martes, 22 de septiembre de 2015

TITULARES PARA INDUCIR

Titular un texto periodístico tiene su complicación. Síntesis de ideas, podría ser una adecuada definición. Un mensaje en pocas palabras, sería otra. Condensar en un titular los elementos esenciales para atraer o impactar la atención del lector es, desde luego, un ejercicio meritorio.
            Alfonso García-Ramos, cuando nos iniciábamos en La Tarde, pedía concreción y términos adecuados mientras revisaba o corregía. Incluso la sección de deportes. En Diario de Avisos, Leopoldo Fernández quiso siempre una titulación ajustada, aunque a veces pareciera monótona o carente de garra.
            En la memoria personal quedan algunos titulares que, por llamativos, sirvieron para despertar interés, sugerir una sonrisa o motivar cierta admiración hacia los autores. Por ejemplo, durante una primavera en Venezuela, la primera página de Últimas Noticias era escalofriante: “La maté y fui a comulgar”. El Gráfico, de Buenos Aires, puede presumir de una titulación siempre original, proclive incluso a los juegos de palabras. En cierta ocasión, después de una crisis de resultados con seis jornadas sin ganar, encabezó una crónica de la siguiente manera: “2-1. River ya cree en Dios pero aún no sabe rezar”. En el mismo semanario, después que un lanzador de faltas anotara desde fuera del área, el título de la foto, a gran tamaño, era: “Una paloma entró  por el ángulo”. En Diario de Avisos, Norberto Chijeb asimiló de forma osada un título de película para una derrota del Canarias de baloncesto: “Nadie voló sobre el nido de Kukoc”. En el mismo periódico, después de una moción de censura al presidente del Gobierno autonómico, Jerónimo Saavedra, se abría la primera plana así, según la idea de Carmen Ruano: “Abril amanecerá Hermoso”. Y también del Diario, una redactora en prácticas con dificultades para cuadrar la tipografía sobre las perseidas, terminó aceptando la  sugerencia que sí cabía: “Lágrimas de San Lorenzo”.
            Está claro, pues, que el titular representa uno de los elementos sobresalientes de una información o de un artículo. Enrique Bullido, redactor-jefe de Europa Press y profesor asociado de la Universidad Carlos III de Madrid, escribe al respecto que “escribir un gran titular que atraiga, informe, sintetice, impacte, sea ingenioso o incluso emocione y sea recordado es muy complicado”. Bullido insiste en la idea de cuidar, de esmerarse en la elaboración de los titulares pues “un diario de magníficos textos ofrecerá una imagen penosa si está mal titulado y apenas resultará atractivo. Por el contrario, un periódico con textos regulares logrará enganchar al lector si los títulos se han escrito con ingenio o con gracia. Un mal titular -concluye- destroza una noticia”.  
            De lo que se trata, en fin, es de crear expectación. Ello es determinante para adentrarse en un contenido. Si el porcentaje de esta decisión es alto, se debe, sin duda, a que el titular o los titulares influyen en la lectura de los textos que anticipa.
            El profesor Bullido, en su blog La pirámide invertida, recomienda, para obtener un buen titular, que se cumpla el mayor número posible de las características que reproducimos a continuación:    
  1. Que sea lo más breve posible. Un titular con 12-13 palabras empieza a ser muy largo. Pero los titulares ultracortos (dos palabras) solo son para casos concretos y excepcionales. Una buena medida puede ser entre 6 y 10 palabras.
  2. Que centre inmediatamente la idea. Que de manera muy clara anticipe al lector lo que va a obtener de la lectura del contenido.
  3. Que sea inequívoco y concreto. No debe generar dudas. Es mejor hacer un titular directo. Hay que huir del recurso fácil de usar títulos de películas, libros, canciones o frases hechas. También hay que evitar las rimas en el titular.
  4. Debe ser asequible para todo tipo de lectores. Sobre todo cuando la información es especializada (económica, jurídica, etc.)
  5. Debe ser escueto pero correcto gramatical y sintácticamente. Es un error suprimir los artículos para que entre el titular.
  6. Es preferible utilizar el presente como tiempo verbal. Hay que elegir verbos activos, plásticos, que transmitan ideas.
  7. Mejor utilizar una afirmación que una negación o una interrogación.
  8. Los titulares no pueden depender de antetítulos y de sumarios. El lector fija su mirada primero en los títulos y después en los antetítulos y los sumarios. Por tanto no se debe supeditar el título al resto de elementos de la noticia.
  9. El titular debe hacer una promesa al lector que se va a cumplir en el contenido. Es decir, lo que anuncie el titular debe estar contenido en el texto. Las expectativas generadas en un titular no pueden quedar defraudadas en un texto vacío.

Titulares para inducir, que sean un reclamo, que persuadan al lector de una lectura, son, en definitiva, determinantes. Sobre todo, si están dotados de originalidad y rigor consecuente.


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