jueves, 31 de enero de 2019

JAQUE AL PARO, PERO SIN EUFORIAS


Dos datos ensombrecen los registros positivos de la última entrega de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al último cuatrimestre de 2018: por un lado, el índice de paro juvenil, que continúa triplicando la media europea; y por otro, el número de familias con todos sus miembros en situación de desempleo, superior al millón.
Pero, esas estadísticas más recientes significan un jaque al paro. Y como siempre hemos hecho, hay que relativizar todas las estadísticas por muy favorables que sean. Ni euforia ni derrotismo. Y lo que es más: mientras haya personas en situación de desempleo, porque han perdido su trabajo o porque no lo han encontrado, hay que huir tanto de tentaciones facilonas y demagogas de sacar músculo como de críticas acerbas responsabilizando en exclusiva a los gobernantes de turno.
Es saludable, desde luego, que se siga creando empleo y que, por consiguiente, la evolución del mercado de trabajo sea buena. Ahí están las cifras: en 2018, la tasa de paro descendió hasta el 14,45 %; hubo unos cuatrocientos sesenta y dos mil parados menos y se crearon quinientos sesenta y seis mil empleos, el mejor datos desde el año 2006. Los analistas han verificado un ligero incremento en los contratos indefinidos en proporción con los temporales y un decremento en el paro de larga duración. Globalmente, podría hablarse pues de una mejora del empleo.
Pero aún se palpan las consecuencias de la crisis y las centrales sindicales se siguen acordando, no para bien, de una reforma laboral muy dañina. Y es lógico mientras se mantenga la precariedad en el empleo. Es determinante el crecimiento de la economía para generar empleo, de acuerdo; pero no es el único factor, por lo que habría que abogar por políticas estables que entrañen una mayor calidad en los puestos de trabajo. En 2018, según el informa de la EPA, ha habido una persona parada menos por cada ciento dos contratos iniciales: hay, por tanto, una volatilidad en la ocupación que es necesario reducir.
Que la actividad laboral de las mujeres siga siendo inferior a la de los hombres y que el paro de larga duración en nuestro país todavía represente un 6 % de la población activa que supera el doble de la media de la Unión Europea (UE), son hechos que obligan a medir con cautela las estadísticas favorables. Y que todavía muchas empresas de distintos sectores reemplacen contratos fijos y temporales a jornada completa por temporales a tiempo parcial, acentúan esa prudencia a la que apelábamos.
Jaque al paro, sí; pero la partida sigue y continúa siendo intrincada.


miércoles, 30 de enero de 2019

ENCRUCIJADA VENEZOLANA

Cada vez más intrincada la situación en la Venezuela hermana. La prudencia debe seguir siendo norma a medida que se van sucediendo los acontecimientos y se amontonan las declaraciones que ponen de relieve las contradicciones en un escenario de fractura social y económica.
La fracasada revolución chavomadurista ha encontrado esta vez una alternativa real que está desarrollando una estrategia inédita e inesperada: primero, con un político joven, desconocido, osado, valiente y emprendedor, dispuesto a arriesgar con tal de producir lo que para una parte del pueblo sería una liberación. Nada ver con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ni con los viejos/nuevos partidos, Juan Guaidó, el presidente interino o encargado de la República, autoproclamado, es protagonista de un tránsito histórico. Desde el punto de vista formal, son admisibles los reparos a su meteórico proceder desde que afrontó, hace apenas una semana, la que podía entenderse como una aventura.
Pero desde el régimen no pueden echar culpas ni irrespeto desde que haya protagonizado las vulneraciones, los incumplimientos y los gruesos abusos de poder que ha ido acumulando hace muchos años. Ya solo le queda el adoctrinamiento atroz y el victimismo desesperado, que no le importa esgrimir con dolo inconmensurable para mantener las soldaduras de una sociedad preocupada, por encima de todo, en sobrevivir. Hasta ahora, el régimen tenía a su favor todo el cisma de la oposición, todas sus debilidades estructurales y todas las ambiciones personales que dieron al traste con no pocas ilusiones y esperanzas después de haber demostrado en las urnas que sí se puede.
Pero esta vez se ha encontrado una respuesta que quiere hablar de tú a tú a un gobierno agotado, sin ideas y sin capacidad de iniciativa, sin credibilidad. Una actitud clarividente y consciente de que hay que sembrar en el mismo terreno donde se mueve el cuasi omnímodo poder militar. Por eso hablan de amnistía en un hipotético escenario de recuperación plena de los convencionalismos democráticos y de la normalidad institucional, tras la celebración de nuevas elecciones libres y transparentes, en la que lo más importante será garantizar derechos y evitar trampas. Y por eso fueron a informar a los mismísimos puestos de guardia militares, aunque sus ocupantes despejaran quemando los documentos y los borradores. Cabe deducir que son los primeros pasos de una estrategia de más amplio alcance y que podrá evolucionar o alargarse en función de la concurrencia de los actores internacionales, atentos a los intereses y al petróleo, por decirlo en una palabra. Porque igual eso es lo que se está fraguando en un marco geoestratégico: una escalada de tensión y una guerra fría para mantener a los pueblos en un puño, para forzar la capacidad diplomática y negociadora en busca de un acuerdo pacífico y satisfactorio.
Es proceso muy pero que muy incierto. Venezuela se ha convertido en un callejón donde hay muchas sombras. Ver la luz y las salidas no es nada fácil, desde luego. Por eso, prudencia. Porque es una controversia interna que deben resolver los venezolanos y porque no es deseable una intervención de potencias extranjeras, una solución impuesta a la fuerza que ojalá ni signifique un derramamiento de sangre. El bravo pueblo del himno ya ha sufrido muchas penalidades y numerosas víctimas. Prudencia en la encrucijada.

martes, 29 de enero de 2019

UNA MOVILIZACIÓN EDUCATIVA

Es inquietante que la ola de derechización envuelva a los jóvenes que, desideologizados, indolentes, sin valores y todo eso, creen que van a seguir accediendo fácilmente a los bienes de provisión y consumo. Preocupa que, acríticos y tal, la política -mejor dicho, la democracia- les traiga sin cuidado. Deprime que figuras históricas que basaron su desempeño en el golpismo, el autoritarismo o la represión ilimitada sean personajes de cabecera y sujetos admirables.
Esto se nos va. O se ha ido ya. Por eso, hay que reparar en pensamientos como el del filósofo y pedagogo español José Antonio Marina quien recientemente ha vuelto a insistir en la necesidad de una movilización de la sociedad civil -principalmente de la comunidad educativa- con tal de hacer ver a la clase política que cumpla sus compromisos respecto a la juventud y ofrezca algo más que una batería de medidas coyunturales o conectadas con las demandas de la moda y del consumismo llevadero.
O se asume que la clave es la educación para lograr amplios sectores ciudadanos críticos e inconformistas, dispuestos a aportar lo que cabe exigir para producir los avances sociales, o aquí no hay nada que hacer. La educación es un asunto de todos para impedir el fracaso escolar, para aliviar el sentimiento de soledad, para prevenir las inadaptaciones sociales y los comportamientos que confluyan en lacras como el machismo criminal, para no sentir ni palpar el desconcierto o la impotencia de padres y docentes, para superar las brechas de la desigualdad, para robustecer las instituciones educativas básicas, para hacer un adecuado uso de recursos económicos, sociales, intelectuales y personales y para invertirlos en un generoso y activo compromiso social.
O se toma conciencia y se es sensible, variando sustancialmente la actitud seguida hasta ahora, o el escenario será cada vez más tenebroso. No habría horizontes, está claro. El profesor Marina ha sido rotundo sobre el particular: “España perdió el tren de la Ilustración y el de la Industrialización. Si España pierde el tren del aprendizaje, nos convertimos en el bar de copas de Europa. Y yo, para mis alumnos, no lo quiero. De manera que hay que empezar a decirle a la sociedad: <>. Podemos tener un problema de paro juvenil crónico gravísimo porque no estamos poniendo las medidas necesarias para atajarlo y es un asunto de una gran injusticia social”.
Por tanto, hay que hablar de inclusión educativa, de predisposición de padres y tutores, de autonomía pedagógica. Pero también de motivación, de talento, de creatividad, de emprendimiento y de convivencia productiva para afrontar el futuro inmediato con una mínima solvencia si no se quiere que los vacíos y las realidades inciertas -puede que deseadas por actores interesados en que así sea- predominen agravando sin remedio los males que nos aquejan.
José Antonio Marina, con toda razón, y al calor de su experiencia, propone esa movilización de la sociedad para crear espacios de participación, de intercomunicación y de corresponsabilidad con tal de mejorar la calidad educativa de barrios, pueblos y ciudades.
Lo que no puede ocurrir es que las cosas sigan como hasta ahora, con esa indolencia extendida, sin alicientes y sin compromisos fehacientes que permitan hacer los seguimientos pertinentes y evaluar las tareas que hay que acometer, para corregir, si es necesario.
Movilicémonos, que será positivo, ya lo verán.

lunes, 28 de enero de 2019

EL MORBO SÍ OCUPA LUGARES


Julen nuestro que estás en el cielo,
memorizado sea tu nombre...
...Perdona nuestras ofensas...

Igual la introducción no es muy afortunada. Disculpas entonces a quienes legítimamente interpreten que después de todo lo ocurrido y de toda la angustia generada por una auténtica fatalidad no es hora de estar haciendo juegos de palabras o paráfrasis extrañas.
La hora es la del análisis y la reflexión del tratamiento mediático concedido al suceso de Totalán (Málaga). Ya estamos en ella, después del sepelio. Por un lado, la procedente investigación técnico-judicial y las medidas consecuentes derivadas. Y por otro, un ejercicio cabal, sincero y autocrítico para determinar si hay límite y si éste va a ser respetado. Es una hora complicada, sin duda, pero hay que afrontarla. Es un imperativo deontológico.
Algunos profesionales no han querido esperar y ya han lanzado sus primeras apreciaciones. Ana Ruiz Echauri, de Radio Televisión Española, por ejemplo, ha sido tajante: “Vamos sin freno hacia el asco infinito”. Repudia el periodismo espectáculo y pone en evidencia que “no hemos aprendido nada de desgracias anteriores”. Expone con crudeza su propia experiencia y sus propias convicciones: “Aprendí que el límite entre la información y el morbo es solo el respeto. Es decir, cómo lo narraría si la víctima fuese alguien querido por mí. Si querría ver su dolor multiplicado hasta la saciedad o saber los detalles macabros de los sucesos... Y la respuesta es no”.
El interés informativo es indudable, para nada se cuestiona. De esta tragedia se ha hablado en todos los idiomas. Pero, de ahí a las coberturas realizadas, especialmente en el medio televisivo, hay distancia de leguas. Una cuestión de audiencias, se dirá, con ánimo de justificar y hasta de pasar página, hasta el próximo accidente. Pero si es por audiencias -por mucho negocio que haya- tampoco vale todo. La periodista lo deja claro en su red social: “El ciudadano consume todo, sin hacer digestión de nada y sin preguntarse si lo que está percibiendo está bien o mal”. Por eso llega a la conclusión: “Nos creemos, sin cuestionamiento alguno, todo lo que nos cuestan, nos dicen y, por supuesto, nos muestran en imágenes. Descubrimos de pronto -las desgracias tienen estas cosas- que los geólogos son importantes, que las brigadas de salvamento minero se juegan la vida (o se la jugaban, que ya no van quedando minas) y que la generosidad de las gentes es infinita”.
Tampoco ha aguardado el periodista y escritor español Arturo Pérez-Reverte , quien critica el “festival mediático” después de recordar la célebre película de Billy Wilder, El gran carnaval,, (1951) para acabar señalando que “no hay nada nuevo bajo el sol. O más bien, lo nuevo suele ser lo olvidado”.
Y ahí aparece también el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) que ha anunciado su voluntad de analizar el tratamiento dispensado, especialmente en lo que concierne a una posible vulneración de los derechos fundamentales de los familiares del menor. El Consejo ya ha insistido en la necesidad de mantener escrupulosamente esos derechos de las personas involucradas y reclama nuevamente a los medios que huyan del amarillismo y de las evidentes tentaciones de convertir la información en un espectáculo. En efecto, en un titular de Abc podía leerse: “El rescate de Julen, un caso mediático sin parangón”.
Finalmente, el Colegio de Periodistas de Catalunya se ha manifestado públicamente al respecto hablando de una evolución muy negativa en cuanto al tratamiento dispensado por algunos medios, especialmente los televisivos: “Han mostrado imágenes y relatos innecesarios que nada han aportado a la información más allá de generar morbo y dar oportunidad a la especulación”. El morbo sí ocupa lugares.
En fin, cuando el debate no ha hecho más que empezar y cuando las trágicas circunstancias de la muerte del niño envuelven el dolor, encontremos el lado positivo que Ana Ruiz Echauri (RTVE) acierta a escribir: “Quedémonos con la solidaridad y la generosidad de tantos. Con el impagable trabajo anónimo de la buena gente”.

sábado, 26 de enero de 2019

PERNOCTACIONES Y PRECIOS


En plena FITUR, algunos datos y porcentajes que sirven para contrastar la evolución del negocio turístico. Seguro que cuando la feria termine y cada quien empiece a contar lo bien que ha ido, la favorable acogida de su producto y hasta el impacto que causó, pocos repararán en los datos estadísticos reveladores de tendencias.
Por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha dado a conocer los relativos al concepto pernoctaciones en establecimientos hoteleros españoles. Resulta que han descendido. Por primera vez en doce años. En 2018 se elevaron a 340,2 millones, un 0,1 % menos que el año anterior, bien es verdad que las efectuadas por turistas españoles, que representaron el 34,2 % del total, se incrementaron un 0,6 % con respecto a 2017. Téngase en cuenta que los precios hoteleros subieron, de media, un 1,5 % en el año 2018, el aumento más moderado desde 2013.
Canarias es la comunidad autónoma que más prefirieron los viajeros no residentes, con el 27,1 % de pernoctaciones. Pero los residentes en 2018 escogieron Andalucía, Catalunya y la Comunidad Valenciana, por este orden, como destinos principales.
Otro dato interesante en el desglose de este concepto: el año pasado, el 57,3 % de las pernoctaciones se concentró entre los meses de mayo a septiembre. En 2018, en efecto, se registró una media del 60,4 % en la cobertura de las plazas ofertadas, lo cual significó un disminución del 1 % respecto a 2017. Es registro tiene mucho que ver con el grado de ocupación por plazas: Canarias ocupa, con el 75,6 %, el segundo lugar, detrás de Baleares que alcanzó una media del 76,9 %.
Finalmente, la facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada (ADR) fue de 88,8 euros en el año 2018, mientras que el ingreso medio diario por habitación disponible, conocido como el RevPar, que está condicionado por la ocupación registrada en los establecimientos hoteleros, alcanzó los 59,4 euros de media.
Bueno, pues estos son unos pocos registros para interpretar que hasta el año pasado los vientos  del negocio turístico siguen soplando favorablemente.
Veremos qué impresiones y qué prospectivas se traen de FITUR.

viernes, 25 de enero de 2019

DESCONFIANZA EN AUMENTO


En un comunicado, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) hacía un llamamiento en la festividad del patrono, San Francisco de Sales, a los propios profesionales “para que promuevan el periodismo de calidad, basado en la difusión de información veraz, verificada, contextualizada, comprobada con las fuentes y respetuosa de los códigos éticos y deontológicos, sobre todo de aquellas normas que establecen que debemos respetar los derechos de las personas a su propia intimidad e imagen, a la presunción de inocencia y al de rectificación de una información que el afectado considere inexacta y cuya divulgación puede causarle un perjuicio”.
Son indicaciones atinadas que estimulan el ejercicio de la autocrítica. Y que llegan en un momento pintiparado pues coincidiendo con el comunicado fueron dados a conocer los resultados de la investigación realizada por la consultora de comunicación Edelman, su ‘Estudio Trust Barometer’, en la que España es, junto a Rusia, el país del mundo donde la confianza en las instituciones ha disminuido en mayor medida. Edelman ha analizado veintiséis países. En una escala de 1 a 100, la confianza de los españoles alcanza los cuarenta puntos, siete menos que en el estudio anterior. España, en un solo año, ha pasado de la duodécima posición a la vigesimotercera. La media mundial de confianza está en cincuenta y dos puntos, por tanto doce más que en nuestro país.
El estudio pone de relieve que también se desploma la confianza en los medios de comunicación. La sitúa en treinta y seis puntos, ocho menos que en 2018. La media mundial alcanza los cuarenta y siete puntos. Según las conclusiones de la consultora, a escala global, los ciudadanos confían mucho más en la prensa tradicional (sesenta y cinco puntos) que en las redes sociales, donde llega a cuarenta y tres. En una zona intermedia se sitúan los denominados ‘nativos digitales’ (cincuenta y cinco puntos) y los medios propios (cuarenta y nueve). La preocupación por las noticias falsas y su utilización como arma arrojadiza alcanza entre los encuestados un 73 %, lo que nos da idea de cómo se están tomando esta cuestión los consumidores de información.
Por ello, la apelación de la FAPE es procedente. Cuando habla de información veraz y verificada, contextualizada y comprobada con las fuentes, está apuntando a la credibilidad misma como uno los fundamentos indispensables del producto informativo, sea el que sea. Todos los afanes en ganar audiencia o vender más periódicos conducen irremediablemente al amarillismo, al sensacionalismo, a la tergiversación, a la confusión y, en definitiva, a un “espectáculo de la información” que solo acarrea la pérdida de prestigio y credibilidad. La gente termina hartándose porque su desconfianza sigue en aumento. Los datos de Edelman al respecto son significativos. Hay que esmerarse entonces.

jueves, 24 de enero de 2019

EN EL DÍA DEL PATRÓN

(Perdonen que hablemos de nosotros).
Los periodistas conmemoramos hoy la festividad del patrón, San Francisco de Sales, fecha que debería servir para reflexionar sobre el estado de la profesión o sobre los problemas que la afectan. O para expresar la solidaridad con quienes de verdad la necesitan. O para mantener algún tipo de jornada de convivencia, tan poco dados que somos a la vida asociativa.
La oportunidad es buena para reafirmar el propósito de contribuir a enriquecer la convivencia democrática y seguir defendiendo el ejercicio libre del periodismo al amparo del artículo 20 de la Constitución. Y es que hay que garantizar el derecho de información de los ciudadanos, primordial en nuestro régimen de libertades que hay que preservar para ponerlo a salvo de riesgos de restricciones y condicionantes. Ello no obsta para plantear la necesidad de formación y autocrítica permanente con tal de evitar males como el amarillismo, la tendenciosidad, la carencia de rigor o el sensacionalismo que se convierten en vicios y terminan degenerando en un penoso espectáculo que acarrea pérdida de credibilidad y prestigio.
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), organización profesional mayoritaria en nuestro país, ha hecho público en esta fecha un comunicado en el que insta a defender el periodismo y la libertad de expresión. Su llamamiento es significativo y merece ser reproducido:

-A toda la sociedad, para que asuma que la defensa de la libertad de expresión no es un asunto que concierne solo a los periodistas. Debería de ser un compromiso de todos los ciudadanos para que su derecho a la información veraz se vea garantizado al máximo, con especial visión crítica hacia las llamadas “fake news” que se distribuyen de forma masiva por redes sociales.
Dada la importancia de la educación en la estrategia para abordar la desinformación, la FAPE ha propuesto a los grupos parlamentarios la inclusión en la ESO de materias vinculadas a la alfabetización mediática.

-A los grupos parlamentarios, para que deroguen las normas de la “ley mordaza” que atentan contra el ejercicio libre del periodismo
También les instamos a que sigan el ejemplo del Parlamento Europeo y modifiquen la ley vigente a fin de que las becas sean obligatoriamente remuneradas.
Igualmente, pedimos la modificación del decreto que excluyó a los profesionales de la información del derecho a dar clases de lengua y literatura con el peregrino e injustificado argumento de que el periodismo había pasado a ser considerada una carrera de Ciencias Sociales y Jurídicas en lugar de Humanidades.

-A los editores, para que mejoren las condiciones laborales de los periodistas y fotorreporteros, tanto de plantilla como de colaboradores y autónomos, acaben con la discriminación salarial y de promoción profesional de la mujer, respeten y remuneren los derechos de autor y dejen de utilizar becarios para ocupar puestos de trabajo estructurales.

-A los jueces y fiscales, para que recuerden que el secreto profesional de los periodistas es un derecho fundamental de la Constitución y que la jurisprudencia, en los casos de filtraciones, exime de este delito a los periodistas y lo atribuye en su caso a los funcionarios que hayan facilitado la información.

-A las facultades de Periodismo y Comunicación Audiovisual, con el fin de que adapten sus materias a las necesidades reales del mercado laboral, amplíen las plazas de profesores asociados y cumplan los convenios de prácticas, negándose a firmar los que no fijen una retribución a los becarios y tutorizando las mismas, como contempla la legislación.

-A las administraciones y empresas públicas para que sean ejemplares en su política de personal y contraten única y exclusivamente a periodistas titulados para las tareas de comunicación, en las condiciones requeridas para cualquier otro profesional de la Administración con titulación universitaria.

-A los periodistas, para que promuevan el periodismo de calidad, basado en la difusión de información veraz, verificada, contextualizada, comprobada con las fuentes y respetuosa de los códigos éticos y deontológicos, sobre todo de aquellas normas que establecen que debemos respetar los derechos de las personas a su propia intimidad e imagen, a la presunción de inocencia y al de rectificación de una información que el afectado considere inexacta y cuya divulgación puede causarle un perjuicio”.

En el día del patrón, además de recordar a quienes ya no están entre nosotros, expresamos, en definitiva, la voluntad de hacer un mejor periodismo, conscientes de que sin él, muy difícil -por no decir imposible- será cualificar la democracia y coadyuvar a que la sociedad de nuestros días evolucione de la manera más positiva.
(Y perdonen que hablemos de nosotros).

miércoles, 23 de enero de 2019

CIERRE DE UNA LIBRERÍA

La entrada de hoy es reproducción de la publicada el pasado 28 de agosto de 2014, en ocasión del cierre de la librería "La isla". Las circunstancias de entonces son las mismas de ahora pues el establecimiento sobrevivió unos años tras mudarse a la calle Imeldo Serís de la capital tinerfeña. Decíamos entonces:

"Va a cerrar sus puertas en Santa Cruz de Tenerife, al cabo de cuarenta y tres años, la librería “La isla”. Es una mala noticia: todos hemos sido clientes de ese establecimiento. Allí hemos adquirido los ejemplares que llegaban antes, ediciones difíciles de conseguir, volúmenes de todas las colecciones, títulos perdidos, textos, manuales, regalos de última hora… Ningún paseo por la calle Castillo hasta enlazar con Robayna sin detenerse en “La isla”, a ver sus escaparates o a curiosear en su interior donde el ambiente siempre tuvo ese singular sabor de las librerías superpobladas, con estantes y anaqueles a tope, con pasillos estrechos, conversaciones en voz baja… Sus propietarios -la vocación nunca se pierde- quieren seguir atendiendo a sus clientes en las otras tiendas de la firma, emplazadas en la calle Imeldo Serís.
         El cierre de de esta y de cualquier librería es un hecho negativo. En la sociedad del conocimiento y de la información se pierde otro núcleo de sabiduría, otro espacio de difusión de la cultura. Se dirá que la crisis no perdona o no distingue pero hay más inquietudes derivadas: no se lee, no se compran libros, son muy caros, se espera a ediciones posteriores más baratas, la red ha hecho mucho daño pese a los incentivos y las alternativas que ofrece…
         Lo cierto es que si ya era preocupante la reducción de lugares, usos, programas y espacios donde se pudiera desarrollar una actividad cultural, siquiera elemental; si ya era para perder el sueño con las limitaciones de los recursos dedicados a la creación y a la cultura en general; si ya están sufriendo lo indecible las instituciones con sus políticas restringidas o mutiladas; si algunas convocatorias de ferias y similares parecen abocadas a la desaparición o a la disminución de sus ofertas; si tantas campañas de sensibilización o de fomento a la lectura están sirviendo de muy poco… el que ahora los propietarios de librerías hayan de clausurar es para echarse a temblar.
         Ojalá que el hecho haga reflexionar y replantear muchas cosas. La continuidad ha entrañado un gran esfuerzo de empresas familiares y de emprendedores que, aún conscientes de la entrada en pérdida, hicieron todo lo posible para que ese siguiera siendo el medio de vida, para modernizar y para divulgar la cultura y el saber. Esperaron -como lo seguirán haciendo quienes subsistan- a determinadas fechas del año para mantener el negocio vivo.
         Lo hizo la familia Celis, en “La isla”, durante más de cuatro décadas. Como no se rinde, quiere decir el próximo sábado un hasta luego y seguir comerciando con libros en otro establecimiento cercano. Saben -sabemos- que no será igual pero es plausible su empeño. Mucho tiempo al lado de páginas impresas y de portadas de tapa dura que hacían de reclamo.
Ese amor por los libros, hay que reconocerlo".

"La isla" no es el único cierre en España. Otras librerías famosas y emblemáticas también clausuran. Leemos que la culpa es del fondo, del fondo de gigantes como Amazon. Las editoriales priman la producción. Y si a eso añadimos que un 40 % de los españoles reconoce no leer, pues se explican las dificultades para subsistir. Adiós a "La isla", qué lástima.

martes, 22 de enero de 2019

SEMANA DE FITUR


Semana de FITUR, una cita obligada con el universo turístico. Se trata de la trigésimo novena edición, que será una edición récord, según anticipa el presidente del comité ejecutivo del recinto ferial madrileño, Clemente González: una superficie superior a los sesenta y siete mil metros cuadrados, un 2,5% más que el año anterior, que acogerá ochocientos ochenta y seis expositores, un incremento del 8,3 %.
Sube también el número de empresas: diez mil cuatrocientas ochenta y siete, de ciento sesenta y cinco países diferentes. Las previsiones apuntan un aumento de los doscientos cincuenta mil visitantes profesionales de 2018. Se espera que el impacto económico en Madrid supere los trescientos veinticinco millones de euros frente a los doscientos sesenta millones del pasado año. Lleno total en la oferta alojativa y actividad intensa en todos los sectores vinculados al turismo. El volumen de negocios, en efecto, en el sector de ocio, gastronomía y espectáculos, puede alcanzar los quince millones de euros.
Las cifras, desde luego, son de récord. Ya veremos lo que sucede puertas adentro, en la acogida que dispensen a proyectos e iniciativas, en las tendencias que se advierta en la oferta y en los mercados. Eso interesa y mucho. 82,6 millones de turistas visitaron España en 2018, ochocientos mil más, en números redondos, de un año antes.
“El turismo ha mostrado una resistencia notable el pasado año”, vino a decir recientemente José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur. Pese a la mejora evidente de los destinos competidores del Mediterráneo, Turquía, Túnez y Egipto, el Producto Interior Bruto (PIB) turístico se incrementó un 2 %, hasta los ciento cuarenta y dos mil millones de euros, una cifra histórica para el sector, según destacó Zoreda. Exceltur estima que la desaceleración continuará el presente año.
En cualquier caso, la feria madrileña siempre interesa. Si, además, los organizadores se proponen enriquecer su cualificación, consignando una sección monográfica especializada de contenidos cinematográficos, otro aliciente.
Y atentos todos, especialmente las delegaciones canarias, a lo que suceda con el brexit, pues se trata de afrontar, con la mejor preparación posible, el impacto en el sector turístico de la salida de la Unión Europea del Reino Unido.
Treinta y nueve años de FITUR. Alguien la definió en su día –y no le faltaba razón- como “feria de las vanidades”. Ahora parece más fundamentado “feria de las oportunidades”. En turismo, ya saben, quedarse atrás es un riesgo elevado.