lunes, 31 de diciembre de 2012

ADIÓS, AÑO DEL RETROCESO


La última hoja del almanaque y todas esas cosas que acaban con el año que recordaremos como el de la fractura social y el de las alegrías colectivas por los logros deportivos.
Le decimos adiós a 2012, el año del retroceso, como se encarga de hacernos ver Televisión Española no importa que siga quedándose atrás en sus registros de audiencia.
El año de las dos huelgas generales y de las mareas blanca, verde y negra, colores que identifican las protestas de la sanidad, la educación y la industria (minera). Es probable que en el ministerio de Trabajo hayan hecho un recuento para saber qué sector productivo no protestó en la calle o no paró para decir que ya está bien, que no se puede exprimir más.
2012 pasará la historia, entre otras cosas, por los rescates, por los desahucios, por las privatizaciones, por las protestas colectivas y por una actuación policial desproporcionada en algunos casos de modo que ha propiciado una disminución de su valoración.
En todo eso hubo una gran perjudicada, la ciudadanía, que dice adiós deseándolo, sin remordimiento alguno.
Y a escala local, donde se entona un adiós desde TVE con actuaciones en el Lago tras las campanadas que lleguen desde la Peña de Francia, un suponer, la cosa no ha pintado mejor. Salvo para quien se llevó el premio Gordo de la lotería.
2012 fue el año del Consorcio de Rehabilitación Turística, abriéndose paso entre la incredulidad de los agentes sociales y la necesidad de probar su utilidad. En cualquier caso, de las pocas notas positivas en medio de la desidia.
Porque no olvidemos que hubo cubas para garantizar el suministro de agua de consumo tras varios episodios de inundaciones. Y que una controversia a cuenta de unas palomas en un colegio público no tendría que haberse producido. Y que muchos contribuyentes siguen abonando la tarifa de un servicio que no les prestan.
O sea, que tampoco ha sido 2012 en el Puerto de la Cruz un año de avances. Adiós!
Y que el entrante, pese a ser impar y de terminación supersticiosa, traiga salud, suerte y venturas. Un firme y sincero deseo.

sábado, 29 de diciembre de 2012

NOVENTA AÑOS DE UN ARTISTA


Noventa años ha cumplido Ángel Acosta Martín, ‘Jalo’, artista, escultor, autor de la talla de la muy venerada imagen de la Virgen del Carmen del Puerto de la Cruz e hijo predilecto de este municipio. Ya ha cubierto todas las etapas de la vida, aunque se resiste a dejar inacabado alguno de los encargos que le han hecho y en los que se esmera, un poquito cada día. Cada visión, cada mirada, cada toque, cada retoque, cada sutileza… Quienes le conozcan, o le hayan tratado siquiera ligeramente, saben de su bonhomía, de su seriedad y de su compromiso.
Un compromiso, sobre todo, con su familia y con el arte. Esposo y padre ejemplar, entregado en cuerpo y alma, capaz de sobreponerse a las adversidades del destino. Ángel ha sabido sufrir en silencio, como lo hacen los grandes hombres, sobrellevando las tribulaciones con entereza y espíritu de superación.
Afincado desde joven en Tortosa (Tarragona), allí ha trabajado sin desmayo en un taller que conoce de sus desvelos. Una buena parte de sus noventa años reside allí, allí donde hizo la talla de la Virgen, la que miran todos, chicos y grandes, hombres y mujeres, cada martes de la embarcación de julio para establecer un diálogo sin igual, a menudo impregnado de lágrimas, de besos volados y hasta de expresiones ininteligibles. Es el lenguaje de ese día, inspirado por la bondad de aquellos ojos o por el esbozo de una sonrisa que la hace aún más llamativa. Es una peculiar manifestación fervorosa que espera, también en sus adentros, no sea desvirtuada con sucedáneos ni imitaciones inapropiadas.
Ahora mismo está acabando la que será su última obra escultórica: el angelito borlonero para el Cristo de la Humildad y Paciencia del Puerto. Su condición física le ha impedido hacerlo en madera y por eso lo ha hecho en bronce. Ni siquiera éstos son días de descanso para el artista: termina de policromarlo en su taller y probablemente en Semana Santa del próximo año ya saldrá en procesión al lado de la singular imagen.
Sigue trabajando, asimismo,  en los frescos de su parroquia, pues es otro encargo que desea completar.
Ángel Acosta Martín sigue en el mundo artístico que escogió, tan llano, tan metódico, tan creativo. Cada conversación, cada nombrete es un chorro abierto de recuerdos y nostalgias. Su Puerto, su Virgen, su gente: aún evoca el recorrido procesional por las calles de la ciudad, cuando regresó para recoger la predilección institucional que no era otra cosa sino un acto de justicia, de gratitud y de reconocimiento social.
Aquella tarde/noche, por el mar y por las vías portuenses, transitaban la Virgen del Carmen y su autor, en una conjunción irrepetible.
¡Feliz cumpleaños, ‘Jalo’!  

viernes, 28 de diciembre de 2012

UN MILLÓN HACE TREINTA AÑOS

En estas mismas fechas, hace treinta años, el complejo turístico “Costa Martiánez” batía su récord de visitantes. Una turista escocesa, Leslei Faux, quedaba registrada como la usuaria 1 millón de las instalaciones. Había venido a la isla con “TuristCanarias” y se alojó en el hotel “Dania Park”.


Según la prensa de la época, Leslei no pudo ocultar su sorpresa inicial y hasta pensó que se trataba de una broma pero luego asumió complacida su condición de millonaria visitante.

Fue cumplimentada por el alcalde de la ciudad, Francisco Afonso, y por el director del complejo, Joaquín Endériz. Hubo un brindis y Leslei Faux fue obsequiada con varios regalos, entre ellos el acceso gratuito a todas las instalaciones municipales durante su estancia en la isla.

Treinta años han transcurrido desde entonces. Queremos pensar que se han batido otros registros. El recordatorio sirve para entender la importancia del complejo, no solo la que ha representado desde el punto de vista económico-financiero para el Ayuntamiento, sino como recurso primordial en la marca y oferta turística de la ciudad. De ahí que insistamos una y otra vez en el futuro parque marítimo, si se acomete alguna vez en los terrenos ganados al mar, junto al refugio pesquero, es un proyecto mucho más rentable que la construcción del puerto sin que ello suponga renunciar a éste.

El parque marítimo tiene que ser a la ciudad lo que fue el Lago en los años setenta y ochenta: una infraestructura de ocio abierta permanentemente, accesible, atractiva, un sello de distinción en un destino turístico diferenciado.

El parque ha de ser un recinto temático, según se estime conveniente, versátil, con opciones lúdicas y recreativas que propicien un uso continuado el mayor número de horas posible. Un recinto con el que se identifiquen los portuenses, otro timbre de orgullo, otra prueba de lo que significa en Canarias la más audaz transformación de un litoral emprendida por la mano del hombre.

En fin, un parque que también bata récords.

Para ver la información de Diario de Avisos de hace treinta años, pulsar en:

http://docs.google.com/viewer?a=v&pid=gmail&attid=0.1&thid=13bdd2f8fece85fb&mt=application/pdf&url=https://mail.google.com/mail/?ui%3D2%26ik%3D1bcb65c391%26view%3Datt%26th%3D13bdd2f8fece85fb%26attid%3D0.1%26disp%3Dsafe%26realattid%3Df_hb83taop0%26zw&sig=AHIEtbTMCvXbfvi4zMLoJUQyD-fiwua47w




jueves, 27 de diciembre de 2012

PARA LA POSTERIDAD

Rotulan el campo de fútbol de El Mayorazgo (La Orotava), con el nombre de Francisco Sánchez García, quien fuera jugador profesional, alcalde de la Villa y destacado abogado. Es una manera de perpetuar su memoria, un hecho que habla de la gratitud de quienes toman la decisión y de los méritos que también acumuló el homenajeado.


Francisco, ya lo saben, brilló en cualquiera de las facetas reseñadas. El futbolista que llegó al Real Madrid y jugó en la U.D. Las Palmas, el delantero que vistió los colores del C.D. Puerto Cruz y, sobre todo, de la U.D. Orotava, su equipo del alma. Sánchez fue un deportista nato, dentro y fuera de la cancha: ni un mal gesto ni una contrariedad con los defensores que le sujetaban o derribaban. Una vez, en El Peñón, Puerto Cruz-Real Unión, cabeceó impecablemente elevándose sobre el zaguero. Pero Norberto Baudet hizo una parada inverosímil: nunca se supo si el balón traspasó la línea de gol. Cuando terminó el encuentro, los dos salieron abrazados de la cancha, seguramente comentando el lance. Otro gesto para la pequeña gran historia.

Es importante que se vincule el nombre de Francisco Sánchez García al fútbol orotavense, sobre todo, al de la base, a la que dedicó mucho tiempo y con la que trabajó denodadamente con tal de proyectar los nuevos valores. Sánchez se esmeró y su presencia en los campos, en partidos de cadetes, infantiles o juveniles era siempre todo un estímulo.

Ya le habían otorgado su nombre a un memorial de fútbol-base. Ahora lucirá en la fachada de una instalación de césped artificial, en un populoso núcleo de su Villa natal. De esa forma, le recordaremos siempre.

Un caballero del deporte como él claro que se ha hecho merecedor de un sitio en la posteridad.



martes, 25 de diciembre de 2012

FORMACIÓN TURÍSTICA: INSUFICIENTE


De vez en cuando, sólo de vez en cuando, como diría el poeta, aparece la formación en cualquier debate turístico, al menos en Canarias. Algún empresario lo cuela en declaraciones o en esporádicas intervenciones en foros de distinta naturaleza. Responsables políticos también lo hacen pero sin el seguimiento que permita extraer unas conclusiones claras que luego se traduzcan en acciones positivas, como revisión de programas o incorporación a planes de estudio.
            El caso es que a la formación en el ámbito turístico hay que concederle mayor importancia. El peso del sector en la productividad económica lo dice todo. Su evolución, la necesidad de dar respuestas adecuadas a las tendencias, las exigencias de la clientela, las respuestas a los operadores, la importancia de la profesionalidad en la captación de mercados y la prestación de los servicios y la obligación de ser globalmente competitivos hacen imprescindibles las alternativas al voluntarismo. Lejos, muy lejos empiezan a quedar los tiempos en que el pico o la azada fueron cambiados por la bandeja o cuando el aprendizaje del idioma se hacía simplemente escuchando o repitiendo términos. Los actuales requieren un proceso sostenible de formación.
            Más ambición y más formación, suele decirse en ambientes y foros turísticos. Es verdad. Algunos creían que dotando la materia de rango ministerial ya se estaba en condiciones de hablar de igual a igual con otros sectores. Alcanzado ese rango, hasta el momento no parece que se haya avanzado mucho más. Al contrario, hay algunos hechos y algunos estancamientos evidentes que han hecho fruncir el ceño hasta a los empresarios menos sospechosos ideológicamente. Luego, habrá que seguir esmerándose para que esa sana ambición -vamos a calificarla así- pueda entrar en vías asequibles que hagan ver la trascendencia del turismo en un país de las características del nuestro, visitados por millones de viajeros de distintas latitudes.
            Pero es en la formación donde queríamos insistir. Durante años se navegó con un rumbo cambiante. Muchos intentos pero escasa claridad en el horizonte. Algunas iniciativas del sector privado y aportaciones de las instituciones públicas que han ido menguando a medida que faltaba solidez y las restricciones terminaban por imponerse. Se reivindicó también el estatus universitario para dar consistencia y nivel a los estudios turísticos.
            Hasta que la formación ha sido concebida como un grado, de carácter generalista, en consonancia con las directrices del Plan Bolonia, reservando la especialización a los cursos de postgrado que son indispensables, poco menos, para una buen desarrollo profesional. Veremos cuáles son los resultados a medio y largo plazo teniendo en cuenta el contexto de crisis socieconómica predominante. Porque, claro, hablar de investigación o de innovaciones en un campo donde la precariedad en el empleo es cada vez más notable, puede sonar a chino. Precisamente, el dominio insuficiente de otras lenguas sigue siendo otra de las taras que condiciona las posibilidades de acceso al mercado laboral y de probar fortuna en otros países donde no se hable español. Y ojo: que somos conscientes de la imposibilidad de convertir la Universidad en una gigantesca academia de idiomas. Habría que incidir en las deficiencias de los niveles o ciclos educativos previos para tratar de llegar al grado universitario en las mejores condiciones posibles para ampliar y perfeccionar.
            Con el enfoque de Bolonia se pretende implementar un ‘modus operandi’ más práctico, más atractivo, es decir, que el alumno vea o palpe sobre el terreno el medio donde supuestamente se va a desenvolver en el futuro. Hay algunas voces críticas al respecto por entender que no se debe denostar la teoría. Y no les falta razón. Nada hay más práctico que una buena teoría, dicen.
            En cualquier caso, lo importante es incidir en la formación, potenciarla, mejorarla, madurar los planes de estudios y aprovechar las experiencias que se vayan registrando. De no ser así, seguiremos con debates poco productivos y con varias asignaturas pendientes. 

lunes, 24 de diciembre de 2012

AHORA, LA EQUIS


No gustaba el término maduro y han terminado resolviendo con un grafismo simple pero recurrente que es el de una equis sobresaliente, en consonancia con creaciones promocionales hechas para identificar la isla y sus valores turísticos. La equis de experiencia, vocablo que viene a reflejar las cualidades de un destino cuya vocación turística es indeclinable y que trata de remontar la pérdida de competitividad que registra por múltiples causas. La equis para condensar el producto y la marca Puerto de la Cruz, tal como habíamos propuesto en el Ayuntamiento después de la moción de censura en el mandato 1995-99.
            De modo que Puerto de la Cruz Experience es el estárter de una nueva andadura, tal como fue presentada la pasada semana en el centro de congresos del Taoro en otra convocatoria del Consorcio de Rehabilitación Turística que sigue llamando la atención de empresarios y profesionales del sector pero que no termina de convencerles, acaso porque vienen oyendo hablar de lo mismo desde hace mucho tiempo y lo que quiere son realizaciones tangibles. El hecho es que el trabajo del Consorcio entraña seriedad y hasta los actuales gobernantes del Ayuntamiento, que al principio no creían en la fórmula consorciada, ya le dispensan cariño, acaso porque ahí disponen de un yacimiento para justificar la gestión cuando llegue el momento.
            Pero así como es una tarea que, desde el punto de vista de planificación, parece bien encaminada y va afrontando los retos de la coordinación con otras administraciones y organismos competentes, flaquea desde las aristas de la ya célebre ‘ficha financiera’ sin la cual, desde luego, es tontería hablar de proyectos y actuaciones por muy novedosas y atrayentes que sean. Para colmo, las circunstancias que concurren limitan de forma considerable la inversión pública, por lo que ese escepticismo del sector, expresado con las miradas o gestos que nada dicen o dicen todo, no termina de diluirse y dar paso a otra actitud más constructiva y, si nos apura, hasta más motivada y arriesgada. Ya está dicho pero habrá que repetirlo: los empresarios y los emprendedores tienen que creérselo. Si no, todo ese esfuerzo servirá de muy poco. Tienen también en este marco consorciado su espacio reservado: es una de las fuentes de financiación que les han reservado en forma de concesiones administrativas.
            Puerto de la Cruz Experience es, pues, la primera hija de esta fórmula que pretende no solo fidelizar clientela sino recuperar segmentos emisores que acaso encuentren poco seductor un destino que, paradójicamente, quiere tener en su trayectoria, en su experiencia pionera y en sus activos que compiten en los emergentes y exigentes mercados, una referencia indiscutible para ofertar. Es una apuesta por lo empírico para superar los que ahora se consideran posicionamientos equivocados. A base de experiencias urbanas con gancho, emocionales, creativas, culturales, de ocio y bienestar.
            Tienen que creéserla, desde luego, quienes la van a vivir desde dentro.

sábado, 22 de diciembre de 2012

UNA PARTE DE EL PEÑÓN, EN PENUMBRA


Usuarios habituales del campo de fútbol El Peñón nos trasladan, casi a la desesperada, su desasosiego por la pendiente dotación de una torreta de alumbrado, instalada próxima al paseo Luis Lavaggi. Un temporal de viento, hace al menos dos años, la inutilizó. Desde entonces, hay una zona de penumbra en la instalación, un considerable ángulo oscurecido que dificulta la visibilidad en el juego. Unos focos, colocados en un poste de madera a título provisional o de remiendo, no resuelven la situación ensombrecida.
Esa es la razón por la que, según parece, no se programan partidos de competición en horario nocturno y por la que algunos árbitros no se arriesgan, so pena de tener que decidir allí donde la claridad se pierde. Y ya se sabe: todo el mundo quiere ganar, sea la categoría que sea, y no es cuestión de abonar el terreno de la controversia y las protestas.
Al ser la instalación de titularidad municipal, se supone que el Ayuntamiento está obligado a reponer los soportes de alumbrado eléctrico. No lo ha hecho, queremos pensar que por sus problemas económico-financieros. Y después de tanto tiempo, los equipos y los usuarios empiezan a hartarse. Alguna expectativa les habrán abierto pero lo cierto es que, hasta la fecha, la torreta de luz artificial, tan necesaria para igualar la cobertura, no aparece.
Una lástima no conocer el importe de la instalación, siquiera para establecer alguna comparación y poder opinar con fundamento a la hora de hablar de prioridades. Cierto que los recursos son muy limitados y que habrá necesidades más acuciantes pero ésta que nos ocupa en vísperas navideñas debería tener algunos horizontes. La instalación, principalmente en invierno, se precisa en horarios nocturnos para poder atender demandas de práctica o entrenamiento así como la disputa de encuentros de competición. Además de la voluntad política, hay que acreditar capacidad de gestión: un convenio con otro organismo o una operación que facilitara el adelanto de la cuantía de la instalación sería el camino a seguir.
No sabemos hasta dónde ha llegado la reivindicación de la comunidad futbolera local pero parece tímida y resignada. En otros sitios ya hubieran saltado al campo los jugadores con camisetas escritas que reflejasen la demanda o hubieran colocado pancartas en sitios visibles o hubieran hecho una sentada de protesta. Pero bueno, en la ciudad, históricamente, se ha hablado mucho en la plaza y poco o nada en los lugares donde hay que decidir y ejecutar.
Que una dotación se demore tanto es preocupante. Que los perjudicados se resignen, también. Esa torreta es necesaria: lo saben todos. Por el bien del fútbol portuense, hagan algo para reponerla. Se trata de jugar al fútbol en las mejores condiciones posibles y no conformarse con deficiencias que, en el fondo, son un maltrato deportivo.

viernes, 21 de diciembre de 2012

CUMPLEAÑOS CON EL MAESTRO

Entre los cincuenta años de la publicación de su primera crónica y la concesión del Premio Nacional de Periodismo Cultural 2012, media una trayectoria difícilmente comparable. Juan Cruz Ruiz quiso celebrar ese aniversario y ese galardón en su pueblo, al lado de los suyos, de amigos, de periodistas y familiares, de paisanos y de curiosos que querían escuchar de viva voz los arranques de su prolífica escritura y las reflexiones sobre los apremios y el porvenir de la profesión y del periodismo.


Lo hizo allí, en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, la casa donde encontró tantos libros en su juventud y a la que ahora, en la incipiente edad senecta, dona su colección bibliográfica, noticia final dicha y hecha sin estridencias ni alharacas al final del aniversario, como para apagar las velas.

Ante se había emocionado. Cuando se proyectó la reproducción de aquella primera crónica publicada en Aire Libre, dirigido por Julio Fernández. La crónica manuscrita, según reveló, y que antecedió a tantas otras enviadas telefónicamente, mediante conferencia con operadora a cobro revertido, o ya pasadas a máquina y que, en un sobre, con fotos a veces, las trasladaba a la sede del periódico, en Santa Cruz, el conductor de una guagua o un amigo.

Tiempos heroicos aquellos cuando la vocación cobraba cuerpo y donde publicar en prensa, siendo tan jóvenes, era un timbre que sonaba entre osadía y rienda suelta a lo que se lleva dentro. Esa sensación se conserva: la de abrir el periódico y buscar el nombre para acreditar la autoría del texto. A veces, muchas, para preguntarse, ¿y yo escribí esto?

Juan Cruz Ruiz contó las vivencias de entonces. Reiteró su identificación con la radio y valoró la interpretación que inspiraba aquel programa de la desaparecida La Voz del Valle, dirigida por el padre José Siverio, en el que los pueblos competían sanamente para que la Navidad de los humildes no fuera tan menesterosa. Y descubrió sus primeros pasos como editor (bueno, editor y todo lo demás, hasta repartidor) con una revista titulada Ahora que también vio la luz en La Orotava.

Se bebió Juan todo el periodismo cuando se marchó a La Laguna, junto a Ernesto Salcedo y Alfonso García Ramos en las redacciones de El Día y La Tarde. El periodista, después del género deportivo que con el tiempo retomaría, ya corría hacia los éxitos que labraba en cada texto, en cada paso, en cada aprendizaje.

Y el salto a la literatura, cuando “Monosílabos enigmáticos acabaron con todo”, primeras líneas de aquella Crónica de la nada hecha pedazos, primera novela y primeros laureles. Muchos y buenos títulos siguieron a una fértil producción literaria. Una obra en la que contrastar la sensibilidad, el intimismo, la visión empírica, la marca familiar, el ángulo crítico y hasta el lado tierno de las cosas. Una obra que se asienta sobre el infinito Territorio de la memoria.

En él ya hay un hueco para los foros digitales. Mira que te lo tengo dicho, frase tan materna que sirve de título a la versión bloguera de Cruz Ruiz. Hasta acabar con un esclarecedor análisis del presente y futuro de los medios. Impresión optimista del autor porque el periodismo sigue siendo muy necesario, simplemente. Y porque va a haber más formación, más opciones, más pluralismo.

Con esa conclusión, y con el anuncio de la donación de su biblioteca al Instituto, apagó las velas. Sencillo pero reconfortante aniversario.





jueves, 20 de diciembre de 2012

ANIVERSARIO DE EXCELENCIA


Un cumpleaños por todo lo alto el de Loro Parque. Tenía que ser así: corresponderse con la excelencia que abandera la firma, el nombre de una marca que es una divisa para la ciudad, para la isla, para Canarias. Y lo que es más importante: para la oferta turística.
Un espectáculo original y rítmico -después de los inevitables discursos iniciales que convergieron en el reconocimiento a los emprendedores-, ingenioso, de primer nivel, sorpresivo: una singular mezcla de elementos que forman parte del recinto con llamativas producciones audiovisuales que recogen la historia y la evolución de cuatro décadas y vanguardistas performances que procuraron la interactividad y llenaron los ojos y el ánimo de los espectadores que poblaron el espacio donde puede seguirse el show de las orcas, especial para la ocasión tan plagada de sueños. Resultó a medida de las exigencias del propietario, que todo lo quiere en el nivel de la excelencia; y de los invitados que siguieron, atentos y admirados, el curso del espectáculo.
Los sueños de Wolfgang Kiessling y familia se han hecho realidad hasta la consolidación de un auténtico emporio. La cifra de cuarenta y tres millones de visitantes durante estos cuarenta años de existencia habla por sí sola. Papagayos y cacatúas rodando en patineta o jugando a basket: eran las grandes y novedosas atracciones de la apertura. Ahora, orcas espléndidamente adiestradas, juegan y se recrean hasta hacer las delicias de quienes tienen que verlo para creerlo. Ayer y hoy de un complejo que es un canto o una invitación al amor por la naturaleza, al cuidado del medio ambiente y al cuidado de los recursos naturales.
Cuarenta años de expansión, de superación, de ideas, de innovación, de inversión. Fue un cumpleaños feliz en una tarde espléndida que acompañó la celebración y que en nada recordó aquella intensa jornada de lluvia que caracterizó la inauguración.
Un aniversario memorable que hizo honor a cuarenta años de un nombre que, lo dicho, es una divisa. ¡Enhorabuena!


martes, 18 de diciembre de 2012

BASTANTE SE MUEVE EN LO LOCAL

Está pasando inadvertido pero quienes se empecinan en resaltar hasta el encono las discrepancias políticas de los dos principales partidos del país (PP y PSOE si nos atenemos a los últimos resultados electorales), deben saber que dirigentes de ambas formaciones mantienen una entente cordial -respaldada por la cúpula de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)- con tal de frenar la futura Ley de Administraciones Locales, al menos tal como eran los contenidos del borrador en el que estaban trabajando, algunos de los cuales constituían exigencias o pretensiones del ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas que los municipalistas consideraron inaceptables.


A la espera de que cuaje esa entente en un texto ampliamente consensuado que propicie la estabilidad necesaria para el ámbito local en una complicada situación política de presente y de oscuros horizontes en el futuro, el hecho anterior debe ser interpretado favorablemente desde el punto de vista político. En algo tendrán que ponerse de acuerdo, se dirá. Y es que PP y PSOE tienen territorios convergentes e intereses comunes en esta materia. Luego, habrán de hablar y transar con tal de superar las incertidumbres que azotan a la mayoría de los ayuntamientos cuyas alcaldías o cuyos gobiernos se reparten en un 70%. No olvidemos que esa flexibilidad debe también emplearse pensando en que los acuerdos que se alcancen afectarán también a las restantes formaciones políticas que no querrán moverse a velocidades muy distintas.

Lo cierto es que dirigentes populares y socialistas se han reunido después de que los regidores del PP advirtieran, sin grandes alharacas, su disconformidad con algunas de las reformas contenidas en el borrador del ministerio; y después de que Iñigo de la Serna, alcalde popular de Santander y presidente de la FEMP, expusiera la divergencia municipalista al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Este, que fue ministro de la cosa, conoce bien las entretelas de la administración local y sabe que una rebelión con los suyos compartiendo la pancarta, en estos momentos, pudiera ser una catástrofe, se ha mostrado receptivo.

Si en las formas, hasta el momento, la cosa marcha y sustancia buenos augurios -sin campanas al vuelo, ya saben, después de la frustración para frenar desahucios-, ya veremos cuando se aborde el fondo de la cuestión.

Y en el fondo está la financiación de las corporaciones locales, de la que no se habla en el dichoso borrador, tan lleno, por cierto, de restricciones y mandatos que llegaron a asustar a los ediles conservadores. La financiación es la clave y los alcaldes quieren amarrarla, no sea que, con la nueva Ley, prosigan las penurias. Si con los recursos a su alcance resulta imposible exprimir más para que aumenten los ingresos, habrán de aguardar a los porcentajes que fijen el propio Estado y las Comunidades Autónomas. La participación en los ingresos estatales y autonómicos resultará decisiva en el futuro para que los ayuntamientos puedan seguir prestando los servicios que, competencialmente, no les corresponden.

Esto hay que conectarlo a otro de los grandes acuerdos que deberían plasmarse en la futura norma: la delimitación de funciones o la reasignación de competencias que, por supuesto, deberán contar con su propia financiación. Téngase en cuenta que, según cálculos de la FEMP, hasta un 25% de sus presupuestos dedican los consistorios a financiar las se conocen como "competencias impropias”. Pero ahí, partiendo de que las Comunidades Autónomas tampoco andan sobradas, y aunque el presidente Rajoy se haya mostrado inicialmente de acuerdo con el planteamiento, estriban las principales dificultades. Ojalá que el debate, en esa materia concreta, no se encrespara y produjera resultados satisfactorios.

Hay otros aspectos relevantes, por supuesto. La representación de los munícipes, por ejemplo, se opone con firmeza a esa pretendida reducción de un 30% del número de concejales. La parte de razón que la asiste es la merma de representación política, lo cual no obsta para replantearse a fondo los esquemas de funcionamiento de los gobiernos locales teniendo en cuenta el traspaso de competencias o la externalización de los servicios. Pero eso vendrá a posteriori y dependerá de cada caso concreto.

Que los ayuntamientos de menos de veinte mil habitantes pasen a depender de las Diputaciones tampoco gusta en la órbita municipalista. Pérdida de identidad y de autonomía. La fusión, por otro lado, empieza a ser palabra tabú y la alternativa de municipios mancomunados requiere, además de negociación, tiempo y cultura.

Finalmente, una referencia al sueldo de los alcaldes -por extensión habrá que regular también el de todos los ediles- que, con arreglo a criterios poblacionales y presupuestarios, requiere otro acuerdo intermunicipal para despejar desequilibrios escandalosos y para fijar criterios retributivos dignos que se correspondan con la dignidad del ejercicio político del cargo que se ostenta.

Pendientes de los acuerdos que se logren, el nuevo año, desde luego, se perfila determinante en el futuro del ámbito local español.





lunes, 17 de diciembre de 2012

DESEROTIZACIÓN DE LOS VALORES


Asombra -si es que esa capacidad no se ha agotado del todo- contrastar el escaso interés de muchos jóvenes por aquello que les resulta más cercano. Cierto que la crisis se ceba con ellos y que desmoraliza pero si a un acostumbrado escaso sentido de la iniciativa se unen la resignación, el desapego o la indolencia, los horizontes son desalentadores. Hasta hace unos años discutíamos sobre sus preferencias de futuro: si ser funcionario o empresario. Pero también ese debate se ha diluido. No les atrae la política (ni siquiera la más próxima), se toman el deporte como un espectáculo que no quieren alimentar, las tendencias musicales les resultan muy efímeras, se resisten a las manifestaciones artísticas y culturales, las actividades sociocomunitarias son difíciles de sobrellevar  y su reducida capacidad adquisitiva la administran como pueden (eso de ahorrar forma parte de la historia) para su carpe diem personalizado. Hablábamos en distintos foros de una generación espléndidamente formada, con infinidad de recursos a su alcance, principalmente los tecnológicos, pero por ahí también se pierde el hilo. La potencialidad creativa, apta para su propia autonomía, es cada vez más escasa. La facilidad para acceder a los bienes de provisión ha sido otro factor determinante: al haberse reducido, como que hay mayor propensión a los vicios, al escepticismo galopante, al sentimiento de impotencia e inutilidad. Paradójicamente, cuando tal disminución debía operar como un factor estimulante de la búsqueda o de la imaginación, ha resultado lo contrario: ha aumentado el ensimismamiento, el adocenamiento, el desánimo, los desvíos…

Surge ahí el término deserotización. Una psicóloga argentina, Diana Sahovaler de Litvinoff, fue algo radical a la hora de interpretarla: “Es la prohibición, el tener que luchar o trabajar por lo que se desea, lo que estimula y fortalece. Cuanto menos accesible permanece lo anhelado, incluso el ser amado, aumenta su valor. En cambio, cuando todo está ofrecido y a la vista, el efecto suele ser la deserotización”.

Es como si se difuminaran progresivamente los valores. La profesora e investigadora universitaria Carmen López Sáenz, escribió en “La crítica de la racionalidad tecnológica en Herbert Marcuse”, que “se ha producido la deserotización de la vida, la restricción del placer, la reducción de la líbido a un impulso parcial especializado… La autonomía y la reflexión han desaparecido por completo”. Los jóvenes a los que nos referimos -no todos, por fortuna: la generalización sería manifiestamente injusta- no encuentran encantos. Es decir, en sentido figurado, no hallan los estímulos, la excitación sexual en los valores o en las motivaciones que se supone deben impulsar su quehacer.

Hay otra explicación ilustrativa, la del filósofo italiano Franco Berardi, quien denunció la deserotización de la vida cotidiana: “Es el peor desastre que la Humanidad pueda conocer porque el fundamento de la ética no está en las normas universales de la razón práctica sino en la percepción del cuerpo del otro como continuación sensible de mi cuerpo”. No hay empatía, sostiene, para ser conscientes de que tu placer es mi placer y tu sufrimiento es mi sufrimiento. Si no hay capacidad para esa empatía, o sea, una comprensión erótica del otro, difícilmente se estará en condiciones de avanzar, de posicionarse con ánimo de descubrir atracciones.

A ver si es verdad que la crisis y sus restricciones propician opciones y oportunidades erotizadas.

(Publicado en Tangentes,número 53, diciembre 2012).

sábado, 15 de diciembre de 2012

AÑO NUEVO, ¿BIBLIOTECA NUEVA?


Responsables del gobierno municipal han declarado que la nueva biblioteca, emplazada céntricamente, en la intersección de las calles Pérez Zamora y el tramo peatonal de Puerto de Viejo, abriría sus puertas el próximo mes de enero. De ser así, el año se estrenaría con esa dotación, tan necesaria por razones obvias pero, especialmente, por lo que solventaría a muchos estudiantes e investigadores portuenses que, no disponiendo de recinto adecuado, han de trasladarse a municipios limítrofes para cumplir sus encomiendas.
            De consumarse la apertura y entrada en funcionamiento de la biblioteca, hay motivos para congratularse. Demasiados meses con la obra completamente terminada sin que se atisbara la solución. Tantos meses que hasta cabe pensar en que esa situación prolongada terminaría deteriorando de tal forma el interior que precisaría de una inversión complementaria para reparar y dejar las estancias en perfecto estado de uso. El único avance registrado desde el final de las obras es la retirada de aquellas vallas metálicas que afeaban el paso por la vía peatonal citada, de modo que la imagen del Gran Poder de Dios pudo procesionar el pasado mes de julio sin ese “obstáculo”.
            Poderosos deben ser los motivos por los que la nueva biblioteca no ha sido abierta. Queremos pensar que han sido explicados en el seno de la corporación municipal. Cualesquiera que sean, el gobierno local ya debía haber gestionado para desbloquear, certificar o pagar. Máxime, cuando se han registrado reivindicaciones que, eso sí, no encontraron el eco esperado, lo que debe preocupar más, según hemos escrito, porque esa insensibilidad social por toda respuesta es un síntoma de despreocupación o de resignación que poco dice a favor de la inquietud cultural de un pueblo. En otra localidad, con las ganas que tiene el personal de exteriorizar una protesta, seguro que hubiera tenido otro reflejo.
            Pero no cayeron en saco rato aquellas llamadas de atención por parte de Juventudes Socialistas y otras organizaciones que se sumaron porque de algo habrán servido. La causa merecía las penas de haber hecho convocatorias, pese a que no fueran correspondidas como se esperaba. Que la ciudad, a estas alturas, no disponga de una biblioteca moderna y digna, o que siga exponiendo públicamente -en una zona tan transitada- las vergüenzas -ya polvorientas- de una edificación de uso comunitario completamente vacía, es un descrédito y una expresión de abandono e impotencia que, prolongada en el tiempo, tendrá en aquellos antecedentes un latido a recordar en la historia de la dotación.
            Un latido de disconformidad que ojalá cuaje hasta lograr el ritmo cultural que la ciudad tuvo hasta hace no mucho tiempo.
            Dicen que 2013 será el año de la nueva biblioteca. Que lo veamos cuanto antes.

                                                           

martes, 11 de diciembre de 2012

PROTESTA DE DEPENDIENTES


Pocas imágenes tan impactantes como las de hace un par de domingos: centenares, miles de discapacitados recorrían las calles de Madrid, desafiando las inclemencias y otras circunstancias inherentes, exteriorizaban su protesta o su disconformidad por las restricciones presupuestarias que también sufrirá la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de Dependencia. Eran desgarradores algunos testimonios y hasta los vacíos en sillas de ruedas, por imposibilidad física de estar presentes sus usuarios, eran un clamor. Ciertamente, es probable que hasta los más duros e indolentes no pudieran reprimir la emotividad que las imágenes inspiraban.
            No era, desde luego, una protesta cualquiera, una más. Era la de quienes, al cabo de cinco seis años, empiezan a verse desprotegidos nuevamente después de haber encontrado una cierta comprensión y dispuesto de algunos soportes para sobrellevar sus condiciones de discapacidad o dependencia. Han sido, si se quiere, tímidos avances sociales, pero también las primeras señales claras de sensibilidad a favor de una humanización en el tratamiento de estas personas que, en sí misma, fuera una respuesta digna en épocas de adelantos tecnológicos.
            Las señales se apagan. Las reducciones de gasto público o la imposibilidad de sufragar los compromisos adquiridos condicionan -en buena medida, hasta su desaparición- tales avances plasmados en nuestro país en la popularmente conocida como Ley de Dependencia. El rumbo de las políticas sanitarias señalado por el Partido Popular allí donde gobierna tiene el norte claro de las privatizaciones, más o menos encubiertas, y se empieza a notar (una paciente de la citada manifestación contaba cómo pagaba de su bolsillo las sondas que utilizaba tres veces al día), por mucho que algunos discursos reiteren hasta la extenuación que tales privatizaciones de la sanidad pública no repercuten en la calidad de los servicios que se prestan a los pacientes. Hasta resulta irrelevante que en campaña o programa electoral dijera lo contrario.
Nada se tiene en contra de la sanidad privada pero, tal como evolucionan las cosas, se corren riesgos de que termine convirtiéndose en un negocio, en una mercancía. Y claro, si la puedes pagar, bien. Pero si no, ¿cuáles son las esperanzas o las alternativas? Admitido que el mantenimiento de un sólido sistema público de la dependencia es complicado en época de vacas flacas, tampoco es cuestión de resignarse. De ahí que cada vez resulte más apremiante saber priorizar y gestionar adecuadamente los recursos disponibles. En el fondo, es la clave para diferenciar los modelos de atención sanitaria.
              

lunes, 10 de diciembre de 2012

OTRA SUBIDA: EL RECIBO DE LA LUZ. Y VAN...


Nada ni nadie impedirán que el Senado apruebe esta semana la Ley de Medidas Fiscales para la sostenibilidad energética que viene a ser algo así como la norma que regulará los impuestos a la generación eléctrica. Para decirlo con claridad, el recibo de la luz se incrementará en un 20% para las familias y entre el 8 y el 13% para las empresas, o lo que es igual, sobre los consumidores recaerá esta subida de impuestos cifrada, aproximadamente, en un 80%. Casi nada.
            A la Ley no sólo se oponen el PSOE y la práctica totalidad de los grupos parlamentarios sino la mismísima patronal (CEOE), sectores industriales del país, las empresas específicas de energías renovables y del gas y las organizaciones de consumidores. Será el remate de un año complicado y a duras penas soportable desde el punto de vista tributario. Pero ya ven, quienes en su día dijeron que en época de crisis no se debía subir impuestos, ahora hacen justamente lo contrario. Les da igual. Lo harán por el bien de España, dirán. O que es inevitable. Sin arrepentimiento de engaño, claro. Pero esta vez ni los aliados empresariales están de su parte: el presidente de la patronal de las eléctricas, Eduardo Montes, ha llegado a declarar que elevar en un punto, del 6 al 7%, el gravamen a la venta de electricidad, significaría poner en peligro la viabilidad del sector.
            Todo da a entender que estamos ante una medida que acentúa una voracidad recaudatoria insaciable. El Gobierno, en efecto, pretende incrementar la recaudación del sistema y taponar el denominado “déficit tarifario”, generado por el simple hecho de que los ingresos no son suficientes para cubrir o equilibrar los costes de producción. La norma, por cierto, consigna otros tributos específicos para el uso del gas natural, las aguas continentales o los residuos nucleares.
            A los consumidores, desde luego, se les pone en un brete. La factura de la luz se vuelve a disparar (es una de las más altas de Europa) mientras que todos los avances en materia de energías renovables, ecológicas y producidas en el territorio nacional parecen literatura inservible. Cabe preguntarse por la utilidad de esta medida si no enjuga el “déficit tarifario”. Está claro, por otro lado, que si aumentan los costes de producción, la competitividad de la industria también se ve afectada y dañada.
            Para colmo, dicen los expertos que esta Ley no aporta nada a la lucha contra el cambio climático ni protege especialmente el medio ambiente. Es más, alguno señala que penaliza las llamadas tecnologías limpias.
            Por eso, no es de extrañar que algunos sectores reivindiquen un nuevo modelo energético para España, hasta hace unos años una potencia mundial -o eso teníamos entendido- en la fabricación, instalación y exportación de varias modalidades de energías renovables. La atracción de inversiones, la creación de empleo en un sector con futuro y el abaratamiento de los costes energéticos parecían al alcance.
            Pero se ve que hay intereses muy poderosos. Intereses que vuelven a poner a los ciudadanos y consumidores en el potro del sufrimiento. Les condenan.

OTRA SUBIDA: EL RECIBO DE LA LUZ. Y VAN...


Nada ni nadie impedirán que el Senado apruebe esta semana la Ley de Medidas Fiscales para la sostenibilidad energética que viene a ser algo así como la norma que regulará los impuestos a la generación eléctrica. Para decirlo con claridad, el recibo de la luz se incrementará en un 20% para las familias y entre el 8 y el 13% para las empresas, o lo que es igual, sobre los consumidores recaerá esta subida de impuestos cifrada, aproximadamente, en un 80%. Casi nada.
            A la Ley no sólo se oponen el PSOE y la práctica totalidad de los grupos parlamentarios sino la mismísima patronal (CEOE), sectores industriales del país, las empresas específicas de energías renovables y del gas y las organizaciones de consumidores. Será el remate de un año complicado y a duras penas soportable desde el punto de vista tributario. Pero ya ven, quienes en su día dijeron que en época de crisis no se debía subir impuestos, ahora hacen justamente lo contrario. Les da igual. Lo harán por el bien de España, dirán. O que es inevitable. Sin arrepentimiento de engaño, claro. Pero esta vez ni los aliados empresariales están de su parte: el presidente de la patronal de las eléctricas, Eduardo Montes, ha llegado a declarar que elevar en un punto, del 6 al 7%, el gravamen a la venta de electricidad, significaría poner en peligro la viabilidad del sector.
            Todo da a entender que estamos ante una medida que acentúa una voracidad recaudatoria insaciable. El Gobierno, en efecto, pretende incrementar la recaudación del sistema y taponar el denominado “déficit tarifario”, generado por el simple hecho de que los ingresos no son suficientes para cubrir o equilibrar los costes de producción. La norma, por cierto, consigna otros tributos específicos para el uso del gas natural, las aguas continentales o los residuos nucleares.
            A los consumidores, desde luego, se les pone en un brete. La factura de la luz se vuelve a disparar (es una de las más altas de Europa) mientras que todos los avances en materia de energías renovables, ecológicas y producidas en el territorio nacional parecen literatura inservible. Cabe preguntarse por la utilidad de esta medida si no enjuga el “déficit tarifario”. Está claro, por otro lado, que si aumentan los costes de producción, la competitividad de la industria también se ve afectada y dañada.
            Para colmo, dicen los expertos que esta Ley no aporta nada a la lucha contra el cambio climático ni protege especialmente el medio ambiente. Es más, alguno señala que penaliza las llamadas tecnologías limpias.
            Por eso, no es de extrañar que algunos sectores reivindiquen un nuevo modelo energético para España, hasta hace unos años una potencia mundial -o eso teníamos entendido- en la fabricación, instalación y exportación de varias modalidades de energías renovables. La atracción de inversiones, la creación de empleo en un sector con futuro y el abaratamiento de los costes energéticos parecían al alcance.
            Pero se ve que hay intereses muy poderosos. Intereses que vuelven a poner a los ciudadanos y consumidores en el potro del sufrimiento. Les condenan.

viernes, 7 de diciembre de 2012

CUANDO LOS PAYASOS ACTUARON EN EL PARQUE


El fallecimiento, el pasado mes de noviembre, de Emilio Aragón Bermúdez, popularmente Miliki, uno de los payasos de la tele, nos ha hecho recordar la célebre actuación de éstos en el parque San Francisco en los últimos días de octubre de octubre de 1984. Se han cumplido, por tanto, veintiocho años de un rotundo éxito de la convocatoria patrocinada por la entonces denominada Caja General de Ahorros de Canarias.
Ofrecieron dos sesiones, una de ellas no prevista. Pero era tal la demanda que repitieron. Autobuses llegados de numerosas localidades tinerfeñas complicaron la circulación aquella tarde. El aforo del recinto se llenó. Entre cuatro y cinco mil almas infantiles pudieron seguir el espectáculo. Muchos niños se quedaron sin poder entrar. Y no faltaron lágrimas, claro.
La popularidad de los payasos de la tele era extraordinaria. Aquella pregunta, tantas veces repetida, “¿Cómo están ustedes?”, pudo escucharse en directo en el ya viejo recinto de la calle Agustín de Bethencourt. Fofito (hijo de Fofó, Alfonso Aragón Bermúdez) y su hermano Rody se habían incorporado al trío original, compuesto por Gaby, Fofó y Miliki.
“Había una vez un circo” fue el tema más coreado. Los periódicos de la época publicaron, el 31 de octubre de aquel año, referencias de aquel acontecimiento. El Día, en crónica de su corresponsal, señaló: “Sus canciones más populares y conocidas, sus bromas y chistes, sus juegos inundaron el escenario del parque y lograron que los niños se divirtieran con un espectáculo pensado y realizado para ellos. Los payasos Gaby, Miliki, Fofito y Rody demostraron en el Puerto de la Cruz que saben hacer reír a los niños tanto por la tele como en directo”.
Por su parte, Diario de Avisos, bajo el título “Éxito resonante”, con una gran foto que plasmaba el lleno absoluto del parque San Francisco, publicó: “Miles de niños vivieron momentos de gran alegría… Con artistas así, el éxito está más que asegurado”.
Fue, sin duda, una velada extraordinaria que ha sido evocada por unos cuantos portuenses que, siendo niños, disfrutaron de ella, hace nada menos que veintiocho años.

jueves, 6 de diciembre de 2012

ANIVERSARIO EN LA FRACTURA

Tal día como hoy, hace treinta y cuatro años, acudíamos a las urnas. Era una consulta decisiva para avanzar. Un sí o un no. Había que darlo para que se siguieran abriendo ventanas o para que siguieran cerradas a la libertad y al pluralismo. Decidieron los españoles. Nos dimos una Constitución, la Constitución. Y desde entonces -ya van más de tres décadas- avanzamos. A duras penas, pero avanzamos. Y cada 6 de diciembre, tenemos en cuenta una fecha para la historia del país y para el devenir de los españoles. Quienes vivimos aquel trance somos conscientes de lo que significó.
Y al cabo, treinta y cuatro años después, con el evidente predominio de una crisis que desborda, la conmemoración se revela preocupante: la ciudadanía anda desmotivada, rechaza la política, no cree en quienes se dedican a ella, está harta de la corrupción... Hay un clima de pesimismo que todo lo invade. Para colmo, las discrepancias políticas se ahondan, hasta el punto de que, en algunos casos, parecen insalvables.
La fractura social en este país es evidente. De ahí que, entre unas cosas y otras, se palpe la insatisfacción. Hasta con el propio modelo 
constitucional. En una encuesta reciente, más de la mitad de la población consultada asegura sentirse poco o nada satisfecha. En esa misma encuesta -dato preocupante- tres cuartas partes de quienes respondieron revelan su descontento con el Estado de las autonomías. Menos mal que casi un 42% valora las garantías de libertad que inspira la Cartamagna.
En fin, treinta y cuatro ya de la Constitución de 1978. Difícil concretar el antídoto del pesimismo o del escepticismo pero que  hay que recuperar el diálogo y renovar energías, seguro. Sobre todo, porque ciertas amenazas acechan expectantes.

martes, 4 de diciembre de 2012

PANORAMA DESDE EL PUENTE


Total, ¿qué es una raya más para un Gobierno incumplidor? Total, ¿qué más da traspasar la supuestamente línea gruesa roja gruesa de las pensiones si con las anteriores medidas no sólo se han ganado elecciones sino que se ha resistido con toda dignidad y, encima, el socialismo no remonta? Total, ¿qué va a pasar si ahora no se revalorizan aquéllas y se revisa en sentido contrario el año próximo, más cerca de la cita electoral y así queda más fresca en la memoria?

Lo había anunciado por activa y por pasiva, lo había dicho por todos los rincones y plazas, lo había sostenido en todos los discursos, en todas las entrevistas y en todas las intervenciones. Pero Mariano Rajoy ha sucumbido e igual que incumplió con el abaratamiento del despido, con el incremento de los impuestos, con el copago sanitario y con la reducción del desempleo, lo ha hecho ahora con la revalorización de las pensiones. Las pensiones eran el último clavo, la última baza para acreditar que lo intocable era lo intocable; pero un nuevo golpe a la hucha de las pensiones en un solo año revela lo desbordado que está el ejecutivo al que le valen la paciencia, la pasividad y de desmemoria de la ciudadanía para seguir escapando. Es difícil encontrar un gobernante que haya mentido más, que más haya hecho lo contrario de lo que había previsto. En efecto, hemos asistido durante el primer año de la legislatura a una auténtica contorsión de la realidad.

No es de extrañar que hasta empresarios afines a la causa sigan frunciendo el ceño del malestar y de la duda. El derechío mediático, impasible el ademán. Aunque ha de hacer esfuerzos cada vez más notables para invertir o sesgar las situaciones, negándose a evidenciar que por este camino, el de la austeridad pura y dura, el de las restricciones sin anestesia, no se avanza ni se satisfacen las demandas ciudadanas. Hasta la manida herencia ya flaquea: las pensiones han perdido más en el año de gobierno de Rajoy que en toda la era Zapatero. El algodón no engaña: durante el mandato del ejecutivo popular, las pensiones ya se han devaluado 1,9 puntos porcentuales. Con razón la ministra de Empleo ha dicho que se trataba de una de las decisiones más complicadas y dolorosas que han adoptado. Anunciarla tras el consejo de ministros y defenderla ahora en el Congreso de los Diputados es un ejercicio circense: más difícil todavía. Presentarse ante la ciudadanía y ante la representación del pueblo después de haber incumplido tanto y buscar argumentos para justificarse es muy meritorio.

Pero puede que también muy vano, vista alguna clasificación periodística del exterior y el mantenimiento de las constantes de protesta y rechazo popular que se suceden en el país, especialmente en torno a la sanidad y la asistencia social. La credibilidad del presidente Rajoy y la de su Gobierno está bajo mínimos, muy mermada. En el manual estará lo de insistir (en el caso de las pensiones, inevitable medida para cumplir con los objetivos del déficit, Fátima Báñez dixit), pero que en este país, entre incumplientos serios y de fondo y ahora la pérdida del valor adquisitivo de las pensiones, estamos asistiendo a una fractura social como no se había imaginado, es una evidencia que, salvo milagro o giro de trescientos sesenta grados, permite divisar un desolador panorama desde el puente.

lunes, 3 de diciembre de 2012

DE PARCHES


Es bastante complicado el asunto de los desahucios, elevado a la categoría de drama social, con resultados trágicos en algunos casos. La sociedad ha reaccionado, ha enseñado una vena solidaria como no suele hacerlo y ha despertado conciencias políticas demandando y forzando soluciones que, desde el ángulo político, por ahora, no llegan, al menos de forma estable para despejar las incertidumbres que siguen caracterizando el problema.

El Gobierno, agobiado y desbordado, pero con su mayoría 'absolutista' y el apoyo puntual de Unión, Progreso y Democracia (UpyD), aprobó días pasados una medida consistente en prolongar durante dos años la estancia en su vivienda de quienes la habitan con avisos de ser desahuciados. Debe ser considerablemente retrictiva cuando, según los primeros cálculos, el número de familias que podrían acogerse es bastante inferior al de las cuales no van a poder beneficiarse. Se trata, pues, de una moratoria que huele a parche con el que se alivia pero no se resuelve la situación. Porque no se frena el proceso de desahucio que esté en trámite. Y porque no se paraliza el aumento de la deuda hipotecaria ni se impide la pérdida de la propiedad de la vivienda. Las soluciones a problemas socialmente injustos que se han ido multiplicando entre miles de personas y familias que aparecen envueltas en complicados trances de desigualdad procesal y contractual y han de afrontarlos, sin recursos y con todas las puertas cerradas prácticamente, ante los bancos, muchos de los cuales son deudores del Estado, las soluciones -decíamos- se van configurando cada vez más difíciles si tenemos en cuenta la disparidad política, la rigidez bancaria y las propias circunstancias de la recesión que ennegrecen el horizonte.

De poco sirve ya lamentarse de que bancos y cajas, durante años, concedieran créditos hipotecarios sin garantías de que iban a ser abonados. Como de escasa utilidad ha resultado aquel Código de Buenas Prácticas sobre Desahucios que aprobó el ejecutivo de Rajoy en la primavera pasada con el fin de propiciar la dación en pago. Su aplicación era voluntaria para los bancos. Cuando sólo se han registrado cuarenta y dos casos de esta figura, según datos facilitados por el propio ministerio de Economía, poco o nada se ha avanzado en la solución del problema. Desde ahí se aprecia también el olor a parche.

Todo da a entender que es necesario introducir importantes modificaciones en la normativa, especialmente en la Ley Hipotecaria. Dada la dimensión del drama, y aún contando con que no va a disminuir la tensión social, ni por ésta ni por otras causas, cabe exigir el máximo consenso posible en el proceso legislativo. Hay que pensar en una Ley que conceda más tiempo a los hipotecados para pagar su deuda cuando no puedan afrontarla por causas sobrevenidas. Y que, por tanto, garantice que por tal razón nadie podrá ser desalojado de su vivienda. Es decir, consenso para una norma estable a largo plazo. Que esté clara para las partes, bancos incluidos, a ver si así se aflojan sus escrúpulos.
Lo contrario sería prolongar la agonía. Inquieta la duración de los parches. De aquí a dos años, la legislatura debe estar agotada y es como si se dejara la asignatura para ser dirimida en la próxima convocatoria electoral, aunque bien mirado, obligará a los partidos a elaborar una oferta programática en este asunto que les debe servir, teóricamente, para recuperar fiabilidad. Pero dos años puede ser muy largo tiempo. La agonía significará ver a entidades bancarias o financiera en trance de ser más flexibles porque así se lo ha pedido el poder político. Flexibilidad equivale a renegociar. Pero como las restricciones gubernamentales no cesan, como las previsiones son negativas y como las exigencias de organismos externos apremian, el panorama sigue siendo desolador: habrá más desahucios porque habrá más desempleo.

O sea, que la tragedia social sigue su curso. Y sin techo para muchos.

sábado, 1 de diciembre de 2012

RESURGIMIENTO CROMÁTICO


Si convenimos en que las tradiciones son ideas acompañadas de un sentimiento de certeza, esta nueva entrega de Celestino Mesa refleja de forma meridiana su pensamiento pictórico. Y como le da igual plasmarlo en óleo que en acuarela, técnicas en las que exhibe una luminosa precisión, su obra recupera, renueva y exalta la visión pura y esencial de costumbres y actividades de otro tiempo. Las que no han sobrevivido, las que han sido sustituidas por avances y técnicas modernistas, las que engrosaban un rincón  olvidado de la historia han encontrado en los pinceles de Mesa un  destacado resurgimiento cromático.

        Es la certeza del pintor que va agregando elementos divergentes que estimulan la asociación. Y es que lo que hoy es tradición, un día fue novedad. Artista de la luz y del sentimiento, como le definiera Javier de la Rosa, miembro de las asociaciones española e internacional de críticos de arte, Celestino Mesa desgrana sus figuras en una paisajística heterogénea y espléndidamente interpretada, ya sea en plena recolección de productos naturales en terrenos agrícolas, en las faenas de la vendimia, en la siega de los trigales o en los frutos del mar llegados al litoral tacorontero.

        Porque siempre fue un artista pegado al medio, hoy vuelve a aparecer quien imprime a la escena campesina o rural un peculiar sello de luz que ha actuado casi como foco obsesivo de su quehacer, de su plástica delicada, siempre atractiva. Escribió el orotavense Juan del Castillo que “Celestino, todo lo que sabe, lo ha aprendido mirando a la isla”. Le sitúa en la larga nómina de pintores del norte: “Paisaje verde y perfumado, colorido alegre, manchas sensuales y luminosas”.

        Esa mirada es decisiva no sólo para profundizar y perfeccionar “trabajos llenos de reminiscencias ancestrales del tipismo canario”, como atinadamente los enfocara el crítico Joaquín Castro San Luis cuando contempló la serie “Senderos de luz y agua”, hace ya casi catorce años, sino para que sus creaciones cobren vida con la hermosura de quien se esmera en propiciarla y reflejarla.

        La mirada isleña de Celestino desparrama trazos sutiles y espontánea frescura. “Lavando gotea el agua sobre las acuarelas”, dice  De la Rosa tras la breve y gráfica descripción de aquellas estampas que sustancian una licencia para la nostalgia, “las ñameras abanicando el tiempo y el musgo rodeando el agua muerta”, y envuelven la atmósfera canaria que tanto gusta atribuir al pintor prácticamente a lo largo de toda su trayectoria, esta vez “con aroma a espliego y lavandas”.

        Esa mirada hace que los cuadros de Celestino Mesa sean también un canto al territorio, al pico, a la vegetación, a cierta fauna, al Atlántico, a la orografía, a las formas rocosas y al silencio inmortal de los barrancos. Un canto que se proyecta desde Tenerife y acompaña a las manifestaciones romeras y fervorosas, impregnado de policromía a veces desenfadada, a veces más rigurosa. Las cepas de la vendimia, la recolección de higos adheridos a las verdes tuneras, la limpieza de las liliáceas y la separación de las mazorcas en plena azotea, desde donde se otean las techumbres inconfundibles que resisten el paso del modernismo constructivo, reflejan la serena y luminosa armonía de su vena pictórica.

        El autor se funde con lo lúdico y lo religioso, con el trabajo y la diversión, con la naturaleza y los recursos derivados que se hicieron usos sociales durante muchos años para enriquecer el acervo y contribuir a los rasgos identitarios. Es como si hubiera tomado al pie de la letra aquel planteamiento del periodista y político colombiano, dos veces presidente de su país, Alberto Lleras Camargo: “Un pueblo sin  tradición es un pueblo sin porvenir”.

        Es una fusión vitalista, la inspiración materializada sobre el lienzo, el feliz resultado tras la búsqueda incesante de actividades y elementos que arraigaron en amplios núcleos de población y en ámbitos que Mesa ha rescatado con donosura de artista consumado para hacer más valiosa aún la etnografía isleña.

        Rafael Gómez León, maestro y director de la revista especializada “El Pajar”, es autor de un excelente trabajo de investigación que llevó a cabo al comisariar aquella recordada exposición “El agua, de la fuente a la talla”. Cuando escribe que “Suele ser poco frecuente o por lo menos inusual que elementos de lo cotidiano, de nuestra vida, adquieran el rango de material de exposición. Que determinadas estampas de nuestro pasado más reciente puedan seguir presentes en nuestras retinas, o por lo menos, contribuir a hacerlas añorar de nuestro subconsciente”, está condensando -sin querer, naturalmente- esta producción de Celestino Mesa con la que, siguiendo su relato, “podremos valorar colectivamente el trabajo y el día a día de las generaciones que nos precedieron, contribuyendo a configurar parte de nuestra entidad como pueblo”.

        Ahí están, en efecto, recuerdos y sentimientos “en los que -por seguir estas ideas de Gómez León, recopiladas desde la información oral- se esconden años de gran dureza y miseria. Donde, de generación en generación se transmiten usos y costumbres de nuestros viejos, nuestro folklore, la tradición oral, el respeto a nuestro entorno…”.

        Las acequias, los lavaderos públicos (tres había en la Villa: uno, en La Piedad; otro en la calle San Francisco y otro en Santo Domingo), lugar de cita de jóvenes lavanderas que, entre cantares y romances, pasaban las largas horas de labor, los chorros de abasto, las albercas… son, entre otros, elementos del patrimonio hidráulico una de cuyas manifestaciones Celestino Mesa ha querido refrescar o “lavar”, por emplear el mismo verbo que da título a su colección, tan plena de luz y sentimiento como ya hemos dicho, tan llena de querencias que termina emocionando, incluso en cualquiera de sus recreaciones.

        Acertó el profesor Manuel Pérez Rodríguez cuando advirtió en la pintura del artista “los más sutiles perfiles del paisaje nivariense” y cuando sentenció que era “ecológica, sentida y canaria”. Esas cualidades perviven en esta serie, una licencia para la nostalgia, como quedó dicho,  pero también una concesión al costumbrismo y al naturalismo que precisan ser aireados.

        “Porque la verdadera tradición no emana del pasado; ni está en el presente ni en el porvenir; no es sirviente del tiempo (…) La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad”.

        Lo escribió hace muchos años Alfonso Rodríguez Castelao, uno de los padres del nacionalismo gallego, médico, dibujante y pintor para más señas. La cita es válida para dimensionar el sentido de la obra de Celestino Mesa: resulta que las tradiciones no son sirvientes del tiempo. Claro: son la esencia de la eternidad que alguien se ha encargado de darle forma pictórica.

        Lavarlas para inmortalizarlas. Esa es la conclusión.

     (Texto leído durante la presentación de la exposición de Celestino Mesa, "Lavando tradiciones", en el Liceo Taoro, viernes 30 de noviembre de 2012)