martes, 30 de abril de 2019

OTRA RAYA PARA 'EL TIGRE'

El primer futbolista canario olímpico habría de tener su libro. Y en eso llegó Rafael Lutzardo para llenar el vacío. Fíjense en la composición fotográfica de la portada: al pie, luce el entorchado nacional en el Estadio Azteca y al lado aparece Johann Cruyff, uno de los grandes de todos los tiempos, flanqueado por dos tinerfeños, Juanito 'el Vieja' y José Antonio Barrios, 'el Tigre'. El título y la selección gráfica ya son indicadores suficientes de una motivación respetable que hace justicia a una de las figuras profesionales del fútbol canario.

Hoy estamos aquí para acompañarles, a Barrios y a Lutzardo, a Morales, de Aguere e Ideas, responsable de la edición, a quien hay que agradecerle que en sus iniciativas haya tenido siempre un hueco para la temática deportiva. Satisface compartir el momento con redactores y profesionales de la información deportiva, con estudiosos y memorialistas del fútbol, con compañeros y técnicos que conocieron el éxtasis y los sinsabores de la cancha, el nervio de los vestuarios, la incertidumbre de las gestiones en los despachos y hasta la interpretación de los titulares de prensa.

El “saco de los golpes” -si estuviera Antonio Salgado por aquí, hubiera dicho el “punching ball”-, un '9' clásico, el arquetipo de esa demarcación en una concepción balompédica que se prolongó durante años, sistemas y tácticas. Para jugar ahí y asumir ese rol había que reunir ciertas cualidades: 'el Tigre' las tenía. Garra, temperamento, pundonor, riesgo, velocidad y remate.

De ello y de los avatares de su trayectoria, pero también de la esfera personal, de su infancia y adolescencia, de su humanismo, de sus estancias en otras latitudes y de sus inquietudes como entrenador y descubridor de valores, se habla en las casi cien páginas de esta obra, iniciativa de Lutzardo, que recopila testimonios y referencias de prensa que describen la personalidad de Barrios, apellido que da nombre, por cierto, a la puerta número nueve del estadio Rico Pérez, en Alicante, escenario de tantas tardes de gloria del Hércules en el que militó durante cuatro temporadas de la década de los setenta y con el que disputó ciento quince partidos. Aún se recuerdan en la ciudad mediterránea algunos de sus goles y, sobre todo, sus celebraciones: las de un “Tigre” depredador que marcaba y se subía a las vallas a gritar la conquista y a fundirse en un abrazo con los aficionados que le jaleaban. Y no le olvidan.

Para la posteridad también quedó, por cierto, la rotulación con su nombre de una plaza de Santa Cruz de Tenerife, cristalización de un acuerdo plenario de la corporación capitalina de 26 de octubre de 2012.

Plumas y voces ilustres se suceden en estas páginas de tributo a la memoria del “Tigre”, “uno vestido de rojo”, como se titula el documentado trabajo de Luis Padilla que consigna una sabrosísima anécdota de la madre de Barrios: “José Antonio, ve a devolver ese dinero inmediatamente”, le dijo -creyendo que lo había sisado- cuando apareció con las veinticinco mil pesetas del año 1969, importe del primer contrato profesional a la vuelta de México.

Goles de todas las facturas: argumentos contundentes”, escribe Juan Galarza, quien recuerda la obtención del Trofeo Pichichi que otorgaban los periódicos Arriba y Marca a los máximos realizadores de las divisiones nacionales. Quince tantos anotó Barrios en el ejercicio 1967-68, antes de su internacionalidad olímpica.

Domingo Álvarez confiesa escribir al dictado de sus sentimientos, saboreando el fútbol de entonces y “los procedimientos austeros” de asistencia a los campos, para hablar de alguien que enamoró por el fragor de su bravura, un peculiar ícono blanquiazul cuyo rugido “disfraza a un hombre noble”.

El protagonista de los sueños de mi niñez”, revela José Manuel Pitti en una semblanza no exenta de emoción experimentada, “hechizo y encantamiento”, cuando le entrevistó por primera vez, hasta que la amistosa relación posterior le hizo descubrir al deportista “con las dimensiones de su alma y las medidas de su corazón infinito”.
José Antonio Pérez León también plasma las cualidades humanas del protagonista de este libro: “Siempre fue una persona ejemplar, atenta y caballerosa, elegante y siempre dispuesto a colaborar y enseñar, con su buen hacer y su bonhomía tan peculiares y que todos los que le profesamos aprecio, siempre admiramos”.

Luego, Teobaldo Pérez Arnay inicia una serie de testimonios de amigos, compañeros, técnicos y allegados que, junto al suplemento de reproducciones periodísticas, completan un relato interesante que se lee con fruición y que hace honor a la trayectoria profesional y deportiva de alguien que no solo jugó en varios equipos de postín sino que en todos marcó goles y participó en unos Juegos Olímpicos, sino que se ganó a pulso el reconocimiento de cuantos compartieron sus inquietudes y sus afanes.

Gracias y enhorabuena a Rafael Lutzardo por haber confiado en uno para prologar y presentar este libro que es un tributo sincero y sentido a un deportista que ya entre en la historia del fútbol canario y del fútbol español con todo merecimiento, José Antonio Barrios. Una raya más para 'el Tigre'.

Felicitaciones.

lunes, 29 de abril de 2019

PUES PASÓ


Pues pasó. Ocurrió que el PSOE fue el partido más votado y Pedro Sánchez fortaleció su liderazgo, a un mes de otros comicios. Un registro histórico de participación acredita que los españoles fueron sensibles y quisieron ser sujetos activos de sus destinos en una nueva etapa plagada de no menos incertidumbres.
Sobre el papel, ganó la democracia pero… flota una cierta amargura con el resultado de la extrema derecha. Menos mal que es inferior a las expectativas y a algunas predicciones demoscópicas. Pero llama la atención que, a estas alturas, haya concentrado esos apoyos electorales una opción de cuyas convicciones democráticas cabe dudar. Tan solo escuchar el discurso guerracivilista es para preocuparse, cuando menos.
El roto está en el derechío conservador. Mucho y bien tendrán que pensar y actuar a ver cómo recomponen el maltrecho escenario. En el fondo, es como si ahora la ciudadanía castigó la corrupción de la etapa anterior. En las urnas no había tenido opción de hacerlo. Aznar ya sabe lo que tiene que hacer, sobre todo cuando Rivera, anoche mismo, se lanzó a por todas: el espacio para encabezar la alternativa. Pero su posición con la extrema derecha debe ser nítida y firme. Que mire el crecimiento indiscutible de los nacionalismos, otro de los hechos sobresalientes de la jornada electoral.
Comienza el juego de los pactos. Que dará para mucho, aunque habrá que aguardar a las elecciones europeas, autonómicas y locales para su concreción. Y a otros acontecimientos quizá no tan domésticos pues van labrando una tensión política, inquietante para el futuro que se avecina.
Nada, no desconecten que llega mayo y la campaña, con otros protagonistas y con escenarios ampliados, se reanuda.

sábado, 27 de abril de 2019

TURISMO: MASAS O CALIDAD

Reaparece, tras la celebración del foro Summit Barcelona, el viejo dilema: turismo de calidad versus masificación turística, iniciativa del 'Shopping & Quality Tourism Institute”. ¿Son conceptos incompatibles? Fue una de las preguntas en torno a las que se debatió.

No son fáciles las respuestas, ni siquiera en los interiores del propio sector, tan sujeto a la cuenta de resultados. Hace ya décadas que se destapó la controversia en destinos como el Puerto de la Cruz, cuando la alta ocupación caracterizaba el ejercicio cotidiano. Algunos hicieron ver que aquel camino podría ser el menos adecuado. Y aun cuando pareciera mucho reducir o simplificar las cosas, exponían que era preferible, para dar lustre al destino y al producto, esmerarse en la captación de segmentos turísticos de alto poder adquisitivo, que era como se conceptuaba someramente el denominado turismo de calidad.

Tal como ha evolucionado el negocio desde entonces, con crecimientos no siempre ordenados, con nuevos destinos competidores, con la sostenibilidad mal entendida, hay que partir de factores que repercuten directamente en el desenvolvimiento económico y social: desde la creación de empleo a la planificación urbanística, desde el respeto a ordenanzas a la involucración de la población en el cuidado y adecuado uso de los recursos turísticos.

El director coporativo de Planificación Estratégica y Estudios de Caixabank, Enric Fernández, dijo en la cita de Barcelona que la respuesta al turismo ideal “dependerá del punto de vista: del turista o de la sociedad que acoge al visitante”. Pone como ejemplo, precisamente, uno de los argumentos que dominó aquel debate en el Puerto hace décadas: “Un turista puede valorar con un 9,8 una borrachera de fin de semana en un viaje de fin de semana, pero desde el punto de vista del destino puede que no sea así”.

Aceptando que hay que encontrar un equilibrio, Fernández fue concluyente: “Masas y calidad están reñidos, porque sacrificas atractivo. El turismo masificado significa que dañas más que lo que aporta el número de turistas”.

Pero ¿qué es turismo de calidad? La perenne pregunta, la madre del cordero, el origen de la larga controversia. Hay a quien no le gusta el concepto, como el decano de la Facultad de Turismo y Dirección Hotelera de Santa Ignasi, Ricard Santomá, quien lo califica de “título trampa” y, por tanto, rechaza su utilización. “La gente suele asociar el turismo de calidad con el turistas que gasta más y para mi esto es un error”, explicó Santomá, para quien “un turista que gasta más no es mejor ni peor que otro que gasta menos”.

Cree el decano que, para diferenciar, hay que adecuarse a las expectativas. “Si se toma como modelo de referencia el ingreso económico, corresponderá a un tipo de turistas de más gasto. Si tomas un modelo medioambiental, la meta será atraer turistas más sensibles con estos temas”, señaló.

Y la ciudadanía, ¿qué dice? El fundador de la firma consultora Summa, Conrad Llorens, participante en el foro de la ciudad condal, expuso que “no se trata solo del poder adquisitivo. El turismo de calidad sería aquel que aporta valor a la ciudad de manera global. Que no solo cree valor en el ámbito turístico sino en la interacción con otros sectores”.

Preguntado por si son compatibles el turismo de masas y el de calidad, Llorens respondió: “Hoy el verdadero lujo es la exclusividad. Un poco reñidos sí que están ambos conceptos pero seguro que hay manera de vehicular ambos conceptos. Si tienes cierta masificación y el turismo va a seguir creciendo... algo tienes que hacer”.

Como se puede apreciar, sigue el debate.


viernes, 26 de abril de 2019

CERVANTINAS

Al cabo de cuatro ediciones, lo mejor que puede decirse de las Jornadas Cervantinas de la Villa de La Orotava es que llevan camino de consolidarse. La iniciativa de la Asociación Cultural Alisios coincidió, en 2016, con la conmemoración del cuarto centenario del fallecimiento de Miguel de Cervantes Saavedra. Los promotores tenían claro que debían construir un espacio en el que intercambiar lecturas, experiencias, análisis e investigación -_en definitiva, creatividad_- en torno al célebre escritor y su obra, principalmente el Quijote. En ese espacio, se trataba de dialogar y compartir resultados, de modo que se alentase la reflexión y el debate. Desde luego, un poderoso autor y una obra potente, una de las joyas de la literatura universal (Cómo hubiera gozado la abuela maestra _permitan la licencia_ que enseñaba a leer con las páginas de aquel libro).

Pues mañana concluye la cuarta edición que, a tenor de la programación y de las respuestas cosechadas, ha impulsado el acercamiento de la cultura a todos los públicos. El propósito de lograr una convocatoria inclusiva, se ha logrado. Poco a poco, se va configurando el gran objetivo de iniciativas que surgen y cuya continuidad depende de muchos factores, entre ellos, desde luego, la respuesta popular: ahora la población debe hacer suyas las jornadas, identificarse con ellas, con sus contenidos y hacer que cada año los programas sean más atractivos y aumenten las expectativas. Estamos, en ese sentido, ante uno de los acontecimientos culturales más importantes de Canarias. El apoyo institucional, en este caso de Cabildo y Ayuntamiento, es determinante.

Entonces, pareciera que don Quijote y Sancho cabalgaran de nuevo, un Siglo de Oro redivivo, con entremeses y todo. Los integrantes del colectivo Alisios se han esmerado: el martes 23, Día del Libro, una lectura del Quijote, prolongada durante más de diez horas en el salón noble del Ayuntamiento villero. Participaron miembros de la Fundación ONCE, entre los que se hallaba la cantante Fabiola Socas: una lección de aprendizaje sobre la superación y brillante interpretación de muchas personas con limitación visual, entre ellas, José Claudio Suárez cuyo vídeo en una red social es un auténtico oasis entre tanta majadería y tanto bulo.
Por contar, las jornadas tienen hasta himno propio, “Alisios”, compuesto en exclusiva hace unos años para esta convocatoria por el director de la Agrupación Musical Orotava, Julio Castañeda. Sonó en el concierto de la jornada inaugural que registró la intervención del escritor granadino afincado en La Orotava, José María Espinar, nominado en el certamen literario “Semana Negra de Gijón”.

Estuvo también Rafael Álvarez, “El Brujo”, tan locuaz y tan dominador en el escenario como cabe imaginar, ahora con su obra “Esquilo: nacimiento y muerte de la Tragedia”. Después, sumen: cuentacuentos, ponencias, representaciones teatrales escolares, conciertos y actuaciones corales, entre ellas la de Camerata Lacunensis de La Laguna. En la clausura, prevista para mañana sábado en la iglesia de San Agustín, tienen previsto rendir homenaje al V Centenario de la fundación del convento de San Lorenzo y de la llegada de los franciscanos a La Orotava. Será un brillante colofón, seguro, con las corales juvenil y adulta del Liceo Taoro y un recital lírico_musical de la vida de San Francisco a cargo de Adelina Carrillo y Fran Baute, acompañados al órgano, recientemente restaurado, por Juan Luis Bardón.

Las cervantinas apuntan alto. Hay que congratularse.

jueves, 25 de abril de 2019

EL SELLO DE CÉSAR


César Manrique hubiera cumplido ayer cien años. Lo recordamos en Icod de los Vinos, en ocasión de la presentación de la producción pictórica de Jaime Estévez, que trabó amistad con el lanzaroteño y colaboró con él en iniciativas que exaltaban el Drago. En su isla y en otras localidades han rendido tributo a la figura de César. Los testimonios de reconocimiento y admiración se amontonan.
De su obra y de su filosofía está casi todo dicho. César perdura. Queda su sello. Y la apelación a su defensa de la naturaleza es constante. Armonizarla y no destruirla fue su obsesión. Su mensaje perdura. Caló pero no tanto quizá.
Al Puerto de la Cruz, por cierto, aportó un impulso decisivo para su transformación definitiva, mejor dicho, para la innovación y cualificación de su oferta turística. El modelo del Lago de Martiánez fue asimilado en otras poblaciones. El impacto fue evidente. Hay un antes y un después de la ciudad con el Lago, construido con un generoso esfuerzo de las administraciones.
No quedó ahí su imaginación: también están el paseo de San Telmo y Playa Jardín para acreditar sus concepciones geniales de integración y de respeto al medio natural para disfrute de nativos y visitantes.
El Ayuntamiento le distinguió con sus más altas condecoraciones. El nombre de César Manrique está indisolublemente ligado al municipio. Una vez, en broma, en uno de aquellos arrebatos, nos dijo: “Si le voy a cobrar al Puerto en royalties, de dónde sacaría…”.
Pensar que la directiva de la fundación heredera que lleva su nombre salió a reunirse por primera vez lejos de Lanzarote y no le fue permitido hacerlo en el Complejo Turístico Costa Martiánez, en aquel núcleo que él contribuyó a crear, es como para deprimirse.
En fin, cosas que pasan y que, en el fondo, no deberían suceder pero que, en este mandato, no son de extrañar.

martes, 23 de abril de 2019

AHORA, VERDE BOSQUE

Seguro que Jaime Estévez Santana está de acuerdo con esta afirmación de Enid Verity, esposa del arquitecto y cineasta inglés del mismo apellido, Terence, promotor del célebre festival de música y artes Henley, fallecido en Amman, Jordania:

“El color es misterioso, escapa a la definición; es una experiencia subjetiva; una sensación cerebral que depende de tres factores relacionados y esenciales: luz, un objeto y un observador”.

Cuando lo plasma, empieza a revelar el misterio, por lo menos lo acerca. Es la realización unipersonal. Las neuronas fluyen sin cesar como si hubieran descubierto lo que las ilumina: se han situado, han localizado la arboleda, la frondosidad, lo selvático, la laurisilva... Él es quien observa, el tercer factor que, envuelto en la infinita meticulosidad de la naturaleza, la observa a diestra y siniestra con un solo ánimo: tratar su esplendor.

La mayoría de nosotros habita en espacios urbanos, en ciudades ocupadas donde la madre natura es domesticada y suele quedar relegada a un sitio no tan importante en la vida cotidiana. Sin embargo, la naturaleza es algo más que un lugar -debería serlo- que podemos visitar durante los fines de semana o durante las vacaciones. La naturaleza es nuestro origen, el lugar donde se encuentran todas nuestras necesidades de belleza, misterio y aventura. Brinda muchos regalos. Cómo para desaprovecharlos, cómo para no estar dispuesto a explorar su espléndida y generosa diversidad.

Estévez escogió ese camino. Se dejó atrapar. Le hizo caso al artista alemán nacido en Suiza, cuyo estilo varía entre el surrealismo, el expresionismo y la abstracción, Paul Klee:

“El color me ha capturado. A partir de hoy, el color y yo somos una misma cosa”.

Da igual la fecha en que ocurrió, puede que dos años, acaso más, pero cuando hoy nos muestra los frutos de su producción solo está desvelando que pinta sentimientos, desnudando su alma bohemia, hasta hacerlos poesía naturalista.

Lo suyo ha sido avanzar. Se acerca al medio, a las zonas aún vírgenes, donde no tiene cobertura, al paisaje que parece repetido pero es rotundamente distinto. Sentimientos predominantes en una misma temática, boscosa, arborizada, sendereada, pura, rica, húmeda y cálida a la vez, veredas, caminos, musgos, guijarros, rincones, atrayente por donde quiera que se la mire. La fúlgida vegetación exuberante.

Jaime Estévez puso su imaginación a volar, desde que dirigió “Once miradas” sobre el lienzo, agitó “Burbujas de sueños” y reafirmando su compromiso con el arte, plasmado en tantos frescos y en tantos murales, algunos de ellos en emplazamientos verdaderamente insólitos, hizo que brillara la profundidad, imponente característica de muchos de sus cuadros, aún con incrustaciones de ramaje sobre el lienzo, con petróleo y aceite, todos los materiales, serrín y tierras del lugar tratados adecuadamente, hasta curtirse y terminar pareciendo una escultura. El verde se hizo bosque y los pinceles y las espátulas del artista lo alargaron sin fin.

Porque si se quiere interpretar la idea de la profundidad en la pintura, hay que contemplar los cuadros de un Jaime Estévez pletórico en sus acrílicos, dominador de la técnica mixta y capaz de dar a una misma temática los más diversos enfoques.

Y como si quisiera llevar la contraria al refranero, va colocando las puertas al bosque como elementos de los sentimientos, tan bien trazadas para exaltar la profundidad que dan forma a los mismos acaso para que el espectador seleccione o vea, imagine lo que le interesa. El autor plasma la realidad vivificante de los paisajes que siempre gustaron y cuya luz exacta prepondera hasta la búsqueda de todos los ángulos para su admiración.

Y así van sucediéndose Garajonay, Anaga, Redondo, Los Tilos, La Caldera... el universo soñado por Manrique -César hubiera cumplido mañana cien años-, donde se hubiera sentido dichoso y desde el que hubiera enarbolado todas las banderas de la defensa naturalista. En él Jaime Estévez ha querido incluir dos testimonios de Cantabria, el tope definitivo de aquel verde que le enamoró y que ha querido perfeccionar no importa que dando saltos territoriales y descubriendo todas las singularidades. El pintor surca el camino como un grito sugerentemente desgarrador en defensa de la Naturaleza con mayúscula. Le dio tiempo a hacer efectivo el pensamiento del polifacético artista francés Henri Matisse:

“El color debe ser pensado, soñado, imaginado”.

Este camino representa una etapa de la fecunda producción pictórica de Estévez. Cuando abrazó el verde, abrió la opción de sincronizar con su espíritu humano, con su personalidad, con el bucolismo al que andaba apegado desde que su padre, Marcos, ejerciera una magisterio que no conoció de cansancios ni de adversidades climáticas ni de transportes escasos o limitados, como cuando acompañaba a los bachilleres del Puerto, de Icod, del norte, que hacían el examen de grado en aquel instituto capitalino.

En sus entregas anteriores, en las miradas, en las burbujas, en los murales, en su peregrinaje cultural e institucional y en esta colección tan verdecida, se palpa la evolución de un artista al que un color ha hecho percutir en su propio estado de ánimo.
Sabíamos del verde botella, esmeralda, olivo, de Venus, diosa de la belleza, azulado o amarillento, hasta de mil distintos tonos de los paisajes de la criolla Catamarca y del valle añorado del refrán... pero ahora habrá que hablar también de verde bosque, el camino escogido por Estévez.

Cuando el escritor, arquitecto y naturalista francés que desarrolló la mayor parte de su obra en Argentina, Carlos Thays, escribió que “la felicidad anida más en la nobleza de un bosque que en el lujo sin verde”, pareciera que había visto estos cuadros de Jaime Estévez y estaba pensando en él.

Pensó, soñó, imaginó... Con nobleza, con sentimientos. Con originalidad. Como los grandes artistas.

QUÉ Y CÓMO

¿El qué? La vertiginosa circulación en las redes sociales de bulos y mensajes de odio. ¿Cómo? Afrontarla, combatirla, siquiera reducirla.
Ese fue el dilema planteado en el Seminario de Iberoamericano de Periodismo y Comunicación celebrado en la antesala de Congreso Internacional de la Lengua que tuvo lugar en Córdoba (Argentina).
La directora de El País, Soledad Gallego-Díaz no dudó en afirmar que,mediante estos vicios, las redes se están convirtiendo “en armas de distracción masiva”. El mal uso de las mismas se ha disparado. Parecen una tentación palpable y permanentemente abierta con tal de lanzar cualquier engendro. De ahí surge la necesidad de diferenciar entre los derechos a la información y a la comunicación, más concretamente, entre periodismo y comunicación. El debate está abierto en los propios medios, en foros y en géneros tan utilizados como la tertulia.
La misma Gallego-Díaz advierte de que es indispensable armarse de profesionalidad para saber superar dudas y no solapar ámbitos. “La comunicación no debe atender a reglas, faltaría más. Resulta una actitud básica comunicarnos en la vida -dijo antes de precisar: “El periodismo, para ser fiable, sí las tiene”.
En ese contexto, surge la importancia de dotarse de códigos éticos para la autorregulación, expuesta en vísperas de la campaña electoral en forma de demandas trasladadas por las organizaciones y colectivos profesional a los aspirantes a la presidencia del Gobierno. El director de la Escuela de Periodismo UAM/El País, Alex Grijelmo, interviniente en el citado congreso, señaló que “los periodistas estamos amparados por la libertad de expresión; pero no por el derecho a insultar o mentir”.
Por cierto, ante la proliferación de anónimos o de fuentes que son identidades falsas, Grijelmo concedió mucha importancia a la firma, a la autoría reconocible con ella. Aunque parezca algo elemental o básico, el periodista asegura que el nombre se ha convertido en todo un símbolo de defensa. “Nuestro nombre en un artículo -proclama- conlleva libertad de expresión y al tiempo responsabilidad de cómo ejercerla”.
Qué y cómo. Queda mucho por hacer e insistir para acercarnos a ese ideal de lectores y consumidores de información críticos, capaces de discernir sobre la oferta que se les presenta y de interpretar cuanto contiene. Las amenazas de los vicios en las redes son tan nocivas como el sesgo mediático derivado de causas como la concentración de medios o el decantamiento ideológico.
Por eso es tan importante diferenciar los derechos citados. Y respetar las reglas y las formas. La protección de aquéllos y de las libertades depende del rigor y de la profesionalidad. Ante los tiempos que se avecinan, ante los riesgos que se vislumbran, ante los males que se han enquistado, qué y cómo se configura como un doble desafío al que hacer frente con formación, profesionalidad y máximo sentido deontológico.

lunes, 22 de abril de 2019

HABRÁ QUE ESPABILAR

El dato es preocupante y revelador, sin alarmismos, de que se avecinan tiempos difíciles. Está extraído del último informe de la asociación empresarial Exceltur sobre 'Perspectivas turísticas', referido al primer trimestre del año en curso: se confirma la tendencia de desaceleración en la actividad turística advertida en los meses anteriores, bien es verdad que se produce un incremento del 1,5 % en el Producto Interior Bruto (PIB) turístico. La tendencia hace que la citada organización rebaje en una décima, del 1,7 al 1,6 %, la previsión de crecimiento para el presente año.

Los factores que determinan estas cifras van, desde el ángulo positivo, varían entre el aumento del empleo y del gasto medio y la saludable resistencia del mercado británico que, pese a todas las incertidumbres del brexit, sigue siendo el primero de los emisores hacia nuestro país. Pero la disminución de la estancia media y la reducción de visitantes alemanes aportan sombras y explican, en cierta medida, esta evolución.

Un menor dinamismo en la demanda internacional y la notable reducción de las pernoctaciones, según Exceltur, son causantes de la inquietud despertada en el sector. Las pernoctaciones, en efecto, cayeron un 1,6 % en el primer trimestre del año, porcentaje equivalente a una reducción de dos días en la estancia media. Dos, tal como iban las cosas, son muchos días. El vicepresidente ejecutivo de la organización, José Luis Zoreda, confirmó durante la presentación del informe que aunque hayan venido más turistas a España, permanecen menos tiempo en el destino escogido. Añadió que si la cifra de turistas registrados en nuestro país en 2018 alcanzó los 8,8 millones (un 1,1 % más que el año anterior), se necesitarían ahora 2,5 millones de visitantes más para igualar las pernoctaciones contabilizadas en 2017. Seguro que estos datos explican por si solos el ya célebre concepto de “turistas prestados”.

El gasto medio, para quienes quieran seguir viendo la botella a medio llenar, se incrementó hasta el pasado mes de marzo un 4,7 %. Es curioso, desde luego; menos tiempo en el destino pero mayor promedio de gasto. A tener en cuenta, desde luego, para apreciar la importancia de la oferta y los servicios de calidad.

El informe incluye otro dato que no hará gracia a los responsables del sector en Canarias y al empresariado que duerme soñando con la cuenta de resultados: en plena temporada alta, hay más de novecientas mil noches de alojamiento menos, lo que equivale a una caída del 5,9 %. Notable, sin duda. Y es que, siempre según Exceltur, “el crecimiento moderado de la demanda nacional no podrá cubrir la demanda de la contracción de la demanda extranjera, en especial en los destinos de sol y playa, muy afectados por la recuperación de los destinos competidores del Mediterráneo”. Otra vez los turistas prestados.

Si el mercado británico apunta, incluso, una leve mejoría en el concepto pernoctaciones, las tendencias del mercado alemán no son tan buenas pues vuelve a fijarse en destinos como Turquía. Y no digamos de los mercados nórdicos que acusan descensos casi del 15 % en sus noches de alojamiento.

Total, que la fiesta no se ha acabado pero palidece la euforia. Veremos cómo evolucionan en los próximos meses estas tendencias y, sobre todo, cuáles serán las respuestas en verano y en el último cuatrimestre del año. Habrá que espabilar.

sábado, 20 de abril de 2019

CAMPAÑA PROCESIONAL

Curiosa campaña esta. De no haber sido por las discordias en torno al debate -o los debates televisivos-, todo discurría en una cierta tónica apacible y casi indiferente. La coincidencia con un período como el de Semana Santa ya hacía prever una disminución de la intensidad, de modo que los estados mayores de los partidos tendrían que hacer verdaderos esfuerzos de imaginación creativa para captar la atención de los electores o mantener la motivación hasta bien entrada la campaña. No bastaba con discursos sensatos ni mentiras desatadas ni absurdos inmisericordes ni hurgar en las heridas de las cloacas ni las invocaciones nostálgicas o revanchistas... Lo propositivo volvía a quedar en segundo plano. Hasta los debates, veremos.

Todo estaba preconfigurado con antelación: dos bloques y cinco partidos. Pero los rasgos generales indicadores de una campaña distinta son claros: la cartelería ha disminuido un montón, hasta el punto de que algunos ayuntamientos ni siquiera han instalado paneles para la pegada y reposición. Las pancartas pasaron a mejor vida. Megafonía, con música o cuñas, ni está si se la espera. Mitines, los justos, cuanto más asegurados de asistencia mediana, mejor. Paseos o caravanas de coches, demodé. Algunas sedes de partidos, otrora caracterizadas por la efervescencia, ahora aparecen cerradas y sin información sobre horarios. La movilización no se hace ahora desde los cuarteles generales para ganar la calle en las fechas previas a los comicios: ahora hay que hacerlo para conquistar las redes sociales, para multiplicar mensajes digitales, para esparcir bulos, paparruchas y descalificaciones o para difundir algunas imágenes, entre informativas o relevantes de patinazos y extravagancias.

Denuestos y más denuestos... Especulaciones y plétora de conjeturas.

Y eso que algunos medios han ofrecido análisis comparativos y estudios minuciosos de las ofertas programáticas. Hay hasta detectores de mentiras o deformaciones con que candidatos y dirigentes convierten algunas afirmaciones y algunas estadísticas. Pero no dejes que lo sustancioso o lo esencial prepondere sobre un titular hiriente, grueso o llamativo.

En algunas localidades, como pudimos comprobar el jueves en la ruta norte de la isla, no pareciera ni que estamos en campaña. El asueto o el fervor se imponían. Qué tiempos aquellos en los que a las nueve de la mañana ya había un parte de las carencias de recursos de campaña en los barrios o de la distribución del mailing a mediodía sí era con candidatos, mejor- a la vez que se anunciaba el acto de la tarde-noche.

Esto ha cambiado, vaya que sí. Ahora la inmediatez tiene otra cara y otros reflejos. Ahora predominan los postureos. Que circulan por esas redes a velocidad de vértigo, da igual susurrando a las vacas que echando unas manitas de dominó.

Con tal de aparecer. Por eso no ha faltado campaña procesional, claro.

viernes, 19 de abril de 2019

MOVILIDAD URBANA SOSTENIBLE

Desaparecen los plásticos, se imponen los coches eléctricos, se suceden incontenibles los avances tecnológicos, los jóvenes se toman muy en serio el cambio climático -porque no hay planeta B-, la intercomunicación es cada vez más ágil -en el incendio de Notre Dam, las redes sociales fueron por delante- y todo se hace ya en clave de sostenibilidad. La sociedad experimenta sus cambios y su evolución a ritmo de vértigo y el tiempo que nos ha tocado vivir -a veces sin darnos cuenta-, con esos y otros factores determinantes, es apasionante.

Por eso importa todo cuanto se relacione con los modelos de desarrollo, con la planificación y la implementación efectiva de la gobernanza. Estamos en los albores de una nueva era y es preciso andar preparados para ofrecer respuestas a las inevitables exigencias que van apoderándose de los nuevos escenarios.

Un ejemplo: la movilidad urbana. Andamos en las islas no conscientes del todo con la carga que sufre el territorio y sus derivadas. Algunas sufren ya un claro colapso de algunas de sus infraestructuras viarias. Crece el parque móvil pero son las mismas carreteras, lo que es igual a un problema de insuficiencia. Cuando hay una concentración horaria o un accidente de circulación, se resiente todo, se altera un montón de esquemas: desde el retraso para un desplazamiento aéreo a la demora o incomparecencia a un examen o a una consulta médica (El alivio apreciado estos días en el tráfico de las autopistas tinerfeñas debería ser estudiado para pergeñar posibles soluciones).

En Bilbao, el pasado mes de febrero, se habló de movilidad sostenible en el curso de un congreso internacional. Dijo el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, que es necesario “cambiar esa cultura que heredamos” con respecto a los territorios y las ciudades, de manera que no obliguen a los ciudadanos a afrontar diariamente grandes desplazamientos, en tanto que, a su vez, implementen nuevas alternativas de movilidad sostenible. Las grandes tecnologías serán clave en ese doble propósito.

El congreso se saldó con una Declaración que ojalá no quede en eso, en una formulación teórica de intenciones, sino en una referencia de clara vocación pragmática que impulse los cambios y los comportamientos que se pretenden. En sintonía con resoluciones ya aprobadas o en marcha, como la Nueva Agenda Urbana, los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030, el primero de los compromisos asumidos es que los gobiernos locales y territoriales se comprometen a crear espacios de diálogo y participación ciudadana con el fin de nutrir la toma de decisiones en materia de movilidad urbana. A ello se añade que “el sector privado, académico y organizaciones de la sociedad civil se comprometen a ser partícipes de este sistema de gobernanza”. Una prueba es que las empresas de transporte automoción y energía habrán de orientar de forma progresiva sus procesos de diseño y producción hacia medios de transporte sostenibles, de mínimo impacto ambiental, seguros y eficientes. Y otra, a tener en cuenta por la parte que nos toca: los gobiernos locales habrán de fomentar el uso del transporte colectivo “garantizando que sean asequibles y que cuenten con una adecuada cobertura horaria y territorial”.

Está claro: no hay que perder tiempo.

jueves, 18 de abril de 2019

AXIOMA DE MANUEL ALCÁNTARA

Siempre, mientras haya curiosidad, existirá el periodismo”, dijo en cierta ocasión del periodista y escritor Manuel Alcántara, fallecido ayer en Málaga a los 91 años. La frase se convirtió en axioma, claro.

Porque Alcántara era un clásico, uno de los grandes, a quienes leíamos con fruición en los años setenta, en la etapa de plena dedicación al periodismo deportivo. Una crónica suya, en Marca, era como una suerte de antesala de literatura. La adjetivación, la metáfora comprensible, la elegancia en la escritura eran cualidades de quien aportaba originalidad y sello propio, especialmente en disciplinas tan complejas como el boxeo. Junto a Fernando Vadillo, Antonio Valencia y Jesús Fragoso del Toro, uno de los admirados maestros. Y muy cerca de nosotros, un alumno aventajado, Antonio Salgado Pérez (Ansalpe), autor de excelentes trabajos sobre el pugilismo canario, que conocía al dedillo.

El poeta que abandonaba el verso para bajar al ring a escudriñar historias con su estilo propio”, le definió Enrique Delgado Sanz, en un despacho de la agencia Efe en ocasión de la presentación de la obra La edad de oro del boxeo (Libros del KO), coordinado por los periodistas Teodoro León y Agustín Rivera. “El buen cronista convierte el episodio en mitología y Manuel Alcántara transformaba el boxeo en un poema homérico”, dijo a propósito Juan Soto Ivars, en elconfidencial.com. Agustín Rivera, precisamente, señaló que Alcántara “escribía sus crónicas con un solo guante”, afirmación que le permitía distinguirle de otros cronistas, acaso menos apasionados, pues “no se cegaba con patriotismos y siempre esgrimía la justicia, hasta contra sus amigos boxeadores”. Y es que el periodista, cuando comenzó con sus reseñas pugilísticas, ya era Premio Nacional de Literatura.

En febrero de hace dos años, un día después de aquella frase, publicábamos aquí mismo una entrada que parcialmente reproducimos:

“Bueno, pues ese Manuel Alcántara propinó entonces un sutil golpe, con un solo guante, un uppercut certero invitándonos a la curiosidad para mantener encendida la llama del periodismo, sometida a casi todos los soplos que en el mundo han sido -el último, el del mismísimo presidente de los Estados Unidos- para sufrir el apagón, pero nunca el tiro de gracia. Y para ello, insiste en la función de formar, tan importante como la de informar, seguro que con la intención de cultivar intelectos sanos, interesados (curiosos) y críticos.

Fue la cuentista y poeta norteamericana Dorothy Parker la que sentenció que “la curiosidad no se cura con nada”, aunque Pedro Almodóvar es quien se enorgullece de que la naturaleza le haya dotado de “una curiosidad irracional hasta para las cosas más nimias... La curiosidad es lo único que me mantiene a flote”. Seguro que el maestro Alcántara brindaría con la afirmación de Parker y si bien igual no comparte la irracionalidad de la que habla el cineasta, lo importante es que los propios cambios que están produciéndose en los medios de comunicación, en un frenético devenir, deben ser examinados con curiosidad, pues tal como ha señalado, “en este oficio hay que renovarse diariamente”.

Ya saben: cultivando la curiosidad para que el periodismo sea eterno. Nada mejor que un poema del autor malagueño (Si vivir consistiese en darse cuenta) para entenderlo:

Si vivir consistiese en darse cuenta,
ganar el corazón, perder el hilo,
mostrarle el pasaporte a los espejos,
ponerse a hablar de usted consigo mismo,
volver por las aceras sin memoria,
demorarse en los labios conocidos,
si vivir fuera sólo estar sobrando,
estar de más, estar más que perdido,
saber que no hay remedio, que los dioses,
famosos por sus sombras y sus signos,
ya planearon sus crímenes perfectos,
sus crímenes sin rastro y sin motivo,
si vivir consistiera en aquel tiempo
en el que no queríamos morirnos,
si vivir fuera ser un extranjero
que llega a amar mucho a un país distinto,
si vivir no tuviese consistencia,
sólo un momento dado y no pedido,
si los muertos se mueren, que se mueren,
nadie, nunca jamás, estuvo vivo”.

Adiós al maestro Alcántara, que una vez le precisó a Jorge Valdano que lo del miedo escénico lo había acuñado Borges. En su edición de ayer, la versión digital del diario marca.com reprodujo en su portada un magistral comentario titulado “Los dos son campeones”, alusivo al célebre combate entre Pedro Carrasco y el paisano Miguel Velázquez, con el título europeo de los ligeros en juego, “el más dramático que hayamos presenciado en muchos años”. Es imposible resistirse a esta descripción:

“Los golpes restallaban en los rostros macerados, suenan con un chapoteo bermellón, van y vienen en busca de todos los puntos posibles de la anatomía del adversario. Ambos boxeadores ven a través de sangre y el contrario es para cada uno de ellos un inabatible fantasma colorado...”.

Adiós y gracias por tantas enseñanzas.