miércoles, 30 de septiembre de 2015

¡GANÓ GRAN HERMANO!



Entre las secuelas de las elecciones autonómicas del pasado domingo en Catalunya figura la cobertura de las cadenas televisivas. Cuando se han conocido los ratios de audiencia, la respuesta del presidente de RadioTelevisión Española, José Antonio Sánchez, ha sido muy llamativa: “Hay asuntos que interesan más o menos a los espectadores. En la noche electoral, ganó Tele 5, con Gran Hermano”.
         Llamativa y sorprendente, de modo que un senador catalán, Jordi Guillot, tratando de reponerse, señaló: "Estoy estupefacto con su respuesta si se trata de servicio público, como es la información, ¡cómo puede ser que ustedes tengan un 6,6 [de share]frente a un 8,9 de Antena 3, y un 12,2 de La Sexta? Ustedes han perdido un 42 por ciento de audiencia en los informativos, y eso ocurre cuando se cambia información por propaganda; ustedes manipulan y pierden credibilidad, y los datos son incontestables".
         Sánchez no dio el brazo a torcer, tal es así que recalcó sus apreciaciones: "Se ha realizado una cobertura excelente". "La credibilidad de los informativos se ha asentado y acrecentado"; "los telediarios demuestran su credibilidad terminando su emisión con muchos más espectadores que al inicio"... y un largo etcétera de cifras.
         Pero la realidad es que RTVE volvió a perder la noche electoral. Y eso es lo que de verdad debe preocupar a sus responsables, al prolongarse una línea trazada desde convocatorias anteriores. Deberían estar reflexionando si ello es fruto de una progresiva pérdida de credibilidad. Pero todo da a entender que las inquietudes y las prioridades son otras. ¡Qué lástima!

martes, 29 de septiembre de 2015

EL TESÓN DE QUIEN GANÓ AL DESTINO POR GOLEADA

En el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), tuvo lugar la segunda presentación del libro 'COLO, por Julio Santaella Benítez'. Entre la nutrida asistencia, el ex presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. Hicimos la siguiente introducción:   

"El 22 de diciembre de 1938, en Berlín, el director de química del Instituto Kaiser Wilhelm, Ottho Hahn, y su equipo, consiguen la primera fisión nuclear de la historia.  Se firma un acuerdo italo-británico, en virtud del cual el Reino Unido reconoce la soberanía italiana sobre la invadida Etiopía e Italia compromete a retirar sus tropas de España al término de la guerra incivil. En Italia, precisamente, se aprueba una Ley que limita a las mujeres a ocupar solo el 10% de los trabajos mejor pagados en la industria y la Administración. En esa fecha, la poeta chilena Gabriela Mistral, que sería premio Nobel de Literatura en 1945, publica su libro Tala. Y ese día vino al mundo Julio Santaella Benítez, fruto de la unión matrimonial entre Augusto Santaella Cayol, “temperamental caballero” (no lo digo yo; es la definición de su hijo), y Julia Benítez Arnay, “bondadosa señora”, como él mismo la adjetiva.
         De modo que la criatura abre los ojos y empieza a llorar cuando los españoles se disparaban entre sí; los alemanes iban ya, nada más  y nada menos, que por la reacción nuclear operada en el núcleo atómico donde se dividían los subproductos para liberar energía; ingleses e italianos se repartían todo un país y las mujeres de la bella Italia ya padecían lo que eran límites y cuotas salariales. Menos mal que la autora chilena parecía augurar hechos positivos:

“Se acabaron los días divinos
de la danza delante del mar,
y pasaron las siestas del viento
con aroma de polen y sal,
y las otras en trigos dormidas
con nidal de paloma torcaz”.

         ¿Cuál de estos acontecimientos pudo influir más en la vida de quien, con el paso del tiempo, sería conocido popular y coloquialmente como Colo, un apelativo que, por sí mismo, invita al afecto? A quienes sostienen la  teoría de que algo de lo que ocurrió el día del nacimiento termina siendo una tendencia de la trayectoria vital, se les brinda la oportunidad de interpretar si alguno de estos hechos marcó el itinerario del autor del libro que hoy presentamos.
         Al cabo de sus trescientas dieciocho páginas, uno se quedaría con los versos de la Mistral pues no es que Colo sea un apasionado de la poesía pero la delicadeza intimista de la autora chilena se identifica con el temple, con la manera de ser de alguien que enfrentó duros trances y los resolvió con la dignidad y la entereza de quienes no se rinden jamás por muy adversa que sea la situación. Por eso marcó a Gento con solvencia. Por eso compartió las mieles de aquel título liguero ganado en la última jornada de la temporada 1965-66, cuando nadie lo esperaba, en el desaparecido Sarriá y por el que cada jugador del Atlético de Madrid se embolsó veinticinco mil pesetas de entonces.
         Pero no solo de fútbol vivió Colo y no solo de fútbol se habla en este volumen. Es el hombre, es la persona, Julio Santaella Benítez, quien relata su vida, la que ha lidiado al margen de los estadios cuando fue jugador profesional y de los despachos cuando ejerció funciones de dirigente. Sin ser un juego de palabras, ello explica el título de la obra: Colo habla del hombre; Julio Santaella Benítez habla de Colo.
         Es la vida de un luchador, digámoslo sin ambages. Si se fijan, al autor le han favorecido “las siestas del viento” de la Mistral: no tiene arrugas. O casi. Y es que nunca se arredró. ¿Cómo va a hacerlo quien se autodefine como “matemático empedernido, ingeniero frustrado… luchador nato, mal perdedor…”? En sus propias palabras, página 185, a propósito del fallecimiento en 1976 de su hija Nuria, de apenas dos años:
         “…Fue una gran tragedia, inicio de una serie de desdichas concatenadas que dejaron muy tocado mi estado de ánimo, sin fuerzas suficientes para sobreponerme y poder afrontar con firmeza las múltiples dificultades que me tenía reservada la vida.
         “Le eché un pulso a mi destino. Y gané por goleada…”.
         Vaya que sí. Hasta cuando las empresas familiares -otro episodio- sufren un duro revés que era como ir perdiendo el partido por una diferencia insalvable. Eso también lo cuenta, con detalles, quien se sobrepuso y tuvo que buscar nuevos rumbos en el ámbito profesional. Era consciente de que el pulso se gana por constancia y resistencia. El investigador español Luis Señor dejó escrito que “la constancia es un puente entre el deseo y la realización”.
         Colo lo cruza, al hablar de todas estas cosas, sin pretensiones literarias. El suyo es un relato autobiográfico llano cuya lectura descubre la personalidad de quien ha querido rendir cuentas sin resquemores ni ánimos revanchistas. Habla siempre de los demás y de todas las situaciones con respeto. Destila, además, ese afecto que sabe dispensar a quienes se lo merecen. El relato va desgranando fases, vivencias, determinaciones y cauces que desglosa con gratitud hacia quienes decidieron compartir sus afanes.
         Entre ellos, el inolvidable Luis Aragonés, con quien mantuvo una estrecha amistad hasta el último día de su vida. Colo, junto a “el sabio de Hortaleza” y Miguel Martínez, fue protagonista de un sonado traspaso del Real Betis Balompié al Atlético de Madrid. El autor de este libro era el compañero de habitación de Martínez, cuando a éste le sobrevino la parálisis que le mantuvo inmóvil, en un sueño del que jamás despertaría.
         A Luis, su segundo padre, a “Luisón”, le dedica un muy sentido último adiós en uno de los capítulos. Con verdadero cariño, evoca la figura de su hermano Tuto. No oculta su desgarro con la desaparición de su hijo Alejandro. Cuenta con fruición sus veranos en el Puerto de la Cruz, ciudad en la que echó raíces. Recuerda a paisanos como Manuel Torres y Vicente Molina que le atendieron en Caracas en las concurrencias internacionales del club rojiblanco. Su etapa como presidente del Club Deportivo Tenerife la califica como “aventura inconclusa”. Y confiesa el transcurso plácido de su vida al lado de los suyos, desde la oficina a cuyo balcón se asoma para escudriñar la siempre efervescente plaza del Charco.
        
Valores y sinsabores de Colo, de Julio Santaella Benítez a quien conocimos en Radio Popular de Tenerife donde, en un programa en directo, sin anestesia, le preguntamos para empezar:
         -¿Duermes tranquilo?
         Hoy en día, el recio defensor, el hombre curtido, contestaría afirmativamente aquella pregunta tan directa de los años setenta.

         Y es que, de sonrisa obsequiosa y mirada sana, esta tarde ve culminado el deseo de ver publicada su vida, su trayectoria, sus peripecias, sus experiencias. Escrita en primera persona, sin muchos prejuicios en trescientas dieciocho páginas, con un amplio índice onomástico y con una serie fotográfica muy bien distribuida -parte de la cual ha servido para la composición gráfica de la portada- el autor ve desfilar el caleidoscopio de la vida, de grana, de albiazul, de verdiblanco y de rojiblanco. Lo hace además, aquí, en la siempre prestigiosa tribuna del Instituto como antes en el Club Náutico de sus sempiternas querencias, donde disfrutó tantos días divinos con aroma de polen y sal, por terminar con versos de Gabriela Mistral que, efectivamente, si nos permiten la licencia, marcaron la vida de Colo, en este caso contada por Julio Santaella Benítez".

lunes, 28 de septiembre de 2015

SEGURA

José Segura Clavell ha dicho adiós a la actividad parlamentaria rindiendo cuentas. Viniendo de él, no podía esperarse otra cosa. “¡Método!”, solía exclamar en las reuniones que dirigía cuando le acompañamos durante una larga temporada en la Delegación del Gobierno en Canarias. Con esa palabra, daba a entender que le gustaban las cosas, los documentos, los informes y los debates bien ordenados y fluidos. Y con esa máxima, que en realidad es una forma activa de corresponder a la confianza de quienes le respaldaron, ha querido poner punto final a su larga trayectoria en las Cortes, a las que accedió, por cierto, después de siete procesos electorales, dos al Senado y cinco al Congreso. Completó once, ya que estamos: tres al Cabildo Insular y uno al Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Porque Segura ha sido todo eso: diputado, senador, presidente de Cabildo, consejero, alcalde y concejal. Incluyendo aquella designación como Delegado del Gobierno en Canarias en 2004, desde la que afrontó, con estimable capacidad y destreza, el drama de la masiva llegada de ciudadanos africanos y asiáticos a las islas. En una de sus visitas, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero le presentó como “el delegado de Canarias en el Gobierno”.
         En una decisión que no abunda en el seno de la organización, por medio de una comunicación personal dirigida a los integrantes de los órganos de la misma, Segura se marcha cumpliendo con su norma y con su estilo metódico: exponiendo el fruto de su trabajo en toda una legislatura. La célebre memoria de gestión del diputado Segura. Ya había dejado entrever entre sus más cercanos y entre sus familiares la voluntad de no continuar. Conociéndole, le habrá costado tomar la decisión definitiva porque seguro que, física e intelectualmente, se seguirá sintiendo útil y con ganas de hacer cosas, que para eso dispone de tesón, rigor, experiencia y conocimientos. Aunque parezca una formalidad, podrá todo eso a disposición del partido para lo que sea menester.
         Segura se despide sin otras alharacas que las del trabajo acreditado que es una privilegiada herencia para quienes van a ser sus sucesores, los nuevos valores a los que alude afectuosamente en su declaración final y a los que anima para los cometidos que les aguardan. Su amplia y prolija hoja de servicios es, en cierta medida, la historia misma de una organización a la que sirvió con eficacia y brillantez. Como su compromiso con la sociedad canaria y con la tinerfeña en particular: el ejecutivo que defendió sin reservas sus aspiraciones, el legislador que se volcó en leyes y enmiendas para plasmarlas, el hombre público enamorado de su tierra, el gestor predispuesto para un trámite o una negociación sin que importara el color político de los interesados. Esposo y padre ejemplar, por si algo quedaba.      

         Rindiendo cuentas: así se marcha. Como los grandes. Hay razones, desde luego, para agradecer su entrega.

sábado, 26 de septiembre de 2015

CIEN DÍAS PORTUENSES

Cien días no es tiempo para balances, todo lo más para advertir tendencias o valorar gestos. Es el período que, de forma tácita, se suele establecer para contrastar los planteamientos y la coherencia de quienes acceden al gobierno después de un triunfo electoral o de una alianza política.
         Es curioso (y hasta paradójico) el caso del Puerto de la Cruz -primera vez que analizamos la realidad municipal después de las elecciones de mayo- porque se arranca de algo inexistente o desconocido: se ignoran los términos o, al menos, no hay documento firmado para saber siquiera las intenciones de quienes se unieron (PP+CC) para impedir que gobernara el partido ganador de los comicios (PSOE). Lo lógico es que los ciudadanos sepan cómo van a ser gobernados, cuáles son las prioridades, cómo evolucionan las cuentas públicas, qué modelo de desarrollo urbanístico, a qué destinarán los recursos de todos, qué solución se dará a concesiones administrativas, cuáles son las iniciativas en los barrios, qué fórmula seguirán para la prestación de servicios, hasta dónde influirán en la gestión cotidiana agentes y grupos ajenos, cuál es la solución para problemas como el de la ocupación de la vía pública, qué suerte correrán la Universidad Popular o el Museo Arqueológico… Habrán sido cien días intensos –calificación del propio alcalde, Lope Afonso- pero dudosamente productivos en cuestiones básicas y apremiantes.
         Se supone que estas materias, y algunas otras, deberían haber formado parte de un proyecto o de un programa político que se estudia, se debate y se racionaliza su viabilidad. No ha ocurrido, luego ya se parte de una carencia sustantiva. Carencia que, a su vez, pone en solfa los principios de transparencia y claridad tan pregonados antes de los comicios y tan exigidos no solo por ley sino por voluntad popular que quiere saberlo prácticamente todo. Así las cosas, es inevitable que los críticos interpreten que el pacto -legítimo, sin duda- es una mera suma de intereses políticos y componentes concebida para repartirse áreas y competencias, fijar retribuciones y poco más.    
         Luego brota otra contradicción. Y es que gobiernan -por tanto son bastante más que cien días- los mismos que lo hicieron en el mandato anterior (2011-15) y que habían ganado una moción de censura en octubre de 2009. La inexistencia de bases documentales para gobernar ya se produjo entonces, lo que significa que ha transcurrido un tiempo razonable como para haber dedicado tiempo a pensar en un programa de mínimos, plasmado en un documento sometido al conocimiento de la corporación y la ciudadanía portuense. No lo habrán considerado importante ni básico siquiera. Está claro que eso vulnera fundamentos esenciales de la democracia y merma su calidad misma.
         Entonces, careciendo de algo elemental es difícil evaluar y ponderar más allá de las buenas intenciones y de la condescendencia que hay que tener con quienes se estrenan en el ejercicio de las responsabilidades públicas y van compensando la bisoñez y la inexperiencia con empeño y actividad constante, haciendo caso -dicho sea de paso- a las inquietudes y demandas ciudadanas reflejadas en las redes sociales.  Los primeros tres meses del mandato van dejando una impresión de más de lo mismo, aunque no puede negarse que haya disminuido la crispación política -a eso ha contribuido decisivamente también la oposición- y la sensación de que se necesita algo más para superar la etapa de decadencia que afecta al destino turístico.
         Sigue habiendo actuaciones pendientes de impulsar y materializar pero no se sabe qué quieren hacer. Los retrasos son  muy perjudiciales para la imagen de la ciudad.  Menos mal que las relaciones interinstitucionales parecen gozar de buen trato por las partes pero hay que ser más sensibles con el funcionamiento del Consorcio de Rehabilitación. El oscurantismo con las concesiones administrativas -alimentado por los recelos derivados de un reparto competencial no muy meditado- es inaceptable.
         El Puerto, en definitiva, anquilosado y como que necesitado de un revulsivo para salir de tan desesperanzado trance. Así pasen otros cien días.


viernes, 25 de septiembre de 2015

RENDIMIENTOS HOTELEROS


Hay un índice muy interesante al que nos hemos referido en varias ocasiones para contrastar la evolución del sector turístico, especialmente en lo que concierne al rendimiento de la ocupación de la oferta alojativa. Se trata del RevPar que se conceptúa como el ingreso medio diario por habitación disponible.
Pues volvemos a ocuparnos brevemente del RevPar después de los datos publicados hace un par de días por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Primero, para decir que el índice no ha parado de crecer durante el presente año. Segundo, para señalar que durante el pasado mes de agosto registró un incremento del 10,2%, con lo que alcanza los 73,1 euros.
El RevPar está condicionado por la ocupación registrada en los establecimientos hoteleros. Conviene tener en cuenta, en ese sentido, que la facturación media diaria de los hoteles en agosto por cada habitación ocupada es de 95,1 euros, lo que significa un aumento del 7% respecto al mismo mes del año pasado.
Luego tenemos otro indicador: la tasa anual del Índice de Precios Hoteleros (IPH), que se sitúa en el 4,9% en agosto, lo que supone 0,4 puntos menos que la del mes anterior y 2,0 puntos por encima de la registrada hace un año.
La conclusión es que por categorías los precios suben en todos los establecimientos. En los hoteles de cinco estrellas, hasta un 7,5%. 
Canarias aparece, junto a Baleares, Catalunya y Andalucía,  entre las primeras comunidades (suponen el 77.0% del volumen global) con mayor ponderación en el citado IPH. La subida de los precios hoteleros en nuestra comunidad fue del 1,9%.
En definitiva, las cifras turísticas confirman que el verano ha prolongado el buen momento del sector. Pero es absurdo dejarse llevar por el triunfalismo y la autocomplacencia. Ya hemos analizado que queda mucho por hacer... e innovar.  


jueves, 24 de septiembre de 2015

INCIDENCIA DE LA TECNOLOGIA EN EL TURISMO



El presidente de la Asociación Española de Expertos Científicos en Turismo (AECIT) y profesor de la Universidad de Jaén, Juan Ignacio Pulido,  es tajante a la hora de plantear la conveniencia de que nuestro país modifique su modelo turístico. “Se apoya mucho en el volumen, en el turismo de sol y playa, que no van a dejar de ser elementos clave de la competitividad turística en España”, señala. Ya continuación, remata: “Pero debe cambiar su posicionamiento en los mercados  y hacer un mayor uso de otros recursos y de la tecnología”.
         Las opiniones del profesor Pulido se plasman en una publicación a la que ya nos hemos referido con anterioridad, “20 años de la actividad turística en España”. Convencido de que la tecnología va a seguir cambiando el rumbo de los viajes, explica la evolución del fenómeno turístico hasta su concepción global, es decir, si hace veinte o treinta años podía hablarse de dimensión internacional pues los países emisores era siempre los mismos, la tecnología ha posibilitado que aparezcan numerosos destinos, sobre todo en el área Asia-Pacífico, en tanto que África también ha empezado moverse.
         “La trata del negocio turístico -afirma Pulido- se está repartiendo de otra manera. Europa pierde peso, mientras Asia-Pacífico lo gana a un ritmo desconocido y aparecen otros destinos con una capacidad de competir a nivel mundial brutal”.
         Según se recoge en el citado libro, la tecnología y especialmente internet, “han influido en la mejora de los transportes y de la información y, en consecuencia, ha acercado los destinos. Ahora existe la sensación de que cada vez hay menos riesgo al desplazarse porque estamos más conectados”.
         Por ello se insiste en la revisión del modelo turístico pues la incidencia en las formas de viajar e incluso a la hora de elegir destino es evidente.

martes, 22 de septiembre de 2015

UNA CUESTIÓN DE CORDURA




La España de charanga y pandereta es la que cantó Machado y la que vivimos en el siglo XXI cuando se producen episodios que parecerán anecdóticos pero revelan en el fondo la osadía y la ignorancia, el desbarajuste, el descontrol y el absurdo que se registran en la vida pública.
         Todos esos términos, en efecto, son de aplicación para entender que la concejala del municipio de Castilleja de la Cuesta (Sevilla), perteneciente a Ciudadanos (C’s), Carmen López, quien por razones familiares se ha marchado a vivir a Chicago (USA), haya mostrado su deseo de continuar perteneciendo a la corporación local… siempre y cuando, claro, ésta abone el importe de los billetes de avión cuando tuviera que trasladarse para asistir a los plenos. La dirección de su formación política reaccionó abriendo un expediente disciplinario “por comportamiento contrario a los principios y valores del partido”. Y dice más: “López debe dejar paso al siguiente en la lista municipal porque el trabajo de un concejal es estar a pie de calle e interesarse por los problemas de los vecinos, cosa que difícilmente podrá hacer si ha decidido irse a vivir a Chicago”.
         Parece de sentido común y no hay que estrujarse los sesos para buscar argumentaciones que expliquen el alcance de tan insólita prestación. No es desparpajo, es un atrevimiento insólito el de la señora López que hace dudar, a tenor de las manifestaciones hechas, del desconocimiento que, en un principio, cabía intuir. Con una palabra se despacha el asunto: desfachatez.
         También la tiene, aunque es de sobra conocida, la presidenta del Partido Popular (PP) de Madrid y concejala de su ayuntamiento, Esperanza Aguirre. ¿Qué hubiera dicho, con qué ocurrencia de las suyas hubiera obsequiado al personal si un político socialista, pongamos por caso, hubiera aparecido, con mención elogiosa junto a ministros del mismo signo, en un libro de sexto curso de Educación Primaria de Ciencias Sociales (Ediciones MacMillan) que se utiliza en colegios del programa de bilingüismo, como aparece ella? “Obtuvo un récord de votos”, “Trajo la modernidad a la región”, se lee en las páginas del manual cuyos contenidos alusivos a la guerra incivil son discutibles.
         La señora Aguirre fue de las que se lució cuando su partido se esmeró en suprimir “Educación para la ciudadanía”. Ahora, a pesar de que la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (FAPA) Giner de los Ríos ha pedido a la inspección educativa que retire el libro, Esperanza Aguirre dice que “en el libro no se dice más que la verdad”. Como es norma de la casa, un alarde ecuanimidad y objetividad. Si nadie revisó los contenidos del capítulo correspondiente antes de ser editado, parece claro que ha primado un cierto descontrol al que siguen el sesgo y la parcialidad tendenciosa para un descarado aprovechamiento político, no exento de un espíritu de adoctrinamiento que ya quisieran, ya, en los mejores centros de ciertos regímenes.
         Al final, lo de siempre. Una cuestión de cordura, de sentido común.