lunes, 29 de febrero de 2016

SAIGÍ, TORNEADO EN MADERA

En un abrir y cerrar de ojos -o en un pispás, que se dice ahora-, Rafael Saigí convirtió su ‘hobby’ en pasión. Una suerte de flechazo, un enamoramiento súbito con el brezo, el palosanto, el jinjolero, el olivo y la sabina canaria, o sea, con todo aquello enmaderado extraído de especies arbóreas, que fue moldeando con gusto y fruición hasta obtener resultados únicos y verosímiles.
         El maestro artesano expone nueve obras en una de las estancias de La Ranilla Arte-Cultura, un espacio cultural cuyos mentores se afanan en proyectar contribuyendo, como otros establecimientos privados, a liquidar viejos atavismos que caracterizaron el popular barrio de antiguos pescadores y gente de modesta condición social hasta tópicos injustos y exagerados, fruto del empeño de quienes, aún sin conocerlo, hablaron y escribieron de oídas. Hay que ponderar el esfuerzo de aquéllos en completar la dotación y ofertarla como un espacio abierto y dinámico en el que sea posible crear atracción y hábitos. Pueden lograrlo.
         Para entender el torneado en madera, probablemente la mejor definición sea la del artesano británico Phil Irons: “Una de las ocupaciones manuales que puede comprometer al mismo tiempo la mano, la cabeza y el corazón: la combinación del trabajo manual con la necesidad de contar con una vista aguda y el puro placer de crear un objeto bello y útil a partir de un trozo de material en bruto. Es algo difícil de superar”.
         Pues bien: se diría que Saigí interpreta al pie de la letra, el pensamiento de Colins. Su obra, ya madura y experimentada, es el fruto de su identificación y de su amor por la naturaleza. Es un autodidacta, reúne la suficiente humildad para reconocerlo y para esmerarse en el torno. Desde que tomó contacto con éste, su vida se orientó a la consecución de acabados originales tras un tratamiento paciente que posibilita, suplementado por el uso manual de la cera para pulir e impedir que la polilla acampe a sus anchas, y así obtiene ‘Torneado en madera’ (título de la llamativa exposición), instrumentos musicales, lámparas, relojes y bernegales que plasman un quehacer tan ingenioso como sutil.

         Rafael Saigí, uno de los habituales en Pinolere, la gran feria de artesanía de esta tierra, donde es respetado y admirado con su torno y su producción, brilla con los elementos vitales y artísticos que condensó Colins. El Espacio Saigí es consecuencia de aquel flechazo, del acercamiento a la máquina cuyas palancas, cilindros, ruedas, bielas y cigüeñas no solo maneja con solvencia sino con un fino sentimiento creativo artesanal que cualifica en cada obra nueva. Se nota.

sábado, 27 de febrero de 2016

AMISTAD CON DÜSSELDORF

Vaya por delante que siempre satisface comprobar que se da continuidad a iniciativas o hechos promovidos en el ejercicio de responsabilidades públicas. Sobre todo, cuando ello permite estrechar relaciones humanas y consolidar promociones beneficiosas para el interés general, en este caso de un destino turístico. Solo tenemos, pues, que congratularnos.
Así ha sucedido recientemente con el intercambio carnavalero entre Düsseldorf, capital de Renania-Westfalia (Alemania) y el Puerto de la Cruz, que ha cumplido ya cuarenta y cuatro años en los que ha sido posible proyectar directamente las excelencias del destino y la creatividad del Carnaval, así como estrechar relaciones institucionales y turísticas, tanto del sector público como privado. El actual gobierno municipal, presidido por Lope Afonso, en ocasión de la visita de la delegación tinerfeña a la ciudad alemana -en la que, por cierto, por primera vez no hubo representación del Cabildo Insular- aprovechó para renovar la declaración "para el desarrollo de las relaciones de amistad", firmando con el actual alcalde de Düsseldorf, Thomas Geisel.
Desde el ayuntamiento portuense se emite una nota informativa sobre el particular, en la que no se alude a los antecedentes y de la que textualmente reproducimos:

"Ambas partes se comprometieron en profundizar en mayor medida las relaciones entre ambas ciudades, mediante el intercambio de experiencias e informaciones en el ámbito del carnaval, para el cuidado de las tradiciones, a fin de fomentar la relevancia que tienen este hermanamiento tanto para la ciudad de Düsseldorf como para el Puerto de la Cruz. 
Este nuevo acuerdo de ampliación y profundización de las relaciones amistosas en el ámbito del carnaval tendrá una vigencia de tres años desde su firma.
Para el alcalde de Puerto de la Cruz, Lope Afonso, “la renovación de este acuerdo permitirá incrementar las relaciones con el pueblo alemán, que a buen seguro repercutirá positivamente en nuestro municipio con la llegada de más turismo de una región tan potente económicamente como la de Renania del Norte-Westfalia, tal y como viene sucediendo durante estos 44 años de vigencia del mismo".
Nos permitimos recordar, simplemente, sin otro ánimo que el de informar y hacer honor a la historia y a todas las personas que han intervenido en la ejecución de ese intercambio durante casi medio siglo, que los antecedentes de esa declaración de amistad ahora renovada se registraron con la rúbrica, en marzo de 2003, cuando ejercíamos la alcaldía junto al alcalde mayor de Düsseldorf, Joachim Erwin, ya fallecido.
Aquí están las pruebas: reproducción del documento suscrito y publicación en el programa oficial del Carnaval de Düsseldorf de 2004. Si se quiere mejorar la visualización, basta con clicar sobre la superficie de los documentos.

con 



viernes, 26 de febrero de 2016

EPIDEMIA DE CORRUPCIÓN

La corrupción en nuestro país tiene un coste. Lo ha dado a conocer laSexta.com citando fuentes de universidades y de la Cámara Nacional de Mercados y Competencia: ochenta y siete mil millones de euros al año. La cantidad, naturalmente, es más que suficiente para enjugar los recortes producidos en sanidad, educación o dependencia.
Algunos de los datos aportados por el citado medio son escalofriantes: más de la mitad de lo defraudado, unos cuarenta y siete mil seiscientos millones de euros se corresponden con sobrecostes en la Administración General del Estado, o lo que es igual, consecuencia de las deficiencias en la fiscalización de las contrataciones públicas. Los otros cuarenta mil millones son los que suman en las múltiples formas, directas e indirectas, que tiene la corrupción.
Un experto en prevención de blanqueo de capitales consultado por el medio, Juan Carlos Galindo, cuantifica el caso Malaya en dos mil millones de euros; el de los ERE andaluces en mil doscientos y el de la familia Pujol en unos tres mil millones de euros. El propio Galindo indica que si las restricciones en dependencia superan los mil doscientos treinta millones de euros y las registradas en sanidad son incalculables, “las cifras dan de sobra para recuperar el Estado de bienestar”.
Hay un promedio de siete personas detenidas diariamente por casos de corrupción. En los últimos cuatro años, un total de siete mil ciento cuarenta, o sea, una auténtica epidemia de corrupción que cuesta más de quinientos euros anuales a cada español, cantidad que es fácil deducir que sigue creciendo si la media mensual es de diez casos detectados. El pasado mes de enero, recordemos, fue destapada la Operación Taula, estalló el asunto Acuamed y empezó a cobrar cuerpo la presunta financiación ilegal del Partido Popular de Madrid.
La corrupción, como no puede ser de otra forma, es perseguida, de modo que en la última legislatura fueron detenidas siete mil ciento cuarenta personas. Según reconoce el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, mientras en 2010 hubo trescientas ochenta y nueve detenciones, el año pasado se elevaron a dos mil cuatrocientas cuarenta y dos.
Más registros: trescientos sesenta y seis delitos de corrupción en 2010; y en 2015, fueron conocidos mil ciento ocho. Desde 2013, se ha superado el medio millar. Las tramas no se detuvieron, desde luego.
Y los hechos donde acampa la corrupción: fraude a la Seguridad Social (más del 16% de los casos), seguido del cohecho, la prevaricación y el fraude a la Hacienda Pública, con más un de un 8%.

Una epidemia, vaya que sí.

jueves, 25 de febrero de 2016

PAÍS DE PITADAS IMPUNES



Son tantos casos y tantas situaciones inexplicables las que se registran en el país, está tan agotada la capacidad de asombro, que el hecho no debería producir perplejidad: es curioso lo nuestro, ahora resulta que silbar, abuchear o pitar el himno nacional ni es delito ni es falta ni es nada. El juez que estudiaba el caso de lo ocurrido el pasado mes de mayo, en la final de la Copa del Rey de fútbol, en presencia del jefe del Estado (y de la visible sonrisa mefistofélica del ex presidente de la Generalitat), decidió el sobreseimiento de las actuaciones. En base a la libertad de expresión. La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha recurrido en apelación y considera “precipitado y un tanto inmaduro” dicho sobreseimiento.
Es llamativo. Y antes de entrar en apreciaciones de la que parece inútil controversia jurídica (la Fiscalía también quiere que se investigue ahora al Fútbol Club Barcelona y la entidad promotora de la ¿protesta?, Catalunya Acció), planteemos los contrastes. Los símbolos están para ser respetados,  especialmente en actos públicos, sea de la índole que sean. No puede ocurrir que mientras en las manifestaciones deportivas, especialmente, los participantes entonen el himno nacional de su país y una buena parte de los espectadores, puestos en pie, también lo hagan, aquí la interpretación se reduzca al abucheo y a la silbada. No puede ocurrir que mientras muchos deportistas, tras alguna conquista, individual o colectiva, se acerquen hasta un banquillo o un graderío para hacerse con una bandera de su país y lucirla en las primeras celebraciones de júbilo, aquí la española sea vilipendiada.
Son esas paradojas que no tienen justificación. Por ejemplo: ¿habrá mayor contrasentido que los aficionados al Fútbol Club Barcelona rechacen la enseña nacional y luego aplaudan al jugador Luis Suárez cuando éste da la vuelta a la cancha envuelto en una bandera de su país, Uruguay? Seguro que hay otros ejemplos similares.
Pero bueno, somos como somos y en aras de un sagrado principio como es la libertad de expresión se puede hacer hasta eso, que, según un magistrado, no pasa nada. ¿Qué de extraño tiene entonces que en pantallas tanto legales como ilegales, altavoces fuera de ordenación y en redes sociales se insulte y se amenace?
Qué país. De pitadas impunes… y absurdos kilométricos.

miércoles, 24 de febrero de 2016

DE UNA ENCUESTA TELEVISADA



El programa ‘El Intermedio’ (La SextaTV) insertó en su edición de anoche una encuesta con estudiantes a los que se preguntaba qué sabían o recordaban del 23-F. Las respuestas, casi todas, eran desoladoras, reveladoras de una preocupante ignorancia. Cuando una interrogada dijo que le parecía que Antonio Tejero era un actor (y no lo dijo con segundas, evidentemente), y otro creía recordar que Franco tuvo que tomar medidas, ya se rompen todos los esquemas. Curioso: el reportaje se emitía después de una entrevista con un periodista que aportaba un testimonio novedoso sobre aquel insólito suceso que pudo haber dado otro vuelco a la historia de España: su tesis es que Gutiérrez Mellado fue el único que se percató de la desigual vestimenta de los guardias civiles actuantes, probable razón de una recluta (o similar) precipitada y de una obediencia a quienes no eran sus mandos naturales, a los de la unidad a la que teóricamente pertenecían. Es decir, frente a la ignorancia (y la indolencia), otra nueva prueba de que aquel infausto hecho aún tiene pliegues que descubrir.
Pero, bueno, grave problema el de una sociedad desmemoriada. No es de extrañar que se conduzca de ciertas maneras cuando desconoce hasta su pasado más reciente. Los estudiantes se suman a un fenómeno inquietante, ya saben, los pueblos condenados a repetirlo.
Por eso, aunque parezca de una pesadez infinita, hay que reeditar cosas y ediciones, hay que evocar, hay que repasar y acudir a las fuentes para no ser insensibles y para tener claro que hay acontecimientos que obligatoriamente tienen que ser conocidos, desvestidos, analizados y procesados. De la forma que sea, en clase, en exámenes, en ejercicios prácticos o en tertulias, vaya. El desinterés, en este caso, es reprochable desde todos los puntos de vista.
Muy poca conciencia histórica acreditan los españoles más jóvenes. Y hasta los propios medios de comunicación deben reflexionar sobre el particular cuando sus producciones y artículos de consumo informativo están pasando tan inadvertidos. ¿Es de extrañar, entonces, que las leyes de memoria histórica, que el rescate o traslado de archivos documentales y las iniciativas o las investigaciones sobre acontecimientos pretéritos, pasen tan inadvertidos?
Lo dicho: un intento de golpe de Estado, ya en los años ochenta, con prensa libre, en plena expansión de medios audiovisuales, no puede ni debe ser ignorado o desconocido de forma tan clamorosa. Se diría que la encuesta podría estar manipulada, que publicitaron todas las respuestas de ese tenor, pero no parecía, ¿eh? La impresión es que si ese hecho, el intento de golpe, ha dejado tan escasa huella intelectual, cómo será con otros casos.
Pensar que hubo un tiempo en que había que memorizar la lista de los reyes godos…   

martes, 23 de febrero de 2016

PENÚLTIMAS TENDENCIAS

Hay que producir contenidos para cualquier pantalla. Esa es la conclusión a la que se llega tras un análisis sobre tendencias del periodismo para el presente año, realizando en un ‘hangout’, esto es, una aplicación de mensajería instantánea de la que destaca su sistema de llamadas telefónicas y de videoconferencia. En plural, ‘hangouts’ es una funcionalidad incluida en la plataforma Google+.

         Se pone de relieve, por tanto, que tanto el soporte móvil como el video se convierten en auténticos retos para el periodismo de nuestros días y del futuro. Eso significa que estamos ante una innovación que exige una pronta asimilación o adaptación teniendo en cuenta lo que va a repercutir, por ejemplo, en la recepción de información. Ahí cobran cuerpo las notificaciones concebidas para eso, para recibir información. Saber que tan solo The New York Times cuenta con una sección de once profesionales dedicados a elaborar y programar notificaciones nos aproxima a la importancia de esta herramienta. En efecto, el uso de notificaciones para disponer de ese tipo de información se duplicó el pasado año en numerosos países, tal es así que algunos autores se plantean conceder a las notificaciones el rango de nuevo medio.

         Por lo que concierne a los avances del denominado video on line y para dispositivos móviles, empieza a sobresalir el sistema vertical. Y es que las firmas especializadas dedicadas al estudio de estas modalidades detectan que, tan solo en Estados Unidos, una tercera parte del tiempo dedicada a visualizar entregas en video se lleva a cabo en una pantalla vertical. Hace seis años, apenas era un 5%. Este otro dato confirma la tendencia: la plataforma de Internet Youtube, que permite a sus usuarios subir y ver videos, aumentó en 2015 un 50% las visualizaciones verticales. A este ritmo -los registros de otros portales son mareantes- está claro que no hablamos de un fenómeno pasajero.

         En el citado ‘hangout’ se habló también de los formatos envolventes, que consisten en acceder a videos elaborados en 360 grados para meternos de lleno en la realidad virtual. Si su crecimiento, como se ha indicado, es notorio, la incidencia en las redes sociales, mediante los formatos largos, empieza a ser considerable. Se consolidan, además, las aplicaciones de mensajería que no solo se utilizan para chatear sino que incentivan la producción y el intercambio de contenidos.

         Con todas estas opciones, desarrolladas en un intenso y vertiginoso proceso, está claro que hasta las mismas redes sociales ampliarán su radio de acción, es decir, no solo servirán como enlaces o meras interconexiones. Las plataformas habrán de animar a los editores a elaborar contenidos originales y específicos. El siguiente paso, por tanto, admitiendo que estas nuevas modalidades se convertirán en lugares comunes, es cómo atraer a la audiencia. Es un estimulante de la competitividad y de la competencia.

         Algunos de los participantes en esta aplicación terminaron preguntándose si es necesario tener aplicación propia. Surge ahí una dicotomía pues, por un lado, sus partidarios estiman que sufren menos bloqueadores de anuncios, facilitan el envío de notificaciones y la velocidad de ejecución sigue siendo mejor que la web móvil; pero, por otro, según ha podido probarse, los usuarios, pese a las descargas, apenas abren el 30% de las aplicaciones instaladas en sus unidades.

         En fin, tendencias de una nueva era para el periodismo, para el modus operandi de los profesionales y para el modelo de negocio. Una era en la que está obligado seguir aprendiendo y que resulta tan apasionante o más que las ya vividas.



lunes, 22 de febrero de 2016

CENSURAS

Los ayuntamientos de La Victoria (Tenerife) y La Oliva (Fuerteventura) han sido escenarios de mociones de censura, plagados, por distintas razones, de controversia cuya naturaleza responde a causas muy diversas -entre ellas, las jurídicas- que, en el fondo, ponen al desnudo los enredados intríngulis de la política local.
            Algunos vaticinamos, aún sin iniciarse el presente mandato municipal, que los propios resultados electorales y las características de las alianzas políticas forjadas en Canarias iban a propiciar un clima de inestabilidad en el ámbito local. A ello había que unir el comprensible pero insatisfactorio “pacto en cascada” que quiebra allí donde la tirantez y las diferencias (no solo las políticas sino también las personales) son preponderantes. En lugares pequeños, donde todos o casi todos se conocen, donde el ejercicio del poder político se ha hecho con abusos y con voluntades excluyentes, donde siempre hay una vez de la que acordarse y donde el encono habita incluso en familias, es difícil superar rencillas enquistadas y hacer que encajen las piezas, de modo que hasta las lealtades interpartidistas -siempre pendientes de un delgado hilo- se resienten sin remedio.
            Así, cuando se suma mayoría, cuando las partes están persuadidas, pese a los vericuetos inconfesables, se desemboca en el imprevisible y difícilmente controlable trance del pleno. En la historia política de Canarias se han registrado episodios con cargos públicos que se ausentaron de las islas, otros que fueron poco menos que obligados a volver bajo vigilancia y amenazas y hasta quienes hubieron de recluirse en paraderos ocultos y variables para sortear presiones y demás. Una censura es cosa seria, desde luego, y pese a que menudean y la experiencia debería servir para atemperar, qué va, cada moción es un sobresalto, al menos durante un tiempo.
            Los más recientes casos, además de liberar estados de ánimo y sublimar las tensiones políticas y personales, revelan limitaciones y capacidades para debatir. No es de extrañar que primen insultos y descalificaciones, que se traspase, en el fragor de las discusiones, el terreno político en perjuicio del personal. Afloran las miserias, en forma de descalificaciones e insultos, alentados en redes sociales y hasta en algunos altavoces sesgados o tendenciosos. Todo puede ser hasta ilógico: los incumplimientos, las deslealtades, la autocensura, la carencia o vaguedad de razones justificativas y hasta de las alternativas… Nada, ni apelaciones a la cordura ni reflexiones: al llegar al pleno, ya está la fruta vendida y si quedan unas pocas piezas, que se dirima en los tribunales, si es que a las partes quedan ganas de prolongar las incertidumbres y la inestabilidad. Pero el pleno, por muy accidentado y vergonzante que sea, se agota. Lo importante viene después. 
            Se procede a relevos y reorganizaciones, un volver a empezar que las máquinas administrativas, de todos los tamaños, acusan. Los ciudadanos también lo sufren. Y el paisaje, después de la censura, es el que es: unos, a demostrar que cristalizan las soluciones que aireaban y que sustanciaban la moción, acreditando que tienen que gobernar para todos y sin exclusiones. Y los otros, a saber fiscalizar, a renovar el compromiso de forma fehaciente y constructiva y a ganarse la confianza del pueblo con acciones y fundamentos coherentes.

            Si, de paso, censurantes y censurados, eliminan discordias y resentimientos, mejor. 

sábado, 20 de febrero de 2016

FORMAS Y CONTENIDO

Del diálogo que duró cuatro años entre Eduardo Díaz y Agustín Perera   -cuya firma es Ugade- cuajó Formas y contenido, el título de una muy sugerente y llamativa exposición inaugurada anoche en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias. Dividida en tres partes (obra digital, pinturas y grabados), la concepción parece sencilla: estamos dominados por las formas y toda forma tiene contenidos; no hay formas vacías pero sí puede haber contenidos vacíos.

        A partir de ahí, Ugade construye -con humildad confesada- su universo plástico, ese que brota para unir tierras o paisajes distintos y distantes. En los grabados centra las formas, aunque algunas veces aparezcan desdibujadas. Y en la creación digital quiso representar el viaje interno y  externo, el viaje físico y psíquico, es decir, el tránsito por la vida.

        En los veintiséis cuadros se advierte el esmero con que se tomaron el diálogo hasta concluir en unos resultados muy estimables. En esa vía digital, por ejemplo, una parte del viaje físico, a un país concreto, Irán, hay una conjunción de características entre la fotografía y el dibujo que, sometida a un proceso de fusión con muchos elementos en programas informáticos, da como fruto una realidad novedosa, pletórica de matices cromáticos.

        La pintura es matérica, con arenas y pigmentos, hasta identificarla con el paisaje más subyugante. Eduardo viene de Asturias y lo reconoce ahí: es como pasar de la “no-luz” (si se permite la expresión) a la luz plena. El diálogo, entonces, se vuelve sutil, impregnado de barnices que exaltan los valores étnicos y hasta los orígenes de los pueblos y de la vida misma. Las dos tierras son las dos abstracciones de la realidad; y el diálogo, el hilo conductor de una movilidad en el espacio y en el tiempo.

        Genoveva Perera trazó, en su texto de presentación, la percepción visual de Formas y contenido. Habló de un ejercicio continuado para visualizar expresiones plásticas. La colección, en su  propio desarrollo, es un acercamiento a realidades estéticas genuinas, con tres idiomas, con tres estilismos. “No debe existir la acomodación ni la monotonía”, vino a decir para explicar la idea de que la plástica es un medio más para comunicarse.

        Ugade experimentó con solvencia, desde la curiosidad y el análisis. Construyó, en libertad, un mundo fascinado por el naturalismo isleño entremezclado con paisajes cuya impresión digital  revelan la personalidad de quienes han querido que su diálogo de cuatro años, entre brumas de dos nortes, los suyos propios, resultara provechoso.


        A fe que lo han conseguido. Y con nota.

viernes, 19 de febrero de 2016

¿QUÉ PENSARÁ CAMERON?

Mariano Rajoy, en español, le dice a David Cameron, en la cumbre de Bruselas, que no va a haber acuerdo en las negociaciones para un acuerdo de gobernabilidad que dejaría fuera al Partido Popular. Y añade que vamos a elecciones repetidas, con fecha incluida, allá para junio. Una cámara -¿casualidad? recoge sus palabras. Circunstancias, deseos o intereses políticos al margen, vayamos a lo
práctico: si Sánchez supera la investidura, ¿qué pensará Cameron de Rajoy?
Todo da a entender, desde luego, que ha sido una filtración anticipada con muy poca fortuna, aparte de que pudiera acertar en el pronóstico. La incertidumbre, el desconcierto... y el inmovilismo acarrean apreciaciones como esta.

jueves, 18 de febrero de 2016

¿CONSEJERO O MINISTRO?



¿Consejero o ministro? Da igual, esas dudas semánticas, tan abundantes, en la controversia nacional, para unos son secundarias y para otros ni existen. Todo se andará.
El caso es que Raúl Romeva, ¿consejero o ministro? de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat de Catalunya, se presenta, vía episotolar, ante el presidente del Parlamento Europeo (PE),  solicitándole su apoyo “para afrontar los formidables desafíos y las tareas” que les “han encomendado democráticamente los ciudadanos”.
Una perla más. Como las ironías con que despacha el presidente de la Generalitat el comportamiento del Tribunal Constitucional. Tremendo: mientras el vaivén de las negociaciones para formar gobierno en España sigue su curso, los catalanes aprovechan no para meter presión sino para avanzar en sus pretensiones. Si no hacen caso al Constitucional, se dirá, esto ya es imparable.
Claro que el Gobierno de España está en funciones, de acuerdo; pero el Estado de derecho, mientras no se modifique la Constitución, es inamovible. ¿Entonces? Una pregunta es inevitable: ¿Se pueden saltar a la torera tan alegremente el Estado de derecho?
Es una carrera sin freno y sin control. El “particularismo catalán”, definió don Manuel Azaña ya desde el exilio. Esta vez, con Romeva, unos metros -¿o serán kilómetros?- más: “Es la primera vez que el Gobierno de Catalunya concede el rango de ministerio al departamento encargado del área de Asuntos Exteriores” Y continúa explicando el ¿consejero o ministro?: “Esto destaca la importancia que nuestro Gobierno da al diálogo y al intercambio con nuestros socios internacionales, y de forma notable a los europeos, en todos los asuntos, incluyendo los relacionados con el futuro político de nuestro país y nuestro compromiso constructivo dentro de la UE”. Inefable.
Un territorio que decide tomar el camino de la soberanía queda al margen de la Unión Europea. Vendría luego la solicitud de admisión y tal y tal pero, mientras tanto, ¿el coste de ese proceso?
Horas difíciles para todos. Para un país, que espera salir de la incertidumbre pactista y disponer de gobierno para que la espada de Damocles de nuevas elecciones no termine bajando. Para un pueblo que cada vez entiende menos todo lo que está pasando y las decisiones unilaterales. Y para los resortes de un Estado de derecho que resisten como pueden.
Un viejo amigo solía repetir la pregunta. ¿Cómo terminará todo esto?

miércoles, 17 de febrero de 2016

OTRO PASO CONTRA LA CORRUPCIÓN



Las incógnitas que pesan sobre la legislatura hacen que una comisión permanente en el Congreso, que tendría por cometido principal la investigación y proposición de soluciones a situaciones de corrupción, quede en el aire. Aunque la voluntad de todos los grupos parlamentarios es clara –de hecho, algunos ya han formalizado la iniciativa-, habrá que aguardar a que la tramitación cristalice con un acuerdo unánime.
Es un paso, lo que hay que agradecer. Todo lo que sea abonar el pensamiento de tolerancia cero con la corrupción, debe ser bienvenido. Otras medidas y leyes, como la de la transparencia, tienen que significar un verdadero antídoto, aunque todos intuimos que es una cuestión de principios, de ética y de civismo que no se resuelve exclusivamente con normativas.
Pero hay que insistir, a sabiendas de que es un proceso largo, se diría que inacabable. Acabar con las tentaciones y los vicios de los humanos, especialmente de algunas sociedades, conlleva cambios en códigos de conducta y titánicas pugnas de enseñanza en las que los enemigos son muy poderosos. Y no descansan.
Que después de todo lo ocurrido –y de lo que está ocurriendo- y a la espera de resoluciones judiciales sobre la extendida corrupción, se necesita volcar esfuerzos para sensibilizar y para erradicar prácticas que desembocan en comisiones delictivas.
Por eso, el paso que se da con la creación de esa comisión permanente en las Cortes debe ser valorado. Mucho más cuando en la legislatura pasada el abuso de la mayoría absoluta del Partido Popular impidió, por primera vez desde el arranque de la democracia, que no se aprobara ninguna comisión de investigación. Ni siquiera de estudio sobre algún asunto concreto.
Ahora, la voluntad –a la fuerza obligan; las circunstancias han cambiado- es otra. Se trata de ser consecuentes y de que la población restituya credibilidad y confianza a su representación política mediante iniciativas como ésta que, en todo caso, han de probar su eficacia. Pero antes que el inmovilismo, la inhibición, el ocultismo y mirar para otro lado, están las medidas que ojalá contribuyan a acabar con esa lacra.