martes, 1 de enero de 2019

REDUCIR LA DESIGUALDAD

Hay que formularlo y hacer todo lo posible por cumplirlo: reducir la desigualdad es uno de los objetivos primordiales del año que hoy se estrena. No es fácil, claro; pero hay que intentarlo, a la vista de los desequilibrios y de las ostensibles diferencias que aún se aprecian en la sociedad española y que demuestran que la crisis no se fue del todo. Muchos la siguen padeciendo.
Tal es así que en nuestro país la desigualdad económica se ha incrementado desde el año 2005 un 10,5 %. Eso propició que España, según Eurostat, ocupara el año pasado el vigesimoquinto lugar entre los veintiocho estados de la Unión Europea (UE), solo por delante de Letonia, Lituania y Bulgaria. El poco sospechoso Fondo Monetario Internacional (FMI) explica que una parte sustancial de la desigualdad económica trae causa de los errores en el diseño de las políticas redistributivas.
En materia impositiva, según escribe el presidente de los técnicos de Hacienda, Carlos Cruzado, “esa redistribución pasa por la progresividad de las de gravamen del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que aporta el 95,2 % de la progresividad”, un principio consagrado en la Constitución que inspira el sistema tributario y tiene como fin, sigue Cruzado, “mejorar la redistribución de la renta desde la población con más ingresos y riqueza hacia los más desfavorecidos”.
Le corresponde al Estado estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza para fraguar, está claro, una más justa distribución. Pero no olvidemos el importante handicap que entraña un déficit próximo a los ochenta mil millones de euros en políticas del Estado de bienestar. Eso condiciona el propósito de igualarse en este ámbito con la media de la UE.
Será difícil, por tanto, acortar las brechas de desigualdad. Pero hay que intentarlo, pese a ser un año electoral. Gobierno y partidos políticos incluirán en sus programas este propósito pero la sociedad quiere ver hechos y números reales derivados de la aplicación de políticas orientadas realmente a la reducción de los desequilibrios que repercuten, desde luego, en las condiciones de vida.
Un país más igualitario. Es un sueño pero quienes lo tienen está obligados a esforzarse para materializarlo. Reducir en 2019 la desigualdad: algo más que un propósito.

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