viernes, 31 de mayo de 2013

JUAN ISMAEL, ORNAMENTACIONES ARTÍSTICAS

Se lució el incansable Isidoro Sánchez, en su pormenorizado relato biográfico de Juan Ismael, capaz de pulsar el temblor que experimentó la logopeda y bibliotecaria cubana, Xiomara Brito, al descubrir que los dibujos que ilustraban un libro de poemas del compatriota escritor y abogado Andrés Piedra Bueno pertenecían al mismísimo Juan Ismael.
Se lució el periodista y crítico cubano Juan Carlos Sánchez Reyes al describir el trazo ingenuo que esconde las travesuras de la mirada del artista, una forma de expresión consustancial a su obra.
Y se lució Quinegua, “el singular dúo de trovadores canarios”, que diría Isidoro, Chicho y Juan Felipe, con las interpretaciones que abrazan los aires de las dos orillas.
Y así se desgranó la peculiar conmemoración del Día de Canarias en la sede del Museo de Arte Contemporáneo (MACEW) del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), consistente en la apertura de una exposición de dibujos (1930), de Juan Ismael, en realidad, una serie de ornamentaciones artísticas al poemario titulado Yolandia, original del citado intelectual cubano Andrés Piedra Bueno. Una espléndida publicación, con este mismo título, y con textos de Xiomara Brito y de Isidoro Sánchez, rubricó este tributo a una de las figuras del surrealismo canario más relevantes. Carlos Pinto Trujillo lo definió perfectamente al comisariar la célebre exposición de 2008 en el Museo de Arte Contemporáneo de Lanzarote: “Para este creador indiscutible del siglo XX, el dibujo será la puerta de entrada al mundo del arte y el eje vertebrador de su discurso artístico”.
El mundo soñado, la idealización sublime de Juan Ismael, el horizonte y la distancia se deslizaron de forma fluida en las palabras del estudioso Juan Carlos Sánchez Reyes. “La distancia observada -dijo- como referencia de la nada o del todo subjetivo, convertida en un elemento recurrente de la obra del artista que le permite conectar lo terrenal y concreto con un universo personal de abstracción, habitado por una imaginería fantástica de símbolos y líneas que huyen y regresan de la distancia emocional que el pintor quiere
Sánchez Reyes dio continuidad, sin duda, a las percepciones de su paisano Piedra Bueno, cuando en Buenos Aires, 1931, para Revista Canaria, con el título 'Un artista', escribió:
Juan Ismael escribe el álgebra sobre la geometría. O mejor, la hipergeometría. Sus trazos -breves, firmes, diáfanos- responden a una cualificación cuantitativa, Aquél, una ola; aquel, un rompiente; aquél... Luego, el momento psíquico encarcelado en dos líneas”.
De los “versos ismaélicos” habló Isidoro Sánchez que, con la inestimable colaboración de Xiomara Brito, adquirió hace unos cinco años, en La Habana, las láminas que presentó con justificada satisfacción. Los versos se corresponden con los títulos de las obras que presentó en una colección en 1955 en la sede portuense del IEHC.
Cuarenta y cinco ilustraciones inéditas, más el dibujo de la portada, componen, en definitiva, esta exposición a la que Juan Carlos Sánchez Reyes quiso poner un cierto sentido lírico a partir de una apreciación de Domingo Pérez Minik que insinuó la predilección por la pintura del artista canario a partir de su amor por la poesía. Quizá ahí esté la clave de unir las visiones del pintor Juan Ismael y el poeta Piedra Bueno, “en un proyecto -apuntó el crítico cubano- que ofrecía la posibilidad de entrelazar amor intenso y fugaz como el vuelo de una gaviota, dibujar en un espacio ilusoriamente vacío el canto del poeta, el ruido del agua y del viento, arropado por el espíritu romático que sirviera de soporte mutuso a sus ideas, de dos amigos que se sabían irremediablemente condenados por la naturaleza del arte”.
El arte con el que celebrar la festividad canariense y que se puede seguir admirando en la sede del MACEW hasta el próximo 6 de septiembre.


jueves, 30 de mayo de 2013

CANARIAS, EL COMPROMISO QUE PREVALECE


Canarias, aún pendiente de vertebración, aún con vestigios pleitistas, aún con asignaturas pendientes de un consenso propio, aún con un porvenir muy incierto, celebra hoy su festividad. Los más críticos, quienes dicen que no hay nada que celebrar, admitirán que, sin derroches ni despilfarros, tampoco es cuestión de dejar pasar, de renunciar a lo mucho o poco que nos identifica y que mínimamente nos une. Treinta años de autonomía no han sido suficientes para superar ciertos fatalismos, para dejar de mirarnos el ombligo, para contsruir la Comunidad con unos mínimos generalizados de satisfacción. Del Canarias es posible, aquel eslógan de los primeros pasos, al Ahora más que nunca, de reciente factura y controversia. Las islas siguen escribiendo su historia, entre penurias, expectativas, frustraciones y aspiraciones; y en medio de una crisis como muy pocas: quiere resistir el principal sector productivo pero el desempleo lo puede todo, lo condiciona no se sabe bien hasta que se palpa. Que no se esfuercen en ofrecer incrementos ni cifras aparentemente indicativas de mejora cuando la realidad, en el terreno más próximo, es la de siempre.

No es, pues, una celebración para sentirse plenamente felices. Canarias quiere pero le cuesta poder. Tiene recursos, claro, naturales y humanos. Pero siempre anduvo ensimismada y ahora que la crisis golpea y se ensaña trata de mantenerse a flote sin necesidad de acentuar el tradicional victimismo. Algunos, desde el centralismo mesetario, lo están propiciando olvidándose del interés general.

Quedan los sentimientos y por eso hay que alegrarse de las pruebas de solidaridad, pseudoespectáculos al margen. Solidarios siempre fuimos. Y tolerantes. Y respetuosos. Y con sentido de acogimiento. Nos hemos vuelto -o nos han vuelto- más recelosos. Dudamos mucho, se ha frenado el aperturismo. Si eso significara más realistas, vale. Pero no parece, salvo en materias lúdicas, como el deporte o el carnaval, en las que está más que acreditada la potencialidad creativa y la capacidad de movilización.

Por eso, los testimonios de compañeros que hoy ocuparán tribunas públicas no solo interesan sino que son merecedores de reconocimiento. Para ellos es una fecha doblemente señalada: uno recogerá el premio Canarias de Comunicación y hablará en nombre de los galardonados; el otro presentará un nuevo libro titulado Canarias: las guerras invisible, acaso muy apropiado.

Se trata de Leopoldo Fernández y Angel Tristán, tan excelentes periodstas y escritores como que llegaron a ser directores de Diario de Avisos y La Provincia, respectivamente. Toda una vida profesional dedicada al periodismo y la comunicación, batiéndose en coyunturas históricas y acreditando su sabiduría profesional para ejemplo de compañeros y generaciones futuras. Leopoldo dirigirá la palabra en medio de la solemnidad institucional del Auditorio de Tenerife y Ángel lo hará. en un contexto librero, en la carpa 'Pérez Galdós' del parque San Telmo de la capital grancanaria. Como siempre, su escritura será fina: ninguna idea vacía, niguna palabra empleada gratuitamente.

Ambos comprometidos con Canarias, con su tierra.

Porque eso es lo que prevalece.



miércoles, 29 de mayo de 2013

BANDAZO DE COSPEDAL

En el principio fue el aumento. Y se pasó de 49 a 53 diputados en las Cortes de Castilla-La Mancha. En la “reflexión” posterior, preñada de austeridad, fue la reducción. Mejor dicho: el hachazo. Porque de 53 se pasaba a 25. Y además, sin retribuciones fijas.
            Este es, en resumen, el alcance de la reforma de la Ley Electoral que la presidenta de esta Comunidad quiere aprobar con intenciones muy claras: mermar la calidad democrática, disminuir la representación de la voluntad popular, irrespetar criterios de proporcionalidad, básicos en democracia. Si en ese marco logra disminuir las opciones electorales de los adversarios políticos, ya está la cuadratura del círculo: permanecer en el poder.
            Después, será crítica con los mandatarios sudamericanos empeñados en reformar la Constitución de sus respectivos países para perpetuarse. Denostará, incluso, los procedimientos, más o menos plebiscitarios. Eso sí: no reparará en que ha huido de todo posible consenso que para reformas de esta naturaleza resulta indispensable en la sociedad del siglo XXI, a la que están haciendo retroceder, por cierto, como nunca pudo imaginar.
            Estamos pues ante un auténtico bandazo político-electoral. Es difícil justificar este auténtico salto: del incremento a la reducción a la mitad. Señora presidenta, con el debido respeto: esto no es de buena gobernante. Quien busca menguar el pluralismo político en tiempos en que predomina la desafección, no puede sentirse respaldada. Quien pone trabas a la participación política, demuestra que la Constitución le merece muy escaso respeto. ¿Cómo impulsarla, cómo administrar los recursos públicos desde la variedad de ópticas y cómo transparentar la gestión de los mismos en esas condiciones?
            No bastan criterios economicistas o de presunta y recurrente austeridad. La democracia merece todos los esfuerzos que sean necesarios, especialmente en tiempos en que hay que incentivar para no dar pie a situaciones indeseadas. Los ciudadanos quieren más democracia y quieren que la política ofrezca soluciones. Pero no precisamente las que signifiquen recortes de su representación.
            Por ejemplo: Castilla-La Mancha tiene más de dos millones de habitantes. Su presupuesto está cercano a los ocho mil millones de euros. Si prosperase su pretensión reduccionista parlamentaria, habrá menos diputados que concejales en el Ayuntamiento de Albacete, actualmente veintisiete, para controlar ese volumen presupuestario. No parece consecuente.
            Y tampoco es cuestión de maniatar o propiciar la exclusión de quienes no tengan responsabilidades públicas de gestión, es decir, de quienes queden en la oposición. Si lo que pretende, con reformas así, es aburrirles, marginarles o limitar su dedicación a los menesteres políticos, flaco favor hace a la democracia. ¡Quién vería a la señora Cospedal y a los suyos si se vieran afectados por medidas similares procedentes de gobernantes de signo político progresista! De lo menos que hablarían es de golpe de Estado institucional.
            Para la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria de Organización del Partido Popular (PP) soplan vientos desfavorables. No parece que con iniciativas como ésta, con bandazos como el que propugna, vaya a ganar credibilidad y respeto. Que no se extrañe, en definitiva, de seguir en caída libre en las encuestas.


martes, 28 de mayo de 2013

ADMINISTRACIÓN LOCAL Y TURISMO

Empresarios del sector y alcaldes de ciudades turísticas capitales de provincia, reunidos en Madrid a la sombra de Exceltur, han llegado a la conclusión de que el papel de la administración pública es determinante para su desarrollo. No es nuevo el diagnóstico pero como propende a ser olvidado, su reactivación depende de alguna convocatoria en la que trascienda un mensaje capaz de hacer ver que no hay que dormirse, que es necesario incentivar o, sencillamente, esmerarse en la ejecución de aquellas cosas que se teorizan, se pregonan o se predican. En efecto, demasiado lento en la praxis el sector turístico en los últimos años cuando todos convenimos en su efecto “tirón” en el marco de la economía productiva.
         Todo depende, pues, de la importancia que se le quiera dar al turismo y las políticas específicas que se pongan en marcha. Desde nuestra pertenencia a la FEMP, hace ya tres mandatos, insistimos en la idea de una población local plenamente identificada con el turismo si es que quería crecer, mejorar o innovar la oferta y cualificar el destino. La ciudadanía debe implicarse en el cuidado de los propios valores, so pena de estandarizarse sin más, de despersonalizarse y refugiarse en tópicos socorridos. Abogamos por una motivación permanente a sabiendas de que generar una cultura y cultivarla no es fácil, al contrario, conlleva un proceso largo en el que hay que perseverar hasta que maduren los frutos.
         Empresarios turísticos y alcaldes han afrontado la papeleta y aun cuando se desprenden distintos puntos de vista, fruto entre otros factores de la diversidad de las características de las propias ciudades, es claro que hay factores o rasgos comunes que deben ser tenidos en cuenta para ponderar o estimular el papel de la administración pública local en la órbita del turismo. Por ejemplo, el alcalde de Santander y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), el popular Íñigo de la Serna, manifestó que la actividad turística no repercute directamente en las arcas locales pues, según explicó, el incremento del turismo no va a las cuentas de los ayuntamientos ya que los impuestos municipales no gravan conceptos relacionados con ello. Argumenta el regidor santanderino que de los impuestos que pueden afectar al turismo (actividad económica, IRPF o IVA) solo una pequeña parte acaba en los consistorios por la vía de su participación en los tributos del Estado.
         “Eso significa -señaló de la Serna- que el esfuerzo inversor municipal en materia turística no se orienta a conseguir mayores ingresos para los ayuntamientos, sino en hacer mejores ciudades, que es nuestra obligación”. Precisamente, en las conclusiones del informe UrbanTUR 2012, presentado en el curso de la convocatoria de EXCELTUR, se consigna que la fiscalidad y la financiación tienen un importante papel reservado en el desarrollo futuro del turismo de ciudad, dependiendo, claro, de las peculiaridades y de los factores característicos de cada ciudad.
         El propio presidente de la FEMP lo tiene en sus manos si se lo propone, aunque cabe prever que no le resultará nada fácil cuando queden al descubierto otros intereses, más partidistas y más particularizados. Sabe que el grueso de la distribución fiscal va a parar a otras administraciones. Luego, tendrá que esmerarse -ha dicho que “vamos a tratar de corregirlo”- para hacer una distribución más justa y más solidaria en términos de ingresos.

         En cualquier caso, dada la gravedad de la situación de las haciendas locales, urge un entendimiento. Y una solución estable.

lunes, 27 de mayo de 2013

VOLVER A EL PEÑÓN

Sábado tarde. En otros tiempos, casi siempre era en la tarde de los domingos. Desde las 14.30, cuando señalaban los preliminares, partidos de juveniles filiales o infantiles.
Partido de ida de una promoción de ascenso a categoría Preferente. Puerto Cruz recibe al Aguilas Atlético, de Adeje. Antaño, fueron encuentros de esa categoría o del grupo canario de Tercera División que contribuimos a crear desde Radio Popular de Tenerife. De esas competiciones y también de juveniles o infantiles. O de alguna convocatoria extraordinaria, como el trofeo Teide o el Campeonato de España de Aficionados o la Liga Interregional, cuya última edición ganó brillantemente Puerto Cruz o la visita de los veteranos del Real Madrid y del Machester United, cuando Tito del Pino hizo su última genialidad: reingresar en la cancha sin permiso después de haber sido sustituido. El equipo marcó un gol ¡con doce!
Volver a El Peñón, la vieja cazuela. Ahora, con tableta (iPad) para  experimentar los contrastes. Imposible resistirse a dejar de informar, lo que hicimos allí tantas temporadas. En aquellos años, con cuaderno y bolígrafo. También, grabadora, el célebre casette. Y con teléfono instalado en el vestuario local, desde donde se escuchaban las indicaciones de los técnicos o los gritos de reproche a los árbitros. Desde otro teléfono, en la azotea de un hotel próximo, reconvertido en dotación policial, también informamos.
Las nuevas tecnologías, ya se sabe. Breves mensajes para ir dando cuenta de lo que acontecía. No mucho más allá que tiempo de juego y resultado. Quienes habitan en la red social y están conectados empiezan a responder y a comentar. Alguno, aficionado de toda la vida, hasta lo agradece. Y otro, el concejal de Deportes, mejor situado, hasta corrige la errónea apreciación de la expulsión de un jugador local, ya en las postrimerías. En la plaza, hay testimonios que verifican el seguimiento hecho a través de la red. Lo que hay que ver: sorprende la atención. La avidez de información, Y la inmediatez.
En El Peñón hay menos gente de la esperada para tratarse de un choque trascendental: está en juego una categoría superior. Es más, pronto se advierte que la nutrida presencia de aficionados visitantes se hace notar, es más ruidosa y hasta más entusiasta. Cuando de protestar al árbitro se trata, también se nota la diferencia. Un coro infantil, apoyado por el sonsonete alborotado de unos timbales, es toda la animosa resistencia portuense.
Inevitable preguntar por la identidad de los jugadores, Hijos o nietos de amigos: se descubre sobre la marcha, incluso algún parecido si hubo antecedentes futbolísticos. Los minutos pasan sin goles. La producción de los portuenses es muy menguada: no tiran a puerta. Menudean los patadones. Los rivales, más corpulentos, acreditan mejor disposición táctica y disponen de las oportunidades más claras.
El uso de la tableta llama la atención a algún aficionado cercano en las gradas que se empiezan a despoblar. Otro recuerda “el aparato digestivo”, nombre con el que identificaba al casette con el que registrábamos declaraciones. Y ambos se enteran por esa vía del fichaje de Neymar por el Barcelona. Lo que va de ayer a hoy.
Final del partido sin goles. Abandonamos el recinto por la misma puerta, por el mismo sitio donde lo hicimos en el pasado. Habiendo informado. Fue un retorno a los orígenes. Cuántas cosas, cuántas vivencias, cuántos aprendizajes, cuántas alegrías, cuántos anhelos, cuántas tardes de gloria y cuántas frustraciones quedaron en la vieja cazuela, antes con cancha de tierra y ahora de césped artificial…

Volver a El Peñón. 

sábado, 25 de mayo de 2013

TIMANFAYA, LA VENA HEREDADA Y RECOBRADA

Ha cumplido dos años desde su reapertura la sala ‘Timanfaya’. Tiene nombre de volcán y tal como están las cosas es digno de admiración el esfuerzo de su promotora, Mónica Lorenzo, merecedora de estímulos y apoyos, esos que son tan difíciles de encontrar en el mundo de la cultura. Es muy probable que centenares de portuenses desconozcan que tras el cierre del ya antiguo cine -en cuya apertura estuvimos, por cierto- se ha producido una readaptación del local en cuya fachada han colocado un rótulo con la palabra TEATRO que hace aún más atrayente toda la actividad que allí se lleve a cabo. No aparecía ese vocablo de forma estable en el pequeño universo portuense desde aquellos tiempos en que daba nombre a aquel recinto de la calle San Juan, dedicado preferentemente a cine pero también a otras actividades lúdicas, recreativas, musicales, políticas y culturales, entre ellas las teatrales. Hasta riñas de gallos hubo.
Pero es que el Puerto siempre tuvo una vena del arte de Talía. “Vamos a representar”, fue una frase muy común de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo. Representar era interpretar, lucir habilidades. En aquel vetusto Teatro Topham, muchos hicimos pinitos, bajo la dirección de Jesús Hernández Martín, el Maestro, quien alternaba su rigurosa docencia con esta afición que inculcaba a niños y jóvenes estudiantes. Don Jesús, como le llamábamos, lloró la destrucción del Topham; más que eso, lamentó toda su vida que las autoridades de la época no fueran más sensibles y que la población no exigiera la continuidad de un recinto que acogiese la actividad cultura del municipio.
Allí se hicieron veladas lírico-musicales, eufemismo con el que disfrazar los festivales que combinaban artes con la rigidez propia de la época. Allí actuaron Antonio Machín -no está probado pero todo el mundo cuenta la anécdota de que, avanzado el repertorio sin que la interpretara, un espectador cercano al escenario inquiriese al intérprete cubano: “Don Antonio: ¡Dos gardenias!”-, el Dúo Dinámico de la primerísima época y el conjunto Los Pioneros, con las primeras versiones de The Beatles. Allí tuvieron acogida los Juegos Florales. Y allí dirigió el Maestro obras como “Casilda, reina mora”, “La estrella de Oriente”, “El amor en bicicleta” y “La fórmula 3K3”. Una suerte de oasis, en fin, en las limitaciones y penurias culturales de la época. Décadas después, ya en la democracia, de la mano de Elsie Ribal y Matilde Perera, con el grupo La Recova, rebrota esa vena con los nuevos conceptos y las incipientes variantes de las artes escénicas. Más recientemente, es el grupo La Pandilla el que mantiene encendida la llama, con un nivel de superación, por cierto, muy estimable; y otro colectivo, aglutinado en torno al nombre Dementia, dirigido por Marcos González, demostró sus afanes innovadores, incluso ensayando al aire libre.
Pues Mónica Lorenzo, que ya acreditaba su vocación en La Recova  y luego ampliaría su formación en la Escuela de Actores de Canarias, parece haber heredado esa vena,  el espíritu del Topham; y ha hecho, con su inversión personal, la vocacional y la material, la reconversión del antiguo cine hasta lograr un espacio cultural polivalente en el que puede disfrutarse de representaciones diversas -hasta el pregón de las Fiestas de Julio acogió el año pasado- y de montajes escénicos y audiovisuales. Lo suyo es la pedagogía teatral: lo demostró durante su estancia en el equipo cultural del Cabildo Insular y en las escuelas de teatro por donde desfiló. Por eso no le ha importado ampliar el escenario de la sala ‘Timanfaya’ a costa de reducir el aforo y fijarlo en doscientas cinco butacas desde las que se puede seguir cómodamente cualquiera de las opciones de una rica oferta que se prolonga prácticamente durante todo el año.
Dos años se han cumplido recientemente de su iniciativa que aspira, sobre todo, a consolidarse. No mendiga, no se queja, no claudica: personas así, amantes de la cultura y empecinadas en algo tan sublime como es el teatro, son acreedoras de reconocimiento. Porque aún tienen mucho por hacer en una ciudad que, precisamente en el ámbito cultural, tiene por donde crecer.




viernes, 24 de mayo de 2013

TURISMO DE CIUDAD


EXCELTUR, una asociación sin ánimo de lucro formada en la actualidad por veinticuatro de los más relevantes grupos empresariales turísticos de nuestro país, ha puesto en marcha el Monitor de Competitividad Turística de los Destinos Urbanos Españoles (UrbanTUR 2012) que quiere ser un instrumento para el fomento de ese factor, la competitividad, cada vez más esencial en la evolución de este sector de la productividad económica.
El estudio engloba veinte ciudades, capitales de provincia, ninguna de las dos canarias, y sirve para analizar a fondo el potencial del turismo urbano, una opción que no solo complementa la gama de productos y experiencias turísticas singulares asociadas a la cultura y a la historia sino que contribuye a enriquecer la imagen y atractivos del variado conjunto de nuestra oferta. En efecto, tal como se describe en la presentación del estudio, se facilita con ello el gradual reposicionamiento ante aquellos mercados y segmentos de turistas que aporten la mayor derrama socioeconómica posible. Retos idénticos a replicarse en ciertos destinos de nuestro litoral, pendientes aún de asumir profundos procesos de renovación de su oferta e innovación de sus modelos de gestión, más acordes a las exigencias de un nuevo escenario turístico más global y competitivo. Nada que ver esto último, por cierto, con  ese aperturismo de la nueva Ley de Costas, sorprendentemente aplaudido por la patronal turística tinerfeña, ASHOTEL, que no ha reparado en las nefastas consecuencias que, a la larga, significará una supuesta nueva oportunidad de negocio.
El presidente de EXCELTUR, Amancio López, se muestra optimista -ya es difícil encontrar un empresario del sector capaz de vislumbrar horizontes mínimamente despejados- y es capaz de apuntar que el turismo de ciudad entraña áreas de mejora, bien es verdad que para resurgir y consolidarse han de concurrir una serie de circunstancias que afectan directamente a la actividad turística.
Destaca López la transversalidad de ésta como cualidad que fortalecerá esa aspiración de competitividad y, sobre todo, como agente relevante ante quienes demonizan esta modalidad de turismo urbano, a veces comparada -conceptualmente de forma errónea- con parques temáticos; y ante quienes aún no terminan de digerir que, en algunos sitios, el turismo lo es absolutamente todo y, por consiguiente, hay que cuidarlo y hay que mimarlo. El turismo urbano, según se recoge en UrbanTUR 2012, alcanza el 16% del PIB de algunas ciudades -en otros destinos, seguro que es superior- y eso revela que la fiscalidad y la financiación tienen reservado un papel relevante que, en cualquier caso, dependerá de las peculiaridades y de los factores característicos de cada ciudad. Crecer, incrementar la oferta, dependerá, precisamente, de los avances que en estas dos materias se pueda alcanzar.
Habla también el presidente de EXCELTUR de seguridad y de libertad de horarios comerciales como hechos que inciden en la cualificación de los productos de turismo de ciudad. No son nuevos pero hay exigencias constantes: sin duda, para ganar confiabilidad y proyectar uno de los mejores canales de propaganda, una y otra resultan de decisivas.
Si como estima López, el turismo de ciudad “tiene hoy una gran oportunidad”, habrá que esmerarse en asignaturas como las reseñadas en este monitor turístico de cuyos contenidos seguiremos ocupándonos.

miércoles, 22 de mayo de 2013

CON MANIPULACIÓN NO HAY CREDIBILIDAD


No son muy lejanos los tiempos en que los telediarios de Televisión Española eran distinguidos por prestigiosos institutos académicos de análisis de medios de comunicación. En concreto, el Telediario 2 había ganado, según Media Tenor, a veintitrés noticiarios del nivel que registran en Francia (TF1), Reino Unido (BBC), Estados Unidos (ABC News, CBS, NBC) e Italia /RAI). Hubo una época, en efecto, en que los informativos de la televisión pública de este país fueron los más vistos y los más creíbles, fruto de una visión muy profesionalizada, de unos planteamientos muy equilibrados y muy pluralistas. Hemos rescatado la declaración final de Media Tenor, en la concesión de aquel galardón al considerado como “el mejor telediario del mundo”. Decía: “El público español está en la mejor posición para construir su propia opinión sobre lo que ocurre en España y en el mundo”.
         Las cosas han cambiado, tanto          que los informativos de TVE ya no encabezan las clasificaciones del Estudio General de Medios (EGM). Las pérdidas de audiencia son notables durante el último año y medio. Se han sucedido noticias que han contribuido a esa merma, un hecho negativo para un medio que ha de competir y que en el ámbito concreto de la información está llamado a responder a determinados códigos que no son los que parece se estén respetando y cumpliendo.
         Hechos que, teóricamente, no pasarían de anecdóticos, adquieren cierta categoría en un contexto que cada vez más es un retorno al pasado. Que en esos telediarios, otrora premiados, se recomiende rezar para encontrar trabajo -como lo leen: rezar- o aconsejar a los padres vestimentas menos provocativas para sus hijas, revela, cuando menos, un sesgo supuestamente moralizante, que hay una mano que mece la cuna del pretérito imperfecto, ansiosa, sin duda, de que vuelvan usos y costumbres que caracterizaron una época larga, impregnada en muchas fases de mojigatería y conservadurismo. Y todavía se quejaban de los influjos ideologizados de la suprimida Educación para la Ciudadanía que no era objeto de tratamientos televisados, por cierto.
         Lo que ya no es tan anecdótico es cuanto se cuece entre bambalinas. Hasta donde la memoria reciente alcanza, se registra una comparecencia en sede parlamentaria del presidente de RTVE para esclarecer la supuesta existencia en el medio de “lista negras” -¡a estas alturas del siglo y de la democracia!-; y se produce el cese de una responsable de la dirección de informativos tras filtrarse, por error, un informe interno en el que se analizaba, en clave de afinidad política o ideológica, la composición del Consejo de Informativos que llegó a denunciar públicamente, por cierto, ataques a la libertad de expresión por las presiones que habían recibido integrantes del programa Informe Semanal -en otro tiempo, uno de los buques insignia de la casa- por negarse a firmar ediciones o reportajes por la supuesta intromisión en sus contenidos de la dirección del programa. Lo ocurrido con el reportaje titulado Acoso a políticos pone de relieve altos niveles de manipulación y de desequilibrios.
         Pero el caso más reciente que pone en entredicho el modo de hacer en los informativos de la televisión pública lo ha protagonizado la presentadora de la primera edición del Telediario, Ana Blanco, quien elevó una protesta por el tratamiento dado a la aprobación de la Ley de Costas. En la pieza correspondiente, según ha trascendido, eran obviadas las opiniones contrarias a la norma.
         Para que la locutora haya tenido que hacer eso, hagámonos idea de la tendenciosidad de lo que se iba a emitir. En las quejas de Blanco y de la responsable de la edición consta que “se había cubierto de forma insuficiente e inadecuada el debate de la Ley en el Congreso que se llevó a cabo ese día”.
         Malos tiempos pues para la lírica informativa de la televisión pública donde incumplir el Estatuto de Información de RTVE o el propio Manual de Estilo, que pretenden una información veraz e independiente, empieza a ser un ejercicio común y hasta impune. Se acumulan, por algo será, las anomalías y las manipulaciones.
         Cuando eso sucede, ya se sabe: menos credibilidad y menos audiencia.

martes, 21 de mayo de 2013

INEVITABLE SENSACIÓN DE RETROCESO

El clamor fue menospreciado y el Gobierno aprobó la Ley Orgánica de Mejora y Calidad de la Educación (LOMCE). La huelga, en cierto modo, fue una censura al ministro del ramo: la convocó la Plataforma Estatal por la Escuela Pública, en la que se integran sindicados, confederación de padres y madres de alumnos, estudiantes y movimientos de renovación pedagógica. ¿Qué tendrá esa Ley cuando todas las escalas, desde infantil-primaria a la universitaria, la rechazan. Pero, salvo el aplazamiento de una semana, ni el ministro ni el Gobierno se dieron por aludidos. La reforma educativa va, de todas maneras, va…


El clamor demandaba diálogo, acercamiento… pero qué va. El ejecutivo, a lo suyo: a la carga ideológica y a contentar intereses de sectores influyentes. El primer paso ya está dado: el presidente lo despacha con su resignación habitual y ahora sólo queda aguardar a si se ablanda el absolutismo de la mayoría popular en las Cortes y son admitidas algunas enmiendas. Cabe dudarlo. Wert pasará de esta censura moral a la ovación reparadora -pero efímera- de su bancada de apoyo.

Quienes discrepan, entienden que la nueva Ley, además de propiciar desigualdades y dejar a la escuela pública en situación delicada, es segregadora, selectiva y poco operativa para resolver los problemas más apremiantes de la educación. Por supuesto, en la protesta y en el rechazo va implícita la disconformidad con todos los recortes que han afectado al ámbito educativo.

Otros expertos hablan del giro ideológico que representa la Ley. Giro hacia las tesis más conservadoras del partido gubernamental. Demasiadas concesiones a quienes encarnan tales tesis y a la escuela concertada. Es como si se quisiera imponer un modelo educativo con el pretexto de los reajustes económicos y teóricas medidas de racionalización y eficacia derivadas de la crisis. Los mismos expertos convergen en que la LOMCE no trae causa de un riguroso diagnóstico previo pues, salvo el lugar común del fracaso educativo, cabe dudar de que algunas medidas técnicas introducidas sean consecuentes con las exigencias de la modernización y con lo que puede esperar la sociedad del siglo XXI. La comunidad educativa, además, salvo excepciones, no ha sido consultada.

Mientras el presidente de Catalunya habla de OPA hostil, el PNV lo hace de invasión competencial y regresión lingüística, el secretario general del PSOE señala que la Ley tiene fecha de caducidad e Izquierda Unida califica el texto de contrarreforma, todo da a entender que la necesaria revisión del modelo educativo terminará en el Tribunal Constitucional. Y ya se verá para cuando haya que fallar. La sensación de retroceso, en cualquier caso, no la borra nadie. El partido gubernamental se ha olvidado del centrismo, o le da igual; pero debe saber que, independientemente de cómo discurra el trámite parlamentario, qué es lo que se respira en determinados ámbitos y así, al menos, no construyen irrealidades en la tribuna de oradores.

Salvo que la mentira sistemática siga otorgando dividendos.





domingo, 19 de mayo de 2013

LA COMPOSTURA DE ROCA


Era un pertinaz observador. Y una persona metódica en su trabajo. Adusto sin renunciar a la ironía, todo lo contrario: le gustaba bromear y hacía chanzas de cuantas situaciones abundaban en el deporte y la información deportiva. Oyente de radio empedernido y admirador del trabajo de los grandes fotógrafos que plasmaban momentos inolvidables.
         Enrique Roca i Agustín llegaba puntual a la redacción de Santa Rosalía de Diario de Avisos, donde ejerció la jefatura de sección de deportes. Lo hacía después de cumplir su jornada funcionarial en el cuerpo de Telégrafos. Allí compartimos mesa y afanes. Y discrepancias en torno a gestión de órganos y políticas deportivas. Curiosamente, nunca de tratamientos informativos porque, además de su tolerancia, era muy respetuoso con la óptica de los demás. Siempre ponderamos esas cualidades así como su comprensión y la flexibilidad con que se comportó durante un complicado y largo trance familiar.
         Eran los tiempos, finales de los setenta, en que se trabajaba con medios escasos, cuando había que establecer contactos particulares para obtener resultados y cuando aún se tomaban las crónicas por vía telefónica. Cuando se luchaba con horarios intempestivos. Los miércoles, por ejemplo, cuando había partidos de Copa o se disputaba algún encuentro entre semana, la alteración del ritmo laboral era evidente. Enrique respondía a los reclamos y a las prisas del Leopoldo director para cerrar páginas con mesura y calma valencianas. Celoso de su trabajo, revisaba las pruebas de los titulares y hasta los pies de fotos. Aguantaba lo que fuera necesario con tal de asegurar una información. Y encima, dejaba preparadas una o dos páginas para avanzar la edición del día siguiente.
         Hizo buen equipo en la sección. Con Esteban Morales, con Julián Carlos, con Lucio Llamas, con Gustavo Armas, con  María Luisa Arozarena, con los Senante, con Carlos Luis Chevilly -que le sucedió en la jefatura de la sección, no sin antes bromear unas cuantas veces con “los latigazos” que pedía tras sus demoras-, con tantos colaboradores a los que siempre dispensó un trato de estima y superación en el trabajo. Tenía la virtud de escuchar y cuando no convencían cualesquiera de las razones con las que esgrimir una omisión o un retraso, era lo suficientemente tolerante como para saber callar… y sonreír para los adentros.
         Tiempos de penurias deportivas, de descensos, de creación del grupo canario de Tercera División, de resistencia baloncestística, de controvertida lucha canaria, de renacimiento automovilístico, de florecimiento del balonmano y de cambios en las estructuras deportivas. En ese contexto, hizo información deportiva Enrique Roca cuyo fallecimiento ha llenado de natural consternación a quienes le tratamos y conocimos.
         Cubierta su etapa periodística, que completó perteneciendo a la directiva de la Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife, quiso incursionar de lleno en las entretelas del fútbol. Juan Padrón le fichó como secretario general de la Federación Tinerfeña de Fútbol. Y desde este cargo dio el salto a la secretaría general del Club Deportivo Tenerife, en la que ejerció con solvencia en pujantes e inolvidables momentos de su historia. Era el fútbol por dentro, el que siguió viviendo con pasión y experiencia, durante un tiempo, por cierto, bañado por los aires marítimos de Martiánez, en el Puerto de la Cruz, donde residió. Todavía tuvo tiempo para revalidar su compostura y expresar su autorizada opinión en emisoras radiofónicas que la solicitaban y en una tertulia televisiva.
         Para Fina, su esposa, hijos, y toda la familia, un sincero testimonio de pesar. Será recordado siempre.
         

sábado, 18 de mayo de 2013

JUNGLA URBANA


Policías locales y operarios de los servicios municipales efectuaban en la mañana del viernes en los alrededores de la plaza del Charco y calles adyacentes trabajos preliminares de señalización, preliminares, queremos pensar, de una tan necesaria como indispensable regulación de la ocupación de la vía pública. Tales trabajos, a su vez, deben derivar de los criterios plasmados en una ordenanza cuyos contenidos se ajustarán, un suponer, no sólo a razonamientos técnicos sino a la propia realidad física y territorial-urbana en la que será de aplicación.
Habíamos aparcado este asunto hace meses, pese a la demanda continuada de ciudadanos para los que este asunto se resume en ‘por el Puerto ya no se  puede ni circular’ o ‘para qué hacen peatonales si luego no puedes transitarlas’, pues parecía convertido en uno de esos problemas que se eternizan sin solución y se agravan, porque crecen, y porque aumenta la sombra de impunidad, de manera que, sin arrojar la toalla, quedó ahí, a la espera de que alguna iniciativa reflejara una voluntad clara de poner punto final a una situación cada día más complicada. Todo da a entender que ha alcanzado el grado de insostenible.
De ahí que si están en marcha las medidas correctoras, aguardemos con interés los resultados. Son dos hechos a tener en cuenta: el desplazamiento del ocio y del ramo restauración hacia el centro de la ciudad y la preservación de pasear y disfrutar en áreas cómodas y seguras, como un atractivo intrínseco de los encantos de la ciudad. Tristemente, sobre ellos ha pesado el aprovechamiento, la explotación del suelo exterior más próximo al establecimiento, de modo que, en algunos casos, se ha llegado a consumar la disponibilidad de dos locales: el propiamente dicho y el externo.
Por si algún lector desconoce la posición fijada en anteriores entregas sobre el particular, la reiteramos: nada se tiene en contra de la ambientación adecuada de vías peatonales y de espacios públicos. Eso dinamiza y, salvo algunos problemas de seguridad, proporciona estampas de vitalidad y animación callejera que siempre son de agradecer.
Pero tales consideraciones no equivalen a Jauja. No se puede dejar hacer y dejar pasar para que cada quien haga lo que le venga en gana. Porque luego, cuando se quiera acometer las soluciones, más difícil será. De hecho, es lo que probablemente ocurrirá cuando hay que afrontar algunos casos en los que la desmesura es apreciable. Ha sido sacar más, poner más, coger más… y como nadie dice nada y no pasa nada, pues a ver ahora, cuando llegue la cinta métrica, se mida el ancho de la vía y se tenga en cuenta algo elemental como es la línea de fachada.
De modo que veremos si la aplicación y el seguimiento correspondiente de la ordenanza vienen a esclarecer esa especie de jungla urbana que caracteriza algunas zonas de la ciudad. No es poner trabas: es necesidad de regular. Una cosa es conceder facilidades o impulsar opciones de negocio y otra muy distinta suscitar la anarquía donde tiene que haber unos mínimos de orden y concierto.
Veremos hasta donde la ordenanza es lo suficientemente generosa para homologarla a las aspiraciones o capacidades de comerciantes y emprendedores que deben pensar también en el interés general. Y en este sentido, habrá que comprobar si se contribuye a crear empleo, aunque sea precario; y si el capítulo de ingresos municipales se incrementa en los márgenes deseables.
Lo que interesa, desde luego, es acabar con la anarquía y la desproporción en la ocupación de la vía pública, convertida en eso, en jungla urbana. En varias zonas, tan intrincada con mesas, sillas, pizarras, postaleros y colgaderas que a duras penas se puede circular y hasta acceder.

viernes, 17 de mayo de 2013

TENSIÓN Y FRICCIÓN


Como se esperaba: fue una congelación, un recurso táctico, una espera de una semana para no aparentar -¡a estas alturas!- soberbia y prepotencia, otro menosprecio al clamor popular.
Pero el Gobierno no da marcha atrás, ni revisa. La reforma educativa, el nuevo modelo plasmado en otra ley, será aprobada hoy por el Consejo de Ministros. Da igual que por primera vez todas las escalas, desde la infantil-primaria a la universitaria, estuviesen juntas y de acuerdo. Da igual que se hayan manifestado cientos y miles de personas de la comunidad educativa. Ésta palpa que estamos en un punto de casi imposible retorno: restricciones, segregación, selectividad, enfrentamiento, desigualdad…
El clamor demandaba diálogo, acercamiento pero qué va… El Gobierno, a lo suyo, a la carga ideológica. La Ley Orgánica de Calidad de la educación (LOMCE) ya ha iniciado su carrera: antes de la primera etapa, el clamor hace prever que la contestación, en toda la tramitación, va ser muy intensa.
Será tensión y fricción en la legislatura del retroceso.

jueves, 16 de mayo de 2013

LA DIGNIDAD DE LA PROFESIÓN

Todos los días son importantes para los periodistas pero, pensando en las circunstancias actuales, tan llenas de zozobra y de incertidumbre, los de esta semana lo serán más al celebrarse en Berviers, cerca de la ciudad belga de Lieja, la asamblea anual de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) en la que se integran varias organizaciones profesionales españolas. El tratamiento de asuntos como la defensa de la libertad de expresión, la aplicación de códigos deontológicos profesionales, la preservación de la cláusula de conciencia y las condiciones profesionales del ejercicio de periodismo, afectadas por problemas de distinta consideración, han hecho que la convocatoria sea aguardada con verdadero interés.


A ver qué resuelve, en efecto, con respecto a una moción en cuya redacción ha colaborado el periodista español Paco Aujide(Periodistas en español) y que, en vísperas de la convocatoria, ha sido apoyada por organizaciones y sindicatos de distintos países. El texto descarna aspectos de la crisis que padecen el sector y la profesión. Ya hemos analizado algunos de ellos en anteriores entregas y otras intervenciones públicas. Incide, por otro lado, en la defensa de los periodistas y se pregunta cuál es la respuesta que se debe dar desde la Federación Europea de Periodistas (FEP), participante también en esta asamblea, así como cuáles las implicaciones para los profesionales en general.

“En principio, tenemos que ser plenamente conscientes -señala el texto de la moción- de lo que Tony Judt describía como “la adoración reciente de la productividad y el mercado”. Para este intelectual británico, desaparecido recientemente, “no hay nada más ideológico que la idea que sugiere que todos los asuntos políticos, privados o públicos, deben girar en torno a la economía globalizadora, con sus leyes inevitables y sus peticiones insaciables”.

Esto conduce, siempre según esta iniciativa, a que la FEP deba dotarse de un verdadero proyecto que incremente las perspectivas y los mecanismos de protección colectiva de los periodistas. “No debe aislarse -señala- de los demás sectores implicados en la acción sindical en los medios y organizados en la Confederación Europea de Sindicatos”.

Teniendo en cuenta los temores y las debilidades de los profesionales en sus medios, significando las circunstancias de incertidumbre y precariedad que, a su vez, repercuten en la calidad del propio trabajo y del producto periodístico, hay que conceder la natural importancia a la que reconoceríamos como parte dispositiva de esta moción, publicada íntegramente en el número 204 de HOJA DEL LUNES del pasado 29 de abril.

Hay que hacer frente, recomendaba entre otras cosas, a la precariedad galopante de la profesión periodística, mediante la aproximación del estatus de los periodistas a la pieza con los del periodista que disfruta de un contrato estable. Hay que rehabilitar la profesión periodística mediante políticas salariales acordes con el nivel de responsabilidad de los periodistas. Hay que actuar para elaborar un soporte y una base común de condiciones de trabajo. Y confeccionar un sistema de protección de los derechos de autor idéntico en todos los países, inseparable de su derecho moral y de la debida protección de los trabajos de los periodistas, en los que se basa el periodismo ético.

La propuesta también consigna el objetivo de fijar la independencia de las redacciones frente a las presiones exteriores, las económicas, de los accionistas o de los grupos de presión. La ética del periodismo debe ser protegida de cualquier presión. Por eso, pide un umbral límite para la concentración de grupos multimediáticos que quiebran el pluralismo en el marco de una esfera mediática globalizada.

Finalmente, y no menos importante, aboga por la democratización de la enseñanza del periodismo en la universidad y por facilitarlos estudios periodísticos en los países en los que ello sea necesario pues la profesión debe estar abierta y asumir una política de formación permanente que se extienda de principio a fin de la carrera profesional.

Se trata, en definitiva, de recuperar la dignidad de la profesión. Para ello es indispensable movilizarse, agruparte y hacer un ejercicio efectivo de solidaridad, de modo que sea posible superar temores e incertidumbres y ejercer aquélla con la mayor solvencia posible.

Ganarán el periodismo, la democracia, la ciudadanía y la misma libertad de expresión.



miércoles, 15 de mayo de 2013

LOS DESCUENTOS QUE FRENAN


Ha surgido un debate en torno a las convocatorias de huelgas o de paro, más allá del que ya todo el mundo conoce y establece en términos cuantitativos: se mide el éxito o el fracaso según los porcentajes de participación pero ya se sabe: los convocantes hablarán de un seguimiento que, al menos, permita justificar de alguna manera las razones que motivaron, en tanto que los titulares del derechío mediático siempre tienden a la baja para emplear el término fracaso y, de paso, condenar al sindicalismo y coadjutores, si los hubiera, al fuego eterno. No falla.
            Pero, más allá del baile de porcentajes y de los cálculos sesgados, que se evaporan en un santiamén, por cierto, hasta la próxima huelga, se abre un planteamiento sobre el que deberían reflexionar los propios sindicatos en ese proceso de autocrítica supuestamente orientado a la obtención de un nuevo papel en la exigente sociedad de nuestros días.
            El nudo es: ¿Qué hacer con el trabajador que quiere sumarse al paro pero al que, tal como están las cosas, el descuento de un día de salario le resulta gravoso? Demos por hecho que ese operario es consciente de que la huelga es el único y acaso el último instrumento que tienen él y sus compañeros para alcanzar los objetivos diseñados con la convocatoria. Y de que la unión hace la fuerza, esto es, cuanto más sean, de aquí y de allá, cuantos más se sumen, la causa tendrá más fundamento y hasta es más probable que las reivindicaciones prosperen.
            Pero entre la necesidad apremiante para no mermar el sustento en tiempos de restricciones, el miedo a las represalias (entre ellas, la propia pérdida del puesto de trabajo) y la confusión trufada de desinformación y tendenciosidad mediática, ese trabajador convencido se lo piensa. No quiere ser tomado por esquirol pero le duele un descuento. Le gustaría estar, ser uno más, participar activamente pero unos euros menos a fin de mes le frenan. Entonces duda: ir o no ir, entrar o no entrar, fichar o no fichar. De lo que sí está seguro es en sumarse a la concentración o la manifestación final, esa que se hace para culminar la jornada y, probablemente, para compensar otros vacíos durante la misma. Ahí está aguardando, posiblemente con otros miembros de la unidad familiar, caminando kilómetros entre estrecheces, coreando consignas y haciendo valer su contribución individual, allí donde quiere y puede hacerlo… sin tantos temores y sin descuentos. Mañana, en el trabajo, contarán la experiencia personal, quien sabe si al calor de alguna fotografía publicada.
            Pues ése es el debate: de mantenerse estas circunstancias, cualquier convocante de paro deberá tener presente estas premisas. Se dirá, precisamente, que son las disuasorias, las que acentuarían los empresarios o ciertos responsables políticos para minar el espíritu huelguístico y reventar la convocatoria misma. Pero, en el fondo, sin renunciar al concepto, porque debe seguir figurando en la lucha o en la resistencia ciudadana, en el ánimo crítico que debe perdurar, habría que reflexionar sobre los módulos de participación, readaptarlos o revisarlos. Hasta con la utilización de las redes sociales.
            A propósito: que los trabajadores no esperen a que lleguen otros con las soluciones. Son ellos mismos, sus organizaciones representativas, sus agentes sociales, sus núcleos de activismo público, los llamados a idear y poner en práctica las alternativas. Una respuesta firme, colectiva, bien ensamblada y mejor materializada, aunque al principio sea costosa, sería el mejor aglutinante para hacer frente a las dudas, a la desazón… y a los descuentos.           

martes, 14 de mayo de 2013

LA SUERTE DE MUECA


Cuesta aceptar que sea en el seno del gobierno local donde residan discrepancias para gestionar Mueca, el festival internacional de arte en la calle que renació de sus cenizas en el Puerto de la Cruz para terminar convirtiéndose en uno de sus reclamos y en uno de sus soportes de promoción. Viendo el entusiasmo con que gente de todas las edades y de toda condición social han vivido esta nueva edición -muy fortalecida, por cierto, con inyecciones financieras- y contrastando algunos exultantes titulares de prensa, se diría que es inaudito que haya zancadillas o palos en la rueda donde tendría que navegar, viento en popa, un acontecimiento anual que distingue a una ciudad en un ámbito como el cultural y en la heterogeneidad de manifestaciones artísticas callejeras. Ni siquiera el hecho de una maternidad política distinta es causa para desentenderse y dejar fenecer -como tantas cosas en el Puerto- una convocatoria en la que, por originalidad, apertura y sintonía con las características de la ciudad, se podía creer con pleno fundamento.
            Así que lo más difícil, parece logrado, esto es, que la ciudadanía haya hecho suyo el festival, se identifique con él. Ocurrió igual con el desaparecido Festival de Cine que, tras unas primeras ediciones de zozobra, fue ganando prestigio y renombre, fue consolidándose hasta que acabaron con él al cabo de trece ediciones. La población portuense aguardaba el certamen y hasta presumía de él: durante lustros, fue prácticamente el único en Canarias. Su recuperación, pasados unos años, en otras circunstancias, ya era más complicada. Y no avanzó.
            Pero con Mueca está sucediendo un fenómeno positivo que tumba, por cierto, aquella equívoca apreciación de un director periodístico: “La cultura no vende”, afirmó. Ese fenómeno de la identificación al que aludimos: interesarse por los contenidos programáticos, recorrer calles y plazas tan concurridas y animadas y hasta contribuir a que la pequeña y mediana industria local viva con intensidad las jornadas de la celebración. Hasta la palabra ‘cómplices’ parece muy apropiada para sustentarla, incluso más allá de los días programados. La cultura sí atrae. Y proyecta.
            Mueca, lo dijimos desde la primera edición, allá por el año 2000, tenía una vocación universal que es la que hay que cultivar. La actual concejalía-delegada, sobre la que recae la responsabilidad de la programación y organización, parece haber interpretado muy bien esa premisa inicial. Ahora se trata de “articular un discurso propio, que es esencial para un evento cultural”, como ha dicho Octavio Arbeláez, director del Festival de teatro de Manizales (Colombia), presente en la cita portuense.
            Que ese discurso entrañe el estímulo de la producción local, de la actividad que se haga en casa, donde son meritorios los esfuerzos que vienen haciendo grupos y colectivos culturales que no encuentran facilidades, precisamente, para desarrollar sus habilidades y su creatividad. En Mueca deben tener un espacio: bueno fuera que vinieran de otras latitudes y la aportación portuense no pasara de la condición de sujeto pasivo o espectador. Lo definió el mexicano Mario Espinosa, director del Centro Universitario de Teatro: “Abrir espacios para nuevas compañías, con nuevas propuestas, es muy importante”.




lunes, 13 de mayo de 2013

BEATLES REDIVIVOS


Al clausurar, en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, la programación del 50 aniversario Los Beatles en Tenerife, revelamos la albergada sensación  de haber saldado una cuenta o de haber aprobado una asignatura pendiente. Había sido imposible sustraerse a las emociones de haber hablado con Klaus Voormann, uno de los descubridores, y con Adrian McGrath, el guía oficial de Magical Mistery Tour, ambos presentes en la cita. Y mucho menos a las de haber vuelto a visionar Let it be. No digamos haber sido espectador de la película del célebre concierto en memoria de George Harrison, en el Royal Albert Hall en 2002. Aplaudimos, allí en el muelle, dos o tres temas, como si estuviéramos presentes, como si la magia de Preston o de Clapton nos devolvieran lo que en su día no pudo ser. La exposición del MACEW fue un compendio estimable y las actuaciones musicales, con versiones del fecundo repertorio del grupo de Liverpool, estuvieron llenas de nostalgia y buen ambiente.
            Nos habíamos entusiasmado del todo, tal es así que muchos se convirtieron en habituales de las actividades programadas. Y fueron sorprendidos tarareando algún estribillo y recordando títulos, los de siempre, los populares y los más raros, esos que se perdían en las caras B o en los álbumes tan llenos de excelentes composiciones. Miss Mc Donald, ‘miss Macky’, como era conocida, una superviviente de los bombardeos sobre Londres en la Segunda Guerra Mundial, la primera profesora de inglés, tenía toda la razón cuando recomendaba el aprendizaje del idioma con las baladas de Beatles.
            Si la estancia vacacional del grupo de Liverpool en la isla, tal como le dijimos a Adrian Mc Grath, hubiera inspirado un guión apropiado para la célebre película, y que muy bien se hubiera titulado Mágica Clarividente Gira, es evidente que el programa conmemorativo hizo que recobrásemos unas huellas y reeditáramos, cada quien a su manera, el espíritu de aquella revolución cultural y musical que la banda impregnó en nuestras vidas. Ver a jóvenes y bachilleres en los actos, junto a quienes peinaban canas o lucían avanzadas alopecias, interesarse por la iconografía ‘beatle’, reanimaba aún más.
            Se había cumplido la máxima: todo lo que necesitábamos es amor, como compusiera Lennon (All you need is love), y como nos animara, diciendo que nada es imposible y que es fácil. Se ha demostrado: amábamos y amamos a los Beatles. Aunque para Nicolás González Lemus, factótum de esta iniciativa, haya sido un largo y tortuoso camino (The long and winding road). Pero ha merecido la pena, porque hicimos como en Come together (Juntémonos), porque tuvimos Golden slumbers (Sueños dorados) y porque todo puede hacerse With a little help from my friends, o sea, Con la ayuda de la amistad. La verdad es que el empeño de Nicolás es merecedor de reconocimiento: cuando haya sentido de perspectiva, recordaremos todas estas fechas y todos estos factos como algo inalcanzable sobre el papel pero enormemente gratificante cuando lo hemos vivido. Era normal que confesara, en el muelle, muy cerca de donde se hicieran una de las fotos que atestiguan la estancia portuense, y antes de la película que versa sobre el tributo a Harrison,  I’m so tired, my mind is on the blink (Estoy tan cansado que mi mente está en un abrir y cerrar).
            Oh! Yesterday come suddenly (Oh! De pronto llegó el ayer) y todos nos sentimos reconfortados, saldando la deuda particular, aprobando la asignatura que tanto se venía resistiendo. Este himno universal vino muy bien  para despedir.
            Y es que Then we will remember (Entonces recordaremos) Things we said today (Las cosas que dijimos hoy), otro título inolvidable para ir haciendo juegos y recrearnos.
            Beatles  redivivos.

viernes, 10 de mayo de 2013

LANDA, ARQUETIPO DEL PERSONAJE DEL ESPAÑOL MEDIO

Era su primera estancia en Tenerife. Noviembre de 1984: tercer Festival Internacional de Cine Ecológico y de la Naturaleza, dirigido por Alfonso Eduardo Pérez-Orozco. Entre los famosos y artistas invitados, Alfredo Landa, fallecido en Madrid a los 80 años. “Un actor a golpe de escenario”, le ha definido otro grande, José Sacristán.


Alfredo lo era, desde luego. Lo demostró en aquella oportunidad en la isla, en el Festival Verde, como se denominó en círculos periodísticos al certamen portuense, lastimosamente perdido. Landa emitió entonces un pronóstico que no se cumplió: “Puede llegar, con el tiempo, a cotas parecidas a las de Cannes”. Agregó que la cita del Puerto de la Cruz “ya posee un alto nivel de calidad”. Y remató, en una entrevista que concedió a Jornada, abogando por su potenciación en los dos aspectos, cinematográfico y científico.

Alfredo Landa se volcó en elogios a la tierra que estaba descubriendo: “No comprendo -declaraba en esa entrevista- cómo hay gente que se atreve a coger un avión y desplazarse a Bahamas sin antes haber visto Tenerife y Canarias”. Habló de la “hermosura del paisaje, de la tranquilidad y de la amabilidad de la gente. Es que superan la realidad”.

El actor, con un controvertido papel en Los santos inocentes, dirigida por Mario Camus ese mismo año, anticipó en esa ocasión que se preparaba para rodar una película más intelectual, bajo la dirección de Basilio Martín Patino. El rodaje comenzaría pocas semanas después, el 7 de enero del año siguiente.

Alfredo Landa, considerado como el arquetipo del personaje del español medio, fue entrevistado en los programas audiovisuales cuyos medios estaban acreditados. Participó también en el espacio Acércate más, de Televisión Española en Canarias, entonces presentado por Ángel Rodríguez Quiroga.

Landa habló también de las excelencias del cine español. “Es el mejor de Europa”, afirmó con rotundidad. En otra entrevista, planteaba que los españoles abandonaran sus complejos a la hora de referirse a la producción cinematográfica nacional. “No hay que pedir perdón por ganar en Cannes o Berlín”, apuntó.

Una foto suya junto a Alfonso Eduardo Pérez-Orozco aparece en la primera página de Diario de Avisos, edición del 23 de noviembre de 1984. En aquella tercera edición del festival portuense, fueron proyectadas veinticuatro películas.

Landa asistió a varias sesiones, firmó autógrafos, posó con quien se lo pidió en las propias salas, atendió varias invitaciones y visitó lugares emblemáticos de la isla.





jueves, 9 de mayo de 2013

EDUCACIÓN EN HUELGA

Jornada de huelga en la educación. Desde infantil a la universitaria, todas las escalas. Rechazo a la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOMCE) que mañana verá luz verde en el Consejo de Ministros para luego iniciar la tramitación parlamentaria. Ya se verá si el impacto del paro de hoy ablanda el absolutismo de la mayoría popular en las Cortes y son admitidas algunas enmiendas.


La huelga, en cierto modo, es una censura al ministro del ramo. La convoca la Plataforma Estatal por la Escuela Pública, en la que se integran sindicatos confederación de padres y madres de alumnos, estudiantes y movimientos de renovación pedagógica.

Entienden que la nueva Ley es segregadora, selectiva y que es poco operativa para resolver los problemas más apremiantes de la educación. Por supuesto, en la protesta y en el rechazo va implícita la disconformidad con todos los recortes que han afectado al ámbito educativo.

Algunos expertos hablan del giro ideológico que representa la Ley. Giro hacia las tesis más conservadoras del partido gubernamental. Es como si se quisiera imponer un modelo educativo con el pretexto de los reajustes económicos y teóricas medidas de racionalización y eficacia derivadas de la crisis. Los mismos expertos convergen en que la LOMCE no trae causa de un riguroso diagnóstico previo pues la comunidad educativa, salvo excepciones, no ha sido consultada.

Veremos el impacto, como siempre, con cifras dispares, con la bandera del éxito unos y los titulares del fracaso, otros. El Gobierno, a lo suyo. Que ideologizamos las medidas: a nosotros, plim. Tenemos la mayoría. Pero que sepan cómo se respiura en determinados ámbitos y así, al menos, no construyen irrealidades en la tribuna de oradores. Salvo que la mentira sistemática siga otorgando dividendos.


miércoles, 8 de mayo de 2013

ESMERO PERIODÍSTICO


El buen uso del idioma, la precisión de los términos y el buen estilo. Son los tres elementos en los que descansa la responsabilidad ética del periodismo, según ha definido el periodista y académico chileno Abraham Santibáñez.
Se trata de una interesante aportación de quien fuera componente del Tribunal Nacional de Ética y Disciplina del Colegio de Periodistas de Chile. Los que somos sensibles con estos temas, siempre con voluntad de aprendizaje y de enriquecer la formación, nos fijamos en las enseñanzas de los profesionales de largo recorrido que se esforzaron en perfeccionar los instrumentos de los que dispone el informador o el periodista para llevar a cabo su trabajo.
En ese sentido, Santibáñez, en el curso de una ponencia titulada “Ética periodística y cuidado del idioma”, presentada en la Academia Chilena de la Lengua, en el marco del Día del Idioma, ponderó, precisamente, que los viejos periodistas trabajaron con denuedo para traspasar los límites de la vulgaridad, los conceptos manidos y las repeticiones injustificadas. Efectivamente, acabar con los tópicos y los lugares comunes, evitar reiteraciones y obviedades, con tal de ir fraguando un estilo propio y conferir verdadera originalidad a la información, han sido sustantivas contribuciones de aquellos maestros que procuraron empapar a las redacciones de un afán por mejorar la producción propia y la realización profesional.
Es claro que para acercarse a tales objetivos es indispensable hacer un buen uso del idioma. Y para ello hay que luchar contra las circunstancias porque, como apunta Abraham Santibáñez, hasta las nuevas tecnologías poco favorecen. La prontitud y la inmediatez, el apremio con el que trabajan los redactores, son enemigos. Esa mal denominada “economía del lenguaje” hace un daño atroz. No digamos la brevedad con que hay que desenvolverse en las redes sociales y en las conexiones telefónicas, con los ‘sms’ o los ‘mensajitos’. Así se llega a lo que el periodista y académico chileno llama “empobrecimiento del idioma”, un verdadero mal de nuestra época en la esfera mediática.
¿Habrá cosa más patética y reprobable cuando se corrige a un hijo o a un becario sobre el empleo de algún vocablo mal pronunciado o de significado contrario a lo que se ha querido decir y aquéllos replican, muy convencidos: “Lo dijo la tele o la radio” o “Lo dijo Fulano”? Como si no se equivocaran… Esa situación, cada vez más frecuente, implica un problema: el uso del lenguaje por parte de los medios debe ser riguroso so pena de producir unos efectos indeseados. Es un problema que se coloca, destacado, en el nivel de la ética profesional.
Estas prescripciones que nos vienen de otras latitudes permiten insistir en que el buen periodismo y la credibilidad de sus profesionales y de los medios a los que se deben dependerán del esfuerzo que hagamos para repasar, verificar y corregir, para beber de fuentes solventes y para perseverar en la formación. Utilizar bien el idioma es esencial, claro que sí. Precisar los términos, sin necesidad de ser rebuscados, cualifica, imprime originalidad y abunda en la credibilidad. Hasta lograr ese buen estilo que distinguirá al profesional celoso y esmerado. Es una cuestión de responsabilidad ética, sí señor.
Los periodistas veteranos, sin sabérselo todo ni mucho menos, lo tenían claro. Empezando por consultar el diccionario.

martes, 7 de mayo de 2013

SALTO FATAL


Está cada vez más cerca el ecuador del presente mandato municipal y está cada vez más sombrío el panorama que se abre con la reforma de los ayuntamientos, plasmada en el Anteproyecto de Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. Y no porque en Andalucía anden recogiendo firmas para oponerse y pedir la retirada; ni porque en Valencia la formación política Compromís en Las Corts haya fijado posición taxativa señalando que el texto “es el mayor ataque a la autonomía local de toda la democracia; ni porque para Izquierda Unida (IU), la reforma suponga “un recorte brutal para la sociedad”, no. Es que son los alcaldes del Partido Popular (PP) los que aumentan sus dudas, reticentes con la reasignación de competencias e incrédulos del supuesto ahorro, unos ocho mil millones de euros, que el ministerio de Hacienda esgrime como argumento principal a la hora de emprender la susodicha reforma.
            Es natural. Sobre los alcaldes se asienta buena parte del poder electoral de cualquier formación política. Seguro que los regidores populares tienen presente lo que sucedió en el mandato anterior, cuando muchos de sus colegas socialistas barruntaron el desplome como consecuencia de las primeras medidas que el ejecutivo de Rodríguez Zapatero hubo de adoptar para afrontar la crisis. Tal fue así que algunos se desmarcaron por completo en la recta final del mandato y ante la campaña que se avecinaba. Los que olfatearon la caída, aunque pecaron de insolidaridad política, se lo montaron a su aire: promocionaron su candidatura personal y los valores de confiabilidad que aún podían cotizar en el electorado.
            Con esos antecedentes, los alcaldes populares, principalmente quienes tienen en sus planes presentarse a la reelección, saben que será complicado. Las expectativas de voto siguen una tendencia a la baja tras todo lo que ha venido ocurriendo desde que Mariano Rajoy accedió a la presidencia del Gobierno. Si al rechazo ciudadano se suma ahora el de los propios ediles a una norma que, de ser aprobada, va a alterar considerablemente las condiciones en las que se viene trabajando desde hace casi treinta y cinco años, ni que se hiciera efectivo a plenitud ese teórico y discutible ahorro del que hablan en Hacienda para terminar de persuadir al presidente del Gobierno, sosegará a los ediles.
            Estos necesitan hechos y pruebas para poner en valor la gestión, pese a las restricciones y la retahíla de circunstancias adversas. Y una Ley que limita competencias, vulnera la autonomía local, ignora el hecho diferencial canario, robustece la fiscalización desde la intervención de fondos o traspasa poder a las diputaciones hace temblar a los responsables municipales, conscientes de que su aprobación, posiblemente a poco más de un año de la convocatoria electoral de 2015, echará más pimienta al pote de las penurias y los descontentos.
            Les queda a los alcaldes populares -y en realidad, a los de todo signo político, pues hay muchas aspiraciones comunes- la vía de las enmiendas en la tramitación del texto legal. Dependerá de la mayor o menor flexibilidad que sostenga el ejecutivo. Las críticas a la iniciativa del Gobierno convergen en que no delimita competencias, no genera el tan cacareado ahorro, no evita duplicidades y no garantiza la financiación. La privatización de los servicios públicos locales y la conformación de una estructura administrativa poco operativa son previsibles consecuencias ante las que se muestran renuentes buena parte de los municipalistas del PP.
            El caso es que a medida que avance el mandato más complicada resultará la decisión final. Ley local sí; Ley local, no. Quienes ven más allá de otra carga ideológica, es decir, entre los que advierten que la administración local será cada vez más complicada, sobre todo si no se cuenta con un nuevo sistema de financiación, y que sobre el sufrido contribuyente van a recaer más cargas, saben que el salto, a corto plazo, puede ser fatal, bastante fatal. De ahí, sus dudas.

lunes, 6 de mayo de 2013

CENTRALISMO, ¿OTRA VEZ?


La crisis arrastra con todo. ¿También con el Estado de las Autonomías? La reciente entrega demoscópica del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de ámbito autonómico, registra datos preocupantes que parecen cuestionar el modelo de Estado, tal es así que brota un nuevo vocablo, recentralización, que se irá haciendo cada vez más familiar. Porque el centralismo, especialmente en algunas comunidades del interior del país, recobra fuerzas. Hasta ahí llegan las consecuencias del descrédito -y de la incredulidad- de la política, de ese desapego galopante que, fruto de múltiples hechos, ha ido minando hasta los cimientos del sistema mismo, el que creíamos consolidado, en el que hemos venido conviviendo -con dificultades pero también con  indudables avances sociales- posiblemente como en ningún otro período histórico constitucional, pero ya se ve, entre unas cosas y otras, hay un sentimiento de querer retroceder. Inquietante.

            Según el estudio del CIS, alrededor de un 60% de españoles es partidario de un cambio en la organización territorial del Estado. No es de extrañar, por tanto, que en Madrid, Castilla La Mancha y Castilla y León, sean mayoría los ciudadanos que dicen preferir un país con un único Gobierno, sin comunidades o que éstas tengan menos competencias que las actuales. Casi el 37% de madrileños y de castellanomanchegos no quiere autonomías. Madrid, siempre según este barómetro, es la comunidad con más partidarios del centralismo. Entre las demás sobresale Valencia donde el 56,2% de la población encuestada también se inclina por la recentralización. Aragón no se queda muy atrás. Hay que ver: cuando creíamos que el debate o la alternativa era el federalismo, ahí aparece el centralismo, supuestamente tan respaldado.

            Que esta aparición se produzca cuando más ennegrecen los horizontes de la realidad social y económica de España, cuando más resignado se ha mostrado el Gobierno para afrontar el problema del desempleo, cuando el caballo de la corrupción seguirá al galope tendido en las coordenadas de la investigación periodística y en la residencia judicial, cuando da la sensación de que la fatiga institucional nos puede a todos, significa -sin olvidarnos de cuestiones como las pretensiones secesionistas de Catalunya y Euzkadi- que se prolonga una gruesa línea de incertidumbre social.

            El Título VIII de la Constitución era el fundamento integrador de un estado tan democrático como plural. O eso creíamos. Sin embargo, la andadura más reciente revela que se resquebraja ese fundamento, al menos interpretando resultandos de encuestas ciudadanas: no gusta o no satisface el funcionamiento del Estado de las Autonomías. El modelo no contenta ni a un tercio de los encuestados. Y sigue menguando, pese a que el debate apenas haya principiado en medios de comunicación o que no exista una campaña clara encabezada por nadie. La involución parece servida: se prefiere el retorno a aquel “todo se resuelve en Madrid”, aglutinante de ineficiencia, demoras e insensibilidad.
O sea, que si esto, el centralismo puro y duro, se convierte en un problema agregado a la crisis general, preparémonos

domingo, 5 de mayo de 2013

LLEGAR A MIL

Mil textos, mil artículos, mil entradas...
Mil criterios, mil impresiones, mil interpretaciones...
Este es el número que alcanzamos hoy.
Cuando iniciamos la andadura -fuimos de los primeros periodistas canarios en poner en marcha este fórmula de edición- estábamos lejos de saber que llegaríamos a esta cantidad que ahora sirve de estímulo. Apareció entonces casi como un pasatiempo pero pronto entendimos que era una excelente vía para mantener y ejercer el oficio.
Y eso es lo que nos anima, al cabo de mil textos, mil artículos, mil entradas...
Seguimos, claro.

sábado, 4 de mayo de 2013

POLÍTICOS POR UN LADO Y TÉCNICOS, POR OTRO


La conclusión parece clara: los políticos van por un lado y los técnicos, por otro. La semana pasada nos ocupábamos de la discrepancia pública del gobierno municipal con la gerencia del Consorcio Urbanístico para la Rehabilitación Turística, a propósito de la priorización de las actuaciones y del ritmo de ejecución de algunas de ellas. Ya dijimos que navegando las partes en el mismo barco esa disparidad era difícilmente digerible.
         Pero ahí no acaba la cosa porque ahora es la arquitecta María Luisa Cerrillos, redactora del Plan Especial de Protección del Casco Histórico del Puerto de la Cruz (PEC), la que ha expresado sin ambages, en Diario de Avisos, su escéptico parecer: “El Ayuntamiento está dejando morir el Plan Especial. Tendrá futuro solo si la Administración local quiere y pone empeño”.
         Afirmar que el Ayuntamiento deja morir un instrumento de planeamiento que resulte primordial para el futuro del municipio, desde el punto de vista de la reorganización urbanística, revela algo más que una disfunción o un desencuentro. Porque estamos ante un documento que fue entregado al Ayuntamiento hace más de tres años y todavía no ha sido aprobado de forma definitiva. El asunto merece explicaciones por parte de los responsables. Estamos ante la insensibilidad mayúscula, la carencia del sentido de planificación o el menosprecio hacia la obra de quien, al calor de su experiencia profesional, encontró en la personalidad urbanística del Puerto de la Cruz unos valores o unas situaciones merecedores del tratamiento adecuado para conservar o actuar de la forma más positiva.
         Estamos, sobre el papel, ante una divergencia, que se pudiera entender, por múltiples razones. Pero no se entienden ni la desidia ni el silencio. Sí la falta de voluntad política que parece primar, como tantas otras cosas. Cierto que la labor de planificación es poco apreciada, difícilmente encuentra proyección desde el punto de vista político-mediático y hasta puede que genere más dudas o rechazos que afectos o identificaciones. Pero hay que acometerla y tratar de ejecutarla, a poco que se tenga una mínima visión de futuro.
         Es más: hasta resulta probable que los postulados o las ideas de la arquitecta Cerrillos, profesional de notable prestigio incluso fuera de la isla, no gusten o no persuadan o difícilmente resultan viables teniendo en cuenta algunas peculiaridades del espacio sobre el que se quiere operar. En ese caso, se habla, se discute y se llega hasta donde se puede. Y se aprovecha lo que procede.
         Lo que no puede ocurrir es esa inacción de años. Ahí faltan, por cierto, las respuestas a las alegaciones que formularon los afectados o los interesados. Porque este Plan, recordemos, empezó presumiendo de transparencia, una forma de involucrar y de procurar que la población lo hiciera suyo.
         Cerrillos llega al borde de la desesperación en sus manifestaciones: “Ha habido falta de interés por parte del consistorio… Hace muchísimo que no me reúno con ellos… Estoy esperando la resolución de las alegaciones de nuestro informe… No sabemos cómo colaborar más”.
         El problema es que esta paralización -no cabe otro término- repercute en el futuro. Desde la previsible declaración de nulidad, teniendo en cuenta la Ley de Ordenación del Territorio de Canarias, al bloqueo en iniciativas y proyectos que va en perjuicio de propietarios y promotores.
         Lo dicho: políticos por un lado y técnicos, por otro. No debería ser así. Ambos se necesitan. Unos para plasmar su modelo de ciudad -si es que alguna vez lo tuvieron- y otros para plasmar su talento y sus concepciones. ¡Cómo se sentirán los segundos entre tanta desidia! Lo cierto es que, en el caso que nos ocupa, asistimos a un desencuentro preocupante, precisamente en épocas en la que se quiere reactivar y relanzar el destino.
         Bueno, y eso también: mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Solo que ya, viendo estas cosas, causa reparo escribirlo.