jueves, 28 de mayo de 2009

CHAPUZA

Hay un concurso para determinar, más o menos, la palabra preferida de los españoles.
Va ganando 'chapuza'.
No se sabe bien por qué pero ese es el vocablo que escogen los encuestados entre las más de noventa mil palabras, según cuentan, que tiene nuestro vasto idioma.
Es probable que un buen número de encuestados no sepan muy bien lo que significa pero lo tienen al alcance para expresar todo aquello que no les gusta de cierta actuación o cierto desarrollo. Es un término recurrente, o sea, muy válido, para cuaqluier cosa negativa.
Dos acepciones lexicográficas, en efecto, nos dan el alcance de chapuza: obra o labor de poca importancia y obra hecha sin arte ni esmero.
A los ciudadanos les gusta el vocablo. No quiere decir ello que todos los españoles sean chapuceros pero sí se ve que está muy extendida la idea de que hacemos o nos comportamos sin mucho rigor o sin mucha calidad que digamos.
Cosas del carácter. Así como en tiempos nos distinguió la picaresca, ahora, en la sociedad del conocimiento, nos revela la chapuza. A saber si no forma parte de aquélla.
Cambiando de tercio: lo que no es una chapuza es el triple título del Barcelona F.C. en la presente temporada. Ese fútbol, esas estrellas, ese estilo...
Hoy estarán que no caben en sí de gozo los barcelonistas.
Para quienes piden que nos asociemos al éxito de un equipo español, de acuerdo. Pero ni una mísera bandera española fue vista en aquel inmenso festejo.
No importa. Vaya éxtasis el suyo. Enhorabuena. Que lo disfruten.

miércoles, 27 de mayo de 2009

ESCLAVOS DE LAS AUDIENCIAS

En la televisión se es esclavo de la audiencia.
Producto nuevo que aparece en pantalla, producto supeditado a la respuesta que den los televidentes, a la cuota de visión que haya producido, a esos porcentajes que condicionan el futuro del programa. Sobre todo, si los registros son bajos.
Así como se afirma que lo que no figura en agenda, no existe, también puede decirse que el espacio televisivo que no supera determinadas cuotas de pantalla está condenado al fracaso, o si lo prefieren, a la desaparición.
En su día, cuando recién habían hecho acto de aparición las privadas, vivimos de cerca el ansia de algunos ejecutivos y editores de informativos: abrían los periódicos por las páginas dedicadas a la información audiovisual. Buscaban los resultados de las primeras mediciones de audiencia y el contenido o los enfoques de los comentarios críticos. Se palpaba su ansiedad.
Imagínense hoy, con la competencia, con el número de canales, con la llegada de la TDT, con algunas inefables emisoras locales...
El caso es que a lo largo de los últimos meses hemos asistido a fiascos, a fracasos de productos televisivos (engendros, dirían algunos), pese a que éstos aparecían incentivados por la presencia de destacadas figuras del medio. Nada: tropezón y a ver si se levantan.
Por ejemplo, "La tribu" (nombre copiado de aquella célebre novela de Manu Leguineche), con Sardá, Milá, Izaguirre y Latre, quienes, por su trayectoria y éxitos anteriores, podrían ser considerados "animales televisivos". Milá renunció después de dos programas. Sardá palpó que el experimento no funcionó. No por mucha telegenia acumulada se garantiza el éxito.
Otro ejemplo, más cercano: "Sin secretos. Así somos los canarios", en la Televisión Canaria. Ni el horario ni la fórmula ni los contenidos ni una presentadora de postín, como es Cristina García Ramos, se han hecho acreedores de la confianza de los telespectadores. Un desastre, según convergen los que aguantan diez minutos.
Y ahora, el turno de "Malas compañías", en La Sexta, presentado por Manuel Fuentes. Su estreno, en prime time de domingo, apenas alcanzó el 5% de la audiencia.
Se nota, se siente que hay crisis de ideas, que cuesta parir nuevos productos televisivos. Y que no basta el pedigrí profesional para conducirlos. Las segundas, terceras y hasta cuartas partes que algunos afrontan vienen a significar, audiencias en la mano, que no aciertan y que están muy vistos. Nunca se debe decir acabados: un respeto.
Pero parece que los telespectadores, que también tienen a la televisión como recurso para combatir o sobrellevar la crisis, no están por la labor.
Y como se es esclavo de su mando y de su clic, generadores de audiencia, pues ya ven las consecuencias.

lunes, 25 de mayo de 2009

DISUADIR, PARA CONTINUAR

Disuasorio. Ese es el primero de los efectos que produce el auto judicial que exculpa al vicepresidente del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria. Disuadir, según la 22ª edición del diccionario de la Real Academia Española significa: "Inducir, mover a alguien con razones a mudar un dictamen o a desistir de un propósito".
Pues muy bien, dicho sea con todos los respetos: como no es delito aceptar cierta dádiva pese a que desde un ámbito público hay una decisión que depende del receptor, no vuelva usted por ese camino porque se va a encontrar con el rechazo. No se utilice ese recurso, no se meta en tales vericuetos, dedíquense esfuerzos y energías a otras cosas... políticamente más productivas.
Disuadir también de la tentación que supone residenciar en vía judicial los contenciosos políticos. Lo apuntaba un sesudo columnista en la primera reacción tras conocerse el contenido del auto: no se puede hacer política y periodismo con el Código Penal en la mano. Vale. Que decida la ciudadanía en su momento: si premia o castiga, si las resoluciones judiciales no eliminan las sombras de las apariencias, en fin, si mantiene o no la incredulidad.
Pero han sido tantos años de impunidad, de que todo se puede hacer porque no pasa nada, anda tan extendida la impresión de que política se asocia a corrupción o a malas artes, que la encomienda a la justicia parecía el único y el último camino. Es como si los jueces se hubieran cansado de tantos dimes y diretes en los medios de comunicación, de tantas diatribas entre políticos de distinto signo.
Entonces, este auto exculpatorio debe servir de base a una reflexión en el devenir de la política canaria: que no se instrumentalice la justicia con fines políticos y que nadie, ningún cargo público se confíe pese a la ausencia delictuosa en sus actuaciones y decisiones porque siempre flotarán las vergüenzas o las aristas dudosas de determinados comportamientos. Luego están las habilidades y la capacidad para resistir, escurrirse, salir airoso y para gozar de tratamientos mediáticos; pero ese es otro cantar, no exento de victimismos, por cierto, y en el que cabe no incurrir en la desmemoria si es que se quiere evitar agravios, como por ejemplo -salvadas las distancias y la naturaleza- el caso del político y abogado grancanario Carmelo Padrón, que aguardó doce años a que terminara la instrucción y se resolviera la causa en la que estaba inmerso.
Y otra reflexión: cierto que cuando el campo de la fiscalización política se agota, o cuando se hace un uso torticero y a conveniencia de las reglas del juego en el marco de las instituciones en las que se representa a la voluntad popular, no parece quedar otra opción que los tribunales, no está claro que quienes desde las líneas de la oposición elijan esa vía, por muchas evidencias, por muchas "teóricas" pruebas, por mucha ampulosidad mediática de que pudieran gozar y con todo ello, persuadir, no está claro, no, que vayan a obtener réditos políticos.
Procede preguntarse, al hilo de estas reflexiones, y del propio efecto disuasor, si decisiones como la que nos ocupa son válidas para disminuir la carga de radicalización que caracteriza la vida política canaria. Que hubiera más sosiego, que hubiera menos crispación, lo agradeceríamos todos y serviría hasta para que no aumente el desinterés y el desapego de muchos ciudadanos hacia la política. Pero, ojo, señoras y señores jueces: que tampoco contribuyan a que aumente la impunidad de quienes pueden creerse con bula o patente de corso pues la perversión del sistema puede alcanzar niveles difícilmente controlables llegado el momento. Otrosí: a que cunda la desmoralización y la desmotivación, viendo que en Canarias, con perdón del poeta, todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar.
Desmoralización y desmotivación, por cierto, que también corre el riesgo de extenderse no sólo entre los justiciables, sino entre los mismos profesionales de la policía. Porque todavía, hay que recordarlo, quedan por resolver en sede judicial en las islas unas cuantas incógnitas y unos cuantos casos asociados a presuntas tramas y a presuntas comisiones delictivas. Y a la espera, no se olvide aquella maldición gitana, pleitos tengas y los ganes.

sábado, 23 de mayo de 2009

LA ALARGADA SOMBRA DE AGATHA CHRISTIE

Es una iniciativa plausible, digna de respaldo.
El nombre de Agatha Christie, la escritora británica, va a quedar definitivamente vinculado al Puerto de la Cruz. Ya está en marcha la segunda edición de un festival que es un tributo a su obra y que viene a rememorar la estancia de la novelista en la ciudad, allá por los años veinte del pasado siglo, cuando se alojó en el hotel “Taoro”, cuando practicó natación en Martiánez y cuando tuvo tiempo para escribir parte de uno de sus títulos más célebres, “El hombre del mar”, parte de cuya trama se desarrolla en lo que se conoce por La Paz, entre la casa Cólogan y el paseo “Los cipreses”.
La primera se desarrolló entre curiosidad y expectativa. A muchos, los más jóvenes, a los menos atraídos por la literatura de misterio y policíaca, sirvió para descubrir la identidad de esta Dama del Imperio Británico que había vivido muy desde dentro los horrores de la primera guerra mundial y se sintió atraída por las islas tras el conflicto bélico y su primera ruptura matrimonial.
Allí, en las apacibles vías de la urbanización, al borde del acantilado, en presencia de su único nieto, Mathew Prichard, y del documentalista de su obra, John Curran, la sombra de Agatha alargó el interés por su obra y por su personalidad.
Allí, en aquel ambiente que entonces le pudo sugerir elementos adecuados para una de sus novelas, quedó también un busto en el que algo tuvimos que ver, cuando ocupando la alcaldía, impulsamos, junto a la creativa concejala de Educación y Cultura, Angeles Marrero, su elaboración y su emplazamiento.
Ese debió ser el germen de esta convocatoria que en esta segunda edición tiene la sana ambición de ampliar su dimensión y no agotarse en formalidades protocolarias. El festival, entre el 5 y el 14 de junio próximos, engloba proyecciones de películas, representaciones teatrales, una exposición permanente de objetos y pertenencias, una colección de imágenes, una exhibición de coches de época, actividades para escolares y un “Tea Dance” al más puro estilo británico.
El Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de la localidad se ha volcado y hay que congratularse de que la entidad asuma hechos como éste en orden a cumplir con su papel de proyectar de forma imaginativa y original el destino turístico.
En ese sentido, lo esencial es que la gente haga suyo, se identifique con el festival. Lo quiera desde el principio, lo cultive, se integre y termine, cuando se consolide, enorgulleciéndose de él. Ahí está ya el ejemplo de La Pandilla”, un grupo de amigos portuenses que desde el año 2004 anda paseando sus remembranzas y sus dotes artísticas, buena parte de las cuales, por cierto, no pudieron desarrollar cuando andaban en plena juventud. Ahora viven esta segunda etapa con entusiástica madurez, como lo acreditan con su contribución a este festival, y de eso hay que congratularse.
Una sugerencia, antes de expresar el deseo de éxito para los promotores y para cuantos intervengan: a ver si es posible cambiar el nombre de la convocatoria. No es que ‘festival’ sea un término rechazable o inapropiado pero, tratándose de la universalidad de la escritora y de su propia condición literaria, como que conviene encontrar otro sustantivo.
¿Qué tal “Memorial Agatha Christie”?
Ahí queda.

jueves, 21 de mayo de 2009

LA MONTAÑA DE ESPUMA DE AGUSTIN ESPINOSA

El laudatorio rigor histórico con que han obrado los comisarios merece un reconocimiento. Era como recobrar las palabras de Domingo Pérez Minik (Agustín Espinosa, aquí y ahora, Domingo Pérez Minik, El Día, 30 de noviembre de 1980): “Todos estamos en deuda con él, como escritor, como amigo, como insular primero de las más serias apuestas”. Y la deuda empieza a saldarse con esta exposición “Agustín Espinosa, a los setenta años de su muerte (1939-2009)”, que vio la luz en el Instituto Canarias Cabrera Pinto, de La Laguna, y que ha proseguido en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), hasta que desde hace pocas fechas pueda ser visitada en la Casa Municipal de la Cultura de Los Realejos.
En efecto, el trabajo de Ana María García Pérez, Margarita Rodríguez Espinosa y Nicolás Rodríguez Munzenmaier, condensado con tanto entusiasmo por la primera durante su intervención en el acto de apertura, permite recuperar la figura del eximio escritor portuense, “el surrealista porque sí”, que también dijera Pérez Minik.
Ya hubo un intento que, igualmente, merece ser recordado. A principios de los años ochenta, siendo Francisco Afonso el alcalde portuense, se empeñó en rescatar y glosar la memoria de los personajes locales sobresalientes. Los historiadores del archivo municipal, entonces en fase embrionaria, hicieron con los recursos a su alcance una encomiable tarea que cristalizó en una breve pero ilustrativa edición. No aparece, por cierto, entre la documentación expuesta, de modo que los comisarios -una modesta sugerencia- tienen ahí otro testimonio que igual sirve para enriquecer el montaje de Los Realejos, donde falleció el autor, por cierto, cuando sólo contaba 41 años.
La exposición propicia el acercamiento a la vida y obra de Agustín Espinosa, fundador de las revistas “La rosa de los Vientos” y “Gaceta de Arte”. Su expediente académico, su examen de grado, su nombramiento como director de instituto, los resultados del expediente de depuración, su dolor, su angustia vital (reflejada en la postrera carta a su prima María Teresa García Barrenechea), sus manuscritos, las fotos y las rudimentarias ediciones de algunas de sus obras, con un llamativo y generoso diseño en la entrada al recinto, más la proyección de imágenes en blanco y negro en las que se le ve vivo junto a Alberti y otros grandes de la época, hacen que despierte la atracción hacia el escritor que, hacia el final de sus días, se sentía isla dentro de la isla pero que ocupa uno de los lugares prominentes en el proyecto universalista de los vanguardistas canarios. “Entre islas anda el juego”, titula Espinosa una de sus entregas. Qué vaticinio.Su hijo, presente el acto de apertura, con otros familiares, leyó unos fragmentos que pusieron de relieve el peculiar estilo del escritor y la admirable descripción de rincones o pasajes locales.
La excelente edición del catálogo completa esta exposición que es también una reivindicación del acercamiento de Espinosa a los niveles educativos más apropiados. Las instituciones, como apuntó García Pérez, tienen ahí mucho que decir. Por algo quedaron los versos del surrealista francés Benjamin Péret, “A Agustín Espinosa, que se levanta como una montaña de espuma/ sobre una plaza pública”.

miércoles, 20 de mayo de 2009

DIMISIÓN HISTÓRICA

Sensatez, seriedad, coherencia, consecuencia...


El presidente de la Cámara de los Comunes, Michael Martin, ha anunciado su dimisión tras el escándalo generado por la publicación en un periódico de los gastos de los diputados.


Aquí sí que se puede emplear con toda propiedad la palabra 'histórica': es la primera dimisión de un jefe de la Cámara baja ¡en trescientos años!


No han hecho falta denuncias ni fiscalías ni comisiones de investigación: la crisis, tremenda crisis, se desata a raíz de que un funcionario haya facilitado al periódico The Daily Telegrah los datos desmenuzados de los gastos de los diputados. No está bien lo que ha hecho el funcionario, desde luego, pero las repercusiones saltan a la vista: Michael Martin, treinta años como diputado por el noreste de Glasgow, tuvo una actitud poco favorable a transparentar, pidió disculpas al pueblo británico y quiso convenir con el Gobierno una reforma del sistema. Ya era tarde: la presión de lo publicado, convenientemente fortalecida por la oposición política en vísperas electorales, le situó al borde de la continuidad. Se rindió, claro.


Es una decisión histórica, desde luego. Es el fruto de la sensatez, de la seriedad, de la coherencia, de la consecuencia... Y de la madurez. Democrática y social. Todo eso, y una cultura política experimentada y avanzada, han hecho que la cordura imperase. Hasta se dirá que el sistema ha funcionado.


Igual que en Canarias, ¿verdad? No tenemos que aprender ni nada...

martes, 19 de mayo de 2009

LE ADMIRO. "GRACIAS, NO ES PARA TANTO"

Le pude conocer gracias a Juan Cruz Ruiz, en Madrid, después de una actuación que ofreció en el teatro "Alfil" de Madrid, junto a su paisano cantante, Daniel Viglietti.
Mario recitaba sus versos y Daniel cantaba y rasgaba su guitarra, en perfecta armonia, bien secuenciada. Cada poema, cada canción tenían su razón de ser, encajaban. Era la poesía de la libertad y también del compromiso, de las ansias, de la amistad, de la sana rebeldía, de la cotidianeidad. Era el canto permanentemente motivado de esperanza. Y hasta trufado de humor, que el público rubricaba con una risa respetuosa. Meses después compraría el CD que registra aquella actuación. Inolvidable.
Su palabra, la palabra de Mario, impresionaba. Pero mucho más, su mirada. Aquella mirada límpida, la mirada de un hombre bueno en la que adivinas de inmediato su humildad, su sencillez, su talento... Las adversidades jamás doblegaron su pasión creativa. Aquella pasión tejida en cada página, en cada cuento, en cada verso.
Me había quedado con esa mirada que luego, un tiempo después, tuve la inmensa fortuna de ver reproducida. Fue en el sur de Tenerife, en una noche mágica y calurosa, como si se hubiera interrumpido "el espantoso ritmo de las cosas", una de sus figuras poéticas. Otra breve conversación, el recuerdo de aquel recital. Mario seguía mirando igual. "Mirar y de mirar nunca se cansan", dice uno de sus versos. Impresionaba hasta su modesta vestimenta. Aquella carita de viejo sano, proclive a la sonrisa permanente, al gesto siempre constructivo que inspira y transmite confianza. Era de esos rostros que inspira a uno la frase siguiente: "Es de los que no se debería morir nunca".
"Le admiro", pude decirle mientras le acompañaba a la habitación de su hotel.
"Gracias, no es para tanto", replicó con toda la humildad que uno ya había adivinado.
Mario Benedetti ha cerrado los ojos. "El pobre mundo seguirá rodando", escribió en Montevideo el pasado año. Pero los que aquí nos quedamos, aún en la oscuridad en la que tan bien se desenvolvió el escritor, tenemos la opción de redoblar nuestra admiración.
A esta hora de la mañana, cuando la luz del día vuelve a alumbrar, su voz, junto a la de Joan Manuel Serrat, suena estimulante. Pinchar en:

lunes, 18 de mayo de 2009

NUEVO MODELO, NUEVA ERA

El debate está abierto, de modo que hay que estar muy atentos, participar, aportar y concretar. Independientemente de que haya indicios de recuperación -muy débiles, en cualquier caso- y de las ansias de empeoramiento que algunos no pueden esconder -circula ya que un sector del empresariado, tal ocurriera con la huelga general de diciembre de 1988, empuja a círculos sindicales y núcleos de trabajadores a protagonizar un paro o una medida sonada-, independientemente de ello, decíamos, empieza a aceptarse que asistiremos, tras esta gran depresión de la primera década del siglo, al alumbramiento de un nuevo modelo de productividad económica en España y en Canarias.
La crisis económica y financiera ha afectado con dureza, desde luego. Hay sectores, como el de la construcción, que no han tocado fondo pero que dejarán de tener la relevancia alcanzada. Las consecuencias saltan a la vista: se resentirá el parque inmobiliario, habrá que cambiar la cultura -hipoteca de por vida, ayudas familiares comprometidas, endeudamiento sujeto a oscilaciones de tipos bancarios, ahorros duraderos…- de la adquisición de la vivienda propia por un régimen de alquiler, se frenará la liberalización del suelo y mitigará (teóricamente) la especulación. Con un poco de suerte, pasado un tiempo, hasta se normalizará el mercado.
Los diagnósticos son conocidos y se trata ahora de poner en marcha las alternativas. Porque las repercusiones en Canarias son evidentes: la construcción ha estado directamente vinculada al turismo, luego éste ha de plantearse cómo afrontar el futuro porque las cosas experimentarán un cambio significativo. Algún alcalde canario lo sugería abiertamente días pasados, coincidiendo con el enésimo problema en el ámbito de la educación insular consistente en medidas que afectan a la formación profesional: o somos conscientes de que estamos ante un ciclo agotado que exige el aprovechamiento de todas las enseñanzas y la superación de errores, o el porvenir se escribe con letras de máxima incertidumbre.
Y eso obliga a un esfuerzo de todos. Puede que, por fin, se hable de formación con toda propiedad. Formación concebida para nutrir el mercado laboral, supuestamente situado en las coordenadas de un modelo más diversificado y, en el caso de Canarias, menos dependiente de un monocultivo.
Un nuevo modelo implica relanzar la economía y prevenir nuevas crisis financieras. En ese objetivo, las ofertas programáticas de los gobernantes deben ser muy nítidas, máxime si van a estar sustentadas en diferencias ideológicas. Las gentes saben que los salarios reales y el poder adquisitivo se están debilitando y no parece que estén dispuestas a condescender mucho más. Debe quedar claro que relanzar la economía equivale a reformar los mercados financieros y contraatacar la recesión.
Parece que hay convergencia a la hora de señalar que ese nuevo modelo de productividad, también en las islas, debe estar basado en la innovación, en la educación y en la calidad. O sea, que hay que propiciar actividades más productivas que las que hemos tenido hasta ahora, sin olvidar, por cierto, que existen desigualdades que representan un factor de presión para muchas personas y significan un riesgo de brechas sociales. Y teniendo en cuenta, por supuesto, que no hay una receta unitaria y ‘curalotodo’.
Por eso, lo apuntado al principio: es un cambio de modelo que también supone un cambio de cultura. Hasta en los hábitos y usos sociales. Porque para innovar, hacen falta ánimo emprendedor y fundamentos generosos, una formación adecuada y unas prestaciones que favorezcan el desarrollo cualitativo de aquello que ya se tiene y que igual hasta es objeto de reciclaje.
En definitiva, un nuevo modelo de productividad económica para una nueva era en la que no tendrán cabida, según parece, las tibiezas, los paternalismos, el estilo compadre y las responsabilidades descansadas en terceros. El debate está abierto.
P.S. Ha fallecido Mario Benedetti. Qué lástima. Le conocimos y le tratamos. Y hace falta un poco más de sosiego para escribir sobre su figura. Mañana, probablemente. Como anticipo, este poema suyo musicalizado y cantado por Joan Manuel Serrat. Pinchar en:

sábado, 16 de mayo de 2009

ALLI DONDE LOS NIÑOS SIENTEN Y APRENDEN

Está demostrado que no se valora lo que está más al alcance. Por la razón que sea, porque lo vemos todos los días, porque nos parece normal, porque funciona bien y no produce estridencias…
Y esa actitud, claro, despierta cierta indiferencia. Indolencia, más bien. Y así, somos incapaces de entender la abnegación de un colectivo, el alcance de una obra social, la predisposición para mitigar o solucionar un problema que puede agravarse si no se ataja, la perseverancia como regla de trabajo y que es válida hasta para compensar la carencia de recursos…
Los portuenses somos muy dados a eso: a no otorgar el valor que realmente entraña la entrega de gentes que trabajan por los demás; de personas que se esfuerzan para que quienes la necesitan, a la edad que sea, reciban la asistencia adecuada; de colectivos que realizan prestaciones muy estimables a favor de determinados grupos sociales.
Es el caso del centro educativo “Matilde Téllez”, localizado en pleno centro de la ciudad, en el antiguo cuartel de la Guardia Civil. Pocas veces una restauración resultó tan útil. Allí están las monjas de la congregación Hijas de María Madre de la Iglesia. Allí atienden a niños abandonados, a hijos de familias desestructuradas y a niños cuyos padres tienen difícil, por aquello de los horarios, compatibilizar la atención y la educación con sus ocupaciones laborales o profesionales.
Rosa, Amparo, antes María… la labor de las monjas es inconmensurable. El calor humano que prestan a quienes de verdad lo precisan es digno de reconocimiento. Allí forjan la que es una auténtica educación en valores. Ellas aportan los que reemplazan la convivencia familiar perdida. Allí huele todo a ingenuidad, a nobleza, a sacrificio, a humanismo.
Por eso, algunas estampas son conmovedoras. Ver a los niños del “Matilde Téllez” pasear por las calles peatonales de la ciudad, uniformados o no, atendidos por sus cuidadoras, a veces cantando, detenidos ante algo que les llama la atención, a veces recitando versos infantiles, tan limpitos, con sus sonrisas alegres, con sus miradas descubridoras del paisaje y del paisanaje, verles, decíamos, es conmovedor, ilusionante.
Han tenido la desdicha de la que no son conscientes ni culpables. Pero han encontrado la mano amiga, el calor de hogar necesario para afrontar el primer ciclo de su formación vital. Allí les enseñan, allí aprenden… Ya entenderán algún día lo del pluralismo racial y nacionalidades varias.
Ya deben ser unos cuantos los que allí han fraguado sus años de infancia. Seguro, seguro que no los olvidarán. La congregación puede sentirse orgullosa de esa inmensa obra, hecha en medio de la sociedad egoísta e insolidaria.
Es triste que no sea ponderada lo suficiente. Si no la tuviéramos, lo lamentaríamos. Y si fuera en otras latitudes, seguro que la ensalzaríamos. Pero lo más importante es que tal obra, su espíritu y su materialización, no se detienen. De eso hay que congratularse.
¡Ánimo!

jueves, 14 de mayo de 2009

PERO QUÉ EQUIVOCADOS ESTÁN...

Equivocados, pero qué equivocados están Zapatero y los suyos si creen que tras las medidas anunciadas en el debate del estado de la Nación que afectan a Canarias se va a producir algún tipo de replanteamiento o de reconsideración por parte del presidente de esta Comunidad y sus socios.
La historia demuestra que van unas cuantas medidas y van unos cuantos gestos, en definitiva, que ha habido sensibilidad del gobierno socialista con las islas pero ahí tienen las primeras reacciones al anuncio de celebrar en las islas antes de que acabe el año un consejo de ministros: Paulino Rivero, presidente, dice que es un primer paso, aunque insuficiente; y José Manuel Soria, muy en su papel y más justificadamente, se declara escéptico.
Equivocados: siempre lo mismo. Por mucha sensibilidad que se acredite, siempre ocurre igual: los nacionalistas son insaciables, nunca están conformes y siempre se apresuran a encontrar el lado amargo cada vez que se produce una propuesta o una decisión positiva del socialismo hacia Canarias. Si gobernara el PP en el Estado, sería otra cosa. Hablarían hasta de lealtad y del sentido españolista. Pero...
Ejemplos fáciles: primero, que no vienen por Canarias y si vienen, sólo lo hacen en plan vacacional o en viajes relámpagos o con motivos electorales. Cuando se prueba que no es así, que se viene por razones claras y útiles, o cuando se anticipa algo tan importante como puede ser una reunión del gabinete gubernamental en las islas -¿cuánto tardará en saltar la polémica por el escenario insular de ese consejo?- en seguida brotan los peros y las trabas.
Política, se dirá. Pero inconsecuente, habría que añadir.
Así que nadie en Ferraz y en Moncloa nadie lance campanas al vuelo si creen que esto anula o eclipsa la capacidad de acción y la capacidad crítica de Coalición Canaria. Ni paz ni relaciones de concordias. Ni siquiera esas fisuras que se advierten entre Paulino Rivero y Ana Oramas, por un quítame allá el protagonismo -cuestión de intereses políticos y estratégicos- van a erosionar un bloque monolítico inspirado por un mismo hecho: impedir que los socialistas toquen gobierno en las islas.
Desengáñense Zapatero y los suyos: es así.

miércoles, 13 de mayo de 2009

FEALDAD EN EL ESCENARIO

"No hay cosa más fea que la vejez en el escenario", ha declarado el cantante Miguel Ríos, al presentar la que va a ser su última gira y anunciar su retirada. Miguel tiene ya -aunque no los aparente- 70 años, cincuenta de ellos sustentando su carrera profesional.
La frase, revela, se la dijo su madre, hace muchísimos años, a la salida de un concierto de Antonio Machín que habían seguido juntos. Las madres, siempre las madres con sus sabios consejos. "Como hijo obediente, le haré caso", dijo Miguel Ríos, a quien uno recuerda como Mike Ríos en sus primeros tiempos de artista y en sus primeros discos.
La vejez, ¡ay!, la vejez. Fea también en el espacio donde se canta y se interpreta, donde algunos, como Miguel Ríos, con su estilo y en su género, se han dejado la piel ganándose a pulso el respeto y el aprecio de miles de seguidores.
Pero llegó la hora, esa que creemos que no aparecerá nunca, y hay que decidir. Hasta aquí. Mejor si lo hace uno mismo, sin necesidad de que te lo hagan ver, de que te empujen. Ya saben la frase aquella, tan célebre: una retirada a tiempo es una victoria.
Lo importante, en efecto, es no dar a pie a la fealdad. No aparecer como alguien que ya agotó sus potencialidades, sus cualidades, que se arrastra a la espera de unos aplausos conmiserativos. Sin recursos, sin chispa, sin alardes... Incluso, hasta con 'look' inapropiado.
Lo expresó también hace algunos años otro artista, otro humorista de postín que se quedó a vivir en Canarias, Moncho Borrajo. Igualmente, dijo adiós. En el momento que quiso, cuando él decidió.
Otro debate, quizá para otros órdenes y otras actividades, es quién decide que eres viejo.
Pero, indudablemente, a los 70, después de haber acreditado todo lo que se lleva dentro, es buen momento para marcharse. Y para que conserven lo bonito, lo positivo, lo virtuoso que durante tanto tiempo se pudo atesorar y ser.
De este modo Miguel Ríos pondrá punto final a su carrera artística, con otra gira, con el compromiso por la naturaleza y el medio ambiente. El viejo 'rockero', el cantante que siempre se mostró encantado de dar la bienvenida más rítmica, el hijo obediente que desea no ser recordado por la fealdad postrera, el que tuvo un espacio para la alegría, a la que, inspirado en Beethoven, apeló constantemente, nos dejó perlas como la que encontrrán pinchando en el siguiente enlace:

lunes, 11 de mayo de 2009

PRECEDENTE TEMERARIO

El vicepresidente del Gobierno autónomo y presidente del Partido Popular de Canarias, José Manuel Soria, sigue creyendo que todo el monte es orégano y por eso declara que será la representación parlamentaria socialista la que saldrá reprobada de la cámara legislativa regional el próximo jueves. O sea, como tantas otras veces, el cazador, cazado. O lo que es igual, los reprobadores, reprobados.
Una simple aplicación de la aritmética, la sencilla lealtad de los socios gubernamentales -que, en buena lógica, no previeron ni quisieron prever en el pacto situaciones como en la que está envuelto Soria- y la voluntad de no alterar ni forzar límites a estas alturas de la legislatura, harán que todo siga como estaba, como ésta, es decir, como si no hubieran existido ninguno de los motivos que han destapado uno más de los escandaletes que caracterizan la vida política de Canarias, sacudido, como tantos otros, por ese cinturón de impunidad que la hace insólita hasta los niveles más altos.
Si José Manuel Soria hubiera sido dirigente o cargo público de otra formación política se hubiera sentido tan acosado, tan criticado, tan contrariado con algunos reveses que, desde luego, hubiera forzado su propia renuncia. Es evidente que ahora se defiende, que tiene todo el derecho de hacerlo, que exprime al máximo la presunción de inocencia y que es en situaciones extremas como mejor se contrasta su condición de político inarrugable ante la adversidad. Demasiado acostumbrado a las cómodas mayorías en las instituciones donde ha gobernado, suficientemente bregado en el ejercicio del poder, la altivez le lleva a afirmar que sus reprobadores saldrán trasquilados y sin lana, claro.
Hasta el día del pleno sorteará señuelos y desbaratará algún ardid que provenga de la bancada opositora y hasta de algún fuego amigo, que la experiencia da para mucho y aquí no hay que fiarse ni de la propia sombra. Otra cosa es que algunos de sus propias filas le estén esperando en la bajadita, que un resultado electoral sea inevitablemente vinculado a los sucesos o que todo se vuelva de color hormiga si alguna resolución judicial fuera desfavorable y de ahí, a enredar la madeja, sólo haya que soplar sin necesidad de esperar a las botellas.
Pero todo eso, con ser sustantivo en el escenario de la teoría política, parece al articulista menos relevante que lo manifestado por el vicepresidente en relación con los informes policiales de los que disponen las autoridades judiciales que investigan sus actuaciones ante determinados hechos que se le imputan en la denuncia promovida por un periodista. El mismo debió darse cuenta del precedente que estaba sentando -¿actuarán todos los acusados o imputados de la misma forma?- y de lo que significaban sus palabras cuando, tras repasarlas en titulares de prensa escrita, ha solicitado reunirse con las representaciones profesionales del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) para explicarles el alcance de sus palabras. ¿Diego, donde dije digo? Ya se verá. Aunque quizá nunca se sepa bien del todo si queda en un matiz, una aclaración, una rectificación y, al final, en otra liquidación del mensajero.
José Manuel Soria, con sus manifestaciones sobre los informes policiales, no contribuye al buen funcionamiento del Estado de derecho. El derecho a defenderse no supone imputaciones de sesgo, tendenciosidad o falsedad a quienes están cumpliendo con su deber. Y si las expresa, debe acreditarlas. Y para ello, sólo tiene que entrar en vía judicial y aguardar a las actuaciones de los tribunales. Eso sí que le permitiría ganar credibilidad en una situación tan asfixiante como la que padece -y en la que no ha renunciado, por cierto, a alguna dosis de victimismo a sabiendas de los réditos que puede generar, como se ha demostrado con otros casos similares- y que haría desarrollar el engranaje consagrado en el artículo 1 de la Constitución. Lo contrario es conducirse de forma temeraria.
La reacción de los sindicatos policiales ha sido hasta caballerosa. Que pruebe esos condicionantes atribuidos a los informes, han venido a decir. Pero el vicepresidente optó por el subterfugio más cómodo y simple: dice que por esa vía no se conseguiría nada.
Pues vaya manera de tirar la piedra y esconder la lanzadera. La seriedad, la credibilidad, la seguridad, el Estado de derecho, en fin, se ganan y se consolidan de otra manera.

sábado, 9 de mayo de 2009

UN FESTIVAL DE CINE RECUPERADO

Como la vida está llena de paradojas, el Festival Internacional de Cine Ecológico y de la Naturaleza reaparece en el Puerto de la Cruz cuando los dos recintos de proyección existentes en la ciudad cerraron sus puertas hace unos meses. Eso: paradojas. Si el certamen sirve para estimular la reapertura o para que brote alguna idea alternativa, bienvenido.
El caso es que catorce años después recupera el gobierno local una convocatoria que, de haber tenido continuidad, hoy tendría una consolidación que le permitiría competir con otros festivales que recobraron prestigio tras sufrir también sus vacas flacas.
El Festival nace siendo Paco Afonso alcalde, cuando trabó amistad con Alfonso Eduardo Pérez-Orozco, uno de los ‘monstruos’ en el panorama de los cinéfilos y de los críticos cinematográficos del país. Alfonso, si la memoria no es infiel, debía andar con “La noche abierta”, un espléndido programa que hacía en Radio Nacional de España. Paco tuvo visión: el Puerto necesitaba un evento que, con carácter anual, sirviera de plataforma de proyección. El cine era una oportunidad excelente.
Muchos no lo vieron así, seguramente por la falta de experiencia, por el desconocimiento de la dimensión de un certamen cinematográfico o por creer que la frivolidad y la farándula iban a imponerse sobre la base seria de una causa: eran los ochenta del pasado siglo los años de la conciencia verde, del descubrimiento de la ciencia ecológica, de la sensibilización por el medio ambiente y por los recursos naturales.
Hasta que no cuajó una cierta cultura cinematográfica -de festivales, sobre todo-, hasta que no se comprobaron los efectos de la crítica especializada, hasta que el empresariado turístico local no comprobó que el certamen era la convocatoria que el municipio podía esgrimir para seguir captando mercados turísticos, el festival tuvo hasta dificultades de subsistencia.
Personas como María Dolores Pelayo, Daniel Duque o José María González de Sinde hicieron auténticos esfuerzos para que “el festival de Canarias” -como terminaron acuñando las gentes del cine- cristalizara como espléndida y respetuosa realidad y alcanzara su mayoría de edad para navegar con solvencia en el mundo cinematográfico.
Alfonso se valió de Pedro Bellido, Antonio Santana Sánchez, Ceferino Piñas y de otros colaboradores que sortearon no pocas dificultades para asegurar la presencia de la industria, de actores, actrices y directores relevantes. La miopía de una parte de los medios locales a la hora de tratar el certamen dejó paso a planteamientos más ajustados y mejor enfocados. Desaparecieron algunos clichés, se hizo hincapié en la programación de actividades paralela a las proyecciones, con un carácter científico y cultural de estimable nivel, se debatió sobre la idoneidad de las fechas, se buscó el órgano de gestión más apropiado y se logró que el Festival gozara de respaldo y reconocimiento de la crítica.
Se trataba de que el público portuense, que siempre presumió de entender de cine, se identificara con el certamen, la hiciera suya y la cultivara a sabiendas de que el éxito dependía en buena medida de su actitud.
Muchos nombres, personajes prestigiosos, dieron vida al Festival. Expertos y profesores se interesaron por sus contenidos y admitieron que el cine era un formidable vehículo para la difusión de sus estudios y mensajes. Representantes de plataformas cívicas, iniciadoras de las actuales redes de ciudadanía. Títulos de renombre… Cuando ya la cosa estaba firme, llegó la incomprensión y un cierto afán de destruir y la enterraron. Porque era lo más fácil. La alternativa, una especie de performance de investigación tecnológica e informática, no cuajó.
Ahora que recuperan el Festival, que se recobre también la historia de trece ediciones que son el mejor aval para saber cómo conducirse ante el futuro y volver a engrandecerlo.
Suerte.

miércoles, 6 de mayo de 2009

CAMBIO EN EUZKADI

Nueva era para Euzkadi. Primer presidente, primer lehendakari no nacionalista en Ajuria Enea. Es un hecho político relevante. El País Vasco tan singular, tan castigado, tan difícil de entender, inicia un ciclo político no ya con protagonistas diferentes sino con modos que deben ser distintos. Es una experiencia extraordinaria en unas coordenadas que hasta ahora han tenido unos trazos complicados.
Pero se ha roto la hegemonía -ésta sí que era una hegemonía- de los nacionalistas y con ello, un modo de hacer política. Y ahí es dónde empieza lo extraordinario: ¿cómo van a desarrollarse las cosas a partir de este momento en un territorio donde hábitos y usos sociales han estado muy condicionados por quienes han detentado la gobernabilidad desde que las autonomías cobraron carta de naturaleza?
Son los partidos allí llamados españolistas los que se han puesto de acuerdo. Era evidente que ahora o nunca. Quieren imprimir un cambio, quieren unir a la sociedad y superar la división. La prioridad, en cualquier caso, se denomina acabar con ETA. Parece al alcance.
Es una nueva etapa en la que todos debemos estar muy atentos. No sólo porque la pacificación es posible sino porque los resultados de la experiencia interesan en todos lados. A los nacionalistas de otras comunidades, los primeros. Acaban de comprobar cómo ese siempre difícil entendimiento entre socialistas y populares les puede dejar fuera del poder. Serán los nacionalistas, desde luego, los primeros interesados en que el experimento fracase pero ahora en la oposición es donde habrán de acreditar su sentido de la responsabilidad.
De momento, Ibarretxe es la primera víctima. Ha dicho adiós -literalmente- después de haber vivido muchas convulsiones. Ha entendido que su ciclo ha terminado y que en esta nueva etapa es mejor quedarse fuera. Es como si quisiera que no hubiera ataduras. Es probable que su electorado no lo entienda y que una parte de la ciudadanía se lo reproche pero tal decisión, sin conocer otras interioridades que la puedan haber impulsado, es respetable. Y comprensible desde algunos ángulos.
Lehendakari López: suena bien. Pero mejor suenan algunas palabras de su discurso de investidura: "A mi Gobierno le gusta la pluralidad y renuncia a imponer desde las instituciones nun modelo oficial; renunciamos a imponer nuestra forma de entender la realidad...". Que no quede en declaración de intenciones, que se plasme tal intención en el funcionamiento del edificio institucional y en la convivencia misma de los vascos.
Las presiones y las sacudidas estarán ahí. Habrá momentos difíciles y complicados. Seguro que la resistencia a cambios en esos hábitos y usos a los que hemos aludido será notable. Y es ahí donde la cintura política y la persuasión deben hacer acto de aparición para que la nueva era se desarrolle de la forma más normal y para que la intolerancia y los radicalismos queden fuera de combate.
Es posible.

lunes, 4 de mayo de 2009

ESCOMBROS EN LOS CONTENEDORES

Un operario del servicio de limpieza y recogida domiciliaria de basuras de la ciudad está atento, mediodía del festivo, a la aparición del sospechoso. Revela:
"Hace unas fechas, alguien depósitó en los contenedores bolsas de escombros. Al volcarlos sobre el camión, el tambor interior que ha de triturar los residuos se bloqueó. La avería fue grve. El camión quedó inutilizado doce días, hasta que trajeron unas piezas y lo pudieron arreglar".
Sospechan de alguien. Pero ese alguien no aparece. Quizá se ha percatado de la presencia del operario. Y entonces no saca más bolsas de escombros. O quizá conozca el alcance de su acto irresponsable.
Porque es una irresponsabilidad, no digan ustedes. Ni siquiera para algo tan elemental como es la separación de los residuos, cada uno en su contenedor, que para eso stán de distintos colores,se respeta. O, simplemente, se sigue la información, las recomendaciones que vienen teniendo vigencia desde una directiva de la Unión Europea. Si así se comportan algunos, qué puede esperarse. Y todavía cuestionan acudir a las urnas el próximo 7 de junio, cuando se abran las urnas europeas. Si así ha madurado la democracia, si así es el civismo de nuestros tiempos, si así es el comportamiento después de las campañas de comunicación y de sensibilización, si así siguen negando Educación para la Ciudadanía, mejor no pensar en las consecuencias de otros asuntos de más enjundia.
Dicen, y dicen bien, que el grado de madurez y de limpieza de un pueblo se mide por su comportamiento en la calle, en los espacios públicos. Porque -aunque el razonamiento sea discutible- se supone que ahí, en o que es de todos, se conducirá como lo hace en su casa. Y aquí querrá lo mejor. Pues parece que no. Se puede entender que nadie quiere basura ni desperdicios en sus propios lares y que cuanto antes los saques, mejor. Menos moletia, menos bultos, menos olores... Pero eso no empece para hacerlo de la forma más consecuente, cumpliendo las reglas que, por otro lado, tampoco son muy exigentes.
Hace años, en Madrid, en ocasión de recoger una distinción para el municipio que reconocía la eficacia de los servicios y las respuestas de la ciudadanía -sorprendentemente, algunos llegaron a insinuar que el premio había sido pagado en tanto que otros se manifestaban poco menos que molestos e incrédulos-, el alcalde de Vitoria, que habló en nombre de los ayuntamientos galardonados, se preguntaba de qué servía disponer de mil contenedores en la ciudad si luego, cuando aparecían dos con las bolsas por fuera, eso era lo que la gente iba a criticar y lo que el periodismo iba a criticar.
Y hay que entender precisamente que un caso aislado puede causar un daño inmenso. Y es injusto juzgar a la generalidad por ese singular e inapropiado comportamiento.
Lo peor es comprobar que cuando creemos que se han producido avances poco menos que irreversibles, todavía quedan negligentes, incívicos e irresponsables que echan a perder una tarea y dan pie a rechazos más que merecidos.
Por cierto: el operario, conste, no pretendía represalias ni anticipar infracciones. Simplemente, conocerle, darle un folleto con las indicaciones elementales y recordarle lo que supuso y costó su "hazaña": depositar escombros en los contenedores que fueron directamente a los camiones.
Igual aún no lo sabe. Lástima.

sábado, 2 de mayo de 2009

EL DIA DE LAS CRUCES

Las cruces son al Puerto lo que las alfombras de flores a La Orotava.
Elementos distintivos, la motivación de un pueblo, el cultivo de las tradiciones. El arte, el esmero, la superación, la ornamentación, la sofisticación… Aunque sea un tópico: el amor por la obra bien hecha.
Cualquiera de sus modalidades: de capilla, interiores o de fachada exterior. Ahí están, dispuestas como cada mayo, para ser engalanadas, para lucir armoniosas combinaciones florales y para ser contempladas durante unas fechas con respeto y admiración. Si Juan del Castillo se refirió al lenguaje de los pétalos para definir lo que la Villa habla en su Corpus alfombrado, en el Puerto se desgrana una singular sensación creativa ante unos de los símbolos principales de la Humanidad.
“¡Qué bonita está!”, la frase más repetida desde las vísperas del 3 de mayo, la fecha de la fundación de la ciudad, exaltada y popularizada de otra forma desde la recuperación de los ayuntamientos democráticos.
Es en las vísperas, mientras los poseedores de las cruces o los cuidadores están en plena faena, “hacer la Cruz”, cuando cobra carta de naturaleza otra costumbre local: recorrer la ciudad y visitar las cruces. Las cruces del Puerto. Detenerse unos minutos, comentar, comparar, orar y seguir.
Luego, el día de la festividad propiamente dicha, cuando ya lucen, cuando se ha terminado de enramar, o cuando se dan los retoques finales o se acomoda la última flor, el último adorno, quienes prefieren ver la obra acabada, tienen opción en la mañana radiante o en la tarde que invita al paseo.
Desde Cuaco a Las Maretas y El Peñón, pasando por Las Lonjas y Cruz Verde, desde Cruz del Rayo a Calle Nueva, desde Ñuñú a La Unión, el recorrido, por los cuatro puntos cardinales del municipio, está lleno de reclamos. Hubo un tiempo en que para estimular el quehacer, fue convocado un concurso: estaba condenado a su desaparición, no hacía falta, los portuenses competían en noble y desinteresada lid.
Es la fecha del arte y de los fuegos artificiales. La plateada Cruz de la fundación sale en procesión. Hasta hace unos pocos años, había un prioste (mayordomo de una hermandad o cofradía) que representaba a una familia de la localidad que, alternativamente, organizaba la celebración y ofrecía un ágape al terminar el recorrido procesional. En la sacristía de la Peña de Francia hay que firmar el libro de actas en presencia del párroco. Un año, cuando las familias empezaron a mostrarse renuentes y proclives a la retirada, hubimos de improvisar el papel de prioste que encarnó el entonces alcalde, Félix Real. Después, nos correspondió el mismo papel en ocasión de la conmemoración del 350 aniversario de la fundación de la ciudad.
Este día, el Puerto hace honor a su nombre. Personas de toda condición social, de todas las edades, se afanan y miman algo suyo. Continúan la tradición y transmiten sus valores a las generaciones más jóvenes que no parecen, por cierto, muy atraídas por la causa.
Porque, qué bueno es identificarse con los propios valores y hacer suyas, de verdad, con arte, las cosas que distinguen a un pueblo.
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Bárbara escribió:
"Como buen hijo del Puerto de la Cruz, percibo a travès de tus palabras la pasiòn que sientes por èste rincòn del mundo. Sus tradiciònes, sus gentes...sì , lo noto.
Un rincòn como pocos quedan, enclavados en uno de los paisajes màs hermosos del planeta, fàcil de amar, de enamorarse de todo lo que le rodea, de su historia, sus comienzos, su olor a brisa marina...
Aunque hija adoptiva yo tambien amo èste pedacito de paraìso, al que he visto transformarse desde niña.
No necesitamos ìr a nungùn sitio porque aquì si se cuidara mejor lo que tenemos...
Ciertamente describes la vispera de èsta fiesta tal como es. Me has hecho pasear mentalmente por èsos puntos importantes que con tanta devociòn los vecinos de sus calles adornan, segùn seguìa la lectura de tus letras.
No perdamos èsa herencia...
Gracias por deleitarme con tu lectura".

viernes, 1 de mayo de 2009

LAS CRUDAS CARENCIAS

Hoy es fiesta pero no tanto. O no debería ser tanto. Hoy se celebra algo pero las circunstancias frenan o condicionan ambientes lúdicos o festivos.
De todos modos, el significado del 1º de mayo adquiere relevancia en tiempos como los que discurren, cargados de zozobra e incertidumbre en muchas empresas, en muchas familias, en muchos trabajadores. Es la hora de la reivindicación pero también de la solidaridad. Es la fecha de la conciencia, de la sensibilidad.
No está el horno para bromas, así que nadie haga juego de palabras. Son dichosos los que conserven el empleo mientras la crisis golpea duramente y se lleva por delante a quienes no pueden resistir las consecuencias del final del capitalismo financiero.
Buena parte del mundo -ahora inquieta por el alcance de otro virus invisible, el de la gripe que espera ser bautizada- aguarda soluciones de gobiernos de todo signo político. Ha palpado que no hay varitas mágicas y ahora transita por el crudo realismo de las carencias. Los expertos siguen estudiando mientras los demagogos hacen su agosto repartiendo culpas a tutiplén.
Y aquí está el 1º de mayo, con su simbolismo, con su significado. Una parte de la clase obrera -ya ven: volvemos a hablar de ella- se había olvidado o lo había marginado. Tiempos de opulencia o de vacas gordas. Ahora que corren malos tiempos y por fin se ha entendido que no hay que derrochar, se retorna a las esencias de una fecha, no en busca de una panacea sino a la espera de que haya más conciencia.
Los trabajadores tienen la palabra. Pero no es una frase hecha: es para que entiendan de una vez que sólo produciendo se logran avances sociales. Y que nadie les regalará nada.