martes, 31 de marzo de 2020

EL SILENCIO PREDOMINANTE


El silencio predomina. El confinamiento es silencioso. Desde el exterior apenas se perciben sonidos.

Y a la luz desnuda vi/ diez mil personas, tal vez más/ la gente habla sin hablar/ personas que oyen sin escuchar… Y nadie se atreve/ molestar el sonido del silencio”. Son versos extraídos de la inolvidable composición de Paul Simon y Art Garfunkel, ‘The sound of silence’ (‘El sonido del silencio’).

Solo lo alteran las campanadas horarias de las iglesias cercanas y las que redoblan al mediodía, como una suerte de petición de ayuda para que acabe la pesadilla. Y el trino de los pájaros, temprano y al atardecer, refugiados en los nidos y el ramaje de los laureles o las palmeras. Y el ladrido de los perros que, aún atados, nunca antes se sintieron tan a gusto para caminar. Y el paso de algún avión militar o de helicópteros de la Guardia Civil que reclama la atención de los ciudadanos asomados al balcón.

Es una densidad que impone y solo es modificada por el ruido de motor de vehículos aislados o de unidades policiales y militares. Por el soniquete de la mensajería móvil o por los timbrazos de la telefonía fija y del portero eléctrico.
Solo interrumpida por la voz recia del barítono invisible que ensaya en el interior de su vivienda y por los aplausos de las siete. Y por alguna conversación de balcón a balcón o de viandantes que se detienen a preguntar si hay novedad o hasta cuándo durará esto.

Hasta que las sombras de la noche envuelven el silencio predominante y apabullante.

Hola oscuridad, viejo amigo/ he venido a hablar contigo otra vez/ porque una visión que se arrastra suavemente/ dejó sus semillas mientras dormía./ Y la visión que se plantó en mi cerebro/ todavía queda/ en el sonido del silencio”, primera estrofa de aquella composición de Simon and Garfunkel, hoy rescatada no para evocar (porque no hace falta) sino para palpar que nos envuelve y, en cierto modo, anima para superar el trance, aunque no sepamos qué nos encontraremos cuando ese momento llegue.

Día 16 de la alarma

Despertar y levantarse de noche. El cambio horario. Apenas una señal de la normalización. Reconforta a media mañana, en el balcón, el sol que se proyecta y alumbra un cielo azul en el que se adivina el paso de un helicóptero. Tampoco están los parapentistas, los “hombres pájaro”, como enfáticamente les llamaba Gilberto Hernández Linares al irrumpir en su particular universo aeronáutico.

Casi nunca vemos televisión en horario matinal pero esta vez hacemos una excepción y nos detenemos en el programa de RTVE que presenta, con elegante solvencia y sin sobreactuar, María Casado Paredes, quien entrevista a un señor cordobés de 106 años que se maneja bien con la tecnología y sabe lo que es skype, que está utilizando en ese momento. Milagros de la vida y de los avances, quien sabe si frenados por la pandemia. Después, la noticia de la baja del doctor epidemiólogo Fernando Simón, el hombre antipánico, tan injustamente tratado en algunos sitios. Ha dado positivo en coronavirus.

Unidades policiales y militares concentradas en el exterior de casa. Uno de los efectivos pregunta, muy formalmente, dónde vamos: “A comprar pan y agua”. Y seguimos, compartiendo el vacío de las calles y reencontrándonos con amigos en el interior del establecimiento, ansiosos de saber que las cifras apuntan a una estabilización.

Pero, a primeras horas de la tarde, la noticia de un caso detectado en el Hogar Santa Rita donde tantas personas, del Puerto y de otras localidades insulares, pasan su ancianidad, ensombrece de nuevo el panorama: Gobierno y empresarios discrepan a propósito de las últimas medidas que, por poco, no aparecen en el Boletín Oficial del Estado. Las estimaciones de Donald Trump, con un número de muertos, son estremecedoras. Y desde Brasil se escucha el tan-tan de sables. En China, en algunas ciudades, abren plazas y avenidas y la gente se abraza.

Pero la pandemia sigue.

lunes, 30 de marzo de 2020

PERIODISMO NECESARIO


Cuando el periodismo es más necesario que nunca, la publicidad prácticamente ha desaparecido”, ha dicho el presidente de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores (WAN-IFRA), Fernando Yarza, quien, con otro mensaje directo, “comprar periódicos es cada vez más complicado”, pone de relieve la delicada tesitura a la que se enfrentan los medios de comunicación en plena pandemia y en los escenarios que de ella se derivan.
Por eso, la cabeza visible de los editores de prensa ha demandado apoyo económico de las instituciones, una de las escasas vías que incursionar para intentar evitar el hundimiento: “Necesitamos financiación a corto plazo, liquidez y un puente que nos permita llegar hasta el otro lado del río sin ahogarnos en el intento”, añadió Yarza. Habrá que bracear para mantenerse a flote y luego recuperarse, de manera que las empresas mediáticas pasan del debate sobre el cambio de modelo de negocio, en el que se estaban adoptando las primeras grandes decisiones estratégicas, a la lucha por la supervivencia. Y esta no será fácil si los responsables de los poderes públicos no corresponden a las solicitudes que están llegando y llegarán desde el propio sector. Yarza ha sido contundente al señalar que es el momento de que las autoridades y gobiernos demuestren “el compromiso con la libertad de expresión y el derecho a la información”.
Hace unas pocas semanas, cuando se desataba la crisis, escribíamos que era en las situaciones críticas donde se ponía de relieve la función social y responsable del periodismo. La importancia de su papel en las adversidades colectivas, sobre todo cuando tienen una dimensión inusitada, se contrasta en circunstancias como las que concurren. Los medios de comunicación están haciendo auténticos esfuerzos, ya en el alambre, para seguir dando cobertura a la actualidad, en sus distintos frentes informativos. Están en una primera fase de reajuste interno de cometidos y de los modos para seguir produciendo los contenidos. Imposible saber hasta cuándo puede durar porque algunas empresas ya han iniciado la tramitación de expedientes de regulación temporal de empleo (Ertes); pero será difícil mantener el nivel y los estándares de calidad periodísticos si se pierden puestos de trabajo.
Los ciudadanos tienen derecho a disponer de información pues ésta se ha convertido en una necesidad. Los aumentos exponenciales de estas semanas en consumo telefónico y mensajería, así como de la televisión, reflejan la magnitud de tal necesidad. La repetición de que no se conoce una incertidumbre igual desde la Segunda Guerra Mundial, hasta representar un reto para la humanidad, ha terminado convirtiéndose en un tópico. El periodismo, en ese contexto, es primordial. Y para ejercerlo, para verlo reflejado en cualquiera de los soportes que lo acogen, se necesitan bases sobre las que asentar productos dignos.
En nuestro país, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha solicitado también al Gobierno un plan específico de ayudas que sirva para impedir que las empresas editoras cierren y se desate un proceso de despidos generalizados. Se trata de garantizar la supervivencia de los medios y de los puestos de trabajo. La citada organización profesional ha alertado que el periodismo, “uno de los pilares de la democracia, no puede permitirse una repetición de la crisis del decenio de la recesión, donde el sector de los medios fue uno de los más golpeados, con trece mil empleos perdidos y decenas de empresas cerradas”.
Convenimos en que el Gobierno debe considerar el impagable servicio público que, en esta durísima crisis, “están prestando a la sociedad aquellos medios que apuestan por la información veraz, verificada y contrastada con fuentes fiables, base del periodismo de calidad, que es sin duda la mejor barrera contra las noticias falsas, los bulos y los rumores que tanto daño están haciendo a la personas y a la democracia”.
El editor Yarza, en este mismo sentido, se ha referido al servicio público que prestan los medios y que no puede desaparecer. Es un servicio esencial, expresión tan de moda este pasado fin de semana a raíz de otra decisión del ejecutivo. Subraya: “No podemos cesar en nuestra actividad. (...) Eso sería traicionar a la sociedad que ahora mismo nos necesita”. Y ha puntualizado que no están hablando de “beneficios, ni de cuentas de resultados” sino de supervivencia: "Mantenernos vivos para continuar con nuestro compromiso de apoyo a los ciudadanos” y “al sostenimiento de la democracia”.
¿Cambiará el mundo? ¿Se normalizará la situación? Sin periodismo, cabe dudarlo. Es necesario.

Día 15 de la alarma

Tan temprano es pronto para apreciar el cambio horario pero, como todo, habrá adaptación. Seguimos la misa televisada por La 2 desde una capilla en la que solo hay una persona. La resurrección de Lázaro, el anticipo de la muerte de Cristo, dice el arzobispo oficiante en homilía. Es cuaresma en cuarentena.
A mediodía, por empeño del profesor Guerrero Lemus, que obra el milagro de la conexión, también visual, participamos en una conversación en la que se analiza la evolución de la pandemia, en casi todas las escalas, poniendo el acento en las repercusiones. Contamos las vivencias y las impresiones personales.
Pero en el Puerto también se habla de balcón a balcón. Le sugerimos a Agustín González, vicedirector de Diario de Avisos, que encargue una foto de esa que mantienen dos mujeres de dos edificios a los que solo separa la calle Nieves Ravelo. Se las escucha desde los alrededores.
Cecilia Domínguez Luis, premio Canarias de Literatura, nos sigue obsequiando con sus estrofas críticas y vitalistas en una red social. ¡Ay, las redes! Cuánto mayor valor tendrían con aportaciones como la de la poetisa, con testimonios fundamentados, con criterios respetables y respetuosos. Pero no. La de descalificaciones y denuestos que circula está haciendo desistir a mucha gente que anuncia su hartazgo, se despide y no quiere saber nada, al menos durante este período cuya motivación principal debería estar centrada en el ánimo recíproco.
La división europea se va acentuando. La situación es crítica, no es hora de egoísmos pero se han desatado. Vuelve el euroescepticismo. Alguien bromea con la foto en que se agolpan centenares de coches que quieren acceder a México desde Estados Unidos desde un punto fronterizo. Las vueltas que da la vida: hasta hace nada, era al revés con el inefable muro de Trump.
Apoyo sindicalista y critica empresarial confluyen en la decisión gubernamental de restringir la actividad laboral. Solo la esencial. Más o menos, la indispensable para resistir en la economía de guerra que ya se aprecia. Que nadie dude: se trata de salvar vidas humanas, primer gran objetivo. Prioritario.
Dos hechos que llaman la atención, en medio del imponente silencio nocturno dominical: uno, seis meses de cárcel para un vecino portuense por desobediencia: burló el confinamiento hasta en cuatro ocasiones y desafió a los policías actuantes. Y dos, se espera disponer en las próximas horas del hospital de campaña con ciento ochenta camas que el Cabildo Insular instala en el recinto ferial de la capital tinerfeña.
De la incomprensión a la solidaridad palpables.

domingo, 29 de marzo de 2020

IMPOSICIÓN DE ARBITRIOS


Los arbitrios se definen como una contribución fijada por un ayuntamiento para sostener el gasto público. Dicho de otra manera, son las tasas que se pagan por la prestación o el mantenimiento de un servicio público individualizado en el contribuyente.
En 1822, el Puerto de la Cruz registró algunas determinaciones curiosas sobre la naturaleza de lo que llamaríamos hecho imponible. Antes de explicarlas, veamos el contexto histórico de entonces:
Con el regreso a España de Fernando VII en 1814 queda abolida, junto con la Constitución de Cádiz, toda la obra legislativa y reformadora de aquellas Cortes instaurándose un período de absolutismo que perdurará hasta 1820, cuando Riego se pronuncia en Cabezas de San Juan (Cádiz) instaurándose otra vez la Constitución y las Cortes.
Pero el llamado Trienio Liberal (1820-1823) fue un corto período de nuestra historia al que sucedieron diez años de absolutismo, la llamada década ominosa (1823-1833), declarándose por segunda vez la abolición de la Constitución y las Cortes.
Estos cambios entre regímenes liberales y absolutistas afectaron no solo al acontecer de la vida política y de sus instituciones, sino también a la vida de muchos españoles cuya adhesión a un régimen o a otro podía influir en su seguridad y en su subsistencia.
Entonces, en aquel 1822, la Diputación Provincial hizo un estudio sobre la necesidad de establecer un sistema de arbitrios para proveer fondos o recursos con que atender a las cargas generales de la provincia y a las particulares de cada municipio.
Según relata el que fuera cronista oficial del municipio, Nicolás Pestana Sánchez, en un trabajo personal de investigación elaborado en noviembre de 1964, el Intendente General presentó a la Diputación un Plan de Arbitrios al que la corporación dio conformidad, aprobando las tarifas de los derechos que deberían exigirse de los frutos y afectos de estas islas, “en su exportación de unas a otras, al extranjero, a las Américas y a la Península, así como también en la importación de algunos y del vino y aguardiente que se vendiese en las tabernas al por menor”.
La corporación local designó una comisión para que realizase un detenido estudio sobre el particular. El Puerto tenía entonces empadronados mil ciento trece vecinos. Cuenta Pestana que “de la lista formada al efecto, resultó que había sesenta y tres comercios o tabernas en las que se vendía vino y aguardiente”,
Y es cuando se empieza a hacer los cálculos. La comisión concluyó que el gasto diario debería ser de una pipa de vino y cuarenta cuartillos de aguardiente, como mínimo. Por consiguiente, al año se consumirían trescientas sesenta y cinco pipas de vino y treinta pipas y cinco barriles de aguardiente. En consecuencia, el valor de estos arbitrios sería:
· Por 365 pipas de vino, a 4 maravedís por cuartillo: 20.611,26 reales.
· Por 30 pipas de vino y 5 barriles de aguardiente, a razón de 8 maravedís por cuartillo: 3.465,10 reales.
-Total: 24.047,2 reales.
Consignando en los presupuestos los haberes que percibiría la persona a la que se encargase el cobro de los arbitrios, la cual percibiría una comisión del 25 % del total de lo recaudado, o sea 6.011,25 reales, el importa quedaría reducido a 18.035,11 reales.
Luego estaba el capítulo de gastos de la municipalidad que estaban estipulados de la siguiente manera:
· Sueldo del secretario del Ayuntamiento: 3.000 reales.
· Sueldo del maestro de primeras letras: 6.000 reales.
· Gastos de la secretaría general: 3.000 reales.
-Total 12.000 reales.
De acuerdo con la investigación de Pestana, descontado este importe de lo recaudado anualmente por los arbitrios sobre el vino y aguardiente, quedaban, como sobrante, 6.035,11 reales.
En definitiva, que con el gravamen impuesto solamente al vino y al aguardiente, “que pagaban las personas de buen beber, quedaban cubiertos los gastos de primerísima necesidad del municipio en aquella época y aún sobraba para el arreglo de alguna calle”.
El consumo de alcoholes, desde luego, servía para la financiación de gastos fijos y servicios públicos que habría de prestar la corporación.

Día 14 de la alarma

Mañana radiante. Pero ya no se distingue un sábado de los demás días de la semana. Son todos igual de vacíos, de preocupación, de miradas proyectadas sobre un paisaje urbano monótono. Paisaje de postales antiguas, que diría Manolo Torres. El paso de los dueños y sus perros atados es lo único que anima y altera. La proximidad de las palomas invita a un juego breve.

Los medios se hacen eco del fiasco de la cumbre europea. Hasta la impactante foto del papa Francisco, impartiendo la bendición para todas la ciudades y para todo el mundo, vacía la plaza de San Pedro, en el Vaticano, hace presagiar lo peor para la suerte de la Unión Europea. Nunca antes se mostró tan débil, tan incapaz de alcanzar un acuerdo para solventar una situación con arreglo a la filosofía con que fue concebida. Aprietan al máximo Alemania y Holanda para que Italia y España utilicen el fondo de rescate. La voz del primer ministro de Portugal, Antonio Costa, refiriéndose a la postura neerlandesa, que incide en la necesidad de investigar a España, retumba: “Es repugnante”. Cosido con alfileres, el europeísmo está herido de gravedad. “Si ahora no, cuándo”, se pregunta el editorial de El País.

Ligero alivio en el número de personas que han salido de la enfermedad. Pero las cifras de contagios y fallecidos son apabullantes. Y también las de sanitarios en nuestro país que han dado positivo, cerca de nueve mil quinientos.

A última hora de la tarde, comparecencia televisada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Con temple, sigue dando la cara. Es su deber, desde luego. Avisa que el periodismo es un servicio esencial. Sabe que cualquier anuncio encontrará rechazos pero en nuestra opinión sigue creciendo su estatura política en medio de la desoladora situación y de una de las más graves crisis a la que se haya enfrentado presidente alguno de la democracia, recuperada en 1978.

Y ya de noche, la noticia del fallecimiento de Macario Benítez, alcalde socialista de El Rosario (La Esperanza), durante varios mandatos. Benítez trabajaba desde que salía el sol hasta que se despedía de sus habituales visitas a domicilios vecinales o les daban las tantas jugando una partida de envite, tal era su campechanía habitual. Preocupado por el desarrollo del municipalismo, se integró activamente en los debates de las principales cuestiones que lo afectaban e hizo cuanto pudo para engrandecer su municipio. Pese a los reveses finales, será siempre recordado.


sábado, 28 de marzo de 2020

EL CUIDADO DE LOS JARDINES (RECONOCIMIENTO A MARTÍN RODRÍGUEZ)


Ahora que se ha jubilado Martín Rodríguez Pérez, cariñosamente conocido por ‘el Cabra’, es de justicia reconocer su excelente trabajo en el tratamiento de las zonas ajardinadas en el Puerto de la Cruz, aunque haya disconformes y digan rápidamente “pues en mi barrio no se notó”.
Martín llegó en silencio, con su título universitario en el bolsillo, a principios de los ochenta, cuando el malogrado Francisco Afonso encabezó la segunda gran transformación del municipio. Tenía claro que había que cualificar los encantos portuenses y empezó a desarrollar una tarea de reverdecimiento y cuidado de espacios libres, paseos y parterres que, curiosamente, admiraban casi todos los visitantes, mientras muchos nativos no solo no los valoraban sino que, en algunos casos, los maltrataban y destrozaban.
Hoy, cuando pasear por la ciudad, en medio de tanta soledad y de tanto vacío, con una impresión elevada de limpieza y mantenimiento, sirve para apreciar uno de los activos que sustentan la oferta del destino y la calidad de vida de sus habitantes, residentes, nativos y visitante.
Martín fue, durante su etapa activa, un celoso cumplidor de su oficio y de sus cometidos. Desde temprano, en las calles y plazas, ya estaba vigilando sin vigilar. Con alegría y con zorrería, esa que va en el linaje, observaba la labor de los componentes de su mirada y ayudaba como uno más. Comprobaba y ya pensaba en el día siguiente, en el cuándo de la tarea que le habían encargado su concejal jefe o los ediles a los que cualquier ciudadano hacía llegar alguna demanda.
Martín Rodríguez Pérez estaba siempre ahí, a pie de palmera, cuidadoso de no pisar el césped, disconforme cuando algún resultado no era satisfactorio. Ensayó con numerosos cultivos, para renovar el aspecto de determinados sectores. Inculcó a los jardineros una disciplina subliminal que, a la larga, se iba notando: arbustos, flores… la vegetación, en su conjunto, esa belleza natural, bien cuidada, están para admirar.
Martín, que jugó al baloncesto en sus tiempos mozos para lanzar los tiros libres y capturar él mismo el rebote, incursionó en el cultivo y cuidado de los bonsais, fortaleciendo el interés de muchas personas a las que cabe llamar artesanos o artistas de la jardinería. Echaba pestes de los desaprensivos que arruinaban el trabajo de plantación o reforestación pero seguía empeñado en mejorar los elementos que embellecían el municipio.
Ahora que, a diario, se homenajea a profesionales y colectivos, las circunstancias permiten apreciar el trabajo de jardineros, barrenderos, recogedores de residuos y del propio Martín Rodríguez Pérez que, ya jubilado, podrá apreciar los frutos que sembró durante tantos años.

Día 13 de la alarma

Hoy es el Día Mundial del Teatro. Se sabe que no son tiempos para celebraciones pero una conmemoración como esa no puede pasar inadvertida. Recordemos al dramaturgo y guionista norteamericano Arthur Miller: “El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”. Lo está haciendo, es cierto, contrastando su fragilidad. Y sus miserias.
Los números no dan tregua y encima, Europa aparece dividida cuando de buscar soluciones se trata. Holanda y Alemania no transigen con las peticiones de Italia y España, países golpeados donde los haya. Hay más de nueve mil altas en nuestro país pero la situación sigue siendo crítica. Así lo expresamos temprano en el programa de Miguel Ángel González Suárez en “La 10 Capital Radio”,al que luego se accede desde ivoox.com en guasap.
Alguien coloca en facebook una foto muy antigua de la calle San Juan que, popularmente, siempre fue de las Tiendas. Vacía, apenas se ve a tres personas, de ellas dos niños. Si la obtuvieran ahora desde el mismo ángulo o desde la misma perspectiva, sería bastante similar, fisonomía y arquitectura aparte. Espacio y tiempo: las transformaciones… y las repeticiones.
La sensación es que nos han encerrado y han echado la llave”, dicen en Igualada (Catalunya), a la vista de las consecuencias del confinamiento. Que la Generalitat se desentienda de las peticiones urgentes que llegan habla por sí solo.
Las ventas en los supermercados subieron un 71 %. Acopio y alimentación, asegurados. Un hecho que se agradece es el control de acceso por parte del propio personal de los establecimientos. Las cajeras y otros dependientes mantienen las distancias, lo hacen ver.
Por la tarde, el grato descubrimiento de un grupo de portuenses que han fabricado una suerte de máscaras de protección facial que están siendo muy demandadas. En hospitales, sedes policiales, prisión, la distribución está siendo coordinada mientras la demanda no cesa. El talento portuense no se detiene ni en la pandemia. Hay que congratularse.
Aunque, por otro lado, el aviso del mando policial es inquietante: alerta ante los ciberataques. La estrategia de los desalmados, esa de aprovecharse, engañar y manipular a costa de las debilidades, no se detiene ante nada y ante nadie.
La noche trae un aguacero inesperado. Recordamos una clase de Alfonso Trujillo Rodríguez, a propósito del adecuado uso de las adversativas: “Era de noche. Y sin embargo, llovía”, era su ejemplo. ¿Qué pasa, no puede llover en la oscuridad?
Nueve fallecidos más en Canarias en un solo día. Qué tristeza.

viernes, 27 de marzo de 2020

TURISMO DOMÉSTICO


¿Cómo será el turismo después que pase la pandemia? No creemos que haya muchas personas en disposición de predecir, entre otras razones porque faltan certezas. Claro que en los silentes mercados, condicionados por la expansión del virus, habrá cerebros pensando para cuando llegue la hora de la reanimación. ¿Qué hacer? ¿Cuál será el escenario? ¿Cuáles las tendencias?

Convenimos en que nada será como antes pero cabe intuir que habrá otros esquemas de funcionamiento, tal como ya hemos expuesto, si bien es cierto que algo similar vaticinamos cuando la quiebra de 'Thomas Cook' cuyos efectos fueron minimizados de inmediato por el sector público y la turoperación apenas -por no decir nada- se resintió.

En plena fase de incertidumbre, pues, con establecimientos cerrados -quedan los de retén, a la espera de que salgan los últimos turistas de Canarias-, perdidos miles de puestos de trabajo, resentida la industria aeronáutica y las compañías marítimas replanteándose, naturalmente, rutas de cruceros y su correspondiente viabilidad, todo da a entender que habrá que tirar del turismo interior para poder levantarse. De hecho, algún intento -todavía tímido- de reactivarlo circuló hace poco por redes sociales, concebido más por patria chica y recurso propio para superar el trance que como solución estable a largo plazo.

Quedémonos con un nuevo concepto: las staycations, una voz inglesa que nace de dos conceptos: stay (estar, quedarse) y vacations (vacaciones), en español algo así como vacaciones en las que te quedas en casa, o sea, un período de tiempo en el que una persona, una pareja o una familia se queda en las proximidades de su hogar y participa en actividades lúdicas, festivas o culturales, muchas veces sin tener que pernoctar. Quedémonos porque es el que acuñan desde el Reino Unido por parte de la compañía especializada en datos y analíticas, 'Global Data', después de un estudio demoscópico elaborado en medio de la densa incertidumbre.

Responsables de la firma coinciden en señalar que la gente querrá seguir tomando vacaciones porque -razonan- no está dispuesta a renunciar. Sin embargo, ahora hará una valoración especial de la seguridad. En ese sentido, se planteará dónde se siente cómoda -sobre todo si son vacaciones familiares- y dónde más segura. La respuesta es sencilla: quedarse en su país, afirma Nick Wyatt, director ejecutivo de informes y análisis del sector turístico en la citada compañía.
Las staycations, pues, marcarían tendencia en esos hipotéticos escenarios del futuro. Téngase en cuenta, además, que países como Reino Unido o Alemania tienen una amplia cultura vacacional y disponen de una rica oferta en sus territorios, de modo que sus atractivos incentivarían, con adecuada promoción, lo que conceptuaríamos como turismo doméstico o turismo interior. Familiarizarse con el destino y la localización, conocer las infraestructuras, dotacionales y servicios queda muy al alcance.

Luego habrá que aplicarse en las islas, si la “solución” anglogermana funciona y se consolida. Recordemos aquella campaña de los años ochenta, “Canario, conoce tu tierra”, promovida por Dolores Palliser, consejera de Turismo del primer Gobierno autónomo presidido por Jerónimo Saavedra. Tenía otra filosofía, si ustedes quieren, pero sirvió para que muchos canarios, por primera vez, disfrutaran de vacaciones e hicieran turismo. Cuestión de reeditarla.

Día 12 de la alarma

Finalizó el pleno del Congreso de los Diputados a las dos de la madrugada. Aprobada la prórroga del estado de alarma solicitada por el Gobierno. Lo prioritario sigue siendo contener la pandemia, de la que no escapan los cuatro primeros mandos de la Guardia Civil, también contagiados. Otra noticia para desayunar es que los tests rápidos adquiridos para detectar el virus a una empresa china son insuficientes o incompletos. Algunos medios señalan que la empresa no tenía licencia. El Gobierno, a primera hora de la tarde, desmiente que esa partida hubiera sido adquirida en aquel país. O sea, engaño como a un chino.

El móvil sigue llenándose fácilmente de mensajería de todo tipo. Hay algunos graciosas y otros infames. Al mediodía, cuando los únicos habitantes de la plaza son hombres y mujeres que sacan a paseo a sus perros y quieren jugar con las palomas, las cifras hacen intuir una muy leve mejoría, o quizá sea más adecuado decir que son tantos los deseos de que cambie la tendencia que una reducción en la comparativa es apreciada así. Uno de los refranes de toda la vida que cambia con la pandemia: Dios los cría y ellos se contagian.

Julio Pérez ya ejerce como consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias. Compatibilizará los dos departamentos, el que ocupaba, Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, y Sanidad. El relevo, probablemente, tendrá secuelas: los socialistas tinerfeños cerrarán filas en torno a Teresa Cruz, seguro. Pero ahora mismo el horno no está para disquisiciones orgánicas. Pérez llegó a ser vicepresidente del ejecutivo autónomo, en cierta ocasión, cuando tras la censura a Jerónimo Saavedra, en 1993, hubo que recomponerlo. Le acompañamos cuando tomó posesión. Fueron pocos días, pero fue vicepresidente.

En algún guasap, el mensaje es ¡Fuera el miedo! En algún lugar, cuando suena el aplauso de las siete, alguien hace sonar por megafonía el himno de la Legión. Ya el otro día se escucharon gritos en plan arenga. Otro dislate, que haberlos haylos en medio de la penuria que padecemos. Aprovechados que son algunos.

El infarto que acabó con la vida de Santiago Morales Torres entristece el final de la jornada. Morales fue futbolista, delantero, ambidiestro. Jugó en Puerto Cruz, Spórting San José de Las Palmas y Canarias, de Venezuela. Era de la generación siguiente a los componentes de aquel Puerto Cruz llamado el pequeño Real Madrid, memorable expresión que poetizó Vicente Yanes. Morales marcó, de cabeza, el gol que adelantó a Puerto Cruz en la eliminatoria con el Real Madrid en el Campeonato de España de Aficionados de principios de los setenta. La reacción de aquel campo abarrotado fue increíble. Veloz y de remate contundente, en El Peñón era muy temido por los entrenadores de los equipos visitantes. Un linaje familiar futbolístico el suyo, padre y hermanos, todos jugaron el vieja cazuela portuense. En julio del año pasado, le tributaron un homenaje conjunto con Sebastián González Villavicencio. Descanse en paz.


jueves, 26 de marzo de 2020

EL CERO TURÍSTICO COBRA FORMA


La pandemia acarrea paradojas de relieve como que Canarias pasará de registrar las ocupaciones turísticas más altas de su historia al vacío más absoluto. El cero turístico va cobrando forma. A partir de las cero horas del viernes 27 de marzo, solo catorce establecimientos alojativos permanecerán abiertos en las islas, una vez se haya cumplido el plazo concedido por el Gobierno para su cierre y suspensión de la actividad turística, otra de las medidas concebidas para contener la expansión del coronavirus.
Los establecimientos, coloquialmente conocidos como 'retén', se integran en la relación consignada en la orden del ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana al ser declarados “como servicio esencial para atender a trabajadores que realicen obras de mantenimiento, asistencia sanitaria, reparación y obras, suministro o transporte de servicios esenciales”, mientras se mantenga la alarma.
En Tenerife, los establecimientos que se mantendrán de retén son Aparthotel Santa María, Aparthotel Lagos de Fañabé, Aparthotel Los Olivos, Apartamentos Brujas y Aparthotel Marisol. También han sido incluidos en la relación Apartamentos Los Telares, en La Gomera; y Apartamentos Boomerang, en El Hierro.
El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Apartamentos Turísticos (Cehat) y de la patronal hotelera de Tenerife (Ashotel), Jorge Marichal, discrepó con la relación, al haberse producido un desajuste entre las propuestas remitidas y la resolución final, por lo que ha solicitado a la ministra Reyes Maroto que reorganice y corrija las disfunciones.
Lo importante es, según el Ministerio, que ese retén funcione y se pueda asegurar la prestación de los servicios esenciales y proveedores necesarios para el abastecimiento de la población y el mantenimiento de tales servicios.


Dia 11 de la alarma
Piden una videograbación para resumir el posicionamiento de la Asociación de la Prensa de Tenerife sobre ayudas específicas para el sector de la comunicación solicitadas al Gobierno de Canarias. No estamos muy duchos en eso de manejar uno mismo los dispositivos pero sale. Desde casa. La inquietud en los medios es notable, ya hay avisos de regulación temporal de empleo. Precisamente, de lo que se trata es mantener a flote empresas y salvar puestos de trabajo. El periodismo es esencial en estos momentos.
Esta mañana del miércoles prosigue con una intervención en la tertulia que coordina Guillermo García Saavedra en Cope Tenerife. El testimonio telefónico de un paciente desde uno de los centros hospitalarios sobrecoge. La situación es crítica, está crítica. El virus muta a tal velocidad que se hace materialmente imposible imaginar soluciones. La noticia del confinamiento de toda la población de India empeora las impresiones.
El depósito de memoria del dispositivo móvil está sobrepasado. Entran los guasaps, en grupos o individuales, repartiendo imágenes, chistes, mensajes, críticas. El atleta Basilio Labrador, tan observador, tan atento, hace un parangón deportivo: “A ver si pasa pronto esta pesadilla de maratón imprevisto, colmado de cuestas y piedras. Me temo que nos pilló sin entreno y que costará muy mucho cruzar la línea de meta”. Definitivo, nada que añadir.
Antonio Muñoz Molina escribe un excelente análisis en El País, bajo el título 'El regreso del conocimiento', todo un mensaje. De lectura obligada. Más medios por la tarde. Conversación en directo con Narciso Ramos, al frente de un multimedia en el noroeste, Ycoden Daute Radio. El aplauso de las siete nos sorprende en pleno directo.
Apenas hay tiempo para seguir el pleno del Congreso de los Diputados que acuerda prorrogar el plazo de la alarma. Y ya de noche, la noticia de otra crisis latente, la de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias que significa el cese de Teresa Cruz y la asunción del departamento por Julio Pérez Hernández. La cosa se había complicado demasiado. Delicado trance: suerte a ambos.



miércoles, 25 de marzo de 2020

HORROROSA TECLA


Alguna tecla indebida debimos tocar, poco después de la medianoche, para que, ya concluida, la entrada de hoy desapareciera. No hubo manera de recuperarla, pese a numerosos intentos que terminaron cansando a los ojos, hasta desistir. Habíamos escrito sobre el consumo televisivo disparado por la pandemia, con datos de la consultora Barlovento Comunicación que había procesado la agencia de noticias Europa Press y que habrá que recuperar. Y después, la parte dedicada a las impresiones personales y locales en estos diez días ya de guardar casa, tal como han indicado las autoridades. Esa sí que no es recuperable. Lástima. No saben ustedes bien el dolor que sobresale cuando sucede una cosa así, sobre todo si el trabajo ya está terminado y queda programado para la visita de los fieles u ocasionales lectores (Entre nosotros: en otra época, la de venablos y denuestos que salían, asustaban. Ahora, sobrepasada la medianoche del décimo día de la alarma, los impulsos se pierden en el teclado y en el ejercicio mental de la repesca de lo escrito mientras vence el sueño reparador. Mañana será otro día).

Así que alguna tecla, horrorosa tecla, debimos tocar -indebidamente, claro- que la producción se evaporó en un santiamén. De lo que almacenó la memoria, queda

Día 10 de la alarma

La ausencia de niños en las calles entristece aún más su vacío. ¿No les echan de menos? Sus gritos, sus exclamaciones entre voces aflautadas que acentúan la ingenuidad y la inocencia, están entre paredes que las resguardan. Cuando salgan nuevamente parecerán conquistadores y los predios serán suyos, aptos para gozar de sus sonrisas. Así sea.

Los escenarios futuros, en cualquier caso, serán complicados. Pensamos en los profesionales del periodismo y la comunicación. Lanzamos, desde la Asociación de la Prensa de Tenerife (APT), un llamamiento para evitar la pérdida de empleo y el cierre de empresas. Se trata de demandar al Gobierno de Canarias un plan de ayudas específicas para alcanzar esas dos metas que, en realidad, entrañan un gran objetivo: mantener abiertos los canales de información durante la crisis. En situaciones así, lo hemos escrito, es cuando se mide la responsabilidad y la función social del periodismo. En tiempos de precariedad, de insuficiencia de recursos, de feroz competencia, y ahora, de penurias y dramas que afectan a la salud, a la vida misma, se hace más importante esa función. 

Crisis en la consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias. En otras crisis y en otros conflictos, la unidad de acción era decisiva. Cuando se abrían fisuras, se ponía de relieve la debilidad. Hay que ver la facilidad con que se olvidan los antecedentes de la historia. Se ve que no aprendemos.

No habrá llama, no habrá Juegos Olímpicos. Los atletas tendrán que esperar. Es probable que sus programas de preparación se hayan hecho añicos.

Las cifras de la jornada siguen siendo desoladoras. La de personajes famosos, la de amigos y allegados que van cayendo y que no han podido resistir. Entretanto, las redes sociales son un hervidero, el escenario de una batalla que no esperó y donde se prolongan absurdos rencores en las circunstancias que concurren.

Horrorosa tecla. También puso a prueba la memoria. Retiró lo escrito. Ya solo quedan los restos del naufragio.

martes, 24 de marzo de 2020

CUANDO EL SUFRIMIENTO LES PARECE ESCASO...


A algunos les parecerá aún escaso el sufrimiento del mundo entero con la pandemia. Por eso, han propagado, con iniquidad desbordada, otro virus, este de naturaleza informática que, según explicaciones policiales especializadas, se transmite como información adjunta en correos electrónicos dirigidos a sanitarios. Se trata de inocular y alterar el funcionamiento del sistema informático de los centros médicos y hospitalarios. ¿Cómo lo hacen? Sencillamente, corrompiendo la información. Luego solicitan un rescate para recuperarla. Y ahí te quiero ver. Los expertos han recomendado lo que suele hacerse: ante cualquier envío sospechoso, lo mejor es no abrirlo.

Bueno, pues otro aspecto de la guerra. Los aliados del enemigo saben a lo que juegan. Cuánta maldad.


Día 9 de la alarma

Da igual que estemos en primavera. El invierno llegó tarde, Con sus f´rios, sus nieves y sus lluvias. Empieza otra semana de zozobra, otro día haciendo esfuerzos para superar el pesimismo. O el escepticismo. O el derrotismo. El caso es que, circunstancias meteorológicas al margen, nos vamos imbuyendo de esa idea que esto es una guerra y, por tanto, hay que comportarse como sujetos que están en ella. Con sus riesgos y todo lo demás. Las cifras de bajas, por cierto, siguen siendo desoladoras. Da igual que estemos en primavera.

Un adiós a Benito Joanet, el arquero que aparecía en cromos que coleccionábamos y el entrenador que llevó al Tenerife a Primera División al cabo de unas cuantas décadas después de una épica eliminatoria con el Real Betis Balompié, reforzado, recordamos, por un comentario de lo más desafortunado del periodista Antonio Burgos aparecido el mismo día del encuentro de vuelta en el que los tinerfeños arrancaban con cuatro goles de ventaja.

Se lo llevó también la pandemia cuyo tratamiento y cuya gestión, desde el punto de vista de atención sanitaria, se antoja cada vez más complicada. En todo el mundo. ¿Le dirá alguien a Boris Jhonson aquello de 'a buenas horas'? ¿O ese refrán no tiene traducción en el idioma universal?

Al mediodía, el tañido de las campanas de la Peña y de San Francisco se funde con los aguaceros que inundan las calles, como queriendo enterrar el bullicio que las caracterizaba desde muy temprano hasta hace poco. Ahora, es el paso de unidades militares o policiales, incluso por Quintana, y el de clientes de farmacias o supermercados, lo que rompe una imagen que ya se ha hecho rutinaria. ¿Dónde estás bullicio?, se estará preguntando más de uno.

Igual se encuentra en los infinitos mensajes de guasap que circulan a todo trapo. Hasta han recuperado la canción Primavera que, según cuentan, se convirtió en una especie de himno que los presos republicanos entonaban, para darse ánimos, en su cruel encierro en las prisiones de Fyffes. Es una versión del grupo folklórico realejero Tigaray que ha llevado por toda la geografía insular. Ahora sirve para animar este encierro de nuestros días.
Mucho más después de leer el artículo de Juan Luis Cebrián en El País, titulado “Un cataclismo previsto”, en el que saca el as de bastos al sugerir que los ciudadanos demanden al Gobierno cuando la pesadilla haya terminado. Ya se olfatean las odas a Cebrián en el frente que lo ha venido reprobando y condenando desde hace años. Vueltas que da el coronavirus. Cuando se haya ido, seguro que nos envolverán las sombras, con permiso de Chavela Vargas.

El paisano y maestro Juan Cruz Ruiz reivindica, en una sustanciosa tertulia en la televisión pública, la filosofía en la política, a propósito del perfil y del pensamiento del ministro de Sanidad, Salvador Illa. Qué bueno sería, convienen los invitados, que los gobiernos tuvieran más filósofos en su seno. Illa no pierde un minuto en polemizar con otros dirigentes o representantes institucionales: él, a lo suyo, a explicar las razones y el alcance de las medidas. Para eso es filósofo.

Suspenden el campeonato nacional de la Liga de fútbol. Polémica al canto: quién será el campeón. ¿O queda el palmarés desierto? El aplauso de las siete ya es entrañable. Suena luego, desde un lugar invisible, una armónica. “La vie en rose”, otra canción de primavera. Pero no hay espacio para la distensión ni las alegrías. Es una pandemia, ¿lo saben, verdad?

lunes, 23 de marzo de 2020

ELEMENTOS A LA ESPERA


Si antes de la crisis -cuya dimensión está aún por ajustar- ya era difícil predecir lo que iba a suceder en un plazo de cuatro o cinco años en el sector turístico y en la industria hotelera, particularmente, ahora es prácticamente imposible. La cosa se ha complicado tanto que, salvo convenir en que ya nada será como antes y que los esquemas de funcionamientos serán otros, es difícil imaginar primero los fundamentos de la recuperación y luego, su ensamblaje y su engranaje hasta alcanzar la velocidad de crucero. Ya hubo un toque de atención cuando la quiebra de 'Thomas Cook' pero como el sector público apenas dio margen para repercusiones traumáticas -pese a tener encima la martillo del brexit- todo discurrió como si nada hubiera pasado.
Lo cierto es que la conjunción de nuevas tendencias y nuevas tecnologías, unidas a la implementación de movimientos financieros, hacían presagiar cambios hasta en la mismísima turoperación. Pero ahora, cuando menos, habrá que esperar. Hay un margen para la observación, la investigación, el estudio y el análisis: es de esperar que lo aprovechen porque tratándose de un sector dinámico, la gestión requiere agilidad, máxime si va a haber innovaciones. Hasta que se consoliden, puede que transcurra un tiempo largo.
Lo que se venía diciendo hasta hora por parte de los expertos y de los avanzados a la hora de vislumbrar las tendencias del negocio es que sería indispensable un mejor aprovechamiento de los datos para fijar una política de precios. También anticiparon que habríamos de asistir a fusiones en tanto que las mismas conllevarían una mayor fuerza de marcas frente a hoteles independientes.
El manejo de los datos permitiría, según algunos expertos, “mantener el poder de fijación de los precios frente a una fuerte demanda”. Teóricamente, los operadores dispondrían de un campo amplio para actuar en los mercados con criterios sólidos de aumentar los ingresos. Claro que no debemos olvidar otros factores que incidirían en esos objetivos, como la inflación y la política fiscal de los países, así como la confianza de los consumidores y hasta las tasas de desempleo. Reiteramos: se trata de economías que hay que recomponer.
Algunas previsiones de los expertos que manifestaron su opinión señalan -mejor dicho, señalaban- que se aspiraba a un nivel de ocupación récord en 2023, lo cual, de consumarse, propiciaría un mayor poder de fijación de precios durante los dos años siguientes. Esos mismos expertos anunciaron un crecimiento proyectado del 3 % por años en la tasa promedio diaria. Pero, insistimos: esos cálculos, probablemente, a estas alturas, ya sean papel mojado. Cuando menos, será necesario revisarlos.
Ya veremos si en el nuevo escenario crece la idea de las fusiones, en tanto que sí son factibles nuevas marcas asociadas a productos específicos, al relax, las experiencias familiares o la diversión y el asueto de estancias variables. En ese contexto, no descartemos la extensión cualificada de la fórmula “Todo incluido”.
Pero ahora todas esas estimaciones, más las derivadas de las inversiones y el rendimiento de la gestión hotelera inteligente a cargo de empresas que buscarán una mayor eficiencia en todos los órdenes, son elementos a la espera. Aptos, vale, para seguir planificando el panorama que aguarda al turismo y sus industrias en los próximos cinco o diez años.
Pero que no se pierda la atención, ¡eh!

Día 8 de la alarma
Cuando la jornada termina con la noticia del positivo de Ángela Merkel, comprobamos no solo la fragilidad del ser humano ante el virus sino que este golpea indiscriminadamente. Deberían reflexionar todos aquellos que siguen empeñados en tesis radicales que no son más que un ataque político irracional en medio de la batalla. Pero noticia es también la prórroga en nuestro país del estado de alarma, hasta el 11 de abril, previa aprobación del pleno del Congreso. Y Colombia ya vive su tragedia con sello carcelario.
El virus habita ya en los cinco continentes. Y hoy domingo, Día Mundial del Agua, mientras aquí llueve copiosamente, hay que imaginar a los miles de personas que todavía no tienen acceso al agua potable. La malaria estará a sus anchas ¿o dudará en competir con el coronavirus?
Cuando a media tarde -¡qué lentas discurren las horas!-, los ensayos de un tenor o un barítono en un edificio cercano se hacen más notorios porque el silencio los impulsa o acentúa, se sabe que los Juegos Olímpicos de Japón van camino de su aplazamiento, pensamos en esfuerzo estéril de los deportistas. Se quedan, nos quedamos, sin el citius, altius, fortius que los sanitarios españoles han convertido en indesmayable.
Y los miiltares de ejemplar y leal desempeño, capaces de levantar un hospital en un tiempo récord, merecedores igualmente de una ovación de gala.
Las madres, las suegras y las abuelas intercambian llamadas y guasaps preguntándose qué van a hacer en otros quince días de confinamiento. Eduardo Solís, veterano profesional turístico todavía exhibiendo músculo experimentado con su calínico, lo tiene claro: las penas con timple e isas, son menos penas.


domingo, 22 de marzo de 2020

AQUEL BICHO DE GODÍNEZ


2009 fue el año de un severo riesgo universal, la denominada gripe A, de la que también salimos, no sin coste, desde luego. El impacto social de entonces fue la aparición de facebook, la red social. En septiembre de 2009, fue recordado -no se sabe muy bien por qué´razón- otro hecho que, en su momento, años setenta del pasado siglo, produjo un revuelo popular. Se trataba de un fenómeno natural de difícil explicación. Escribimos entonces:

Se registró en el barranco de Godínez, término municipal de Los Realejos, en las cercanías de la antigua carretera general del norte que conducía hasta Icod y Buenavista.
Alguien que una noche cruzaba a oscuras el barranco escuchó una especie de respiraciones. Se asustó, echó a correr y al día siguiente lo contaba a familiares y amigos.
No hizo falta mucho para que la curiosidad se agigantara y comenzara el desfile hacia Godínez. Gentes del pueblo pero también venidas de localidades cercanas, principalmente del Puerto de la Cruz, se concentraron en los márgenes de la carretera y en los senderos que conducían al fondo del barranco para especular y dar su particular versión. Horas y horas, hasta bien entrada la noche, Godínez fue ruta de curiosidad y peregrinación.
Las respiraciones eran una especie de desahogo, lo que entenderíamos como un escape, como un soplido. En la segunda ocasión, al coincidir con la erupción del volcán Teneguía, en La Palma, se quiso encontrar ahí la razón de aquellos soplidos o de aquellos extrañísimos desinflamientos. Allí estuvimos varias noches y así lo sentimos.
Pero la leyenda cobró otros derroteros.
A la hora de ofrecer explicaciones, llegó a hablarse de los jadeos y del éxtasis de una pareja que exteriorizaba su placer de forma digamos tan desaforada. Hasta se hizo recuento de criaturas nacidas al cabo de nueve meses para señalar que se aprovechó el fenómeno para hacer el amor en cualquier cueva o rincón del barranco. Una venta localizada al borde de la carretera agotó las existencias de vino y carne de cabra.
Desde el Puerto de la Cruz se organizaron verdaderas excursiones. En una de ellas, uno de los hermanos Pérez, mecánicos de pro, llevó una batería y un potente foco supuestamente para alumbrar los pasajes más recónditos de Godínez y poder disparar sobre el bicho.
Porque alguien apuntó la posible existencia de un animal, de un avechucho, recién nacido, malherido o atrapado en el follaje o en algún hueco del barranco como causa de aquellas respiraciones que llegaban a producir escalofríos en las mujeres y en muchos hombres.
Allí nació la leyenda del bicho. El bicho del Realejo o el bicho de Godínez. El periódico 'La Tarde' se hizo eco en varias ediciones de la controversia. Fueron unos reportajes deliciosos.
Y allí quiso disparar el popular Gilberto Hernández, a quien Manolín González, si no estamos errados, había provisto de una escopeta de balines. Se lo pasó muy bien con el mecánico Pérez a su lado, a quien ordenaba la orientación del foco.
Gilberto tuvo en Godínez una de sus genialidades: el padre Rubén, animado por las historias que le llegaban a su parroquia, se acercó una noche para comprobar qué había de serio en todo aquello. El cura trataba de explicar algunos fenómenos geológicos para hallar similitudes hasta que Gilberto le interrumpió:
"Para mí, padre, que se trata de un alma en pena que está vagando en el infierno y quiere salir aunque esté abrasado".
"¡Hombre, Gilberto! No diga usted eso, deje el infierno tranquilo que bastante dolor tienen los que están allí!, replicó el padre Rubén, mientras Gilberto y acompañantes contenían las ganas de la carcajada.
En la oscuridad de la noche, apareció también Gregorio Ávalos, un pintor acuarelista, precursor del cabello largo de The Beatles y que intentó en cierta ocasión suicidarse en Las Cañadas con un tubo de aspirinas. Tenía una peculiar forma de hablar, muy castellanizada:
"¡Jesús, qué oscuro está esto!".
En ese momento, el mecánico Pérez encendó el foto y lo dirigió al rostro del artista:
"Soy Avalos, el pintor, ¿no me reconocen?".
Se pedía y se guardaba silencio cuando se escuchaban las respiraciones. Alguien pretendió grabarlas pero no tuvo éxito. Algunos guardaron posiciones estratégicas, en las proximidades de los "núcleos de emisión", como para localizarlos y salir de dudas. Hasta que el silencio se veía alterado por un grito:
"¡Galano!, échate un metro p'abajo, muchacho, a ver si sale el bicho y te pica".
En las páginas de 'La Tarde' de aquellos días debió quedar reflejada la opinión del catedrático Telesforo Bravo, quien negaba la posible respiración de aquellos extraños ruidos con la erupción volcánica de La Palma.
Centenares de personas se agolparon en la carretera, el hombre de la venta debió hacerse rico con el chorizo y la carne de cabra, alguien se quedó con las ganas de disparar y cobrar pieza, puede que alguna pareja haya aprovechado la ocasión para unos arumacos o algo más, puede también que algunos hayan "visionado" al bicho... pero lo cierto es que la popularidad del fenómeno fue decreciendo a medida que pasaban las fechas y allí, en Godínez, no pasaba nada.
Pero en la pequeña gran historia del municipio quedó este episodio, tan peculiar y tan popular. Tal fue así que aquel barranco (con el paso del tiempo y el trazado de la nueva autovía del norte, más aislado o más lejano) recibió, naturalmente, el sobrenombre: barranco del bicho.
Otro bicho, más letal y dañino, poco dado a las bromas, es el que ahora mismo nos tiene a mal traer.

Día 7 de la alarma

Siempre hay desalmados en situaciones como la que va a cumplir una semana. Los que se aprovechan de las debilidades y las carencias. El hotel colindante ha cerrado ya sus puertas y eso también debe haber favorecido la acción de los amigos de lo ajeno que hace dos madrugadas rompieron las puertas acristaladas de una tienda de telefonía y se llevaron quince unidades. Lo venimos a saber en las primeras horas de este sábado en las que un perro escapa por segundos de su dueño para ahuyentar a las palomas que se mueven a sus anchas en la superficie de la plaza.
En esa tienda, a la que acudimos en busca de una solución para el guasap bloqueado, no pudieron antendernos, así que hubo recurrir a las manos expertas de la hija para salir del trance y poder seguir utilizando esa aplicación de comunicación móvil, colmatada, por cierto, pues el dato de tráfico circulante en Canarias, como registramos ayer, es escalofriante. Lástima de tanto mensaje hiriente y de tanto bulo. La de energías mal empleadas.
Que tomen nota de cómo se puede contribuir a sobrellevar el trance accediendo a la canción de la murga portuense Los Cascarrabias. Un mensaje de creatividad, ánimo y esperanza. Muy bien esa iniciativa.
Dos helicópteros militares sobrevuelan bajo. Deben seguir las inspecciones. Llegan hijos de padres y madres del Puerto de la Cruz afincados en la península, no sin agobios producto de las cancelaciones de vuelos y de las inevitables restricciones dispuestas por las autoridades.
Las calles siguen vacías. Transeúntes aislados rompen la estampa a la que nos venimos acostumbrando desde el sábado. Las cifras de hoy confirman que lo peor está aún por llegar. Informaciones de amigos coinciden en señalar que lo mejor en situaciones de crisis es no producir ni alimentar fisuras internas. Algo de eso debe estar ocurriendo en el Gobierno de Canarias. Si hay medidas correctoras, que sea para bien.
El presidente Sánchez comparece por la noche. Austero y con temple, con realismo. Pero mucho nos tememos que mucha gente desaprobará su intervención. El Telediario de RTVE, nada más terminar el resumen, rubrica con las primeras imágenes de la cacerolada que habían convocado quienes optan por un presunto rédito político.
Lo de siempre, m'ijo, lo de siempre”, como aquella respuesta de aquel policía municipal lagunero que aguardaba la llegada de Luis Álvarez Cruz y le preguntaba: “¿Qué traerán los periódicos mañana, don Luis?”.