miércoles, 13 de mayo de 2009

FEALDAD EN EL ESCENARIO

"No hay cosa más fea que la vejez en el escenario", ha declarado el cantante Miguel Ríos, al presentar la que va a ser su última gira y anunciar su retirada. Miguel tiene ya -aunque no los aparente- 70 años, cincuenta de ellos sustentando su carrera profesional.
La frase, revela, se la dijo su madre, hace muchísimos años, a la salida de un concierto de Antonio Machín que habían seguido juntos. Las madres, siempre las madres con sus sabios consejos. "Como hijo obediente, le haré caso", dijo Miguel Ríos, a quien uno recuerda como Mike Ríos en sus primeros tiempos de artista y en sus primeros discos.
La vejez, ¡ay!, la vejez. Fea también en el espacio donde se canta y se interpreta, donde algunos, como Miguel Ríos, con su estilo y en su género, se han dejado la piel ganándose a pulso el respeto y el aprecio de miles de seguidores.
Pero llegó la hora, esa que creemos que no aparecerá nunca, y hay que decidir. Hasta aquí. Mejor si lo hace uno mismo, sin necesidad de que te lo hagan ver, de que te empujen. Ya saben la frase aquella, tan célebre: una retirada a tiempo es una victoria.
Lo importante, en efecto, es no dar a pie a la fealdad. No aparecer como alguien que ya agotó sus potencialidades, sus cualidades, que se arrastra a la espera de unos aplausos conmiserativos. Sin recursos, sin chispa, sin alardes... Incluso, hasta con 'look' inapropiado.
Lo expresó también hace algunos años otro artista, otro humorista de postín que se quedó a vivir en Canarias, Moncho Borrajo. Igualmente, dijo adiós. En el momento que quiso, cuando él decidió.
Otro debate, quizá para otros órdenes y otras actividades, es quién decide que eres viejo.
Pero, indudablemente, a los 70, después de haber acreditado todo lo que se lleva dentro, es buen momento para marcharse. Y para que conserven lo bonito, lo positivo, lo virtuoso que durante tanto tiempo se pudo atesorar y ser.
De este modo Miguel Ríos pondrá punto final a su carrera artística, con otra gira, con el compromiso por la naturaleza y el medio ambiente. El viejo 'rockero', el cantante que siempre se mostró encantado de dar la bienvenida más rítmica, el hijo obediente que desea no ser recordado por la fealdad postrera, el que tuvo un espacio para la alegría, a la que, inspirado en Beethoven, apeló constantemente, nos dejó perlas como la que encontrrán pinchando en el siguiente enlace:

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