sábado, 29 de febrero de 2020

CUANDO ESTUVO EN PELIGRO LA ESCUELA PÚBLICA DEL PUERTO


En septiembre de 1821, el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz confeccionó y aprobó un censo electoral en el que quedaron registrados mil ciento trece vecinos.
Apenas un mes antes, el último día de julio, el consistorio hubo de hacer frente a un hecho que puso en evidencia los riesgos de quedarse sin escuela pública en el municipio.
Relata el cronista oficial Nicolás Pestana Sánchez que el comisionado del Crédito Público, Juan Pedro Nepomuceno, se presentó para hacerse cargo de los enseres del convento dominico que, por distintas causas, debería quedar cerrado. Si eso se consumaba, sería clausurada la escuela pública que estaba instalada en una de las estancias del mencionado convento, donde recibían instrucción y formación los adolescentes y jóvenes del pueblo.
El Ayuntamiento era consciente de que una materia de su incumbencia consistía en velar por el buen desarrollo de la enseñanza en la localidad, de modo que, a la vista del artículo 26 de la Real Orden de 25 de octubre de 1820, ofició al expresado comisionado haciéndole ver la preocupación y las razones de la limitación de recursos para poder atender las demandas educativas correspondientes.
La escuela estaba instalada en el refectorio (sala que se utilizaba como comedor común) del convento dominico. De ello tenía conocimiento la Diputación Provincial. El consistorio, con donaciones hechas por los vecinos, invirtió en el acondicionamiento de la estancia doscientos pesos de la época. Se trataba de convencer al comisionado para que dejase el citado espacio a disposición del Ayuntamiento que, en consecuencia, se hacía responsable para que los niños y jóvenes portuenses no se quedaran sin recibir las enseñanzas correspondientes.
El comisionado Nepomuceno accedió a la petición del Ayuntamiento. Con posterioridad, el consistorio acordó elevar escrito al Jefe Superior Político para que se señalase uno de los conventos que quedaban vacantes, “con el objeto de hacer en él -relata Pestana- la casa consistorial y demás piezas que eran necesarias para el servicio público y de las que totalmente carecía este pueblo”.
En la comunicación se hace constar que dada su localización, construcción interior y menor provecho que se podía obtener por parte del crédito público (equivalente, suponemos, a los intereses generales del municipio), el convento dominico era el más apropiado para el fin solicitado.
De esa forma, se salvaba la que debía ser mínima dotación para la instrucción pública. La normativa o la burocracia de la época exigían una reiteración de los acuerdos adoptados, por lo que el consistorio portuense se dirigió nuevamente al Jefe Superior Político para que determinase uno de los conventos suprimidos para el Establecimiento de casa consistorial, escuelas, cárceles, hospitales y demás centros de beneficencia pública, de manera que, dando cuenta a la Diputación Provincial, se señalase el convento dominico, por encontrarse en situación más apropiada para los referidos objetos sociales.

viernes, 28 de febrero de 2020

TERRITORIO, LA CALLE


¿Fue Manuel Fraga Iribarne, a la sazón vicepresidente y ministro de la Gobernación de Arias Navarro, quien dijo, en cierto momento de la Transición política, “¡La calle es mía!”? Afirmativo. Evidentemente, no era suya pero costaba hacérselo entender, así como a algunos de sus herederos que parecieron interpretar al pie de la letra tal aserto. Pero tempus fugit, el tiempo vuela o se escapa, lema utilizado hasta no hace mucho tiempo para decorar relojes.
De modo que la calle era, en cierto modo, territorio de todos y ahora recordamos aquellos años en que jugábamos en ella, nos divertíamos en ella, convivíamos allí niños y adolescentes, en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo. Algunas empedradas y quienes accedían a las ya pavimentadas, era como si tuvieran un artículo de lujo. Lógico: escaseaban o no había instalaciones deportivas, en tanto que algunas plazas públicas quedaban un tanto lejanas para acercarse, previo permiso de los padres, faltaría más. Don Manuel tuvo un sentido posesivo y autoritario; los niños de aquella época -de calzón corto ellos; blusas y faldas ellas, algún pantalón- lo que querían era jugar en la calzada, cuando el tráfico rodado era escaso y cuando los vecinos y viandantes se detenían para fijarse en las habilidades, en lo grande que está el hijo de... y en llamar la atención para poner fin a aquella estampa lúdica, tan sana, tan noble, tan de aprendizaje.
Claro que el territorio de la calle, tan accesible, tan libre, fue mermando. Ya había vehículos cuyos conductores encontraban su estacionamiento, nuevas construcciones que alteraban la fisonomía de la vía, alguna definitivamente ganada para la causa del tráfico o del comercio. Iba aumentando el fastidio a medida que se acortaba el espacio. Los niños de ambos sexos fueron perdiendo sus predios; la calle, con un nuevo trajín, dejó de ser suya.
Entonces, fueron desapareciendo juegos como el brilé o balón prisionero y también balón tiro, el tejo, variante de la rayuela: pintados sobre el suelo los espacios con una tiza hurtada en el colegio-, piola, montalachica, sintoquelis, virgo o el escondite, la soga. O los carritos y camiones de verga. O el simple intercambio de cromos. Boliche, el trompo. Todo lo más, algún tímido ensayo de un intento colectivo o grupal. Hasta había zonas delimitadas, un reparto de la calle cuasi virgen para los chicos y las chicas que, al final, terminaban juntándose e intercambiando los elementos de lo lúdico. Algunos años después, Mike Kennedy y Los Bravos cantaron algo así como “Los chicos con las chicas/tienen que estar”. ¡Qué cosas!
Posiblemente, aparte del aprendizaje y la distracción, lo mejor de todo aquello era la relativa tranquilidad de los padres y abuelos que igual te mandaban a jugar a la calle que terminaban reclamando la presencia, desde el balcón o la ventana, para merendar o cenar o porque se está haciendo de noche. “Those were the days”, cantó la Mary Hopkin descubierta y producida por Paul McCartney: evocando aquel paisaje, aquel territorio de la calle, la traducción era bastante exacta: “Qué tiempo tan feliz”.




jueves, 27 de febrero de 2020

NI ESPECULACIONES NI CONJETURAS


El sector turístico tinerfeño vive desde la tarde-noche del pasado domingo la natural desazón que deriva de los hechos y las circunstancias que concurrieron en una jornada complicada que requirió de una gran esfuerzo de coordinación de las prestaciones de los servicios públicos, mientras las apetencias de fiesta carnavalera producían confusión y desconcierto, sin saber muy bien qué priorizar. Las cosas se agravaron el lunes, cuando el descubrimiento de dos casos de coronavirus en turistas italianos que se alojaban en el sur alimentó más desasoiego que, en la tarde del martes alcanzó su máximo nivel, entre la impotencia, las informaciones entrecruzadas en las redes sociales y casi todo el mundo queriendo conceder a su whatsapp el mayor o el único crédito. La comparecencia del presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, vino a atemperar los ánimos y a aportar, desde la oficialidad de la versión con testimonios técnicos sensatos y cualificados, la indispensable serenidad para afrontar con voluntad de solución los procesos de alternativas que se requieren, dada la naturaleza de los hechos que nos afectan.
En el maremágnum proceloso, se desata una vez más el fenómeno de las redes sociales, caracterizado en este caso por el afán de protagonismo de algunos y hasta por una cierta iniquidad de otros a los que parece traer sin cuidado las consecuencias de las falsedades o de la deformación de los acontecimientos. El que todo discurriese en jornadas festivas, a caballo entre el apremio social y el derroche carnavalero, complicó aún más las gestiones y las medidas para salir del trance y adelantarse con los preparativos. Pensemos en que se trata de una de las semanas de mayor movimiento en aeropuertos y puertos y de más alta ocupación en hoteles y establecimientos alojativos.
Lo ocurrido debe servir de experiencia a los usuarios de redes sociales. No todo es válido, no todo es fiable. Y como es fácil dejarse llevar por el alarmismo, cuando éste explota, a ver cómo se reconduce o se controla. Es más, hay una tendencia a comentar precipitadamente las consecuencias o hacer predicciones pesimistas, como si eso fuese un acto de valentía con el que alcanzar antes las salidas. Es ahora cuando llegado el momento de contrastar que funcionaron los protocolos (o en qué fallaron), procede hacer los análisis correspondientes y debatir sobre las necesidades de prevenir y disponer de programas que han de ejecutar tanto el personal que atiende en un primer o segundo punto las llegadas como clientes y visitantes que se alojan y necesitan disponer de información y métodos para saber cómo desenvolverse y poner a salvo su salud o su integridad física. Mucha protección civil es lo que hace falta.
Posición de la FAPE
Y en cuanto a la información, ante el surgimiento de nuevos casos de enfermos por el coronavirus, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha hecho un llamamiento a todos los medios de comunicación para que informen con rigor y datos reales, verificados y contrastados sobre este problema, sin recurrir a enfoques amarillistas o sensacionalistas que solo pueden crear situaciones de miedo generalizado.
Igualmente, pide a las administraciones, ya sean estatales como autonómicas, y a los responsables de los centros médicos que informen con puntualidad y transparencia sobre esta enfermedad a fin de que los ciudadanos reciban un bagaje de conocimientos que les permitan enfocar el problema con serenidad y apliquen las medidas de autoprotección que recomienden las autoridades sanitarias.
Es conveniente reproducir la posición de la FAPE al respecto. En ese sentido, recuerda a los periodistas que el Código Deontológico nos reclama que, sin perjuicio del derecho de los ciudadanos a la información, respetemos el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen, sobre todo en el tratamiento informativo de los asuntos en que medien elementos de dolor o aflicción en las personas afectadas.
En estos casos, el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre los sentimientos y circunstancias de las personas afectadas, sin olvidar que las restricciones sobre intromisiones en la intimidad deberán observarse con especial cuidado cuando se trate de personas ingresadas en centros hospitalarios o en instituciones similares.
La función social que protagoniza el periodismo en provecho de la comunidad tiene su máxima expresión en las crisis y los conflictos. Reconocida nuestra influencia en la formación de la opinión pública, debemos ser conscientes de que los titulares y las noticias alarmistas, sensacionalistas o amarillistas siembran la desconfianza y pueden crear un estado de alarma que no se corresponda con la realidad.
En las situaciones de catástrofes o de epidemias, la disciplina de la verificación y el recurso a fuentes fiables, elementos fundamentales del periodismo, cobran un imprescindible relieve especial y son el mejor antídoto contra la difusión de noticias falsas o engañosas que, en casos como el que estamos abordando, proliferan en las redes sociales, planteando estrafalarias explicaciones sobre el origen del coronavirus o recetas milagrosas para su cura.
También hay que señalar que en las situaciones de crisis es cuando los medios tienen la posibilidad de demostrar a los ciudadanos que pueden confiar en nuestro trabajo y que el periodismo de calidad, es decir, el veraz, el que verifica, contrasta y se asienta en valores éticos, es un bien valioso que conviene preservar.
En el caso del coronavirus, ese bien se afianza si trabajamos para aumentar el conocimiento del público mediante informaciones que eduquen, avisen e informen con datos reales. Cuanto mayor y mejor conocimiento sobre el coronavirus tengan los ciudadanos con nuestro trabajo, más se reducirá la sensación de miedo y de histeria que puede derivar de una información alarmista, basada en especulaciones y conjeturas sin fundamento.


miércoles, 26 de febrero de 2020

LA MÁSCARA, EN PAZ DESCANSE


Como los carnavales de 2020 van a ser recordados como una crónica de sucesos, incluyamos en ella la práctica desaparición de la máscara, una figura fundamental en otras épocas pero que fue palideciendo hasta ver difuminados hasta perder sus valores. Que los tenía, vaya que sí.
Máscaras eran las que improvisaban un disfraz. O lo preparaban con todo lujo de detalles. Fundamental el antifaz, para ocultar la identidad. Y para hacer más notorio el falsete de voz.
Máscaras eran hombres que simulaban movimientos y contoneos, con instinto ligón o con ánimo de diversión, simplemente. Solteros y casados en busca de una aventura, en bailes apelotonados -los baños turcos, llegaron a bautizar los que se celebraban por todo lo alto en el antiguo cinema Olympia, del Puerto de la Cruz- o en cualquier local donde el desenfado se vestía de cualquier cosa y hablaba cualquier idioma. Máscaras eran también mujeres que salían solas o en parejas o en grupos, según conviniera, a tiro hecho -esto es, quedar ya con otros 'enmascarado'- o lanzadas a la aventura, al desenfreno, al roce -a los roces- de una noche, a la engañifa, al frenesí...
Máscaras eran jóvenes de ambos sexos que ocultaban bajo el antifaz y el disfraz los instintos y los afanes de libertad, el goce de los prohibido.
Eran otros tiempos, desde luego. Pensar que los carnavales estuvieron proscritos... Ello contribuyó a que la máscara se expandiera o se multiplicara. Cuando las restricciones fueron disminuyendo -desde las regularizadas Fiestas de Invierno a la apertura natural porque esto es lo que quiere el pueblo- se interpretó que no tenía mucho sentido ocultar la identidad. Que lo que se quería, se podía hacer sin necesidad de antifaces y falsetes. Otras mentalidades. Otros modos de diversión. Otros desenfados. Otras osadías. Con el tiempo, se diluirían en el regocijo y en el bullicio popular.
Pero en 2020 se contrasta que cada vez hay menos máscaras. No se las ve. Y si alguna se atreve, no se detiene. Cierto que su desaparición no ha mermado el ambiente carnavalero y lúdico pues, por fortuna, la popularización ha tenido un efecto multiplicador considerable. Pero, con menor o mayor nostalgia, se echa en falta aquel ser carnavalero no identificado, mujer u hombre, que hacía malabares para ser y divertirse sin estar. Es como si definitivamente hubiera fenecido la máscara, elemento protagonista de la fiesta que desafía todos los imponderables con tal de dar rienda suelta a los instintos y los propósitos de diversión.
Y a quienes se resisten y aún pululan, mucho mérito que debe ser ponderado.

martes, 25 de febrero de 2020

ITURGÁIZ POR ALONSO


Los partidos políticos son muy libres de tomar las decisiones que sea cuando se trata de designar o elegir a sus candidatos. Algunas formaciones tuvieron que ceder en su día a la presión de sus bases para ir instaurando el sistema de primarias, denominación algo inapropiada pues es más consecuentes hablar de elecciones internas, sobre todo cuando concurren más de un candidato. En el fondo, se trataba de democratizar la decisión de modo que el ganador tuviese un sólido aval orgánico y representara a toda la organización. Esta, a su vez, cerraba filas, reflejaba la unidad y, teóricamente, ganaba en respetabilidad y credibilidad. Téoricamente...
Pero, entre las imperfecciones de los sistemas normativos, la inexperiencia, la confusión y las zancandillas o el fuego amigo, a las dichosas primarias terminó cargándolas el diablo, que es tanto como decir que brotaron con cierta maldición y no terminan de cuajar. Las informaciones que dimanan suelen estar caracterizadas por escandaletes, de mayor o menor recorrido, impugnaciones y decisiones que han de aguardar resoluciones judiciales. Lo lógico sería que, una vez terminado el proceso, todos a una a apoyar al vencedor. Pero no es así: se producen heridas que no cicatrizan, rebeliones, deserciones, descontentos y divisiones internas, quien sabe si con consecuencias irreversibles.
Lo dicho: cada partido decide. Y al tratarse de un asunto interno, hay que respetar. En consecuencia, es de aplicación para el más reciente de esos casos que revuelven el patio, la sustitución de Alfonso Alonso por Carlos Iturgáiz como candidato a la presidencia de Euzkadi por el Partido Popular (PP), por parte de Pablo Casado, según decisión de su presidente naconal, Pablo Casado, una vez consumada la entente con Ciudadanos, pactada inter pares y a espaldas de los dirigentes populares vascos.
Los hechos se sucedieron casi vertiginosamente desde que Cayetana Álvarez de Toledo se interpuso en el camino hasta culminar -por ahora- en la tarde de ayer con la dimisión de Alonso, que anuncia, de paso, su retirada de la política. Curiosamente, Iturgáiz ya lo había hecho cuando Casado decidió que ocupase el puesto 17 en la candidatura a las últimas elecciones europeas. Ahora ha retornado. Ironías -porque son ironías- de la política.
La sacudida política es evidente, ya sin escarceos. Nos jugamos mucho, se escuchó en los discursos del arranque. Otros se preguntan qué aporta Ciudadanos a esta alianza, en la que el candidato popular coquetea sin reservas con el partido innombrable porque para eso cree en la tormenta perfecta, “aunque no lo quieran”, según declaró.
Ya veremos qué llevan las alforjas del viaje.


lunes, 24 de febrero de 2020

LA OTRA CARA DEL CARNAVAL


Domingo de Carnaval, jornada apocalíptica. Canarias aislada. Muy atrás en el tiempo deben estar situaciones parecidas de impotencia, de desespero, de proliferación de imágenes que cuesta digerir, de informaciones apresuradas, superpuestas o contradictorias, un guasapeo inacabable, una atrevida recopilación de imágenes obtenidas o editadas en dispositivos móviles de todas clases, de no creerse lo que está sucediendo...

Y eso que parecía que la cosa funcionaba. Administraciones diligentes que tomaron medidas cautelares o suspensivas; agrupaciones festeras que se las tomaron en serio y las respetaron; propietarios y administradores de negocios que se resignaron porque es difícil luchar contra los elementos; trastornos, claro; traslados forzosos, búsqueda apremiante de alojamientos, primero las personas... Las islas, incomunicadas por tierra, mar y aire. Porque había carreteras cortadas y se registraron atascos kilométricos. El fuego, en focos diferentes. Desprendimientos que hacen crujir el suelo y el paisaje. Los servicios públicos, teniendo en cuenta la multiplicidad de los lugares de los hechos, la naturaleza y las dificultades para operar, dieron una respuesta estimable.

Adivinaron la insolidaridad y el irrespeto, como subterfugio para la controversia política; pero la atajaron a tiempo. Aunque es probable que haya derivadas ulteriores. Bueno, lo de siempre: para unos, en caliente duele más. Para otros, la heterogeneidad de enfoques igual sugería aguardar o tener mejores elementos de justificación... de interpretación y de juicio. Pero se admite que es difícil la priorización: hay quien no supedita la diversión y el jolgorio a lo serio, a lo que de verdad debe importar.

Las horas del apocalipsis discurrieron lentas en horas de la tarde del domingo carnavalero. El impacto negativo se residenció en puertos, aeropuertos y hoteles. Pero mucho más en las incertidumbres de cada incendio, de cada alojamiento provisional, de cada llanto, de cada dificultad para moverse, de cada carencia informativa...

Las máscaras, los disfraces, el ritmo y todas esas cosas cedieron ante los contrastes de la naturaleza que no entiende de murgas ni de comparsas ni de bailes ni de desfiles. Las islas tenían que ser un derroche de alegría y desenfado. Pero la conjunción de las adversidades meteorológicas pudo más y quebró planes. Gracias a las previsiones. De algo tiene que servir todo lo ocurrido. Aunque la ciudades y los pueblos estuvieran tristes, apesadumbrados, apagados, ocupados en otros menesteres. A ver si todavía hay quien duda del cambio climático.


domingo, 23 de febrero de 2020

¿REBELIÓN FISCAL EN EL PUERTO?


Una suerte de rebelión fiscal debió correr el Puerto de la Cruz en 1821.

Ocurrió que los tres encargados de la recaudación municipal, Domingo Fernández Quintero, José Martínez Oramas y Narciso Baeza Junior, manifestaron que no era posible cobrar ni un solo de los ochenta y un recibos que obraban en su poder. Resultó que todos los vecinos se negaron al pago, al manifestar unos que no disponían de recursos para satisfacer los tributos y otros que habían tenido conocimiento de que habían sido condonados a partir del año 1817 y posteriores.

El 7 de mayo de aquel año se reúne el Ayuntamiento para tomar una determinación. Según la normativa de entonces, estaba totalmente prohibido el uso de la violencia para el cobro de las contribuciones, por lo que el consistorio acordó suspender dicho cobro y dar cuenta a la Diputación Provincial.



sábado, 22 de febrero de 2020

PARA LOS POBRES, NI LA MISA DE ALBA


En junio de 1821, teniendo en cuenta que unas tres mil quinientas personas, aproximadamente, oían misa en el Puerto de la Cruz, era indispensable oficiar siete para que todas pudiesen cumplir con el precepto. Surge entonces un problema al que las autoridades de la época buscaron solución a la que se refiere en sus apuntes el cronista oficial del municipio, Nicolás Pestana Sánchez.
Ocurría que los religiosos de la orden de San Francisco existentes en el municipio portuense tenían que trasladarse al convento de La Orotava, donde habían sido destinados. La carencia de sacerdotes para atender los servicios espirituales del pueblo era evidente, sobre todo si se marchaban antes de que llegasen tres nuevo dominicos, cuya llegada parece ser que había sido anunciada aunque se tenían noticias de que nunca vendrían.
Relata Pestana que la situación en que se encontraba el convento franciscano facilitaba “a la mayor parte de la población pobre” la posibilidad de oír la misa de alba que se oficiaba en dicho convento pues aquella “no podía presentarse de día por su miseria en el vestir y en el convento dominico no cabía ni la mitad de las personas que estaban obligadas a oír misa de alba, si faltase la iglesia de San Francisco”.
Tiene que intervenir el Ayuntamiento, claro. No se había consultado la conveniencia pública de procederse a la elección del convento que debía ser suprimido. La corporación, por acuerdo adoptado el 25 de junio de aquel año, se dirigió al Jefe Superior Político haciéndole ver la necesidad de que no se cerrase el convento franciscano. Se evitaba con ello el traslado de los tres sacerdotes que quedaban en el pueblo, hasta tanto no llegasen los de La Orotava de Santo Domingo, haciendo que se trasladasen éstos a vivir en el convento de San Francisco, “por razón de la comodidad pública, por su situación y por la capacidad de la iglesia, de la que carecía el dominico”.
Tres días después, siempre según la aportación de Pestana, el Ayuntamiento trató de suspender, por sí mismo, la salida de los tres religiosos franciscanos, a propuesta del síndico personero de segunda elección, “pero, atendiendo a la gravedad de este asunto, se acordó aplazar la resolución hasta el día 3 del próximo mes de julio, para elevar consulta”.
Entonces, una comisión del Ayuntamiento visitó al padre prior dominico, con el fin de recabar información sobre la fecha señalada por las autoridades para incorporarse al convento los religiosos que hubiesen sido destinados. Era el 9 de julio cuando debían reunirse los dos religiosos que se hallaban en el convento de Garachico. Pero la información no satisfizo del todo porque el prior ignoraba cuándo habrían de verificar lo mismo los de las otras islas al desconocer la fecha de la orden para que empezara contarse el plazo de treinta días que tenían señalado.
Llega el 3 de julio. Y como resultas de la contestación del Jefe Superior Político, el Ayuntamiento entendió que no debía oponerse a la salida de los religiosos franciscanos “para no desacatar los soberanos decretos”, de acuerdo con los apuntes del cronista.
Claro que el Ayuntamiento no podía permanecer indiferente ante la práctica supresión de la misa de alba en el convento franciscano, al que concurría la parte más pobre de la gente del pueblo que era ya la del barrio de La Ranilla. Por ello, dirigió una petición del Provisor del Obispado, rogándole atendiese a esta necesidad espiritual.


viernes, 21 de febrero de 2020

CRISIS EN MEDIOS PÚBLICOS


La semana ha registrado dos hechos preocupantes relacionados con la comunicación de nuestros días: por un lado, en nuestro país el Gobierno destituía al presidente de la agencia Efe, Fernando Garea, al que designó como tal en julio de 2018, con el apoyo unánime de los grupos parlamentarios en la comisión correspondiente; y en el Reino Unido, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha llevado a cabo una feroz campaña contra la British Broadcasting Corporation (BBC), la corporación pública histórico gran estandarte de la sociedad británica, a la que acusan -incluso desde el ala dura del partido conservador gubernamental- de mantener una línea editorial contraria al brexit.
Lo ocurrido reaviva una ya vieja controversia. En ambos lados. La alternancia en el poder apenas ha sugerido cambios sustanciales en la concepción de los modelos de las empresas o entidades públicas de comunicación. El consejo de redacción de la agencia Efe no tardó en reaccionar al cese de Garea en el que solicita a los grupos parlamentarios una revisión de los esquemas de designación de la presidencia, de modo que dependan de un amplio acuerdo parlamentario y no del Gobierno. Sería difícil, no hay duda; pero los profesionales de la agencia reivindican un cambio legislativo, porque así se comprometieron los grupos que suman mayoría suficiente y porque, según afirman en un comunicado, “Efe requiere la desgubernamentalización por higiene democrática”. Por otro lado, asociaciones de periodistas y la Red de Colegios Profesionales han introducido en la polémica un matiz importante: “Los medios públicos deben ser una garantía de acceso universal a una información de calidad, plural e independiente”. El matiz conduce a esta sustantiva apreciación: “Los medios públicos deben estar dirigidos por personas que apliquen criterios estrictamente profesionales para servir a la ciudadanía, no a gobiernos, partidos o empresas”.
En cuanto a la BBC, no es menor la envergadura del problema. Cien años de historia avalan una trayectoria en la que siempre ha primado la credibilidad, ganada a pulso a partir de probada independencia del poder político. Johnson parece predispuesto a fracturar esa característica esencial y hacer saltar por los aires los pilares de una corporación de gran prestigio universal y con un gran peso influyente en la opinión pública británica. El discurso del primer ministro británico contiene elementos en clara sintonía con el estrangulamiento económico. Recordemos que la BBC cuenta con un peculiar sistema de financiación, basado en una contribución anual de los hogares receptores que se eleva actualmente a ciento ochenta y cuatro euros anuales. No abonarla acarrea sanciones económicas y hasta penas de prisión. Eso hace, al menos teóricamente, que la BBC sea de todos.
Son los fundamentos, en definitiva, los valores de la cadena lo que está en juego. Los conservadores sabrán lo que hacen: se sitúan en una encrucijada de difícil determinación. No creemos que los británicos quieran poner punto final al ejercicio de un periodismo responsable, veraz, preciso y riguroso, dirigido a preservar una información que la ciudadanía acepte sin perder para nada su espíritu crítico. Es el modelo lo que está en juego, un modelo admirado en muchos países. Pero mucho más: el prestigio, la confiabilidad -¡en la época de los bulos galopantes!- y el rigor, factores que, por cierto, imprimen carácter a la cultura e idiosincrasia de los británicos.


jueves, 20 de febrero de 2020

TRÍO UCANCA, SEIS DÉCADAS PARA EVOCAR


Se dice fácil: sesenta años de interpretación musical. Pues los ha cumplido el Trío Ucanca, a base de melodías, baladas y boleros, paseándose por los escenarios más singulares de las islas, granjeándose el aprecio de miles de seguidores que gozaron con su arte, ofrecido sin grandes alardes, pero que salieron del alma impregnado de ganas de agradar y de cumplir respetuosamente ante quienes demandaban sus canciones.
Sesenta años no es un aniversario cualquiera. Por eso se fueron a Candelaria, a la plaza centro comercial Punta Larga, donde recibieron un reconocimiento popular que rubricó la alcaldesa, María Concepción Brito Núñez, con la entrega de una original placa conmemorativa. Se notó el afecto en aquella atronadora ovación, como en cada una de las interpretaciones que evocaron la música de todos los tiempos, la de todas estas décadas.
Arrancó el Trío Ucanca en diciembre de 1959. Tiempo de serenatas y de rondas. Un grupo de amigos al que gustaba la música sudamericana. El bolero empezó a ser también un género indispensable. Las experiencias de sonido estaban aún en pañales, así que las voces y las guitarras predominaron. Los fundadores: Saturnino Rodríguez Cubas, “Chicho el Barriga”, primera voz y guitarra; Roberto González, “el Gemelo”, segunda voz y guitarra y Pedro Pérez, tercera y requinto. Cuando este se incorporó al servicio militar, Roberto Pillado “el Tabique”, ya fallecido, le sustituyó, de modo que no se rompió la continuidad del grupo.
Participó en un Festival de la Canción del Atlántico, en el Puerto de la Cruz, el segundo, en 1967, con un tema titulado “Noches de verano”, que obtuvo un resonante éxito. El hijo adoptivo de Candelaria y gran coleccionista, Manolo Ramos, ha logrado conservar imágenes y sonido a la que se puede acceder, por cierto, en youtube.com. Subió la cotización del Trío, al que reclamaron desde muy distintos puntos. Su nombre, junto el de la orquesta Nicanrandy, se ganó un lugar en la preferencia musical de los canarios de entonces.
Les presentamos en algunas ocasiones, en esas veladas al are libre donde eran elegidas reinas locales y donde poetas y artistas locales mostraban su quehacer. Chicho, además, jugaba al fútbol, en el Toscal y en el Tenerife, por lo que el seguimiento se hizo en un doble ámbito, artístico y deportivo. Grabaron un disco con el sello 'Candilejas' y ganaron el primer premio del concurso nacional “Primer aplauso”, promovido por Televisión Española.
En la actualidad, la formación tinerfeña sigue encabezada por Chicho Rodríguez Cubas, ahora con primera y segunda voz y guitarra; Domingo Alberto en la primera voz y Ramón Díaz, en la tercera voz y requinto.
El periodista deportivo Gerásimo Rivero, enamorado también de la música melódica y del bolero, es un fiel seguidor del Trío Ucanca, seguro que uno de los más asiduos espectadores de sus interpretaciones. “La conjunción vocal es la mejor cualidad del grupo. Cada actuación es una oportunidad para admirarla”, dijo en ocasión del reconocimiento recibido en Candelaria.
Sesenta años de melodías y evocaciones. El Trío Ucanca ha dejado huella y forma parte con pleno derecho de nuestro acervo musical. Han cantado a los poetas Fernando Garcíarramos y a Pedro García Cabrera. Alfacón Producciones les ha inmortalizado en la red. Sesenta años de éxitos. ¡Enhorabuena!


miércoles, 19 de febrero de 2020

EL ÁRBOL TALADO RETOÑA


El árbol talado retoña, vaya que si retoña.
Importa menos entonces que el Ayuntamiento de Madrid -ese ejemplo clarividente de cómo se entienden las derechas cuando de repartirse el poder se trata-, el alcalde, quienes quiera que hayan sido, hayan decidido borrar del cementerio de la Almudena unos versos de Miguel Hernández, el poeta del pueblo. No bastó perseguirle en su día; ahora, tantos años después, había que masacrarle suprimiendo su escritura, la que simboliza las ansias de coexistencia pacífica y los afanes de libertad. Por si no se recuerda: fue condenado a muerte, pena conmutada por otra de treinta años de prisión. Por pedir libertad, por cantar a la libertad. Injustos los de entonces, igual de injustos los de ahora.
Pero el árbol talado retoña. Y esto lo saben en las derechas. Tendrán que sufrir amargamente los frutos de la perseverancia. Vaya que si retoña. Hay huellas que son indelebles. Lo saben y por tanto no cejarán con tal de que no alumbren los caminos y los procesos sociales. Sería bueno recomendarlas el último libro de Miguel Hernández, “Cancionero y romancero de ausencias”, “uno de los grandes monumentos a la dignidad humana”, como lo definiera el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.
A las derechas les molesta que el árbol retoñe. Ahora suprimen unos versos del memorial localizado en un cementerio madrileño. No quieren rastros y si hay que volver a talar, se tala.
Pero retoñará, vaya que sí.

martes, 18 de febrero de 2020

RAFA, CON ESE DON


Tenía Rafa, Rafael Cobiella Suárez, ese don de la reserva, el de la discreción, el de observar y de intervenir lo justo, si había que precisar algún momento o algún personaje de las vivencias que se relataban. La última vez que hablamos, por ejemplo, en la esquina del 'Dinámico' de toda la vida que da a José de Arroyo, donde contábamos hazañas juveniles en el banco de la uve y ahora reparten fortuna en un quiosco, hace un par de semanas, mientras aguardaba al coche que había de trasladarle:

-Cada vez que estoy aquí y miro, me encuentro con Tito Pérez y tu padre, en un paréntesis de sus vasos de vino.

Otra. Hace unos meses, en el curso de un almuerzo que compartimos en La Vera, donde nos fue presentado el anteproyecto de remodelación del hotel Taoro, vaticinó:

-Tienen que lograr que el Taoro sea un sitio señorial, que todos se afanen para visitarlo.

Para entonces, ya había dado sobradas muestras de sobrellevar con entereza su visible enfermedad. Rafa era el de siempre, el Rafa sonriente, el hombre amable y cercano al que se le pedía un favor y le gustaba hacerlo. El conversador que parecía ausente pero estaba allí, al tanto de lo que se fraguaba.Sus compañeros de una tertulia que llamaron 'La Pinza' lo saben muy bien. Como lo sabe su amigo del alma, Juan Cruz Ruiz, el Maestro, que ha escrito un texto enternecedor sobre los valores de la amistad y de la predisposición humana para hacer el bien.
Rafa se sonreía cuando su padre, don Celestino, me llamaba como el abuelo paterno:

-Ahí viene don Graciano a buscar el periódico.

La cercanía de la vecindad contribuyó a estar cerca el uno del otro desde la adolescencia.A la consulta del sapiente e inolvidable galeno entrábamos como si de la familia se tratase. Después, pese a la diferencia de edad, seguimos caminos distintos pero siempre con respeto y tolerancia. Tanta, que durante el ejercicio de la actividad pública, cuando había alguna declaración, se permitía bromear pidiéndonos el significado de algún vocablo.

Seguramente, porque se acordaba de aquella ocasión en que publicamos una necrológica de Esteban de León González, repartidor de Diario de Avisos, internado en una de las clínicas familiares, sobre el que circuló la noticia de su fallecimiento una tarde de miércoles santo. Hasta tres fuentes en un trayecto de quinientos metros nos lo transmitieron. Pero no era cierto: Esteban, a quien dijimos adiós en el título del obituario, se había caído de la cama pero sobrevivió. Rafa, que estuvo presente en el proceso de recuperación y había leído el cariñoso texto, cada vez que nos encontrábamos, bromeaba:

-¿Te acuerdas cuando mataste a Esteban?

Era la tónica de su desenfado. Sus amigos ahora han entristecido de verdad. Sabían lo que había. Y redoblaron su afecto. Le echarán de menos.


lunes, 17 de febrero de 2020

PARA EL PERIODISMO, LA LIBERTAD ES CARA


La libertad de expresión e información en un Estado de derecho fue objeto de reflexión y análisis en el tercer Foro IEB de Derechos Fundamentales. El Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), fundado en 1989, es un Centro de Estudios Superiores adscrito a las universidades Complutense de Madrid y Rey Juan Carlos I, y patrocinado por la Bolsa de Madrid. Con motivo de su trigésimo aniversario, en efecto, puso en marcha esta iniciativa encabezada por Ignacio Gordillo Álvarez-Valdés, profesor de Derecho Penal del citado instituto y ex fiscal de la Audiencia Nacional. Como ya se ha apuntado, se trataba de estudiar a fondo los diversos derechos que la Constitución recoge y tipifica como fundamentales, junto con las libertades públicas, que están siendo materia de debate y requieren orientación en la sociedad.
Participaron en esta tercera edición profesionales de amplia trayectoria en los medios de comunicación e instituciones del sector como: Isabel San Sebastián, periodista y escritora; Vicente Lozano, redactor jefe y columnista de El Mundo; Nemesio Rodríguez López, presidente de la FAPE; Carmen Gurruchaga Basurto, periodista y tertuliana de Carlos Herrera en COPE; Isabel Durán, periodista, asesora de la Fundación Telefónica y autora del libro “Todo comienza ahora”; Ignacio Sánchez Cámara, catedrático de Filosofía de la URJC y miembro de la Fundación Valores y Sociedad; María Eizaguirre Comendador, editora del Canal 24h y Víctor Sánchez del Real, periodista y diputado del partido Vox.
Entre las debatidas, una cuestión que interesa, el deterioro de la profesión. En el documento final del Foro, que condensa impresiones y reflexiones de los intervinientes, se concluye que “El derecho a la información no es derecho a hacer preguntas en ruedas de prensa, sino un derecho fundamental de los ciudadanos a conocer información veraz y que cuando se ataca ese derecho se ataca a la sociedad y a la salud de la democracia”.
En ese contexto, ¿cómo es el desempeño profesional de los periodistas y cuáles son las razones del deterioro aludido? Se parte de un principio teórico: “Los periodistas deben ser notarios de la realidad, pero cada vez lo son menos”.
Y es que la evolución política de los últimos tiempos hace que “el país se haya dividido en dos sectores y la mayoría de los periodistas se han alineado con uno de los dos y lo narran con bastante sectarismo. Están coartados por presiones políticas, se limitan a contar el argumentario que les han pasado o los echan a la calle”. Porque luego aparecen los riesgos y, en muchos casos, las fatales consecuencias: “Los periodistas tienen miedo a quedarse sin trabajo. La libertad es cara”.
Esta última afirmación nos parece crudelísima. Máxime cuando se aprecia que “estamos en un momento bastante complicado por la autocensura porque muy pocos periodistas se atreven a decir de verdad lo que piensan, por las ruedas de prensa que en realidad son notas informativas, no hay preguntas y por lo tanto no se verifican”.
Entonces surge nuevamente el alcance de la responsabilidad de los periodistas. Tenemos que ser consecuentes y ser plenamente conscientes de “cómo transmitimos el mensaje y la importancia que tienen las palabras y el lenguaje que utilizamos. Estamos en un momento crítico para los medios de comunicación donde sinceramente los periodistas deberíamos hacer autocrítica, porque lo hacemos poco y en seguida caemos en las etiquetas”.
O sea, que de los periodistas también depende cambiar el estado de cosas. Habrá que esmerarse. No es cuestión de seguir abonando esa tasa tan cara.



domingo, 16 de febrero de 2020

EL HOMBRE QUE NO PERDIÓ DISCUSIÓN ALGUNA


Las primeras reacciones eran de no dar crédito a aquel hecho consumado: a Pedro Esteban Rodríguez Perdomo (Puerto de la Cruz, 1945-La Victoria, 2020) se le paró el corazón, que no admitió discusión.Igual, si hubiera transigido o asumido algunos matices, hubiera dejado pasar la ocasión. Porque Perdomo no perdía las discusiones, ni una sola de las que promovía, entablaba o era invitado. El fue el discutidor que podía presumir de no haberse inclinado jamás: siempre encontraba alguna razón o algún argumento para salir airoso. Y cuando desconocía la materia, prefería callar o no intervenir. Todo lo más: “De eso no hablo porque no entiendo”.
Se nos fue en una tarde de sábado, mientras cumplía con uno de sus rituales amistosos: degustar un buen pescado, echarse un vasito de vino, calcular la aportación para abonar la cuenta y rematar con un pastel... a esperar al próximo sábado. Bueno, no: al domingo para seguir otra ruta, con los mismos o con otros amigos. La noticia circuló hasta la conmoción, hasta la incredulidad y el lamento generalizado.
Porque era un personaje popular, un contable profesional de la hostelería, un futbolero entendido, un madridista de pro, un crítico permanente, un portuense estoico, un puntal de sus convicciones ideológicas progresistas y religiosas católicas.
Fue de los últimos soldados del cuartel de San Agustín, en La Orotava, desde pasó al departamento de Administración y Contabilidad del hotel 'Las Vegas', en el que se mantuvo durante décadas. Luego incursionó con su amigo Francisco Reina en la iniciativa privada. Le gustaba cumplir con los compromisos que asumía y cuando accedió a la coordinación general de servicios de la empresa pública 'Pamarsa' no quebró ese principio. Hasta su jubilación.
Enamorado del fútbol de cantera, dedicó notables empeños en el infantil Puerto Cruz, en el juvenil Taoro y en el juvenil San Felipe, equipos con los que se identificó abiertamente. Colaboró también con Alberto Hernández Illada cuando éste presidió el C.D. Puerto Cruz, en su última etapa de esplendor. Era de los que ponía su coche a disposición del club para trasladar a jugadores y, más de una vez, a los directivos y aficionados.
Fue un superviviente de aquel infausto accidente automovilístico en la madrugada de un Viernes Santo, cuando el furgón que conducía José Antonio Peláez se dirigía, con otros jóvenes ocupantes, a la célebre procesión del Encuentro en La Orotava.
Trabó amistad con Gregorio Ávalos, aquel acuarelista precursor de The Beatles, que se afincó en el Puerto de la Cruz y vivió de cerca algunos partidos decisivos del primer representativo balompédico portuense y el célebre episodio del bicho en el barranco Godínez de Los Realejos.
-Jesús, señor Perdomo, ¡qué coche más estirón!-, le dijo Ávalos cuando se dirigían a Las Cañadas.Y cuando ambos invitaron a unas extranjeras a champán en el viejo “Dinámico”:
-Oiga, señor Perdomo, no quisiera encontrarme con bragas de hojalata.
La plaza del Charco fue su habitat natural.Enemigo de las concentraciones, se retiraba discretamente o se ponía en un rincón inaccesible cuando se producía alguna de ellas, programada o espontánea. Esa plaza, médula espinal de lo portuense, fue el escenario de muchas de las discusiones que entabló y de los miles de chistes que memorizaba. Perdomo fue otro de aquellos habituales de las largas, larguísimas tertulias nocturnas que otro paisano singular, Gilberto Hernández Linares, tuteló, bajo los laureles y las palmeras, durante años y años.
Religioso -iba a misa todos los días-, cinéfilo -hasta bien entrados los ochenta-, estricto y pertinaz, Rodríguez Perdomo, con algunos achaques que, en todo caso, no hacían temer tan fatídica suerte, saboreó sus últimas exquisiteces pero no quiso entrar en discusión.
Esta vez, su corazón había ganado la posición.

sábado, 15 de febrero de 2020

ESCALA EN HI-FI


En abril de 1961, Televisión Española (TVE), con estas siglas y aún en blanco y negro, estrenaba un programa cuya fórmula dio la vuelta al país y fue asimilada en innumerables actividades, escenarios y festivales de los jóvenes de la década.
Se trataba de “Escala en hi-fi” que consistía en que unos cuantos actores o aspirantes a serlo interpretaban en 'playback' los éxitos musicales del momento. Imitaban que cantaban. Se trataba de aprenderse la letra de canción, vocalizarla acompañándola de algún gesto, de alguna sonrisa o de una expresión facial apropiada. Eso era todo: bueno, había también que vestirse para la ocasión, si era posible emulando las habituales indumentarias de los intérpresta originales, mejor. Más se aproximaba a la realidad, si se nos permite la asimilación.
El programa era una de las primeras producciones concebidas para el entretenimiento y no debía ser muy costoso. El éxito fue arrollador. Se mantuvo en antena hasta septiembre de 1967. Cuando decidieron suprimirlo, la semilla germinaba: casi no había pueblo, colegio o instituto en España que en sus actividades lúdicas hubiera incorporado “Escala en hi-fi” (Algunos presentadores, en un alarde, decían “Escala en jai-fai).
El programa ha sido recordado como una suerte de pantomima musical. Tuvo introductores de lujo (junto con la canción o la música, lo único real) como un actos inolvidable, Pablo Sanz, y un intérprete y compositor muy popular, Juan Erasmo Mochi, quien llegó a ganar una edición del Festival de Benidorm.
Con el mismo título, “Escala en hi-fi”, circuló una versión cinematográfica mediada la década de los sesenta, una película tan dulce como insustancial (Arturo Fernández, José Rubio y Karina, en el reparto de actores), pero que muchos adolescentes de entonces (tiempos de TeleClub) acogieron con agrado.
La fórmula, como dijimos, se extendió también en la isla. Y en el Puerto de la Cruz la pasearon por distintos escenarios los componentes del Cima Club y del Club Juvenil Peñita. Fueron las chicas quienes, para imprimir más realismo (si es que ello era posible), lucieron trajes y vestimentas muy artísticas, en algunos casos hasta atrevidas y hasta donde era posible mostrar lozanía. Los hubo que se atrevieron con una escenografía elemental y entonces la imitación cobraba más contenido. Hoy se diría elementos enriquecedores, cuando a veces lo más difícil de conseguir era el disco o la grabación. Que se lo digan a los promotores de fiestas y celebraciones de fin de curso en los centros escolares, en las que esta modalidad musical llegó a ser predominante. No faltaron quienes, con el paso del tiempo, perfeccionaron estilo y hasta incursionaron en el campo de las interpretaciones, ya sin discos sino con instrumentos y voces propias.
Entonces, con mayor accesibilidad a la música, en todos lo sentidos, “Escala en hi-fi” fue palideciendo hasta convertirse en un fósil, hoy un grato recuerdo de infancia y juventud.

viernes, 14 de febrero de 2020

MERKEL MANDÓ A PARAR


Lo ocurrido en Turingia (Alemania), una región localizada al oriente del país, en los primeros días del presente mes, debe estar siendo tratado por analistas y estrategas con vistas al futuro político. También en España. Allí hablan de terremoto que sacudió a a la mismísima Angela Merkel y a su partido, la CDU. De pérfida maniobra, calificaron la decisión de elegir como gobernador a un candidato liberal, Thomas Kemmerich, merced a la entente operativa entre la extrema derecha germana (AdF), el Partido Demócrata Libre (FDP) y la democracia cristiana (CDU). Duró veinticuatro horas: la canciller no lo consintió y puso al desnudo su compromiso democrático: los votos de su formación no se prestan a componendas y menos con la extrema derecha para apuntalar a un gobernador de otro partido. Ahí no quedaron las cosas: Kemmerich tuvo que renunciar, Merkel le advirtió a la presidenta de su partido en la región, Annegret Kramp-Karrenbauer, elegida ya como su sucesora, que no podía continuar al no haber respetado sus parlamentarios la decisión previa de ámbito nacional de abstenerse y los brindis neofascistas se evaporaron. Por si fuera poco, Siguiente paso ante la evidente crisis: dimisión de Kramp y convocatoria de nuevas elecciones. La fractura institucional y partidista en Alemania es de las que hacen época.

Pero detengámonos en el comportamiento de la canciller Merkel que, sencilla y literalmente, ha impedido gobernar con los ultras. Sus críticos podrán reprocharle políticas neoliberales y decisiones económicas discutibles que inciden no solo en la estructura de su país sino en la Unión Europea (UE), pero nadie le puede discutir su compromiso democrático y su firmeza a la hora de respetar el funcionamiento de los sistemas y la defensa de las libertades. Ha hecho gala de ese compromiso con lo ocurrido en Turingia y debe ser valorado. Porque la democracia, en efecto, se acredita y se defiende con hechos.

Desde que los españoles decidieron recuperarla, hemos defendido una idea o un principio: la democracia tiene aristas débiles y, por consiguiente, hay que fortalecerlas cuando se evidencia la fragilidad. La convivencia plural debe tener unas reglas y todos tenemos que respetarlas. Puede parecer tajante pero no es menos certero: la democracia, para los demócratas. Habrá modelos distintos, concepciones diversas pero la Constitución es una y si se acepta como ley de leyes, se trata de cumplirla y hacerla cumplir. La democracia ha de garantizar el pluralismo, de acuerdo; pero si se aceptan las reglas básicas, hay que ser consecuentes en todos los terrenos pues, de no ser así, se menoscaba la pureza y la propia calidad democrática. Las ideas contrapuestas y hasta incompatibles no solo pueden ser admisibles pero han de atenerse a las normas y su sustento democrático. Hay actores políticos que abusan y se valen de los propios mecanismos normativos para producir quiebras y acceder al poder. Algo de eso ha sucedido en Turingia.

Pero llegó Merkel y mandó a parar. En Alemannia lo tienen claro. Lo primero es lo primero: democracia. Menos mal.


jueves, 13 de febrero de 2020

LA RADIO, HOY, SIEMPRE LLAMATIVA


La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, ha declarado que “la radio es un medio humanista que ayuda a combatir los prejuicios y la discriminación”. Hoy, Día Mundial de la Radio, su manifestación entraña la importancia que tiene el medio en la sociedad de nuestros días en la que parece que Internet todo lo puede.
Sin embargo, la radio sigue viva, late en medio de la diversidad de contenidos y programas que se reparten en su universo de difusión, onda larga, frecuencia modulada, onda media, onda larga y, sobre todo, radio digital, radio web y pódcasts (distribución de archivos multimedia mediante un sistema de redifusión que permite, opcionalmente, suscribirse y utilizar un programa que lo descarga para que el usuario lo escuche posteriormente a su difusión original.
En su mensaje alusivo a la conmemoración radiofónica, Azoulay destaca que la mencionada diversidad “debe verse en el contenido de la radio, así como entre los creadores del contenido –técnicos, programadores, periodistas, ingenieros de sonido- pues todos tienen un papel que desempeñar al respecto”. La directora de la UNESCO abunda en su planteamiento al señalar que “en este marco, es importante que la propia industria de la radio sea una industria de la diversidad, que refleje la complejidad y la riqueza de nuestra sociedad. De hecho, esta diversidad también es una ventaja, ya que es sinónimo de mayor creatividad e innovación en los contenidos producidos”.
Pero la radio celebra su Día Mundial entre luces y sombras, como revela una encuesta hecha en Suiza, donde el uso de la frecuencia modulada ha disminuido en diecinueve puntos, pasando del 51 al 32 por ciento. Curiosamente, los suizos ya consumen sesenta y ocho minutos de radio de cada cien a través de canales digitales. Esta misma encuesta se refiere a DAB+, transmisión digital de audio (siglas del término en inglés 'Digital Audio Broadcasting'), un estándar de emisión de radio digital desarrollado por Eureka como un proyecto de investigación para la Unión Europea (UE). La consulta pone de relieve que el consumo de DAB+ en los coches supera ya el 51 por ciento. Fue el canal de distribución de audio más utilizado en el citado país por primera vez con un 37 por ciento y ha aumentado en catorce puntos porcentuales desde el otoño de 2015.
Sin embargo, la escucha digital en Gran Bretaña alcanza una nueva participación récord, casi del 59 por ciento, un aumento de once puntos porcentuales. Así lo revelan los datos demoscópicos de 'Rajar Q4' referidos a 2019. El lanzamiento de nuevas estaciones digitales comerciales nacionales y, sobre todo, el crecimiento de la escucha 'online' a través de altavoces inteligentes en el hogar la escucha DAB+ en el vehículo, influyen decisivamente en los llamativos registros de audiencia entre la sociedad inglesa.
Y entre los horizontes esperanzadores, desde luego, hay que consignar la experiencia tenida en Las Palmas de Gran Canaria, bajo el título “De palique”, en la que los escolares hicieron programas en directo desde las calles donde entrevistaron a representantes institucionales con singular maestría, en algunos casos. Tal es así, que ya se aboga para que la conmemoración del año próximo esté dedicada a la radio escolar, pues cabe concebirla, como apunta el consultor y profesor de Comunicación, Gorka Zumeta, como la mejor herramienta para desarrollar las potencialidades de nuestros niños y jóvenes, y al mismo tiempo, perpetuar un medio que, sin asistencia, terminará muriendo de éxito, extinguido, languideciendo.
En este contexto, la UNESCO está prestando especial atención a la promoción de una mayor participación de las mujeres en la industria de la radio. Los Indicadores de Género para Medios de Comunicación ayudan a medir el grado de sensibilización a la igualdad de género en los medios de comunicación y los contenidos producidos, lo que permite evaluar concretamente los progresos realizados -y lo que queda por hacer- para dar más espacio a la diversidad.

miércoles, 12 de febrero de 2020

EL SELLO DE CAVERO


Dos opiniones y un pensamiento propio.
...El pincel se ha convertido en el arma defensiva con la que expresa y arranca de su otro yo la frustración o el regocijo...” (Encarna Delgado Luis, poetisa y pintora).
Esos fondos negrios, aparentemente sin atmósfera, sin esperanzas, pero siempre iluminados con esos colores a menudo primarios, fuertes, contundentes, agresivos, tanto en su cromática como en su contenido... (María del Carmen Sáez, licenciada en Bellas Artes).
Cuando en la travesía tu mente está solo en llegar, estás pagando un alto precio: pagas con tu tiempo y tu tiempo es tu vida” (Francisco P. Cavero).
Cavero, nacido en Zaragoza en 1930, falleció ayer en el Puerto de la Cruz, donde vivía desde 1990 y donde dejó huella en sus ámbitos culturales, no en vano los impulsó con ánimo emprendedor y con ganas de transmitir su vena artística. Recordaba que su primer cuadro databa de 1962 pero será años después, tras el paso por la Escuela de Artes y Oficios de la capital aragonesa, donde cursa estudios de cerámica y dibujo artístico y por el Estudio Borsao donde expone en varos colectivas, cuando se toma la pintura en serio, tal es así que ingresó en la Asociación de Artistas Figurativos Aragoneses (Adafa) y hace varias exposiciones individuales.
En Tenerife, presenta obra por primera vez en el Liceo Taoro, de La Orotava, en tanto ejerce como profesor de pintura en el Club de Mayores de la ciudad turística. Junto a otros seis amigos, promueve el Colectivo Cultural '7 Islas', del que es nombrado presidente fundador. Fue promotor, asimismo, de una pequeña galería de arte que abrió en la sede de Correos y Telégrafos de la localidad portuense. Fue siempre un dinamizador de la actividad cultural en el Puerto: era habitual verle en los espacios donde se sucedían las actividades no solo pictóricas o esculturales sino bibliográficas y de otro tipo. Se interesaba por el quehacer de los artistas locales, especialmente durante los concursos y exposiciones de pintura al aire libre que también contribuyó a realizar.
Su fallecimiento deja un cierto vacío en el Puerto y en los ambientes que frecuentaba. Sensible, discreto y tenaz, se esmeró en ayudar a creadores que se hicieron a sí mismos y en animarles a superarse. “La obra de Cavero supone, en su conjunto, la libertad del sentimiento expresado con la fuerza dramática de la experiencia”, escribió Encarna Delgado Luis.
Una acertada síntesis de su vocación artística, de su producción y de sus inquietudes socioculturales. Dejó sello, sí.



martes, 11 de febrero de 2020

UN BLOQUEO DE 500 DÍAS


El lamento del gerente de la editorial el periódico se leyó como un chasquido doloroso:
Seremos el único país del mundo que no tendría un periódico impreso”, dijo Ernesto Juárez, portavoz del histórico periódico nicaragüense La Prensa, fundado en 1926. La situación era ya tan insostenible que el 27 de enero pasado solo tenía una opción: la inserción de un editorial, titulado “¡Dictadura estrangula a La Prensa!”, en el que advertía de la inminente desaparición después haber soportado más de quinientos días de bloqueo aduanero de papel y tinta impuesto por el Gobierno sandinista de Daniel Ortega.
Los efectos del editorial se hicieron notar de inmediato, de modo que el nuncio apostólico, interlocutor único entre el Gobierno, la oposición y la sociedad civil de Nicaragua, tomó la iniciativa y comenzaron unas negociaciones para que el embargo aduanero fuese levantado “ya que viola la libertad de expresión y el libre acceso a la información de todos los nicaragüenses”, según publicó el periódico en su edición digital. Dos intentos anteriores de conversaciones para superar la crisis sociopolítica del país, palpable desde abril de 2018, fracasaron estrepitosamente con monseñor Waldemar Sommertag como testigo.
Pero pensemos por n momento en el grado de resistencia de la editorial de La Prensa. Quinientos días y unas cuantas noches que seguramente aún siguen contando profesionales y trabajadores, muchos de los cuales perdieron sus empleos. Sin papel y sin tinta, sin materias primas ni suministros, salir cada mañana fue algo más que una cuestión de supervivencia. Mucho mérito tiene hacer periodismo y trabajar en su proceso de producción en esas condiciones. El término estrangula, desde luego, no es exagerado.
El Gobierno de Ortega hostigó duramente a la prensa independiente, que denunció graves violaciones de derechos humanos y persecuciones por parte de militares, policías y paramilitares, a las que se sumaron el saqueo y las confiscaciones de otros medios de comunicación, el apresamiento de varios periodistas y el exilio 'obligado' de decenas de profesionales. En medio de masivas protestas sociales, a punto de perecer por asfixia, la rotativa de La Prensa se detuvo en octubre del pasado año.
Las primeras informaciones que circularon, procedentes de fuentes gubernamentales, fueron recibidas con división de opiniones. Hay contento pero sin alborozo: las relaciones siguen muy deterioradas y pocos creen en una solución estable y duradera. Las heridas deben ser muy crudas como para que cicatricen sobre la marcha. Las dudas están afincadas en la sociedad nicaragüense. De hecho, el levantamiento del embargo queda supeditado al pago de deudas pendientes. Es fácil deducir que cuando un régimen totalitario se propone un cierre o una sanción de este tipo, con tal silenciar, intimidar y callar, si dispone de recursos, lo querrá prolongar como sea para seguir sintiéndose cómodo. Y campando a sus anchas. El ejemplo: el Gobierno anunció la liberación de más de noventa toneladas de papel prensa, tinta, plancha y otros insumos, pero la condicionó al abono de una deuda que medios como La Prensa no generó, sino que era debida a la retención de esos materiales, bloqueados en la aduana general.
Pero, al cabo de quinientos días, la voz del pueblo, a duras penas, se sigue escuchando. Las dictaduras siguen sin enterarse de que nada es para siempre. Y que quien resiste, gana.

lunes, 10 de febrero de 2020

NUEVO TRIBUNAL DE ACCIÓN COMÚN


La Fundación 'Common Action Forum' impulsa la creación del denominado Tribunal de Acción Común (CAT), de ámbito internacional e integrado por magistrados, abogados y juristas de consagrado prestigio que, a semejanza del Tribunal 'Bertrand Russell', el Tribunal Permanente de los Pueblos u otros ejemplos similares de la historia, denunciará las violaciones a los derechos humanos que corren el riesgo de quedar impunes. También las que se cometen en la misma sede judicial.
¿A cuenta de qué surge este Tribunal? ¿Es necesario? ¿Contribuirá a la independencia del poder judicial? No son fáciles las respuestas, máxime cuando tan en boga está la denominada judicialización de la política, un fenómeno que, en nuestro país, por ejemplo, ha alcanzado niveles considerables. La instrumentalización del derecho y la corrupción de la norma jurídica son, entre otras, algunas raíces que sus promotores han logrado que germinen. En el escenario aparecen también los casos de procesos sin habeas corpus y los sumarios montados bajo amplificación de la presión mediática.
Por todo ello quieren una corte ética que denuncie las violaciones de los derechos humanos que corren el riesgo de resultar impunes e, incluso, las que se puedan cometer en la misma sede judicial.
Renata Ávila, la activista guatemalteca y abogada de Julian Assange, el periodista australiano y activista internauta que estuvo refugiado en la embajada de Ecuador en Londres tras alumbrar y editar wikileaks (una organización mediática internacional sin ánimo de lucro que publica en su sitio web informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia de interés público), hasta que se lo quitaron de encima, ha sido contundente a la hora de relatar los factores que concurren para justificar la puesta en marcha del CAT: “Víctimas que no han tenido un solo día en corte, abuso de la prisión preventiva, presunción de culpabilidad en vez de inocencia, violaciones al derecho de defensa o al derecho a la privacidad de las comunicaciones entre abogados y clientes... son algunas de las deficiencias que observamos en los sistemas judiciales de la actualidad”.
Una componente del 'Common Action Forum', Irene López Alonso, autora de El camino de los refugiados (Edelvives), contextualiza el problema al aludir al 'lawfare', un fenómeno en expansión a escala mundial (la guerra jurídica, concebida como el ataque a oponentes utilizando de forma indebida los procedimientos legales pero dando apariencia contraria), que puede poner en peligro a los mismísimos sistemas democráticos si se desvía y se alarga la continuación de la política por otros medios. El presidente español, Pedro Sánchez, acaba de declarar en el marco de diferendo catalán, que no basta con la ley. Vale: hablen, lo que quieran y puedan, pero la sociedad quiere, después de haber prolongado el debate, soluciones y concreciones, si es pactadas y con soportes jurídicos, mejor. Pero, en llegando a los tribunales, cuidado, porque el final, después de largos, larguísimos procesos, es de lo más incierto. Escribe López Alonso que el derecho, paradójicamente, se ha convertido “en un arma de guerra, un instrumento para perseguir, represaliar y derribar al adversario político”.
Estemos atentos, entonces, a este tribunal y sigamos de cerca su funcionamiento, sus decisiones y el alcance o la dimensión de éstas, sobre todo cuando de ciertos asuntos y países se trate. Veremos si se fortalece la credibilidad del poder judicial.

domingo, 9 de febrero de 2020

CUANDO EL AYUNTAMIENTO NO TENÍA DONDE REUNIRSE...


El año 1822 se iniciaba con mucha incertidumbre -por decir algo- en la vida municipal del Puerto de la Cruz. El 2 de enero el consistorio se reunía en el domicilio particular del presidente, “en una pequeña habitación cedida desinteresadamente por este para tal fin, como era vieja costumbre”, según relata en sus apuntes el que fuera cronista oficial del municipio, Nicolás Pestana Sánchez, quien añade: “Los papeles del archivo estaban colocados en un corredor abierto y, por lo tanto, sin seguridad alguna, a menos que se privase a la familia del señor alcalde el transitar por el pasillo de su misma vivienda”.
Estas circunstancias, unidas a anteriores acuerdos del Ayuntamiento sobre el particular, fueron elevadas, en escrito razonado, al señor Jefe Provincial Político con el fin de resolver, de una manera definitiva, el problema de la Casa Consistorial.
Semanas después, concretamente el 26 de enero, lo que debía ser equivalente al pleno del consistorio, acordó suspender las actividades. El cronista deja constancia de que el alcalde se refirió “a las constantes incomodidades que se producían en su casa particular” pues allí se celebraban las reuniones y toda clase de juntas del Ayuntamiento, “hasta el punto de que ya no le era posible continuar permitiendo estas reuniones en su propia vivienda”. La única opción era el extinguido convento de Santo Domingo, como así lo habían expuesto las corporaciones a la Diputación Provincial en tres ocasiones durante 1821: 2 de enero, 31 de julio y 31 de agosto. Como el problema persistía y el Ayuntamiento seguía sin sede, se plantea en la fecha señalada al principio, 2 de enero de 1822, ls suspensión de actividades institucionales.
Increíble pero cierto, tal era el nivel de carencias de la época. Dice el cronista: “Seáse cual fuese las razones que las motiven, interín que la Junta o Diputación Provincial resolviese sobre este particular, pues, en este caso, era de aplicación lo dispuesto en la Ley de 25 de octubre 1820 mandada a observar en 6 de julio de 1821, por Real Orden Circular comunicada a los señores jefes políticos en la misma fecha”, se acuerda suspender las reuniones en el Ayuntamiento. Y para que no se culpase a este de hacer caso omiso en el cumplimiento de sus sagrados deberes, “se sacó certificación de este acuerdo y se remitió al Jefe Superior Político”.
No obstante, apenas un mes después, el 20 de febrero, se celebra un nuevo pleno en el mismo escenario, la casa particular del alcalde, para tratar sobre un oficio recibido del Intendente -pues también la había sido comunicada la terminación de las actividades municipales-, en el que decía quedar enterado de los motivos que paralizaban importantes trabajos relativos a las contribuciones, uno de ellos, claro, no disponer de lugar donde reunirse.
La medida surtió efectos inmediatos. El Intendente respondió: “...Remito a V. la Orden del Comisionado Provincial del Crédito Público para que se franquee a esa corporación la parte del extinguido convento de Santo Domingo de ese Puerto que sea bastante para salas consistoriales; mas esta medida no es sino interina y sujeta a la resolución del Gobierno a quien únicamente toca disponer de dichos edificios según lo mandado en el particular”.
¿Qué ocurrió después? La resolución fue comunicada a Juan Pedro Nepomuceno, encargado del crédito público en el partido territorial -debía ser la división administrativa de entonces-, quien contestó que al día siguiente bajaría para hacer la entrega de la parte referida del citado edificio. El Ayuntamiento nombró una comisión compuesta por los miembros de la corporación, Domingo Esquivel y Domingo Aguilar, y el personero Rafael Pereyra, quienes, junto con el señor Nepomuceno, pasarían al convento de Santo Domingo a tomar posesión, en nombre del Ayuntamiento, de la piezas que se señalaren.
Hasta que se llega a los días 28 y 29 de agosto de aquel año. Durante el primero, se dio posesión a la institución de la parte del extinguido convento de Santo Domingo para albergar las casas consistoriales. Y un día después, el Ayuntamiento celebra allí su primera sesión.