jueves, 31 de marzo de 2016

UNA MERECIDA INSIGNIA PARA JUANJO

Hay unas cualidades  indiscutibles en Juan José Hernández Palmero, a quien la Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife (APDT) acaba de distinguir con la Insignia de Oro de la entidad: su modestia, su prudencia, su discreción. Hay que exaltarlas, porque de ellas hizo un ejercicio permanente y porque han sido el sustrato de varias décadas de responsabilidad informativa en distintos medios de prensa y radio.
         Vemos a Juanjo guardando la fila para entrar a clase en el antiguo Instituto Laboral, después de Formación Profesional. Y haciendo educación física, con equipaje elemental. Casi siempre, en tránsito -incluso peatonal- entre el Puerto de la Cruz y Los Realejos. Y hasta conduciendo el taxi de su padre. Siempre disponible, apto para un favor, como aquella noche en que hubo que entrevistar a Rubén Cano en los estudios de Radio Popular de Tenerife en La Laguna: ahí estaba él para trasladarnos.
         Porque Hernández Palmero terminó siendo no solo un fiel colaborador y corresponsal de la emisora en Los Realejos sino uno de los editores de la programación deportiva. Se ganó un espacio en el ámbito de la comunicación deportiva en la isla, pasando de los localismos a cometidos de mayor fuste, principalmente las transmisiones en las que terminó especializándose. Lo mejor de su narración era la serena pasión que implementaba, muy en consonancia con su personalidad.
         Vemos a Juanjo con los compañeros de la Asociación admirando de cerca, en vivo y en directo, a personalidades de la talla de Matías Prats padre,  Alfredo DiStéfano o Luis Suárez quien le confesaría que en la isla le habían hecho la mejor entrevista de su vida. Y jugando en aquel memorable campeonato de fútbol-sala reservado a equipos de medios insulares. Transmitiendo desde el campo ‘Los Príncipes’ el célebre primer ascenso de Realejos frente al Marino. Y ocupando un sitio en recintos deportivos, bien pertrechado técnológicamente, atentamente predispuesto para una transmisión o para la conexión de entrada en programas en cadena.
         Incursionó también en la prensa para fortalecer un vínculo que sería definitivo pese a no tener unas raíces muy vocacionales que digamos. Su firma aparece en Diario de Avisos, primero; y luego en El Día y Jornada, donde asentaría su trayectoria profesional, iniciada precisamente en un año olímpico, 1992. En sus páginas ha contado destacadas citas deportivas y publicado reportajes de seguimiento de los clubes insulares.
         Vemos a Juanjo directamente involucrado en la génesis de la Unión de Periodistas Deportivos, antesala de la Asociación de la que ha sido dirigente. Le evocamos en 2004 recibiendo el premio ‘Acacio Labrador’ de la APDT que reconocía la mejor tarea en prensa. Y le atendemos opinando desapasionadamente, con rigor y conocimiento de causa, de cuestiones que interesan a la población deportiva.
         Más de cuarenta años dedicados a la información especializada. No es exageración decir que Juan José Hernández Palmero es el prototipo del periodista deportivo, del profesional hecho a sí mismo, curtido en numerosos acontecimientos. Próximo a su jubilación, esta distinción de la APDT, está insignia dorada,  viene a reconocer su compromiso profesional y sus afanes de cumplir con solvencia la búsqueda de noticias y la cobertura de acontecimientos deportivos.

         Nos alegramos. Sobre todo porque durante todo ese tiempo ha conservado las cualidades de las que hablamos al principio.  

martes, 29 de marzo de 2016

EN LENGUAS DEL PUERTO TE VEAS



En septiembre de 1988, siendo presidente Manuel López García, el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), editó una publicación titulada La Tertulia de los Iriarte. Era el número 1 que comprendía los meses de enero-julio de ese año. Fue una iniciativa interesante, aunque no tuvo continuidad. En aquel número 1 se incluía un texto de quien suscribe, titulado “En lenguas del Puerto te veas”. Entonces, no había dispositivos móviles ni blogs ni redes sociales y ya hablábamos de “popularizar la idea”. Hemos rescatado ese texto del desordenado archivo personal y lo reproducimos sin otro ánimo que el de apreciar las similitudes o las conexiones con las actuales formas de comunicación y difusión.
Escribíamos entonces:
“En lenguas del Puerto te veas”, dice la voz popular, acaso en la sentencia más acertada que jamás pudo imaginar. Porque otra cosa, no; pero pueblo de habladores, nadie puede negarlo. De ahí que no se extrañe el rescate de las tertulias de los Iriarte, se diría que una auténtica necesidad de compartir unas horas de conversación, de contrastar ideas, de indagar en asuntos cuya dimensión puede ser más justa si se hace este sano ejercicio de hablar y de escuchar.
         “No es una figura decimonónica la tertulia. Al menos si se la plantea con ese aire constructivo que significa la consecución de un triple objetivo: formarse, informarse y opinar. En este sentido, a poco que se repase la trayectoria de las celebradas hasta la fecha –por cierto, hay que lograr la continuidad y el hábito, basamentos fundamentales de una iniciativa de estas características- diríase que es una feliz idea rescatada.
         “Idea que hay que popularizar, por lo demás. De ahí, el dicho con el que arrancaba esa impresión, hecha al calor de una participación activa y más que eso, de una defensa a ultranza de la posibilidad de expresarse. Más allá de tentaciones trascendentalistas, bueno será que no se interpreten las tertulias como el coto cerrado de unos pocos intelectuales a los que gusta escucharse o como una tribuna desde la que pontificar. Hay que hacer que las lenguas del Puerto hablen también de las tertulias de los Iriarte. Más a lo fino: crear estado de opinión, convertirlas en un auténtico foro participativo que se haga respetar y que, con el paso del tiempo, adquiera el suficiente peso específico como para lograr que los asuntos, sean de la naturaleza que sean, encuentren allí un tratamiento adecuado y que se proyecte a la sociedad con el empaque y la autoridad que el propio nombre/apellido de la idea y la institución que la acoge sean capaces de imprimir.
         “Quién sabe si hasta evoluciona el dicho popular y las viperinas se tornan en agudas, documentadas y competentes. A fin de cuentas, hemos estado durante tanto tiempo en silencio o en voz baja que mantener una tertulia puede significar hasta un pulso a esa crisis de las ideologías tan aireada en algunos medios. Un pueblo que hable y diga cosas será siempre un pueblo emprendedor. Y un pueblo emprendedor es capaz de renovarse y abrir nuevas vías.
         “La tertulia está viva y nos ha permitido adentrarnos en la historia, enriquecer el presente y hasta barruntar el futuro. Los cuatro ranilleros que hablan de ciencias y artes en la copla han dejado paso a otros muchos que desean algo más que un papel pasivo ante la realidad en la que se desenvuelven o ante la temática que les atrae. A esos otros muchos se han sumado contertulios y ponentes de otras latitudes que confieren a la iniciativa el imprescindible aire plural que distingue al Puerto de la Cruz, cuya efervescencia cultural del final de la década debe servir de catapulta para alcanzar el nuevo siglo con el sello de un emporio intelectual tan llamativo como el turístico.
         “Y la tertulia, en lenguas del Puerto te veas, ha de contribuir a ello decisivamente”.

lunes, 28 de marzo de 2016

TINTA QUE SE SECA, PAPEL QUE SE ARRUGA UN POCO MÁS

Estamos en pleno debate y en las primeras experiencias sobre el cambio de modelo de negocio en el mundo del periodismo. Las empresas lo han entendido: saben que aferrarse a los esquemas convencionales es de muy poca utilidad mientras la era digital sigue abriendo innumerables opciones y los hábitos de los usuarios y consumidores de información van cambiando a ritmo casi de vértigo. El que no lo sigue, se queda descolgado desde luego.

         “Hoy en día las prensas se han detenido, la tinta se seca y el papel se arruga un poco más”, podía leerse en el último editorial de la edición impresa de la prestigiosa cabecera británica The Independent, fundado en 1986 y con una tirada de doscientos cincuenta mil ejemplares allá por 2004.

         Una nueva etapa, con más exigencias si cabe, y con más desafíos profesionales.  “Un gran honor haber tenido su compañía a lo largo del camino… Pero  a medida que un capítulo se cierra, otro se abre y el espíritu [del periódico] florecerá todavía”, escribía el editorialista saludando a la nueva era.

         Curioso que ello coincida con la publicación de un estudio elaborado por otro rotativo del Reino Unido, The Guardian, para analizar el comportamiento de los lectores de diarios ('on line' y 'offline') y del que se concluye que la prensa se ha convertido en el medio menos popular utilizado por la ciudadanía británica para estar lo que se dice puntualmente informada. El estudio, homologado por Ofcom (la oficina de comunicaciones, el regulador británico de la difusión y de la industria de las telecomunicaciones), refleja que un 31% de la población lee un periódico impreso para mantenerse informado, un porcentaje llamativo si se tiene en cuenta que en un estudio similar, confeccionado el año pasado, el 41% respondió exactamente lo mismo.

         La caída se traduce en un retroceso de los periódicos como soporte informativo de referencia hasta situarse por debajo de la radio (32%), de Internet (41%) y de la televisión (67%). Son relevantes, en este mismo capítulo, dos resultados: la caída de  la televisión (en 2015, alcanzó el 75%) y el descenso de la popularidad de la radio, al pasar del 36 al 32%.

         Todas estas tendencias seguro que están influyendo en los criterios para revisar el modelo de negocio y acelerando la toma de decisiones, no digamos si se trata de frenar alguna sucesión de pérdidas en los balances anuales. El estudio de The Guardian, en efecto, consigna el aumento de la popularidad de las fuentes digitales para sustanciar las noticias, especialmente entre los datos demográfico más jóvenes. Por ejemplo: alrededor de la mitad de las personas comprendidas entre los 16 y 24 años de edad utiliza la televisión para ver o revisar noticias. Sin embargo, hasta un 59% de usuarios en ese mismo segmento de edad prefiere la web para leer noticias.
         En lo que concierne a medios concretos preferidos, la fuente de noticias superior, en términos de alcance, es la BBC: el 48% de los encuestados respondió que acudía a este medio para estar informado. El porcentaje, no obstante, se ha reducido; en 2014, era un 53% el que acudía a la citada cabecera. La cadena ITV se sitúa en el segundo lugar, con un 27% de seguidores fieles.

         Finalmente, el sitio web de la BBC (o su aplicación) se constituye en la tercera fuente de noticias más utilizada, con un 23%; en tanto que Facebook, con Sky News, con un 12% es la quinta fuente más popular.


         Lo dicho: tendencias y preferencias de usuarios y consumidores de información que son, en sí mismas, pautas para contrastar cómo evoluciona el modelo de negocio. Es verdad: la tinta se seca y el papel se arruga un poco más. Habrá que tenerlo presente.

sábado, 26 de marzo de 2016

DESINENCIAS DEPORTIVAS, IRREVERENCIAS LITERARIAS

“Desinencias deportivas. Irreverencias literarias”, es un atinado compendio de Deportistas ejemplares (Veredalibros), libro original del doctor, licenciado en medicina y cirugía por la Universidad de La Laguna, máster en rendimiento por el Comité Olímpico Español y deportista, Javier González Pérez, que ha sido maratoniano, ‘ironman’ y maratón ‘des sables’.
         Alguien que escribe, pues, con conocimiento de causa, como ya acreditó en su anterior entrega, Sudando tinta (Editorial Idea), y con varios premios en distintos concursos. Fue también finalista en el concurso de críticas literarias de Babelia, del diario ‘El País’.
         Y alguien que, sobre todo, pone a prueba en este libro su imaginación. Que no es corta ni se agota en cuatro o cinco metáforas ocurrentes. Al contrario, ‘doc’ González -afectuosa licencia con que le tratamos desde hace años- hace vuelos en niveles de toda altura cada vez que inicia y redondea relatos preñados de asertos inverosímiles que enhebra con cierto sentido lúdico y con profunda carga de ironía o sarcasmo.
         El autor revela, además, un dominio lingüístico poco común. Hace gala del vocabulario médico-deportivo en conceptos y contextos hasta revelarse como un artista atrevido, como un experto de la práctica deportiva y de la ciencia médica capaz de atraer la atención del lector con una escritura llamativa que nos transporta por elevación a pistas atléticas, estadios, canchas, piscinas o graderíos donde todo es posible y donde la racionalidad cede ante el posibilismo con generosa capacidad creativa.
         “Desinencias deportivas. Irreverencias literarias”, es el título del texto de contraportada suficientemente revelador del estilo y del fondo de González Pérez: “Microrrelatos de cien caracteres leídos en 9,58 seg; un pensamiento con rosca que se cuela por la mismísima escuadra; renglones nadados con ingenio; una barra de equilibrio hecha con juegos de palabras; historias concentradas de ácido láctico; jabalinas que hacen volar la imaginación; transiciones entre vocales atacantes y consonantes a la defensiva que obligan a repetir el disparo de la lectura; crónicas construidas con letras de tartán; párrafos agarrados a una pértiga que catapultan espejismos deportivos”.
         Deportistas ejemplares, prologado por el atleta Basilio Labrador, que llega a hablar de ironía virtuosa, es la obra de quien, desde joven, y antes de terminar sus estudios universitarios, concibió el deporte como un desarrollo de la personalidad humana que debía aprovecharse desde la triple vertiente física, científica e intelectual. La cubierta e ilustraciones de Adán Luis López Alemán suplementan las doscientas cincuenta y cinco entradas -algunas de ellas, dedicadas- y la Utopía final que proporcionan una interpretación original y diferente del hecho deportivo cotidiano.
         Decir que la lectura del libro de Javier González Pérez es amena, es quedarse corto. Tanta imaginación solo puede producir interés y ganas de saber cuáles son los pasos siguientes entre consultas, terapias, competiciones y seguimientos de espectáculos de masas o de simples pruebas domésticas.

         “El tiempo todo lo puede”, por emplear el título de uno de sus microrrelatos.

viernes, 25 de marzo de 2016

EL CONTENCIOSO DEL LAGO

Empieza a configurarse el contencioso entre el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz y la empresa concesionaria de bares y restaurantes del complejo turístico 'Costa Martiánez' (el Lago, para más fácil comprensión) como uno de esos pleitos que se empantanan y cuyo final es absolutamente impredecible. Además, ofrece episodios y piruetas de muy difícil explicación.

         En síntesis, ya saben: concesionaria que incumple el pliego de condiciones, no abona el cánon durante tres años, Ayuntamiento que deja hacer deja pasar hasta que decide poner punto final, resolución del correspondiente contrato, reversión de bienes y servicios, acuerdo plenario para que la empresa pública 'Pamarsa' se haga cargo de la gestión y se subrogue al personal laboral y fijación de fecha (estaba prevista el lunes 28 de marzo) para materializar la nueva situación.

         Pero he aquí que el juzgado de lo mercantil número 1 de Santa Cruz de Tenerife, a raíz de un escrito registrado por la empresa, dicta una providencia en virtud de la cual el Ayuntamiento no podrá actuar como habían previsto sus órganos. En una información periodística, se señala que la decisión judicial declara necesario para la actividad de la empresa concursada el contrato de gestión de los servicios públicos de restauración del Lago. La providencia, en todo caso, fue dictada con posterioridad al decreto de la alcaldía que fija fecha y hora para la reversión de los bienes.

         Y entonces ahora hay que atravesar los vericuetos judiciales. Largo me lo fiáis (ojalá nos equivoquemos). Mientras tanto, la triste, tristísima realidad es que las deficiencias en la prestación de los servicios son palpables y para nada invitan a los usuarios del complejo, nuevamente sacudido por la desidia y la descoordinación política en la gestión. Alguien tendrá que ser responsable, un suponer.

         Porque los perjuicios para las arcas municipales son evidentes. El Ayuntamiento, tan necesitado según miembros del gobierno local, ha dejado de ingresar (así, a primeros cálculos) un millón de euros. Pero los otros perjuicios, los de imagen deteriorada, los de desprestigio galopante, los de niveles de calidad de prestaciones en declive (pese a algunas mejoras puntuales) son evidentes. Con los antecedentes registrados, los intereses municipales no se defienden como figuras decorativas en tanto que los propósitos de la enmienda son duros de pelar.


         Lo peor, por si no se han dado cuenta: la temporada veraniega ya está encima.

jueves, 24 de marzo de 2016

ESTACIÓN DE GUAGUAS VERSUS PUERTO

Si las cuestiones se miden por números, hay resultados que no ofrecen dudas. Y no solo permiten interpretar preferencias sino hasta sentimientos. Claro que hay factores que relativizan y entonces el fondo debe ser analizado con más detenimiento.
Sirva la introducción para entender los recientes registros de una red social a propósito de dos infraestructuras o dos proyectos en el Puerto de la Cruz que son contemplados de muy distinta manera.
Uno, la estación de guaguas. Por si alguien lo desconoce: la anterior ha sido clausurada por razones de seguridad, la actuación para sustituirla está condicionada por una plena disponibilidad de suelo –gestión administrativa que se ha eternizado- y actualmente hay unas dependencias provisionales para la entidad prestataria del servicio mientras que los usuarios aguardan en aceras y marquesinas, al sol que más calienta, al frío que incomoda o con difícil resguardo de la lluvia cuando cae. O sea, en condiciones manifiestamente mejorables.
Claro que no es la mejor entrada o salida de la ciudad. O si se quiere, no está a la altura, ni mucho menos, de un destino turístico bien considerado ni de las exigencias básicas de una sociedad moderna.
Pues bien, esa necesidad perentoria solo ha producido trescientas noventa y siete firmas en un sitio web, ‘change.org’, dedicado a la libre participación social reivindicativa.
Dos, el proyecto de un puerto, secular aspiración del municipio y frustración palpable de sus habitantes al no haberse podido materializar, estimado ahora poco menos que panacea de la decadencia que padece. No importan los sesgos ni las manipulaciones ni la desinformación ni los condicionantes. Ni siquiera los absurdos de los sueños cruceristas, también esgrimidos a conveniencia como si no alimentaran la frustración, mientras se olvidan de que el grueso de los turistas llega a la isla en avión.
Pues bien, sin mermar un ápice la aspiración popular y aún cuando sea discutible la necesidad de la infraestructura -hay otras cosas que parecen más apremiantes-, el presidente del Cabildo Insular -en un respetable empeño político y personal por defender esta causa, en la que cree- ha logrado reunir a más de dos mil personas en un grupo específico que él mismo ha creado en la red social ‘facebook’. Se pretende, así, un espacio para informar, aclarar, precisar y hasta admitir sugerencias. O sea, fomentar el interés y la participación. Otra cosa es que el método, a la larga, resulte eficaz y no dé pie a otras desnaturalizaciones. Pero, bueno, ese es otro cantar.
En definitiva, que con el termómetro de las demandas sociales sobre la mesa, contrastadas estrictamente -a título indicativo, desde el punto de vista numérico-, a mucha gente le da igual que el servicio de transporte público se siga prestando en las actuales condiciones y con manifiesta incertidumbre sobre el futuro; le da lo mismo que los turistas se lleven la peor de las impresiones y que los usuarios, a cualquier hora, padezcan las insuficiencias, las incomodidades y hasta la inseguridad.
Hay más gente que se ha “embarcado” -y no queda más remedio que entrecomillar el término- en otra actuación, por muy controvertida que resulte en una insólita fase preliminar.

La disparidad es evidente. 

miércoles, 23 de marzo de 2016

EN EL CORAZÓN DE EUROPA

Las imágenes, las fotos, vomitan sangre, dolor e impotencia. Es lo que quiere la barbarie. ¿Qué más se puede decir? Los testimonios, especialmente los de paisanos, son espeluznantes. Parece increíble pero ayer tarde, cuentan, Bruselas era una ciudad fantasma. Ciudad fantasma la capital de Europa. Vivir para ver. Lo esperaban, sí; pero se comprueba una vez más que el terror serpentea lo indecible hasta sortear todos los controles. El fundamentalismo juega al todo o nada. La ciudadanía sufre, la Unión sufre, el mundo se indigna... Víctimas inocentes, ignorantes o ajenas a esta guerra que azota ni más ni menos que el siglo XXI. 
Horror, matanza, pánico... El corazón de Europa se ha visto sacudido por la acción de quienes no entienden otra cosa que las derivadas de su fanatismo. Y en el fragor del caos, en medio de las apelaciones a la unidad, una primera conclusión: ¿son válidas las respuestas militares y policiales?
Lo ocurrido, lo que puede volver a suceder, exige otro tipo de actuaciones que pasa por planteamientos y medidas comunes. Si la Unión fue creada con fines claramente solidarios, ahora hay que acreditarlo, con un compromiso vinculante y con aportaciones de todos los Estados componentes. 
La amenaza está latente, luego es primordial responder con voluntad política indubitada y eficacia en todos los órdenes donde se desplieguen las actuaciones que sea indispensable afrontar. 
 

martes, 22 de marzo de 2016

SERÁ MENTIRA PERO ACERTÓ DE PLENO

Pues la frase será incierta, o mejor dicho, nunca la pronunció Fidel Castro, pero se ha cumplido al pie de la letra. Se la atribuyen desde 1973, por lo que podría hablarse de una premonición: “Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano”. Pero el comandante jamás se manifestó en esos términos.

         Tampoco lo hizo Alfonso Guerra, a propósito de “el que se mueva no sale en la foto”, frase que servía para aplacar movimientos disidentes internos, en especial a la hora de confeccionar candidaturas. Y nadie ha precisado dónde y cuándo lo dijo, pese a lo cual, se sigue insistiendo.

         El caso es que, en el contexto de la histórica visita del presidente Obama a Cuba, han rescatado el aserto apócrifo hurgando en sus probables orígenes hasta el desmentido final. Un escritor argentino, Pedro Jorge Solans, publicó un artículo hace un año en Eldiario, haciéndose eco de un relato que le traslada el entonces estudiante universitario y actualmente taxista cubano, Eduardo de la Torre. Según su testimonio,   Castro habría dicho la frase en una conferencia de prensa, tras una pregunta del periodista británico Bryan Davis.

         En el verano del pasado año, fue publicada como cierta, pero no consta en publicación alguna ni en hemeroteca. Ni hay otra fuente. Es más, del periodista británico, si existió, nunca más se supo. No hay rastro del vaticinio antes de diciembre de 2014, cuando Estados Unidos y Cuba anunciaron su intención de restablecer relaciones diplomáticas. O sea, el proceso perfecto: al final, nadie fue. La frase brotó sola. Y se publicó sola. Y trascendió sola. Y ha estado vigente hasta que, en plena visita del presidente Obama, ha sido desmentida.

         Han terminado diciendo que fue un chiste, una ocurrencia. De un supuesto diálogo entre Fidel Castro y Ché Guevara ¡en 1961!, en el que Castro, a la pregunta del guerrillero, “¿volveremos a tener relaciones diplomáticas con los yankies?”, contestó: “Eso solo será posible el día en que el presidente de los Estados Unidos sea negro y el Papa, argentino como tú”.

         Mucha imaginación, desde luego. Parecería imposible que un ciudadano de color presidiera la nación más poderosa del planeta y que la Iglesia católica tuviera  pontífice de origen latinoamericano. Ya vemos que no: los dos hechos son constatables. Alguna conjunción de factores ha cristalizado como una de las premoniciones más celebres que en el mundo han sido.


         ¿Cuántos se la creyeron?

lunes, 21 de marzo de 2016

PROGRAMAS DE POLÍTICA QUE FRACASAN

No es el primero -ni será el último- de los programas televisivos que retiran de la programación a las primeras de cambio, mejor dicho, apenas hayan sido emitidas dos o tres entregas. Se trata de “Toma partido”, una producción de Cuatro que nació con la pretensión de disputar liderazgos de horarios a espacios ya muy consolidados, como “El Intermedio” (La Sexta) o “El Hormiguero” (Antena3TV). Antes, entre otros, desaparecieron “Diario de Patricia”, “Cuestión de tiempo” (La 1) y “El legado” (también de La 1).
Las cadenas se esfuerzan en encontrar pero no hallan reclamos novedosos e innovadores. En la durísima pugna por la audiencia, ensayan y experimentan pero les resulta dificilísimo acertar. Acceder al 'prime time', donde ya hay productos que gozan de prestigio y han sabido introducir variables que giren en torno a la personalidad de sus conductores o presentadores, está siendo cada vez más costoso.
¿Agotada la imaginación? ¿Todo inventado? Las respuestas tienen que ser necesariamente negativas pero hay que acreditarlo con producciones que sean capaces de enganchar, más allá de lo soez, lo chabacano, lo reiterativo y lo desabrido.
Es lo que ocurrió con “Toma partido”, otro debate político. El formato, muy sencillo: un presentador y cuatro periodistas experimentados intercambiando criterios y opiniones. Un apartado para el público, no solo el del estudio sino el que estuviera en sus casas, una opción de interactuación -o eso se pretendía- de trescientos sesenta grados. El momento, decían sus mentores, era el más adecuado, con la investidura de Sánchez como telón de fondo. Ni siquiera el tratamiento de la actualidad del día y la solvencia de su moderador, Miguel Ángel Oliver, evitaron el fracaso. Cabe preguntarse si el personal está hastiado de política -procesada hasta robustecer el encono- y de periodistas y analistas que se repiten aunque salten de cadena en cadena. Por muy equilibrado que estuviera el elenco, no superaron los setecientos mil espectadores. La apuesta de Mediaset ha sido un fiasco, que se suma al ya experimentado con “Un tiempo nuevo”, otro formato de contenidos políticos que no gozó del favor de la audiencia.
Es lo que tienen estos reveses: de ellos hay que aprender, no solo para indagar nuevas preferencias de los telespectadores sino para ofrecerles algo que confirme que hay vida más allá de la política.



sábado, 19 de marzo de 2016

A DOS CALLES DEL MAR PERO SIEMPRE MIRANDO A LA MONTAÑA

En la mesa concurrían tres primos: el que escribe, la que prologa y el que presenta, y aunque unos fueran más primos que otros, lo cierto es que la estampa llamaba la atención en medio del lleno registrado en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) para asistir a la presentación de Trochas, caminos y veredas (Grupo Montañero), título del libro de doctor Luis Espinosa García, prologado por Margarita Rodríguez Espinosa y presentado por José Javier Hernández García.
         Pero no todo era quedar en casa o en familia pues para eso los susodichos han puesto a disposición de los demás, a lo largo de su existencia, su quehacer profesional, sus servicios y su sensibilidad con todo lo portuense y especialmente con su producción cultural e intelectual. Una mesa de lujo, pues, tan unida por el amor a la naturaleza, a la literatura, a la docencia, a las cosas bien hechas.
         Fue presentado un libro sobre la naturaleza, un conjunto de crónicas en el que el lector, según Hernández García, tendrá la certeza de navegar por un alma que va a ser descubierto. Y es que el autor recorre los paisajes insulares y de otras latitudes con el estilo directo que imponen las circunstancias: los montañeros, los senderistas o los excursionistas que le acompañan no son personajes de ficción sino los amantes del medio natural, de la frescura y de la frondosidad de nuestros montes, de los agrestes caminos y de la diversidad climática en cuestión de pocos kilómetros o de subidas y descensos.
         Cuando no se conocía el senderismo o no era conceptuado como tal en el contexto socioturístico, Luis Espinosa García ya lo había patentado, mejor dicho, ya lo practicaba y lo recomendaba, ya había recorrido y serpenteado parajes y paisajes de toda laya. De modo que por Trochas, caminos y veredas fluyen descripciones, anécdotas, risas y preocupación mientras se informa al lector de cada paso. Es deducible entonces que las páginas huelan a menta, poleo y  orégano, de modo que cumplen con la apreciación de José Javier Hernández García en el sentido de que las crónicas no pretenden ser impresiones desabridas.
         Y es que Espinosa ha vertido algo más que unas vivencias. Este diálogo peculiar, claro, pero lleno de matices, visiones y descubrimientos. Es una plétora de sensaciones que el presentador concentró en el frescor de Anaga y el misterio que envuelve este privilegiado reducto insular, antes de rendir un breve y merecido tributo a la memoria, proclive a la nostalgia: la Peña Baeza, el Grupo Montañero de Tenerife, Vicente Jordán y su Tenerife a pie (Cabildo Insular), el sabio Telesforo, Celestino Padrón, Paco Ortiz, Juan Pedro González… y tantos otros que se patearon la tierra hasta conocerla y gozarla casi palmo a palmo.
         Luis Espinosa García perpetúa en este libro vivencias y experiencias de quienes acreditaron un enamoramiento efectivo de todo lo que aquélla ofrecía -y ofrece-, plasmando sus querencias -y las de quienes le acompañaron- en cada puntual trayecto de fines de semana y festivos. En verdad: se necesitaba, no podían evaporarse sin más tantas experiencias.
         En Trochas, caminos y veredas, Espinosa cumple al pie de la letra la definición que su primo José Javier tuvo a gala atribuir: “Nació a dos calles del mar pero siempre miró a la montaña”.


viernes, 18 de marzo de 2016

ROSTRO DOLIENTE

Se les adivina transidos de dolor indescriptible en esas imágenes y esas fotos que golpean martilleantes a cualquier hora que se las contemple. Los niños, de todas las edades, de varias nacionalidades, el lado frágil de todas las tragedias, de todas las contiendas que en el mundo han sido, sufren, en llanto o en silencio, las inconsecuencias de los seres humanos, las del encono intolerante, las del aniquilamiento entre iguales y las de la incapacidad para dialogar y establecer una convivencia de mínimos.
         Los niños de los migrantes o de los que aspiran a ganarse la condición de refugiados -¡qué precio tienen que pagar!- sufren todo tipo de penalidades en medio de unas más que adversas condiciones climáticas: frío, lluvia, oleaje, temporales… Sobrecogen el alma sus lágrimas, sus sollozos, sus chillidos y sus lamentos, su desespero, ese sufrimiento interior que trasciende cuando alguien les coge en brazos para trasladarles a tierra o cuando se aferran a sus padres o parientes, conscientes (más o menos) de que acaso sea el último asidero; o cuando miran a ninguna parte en el enjambre de las tiendas de campaña, en los charcos, en el lodo o en las agrestes condiciones del medio natural; o cuando saborean un chupete o degluten una galleta y se sienten los más felices del planeta; o cuando acaparan la atención de quienes son tristes espectadores del drama, sujetos activos o pasivos de lo que nadie creía iba a suceder en la vieja Europa del siglo XXI. Pero conviven.
         Tiritan, lloran, enferman, sufren… atraviesan ríos, sortean alambradas, caminan sobre pastizales o pedregales, cruzan fronteras… Van en busca de la tierra donde educarse, donde convivir en unos mínimos de dignidad, donde aprender a saber qué es esto, donde hacer amigos no de penalidades sino de juegos, donde olvidar el rugido de las bombas y los peligros de una travesía marítima, donde no exponerse a los riesgos de la debilidad y donde la vulnerabilidad, cuando menos, disminuya.

         Los niños que huyen, sin saber qué suerte les aguarda. Están aprendiendo tribulaciones. A los ojos del mundo, de reporteros y fotoperiodistas que no dan abasto. Es el rostro doliente de la tragedia.

jueves, 17 de marzo de 2016

¿PAPELETA O PAPELÓN?

Los numerosos críticos de Felipe González cuando, siendo presidente del Gobierno, afirmó que se enteraba de algunas cosas por los periódicos, deben haberse revuelto al leer a Mariano Rajoy, presidente en funciones, refiriéndose a lo que ocurriía en el seno de su partido en algunas instituciones de la Comunidad Valenciana: "No actué porque no tenía ni idea de lo que sucedia".
Da igual que se haya quedado más o menos campante. Hay que admitir, incluso, que al gobernante, en su laberinto, le pueden pasar estas cosas. ¿Otra señal de su soledad?
Pero esta confesión ahora suena como un estampido. Demasiado escándalo, mucho ruido, como para pasar inadvertido. Y sin una sola medida preventiva o correctiva ante tamaño ataque a la ética.
¡Vaya papeleta en plenas funciones! ¿O papelón?

miércoles, 16 de marzo de 2016

CUATRO LUNAS

Menguaba la luna sobre la antigua batería de Santa Bárbara, en un lateral del refugio pesquero del Puerto de la Cruz, cuando los cuatro componentes de la denominada Brigada del Arte interpretaban los papeles respectivos en una singular rueda de prensa -mejor, acto  de presentación- de la iniciativa cultural Cuatro lunas con la que quieren acercar el arte a quienes incluso no lo conocen o les gusta poco.
Allí estaban, en pie de igualdad, sobre el pavimento, sin oropeles, con el reclamo de un disfraz de astronauta, con linternas para superar la oscuridad que envolvía los breves textos que habrían de leer, frente a la veintena de curiosos que respondieron a la llamada en la fría noche portuense. Allí estaban los cuatro gestores y animadores socioculturales de centros, salas y espacios de la ciudad donde el arte y la cultura han encontrado refugio para desarrollar actividades con las que intentar mantener la iniciativa en ese ámbito y consolidar un sello que distinga a un Puerto de la Cruz en tantos extremos decadentes.
Interpretaron bien, con precisión, entre nervios e incertidumbres experimentales. Era otro generador de creatividad, una primera dinamización de lo que se pretende, el arranque. Se trata de hacer coincidir con las fechas de los solsticios y equinoccios a lo largo del presente año una convocatoria con la que exhibir y promocionar la producción de creadores, al tiempo que se da a conocer la actividad que se desarrolla en los espacios que acogen manifestaciones artísticas y culturales.
Cuatro Lunas va a ser, en definitiva, un lugar donde confluyan artes plásticas y visuales, un escenario para performances, un núcleo en el que público y artistas entren en contacto directo, hablen, pregunten, dialoguen y critiquen, favoreciendo la intercomunicación y la interactividad, de manera que el espacio mismo sea el marco apropiado para contrastar el conocimiento y el proceso creativo de los profesionales.
La iniciativa, que cristalizará el próximo domingo 20, comenzará con una ruta titulada 'Inaugurando el arte'. Tras la visita guiada al Museo de Arte Eduardo Westerdahl (MACEW), a cargo del historiador Eduardo Zalba, el pintor Teófilo Galán Ulla explicará su exposición en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias. Juliana Serrano González presentará en la sala de arte joven de la Casa de la Juventud su muestra 'Arché le femme'. En el Espacio Cultural La Ranilla-Arte Cultura, Anna Rita Dallolio hablará de la exposición 'Amigos... mejor dicho ¡Amigazos!'. En el Espacio de Arte Fleming 4, ubicado en Punta Brava, Roberto Rodríguez (RoRo), hará una intervención artística en torno a la exposición 'Algunos ponys rosas'. Finalmente, en El Castillo Espacio Cultural, quedará abierta la exposición de acuarelas de Lambert van Bommel.
La verdad es que el cartel rezuma atractivos por todos lados. El cuarto menguante se ocultaba bajo las nubes pero había brillado la convocatoria, incluso desde la modestia con que fue dada a conocer. La primera de las Cuatro Lunas, sobresaliente. Una vez más, se puso de manifiesto que cuando la creatividad cobra forma, a poco que se la impulse, luce.
Ojalá la sociedad correspondiera. El domingo próximo es la cita.
 
  

martes, 15 de marzo de 2016

DERRUMBE DE LA CREDIBILIDAD

El panorama periodístico del país se vio sacudido por la publicación de los mensajes entrecruzados de los reyes de España y el empresario Javier López Madrid, beneficiario de una de las tarjetas ‘black’ de CajaMadrid, sustrato de uno de los principales escándalos de corrupción a los que hemos asistido en los agitados últimos tiempos.
         Publicarlos o no, esa es la cuestión. Es materia delicada, una decisión siempre controvertida, hasta el punto de que el ministro de Justicia, Rafael Catalá Polo, anunciara una investigación. Cierto que el derecho a la intimidad y a la protección de las comunicaciones hay que protegerlo. Pero la presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), Elsa González, fue terminante al respecto: “El derecho a la información del ciudadano ampara, periodísticamente, la publicación de estos mensajes”. Se basa en que cualquier actividad de los monarcas “constituye una información de interés público, compatible con el derecho a la intimidad y el secreto de las comunicaciones”. En su opinión, el periodismo actúa como “intermediario”. En consecuencia, González da un paso más: “Si alguien es perseguible, es quien revela el contenido de esa comunicación privada como son los sms”.
         ¿Cómo obtuvieron las pruebas de la comunicación, quién filtró, qué buscan o qué persiguen?, serán interrogantes con una vertiente de interés en el debate pero importan menos una vez publicados los contenidos. Si la presidenta de los periodistas españoles defendió este criterio, sus razonamientos son aún más respetables al comprobarse que la información, sustanciada en sumarios judiciales, estaba ya liberada del secreto amparado en los primeros trámites. Para colmo, la prensa generalista guardó silencio, esquivó el tratamiento y miró hacia frentes más facilones, el cisma interno del partido Podemos, por ejemplo.
         Tal actitud, en medio del debate, es lo que ha impulsado a la periodista Rosa María Artal a escribir que “estamos asistiendo al derrumbe de la credibilidad de la prensa tradicional en España”. Y asimilando parte del lenguaje coloquial o intimista de uno de los mensajes enviados, habla Artal de la “Compi-Prensa”, que, en su opinión, marca la agenda mientras “se hunde en ventas de papel y  crece en ellas a través de las pantallas”.
         A propósito de ese lenguaje, en una comparecencia radiofónica dijimos que aún siendo muy fácil hablar a toro pasado, la reina nunca debió expresar esos términos pues eran frases impropias, por mucha confianza que hubiera con la persona destinataria. Cierto que jamás pensó que sus mensajes algún día verían la luz pero algunas experiencias debieron hacerle obrar con más cautela. Lo peor es que, trascendido públicamente ese ‘nivel’, queda una impresión bastante pobretona: la reina también emplea tacos y descalificaciones reprobables. Aún en francés. El daño a la institución -que iba remontando bien, todo sea dicho- ya está hecho.

         Viendo y leyendo todas estas cosas, “menos mal que aún queda el periodismo”, como dice Rosa María Artal. Aunque los propios colegas lo silencien. 

lunes, 14 de marzo de 2016

LOS PORTUENSES NO SOMOS ASÍ

Unas cuantas personas de las decenas concentradas en el exterior de las casas consistoriales del Puerto de la Cruz abuchearon e increparon al presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Carlos Alonso, quien salía de una reunión, la enésima, para estudiar y tratar el proyecto de construcción de la infraestructura marítimo-portuaria del municipio. A su lado, el alcalde de la ciudad, Lope Afonso, que hubo de actuar como escudo atemperador, flanqueado por policías locales, se supone que alertados ante la evidente alteración de ánimos. Ya en la salida, según cuentan, hasta el coche del presidente sufrió alguna brusquedad de los más enardecidos. Carlos Alonso habrá pasado un mal trago, sin duda, del que igual obtiene aleccionadoras consecuencias, entre ellas, no seguir alimentando monstruos que terminan volviéndose en contra. Ya ocurrió en el pasado con determinados compañeros de su formación política que se dieron cuenta tarde y reaccionaron como pudieron aunque el daño ya estaba hecho y el descontrol era irreconducible. De nada valía, además, el acto de contrición: demasiado tarde.
         De todos modos, sin arrogarnos representación alguna, habrá que pedir disculpas al presidente del Cabildo: Perdón, presidente, los portuenses no somos así. No es una frase nueva: la hemos empleado en otras ocasiones, cuando la destemplanza quebró los valores de tolerancia y respeto que han caracterizado a los lugareños, incluso en tiempos de régimen político poco o nada democrático. Lo escribimos en octubre de 2009, en aquel paisaje tras la censura a la alcaldesa Dolores Padrón; en agosto de 2013, tras una abrupta reunión en el salón de plenos del Ayuntamiento durante la que fue presentado el proyecto de remozamiento del paseo San Telmo, para decir que la idiosincrasia de los portuenses es otra; y más recientemente, en septiembre del pasado año, cuando hablamos de vandalismo reprobable a raíz de lo ocurrido con el incendio del coche del portavoz del Grupo Municipal Socialista.
         Han sido episodios violentos, o casi, que, secuenciados, igual se interpreta que entran en contradicción con el pensamiento anterior: los portuenses no somos así. Entonces, ¿por qué ese encono? ¿Por qué esa radicalidad? ¿A cuenta de qué ese fundamentalismo inapropiado? Es como si los virus de la sinrazón hubieran inoculado sin remedio en capas de la población y las soflamas teledirigidas, convertidas poco menos que en arengas delirantes, ya causan efectos contraproducentes hasta liquidar las cualidades de nuestra forma de ser.
         Es válido lo que escribimos en agosto de 2013: “Puede que el estado de ánimo, la decepción ante la incapacidad de la ciudad para despegar y superar la gestión pública, el desencanto ante la gestión pública y el conformismo privado influyan negativamente y generen no solo desconfianza o recelo sino también rechazo. La falta de soluciones prácticas y la insensibilidad para identificarse con los hechos propios han desembocado en una incredulidad que va adquiriendo, por lo visto, estas inquietantes formas de repulsa…”.
         Ahora ocurre que muchos portuenses creen que la construcción de un puerto deportivo-pesquero-comercial es la panacea de las penurias que padece la ciudad. Es respetable esa creencia, aunque la racionalidad práctica de las soluciones y otros apremios del municipio discurran por otras vías. Si la pretendida panacea es sacudida o aderezada con ensoñaciones de cruceros o similares, es fácil que la ilusión se desvanezca. Y que la secular aspiración de la sociedad portuense siga resultando una fuente de frustración.
         El presidente del Cabildo ha sido abucheado e increpado en público por unas cuantas personas justo después de exponer, en el marco adecuado, en el Ayuntamiento, la documentación que sustancia la iniciativa y sobre la que aún mucho hay que hablar, seguro, entre otras cosas, para ver si hay financiación y si el patrimonio municipal, fruto de notables esfuerzos, se valora como es debido. Ya sabe Carlos Alonso lo que es el fuego amigo y por tanto debe ir pensando cómo ponerse a cubierto si es que quiere recobrar credibilidad. Porque lo lastimoso es que los avances que se hayan podido registrar, tanto desde el punto de vista político como técnico, quedan minimizados porque la noticia es esa salida un tanto accidentada, con gente que le grita ¡mentiroso! y le insta a no volver, en un episodio nada edificante.

         Sirva lo ocurrido para palpar la frustración y para ofrecer en el futuro hechos o realidades.

sábado, 12 de marzo de 2016

GALÁN ULLA, UN VIAJE EN EL TIEMPO

Teófilo Galán Ulla, un clásico del óleo, de la pintura bien acabada, propicia un viaje en el tiempo, como definió el historiador Eduardo Zalba en la presentación de su exposición en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), una colección de diecinueve cuadros que reflejan buena parte de sus querencias por la paisajística insular desde que llegó, allá por los años sesenta del pasado siglo (El pintor, por cierto, conserva un envidiable aspecto físico: está igual que entonces).

         El viaje nos transporta al Puerto de la Cruz que ya no existe y a los rincones de Icod de los Vinos, del Pris tacorontero o de Taganana, allí donde inmortalizó con admirable urdimbre polícroma su visión más directa, fiel a un estilo que siempre se caracterizó por el academicismo, la frescura y los matices equilibrados. Hay un ayer que descubrir y en la obra de Galán se plasma con rasgos pictóricos que la hacen sugerente.

         Es el ayer de los bodegones, de las figuras típicas, de la jardinería y de la vegetación frondosa, de los rincones, de los mercados, del paisaje diverso…, siempre con la luz adecuada, espléndidamente captada en sombreros con los que afrontar una vendimia o en las tareas femeninas de lavado en Taganana. Hasta allí se fue Galán en busca de motivos que hicieran manejar con fineza artística pinceles y paletas que logran resultados siempre atrayentes.

         Teófilo Galán Ulla volvió a exponer en el IEHC al cabo de unos cuantos años, aunque nunca se fue del todo pues para eso mantiene abierta su galería en la cercana calle La Hoya. Lejos quedan los tiempos -más de medio siglo- en que el propio artista  se preocupaba de ultimar los marcos en la carpintería del tío Manuel, por donde desfilaban, con la misma finalidad, otros autores de la época (Germinal, Oramas, Tay, Frigola...) que se enamoraron de aquel Puerto de la Cruz en el que toda su geografía urbana era un reclamo mientras el desarrollismo turístico ya navegaba en la máxima velocidad de entonces. Allí donde descubrimos el significado del término paspartú y la difícil elección de las molduras.

         Todo eso fue el viaje en el tiempo, para adivinar el por qué de los ocres en el cielo que envolvía la icodense plaza de la Pila, la generosidad del verdeceledón que adornaba la antigua carretera del norte a su paso por San Juan de la Rambla y la variedad de la tipología edificatoria del ángulo inverso a las balconadas próximas al refugio pesquero portuense -poco reflejado en cuadros, por cierto- rematado con la antigua pescadería de incuestionable sabor marinero.


         Quizá la hora en que pintaba Galán Ulla fuera la clave. Esa hora en la que es posible captar la quintaesencia y hasta lo insólito del motivo. El viaje en el tiempo, entonces, es para descubrir no solo el paisaje inexistente sino las propias cualidades de un pintor que siempre agradará por su pulcritud cromática.

viernes, 11 de marzo de 2016

ACLARANDO COMPETENCIAS

Un cambio de fecha en la publicación de la opinión semanal (en Diario de Avisos) que sirve para rescatar -y adaptar- el título de la sección con la que empezamos a cultivar el género, allá por la segunda mitad de la década de los ochenta. Ahí estaremos -agradeciendo la confianza- después de haber vivido unos cuantos cambios y participando ahora en la revolución que entraña no solo la revisión de la edición impresa sino las transformaciones en el modelo de negocio, claramente abierto al multimedia y la optimización de las potencialidades tecnológicas.
         Aclaradas y sentadas las bases para proseguir la andadura, digamos que cambios son también los que se avecinan en el texto de la ley de pomposa denominación, Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (LRSAL), de diciembre de 2013, una vez el Tribunal Constitucional (TC) admitiese la inconstitucionalidad y anulara algunos preceptos a raíz del recurso presentado por la Asamblea de Extremadura. La decisión del alto tribunal ha sido adoptada por unanimidad y se basa en dos apreciaciones: bien se produce una invasión de competencias de las comunidades autónomas bien se incumple la reserva de ley orgánica del artículo 157.3 de la vigente Constitución Española (CE).
         El municipalismo había recibido de uñas esta norma. El Gobierno de Rajoy desoyó quejas y un rechazo que recorrió el país: hasta algunos propios, varios alcaldes del Partido Popular (PP), manifestaron su descontento, aunque se cuidaran de no armar demasiado alboroto. El rulo parlamentario se encargó de enmendar poco o nada, de modo que la cascada de recursos de inconstitucionalidad era inevitable. El de la asamblea extremeña es el primero en tumbar varios artículos. Habrá que aguardar el resto de resoluciones a efectos de homologar las propias doctrinas del TC.

         De todos modos, en lo que concierne a servicios sociales -sin duda, una de las materias más llamativas para los municipalistas que vislumbraban una puerta abierta a las privatizaciones- la resolución del TC, según su propia versión, explica que el Estado “sólo podrá atribuir competencias locales específicas, o prohibir que éstas se desarrollen en el nivel local, cuando tenga la competencia en la materia o sector de que se trate”. Sigue la decisión del TC: “En materias de competencia autonómica, sólo las Comunidades Autónomas pueden atribuir competencias locales o prohibir que el nivel local las desarrolle; sujetándose en todo caso a las exigencias derivadas de la Constitución”. En consecuencia, y en la medida en que impiden a las Comunidades descentralizar servicios de su competencia, ambas disposiciones “han superado el ámbito que la Constitución asigna a una regulación básica sobre atribuciones locales (art. 149.1.18 CE) y, con ello, han invadido las competencias autonómicas de asistencia social y sanidad” recogidas en el Estatuto de Autonomía. Habrá que continuar con el asunto.