sábado, 6 de abril de 2019

DOS MIL INTERMEDIOS

Eran dos mil programas pero Miguel Ríos acompañaba a El Gran Wyoming dando la bienvenida. En directo. Eran dos mil intermedios y él mismo cerraba la cifra cantando junto a Ana Belén y Amaral “Maneras de vivir”. En directo, respaldados por la banda Los Insolventes. Había que hacer algo distinto para la ocasión pero, contextualizado, sin perder señas de identidad. A fin de cuentas son trece años en antena, todo un récord si se tiene en cuenta el género del programa, un derroche de humor inteligente, entremezclado, de vez en cuando, con testimonios, reportajes y análisis serios. El contratelediario, la verdad desde otro prisma contada, con ironía y sorna, sarcasmos, absurdos y gags en prime time, después de conocer las noticias de la jornada. Un informativo altermativo que ya es un clásico. La actualidad, de otra guisa.
El Intermedio (La Sexta TV) cumplió, en efecto, dos mil programas. Que dan para mucho, claro, al cabo de tantas temporadas, catorce. En la sala Florida Retiro, de Madrid, allí donde Lola Flores perdió un pendiente, no solo parodiaron el hecho sino que entremezclaron flashback (escenas retrospectivas), secuencias y preguntas distendidas a los invitados. Y eso que todo empezó con los testimonios de invitados que expresaban su imposibilidad de asistir. Wyoming dio la vuelta y aprovechó las negativas para ir entrando en calor, aportando ese singular toque irónico.
Después, Sandra Sabatés, Thais Villas, Gonzo y Dani Mateo, los habituales, los otros locutores, fueron desgranando, con sus peculiares estilos, cómo se hace un espacio televisivo de humor en el que se han reído de sí mismos en alguna oportunidad, sin renunciar a la autocrítica. La directora del programa, Carmen Aguilera, puede sentirse satisfecha: la edición 2000 estuvo a la altura de lo que puede esperarse tras un bagaje sustancioso, original y divertido, plagado de creatividad, animado y osado.
Dos mil intermedios han dado para mucho. Un espacio televisivo que es un canto de libertad con el que discernir y echar unas risas antes del descanso cotidiano. Lo que empezó siendo entretenimiento es ahora una puja por dar un tratamiento diferente a la actualidad informativa. Que nos sigan contando la verdad.

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