miércoles, 30 de septiembre de 2009

REFORMA ELECTORAL. VA EN SERIO

Pues parece que va en serio (con toda la relatividad de este concepto en la política canaria) lo de la reforma del sistema electoral. La impulsa el Grupo parlamentario socialista canario, con una proposición de ley que fija en un 5% el tope insular de acceso al Parlamento y suprime la denominada barrera regional, dicho de forma muy resumida.
Va en serio si se suman el debate anunciado en la cámara para la próxima semana, la voluntad del Gobierno de Canarias de estacionar el proceso de revisión del estatuto de Autonomía y la reciente declaración televisiva del presidente del Parlamento, Antonio Castro, en el sentido de que luchará en el seno de su organización para modificar las barreras que le parecen altas.
De lo que se trata, con esta reforma, es que la desproporción actual desaparezca y con ella, los injustos desequilibrios derivados del recuento final de votos. Es una desproporción que mina el pluralismo político. Es evidente que si se quiere una cámara legislativa regional más plural, que refleje mejor la voluntad popular canaria cuando es consultada en las urnas, la reforma es indispensable.
Cierto que el momento político parece el menos adecuado pero asignaturas mayores como ésta bien merecen el máximo esfuerzo de diálogo y entendimiento por parte de quienes tienen en sus manos una decisión trascendental para interpretar mejor la soberanía del pueblo y hacer que gane en calidad el sistema democrático.
Va en serio. O eso parece. Con los considerandos expuestos, después de tanto dimes y diretes, es una oportunidad que no pueden dejar pasar. Si quieren que la vida política en Canarias no siga igual.

martes, 29 de septiembre de 2009

LIBRE Y CONTUNDENTEMENTE

Antes, hasta hace muy pocas fechas, respaldo incondicional. Dónde quiere que estés, le dijo Mariano Rajoy a Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana.
Ahora, desde la dirección del Partido Popular (María Dolores de Cospedal), se le pide que actúe ‘libre y contundentemente’ para explicar lo que ya no son indicios sino algo más. Hasta el periodismo más cercano ya trata el asunto: ya no es la campaña, la persecución -como decían para minimizar impactos- de un grupo mediático.
De lo que se trata, recuerden, es de financiación irregular. Por eso, algunos ya hablan de la Filesa del PSOE. Cómo da vueltas la política…
En todo caso, la vorágine y el vértigo eclipsarán posiblemente la interpretación de ‘libre y contundentemente’. No son unas expresiones más, salvo que fueran dichas en un singular ánimo de decir hasta aquí hemos llegado.
Cabe preguntarse si no son libres Camps y el Partido Popular de Valencia. Mejor dicho: qué condiciona, qué hechos impiden que la dirección de un partido político decida sus propios cauces de investigación interna y explicite los resultados.
¿Y qué decir del ‘contundentemente’? Más les vale, parece desprenderse del adverbio empleado por Cospedal. Quiso advertir, un suponer, que se trata de convencer y de persuadir, de poner blanco sobre negro todas aquellas sombras (ya algo más que indicios) de un problema intrincado que coloca a los populares en difícil posición.
Habrá que aguardar pero teniendo en cuenta que el apoyo incondicional ha dado paso a dudas que precisan ser despejadas. Libre y contundentemente. Por muy bien que les sigan dando las encuestas.

lunes, 28 de septiembre de 2009

PANORAMA DESDE EL PUENTE

Había dimitido Rodríguez Drincourt, portavoz socialista en educación en el Parlamento de Canarias, y algunos daban por investigado a Batista Martín, subdelegado del Gobierno en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, tras aparecer su nombre en el sumario de Arona.
Así arrancaba otra semana ‘gloriosa’ para la política canaria. El primero decía marcharse hastiado de sus entretelas y hasta molesto con el presidente de la cámara. Prefirió renunciar, lo cual es legítimo y respetable, antes que quedarse para seguir luchando y tratar de cambiar el estado de cosas. Una nueva baja y una nueva sustitución en la candidatura socialista por Gran Canaria: a este paso, que vayan calentando los suplentes. Y suerte para Maribel Monzón, claro. La duodécima.
Esta vez nadie se quejó de filtraciones del caso Arona. Ni alguien apuntó que, bueno, también vigilan a los que mandan. El nombre del subdelegado del Gobierno aparece en la transcripción de una conversación que sostiene con concejales de la localidad sureña, a propósito de una solicitud de residencia por arraigo. O sea, que el trabajo del subdelegado, correctamente ejecutado -desde la atención a los representantes de la voluntad popular a la resolución final suya desestimatoria por incumplimiento de requisitos del extranjero peticionario-, también era cuestionado. Menos mal que la puntual aclaración de la Delegación puso las cosas en su sitio. Pero, resulta inevitable la pregunta: ¿no tenía la filtración la intencionalidad clara de desviar la atención de otra conversación más comprometedora y así ‘socializar’ las pérdidas?
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) había anulado la privatización de EMMASA. Por un simple defecto de forma, alegan los responsables. Pero las consecuencias de esa decisión -aunque prospere la apelación- tienen indudables repercusiones políticas, tal como de revuelto anda el patio en el consistorio capitalino, no cubierto de gloria, precisamente, en el presente mandato. Si la determinación de vender la empresa y el proceso que la envolvió ya fueron controvertidos, esta resolución judicial ha venido a recomendar que estas operaciones o se saldan con todo bien amarrado, jurídicamente hablando, o puede pasar lo indeseable: que al final aparezcan turbias las aguas.
Infeliz respuesta la del presidente Rivero en sede parlamentaria a cuenta de la recomendación de un familiar en unas pruebas. Para decir eso, al cabo del tiempo, hubiera sido preferible reconocer humildemente el desacierto y pedir públicas disculpas.
Y mientras compañeros de su propia formación política reprochaban al presidente del Parlamento un desconocimiento del reglamento o una aplicación inapropiada, otra sentencia de un juzgado de Las Palmas ponía en evidencia ciertos afanes del vicepresidente del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria, desestimada su denuncia contra dos periodistas y condenado en costas. El tenor literal de la resolución bien merece una pieza separada, o sea, otro artículo más específico: eso de emprender acciones para mermar o condicionar la propia libertad de opinión, sí que es positivo.
Ya doblando el ecuador de la ‘gloria’, confirmado un importante recorte presupuestario en sanidad y educación, surgen dos episodios merecedores de reflexión: la moción de censura en Arucas -sin entrar análisis de porqués- es una demostración de ética de Froilán y quienes le secundaron que sirve para constatar la fractura de CC en Gran Canaria. Como la coherencia no abunda en la política canaria, decisiones como ésa, deben ser destacadas.
Y el otro episodio: en Lanzarote, después del terremoto que significó la operación Unión, las réplicas y contrarréplicas, en un putrefacto clima político, concluyeron en un todos contra el PSOE digno de pasar a los vericuetos de la política más surrealista que jamás Espinosa y Perdomo pudieran haber imaginado. Nadie entiende nada. Mejor dicho: todos entienden lo principal.
En medio de este desconcierto -por ser benevolente- tan poco edificante, los jueces y fiscales en Canarias terminaron la semana invocando su independencia y pidiendo respeto a sus decisiones, lo que no deja de ser una insinuante crítica al poder político. Bueno, tal como evolucionan las cosas, una manifestación de sensatez como es ésa -a sabiendas de que tampoco son intocables- hay que darla por bienvenida.
Qué panorama desde el puente. A falta de gloria… ¿Qué hacemos?

sábado, 26 de septiembre de 2009

'IDERS': ¿ULTIMA CURVA?

Es uno de esos casos que, al cabo del tiempo, se dice que no tiene solución. Pasan los meses y los años y todo sigue igual. Los pleitos que se eternizan en los juzgados. Pero mientras unos damnificados luchan por lo suyo, por sus derechos, mientras no arrojen la toalla, no todo está igual. Y una alternativa aún es posible.
El caso del edificio ‘Iders’ es digno de ser tenido en cuenta. Con la de papel y reuniones que se ha producido en comunidad, despachos, expedientes, instituciones y juzgados, se podría escribir uno de los más largos tomos en la historia de los problemas de viviendas en este país.
En pleno desconcierto social del Puerto de la Cruz, cuando una nueva mocíón de censura revuelve las de por sí procelosas aguas políticas locales, en el consistorio aún hubo luces en el último pleno para que los grupos políticos aprobaran por unanimidad la decisión de “instar al Gobierno de Canarias que proponga al Gobierno central la declaración de Area de Rehabilitación Integral (ARI) en el sector de Martiánez, donde se encuentra el edificio ‘Iders’”.
A estas alturas, los damnificados deben estar de un escepticismo subido con determinaciones como ésta que parece, simplemente, ese ejercicio que no está escrito en ningún lado y que consiste en ir pasándose la pelota unos a otros de modo que asemeje haber cumplido pero ahora le toca a otros, son otros los que deciden. Y venga más tiempo. Y vuelta a empezar.
Pero, bueno, la voluntad política hay que demostrarla y en una controversia tan intrincada como es la del ‘Iders’ es necesario andarse con pies de plomo para que los resultados finales sean plenamente satisfactorios, así que estas decisiones adoptadas en el ámbito político-administrativo deben estar muy bien fundamentadas.

EL ‘IDERS’ NO SE RINDE

El más reciente acuerdo del pleno del Ayuntamiento se produce justo un año después de una entrada registrada en este blog con el título “El ‘Iders’ no se rinde”. La reproducimos íntegramente:
“Quién iba a decir a los sufridos y atribulados propietarios del edificio ‘Iders’, localizado en la avenida “Familia de Agustín de Betancourt”, en el sector Martiánez, del Puerto de la Cruz, que un día dispondrían de un blog en internet para manifestar sus ideas, sus quejas, sus criterios… Para proseguir su lucha, en definitiva.
Cuando arrancaron sus males, allá a principios de los noventa, ese blog, una de las múltiples opciones de la red, estaba aún por inventar. Lo que ya no tenía marcha atrás era una declaración técnica y política que aconsejaba desalojar el edificio al sufrir éste aluminosis, la enfermedad del cemento, detectada en alguna partida -o como se diga- con la que fueron construidas varias edificaciones en los años sesenta, en los tiempos del desarrollismo feroz e incontrolado.Desde entonces andan los propietarios de las viviendas y locales del ‘Iders’ arrastrando sus penurias, coleccionando reveses y viendo cómo los intentos de recuperar lo que es suyo o de volver a sus casas y a sus negocios han ido chocando con mil y un imponderables. Algunos ya han fallecido y en su dolor se habrán llevado la frustración de no haber visto cumplido ese objetivo de retornar. Otros se vieron forzados a vender. Y otros resisten. Resisten contra la especulación, contra la desmoralización, contra la incomprensión, contra la lentitud, contra la falta de soluciones…
Durante nuestra etapa en el consistorio tuvimos oportunidad de seguir de cerca este proceso y hasta de tomar decisiones. Siempre estuvimos al lado de los afectados, tal es así que en un acto público ponderamos su afán, su tesón indesmayable. Lo citábamos como ejemplo de perseverancia para que los portuenses se identificaran con sus cosas, con lo que es suyo, para que entendieran bien que nada es fácil ni se regala, que algunas conquistas o reivindicaciones -legítimas en este caso- se logran si la constancia no decae, si se esgrime la razón y si la fibra de la sensibilidad que se supone existe en otras partes aún está despierta.
Ahora, navegando y casi sin querer, hemos descubierto su sitio en la red. Hay fotos, testimonios, declaraciones, cuitas judiciales… Deben actualizarlo, por cierto. Es un instrumento para seguir luchando, para hacerlo valer ante quien corresponda transmitiendo el mensaje más claro: el ‘Iders’ no se rinde. Es un caso de justicia social. Y como tal, hay que resolverlo.Fuera ya de la actividad política local, aún los propietarios enfrascados en un proceso que respetamos y que debe ser reconducido para ver la luz del túnel, aún representando el estado actual de la edificación un impacto negativo en pleno corazón turístico del municipio, y aún con la incertidumbre y la indefinición de las administraciones -hay que acreditar, como mínimo, voluntad política de resolución del problema-, seguimos estando donde siempre: al lado de los damnificados. Seguimos siendo sus aliados en esta larga travesía de tribulaciones que sólo parece haber generado desencanto, frustración y escepticismo.Pues no: mientras haya vida, mientras queden fuerzas, hay que seguir intentándolo. Perder por aburrimiento es doloroso. Y algunos no se merecen ese regalo”.

¿LA ÚLTIMA CURVA?

Curiosamente, algunas ideas y algunas expresiones contenidas en esta entrada repescada figuran en el texto del referido acuerdo corporativo. No pasa nada: sólo cabe congratularse de aquellas coincidencias que, en el fondo, significan que quienes hemos perseverado en la rehabilitación del inmueble podemos aún contrastar avances que constituyen la única y última esperanza de los afectados, pendientes ahora de la aprobación de esta declaración de ARI para que organismos competentes puedan conceder ayudas económicas o similares a los propietarios con el fin de que acometan la rehabilitación del edificio. ¿Ven cómo el 'Iders' no se rendía?
No sabemos si será la última curva del largo y tortuoso proceso que ha seguido a aquella orden de desalojo tras ser detectada aluminosis en una parte del inmueble. Empleamos curva y no obstáculo por aquello de seguir pensando en positivo y alimentando todos los pasos favorables que se dan, como una reciente sentencia judicial que, pese a ser de difícil inteligibilidad, parece encaminada a fortalecer las posiciones vecinales en el complejo y denso pleito que les enfrenta a uno de los propietarios.
Pero, bueno, sigue habiendo vida, o lo que es igual, la lucha –la legítima lucha- aparenta nuevas y favorables perspectivas. Ahora que políticamente todos están de acuerdo, sólo cabe confía en que haya el seguimiento adecuado y se actúe con la diligencia y destreza adecuadas para que el problema del ‘Iders’ –un problema de justicia social, como acuñamos en su día- deje de serlo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

LOS INVISIBLES DE KOLDA

"Este libro tiene una deuda impagable con las familias de los chicos que han muerto durante su viaje hacia Europa. Ellos han revivido su dolor para que yo pudiera contarlo. Es una responsabilidad muy grande. Espero no haberles defraudado", puede leerse en la introducción de "Los invisibles de Kolda" (Ediciones Península, 2009), la obra de José Naranjo y Magec Montes de Oca inspirada en aquel naufragio de un cayuco ocurrido en la primavera de 2007 que se cobró la vida de 160 jóvenes procedentes de la región de Kolda, localizada al sur de Senegal.
Somos amigos de los autores, es más, con uno de ellos, Montes de Oca, trabajamos codo a codo en el tráfago cotidiano de los afanes municipalista. Con Naranjo contrastamos informaciones y análisis en los tiempos que anduvimos por la Delegación del Gobierno y el fenómeno de la inmigración irregular eclosionaba.
Duros días aquéllos, ¿verdad, Pepe?, aprendizaje permanente de una tragedia humanitaria. De ahí que el acto de presentación del libro en Casa Africa (Las Palmas de Gran Canaria), con estimable asistencia de amistades y compañeros de trabajo, se desenvolviera en una atomósfera de espontaneidad y tuviera hasta ribetes de emoción, no sólo por los testimonios de los autores que fueron desgranando su experiencia "en las tierras donde no hay un estanque ni un tractor" sino por los testimonios que aportaron algunos de los asistentes, transidos del dolor y del desgarro que significan la pérdida de vidas humanas.
El libro empezó como una aventura, seguro que no tan incierta como la que emprendieron los jóvenes de Kolda de los que nunca más se supo, y termina conmoviendo. Se habla, con una escritura atrayente desde la primera línea y con fotos muy ilustrativas, "de muertos sin nombre, menores frustrados por no poder trabajar y mutilados de los cayucos".
Las páginas de "Los invisibles de Kolda" son el rostro de la tragedia. Los autores no se recrean en el drama sino que plasman su experiencia personal labrada allí en el escenario natural, lo comparten con quienes se quedan, con quienes agradecen que alguien se haya ocupado de ellos, acaso para transmitir una simples palabras de ánimo, un abrazo o un saludo emocionado. Las lágrimas sí son visibles.
El libro es una invitación, otra más, a la reflexión sobre el estado de la cuestión africana, sobre la realidad de la inmigración irregular, la gran asignatura pendiente para gobiernos, instituciones y poderes públicos.
Unas páginas que conmueven desde la deuda apuntada al principio. Unas páginas llenas de vida que hacen visible la tragedia de Kolda, la misma de otros muchos lugares.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

¡AY, SANTA CRUZ!

Malos tiempos para Miguel Zerolo, alcalde, aunque lo correcto es decir malos tiempos para el Ayuntamiento que preside y para los ciudadanos de Santa Cruz de Tenerife.
El presente mandato pasará a la historia como el más convulso. Extraña que nadie haya dicho que se trata de un mandato perdido, en el que las trifulcas y los bandazos no han propiciado progresos y avances sociales.
Hasta los más tolerantes y comprensivos con las políticas de Coalición Canaria, sucesora de aquella Agrupación Tinerfeña de Independientes que, precisamente, en Santa Cruz, acumuló su capital político y sus réditos electorales, ya hoy fruncen el ceño, prefieren hablar de otra cosa. Algunos tratan todavía de exonerar a Miguel Zerolo pero se hace difícil. Saben que por cualquier resquicio puede darse un salto al vacío.
Y es que, como todo, las cosas no son inmutables. O si se prefiere, la política desgasta y llega un momento en que los proyectos se agotan. Y es cuando faltan ideas, impulsos y capacidad de gestión. Si, para colmo, la renovación no se ha hecho o se ha hecho mal -que en política todo puede suceder-, las tribulaciones van creciendo.
Demasiada agitación en el ayuntamiento capitalino en este ciclo que aparentaba tranquilidad y sosiego desde que CC y PP se olvidaron de aquella sucia campaña electoral de 2007 y se prometieron amor político que se rompió de tanto usarlo. Los intereses partidistas y los personalismos hicieron lo demás. La ruptura de aquella alianza no es más que la exteriorización de los recelos y de la inestabilidad, fortalecida ésta por otros acontecimientos que van desde aquella declaración del estado de emergencia social hasta la derrota plenaria derivada de una moción que había servido en bandeja de plata una resolución judicial a propósito de una -otra más- controvertida actuación urbanística.
La guinda ha sido la anulabilidad de la privatización de Enmasa, también mediante decisión de los tribunales. Aunque sea recurrida y el Ayuntamiento la gane, que es probable, tal determinación, en el momento que llega, desgasta aún más al alcalde Zerolo que ya puede ir midiendo, por cierto, los apoyos de su partido con vistas al futuro.
La ciudadanía, entre tanto, desconcertada, decepcionada y desmotivada. Demasiados hechos negativos. Mucha revoltura política. Qué va. Esto no hay quien lo soporte. Que no se extrañen de movidas ciudadanas alternativas y tal. Y si ya en el pasado el abstencionismo caracterizó los registros de las convocatorias electorales, imaginen cómo será en la próxima. Claro que siempre nos quedarán los carnavales.
¡Ay, Santa Cruz!

martes, 22 de septiembre de 2009

MUCHOS MILLONES

Es la primera vez que escribimos sobre Tebeto, el nombre de una montaña en Fuerteventura, que, mediante la fórmula de una concesión administrativa, iba a convertirse en una explotación minera. El Gobierno de Canarias había declarado caducada la concesión de investigación inicialmente acordada y el empresario titular de la empresa adjudicataria terminó pleiteando con el ejecutivo autonómico. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha fallado a favor del empresario y condena al Gobierno a abonar la cantidad de ciento un millones de euros. Los recursos posteriores del Gobierno han sido desestimados, pese a la advertencia de que "el abono inmediato causaría un grave quebranto a las arcas autonómicas y más en un contexto de crisis económica donde podrían resentirse los servicios públicos esenciales".
Como no podía ser de otra manera en una tierra sacudida por los escándalos y por casos de corrupción, a cual más inquietante, brotó la controversia política. Los distintos puntos de vista han alcanzado su cénit a propósito de la amistad entre el empresario y el juez que dictó la sentencia. Luego están los efectos colaterales: que si la valoración, que si la ética, que si el enriquecimiento injusto... Gobierno y oposición se han enzarzado en una de esas refriegas que va subiendo de tono hasta que llega el momento en que los protagonistas no saben qué decir, los informadores consideran que el filón está agotado y la ciudadanía termina asqueada, cansada y harta de que un día sí y otro también, las coordenadas políticas de esta tierra parezcan malditas, lo que un día llamamos la undécima plaga de Egipto.
Pero, bueno, hay que remitirse a esa preocupante declaración pública del Gobierno autónomo. Ha sido el propio vicepresidente, José Manuel Soria (PP), quien lo ha anunciado: recortes en la prestación de los servicios esenciales. Dicho de otro modo, cabildos y ayuntamientos, que son quienes básicamente los prestan, lo van a notar. Mejor dicho, la que lo va a acusar, la que se resiente es la población.
Independientemente de las interpretaciones que se hagan, especialmente en la supuesta defensa de los intereses generales, resulta evidente que el Gobierno de Canarias debe agotar todas las vías para impedir que la ciudadanía canaria sufra más. Pero no basta con anuncios como el apuntado ni con planteamientos sesgados para que la sentencia parezca un castigo a la población. No basta con las válvulas de escape de titulares ocurrentes y afortunados.
Se quiere algo más y corresponde al ejecutivo la iniciativa: hay que apretarse el cinturón, hay que restringir, hay que prescindir de aquellos gastos que ahora mismo responden a conceptos innecesarios. Ejemplo: la policía autonómica.
Aquéllos que criticaron su puesta en marcha, aquellos que no estaban nada convencidos de su utilidad, aquí y ahora tienen una excelente oportunidad para, al menos, aplazar su creación y entrada en funcionamiento.
Y es quien ciento y un millones de ¡tebetos!, perdón, de euros, para unas economías maltrechas, son muchos millones.
Pobres canarios.

lunes, 21 de septiembre de 2009

ALIVIO ENTRE NUBARRONES

Un alivio, un respiro, pero tal como están las cosas y a estas alturas del mandato, son válvulas de asistencia muy estimables para el municipalismo que, muy fracturado desde el punto de vista económico-financiero, y sin orientar con mucha claridad el rumbo de la navegación negociadora, empezaba a deambular, a la espera de alguna ‘coramina’ en vena, entre la pasividad y las dudas del desgaste que significará modificar al alza tasas y tributos para poder afrontar los próximos compromisos presupuestarios.
Puede que no falte razón a quienes consideren que las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno para mitigar las tribulaciones de los ayuntamientos sean esa suerte de pan para hoy y hambre para mañana con la que se suele minusvalorar aquellas determinaciones que intentan despejar un camino ciertamente intrincado y que ha dejado a unas cuantas corporaciones al borde del colapso. Pero aún así, alcaldes y responsables de haciendas municipales habrán dado la bienvenida: la merma de ingresos y otros hechos contextualizados en la recesión les asfixian y el esfuerzo hecho por algunos para sobreponerse a las adversidades crecientes bien merecía algún apoyo suplementario como éste que Rodríguez Zapatero les ha anticipado.
Una de las medidas consiste en restituir al Ministerio de Economía, a partir del año 2011 y a lo largo de cuatro ejercicios presupuestarios, la cantidad global de mil quinientos millones de euros que los ayuntamientos debían devolver en 2010 en concepto de dinero entregado a cuenta pero que luego no ha sido recaudado tributariamente. Eso obligará a afinar los cálculos presupuestarios, partiendo de que hay que consignar obligaciones en esas previsiones de aquí a 2015.
La otra determinación tiene que ver con el nuevo Fondo Estatal de Inversión Local, el denominado II Plan ‘E’, en principio dotado con cinco mil millones de euros, un 15% de los cuales, o sea, unos 750 millones, será destinado no sólo a inversiones sino a gastos corrientes en materia educativa. Se satisface así una de las aspiraciones que la dirección de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) había planteado a la hora de esbozar los criterios que serían de aplicación en ese II Plan ‘E’ tras los muy estimables resultados del primero: dar una orientación finalista, pensando en un modelo económico productivo y sostenible y en la materialización, a su vez, de actuaciones sociales, como las señaladas en el ámbito educativo o en el desarrollo de la popularmente conocida como Ley de Dependencia.
Si los municipalistas, en el curso final de la negociación, logran que para la aplicación del Fondo se mantengan los criterios de población y que los importes de la elaboración o redacción de los proyectos (que no podrán ser incluidos en los presupuestos municipales generales) sean considerados como gastos financiables, podrán encarar la recta final del mandato un tanto más desahogados.
Pero no deberán perder la perspectiva del déficit estructural que a muchos atenaza. La contención de gastos deberá seguir siendo la principal premisa para poder garantizar la prestación de los servicios, sobre todo, con los estándares de calidad que los ciudadanos exigen, sea cual sea la fórmula de prestación.
En ese sentido, serán decisivos los resultados de la negociación entablada con el Gobierno de la nación para concretar la financiación local en la próxima década y, de paso, sustanciar acuerdos en materia de estabilidad presupuestaria. Habrá que confiar en los avances producidos en el ámbito de la Comisión Nacional de Administraciones Locales derivados de la fijación de los porcentajes de déficit para los tres próximos ejercicios presupuestarios. El de este año, por cierto, quedó fijado en el 0,3%.
En cualquier caso, y a la espera de los resultados de la negociación, entre los nubarrones que perduran, dos conclusiones: el ejecutivo de Rodríguez Zapatero acredita nuevamente que es sensible con las dificultades de las instituciones locales y que los responsables de éstas deben tener muy claro que se acabaron los tiempos de alegría y despilfarro en la administración de los recursos públicos que cada vez escasearán más y por tanto habrán de hacer controles y reajustes si no quieren que la quiebra de la hacienda enferma sea irreversible.

sábado, 19 de septiembre de 2009

EL BARRANCO DEL BICHO (GODÍNEZ)

Allá por los años setenta del pasado siglo, en dos ocasiones, un fenómeno natural de difícil explicación científica produjo un revuelo popular.
Se registró en el barranco de Godínez, término municipal de Los Realejos, en las cercanías de la antigua carretera general del norte que conducía hasta Icod y Buenavista.
Alguien que una noche cruzaba a oscuras el barranco escuchó una especie de respiraciones. Se asustó, echó a correr y al día siguiente lo contaba a familiares y amigos.
No hizo falta mucho para que la curiosidad se agigantara y comenzara el desfile hacia Godínez. Gentes del pueblo pero también venidas de localidades cercanas, principalmente del Puerto de la Cruz, se concentraron en los márgenes de la carretera y en los senderos que conducían al fondo del barranco para especular y dar su particular versión. Horas y horas, hasta bien entrada la noche, Godínez fue ruta de curiosidad y peregrinación.
Las respiraciones eran una especie de desahogo, lo que entenderíamos como un escape, como un soplido. En la segunda ocasión, al coincidir con la erupción del volcán Teneguía, en La Palma, se quiso encontrar ahí la razón de aquellos soplidos o de aquellos extrañísimos desinflamientos. Allí estuvimos varias noches y así lo sentimos.
Pero la leyenda cobró otros derroteros.
A la hora de ofrecer explicaciones, llegó a hablarse de los jadeos y del éxtasis de una pareja que exteriorizaba su placer de forma digamos tan desaforada. Hasta se hizo recuento de criaturas nacidas al cabo de nueve meses para señalar que se aprovechó el fenómeno para hacer el amor en cualquier cueva o rincón del barranco. Una venta localizada al borde de la carretera agotó las existencias de vino y carne de cabra.
Desde el Puerto de la Cruz se organizaron verdaderas excursiones. En una de ellas, uno de los hermanos Pérez, mecánicos de pro, llevó una batería y un potente foco supuestamente para alumbrar los pasajes más recónditos de Godínez y poder disparar sobre el bicho.
Porque alguien apuntó la posible existencia de un animal, de un avechucho, recién nacido, malherido o atrapado en el follaje o en algún hueco del barranco como causa de aquellas respiraciones que llegaban a producir escalofríos en las mujeres y en muchos hombres.
Allí nació la leyenda del bicho. El bicho del Realejo o el bicho de Godínez. El periódico 'La Tarde' se hizo eco en varias ediciones de la controversia. Fueron unos reportajes deliciosos.
Y allí quiso disparar el popular Gilberto Hernández, a quien Manolín González, si no estamos errados, había provisto de una escopeta de balines. Se lo pasó muy bien con el mecánico Pérez a su lado, a quien ordenaba la orientación del foco.
Gilberto tuvo en Godínez una de sus genialidades: el padre Rubén, animado por las historias que le llegaban a su parroquia, se acercó una noche para comprobar qué había de serio en todo aquello. El cura trataba de explicar algunos fenómenos geológicos para hallar similitudes hasta que Gilberto le interrumpió:
"Para mí, padre, que se trata de un alma en pena que está vagando en el infierno y quiere salir aunque esté abrasado".
"¡Hombre, Gilberto! No diga usted eso, deje el infierno tranquilo que bastante dolor tienen los que están allí!, replicó el padre Rubén, mientras Gilberto y acompañantes contenían las ganas de la carcajada.
En la oscuridad de la noche, apareció también Gregorio Avalos, un pintor acuarelista, precursor del cabello largo de The Beatles y que intentó en cierta ocasión suicidarse en Las Cañadas con un tubo de aspirinas. Tenía una peculiar forma de hablar, muy castellanizada:
"¡Jesús, qué oscuro está esto!".
En ese momento, el mecánico Pérez encendó el foto y lo dirigió al rostro del artista:
"Soy Avalos, el pintor, ¿no me reconocen?".
Se pedía y se guardaba silencio cuando se escuchaban las respiraciones. Alguien pretendió grabarlas pero no tuvo éxito. Algunos guardaron posiciones estratégicas, en las proximidades de los "núcleos de emisión", como para localizarlos y salir de dudas. Hasta que el silencio se veía alterado por un grito:
"¡Galano!, échate un metro p'abajo, muchacho, a ver si sale el bicho y te pica".
En las páginas de 'La Tarde' de aquellos días debió quedar reflejada la opinión del catedrático Telesforo Bravo, quien negaba la posible respiración de aquellos extraños ruidos con la erupción volcánica de La Palma.
Centenares de personas se agolparon en la carretera, el hombre de la venta debió hacerse rico con el chorizo y la carne de cabra, alguien se quedó con las ganas de disparar y cobrar pieza, puede que alguna pareja haya aprovechado la ocasión para unos arumacos o algo más, puede también que algunos hayan "visionado" al bicho... pero lo cierto es que la popularidad del fenómeno fue decreciendo a medida que pasaban las fechas y allí, en Godínez, no pasaba nada.
Pero en la pequeña gran historia del municipio quedó este episodio, tan peculiar y tan popular. Tal fue así que aquel barranco (con el paso del tiempo y el trazado de la nueva autovía del norte, más aislado o más lejano) recibió, naturalmente, el sobrenombre: barranco del bicho.

jueves, 17 de septiembre de 2009

INCORREGIBLES

Pues ahora resulta que en esas listas del paro que vienen engrosándos sistemáticamente, salvo algunos períodos muy concretos, hay personas que disponiendo de una oportunidad, la rechazan. Somos incorregibles. Picaresca inagotable. Acomodados. Gandules. Indolentes. Somos de lo que no hay, mejor, somos como somos.
Lo ha detectado el Servicio Canario de Empleo (SCE) que proclama, además, su asombro pues "un importante número de personas rechaza un empleo". El caso más reciente se ha registrado en una convocatoria para la contratación de parados procedentes del sector de la construcción. El SCE había concedido subvenciones a los cabildos insulares para desarrollar actuaciones en las que se alterna un módulo de formación para recualificar a estas personas desempleadas con el finde que puedan desarrollar su actividad laboral en otros sectores.
Según la versión oficial de este Servicio, tras la etapa de formación, los parados pasan a trabajar durante seis meses para adquirir una experiencia práctica, de mod0o que la combinación de la formación y experiencia laboral les sitúa en mejores condiciones para acceder en el futuro a un puesto de trabajo. Hasta 387 parados canarios procedentes de la construcción podían acogerse a esta modalidad.
Pero resulta que no. Que muchos han dicho nones. Que nada de trabajo y de formarse, menos. No es nueva la situación: en un ayuntamiento, en los años ochenta, ya surgió una situación similar, cuando el antiguo Instituto Nacional de Empleo (INEM), en concierto con las corporaciones locales, propiciaba cursos para la formación en idiomas y pagaba por ir a clase. Asombrosamente, ni clase ni idioma. No acudían y la iniciativa casi fracasó del todo.
Es nuestra forma de ser, se dirá. Activos para protestar y demandar, activos para estar en las colas en busca de una entrada para un espectáculo deportivo por ejemplo, pero incapaces de sacrificarse para dedicar tiempo a la formación, disciplinarse y enriquecer los conocimientos para volver a tener un trabajo.
Hasta parece una insolencia, además de constituir un presunto fraude, al menos en aquellos casos en que, recibida la oferta para incorporarse a esta iniciativa, es rechazada por quienes alegarán que no les interesa. Debe estar en la norma: si están recibiendo prestaciones o ayudas económicas, se incurre en fraude.
La información no deja de sorprender y pone de relieve, cuando menos, escasa voluntad de sacrificio y hasta muy poca predisposición para el trabajo. En cualquier caso, cuando se conozcan las informaciones sobre el incremento del número de desempleados volverán las oscuras golondrinas del catastrofismo y de las culpas al Gobierno. Pero, con informaciones como la que comentamos, se deduce que no es drama todo lo que reluce.
Incorregibles.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

HABLEMOS DE DROGAS

La Caixa es titular de una exposición itinerante denominada "Hablemos de drogas", ahora mismo, y hasta el próximo 15 de octubre, instalada en el parque San Telmo de Las Palmas de Gran Canaria.
Llaman la atención los contenidos y la distribución de los mismos una vez se accede al interior de la carpa: recursos y elementos tecnológicos avanzados, pantallas, circuitos, perfiles... todo bajo el principio de la interactividad. Hay una sensación de modernidad extraordinaria. Infografías, maniquíes, simuladores de efectos, estadísticas, tests 'on line'... No es una exposición sólo para ver sino para participar e integrarse. El impacto es evidente.
La exposición pretende la sensibilización de los jóvenes, de la comunidad educativa y de los profesionales de la salud ante un problema en cuya dimensión no es necesario insistir.
Iniciativas como las de La Caixa son las que han hecho falta para luchar contra un mal de nuestro tiempo que ha acabado con la vida de tantas personas, de tantas y tantas familias.
Por eso, incluso más allá del impacto, es importante hacer uso -en la medida que sea- de las opciones que se presentan para prevenir. Esta es la palabra clave: prevenir. Pero no a base de miedos o de prohibiciones estrictas y poco fundamentadas que sólo levantarían curiosidad y hasta la tentación de muchas personas. Es más importante contrastar las evidencias sobre pruebas empíricas, con resultados científicos, con elementos visuales que permitirían descubrir, por ejemplo, las consecuencias del consumo.
En "Hablemos de drogas" estamos ante escenarios tangibles que producen escalofríos. Pero también es una invitación a informarse y formarse, hecha con realismo y clara vocación de utilidad. Si hay que hablar de drogas, hagámoslo con propiedad, conscientes del fenómeno. Sobre todo, para prevenir, para saber qué se dice y cómo se orienta.
No es una exposición más: compruébenlo.

martes, 15 de septiembre de 2009

SE MARCHAN

Dimiten como diputados César Antonio Molina, Jordi Sevilla y Pedro Solbes, ministros que fueron de gobiernos presididos por José Luis Rodríguez Zapatero.
Hay quien se extraña y ve en la decisión señales de todo que aumentan el desconcierto en el partido gubernamental.
Las lecturas políticas de la renuncia a un cargo son múltiples y variadas, sobre todo cuando el sujeto activo no explicita las causas. No es el caso. Y es curioso, porque en un país donde hay una queja generalizada de que no se conjuga el verbo dimitir, cuando alguien lo hace, en seguida se especula y hasta se reprocha la decisión.
Pero, en el fondo, lo que hay es un acto volitivo, una determinación personal que hay que respetar y que se puede entender en los casos que nos ocupan. Cumplieron su ciclo en política, alcanzaron la altura máxima a la que podrían aspirar y sienten ganas de seguir siendo útiles, aportando su experiencia, al margen del escaño, al margen de la política.
Es saludable. No tienen que demostrar nada pero quieren probar que hay vida más allá de la política o al margen de la política. Su currículum personal ha quedado enriquecido con su rango ministerial. A alguno, como Solbes, se le recordará como el auténtico hacedor de políticas económicas. Y aquí, en Canarias, como promotor de decisiones esenciales para las islas en el marco de la Unión Europea, donde también desarrolló, por cierto, su carrera política.
Renuncian a a ser diputados. Quieren otra actividad. Es legítimo. Ya la política les decía o les motivaba poco. Se marchan, además, en silencio, sin estridencias. Como hay que hacerlo.
Que les vaya bonito.

lunes, 14 de septiembre de 2009

DEVOLVER EL ACTA

Mociones de censura en corporaciones locales. Se ha cruzado el ecuador del mandato -hay que manejar muy bien el factor tiempo pero, en principio, no sopla el viento a favor de los censurantes- y en varias localidades, peninsulares y canarias, se vive una incertidumbre que puede degenerar -especialmente en ciudades pequeñas- en hechos poco favorables para la convivencia ciudadana y para el propio prestigio institucional.
Cada presupuesto de una censura es una historia particular. Alguna experiencia personal, por cierto, tenemos en ese campo. Hubo revisiones legislativas y hasta pactos políticos para intentar justificar las razones de la moción pero aquéllas han devenido insuficientes y los pactos, ya se sabe, están para ser incumplidos. Al cabo, todo se sigue reduciendo a la aritmética simple: a los alcaldes les eligen los concejales y si la suma de éstos es superior a los apoyos numéricos que aquéllos tengan, basta. En el camino, todas las razones y sinrazones que se quiera, todas las revanchas, todas las incompatibilidades de caracteres, todos los intereses superiores del municipio, todas las opciones de supervivencia personal, todos los intereses inconfesables, todas las ambiciones, toda la ingobernabilidad (real y artificial: está probado que se puede gobernar en minoría) y hasta todos los efectos políticos colaterales, que ésta es una batalla política que tiene más de un escenario.
Las censuras dejan huella y de su experiencia deberían aprender quienes las practican y las padecen. Pero los estados mayores de los partidos políticos parecen no estar por la labor de acometer una amplia reconsideración de las normas vigentes que empezaría por tumbar el consagrado principio de que el acta de concejal pertenece a quien la haya obtenido y no al partido que concurre y ha cosechado legítimamente determinado número de actas o ediles. La jurisprudencia es copiosa en ese particular y deja bien sentado que santa Rita, Rita, lo que el pueblo da al concejal, si éste quiere, no se lo quita ni aún cambiando de formación política.
Sí quisieron los partidos abrir brecha por esa vía y firmaron el célebre Pacto antitransfuguismo, célebre entre otras cosas, por sucesivos incumplimientos de las partes. Se quería condenar al tránsfuga -uno de los comportamientos más reprobables en democracia-, aislarle y avergonzarle, mediante la retirada de competencias, retribuciones y demás. Ni por esas…
Luego están otras prácticas de índole interna, poco esclarecidas y de dudoso valor jurídico, como son los documentos firmados ante notario por quien acepta ir en una candidatura y se compromete a devolver el acta, con coste dinerario personal incluso.
Pero ese hecho clave, la devolución del acta, que significaría, entre otras cosas, la pérdida de la condición de miembro capitular de una corporación, hay que regularlo, hay que plasmarlo en una ley. Será la única manera de erradicar tránsfugas y tentaciones de adulterar la voluntad popular. Se trata de poner punto final a conductas que ponen de manifiesto la vulnerabilidad de personas ideológicamente frágiles que acceden a la política creyendo que estas cosas se pueden hacer pues resultan impunes. La tensión de unas vísperas, la presión de una semana, cuatro o cinco insultos y ya está.
Pero se trata también de acabar con vicios que desvirtúan, en cierto modo, la soberanía popular y hasta el propio sistema democrático. Está muy bien lo de respetar derechos individuales pero mejor sería que éstos se ejercieran en un marco donde no se altere la voluntad mayoritaria de un electorado y donde no se dé pie a desnaturalizaciones preñadas de sospechas.
Si la Constitución consagra el papel de los partidos políticos y exige a éstos democracia; y si se aspira a que esta democracia madure y se perfeccione, o al menos, tenga más calidad a tenor de su propia evolución, ya podrían estar los dirigentes debatiendo cómo acabar con ciertas lacras que a todos afectan.
Menos diatribas, menos descalificaciones, menos pérdida de tiempo en negociaciones, menos componendas y más acción de diálogo y consenso para que sea el propio Estado de derecho el que supere asignaturas como ésta: devolver el acta.

sábado, 12 de septiembre de 2009

HERMANAMIENTOS

Ahora que los tiempos y las circunstancias no están para hermanamientos, bueno será recordar que fueron una interesante figura de acercamiento entre los pueblos una vez recuperados los ayuntamientos democráticos. Los franceses ya los habían puesto en marcha desde hace décadas. Fueron fortaleciéndose a medida que surgían nuevas instancias en las estructuras europeas y, en algunos casos, alcanzaron rango de intercontinentalidad.
Los hermanamientos sufrieron alguna crítica injusta. Como por ejemplo, que sólo servían para que políticos y algún séquito viajaran y se alojaran gratuitamente durante unas fechas. O que generaban un volumen de gastos considerables sin que se correspondieran con la proyección del nombre o la marca del municipio.
Sin embargo, algunos hechos que, en sí mismos, daban carta de naturaleza al hermanamiento -decidido libremente entre las corporaciones que daban el paso-, propiciaban la conveniencia de conocerse mejor y enriquecer, mediante intercambios o las fórmulas que se estimaran más adecuadas, los vínculos que estrecharan las relaciones entre los pueblos.
Por ejemplo, los modelos productivos de un municipio, la similitud de sus respectivas evoluciones históricas, las denominaciones, alguna manifestación sociocultural que con el paso del tiempo se consolidó y adquirió notorio relieve, presencia de núcleos de población, afinidades diversas…
Luego había que dar contenido a los hermanamientos, cómo plasmarlos, y, sobre todo, cómo no dejarlos reducidos a actos institucionales con palabras e intercambio de obsequios. Dependía, naturalmente, de los recursos económicos, de las distancias, de las opciones de viajes de grupos. Pero en casi todos los casos latía la voluntad de ampliar horizontes y ampliar participación, es decir, extender el hecho en sí para que la población conociera el por qué de un hermanamiento.
Si la memoria no es infiel, el Puerto de la Cruz se hermanó con Almunécar (Granada), una localidad costera con un clima similar y que quería abrirse al turismo fuera de la estacionalidad. También con San Bartolomé de Tiajana (Gran Canaria), cuando aún era regidor Francisco Araña del Toro. En aquella ocasión se habló por primera vez y con mucha seriedad del peso que soportaban las haciendas locales de los municipios turísticos que habrían de prestar servicios a una población -la denominaban flotante- muy superior a la de derecho.
Se materializó, asimismo, un hermanamiento con Puerto la Cruz (Venezuela), sin la preposición ‘de’, una preciosa localidad del oriente que, aparte de la casi idéntica denominación y de alguna presencia de paisanos, conservaba elementos geográficos y urbanos muy similares. Un nutrido grupo de portuenses viajó hasta aquella localidad mediados los años ochenta.
Con Düsseldorf, importante ciudad alemana de la Renania-Westfalia, había un intercambio carnavalero desde principios de los años setenta del pasado siglo. La promoción turística y la necesidad de captar cada año segmentos de mercado, más la fama y la promoción que las sucesivas ediciones fueron adquiriendo mediante importantes serias aportaciones personales, hicieron que se plasmara otro hermanamiento, sin duda el más positivo y el más beneficioso desde el punto de vista de interés colectivo.
Ya en pleno siglo XXI, los asesores de turismo de una bellísima ciudad del Adriático italiano, Martinsicuro, provincia de Téramo, descubrieron que algunos de sus pescadores que faenaron en aguas del Atlántico disfrutaban de temporadas de descanso en el Puerto de la Cruz. Además, querían desarrollar un modelo turístico similar. El programa de actos, como en casos anteriores, consignó una devolución de visitas de las respectivas representaciones institucionales.
Y con el municipio palmero de Breña Alta, por aquello de la imagen del Gran Poder de Dios en principio destinada para aquella localidad pero que, al final, según la leyenda, no pudo ser embarcada pues el mar se enfurecía -señal que fue interpretada por los portuenses como voluntad divina para quedarse- debe existir también algún acuerdo corporativo, reforzado con los adoptados por organizaciones religiosas, para que ese vínculo perdure.
En fin, independientemente de los casos señalados, los hermanamientos son útiles, acercan a los pueblos, cualifican las relaciones humanas y puede que hasta favorezcan alguna actividad socioeconómica.
Si se plantean con rigor y se hacen sin derroches, en épocas en las que el egoísmo y la insolidaridad predominan, han de servir como pruebas de que las personas todavía tienen razones para vivir con alicientes nobles y pacíficos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

EL DIA QUE ARDIO EL CEDRO

Se cumplen hoy veinticinco años del trágico incendió que se cobró la vida de veinte personas en las cumbres de la isla de La Gomera. Para todas ellas, un respetuoso y aún doloroso recuerdo. Entre las víctimas, un compañero, un amigo: Francisco Afonso Carrillo, quien fuera alcalde del Puerto de la Cruz y gobernador civil de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, cargo que ejercía el día del siniestro.
El que sigue es un relato breve de algunas vivencias de aquella tristísima jornada.
El timbre del teléfono -aún el modelo clásico, de disco- sonó muy temprano aquella mañana que despuntaba. Me despertó.
-Compadre, buenos días. Se nos está quemando el Cedro, en La Gomera. Estoy saliendo para allá. ¿Podrías darte prisa y enviarme un camión y los hombres que puedas para allá?
Fue la última vez que escuché la voz de Paco Afonso, quien aún no había cumplido dos meses al frente del entonces denominado Gobierno Civil.
-¿Tan grave es la cosa?-, balbuceé todavía somnoliento.
Paco lo confirmó, sin entrar en muchos detalles. El problema era la carencia de recursos.
Uno presidía entonces (septiembre, 1984) la Mancomunidad del Valle de La Orotava que disponía de un modesto parque de bomberos, útil para situaciones de emergencia pero a todas luces insuficiente como había quedado de manifiesto en otro incendio forestal ocurrido en los montes de Icod de los Vinos el año anterior.
Llamé en seguida a Jesús Hernández Mesa, el eterno bombero, quien salió raudo hacia Los Cristianos en compañía de José García Expósito, Pepe, para embarcar. No hizo falta repetir las indicaciones, él siempre estaba predispuesto.
Las informaciones que llegaban de La Gomera a través de la radio eran preocupantes pero en ningún momento vislumbramos aquel fatal desenlace, del que tuve primera noticia por Carmelo Martín que hacía el seguimiento desde los estudios de Radio Club Tenerife. Creo recordar que Carmelo, cuando telefoneó para confirmar si sabíamos la suerte del gobernador, se quedó bastante confundido ante mi incredulidad o ante mi ignorancia de los hechos.
Minutos después era Pedro Luis Cobiella quien llamaba al despacho del Ayuntamiento para anunciar lo peor.
A partir de ahí, todo se precipitó: contactos con la Guardia Civil de aquí y de allá, peticiones de información a la desesperada al hospital insular de La Gomera, transmitir la terrible, la durísima información a Félix Real, sucesor de Paco en la alcaldía, a los demás compañeros del Grupo Municipal Socialista... Nadie se lo creía, parecía imposible. Hasta la casa consistorial fueron llegando ciudadanos de toda condición a interesarse por el suceso. Subían las escaleras buscando un testimonio, algo, que les dijera que no era verdad, que se trataba de una confusión, que estaba herido... pero que seguía vivo. La cruda realidad, la confirmación de la muerte de Paco Afonso, sólo alimentaba las lágrimas y las manifestaciones de dolor.
Recuerdo a Loli, ya viuda, cuando llegó, cuando entró en la alcaldía y nos abrazamos entre sollozos.
-Pero, ¿cómo fue?-, se preguntaba reiteradamente mientras compañeras, funcionarias, familiares y numerosas personas trataban de consolarla. Recuerdo a sus cuñados, los hermanos Afonso, visiblemente emocionados.
Aquellas primeras horas fueron tremendas en el Puerto mientras en La Gomera se seguía luchando contra el fuego. Hube de atender telefónicamente a varios periodistas, en tanto que otros que habían acudido al Ayuntamiento movían el dial de la radio constantemente en busca de más noticias. Cuando alguien dijo que había unos veinte muertos, reparé en Jesús y Pepe, los dos bomberos. ¿Qué les habría pasado? En el parque de la Mancomunidad, donde la desazón era evidente, ya sabían que habían sido hospitalizados con quemaduras pero que estaban fuera de peligro.
(Hoy confieso que me sentí aliviado, que dí gracias a la divinidad. A fin de cuentas era yo quien había ordenado que acudieran a combatir el siniestro).
A medida que avanzaban las horas, el dolor y la emoción eran incontenibles. El Ayuntamiento era un constante ir y venir de gentes. Alcaldes de otras localidades acudiron a expresar sus condolencias y a ofrecer lo que estuviera a su alcance. Me tocó avanzar en los preparativos del día después. Eligio Hernández, delegado del Gobierno, anticipó las primeras determinaciones sobre el traslado de los cadáveres del gobernador, de Bartolomé (Lito), su secretario, y de Brito, su conductor del parque móvil. También indicó algo el capitán Bonifacio, de la Guardia Civil, con quien Paco Afonso había entablado una sincera amistad durante su destino en el puesto del Puerto a raíz de su ejemplar comportamiento en la noche del 23-F.
La noticia era que los féretros serían trasladados en el primer barco que llegaría a Los Cristianos a eso de las ocho de la mañana. Organizamos de alguna manera el desplazamiento hasta el sur. Se aprovechó para concretar todo el operativo del día siguiente: había coincidencia, corporativa y familiar, en que habría una capilla ardiente en el Ayuntamiento. El tiempo que fuese. Pero también había que estar en la sede del Gobierno Civil. Así se hizo.
Varios concejales, familiares y amigos permanecimos hasta bien entrada la madrugada en la sede del consisorio. Los silencios empezaron a ser más prolongados, sólo interrumpidos por sollozos, por algún timbre telefónico y por alguna pregunta en voz baja.
Antes de retirarnos, repasamos y ultimamos detalles.
En Los Cristianos, durante la espera, leíamos los periódicos. Hay una escena patética: el desembarco de los cadáveres. La emoción se desbordó. Creo recordar algún momento de histeria. Los abrazos se sucedían. Guardia Civil y Policía Local organizaron con diligencia la caravana que ponía rumbo a Santa Cruz de Tenerife. Allí estaba Manolo Barrios, entonces alcalde, con un transmisor coordinando la salida.
Desde la autopista del sur, accedimos a la capital, rumbo al Gobierno Civil. No eran todavía las diez de la mañana y ya había grupos de gente en las aceras. Unos aplaudían y otros se persignaban al paso. En el exterior del palacete de Méndez Núñez se había concentrado un gentío. Cuando bajamos de los coches, pude palpar el llanto humano, el mismo que compartían Jerónimo Saavedra y Augusto Brito, fundidos en un abrazo en un lateral de la primera planta.
Allí, en medio de un calor sofocante, se concentraron autoridades, representaciones, cargos públicos y un montón de anónimos, personas a las que no conocíamos y que expresaban su solidaridad y sus condolencias.
En un momento de sosiego, Eligio Hernández nos comunica que Alfonso Guerra, vicepresidente del Gobierno, y José Barrionuevo, ministro del Interior, viajaban desde Madrid para estar en el sepelio.
Sobre el mediodía, salimos ya hacia el Puerto. Quedaba el trance más difícil. En las calles santacruceras, la gente seguía aglomerándose. El trayecto no se hizo muy largo para la larga caravana. Ya en la ciudad, la multitud en el exterior del Ayuntamiento impresionaba. Al descender el ataúd de Paco Afonso, el dolor invadía cuerpos y mentes. Hubo momentos de desconcierto, de casi no saber qué hacer.
En el salón de plenos, donde tantas sesiones habiá presidido como alcalde apreciado por la población desde abril de 1979, quedó abierta la capilla ardiente. Centenares, miles de personas se acercaban para saludar a la familia, para decir el adiós postrero.
Alfonso Guerra consoló como pudo a Loli González. Diario 16 publicó al día siguiente, en la última página, una elocuente foto de ese momento.
Desde el Ayuntamiento hasta la parroquia de la Peña de Francia. Jamás hubo tanto calor en el templo. El oficio concelebrado fue muy emotivo. A su término, se inició el traslado, a pie, hasta el cementerio. Lentamente, miles de personas acompañaron a Paco hasta su última morada, expresando el afecto que le habían dispensado.
El imprevisible fuego de El Cedro se había cobrado su vida y las de otras diecinueve personas. El luctuoso suceso permanece en la memoria de los canarios. Como jamás se borrarán las últimas palabras que le escuché:
-Compadre, buenos días. Se nos está quemando El Cedro...
Qué premonición, ¿verdad


jueves, 10 de septiembre de 2009

DIEZ AÑOS SIN EL

Se cumplen diez años del fallecimiento en Madrid de Alfredo Kraus. Diez años sin él, aunque su pensamiento sigue latente. Diez años para contrastar la magnitud de su obra, su aportación a la música y a la ópera. Una voz singular. Kraus, la Voz.
En las vísperas de este aniversario, el Cabildo Insular de Gran Canaria ha anunciado la puesta en marcha de una fundación que llevará su nombre. Los restos mortales de Alfredo Kraus y su esposa, según se ha sabido, descansarán en un cementerio de Las Palmas de Gran Canaria, en un panteón que contará con una obra escultórica de Lourdes Umérez.
Un amigo, Manuel Torres, le recibió en su casa de Caracas donde contrastó la sencillez y la sensibilidad de su personalidad. Cuentan también que en ciudades italianas como Florencia no le dejaban reservar hotel: los amigos y los melómanos rivalizaban para que se alojara en sus domicilios.
Guillermo García Alcalde escribe en el periódico "La Provincia" una extraordinaria glosa sobre la vida y obra de Kraus: "La indesviable admiración del artista corre pareja en mi estima con la certeza de haber tratado a una persona en la más amplia acepción". El crítico Jorge Balbás Peña le define como "el último caballero del 'bel canto'" y Jerónimo Saavedra, amigo personal del extraordinario cantante, hace una definición concluyente: "Sentó de cátedra de musicalidad, estilo y fraseo".
Diez años sin él. Una ausencia física pero una voz que sigue enamorando cada vez que se escucha.
Por ejemplo, esta interpretación suya en Santiago de Chile. Pone los pelos de punta. Pinchar en:

miércoles, 9 de septiembre de 2009

ANALFABETISMO

Cuando aparecen datos estadísticos referidos a la educación en Canarias, nos ponemos a temblar. Los últimos, desde luego, son escalofriantes. Fuente: Instituto Canario de Estadística (ISTAC). Veamos:


Hay en las islas 53.430 analfabetos, un 5,9% de los cuales tienen entre 16 y 31 años, lo que supone 2.981 jóvenes. El registro del ISTAC data de 2007 y señala que un 2,8% del total de la población canaria de entonces (un millón setecientas mil personas en números redondos) no sabe leer ni escribir. Por islas, Tenerife y Gran Canaria se sitúan a la cabeza en el número de personas analfabetas, con 26.574 y 19.448, respectivamente. El Hierro figura en el último lugar de esta lista con 283 personas que no han aprendido a leer ni escribir.


Estos datos, contrastados con los del Instituto Nacional de Estadística que recogió recientemente el diario Público, sitúan a Canarias en el duodécimo lugar en la clasificación de mayor número de analfabetos, en una media nacional colocada en un 2,4% y 915.300 españoles que no saben leer ni escribir.


Cuando estamos en plenos preparativos de un nuevo curso escolar, estos datos son los que deben
sustanciar un debate serio en la comunidad educativa. Un debate para diagnosticar y aportar alternativas, pero sobre todo para sensibilizar a quienes están involucrados en la formación de los educandos. Que en las islas, haya casi tres mil jóvenes entre 16 y 31 años que no saben leer ni escribir, es un dato escalofriante.
De presente y de futuro.

martes, 8 de septiembre de 2009

AQUEL IMPONENTE SILENCIO

Dicen que hay muy pocos momentos de silencio que impresionen e impacten más que los precedentes al disparo de salida de la carrera de los cien metros de longitud.

Lo pudimos contrastar nuevamente en ocasión de los pasados campeonatos del mundo de atletismo en Berlín. El estadio olímpico abarrotado; el público expectante; en la pista, los mejores corredores. Hacía muy poco que habían competido en una Olimpíada, habían establecido sus mejores marcas. El inmenso desafío de superarlas estaba planteado para seguir aumentando la gloria.

La gloria de los cien metros. La gloria de los nueve segundos y pico.

Casi todas las televisiones del mundo están transmitiendo o han interrumpido su programación habitual para ofrecer la carrera por antonomasia.

Las imágenes son estimulantes. Los atletas, concentrados, ensimismados, todos al mismo nivel. Se nota cuando les van presentando, cuando anuncian su calle, su dorsal y su nacionalidad. Los más distendidos hacen un guiño, un leve gesto. Su mirada a la cámara es la de alguien que, ahora mismo, tiene un crono en la mente. El público ruge.

Los prolegómenos del desafío se agotan. Un último estiramiento antes de colocar la planta de los pies sobre los tacos o estribos de salida, a la espera del disparo. ¿Para qué o para quién ese último pensamiento antes de salir?

Cualquiera que sea se diluye en el espeso silencio. Porque, de pronto, todos callan. El rugido se ha ido al limbo. No hay sonido, nada se siente. Dura unos segundos, unas centésimas. Pero es el silencio más impresionante, el más elocuente, el que concentra toda la expectación, el que desahogará todas las ansias, toda la emoción, todo el esfuerzo atlético.

Cuando la detonación de la pistola se materializa y la salida se da por buena, vuelve el rugido. Hasta ensordecer. Es como si los corredores se sintieran empujados por ese factor que proviene de ochenta o noventa mil gargantas. El camino a la gloria está expedito. Sólo para los elegidos.

Uno, dos, tres… Las zancadas. Cuatro, cinco, seis… El despegue, la sincronía de los movimientos, el poderío sobre la pista… Siete, ocho, nueve…

Ahí surge su figura inmensa, su distancia, su superioridad insultante… Una mirada al crono para empezar a festejar. El rugido de la marabunta tiene ya niveles de éxtasis incontrolado.

Ha ganado Usain Bolt, el jamaicano. Delante del norteamericano Tyson Gay y del paisano Asafa Powell. Empieza el show del indiscutible triunfador. La marca se confirma: 9.58, la mejor de todos los tiempos.

Ha durado eso el camino a la gloria: nueve segundos y cincuenta y ocho centésimas.

Pero uno se queda, como registro indeleble con ganas de volverlo a experimentar, con aquel imponente silencio. El que antecede a la gloria. Si alguien lo grabó, le invito a que reproduzca y palpe esa sensación.

Espectacular.

lunes, 7 de septiembre de 2009

MAS POSITIVOS

Aquel viejo principio, toda mala situación tiende a empeorar, parece cumplirse al leer unas apreciaciones del presidente de Ashotel, José Fernando Cabrera, relativas a la necesaria transformación de un destino turístico (Puerto de la Cruz) para seguir captando segmentos de mercados emisores como puede ser el británico.
No son nuevas las quejas de algunos sectores empresariales. Si aún en período de vacas gordas, si aún con índices de ocupación al noventa por ciento, podía constatarse malestar, contrariedad o manifestaciones de disgusto, es bastante lógico que, en plena recesión, se acentúen ese estado de ánimo y esos testimonios.
Ni siquiera el relevo generacional alteró esa proclividad de aquel empresariado dado a diagnósticos pesimistas y a críticas escasamente productivas. Estimular la iniciativa privada en busca de un papel más emprendedor, como nos ocupó durante años aún en el ejercicio de responsabilidades públicas, tratando de hacer ver, al mismo tiempo, que la pasividad o la excesiva supeditación al favor de las administraciones públicas para llevar a cabo, por ejemplo, acciones promocionales, podía resultar, a la larga, discutible y poco rentable, se convirtió en una dualidad mal entendida, hasta el punto de que se nos consideró -creemos que injusta y equivocadamente- poco menos que enemigos.
Admitidos, en coordenadas de recíproco respeto, los enfoques diferentes sobre las aristas de un mismo problema, estas recientes afirmaciones del presidente de Ashotel, ceñidas al ámbito concreto del Puerto de la Cruz, refrescan aquella idea expuesta a la misma organización en la segunda mitad de la década de los noventa y tratada de materializar en los primeros años del presente siglo: innovar y cualificar el producto turístico.
Eramos todos conscientes de la obsolescencia de la planta alojativa, de los destinos emergentes -aún en el mismo espacio geográfico- y hasta de la mala fama climática que, paradójicamente, los actores de la zona eran los primeros en publicitar. Se imponía, por tanto, una acción conjunta, pública y privada, orientada a la consecución de nuevas dotaciones y a la sostenibilidad de prestaciones y servicios que constituyeran, de por sí, el principal sostén de la fidelización, algo, por cierto, que ya no parece querer ser alentado con apreciaciones como las que nos ocupan.
De algún modo, este timbre de alarma que ha sonado desde la presidencia de la patronal hotelera confirma que no andábamos errados. Pero, acierto en el diagnóstico al margen y comoquiera que no ha habido grandes avances, se trata ahora de producir mensajes menos pesimistas (que den pie, incluso, a interpretaciones sesgadas de favorecimiento de intereses de otros polos turísticos) sobre la base de actuaciones fehacientes que reflejen una clara voluntad de mejorar, o si se quiere el original, de innovar y cualificar el producto turístico.
Máxime cuando el Puerto de la Cruz es un destino diferenciado, con una historia -equivalente a experiencia-, con unas peculiaridades y con unas potencialidades merecedoras de atención y hasta de mimo. Es difícil a estas alturas encontrar un modelo productivo alternativo, por lo que conviene no andarse con muchas discusiones más sino trabajar con denuedo en pos de aquellas consecuciones que revitalicen el destino.
Mensajes menos escépticos: fijarse que el mismo presidente de Ashotel, en su habitual línea de disconformidad, duda de las bondades del Plan FuturE de renovación turística. Pese a las insuficiencias, pudo aparecer más positivo y señalar, por ejemplo, que las aplicaciones deberían servir a este destino turístico como otro paso más en la tarea que se viene realizando para mantener o ganar cuotas de mercado, en definitiva, para hacerlo más competitivo.
Porque éste es el objetivo en una actividad cada vez más compleja, en la que no bastan las acciones promocionales -cada vez más costosas, incluso en originalidad- y en la que, en tiempos de recesión, requiere de imaginación y energías en búsqueda de oportunidades que favorezcan una recuperación.
Queremos pensar que en esas se está. A pesar del escepticismo y de la crónica disconformidad.

sábado, 5 de septiembre de 2009

LA PIEDRA QUE ENCANDILO A DON PACO

Juan Cruz Ruiz retrata en su blog, Mira que te lo tengo dicho, vivencias, episodios y acontecimientos de su existencia. Hace gala de su prodigiosa memoria, incursiona en ese territorio que tanto le apasiona y que caracteriza buena parte de su obra periodística y literaria.
Días pasados, cuando declinaba agosto, Cruz Ruiz refirió aquel empeño de su padre sobre una piedra de considerables dimensiones que semejaba un meteorito y que había descubierto en el barrio de Santa Catalina, en la carretera desde la que se accede al casco de La Guancha.
Juan fue un buen hijo que atendió la solicitud de su padre: aquello, aquella piedra gigantesca era noticia, había que sacarla en el periódico, de modo que el maestro me endosó aquel trabajo, afectuosamente encargado.
Convencí a Enrique Serrano, el fotógrafo, de que podía ser un reportaje interesante, así que nos fuimos en la mañana de un domingo hacia La Guancha, donde nos esperaba don Paco, el padre de Juan. En las cercanías había estacionado el camión que aún conducía. Apenas concedió respiro: empezó a hablar de la piedra como si fuera suya, como si la hubiese adquirido en algún mercado y quisiera exhibirla o acreditarla.
La nota aparecería publicada pocos días después en Diario de Avisos. Don Paco al lado de la piedra, faltaría más, en la mejor pose que captó Serrano entre cuyos incontables negativos, dispersos y desordenados, puede que esté ese documento que Juan ha pedido tantas veces con resultado infructuoso.
En agosto volvió al lugar de los hechos, a reencontrarse con la piedra de don Paco, con el meteorito (sic) de su padre. Hube de guiarle pues no se acordaba. No descubre en su blog, en aquella huella pétrea, si la inmortalizó con esa pequeña cámara fotográfica que suele utilizar en sus salidas, excursiones y momentos íntimos. Pero sí trasluce la emoción que debió significar la admiración que su padre sintió por aquel probable resto volcánico que las máquinas hacedoras de la carretera afloraron y asentaron allí como mudo testigo, vayan ustedes a saber, de alguna eclosión.
Escribe Juan que ya tiene menos brillo el meteorito que su padre lucía y que se había empeñado en publicitarlo para la posteridad. Da igual, maestro, sigue encandilando. Lo importante ha sido redescubrirla, revivir aquel episodio y haber hecho de algo aparentemente tan irrelevante como una piedra grande al borde una carretera de pueblo una vivencia cargada de sentimientos.
La piedra sigue allí, Juanillo. Es probable que nunca encontremos la foto que Serrano le hizo, tu padre junto a ella. Pero sigue allí, indeleble testimonio de que el periodismo también se fabrica con elementos como los descritos y que más de veinte años después aún están vigentes.
Para los que nos apasiona este oficio, al menos.

viernes, 4 de septiembre de 2009

MACCANTI, SIEMPRE ARTURO

La voz de Arturo, su cadencia, la poesía de Arturo Maccanti se desgranó de nuevo anoche en La Laguna, en el Ciclo de Poesía Viva que promueve el Centro de la Cultura Popular Canaria.
Arturo es alguien especial en el mundo de la literatura canaria. Esa bondad, esa sensibilidad, esa mirada a la búsqueda de sentimientos y sensaciones...
Aún recuerdo sus lágrimas, nuestras lágrimas, cuando falleció Adrián Alemán y compartimos las primeras horas de aquella geografía lagunera sin él.
Y permanecen frescas todas sus descripciones del paisaje insular, contadas con la franqueza de quien lo ha visto evolucionar, de quien conoce los orígenes y de quien sabe la importancia que tiene para un turista llevarse una grata impresión de lo que visualiza mientras le cuentan.
No fue posible acompañarle anoche pero en la ausencia y en la distancia nos parece que su voz inunda los rincones. Los sentimientos de Arturo, el dolor de la lejanía y del aislamiento, la sutileza a la hora de desencadenar versos y figuras poéticas están donde siempre ha gustado leer y escuchar: "No hay más/ en este mundo/ que isla, cielo y mar".
Pero Maccanti ha ido más allá porque su escritura revela el ansia de universalidad, como así lo ha revelado en cada entrega, en cada lectura de poemas que ha protagonizado este "Viajero insomne", título de una de sus principales obras.
Arturo, su voz, su cadencia "no es más que sombra". En su Laguna del alma. Otra vez el compromiso hondo con sus ejes poéticos y el reflejo de una personalidad tan sensible en "La tierra sola":
"Si he sido un hijo de tus soledades/ si sufrí como míos tus yugos y abandonos/ si amparaste a mis muertos, si das luz a mis vivos/ si nada te pedí a cambio del amor, mira, al menos/ cuando sea ceniza/ que no me esparza el viento más allá de tu orilla".

jueves, 3 de septiembre de 2009

TRAS LA CAÍDA

El despacho de agencia, fechado en Barcelona, daba cuenta de una de esas noticias curiosas: un peatón fallece tras caerle encima el cuerpo de una mujer suicida que se había arrojado desde un octavo piso. La mujer falleció en el acto, mientras que el peatón, de origen ucranio, resultó malherido y moriría poco después en el hospital donde fue ingresado.
Ya es mala suerte, ya: ir tranquilamente por la vía pública y recibir un impacto mortal. Estamos expuestos a cualquier accidente. Es tremendo.
El despacho refrescó un episodio similar ocurrido en el Puerto de la Cruz hace unos cuantos años. En las inmediaciones del refugio pesquero, dos amigos, sentados en banco, protegidos a su vez por un laurel de indias, hacían lo que habitualmente: disfrutar de la brisa marina mientras fumaban sus últimos cigarros del día.
De pronto, les cayó encima el cuerpo de una mujer. La caída, parece que desde una quinta planta, quedó amortiguada por las ramas del laurel. Pero ellos sufrieron las consecuencias, tal es así que fueron ingresados durante un tiempo en establecimientos clínicos y sufrieron heridas que dejaron secuelas. Pero Julián y Gilberto, los perjudicados, pudieron contarlo: lo hacían con humor variable, según la intensidad de los dolores que les ocasionó el impacto. Es más, hasta eludiendo las connotaciones de las causas de la caída de la mujer que resultó ilesa.
Pero el suceso les marcó y hoy, ya con Gilberto ausente, es recordado, con más gracia y desenfado que otra cosa.
Todo lo contrario de lo ocurrido en Barcelona. Lamentablemente, allí, en el lugar de los hechos, no había árbol que amortiguara.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

'PINEO', EL ETERNO SUPLENTE

El sábado envió a un amigo suyo a casa con la caja de duraznos. Cumplió. Vaya que sí. De manera que ahora, aún aturdido por la noticia de su fallecimiento, es el motivo de la despedida que nunca hubiésemos querido escribir.

Los duraznos, la broma recurrente de cada año. Los que, puntualmente, cada verano, traía desde San Juan de la Rambla para una selección de amigos. Hace unos pocos días, en la clínica, la última vez que hablamos, volvió el sarcasmo afrutado en la peculiar forma de su declinante trabalenguas:

-Espero comerme pronto esos duraznos, ¿eh?

Apenas tardó cuarenta y ocho horas en cumplir con lo que ya era un ritual del estío. Pero, evidentemente, ahora, los frutos no sabrán igual, han quedado amargos con el fallecimiento de quien los proporcionaba: Justiniano González Alvarez, más conocido por ‘Pineo’ (hay quien también le identificaba como ‘Guti’), un portuense de pro, futbolista, empleado ya jubilado del servicio eléctrico municipal y militante activo del Partido Socialista Obrero Español.

Esposo y padre ejemplar, era una personalidad sin par la suya. Receloso, irónico, cascarrabias pero menos, mordaz, atento, servicial, informado a su manera… En el fondo, un personaje popular del Puerto de la Cruz que será recordado por su paso, siquiera de eterna suplencia, en el equipo de fútbol representativo, al que había accedido desde el juvenil Juventud Portuense.

Era portero. Y fue componente de aquel célebre equipo que conquistó el ascenso a la primera categoría de entonces, bajo la dirección de Ramón Mesa Fariña, años después llamado el “pequeño Real Madrid”. ‘Pineo’ siempre fue suplente: tuvo la mala suerte de tener delante a ‘Tito’ Rodríguez Mesa, titular indiscutible hasta su lamentable lesión. En las fotos de la época, siempre con El Peñón al fondo, puede verse a ‘Pineo’, en un lateral, con su cara de bonachón, con su suéter de pico y las rodilleras, inequívocas señales de los cancerberos de los años sesenta.

Célebre es la anécdota que protagonizó en San Andrés, cuando Mesa le encargó la defensa de la portería. El balón caía con demasiada frecuencia a la zona de playa y era rápidamente sustituido. En esto, que lo lanzan sobre el área de Puerto Cruz y sale ‘Pineo’ a despejar de puños. Pero también envían el que había caído a la playa y el singular portero aleja éste precisamente, en medio de la rechifla general. Mesa casi le desintegra. El meta nunca, pero nunca, aclaró si el árbitro dio por válido el gol que había encajado. Hace unos meses, por cierto, se encontró en la plaza del Charco con Nené, arquero valiente que fuera del San Andrés y del Tenerife. Habían cumplido juntos el servicio militar y no se habían vuelto a ver desde entonces.

La plaza, el muelle, San Telmo, Las Cabezas, El Peñón… eran sus sitios preferidos. Allí bromeaba y se enfadaba. Allí vendía lotería y aguantaba todo tipo de dichos, ciertos o no. Como los que coleccionaba jugando al dominó. Y como los que administraba a la espera de una resolución sobre la interpretación de un convenio colectivo. ‘Pineo’ encabezó la acción judicial solventada a favor de los trabajadores.

Muy pocos como él para sobrellevar una campaña electoral. Allí estaba, en cada acto, para montar el tinglado y ultimar la instalación eléctrica. Una noticia o un comentario desfavorable eran encajados como una contrariedad. Aún recuerdo sus lágrimas en la noche de la derrota histórica del 2003. Su socialismo era de convicción ideológica a toda prueba. Cabal y consecuente.

Descanse en paz un buen amigo, el eterno suplente: ‘Pineo’.