miércoles, 19 de febrero de 2020

EL ÁRBOL TALADO RETOÑA


El árbol talado retoña, vaya que si retoña.
Importa menos entonces que el Ayuntamiento de Madrid -ese ejemplo clarividente de cómo se entienden las derechas cuando de repartirse el poder se trata-, el alcalde, quienes quiera que hayan sido, hayan decidido borrar del cementerio de la Almudena unos versos de Miguel Hernández, el poeta del pueblo. No bastó perseguirle en su día; ahora, tantos años después, había que masacrarle suprimiendo su escritura, la que simboliza las ansias de coexistencia pacífica y los afanes de libertad. Por si no se recuerda: fue condenado a muerte, pena conmutada por otra de treinta años de prisión. Por pedir libertad, por cantar a la libertad. Injustos los de entonces, igual de injustos los de ahora.
Pero el árbol talado retoña. Y esto lo saben en las derechas. Tendrán que sufrir amargamente los frutos de la perseverancia. Vaya que si retoña. Hay huellas que son indelebles. Lo saben y por tanto no cejarán con tal de que no alumbren los caminos y los procesos sociales. Sería bueno recomendarlas el último libro de Miguel Hernández, “Cancionero y romancero de ausencias”, “uno de los grandes monumentos a la dignidad humana”, como lo definiera el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.
A las derechas les molesta que el árbol retoñe. Ahora suprimen unos versos del memorial localizado en un cementerio madrileño. No quieren rastros y si hay que volver a talar, se tala.
Pero retoñará, vaya que sí.

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