No gustaba el término maduro y han terminado resolviendo con
un grafismo simple pero recurrente que es el de una equis sobresaliente, en
consonancia con creaciones promocionales hechas para identificar la isla y sus
valores turísticos. La equis de experiencia, vocablo que viene a reflejar las
cualidades de un destino cuya vocación turística es indeclinable y que trata de
remontar la pérdida de competitividad que registra por múltiples causas. La
equis para condensar el producto y la marca Puerto de la Cruz, tal como
habíamos propuesto en el Ayuntamiento después de la moción de censura en el
mandato 1995-99.
De modo que Puerto de la Cruz Experience es el
estárter de una nueva andadura, tal como fue presentada la pasada semana en el
centro de congresos del Taoro en otra convocatoria del Consorcio de
Rehabilitación Turística que sigue llamando la atención de empresarios y
profesionales del sector pero que no termina de convencerles, acaso porque
vienen oyendo hablar de lo mismo desde hace mucho tiempo y lo que quiere son
realizaciones tangibles. El hecho es que el trabajo del Consorcio entraña
seriedad y hasta los actuales gobernantes del Ayuntamiento, que al principio no
creían en la fórmula consorciada, ya le dispensan cariño, acaso porque ahí
disponen de un yacimiento para justificar la gestión cuando llegue el momento.
Pero así
como es una tarea que, desde el punto de vista de planificación, parece bien
encaminada y va afrontando los retos de la coordinación con otras
administraciones y organismos competentes, flaquea desde las aristas de la ya
célebre ‘ficha financiera’ sin la cual, desde luego, es tontería hablar de
proyectos y actuaciones por muy novedosas y atrayentes que sean. Para colmo,
las circunstancias que concurren limitan de forma considerable la inversión
pública, por lo que ese escepticismo del sector, expresado con las miradas o
gestos que nada dicen o dicen todo, no termina de diluirse y dar paso a otra
actitud más constructiva y, si nos apura, hasta más motivada y arriesgada. Ya
está dicho pero habrá que repetirlo: los empresarios y los emprendedores tienen
que creérselo. Si no, todo ese esfuerzo servirá de muy poco. Tienen también en
este marco consorciado su espacio reservado: es una de las fuentes de
financiación que les han reservado en forma de concesiones administrativas.
Puerto de la Cruz Experience es, pues,
la primera hija de esta fórmula que pretende no solo fidelizar clientela sino
recuperar segmentos emisores que acaso encuentren poco seductor un destino que,
paradójicamente, quiere tener en su trayectoria, en su experiencia pionera y en
sus activos que compiten en los emergentes y exigentes mercados, una referencia
indiscutible para ofertar. Es una apuesta por lo empírico para superar los que
ahora se consideran posicionamientos equivocados. A base de experiencias
urbanas con gancho, emocionales, creativas, culturales, de ocio y bienestar.
Tienen que
creéserla, desde luego, quienes la van a vivir desde dentro.
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