuenta y seis años de la fundación del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), una de las pocas entidades que han sobrevivido en el Puerto de la Cruz cuyo nombre ha contribuido a proyectar, especialmente en los ámbitos socioculturales y educativos.
Más de medio siglo de activismo y de producción intelectual. Ese tiempo sabe mucho de penurias y de estrecheces de todo tipo, económicas y de espacio. De incomprensión y de insensibilidad. Sólo la perseverancia de sus dirigentes, cada cual con su estilo y con sus ideas, ha sustentado la continuidad y la superación de los desafíos.
En ese medio siglo, hay que consignar también los afanes por constituir un espacio de libertad, sobre todo cuando ésta anduvo proscrita. El Instituto acogió a creadores, a conferenciantes y artistas que allí pudieron expresarse sin necesidad de estridencias o de enconos. Como acogió también a estudiantes locales y del norte de la isla que, en los años difíciles, alumbraron una sección propia y fomentaron, por ejemplo, la actividad cinematográfica. Era hacer o decir cosas con valentía, una suerte de ágora donde las ideas fluían y donde las artes encontraron la posada que necesitaban para ser conocidas y admiradas.
Luego, con la recuperación de la democracia, la entidad habría de evolucionar dando respuestas a otros planteamientos que empezaban por la popularización y la apertura, en el bien entendido que descolgarse una especie de sambenito elitista que, sin querer, había adquirido. El proceso continúa: además de múltiples actividades y sobresaliente galería artística, ahí están las juntas generales anuales en una mañana de sábado para debatir balances, conocer y aprobar memorias de actividades. Un compromiso y una frescura colectiva que se agradece en los tiempos que corren, cuando hacer cultura y proyectarla sigue siendo tan complicado.

En el granado haber del IEHC, hay que consignar la apertura del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdhal (MACEW), ubicado en la Casa de la Aduana, el único inmueble de un singular conjunto arquitectónico del entorno del muelle pesquero que sobrevivió al desarrollismo y a la transformación urbanística del municipio. Los fondos pictóricos, parte de la riquísima pinacoteca del Instituto, han podido ser recuperados para darles vida expositiva en un marco adecuado.
Pero omitir la puntual conmemoración del 12 de octubre -en ellas han estado presentes Miguel Angel Asturias, Raymond Carr, Gabriel Jackson, Sergio Ramírez, Ruiz Giménez, Lázaro Carreter…- sería imperdonable, teniendo en cuenta que es de los pocos foros donde se dimensiona el significado cultural de la fecha.
Y mucho menos perdón tendría dejar de aludir al Curso de Español para Extranjeros que, en colaboración con la Universidad de La Laguna, se ha convertido en un clásico, es más, en el hijo predilecto del Instituto, medalla de oro de la ciudad, por cierto, en 1990. El curso es una aportación extraordinaria al acervo cultural e histórico, una rigurosa contribución a la universalización de la lengua de Cervantes. Hay que insistir en el empeño: declarar el Curso como Bien de Interés Cultural (BIC), de acuerdo con lo establecido en la vigente Ley de Patrimonio Histórico. Se trata de que tan valiosa aportación se vea respaldada, protegida y tutelada en disposiciones legales que innoven, cualifiquen y garanticen ediciones futuras.
Ahora mismo se está desarrollando su 54ª edición. Casi casi, la vida misma del Instituto, un timbre de orgullo para quienes los han sostenido.

sábado, 14 de febrero de 2009

RECUERDO DE UN TEMPORAL

Se cumplen cincuenta y un años del temporal de viento y lluvia que azotó el norte de Tenerife. Fue un sábado 15 de febrero de 1958. Barrancos desbordados, vías cortadas, desprendimientos de tierras, árboles derribados, núcleos incomunicados, decenas de viviendas afectadas, servicio eléctrico interrumpido, daños considerables en las escasas infraestructuras de entonces, pérdidas en la agricultura y en la ganadería, oleaje espectacular que causó estragos en distintos puntos del litoral, una víctima mortal en La Guancha...
La furia de la naturaleza se desató sin control aquel día. Algunas personas que recuerdan aquella infausta jornada coinciden en destacar la violencia del viento. La gente se refugió en sus casas, no había nadie en las calles, la noche -más oscura que nunca- se hizo interminable. Fueron vientos huracanados, con velocidades superiores a los ciento treinta kilómetros por hora. Llovió torrencialmente en las medianías.
Durante los días posteriores, cuando amainó el temporal, todos querían comprobar sus efectos devastadores. El jardín botánico fue otro de los lugares sensiblemente dañados. En La Vera, su flamante cine, inaugurado unos pocos días antes, quedó prácticamente arrasado. Apenas sobrevivió parte de la fachada. El vendaval se había cobrado más de cinco mil hectáreas de platanera. Hubo que reconstruir empaquetados, escuelas, casas... Las fotografías de la época reflejan la magnitud del suceso. Las pérdidas se cifraron en cientos de millones de pesetas. Las autoridades hicieron lo que pudieron, a la espera de ayudas que llegarían meses después.
Fue un sábado 15 de febrero Alguien recuerda horripilada aquella fecha de 1958.

miércoles, 11 de febrero de 2009

GRATITUD TRAS LAS OBSERVACIONES

Unas líneas de gratitud para todos cuantos nos han hecho llegar sus apreciaciones sobre la entrada relativa al Taoro.
Ha debido ser de esos artículos que causan un cierto impacto a tenor de los comentarios recibidos. Quizá porque también apareció en Diario de Avisos, donde firmamos la sección "Lunes mineral", título que tanto llama la atención al profesor Alberto Génova.
Ojalá el texto haya servido para animar a responsables, para estimular las iniciativas que propicien la recuperación de tan emblemático edificio.
Hay opiniones para todos los gustos: desde los dubitativos que señalan que no es el momento adecuado (pero ¿no habíamos quedado en que la crisis es también una oportunidad?) hasta los más drásticos que piden que el casino de juego vuelva a donde estuvo, enmarcado, eso sí, en el uso hotelero.
También hay quien hace una precisión, con toda la razón del mundo: entre los hechos históricos que señalamos, hay una omisión: la visita del abuelo del Rey Juan Carlos I, Alfonso XIII, que constituyó todo un acontecimiento en su contexto histórico de principios del siglo XX.
Agradecemos a todos ese seguimiento y esas observaciones.
Lo dicho: ojalá haya servido para relanzar la idea, tomarla en consideración y ponerse manos a la obra. El Puerto de la Cruz y Tenerife la necesitan.

lunes, 9 de febrero de 2009

TAORO

Hay tres referencias básicas que explican su significado histórico: fue el primero de los grandes hoteles construidos en la gran ciudad, a finales del siglo XIX; se convirtió en la mejor escuela, en el mejor centro de formación turística que han conocido las islas, cuando no había enseñanza reglada ni programas específicos; y ya con la recuperada democracia, ya vigente la Ley del Juego, albergó el único casino español de titularidad pública.
Entre los pliegues de esa historia se encuentran algunos incendios registrados en el inmueble, muchas travesuras juveniles, la visita del general Franco, la tremenda especulación con el suelo del entorno en los años del desarrollismo, la cena-cumbre de seis jefes de Estado europeos en ocasión de la inauguración del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), centenares de fotos de bodas en los jardines, unas cuantas convocatorias de postín y la construcción de un centro o pabellón de usos múltiples que sirvió para animar y complementar la actividad de un lugar identificado con un solo término, con una sola palabra: Taoro.
Pero la apertura de otros dos casinos de juego en la isla incidió en una progresiva merma de resultados de explotación y todo aconsejaba el traslado de la razón de ser del Taoro. Era una apuesta casi de todo o nada: había que intentarlo, había que dar el paso antes que perderlo o clausurarlo, antes de que la ciudad se quedara sin una de sus señas de identidad. Y se consumó ese traslado hasta el complejo turístico “Costa Martiánez”.
Desde entonces, en el ejercicio de responsabilidades públicas, nos preocupamos por el futuro del inmueble, conscientes de que si se cerraba por mucho tiempo, el deterioro de su interior y hasta de sus dotaciones externas harían más gravosa la solución que se diera a su nuevo destino. Y porque convenía evitar otra visible señal física del estancamiento o de la decadencia de la ciudad. Y porque cuanto más tiempo transcurriera, más complicada sería la determinación, política y presupuestariamente hablando. Objetivo: evitar el abandono, eludir el bloqueo, impedir un ‘eternizamiento’ de la situación.
Aportamos sin dobleces la alternativa: restitución del uso residencial turístico. Ahí están actas, mociones, escritos e intervenciones en que abogamos por una solución que, en el fondo, cualificara la propia oferta del destino turístico, necesitada precisamente de uno o dos establecimientos hoteleros del máximo rango. Se trataba de afrontar una operación estilo hotel “Mencey” o similar, siempre dependiendo de la voluntad política, de la cooperación interadministrativa -el Cabildo Insular es el propietario del inmueble- y hasta de la misma participación de la iniciativa privada.
El caso es que ya han pasado años desde que cerraron las puertas y las dependencias del antiguo hotel y del antiguo casino están oscuras y vacías. Y que pasa la hora de la RIC -¿no habíamos quedado en que habría de servir para estas cosas?- y que la jungla legislativa (moratoria, medidas urgentes…) se hace cada vez más intrincada, sin que se atisbe una solución. La recesión económica, desde luego, complica aún más cualquier avance y la materialización de cualquier proyecto.
Consta que hay un cierto consenso político -ya es difícil en esta tierra- y hasta existen informes y análisis técnicos favorables. Devolver el Taoro a sus orígenes, convertirlo de nuevo en hotel: esa es la cuestión. Pero tales premisas positivas parecen no ser suficientes. Al menos, hasta la fecha, cuando, que se sepa, no hay una actuación concreta proyectada. Y entonces surge de nuevo la mano negra, esa que siempre nos resistimos a creer que existe pero que, la confluencia de factores e intereses hace que, entre la frustración y el desaliento, sospechemos de ella.

sábado, 7 de febrero de 2009

NUEVO CENTRO DE SALUD. ALGUNOS ANTECEDENTES

Ahora que los usuarios empiezan a habituarse al nuevo centro de atención primaria, ubicado en las proximidades del “Salto del barranco”, junto a la carretera de Las Dehesas, ahora que se van solucionando poco a poco los problemas derivados de la instalación de un complejo de estas características (sobre todo, los de seguridad y accesibilidad), bueno será recordar -sin ánimo de reivindicar paternidad alguna- varios hechos que fraguaron esta nueva dotación.
Ocurrieron durante el mandato municipalista 1999-2003. La concejala Carmen María González García tenía a su cargo en el gobierno municipal de entonces la delegación de Sanidad. Se tomó muy en serio su cometido, principalmente el que concernía a la gestión de nuevos recursos, entre ellos, este centro de salud que habría de sustituir o complementar al localizado en la calle El Pozo, cerca de la estación de guaguas.
El pleno del Ayuntamiento había aprobado la cesión de dos parcelas de unos once mil metros cuadrados a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias y a partir de ahí Carmen María empezó a negociar sorteando no pocos obstáculos, incluidos los políticos. Lejos de arrugarse, fue avanzando en la larga tramitación, de modo que la materialización del proyecto le hizo concebir, razonablemente, que la cobertura de la asistencia sanitaria en el municipio, consignando las dos clínicas privadas concertadas que funcionan, iba a ser plena.
En aquel proceso, hubo de afrontar también la duda que a las autoridades sanitarias autonómicas inspiraba la oferta hecha por el Ayuntamiento de La Orotava, consistente en unas instalaciones ya terminadas y hasta parcialmente equipadas para el centro de especialidades. El objetivo era no perder recursos en el ámbito local. Y lo alcanzó: ahí están las pruebas. Atención primaria y especialidades siguen en el Puerto.
El empeño de la concejala y su arrojo político propiciaron una solución cuyos frutos se aprecian ahora. Recuerdo un pleno en el que era preciso adoptar otro de los acuerdos sobre la ordenación del mapa sanitario del municipio y distribuir la población de las áreas de salud. Milagros Luis Brito, actual consejera de Educación del Gobierno de Canarias, defendía las posiciones de su grupo político. Carmen María estuvo ese día tan persuasiva y tan convincente que Luis Brito vino a decir (sic) que ya le gustaría contar en sus filas con una concejala con aquella probada capacidad de gestión.
El problema de la disponibilidad de suelo público en el término municipal dificultaba la localización y es comprensible que haya malestar o desconcierto en sectores ciudadanos habituados a utilizar durante años otras instalaciones seguro que más céntricas. Pero ésta es la evolución de las ciudades. Lo que hay que hacer ahora es facilitar la movilidad o el desplazamiento de quienes ahora sufran algún tipo de trastorno para ser atendidos en el flamante nuevo centro. Y eso se puede conseguir.
Lo demás (denominación, pseudoinauguración en fechas electorales, influjos y empujones protocolarios) es casi anecdótico y Carmen María González García puede sentirse satisfecha, aunque sólo unos pocos se lo hayamos valorado.

miércoles, 4 de febrero de 2009

SIEMPRE NOS QUEDARA RAFAEL

Rafael estaba ahí pero ya no.
Rafael Abreu dejó de existir anoche. Iba a cumplir 101 años.
Duele su ausencia, como duele plasmarla a tan temprana hora de la mañana, cuando llega la primera llamada, la de Pepe Segura, cuyas palabras son un cántico entrecortado y emocionado del compromiso ético que en vida representó Abreu. El compromiso de la militancia activa y del ánimo crítico. Un socialista cabal hasta el final de sus días.
Nos habíamos hecho a la idea de que estaba ahí para siempre. Tantos años, tantos...
Vivió con entusiasmo la recuperación de la democracia, allá en los finales de los años setenta del pasado siglo. Mucha gente conoció entonces de su capacidad memorística, de sus vivencias, de sus planteamientos, de sus análisis basados en procesar mucha información, la que obtenía de primera mano, escuchando, leyendo, interesándola e intercambiándola con familiares, amigos y compañeros.
Rafael Abreu es una referencia de las esencias del socialismo portuense y de todas las islas. Aún son recordadas sus intervenciones en las asambleas de la Agrupación Local, por su originalidad, por su racionalidad, cualidades que causaban sorpresa en muchas personas, entre ellas las más jóvenes. Como también son memorables algunas que protagonizó en el Comité de los Socialistas Canarios, al que perteneció muchos años y en el que dejó profunda huella por su espíritu crítico de la evolución de la Comunidad Autónoma.
Estuvimos presentes en aquel centenario inolvidable del hotel "Turquesa" donde compañeros de toda la isla se acercaron para testimoniarle su afecto y su respeto, los que supo ganarse con su lucidez y su constancia de militante.
Esposo y padre ejemplar, abuelo también ejemplar, Rafael era algo más que aquel "viejo pintoresco" que definió un compañero. En ocasiones radical pero las más de las veces, comprensivo y generoso. Renunció a honores, acaso porque se resistía a envejecer y se le recordara como si fuera el vestigio de una época.
Prefirió seguir en activo, a sus anchas, sin la cola del cigarrillo atravesado, superando con soltura la falta de visión, preguntando...
Creíamos que iba a estar ahí toda la vida. Pero ya no.
Le recordaremos siempre.
Siempre nos quedará Rafael.

martes, 3 de febrero de 2009

EL SECRETO DE UNAS OBRAS

El expediente relativo a unas obras de restauración o reacondicionamiento en la vivienda del presidente del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria ha sido declarado secreto por parte del Ejecutivo, después de que el periódico La Provincia publicara varias informaciones sobre el importe de las mismas.Si todo está bien, si todo ha sido tramitado correctamente, si el departamento correspondiente del Gobierno ha seguido al pie de la letra los pasos que en una actuación de este tipo se deben dar -y no parece que sea un asunto demasiado farragoso, a diferencia de otros muchos expedientes que requieren peticiones, informes, consultas, decisiones orgánicas- no habría nada que temer. Pero si no ha sido así, si han sido detectadas anomalías o irregularidades, estamos ante otro de esos hechos insólitos que hacen más peculiar la comunidad de nuestras tribulaciones. Si tibia, hasta ahora, ha sido la reacción de la oposición parlamentaria solicitando documentación sobre el particular, no menos desconcertante fue la explicación del consejero José Miguel Ruano en el curso del programa televisivo 59 segundos, cuando no atinó a justificar las razones de la decisión gubernamental, en tanto que añadía una subjetiva consideración sobre la conveniencia de declarar el secreto sólo una parte del expediente.Dicen que por razones de seguridad. Vale. Es difícil de aceptar que el arreglo de estancias de la vivienda del presidente o un cambio de mobiliario o una reposición de loza sanitaria den para tanto secreto, pero si alguien invocó la seguridad -¿por la casa, por el presidente y su familia, por los contratistas?- hay que adoptar una actitud cuando menos prudente, a la espera de que el secreto sea levantado y en sede parlamentaria sean ofrecidas las explicaciones adecuadas. Que ahora ya, por cierto, son inevitables. Sobre todo, si se puede demostrar o verificar que la licitación se anunciara en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) después de que las obras se hubieran ejecutado. Sobre todo, para contrastar si los costes o la cuantía se ajustan a las coordenadas técnico-legales.Que sucedan estas cosas a estas alturas de la democracia resulta raro. Siempre hubo en Canarias una especial sensibilidad mediática con asuntos como el que nos ocupa, una suerte de filón que da para ser explotado unos cuantos días, hasta que la multiplicación de las interpretaciones terminan calando en círculos sociales y creando opinión, da igual que esté más o menos fundamentada. Recuérdese, por ejemplo, la adquisición del palacete de Vistabella, en Santa Cruz de Tenerife, en la primera legislatura, tan denostada, incluso por aquellos que luego la utilizaron. Y ahí está, como digna residencia de un presidente autonómico.Pero, de momento, secreto. Seguro que ha habido en la aún joven historia de la autonomía canaria situaciones más complicadas que hubieran aconsejado cautela, reserva o discreción, especialmente si había negociaciones en marcha. Como no hay muchos precedentes de este secretismo y como hasta un cualificado miembro del Ejecutivo no quiso, no supo o no pudo esclarecer las causas que en este caso lo motivaron, brota de inmediato una sensación de perplejidad que, sencillamente, viene a acentuar los recelos sobre el funcionamiento de la Administración en determinados supuestos. El asunto, que se presta a reprobaciones por decoro estético ante las penurias y las limitaciones de nuestros días, va más allá de la imagen de un Gobierno que, presumiendo de transparencia, actúa y recurre al secreto refugiándose en la seguridad, después de unas informaciones periodísticas. Después de todos los escándalos que se registran en esa historia, esta decisión se hace menos digerible. Si para esta materia, se sienta este precedente, ¿qué sucederá en el futuro con otras de mayor enjundia?

domingo, 1 de febrero de 2009

CURSO DE ESPAÑOL PARA EXTRANJEROS

Es un clásico. Uno de esos nombres que se memorizan de por vida. Una de las pocas convocatorias que han sobrevivido en la ciudad, tan dada a devorar iniciativas y entidades, por falta de apoyos, de entusiasmo, de identificación y hasta de constancia por parte de mentores y dirigentes.
Es un clásico el Curso de Español para Extranjeros, uno de los hijos predilectos del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), medalla de oro del Puerto de la Cruz en 1990, y vinculado estrechamente a la Universidad de La Laguna que siempre fue sensible con esta convocatoria merced a la cual centenares de ciudadanos de muy distintas nacionalidades han podido conocer y enriquecer sus conocimientos de la lengua castellana.
Hasta el próximo mes de marzo se desarrolla su 54ª edición, en los distintos niveles que han sido programados. Consta que hay extranjeros que hacen coincidir su etapa vacacional -otra prueba de la fidelización- con los dos meses que dura el curso. Como consta que otros muchos presumen luego de haber aprendido o de haber escrito sus primeros trabajos en español a raíz de haber recibido las correspondientes enseñanzas.
El Curso de Español para Extranjeros es una aportación extraordinaria al acervo cultural e histórico. Más de medio siglo proyectando la lengua de Cervantes, universalizándola. Con recursos modestos. Pero con indudable rigor, con una voluntad indomable que han acreditado los sucesivos equipos directivos del Instituto y los profesores que han intervenido impartiendo clases y conferencias.
En marzo de 2004, coincidiendo con el cincuenta aniversario, propusimos al pleno del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz instar al Cabildo Insular a que iniciara la incoación del expediente para la Declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) a favor del Curso de Español para Extranjeros. El acuerdo fue aprobado por unanimidad pero luego no hubo suerte: no sé si faltaría entusiasmo o interés para su defensa y para su materialización, pero lo cierto es que no prosperó. Es una de esas cosas incomprensibles de esta tierra.
Un fragmento del texto de la propuesta: “La continuidad de la iniciativa, la proyección de ésta en amplios círculos intelectuales del extranjero, la cantidad y fidelidad del alumnado, la implicación de la Universidad lagunera, la participación de destacados profesores e investigadores y la contribución del curso al aprendizaje y difusión de la lengua castellana son factores que merecen ser tenidos en cuenta a la hora de destacar los valores pasados y presentes de este Curso”.
Planteábamos, en definitiva, que había fundamentos para considerar que esta actividad representa una obra cultural e intelectual que puede acogerse a los establecido en la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias, a efectos de ser considerado Bien de Interés Cultural (BIC).
Se trata de que tan valiosa aportación se vea respaldada, protegida y tutelada en disposiciones legales vigentes de modo que innoven, cualifiquen y garanticen sus ediciones futuras.
No pudo ser entonces. Igual con otro empujón en nuestros días se está a tiempo de retomar ese intento de conferir al Curso de Español para Extranjeros un sello que sirva para las finalidades apuntadas y realzarlo desde otros niveles una vez superado el medio siglo de existencia.
Que ya es mérito, ya.