sábado, 31 de enero de 2015

ASOCIAR, CON POLICROMÍA, EL PERIODISMO A LA LITERATURA

Fue una presentación nada convencional. Lleno en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias. Policromía, el libro de Román Delgado ilustrado por Gervasio Cabrera, desplegó todos sus atractivos con el diálogo entre el autor y la periodista Olga Álvarez; con las explicaciones del dibujante sobre el nacimiento de Cosme, el personaje a quien se identificaba en pantalla; y con las lecturas de algunos textos a cargo del narrador Héctor Ruiz Verde, intercaladas con las interpretaciones de Socos Dúo, César Martín a la marimba y Ciro Hernández, al chelo. Al principio, dijimos:
Al verde lo sustantiva explosión, como si ahí estuviera el origen de todo y el posterior desarrollo: desde la infancia humilde hasta la supervivencia urbana, pasando por la juventud rural, aún hoy recuperable de vez en cuando, entre aromas de bucolismo, brezo y humedad, allí donde el campo todavía conserva las esencias.
      Hay un amarillo transición, pintado desde el intimismo, desde la búsqueda de la personalidad propia, desbrozando y fiscalizando la jungla de la realidad próxima, la que se palpa con ganas de no verse desbordado por su crudeza y, por tanto, de proporcionar una alternativa sólida y fiable.
      Y hay un rojo que envuelve la desesperanza, la que se resiste a inclinarse pero que se va tornando asfixiante mientras el escritor destila su jugo crítico e inconformista porque, ante todo, es eso: un espartano, un estajanovista atrapado entre colores pero dispuesto a batirse con ellos porque en ellos está su inspiración, su salto después de los relatos que dieron razón de ser a Creaciones urgentes, su primer libro.

      Román Delgado recicla con originalidad las urgencias escritas, los apremios en esa suerte de ‘pick and roll’ (bloqueo y continuación) periodístico que contrasta la calidad de los textos: se aprecia de inmediato el esmero para saber combinar los matices que el autor desgrana con fluidez y atracción. Las ilustraciones del artista tinerfeño Gervasio Cabrera, por otro lado, aportan el sosiego necesario para recrearse en la lectura de imaginaciones, reflexiones, sensaciones y emociones allí donde se desarrollan, en un espacio urbano claramente identificado como es Santa Cruz de Tenerife, o donde habita la desesperanza, fruto de la pérdida de valores y del estado en el que se encuentra la política de nuestros días.
      Asegura Delgado que no sabe escribir sin urgencias. Quizás Policromía dé a entender lo contrario: que hay un autor capaz de hacerlo con sosiego, con enfoques menos apremiantes, a sabiendas de que la escritura precisa de eso, de tiempo y de serenidad, incluso en el repaso de los textos que hay que seleccionar para que el cuerpo de la obra tenga reclamos desde cualquier arista.
      Esta selección de cuentos y otros textos, editada por Cathaysa, casi trescientas páginas de análisis, de visión crítica y con licencia para la nostalgia, es el reto mismo del autor: asociar el periodismo a la literatura. La obra, en ese sentido, es un paso decisivo en su trayectoria, valiente, rigurosa, osada, en la que, sin reservas ni dobleces, muestra sus pliegues interiores por donde circulan las inquietudes de quien no se conforma, de quien quiere hacer más, incursionando, si es preciso, en territorios experimentales.
      La vocación literaria de Román Delgado es la consecuencia de las urgencias pero también la meta de las ideas que somete constantemente a un proceso personal con tal de emplear el lenguaje adecuado, aderezado de los colores que aquí desnudan estados de ánimo. Son los colores de la vida, aquellos que hicieron brotar los sentimientos y las etapas de la propia existencia, con una onda expansiva impregnada de verde y con una pátina amarilla que alumbra un auténtico viaje interior. Tiñó la desesperanza de rojo, acaso porque la vertiente más periodística se vio inoculada por el virus de la crisis y del escepticismo.
      Pero no olvida el autor el primario azul que considera esencial y está, en sus concepciones, junto al verde. Afirma que es un color para pensar en clave creativa. Por eso dice que “el azul está con la literatura, dándose besitos con el verde”.
      Es el particular arco polícromo de Delgado, el afán de dar coherencia a elementos, en principio, muy distintos. Exigencias, apetencias, sensibilidades, rutinas, sinsabores y hasta pequeñas satisfacciones se van sucediendo en la escritura que, cargada de subjetividad, entraña todos los alicientes que alimentan sin cesar la aspiración literaria.

      “El libro es una identificación extrema con la literatura como medio de salvación espiritual”, confiesa Román Delgado. Pero no es una actitud escapista la suya. Todo lo contrario: es la reafirmación de un compromiso con la vocación que cultiva a base de creaciones como esta Policromía prologada por Luis Aguilera y con epílogo de César Martín, tan sensibles también con la creatividad para hacerla brillante y seductora hasta sublimar la atención y las emociones de quienes se rinden a la lectura y contemplación de páginas e ilustraciones.

viernes, 30 de enero de 2015

FIN DE LA CUESTA

La cuesta, la empinada cuesta de enero, llega a su final. Quienes han sobrellevado el trance, o sea, quienes han llegado hasta aquí, tienen mucho mérito porque la fiebre consumista se disparó, en tanto la bonanza registró incrementos de porcentajes en el comercio minorista. Cuentan que la alegría se ha instalado de nuevo entre los consumidores y que la palabra crisis ya suena menos.


De hecho, es un tópico, pero tiene su significado la cuesta. Se sigue gastando con poco realismo. El ahorro vuelve a ser asignatura que puede esperar. Después de Navidad y Reyes, se supone que ‘desplumados’, llegar a la tercera semana de enero -y no digamos la cuarta- es todo un triunfo. Los cajeros automáticos de los bancos se contraen después de haber vomitado dinero durante unas cuantas fechas.

La cuesta es real. Lo que supone subirla, tras los gastos sin demasiados miramientos, tras regalos, comidas, excesos, celebraciones y demás, es ejercicio para ordenados, metódicos y austeros. Y cuando se ve en los almanaques esos treinta y esa hoja de febrero que quiere aparecer, hay un inevitable ‘menos mal’, hay una respiración que desahoga sin reservas. La cuesta de enero ya es historia.

Y como ya suena a Carnaval y la gente se distrae y lo de Grecia queda lejos, pues se rescata el ‘a vivir que son dos días’. Ya llegará el tiempo de volver a lamentarse… Total.



jueves, 29 de enero de 2015

DONACIONES

Una información periodística, aparecida en el diario La Opinión, destaca la disminución en las reservas de sangre en la Comunidad Autónoma de Canarias como consecuencia de la falta de donaciones.


De inmediato nos preguntamos si, de súbito, se había evaporado esa cualidad de los canarios, generosos a la hora de donar, con respuestas muy estimables en las campañas específicas que recorren ciudades y pueblos de las islas. La solidaridad se demuestra con hechos, esto es, plasmando y materializando aquellos propósitos que se formulan en declaraciones y programas. Precisamente, las respuestas de los canaries con sus donaciones han sido siempre una referencia, han sido expuestas como una prueba de la solidaridad de los canarios.

Parece ser que las causas de la reducción obedecen a los relajamientos que se observan en períodos vacacionales. Hay etapas de respuestas masivas pero también otras en las que ya no son tan numerosas.

Los niveles de sangre registrados por el Instituto Canario de Hemodonación y por toda la denominada Red Transfusional son suficientes para atender las necesidades del sistema sanitario canario. Este dato lo ilustra: desde el 1 de enero hasta ayer, se han obtenido mil trescientas donaciones más que en el mismo período del año anterior.

Tranquiliza saber, por otro lado, que la distribución de hemoderivados a los hospitales y centros sanitarios, de acuerdo con los protocolos de coordinacíon establecidos, está garantizada dependiendo de sus necesidades.

De todos modos, confiando en que tras los ciclos festivos las cosas se normalicen, habrá que insistir en la sensibilidad. Que no se pierda esa buena costumbre de donar sangre. El agradecimiento de quienes la necesitan será eterno.





miércoles, 28 de enero de 2015

ELISEO IZQUIERDO, TODO POR EL PERIODISMO

La noria de la vida -y del periodismo- da tantos giros, algunos tan impensables, que se hace difícil aceptar que uno de ellos nos envuelve y nos sitúa en uno de esos trances que, además de servir para contrastar el paso del tiempo, nos coloca en una posición reflexiva que ojalá nos acerque a interpretar la dimensión humana y profesional de aquellas personas y de aquellos hechos que contribuyeron a apreciar mejor sus cualidades, a querer más el oficio y a cultivar, sin reserva, todo cuanto pueda enriquecerlo.


¡Quién iba a pensar -he aquí el giro- que en una noche invernal estaríamos glosando la personalidad de Eliseo Izquierdo Pérez! Hace cuarenta años, el aprendiz de periodista que tenía la dicha de vivir las emociones y los afanes de una redacción -tan plagada de romanticismo, como él mismo se ha encargado de subrayar- que se abría en aquellos días, le veía entrar con aquel aire de veterano que transmitía la intangible mezcla de experiencia y sabiduría que sugería la consulta inmediata.

Era la redacción de La Tarde, recién trasladada a Suárez Guerra, muy cerca de aquí, desde el callejón del Combate. Allí, donde conocimos por dentro el proceso de producción de un periódico, donde palpamos el nervio de la información y donde descubrimos los valores, el humor y las cuitas, de quienes atesoraban los activos periodísticos y ejercían de facto y de quienes querían abrirse paso en una esfera vocacional o hacer de aquella actividad exigente un medio de vida, allí saludábamos cada mañana a Eliseo Izquierdo Pérez, de vez en cuando embutido en el abrigo protector del frío lagunero y portador de un maletín donde guardaba cuidadosamente recortes y documentos.

Eliseo, además de hacer prácticamente a diario sus secciones, después de haber mantenido ‘Vida universitaria’ o ‘La Laguna, encrucijada’, corregía los originales de los aprendices, escritos a máquina, con tachaduras o borrones que hacían difícil la comprensión del linotipista. Porque hablamos del tiempo de las linotipias y del plomo, cuando le consultábamos algún dato o una acepción lexicográfica. Pese a que no le gustara el fútbol ni el deporte, ahí siempre estuvo atento para alguna precisión, para buscar un término adecuado y para que el trabajo, incluso el de la más simple colaboración, saliera como debía. Los aprendices quedábamos tranquilos, desde luego, si contábamos con las bendiciones de Izquierdo.

No le perdimos la pista cuando algunos emigramos a Diario de Avisos y La Tarde cerró sus puertas, perdida la batalla tecnológica. Eliseo seguía pegado a su otra gran pasión, el arte, allí en la Real Academia Canaria de Bellas Artes, que presidió durante dos cuatrienios, investigando, haciendo acopio de testimonios documentales y clasificando cuantas pruebas resultaran valiosas para cualquiera de los trabajos que en esa faceta habría de emprender.

Trabajos que desplegó como Numerario del Instituto de Estudios Canarios y como Numerario de Mérito de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, algunos de los cuales publicó en la prensa insular, independientemente de las intervenciones y ponencias en los congresos de las Reales Academias de Bellas Artes de España y de los textos en catálogos específicos y presentaciones de exposiciones artísticas. Eliseo Izquierdo se convirtió en el crítico por antonomasia, a quien aún quedaba tiempo para quemar las pestañas en busca de datos biográficos que diesen contenido a su extraordinaria obra Periodistas canarios, siglos XVIII a XX, con cinco mil entradas o voces canarias registradas, editada en tres tomos por el Gobierno de Canarias.

Como si de un exquisito aperitivo se tratare, leyó, por cierto, todo lo que había que leer para hacer la selección de los más sustanciosos “Picos de águilas”, escritos por el inolvidable Alfonso García-Ramos, editada por el Cabildo Insular de Tenerife en un singular tributo al periodista, escritor y político tinerfeño.

Ahora tiene otro empeño, el de la seudonimia en el periodismo canario, su empleo, su descubrimiento, su originalidad, esos dobleces a menudo descubiertos porque hay estilos y escrituras inconfundibles, aunque lleven otra firma.

Ha confesado Izquierdo recientemente, en el periódico El Día, donde también labró su obra, que ve el periodismo de nuestros días con más sombras que luces, lo cual no obsta para seguir creyendo, fundamentalmente, en su necesidad. De ahí la conclusión de Raúl Gorroño, autor de la entrevista, para titular: “En la medida que el periodismo es de calidad, la sociedad también lo es”.

Era como hacer suya aquella revelación del periodista y editor Joseph Pulitzer: “Estoy muy interesado en el progreso y avance del periodismo. Después de haber dejado parte de mi vida en ella, la recuerdo como una noble profesión de inigualable importancia por su influencia”.

Mucho trabajo, en definitiva, muchos méritos para que Eliseo Izquierdo Pérez reciba en esta fecha el premio ‘Patricio Estévanez’ como tributo a su ejemplar trayectoria profesional.

Recíbelo, compañero y amigo, como el testimonio de quienes hemos podido contrastar en el ejercicio periodístico que siempre hiciste con esmero, dedicación, rigor y respeto, es decir, las cualidades que seguro hoy recomendarías a quienes siguen en activo o se inician, persuadido de que con ellas habrá periodismo y sociedad de calidad.



martes, 27 de enero de 2015

RAZONES PARA EL OPTIMISMO

Miquel Pellicer y Marta Franco nos invitan. Optimismo para periodistas (Editorial UOC), es el título de su libro, en el que contemplan la botella medio llena, como si quisieran estimular los valores de la profesión periodística, ahora agrupados en torno a un nuevo concepto, periodismo emprendedor, esto es, la experimentación y la multiplicidad de opciones para desarrollar iniciativas que cuajen en buenos y nuevos productos que, a su vez, terminen convirtiéndose en vía de realización personal y profesional, en medio de vida, vaya.
         De sus respuestas en una entrevista aparecida en trecebits.com, llama la atención que partan de esta premisa: “El poder ahora no está en la información sino en cómo la compartimos”. Consideran que es una clave para que el periodismo siga siendo el oficio más bonito del mundo. Aquella vieja y tradicional idea, quien tiene la información, tiene el poder, varía sustancialmente: hay que saber administrarla, hay que acertar a la hora de distribuirla y compartirla porque eso significará enriquecerla, además de proporcionar solidez y fiabilidad.
         “Contamos con una audiencia omnipresente interconectada que quiere participar”, afirman Pellicer y Franco que ‘sueñan’ (literalmente) con seguir  explicando “historias cotidianas con ética y compromiso social teniendo a la gente más cerca que nunca”. Y ahí despliegan todo el abanico de la interacción porque es verdad que nunca antes hubo tanta información como ahora, nunca tantos canales abiertos, nunca tanto consumo fácilmente accesible. Y lo que es más: los periodistas, como no lo habían hecho en otro tiempo,  disponen de instrumentos de todo tipo para aprender, para contrastar, para inspirar y formar a los destinatarios de sus productos. Contactar con teórica facilidad con sus fuentes y compartir su contenido completan un ejercicio apasionante: informar y comunicar; hacerlo, además, sabiendo que hay que estar a la altura de las exigencias de nuestro tiempo.
         Por ahí destilan su optimismo, entre otros factores, los autores de este libro que piden olvidarse del muro de las lamentaciones erigido en las redacciones el cual impide “reinventarnos”. Y es que, admiten, Internet ha venido para revolucionar no solo la propia realización de la profesión sino los formatos y los contenidos, en definitiva, la misma relación con las audiencias.

         Hay razones. Cuestión de asimilarlas y de dar un salto. La nueva era lo requiere.

domingo, 25 de enero de 2015

AENA, OTRA MÁS

Podrá parecer simplista el razonamiento pero si el Estatuto de Autonomía de Canarias determina que la Comunidad tendrá a su cargo la competencia ejecutiva sobre los puertos y aeropuertos de interés general para los que el Estado no se reserve su gestión directa, resulta evidente que el Estado, en el proceso de privatización parcial de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), está vendiendo algo que no es suyo como son los aeropuertos canarios incluidos en la operación.
            Se empeñan en tensar las cuerdas, en hacer cada vez más tirantes las relaciones. Y últimamente, entre la desconsideración del Régimen Económico y Fiscal (REF), queriendo hacerlo depender de los vaivenes del sistema de financiación autonómica -que ya ha evidenciado, por cierto, sus perjuicios para las islas- y el menosprecio a un precepto estatutario esencial para el transporte y la movilidad, los desencuentros se hacen más que evidentes. Difícilmente se encontrarán una etapa y unos hechos que hayan generado más descontentos y hayan propiciado una relación institucional tan frágil y quebradiza. Apenas diálogo, apenas avances: a más quejas, mayor menosprecio. Solo la proximidad de la convocatoria electoral y la preconfiguración de los escenarios posteriores, así como un derroche de prudencia (¿prudencia o resignación?) política, han frenado las consecuencias.
            Volviendo a la privatización de AENA, conviene recordar los antecedentes tanto de la voluntad de negociaciones bilaterales, hecha pública mientras se barruntaba un recurso de inconstitucionalidad que presentaría el Gobierno de Canarias, como de la acción entablada ante el Tribunal Supremo por la propia Comunidad Autónoma para esclarecer el silencio administrativo subsiguiente a la decisión del consejo de ministros de autorizar a la entidad pública empresarial, ENAIRE, dependiente del ministerio de Fomento, la privatización parcial de AENA. La conclusión es que el ejecutivo autonómico solicitará ante el Supremo la suspensión cautelar de este proceso privatizador.
            Pero, al lado de la batalla jurídica, de las objeciones hechas por los trabajadores y del negocio puesto en marcha con inserciones publicitarias que son todo un reclamo (salida a bolsa del 21% del capital del considerado operador aeroportuario más importante del mundo), no hay que perder de vista lo que significan los aeropuertos en Canarias. Claro que son estratégicos, imprescindibles para el negocio turístico, algo más que una infraestructura de transporte, básicos tanto para la conectividad con la península y con el resto del mundo como para la cohesión económica, social y cultural de un territorio insular alejado.
            Y tan simple como el razonamiento del principio: si el Estado vende una empresa pública que, según sus propios responsables, produciría este año cientos de millones de euros de beneficios, a cuenta de qué ese interés en la operación sin tener en cuenta razones y peculiaridades como las canarias. Cabe preguntarse, no sin ingenuidad, si el Estado sanea una empresa pública  para venderla a intereses privados.




sábado, 24 de enero de 2015

SIN OFICINAS, SIN REMEDIO

Los consumidores y usuarios se encontraron de la noche a la mañana con las oficinas de DEPCSA cerradas. De inmediato, saltó el timbre de quejas y críticas en las redes sociales. El municipio, acaso ya acostumbrado, perdía otra dotación, otro servicio. No se conoce versión del gobierno local, siquiera en términos de justificación elemental, pues debe andar ocupado en otros menesteres. Ni de la firma concesionaria, que andará a lo suyo, en su cuenta de explotación.  Ha tenido que ser el Grupo Municipal Socialista, en la oposición, el que ha tomado la iniciativa para instar a la corporación a adoptar un acuerdo que signifique la reapertura de las citadas oficinas.
Vayamos por partes. DEPCSA es la empresa, dependiente de Endesa-Unelco, creada en su día para la gestión de sus intereses. Fue durante el mandato 1995-99, cuando se materializó la operación de una concesión administrativa del servicio de suministro de energía eléctrica. La empresa, según el pliego de condiciones que rigió aquel concurso, se comprometía a efectuar una serie de inversiones en determinado período de tiempo que mejorarían sustancialmente los recursos técnicos y materiales con los que garantizar y cualificar las consiguientes prestaciones. Entre esas inversiones, hasta donde alcanza la memoria, debía figurar la entrada en funcionamiento de unas dependencias que habrían de servir para atender las demandas de los usuarios, en forma de actualizaciones de pago, nuevas conexiones, reposición del servicio y otros servicios suplementarios. En efecto, las oficinas abrieron sus puertas y así permanecieron durante unos años en distintos emplazamientos de la localidad, hasta que ahora han cerrado, con el natural quebranto para los ciudadanos que precisen de los servicios. Ahora habrán de desplazarse a otra localidad para concretarlos y para resolver las diligencias necesarias.
Se dirá que estas oficinas ya no hacen falta. O que esos trámites se arreglan en internet. Como si todo el mundo tuviera ordenador o supiera manejarlo. Se dirá que la crisis también afecta -¡a las todopoderosas eléctricas!-, que hay que reducir gastos y que el volumen de demandas tampoco genera margen suficiente como para mantener abiertas unas oficinas. Se dirán esas y otras excusas, ¡sobre un servicio público! Y como si no importara nada el que parece ser un flagrante incumplimiento de un aspecto de la gestión de un patrimonio social que ha sido concesionado.
La representación institucional del PSOE portuense ha tomado la iniciativa, ha estado atenta en un asunto de clara repercusión social. Y ha puesto en el dedo en la llaga: prima la defensa de los intereses de la empresa privada.   Lo que son las cosas: en su día, cuando se consumó la controvertida concesión, preguntábamos a quién reclamarían los portuenses en caso de disfunciones, averías o interrupciones. Las respuestas, poco menos, negaban o apuntaban que eso era imposible y que cuestionarlo rozaba el disparate. Ya ven el episodio: han cerrado las oficinas comerciales
Seguro que confiaban en la infinita paciencia, en el conformismo ilimitado de los portuenses. Si quieren otra prueba, ahí está durmiendo el sueño de los justos una propuesta aprobada por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento para difundir los supuestos beneficios del denominado Bono Social.

Sin remedio.

viernes, 23 de enero de 2015

CIFRAS APARENTEMENTE GRATIFICANTES

Que el paro baje en Canarias en veinte mil cien personas durante el último trimestre de 2014, un -5,55%, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), es una buena noticia pero no para lanzar las campanas al vuelo. Esa cifra mejora ampliamente la media nacional, en la que se registra un ligero crecimiento del desempleo del +0,55%. Por detrás La Rioja y Comunidad Valenciana, Canarias es la tercera comunidad con mayor descenso del paro. El dato interanual también es positivo para las islas ya que se reduce el paro en -23.100 personas, un -6,34%.

Pero, a fuerza de ser pesados, menos triunfalismo y más realismo. Alegría por comprobar que se está creando empleo y por contrastar que esa pueda ser una tendencia sostenible. Pero sigue habiendo en Canarias trescientos cuarenta y dos mil doscientos parados, una cantidad muy elevada. Del informe de la EPA se desprende que aumenta la ocupación y baja el paro a pesar de que en el cuarto trimestre la población activa ha crecido en las islas en +14.700 personas, un +1,35%.

Y sobresale, a la hora de analizar los registros, el hecho de que buena parte del empleo que se ha generado está entre la población mayor de 45 años, un total de veintisiete mil quinientos de los casi treinta y cinco mil. Es positivo, vaya que sí: se trata de personas que lo tienen especialmente difícil para encontrar trabajo. Y además, es el colectivo de desempleados más numeroso.

Más realismo, hemos dicho. Y en efecto, hay que pensar en el empleo de calidad, en mejorar las opciones de los desempleados en las islas, en la innovación como elemento primordial de la economía productiva, en consecuentes posibles yacimientos de empleo y en el apoyo al emprendimiento. Esas son otras claves que ayudan a forjar perspectivas de futuro, más allá de las gratificantes cifras de ahora. Entre las que aún quedan trescientos cuarenta mil parados.





jueves, 22 de enero de 2015

TRIBUTO A LA DEMOCRACIA MUNICIPAL

Manuel Hermoso Rojas, quien fuera alcalde de Santa Cruz de Tenerife y presidente del Gobierno de Canarias, hizo la gran revelación de la noche: durante dos mandatos municipales, gozó de amplias mayorías “y pudimos hacer muchas cosas”; pero nada fue como en el mandato 1979-83, “cuando tuvimos que pactarlo todo y de cada pleno salíamos más respetables y mejor compenetrados”.


Lo dijo en el curso de la presentación del libro “Treinta y cinco años de democracia municipal”, de Pedro Lasso Purriños, editado por el Cabildo Insular de Tenerife, un acto modesto, con mucho sabor a nostalgia y válido para entender que la de entonces fue otra manera de entender la política, pese a que de democracia sabían realmente unos pocos y casi todo estaba por construir.

Lasso ha aglutinado y desmenuzado los datos derivados de aquella memorable cita con las urnas del 3 de abril de 1979. Siglas, cifras, resultados, porcentajes, logos, nombres y apellidos de alcaldes y concejales. Con las fotos de entonces. Es otra de sus aportaciones a la política canaria, muy poco dada, es verdad, a disponer de fuentes de consulta como la que constituye este libro que deja constancia de lo que ocurrió entonces, incluso de hechos llamativos como que los partidos de derecha, contrariamente a lo que se decía entonces, dispusieron de más mujeres candidatas y de más concejalas electas.

Las confesiones de Hermoso sonaron como un tributo al espíritu de consenso o de construcción pactada tan característico de aquellos años. En su primera alcaldía, sin experiencia política, hubo de granjearse los apoyos corporativos de los otros grupos políticos. No hubo mayoría para la UCD que representaba pero él y su formación política se entendieron con quienes hasta tenían otro modelo de ciudad. Hasta difuso quedó el papel de la oposición. Terminaban los plenos y un clima de distensión y cordialidad presidía los cortados posteriores y alguna visita concreta a barrios o sedes de asociaciones. Mucho respeto, mucha tolerancia y notable compenetración, independientemente de perfiles ideológicos que se iban trazando cada vez con más nitidez, a medida que avanzaba el mandato y en la política nacional se fraguaban acontecimientos históricos.

Aquel incipiente municipalismo fue una especie de escuela que, con los años, catapultaría a no pocos cargos públicos a un ejercicio pleno de la política. Pero las cosas no discurrieron igual con el paso de los años: llegaron las mayorías absolutas, las hegemonías, los todopoderosos, los seguidismos, las exclusiones, las imposiciones y las intolerancias.

De modo que ahora se recuerda aquella etapa, cargada de imperfecciones, desde luego, con gratitud y buen sabor. Allí, además de Hermoso, estaban Lorenzo Dorta, alcalde de Garachico y consejero cabildicio de entonces, y Ángel Delgado, edil socialista de Santa Cruz, para corroborarlo. Los asistentes siguieron con atención las explicaciones del autor y de los sujetos activos de entonces, a los que Carlos Alonso, presidente del Cabildo tinerfeño, dio paso con entusiasmo ávido de conocer sus impresiones y los secretos de algunas decisiones de entonces, cuando él era un escolar al que la política igual le quedaba un poco lejos.



miércoles, 21 de enero de 2015

RELACIÓN PERSONALIZADA

Una investigación de Bárbara Yuste, en cuartopoder.es, sobre las tendencias de la comunicación en el año que seguimos estrenando, dedica atención a una nueva forma de relaciones con medios y periodistas. Parte la autora de una premisa que rompe esquemas: ya no basta, todo lo contrario, la vieja fórmula de remitirse a un comunicado o a una convocatoria de prensa cada vez que una organización, una institución o una empresa desea difundir una información. Es necesario adoptar alternativas más eficaces y persuasivas. Y en ese campo, la personalización es clave. Dicho de otra manera, la difusión masiva de contenidos deviene insuficiente, lo cual significa que es preciso generar mensajes diferentes para cada medio.

Habrá que esmerarse, pues, con tal de que un gabinete desarrolle vías personalizadas para que su trabajo sea eficiente. Convencerá si esa manera de conectar, explicativa del alcance de la convocatoria, se plasma con una información precisa. Es como si se quisiera humanizar la relación, no ceñirla a los estrictos cánones de la tecnología. Llamar y hablar propiciará superar la frialdad. Se dirá que ya existían esos métodos pero independientemente de su certeza y de su aplicación, este ‘refuerzo’ personal vendría a probar la necesidad de utilizar métodos que faciliten los contactos, las relaciones y hasta los propios contenidos.

Es difícil trazar unos esquemas de los que no salirse. Por ejemplo, el caso anterior: ¿se limita solo a convocatorias o se puede dar más detalles, especialmente a posteriori? El riesgo de la tesis de Bárbara Yuste es que, al intensificarse la relación, crece también la confianza y eso igual termina malinterpretándose, especialmente en lugares o ámbitos reducidos, donde todo el mundo se conoce y donde todo el mundo querrá presumir de conocer las flaquezas y saber exprimirlas.

En cualquier caso, al otro lado tiene que haber una interlocución válida y reconocida que, sustanciada en habilidades personales, cualificaría la prestación profesional.

martes, 20 de enero de 2015

CANDIDATA

La candidata socialista a la presidencia del Gobierno de Canarias, Patricia Hernández, ha tenido la vía casi expedita para darse a conocer, para lanzarse a incursionar vericuetos de la política canaria, para ir recabando apoyos  sociales y para poner en valor las cualidades que caracterizan su propia candidatura. Ella dirá si el terreno avanzado ha sido productivo (se supone que sí, claro que insuficiente) pero debe ser consciente de que aún media un largo trecho hasta que llegue la hora exigente de los debates o de dar a conocer en serio y con argumentación persuasiva su modelo autonómico, sus propuestas, sus alternativas económicas, fiscales y sociales.
         Hasta entonces, y a la espera de que los adversarios despejen sus incógnitas, habrá de seguir esmerándose en la ampliación de conocimientos de la realidad insular y en la de contactos con actores sociales que la permitan presentarse como una candidata sólida y fiable que ha demostrado tener predicamento entre la población juvenil. Tiene ahora que captar la atención de quienes aún creyendo que los nuevos tiempos en política parecen hechos para jóvenes, preparados y no quemados, abogan, a la hora de la verdad, por opciones personales que digan algo, que proyecten algo, que representen con dignidad el mandato que han recibido de una organización y que correspondan a la confianza que en personas de otra generación han depositado.
         Para los socialistas canarios, la solución Patricia no tiene marcha atrás. Luego, harían bien en amasar unas candidaturas creíbles. El procedimiento para su confección recién se ha iniciado. Algunas circunstancias extrapolíticas, independientemente de las apetencias, luchas y factores territoriales ya conocidos, lo hacen especialmente incierto, cuando no complicado. Por primera vez en la historia de los socialistas canarios, hasta el virus del insularismo parece haber inoculado en un cuerpo político que pudo presumir, con toda justicia, de tener candidatos de las siete islas. Ahora tienen que resolver en clave interna pero, lo más importante, también pensando en captar la confianza de los electores, necesitados de estímulos, de mensajes innovadores, de personas y profesionales solventes y de ofertas pragmáticas en orden a resolver sus necesidades vitales y sociales. Mal harían en enredarse en los pliegues controvertidos del procedimiento interno que solo interesan a unos cuantos. La verdad, lo que interesa, está fuera y es ahí donde hay que concentrar la acción, demostrando, si es posible, la madurez de la organización capaz de resolver mediante primarias su principal candidatura y llamada ahora a continuar esa senda.
         La candidata socialista no ha escuchado a nadie que este camino y el resultado final van a ser fáciles. Ni debe fiarse de que los rivales aún tienen que aprobar sus exámenes. Luego debe asumir lo que está en juego. Para eso, tiene que esmerarse.


lunes, 19 de enero de 2015

ESA MANÍA

Da igual que las incógnitas se amontonen con vistas a las próximas elecciones autonómicas y locales, que hay manías convertidas en elementos fijos de conjetura política, cuando menos de hipótesis para fundamentar algún vaticinio, fabricar determinados climas de opinión y fortalecer deseos personales. Así ocurre en Canarias, donde desde hace meses que hay empeños en producir un cambio de alianza política para alumbrar un nuevo ejecutivo. Es indiferente: no se conocen los candidatos ni se debate sobre las ofertas programáticas ni se valoran otros factores como pudiera ser la irrupción de otras formaciones políticas en el Parlamento. El todo es ir hablando de la próxima legislatura en esas coordenadas de posibilismo, con abono mediático sin que importe mucho el respeto a las decisiones de los órganos de dirección que habrán de adoptar quienes, llegado el momento, se vean en ese trance.
            Una manía, de verdad, esa de conjeturar sin ni siquiera conocer los resultados. Se dirá que es el poder por el poder, o que esos son los juegos en los que, si algo se quiere, hay que participar empleando las que no son reglas escritas pero que sirven para entrecruzar mensajes, confundir a los destinatarios o reconducir una negociación. Hablarán entonces de coincidencias de programas, de coherencias ideológicas, de compatibilidades, de alguna espina clavada y hasta de renuncias. Un largo trecho queda aún que recorrer hasta entonces: ya llegará otra lucha final.
            Ahora, mientras todos toman impulso para acelerar los respectivos procesos, lo que procede es preguntarse por qué ese afán o ese interés particularizado de producir una alternancia, cuando un somero balance de actuación permitiría hablar de un período de estabilidad en la política canaria como muy pocas veces se ha disfrutado en la historia política autonómica. Las partes han funcionado razonablemente bien: se han comportado con lealtad, han sido consecuentes con el documento suscrito en junio de 2011, han respetado los campos que decidieron repartirse, han mantenido una posición firme y sólida frente a medidas del Gobierno del Estado muy discutibles, han ido superando los sobresaltos y algunas contradicciones  sin escandaletes mediáticos añadidos, el cruce de cargos tampoco ha representado serios problemas ni se han destapado implicaciones de corrupción… Hasta el vacío que significó la no continuidad, por distintas razones y casi al unísono, de quienes ocupaban la cúpula gubernamental, fue un trance asumido con una inusual normalidad política.

            Por supuesto, los logros y los avances en la materialización de los contenidos del Pacto de gobernabilidad por Canarias topan con flancos críticos y hasta algunos desencuentros, pero por primera vez en mucho tiempo da la impresión que en la política canaria se ha trabajado conscientes de que los tiempos no están para aventurerismos ni probaturas de conveniencia. En ese sentido, el ejecutivo ha sido consciente de lo que estaba en juego, de lo insatisfecha que sigue estando la ciudadanía canaria y de la repulsión que inspira la actividad política. Por eso, que haya hecho gala de madurez, sin estridencias, es positivo. Podrán no renovar el pacto pero difícilmente arrebatarán esas cualidades.

sábado, 17 de enero de 2015

MERCADILLOS FRUSTRADOS

La instalación de un mercadillo, o de unos mercadillos, en plural, pues igual la cosas está diversificada pensando en rentabilidades, ha sido una de las controversias no resueltas en la ciudad en esa pequeña constelación de asuntos domésticos que trasciende por su evidente carácter visible.
         Fue Diario de Avisos el que publicó una información que ya adveraba algunas irregularidades. Cuando menos, irregularidades. Emplazamientos, organización interna, características de las licencias de autorización -si es que existían-, precios públicos que debían ser abonados, superficie de ocupación, contenidos de venta, actividades suplementarias… en fin, todo un procedimiento que, en teoría, requiere un expediente bien montado en el que debe primar la transparencia. De aquella información se desprendían claroscuros que todavía inspiran incertidumbres. Por ejemplo, se cuestionaba el informe que, al respecto, había elaborado la policía local.  Otra cuestión: ¿llegó el Ayuntamiento a formalizar algún ingreso y en concepto de qué? El asunto tiene su importancia ya que llega a tener una cierta repercusión en la actividad social y económica de la ciudad y de hecho mereció alguna pregunta en el pleno de la corporación local; pero no pasó de ahí, de ese limbo que forma parte del quehacer municipal pero que no cobra mayor trascendencia.
         Dos informaciones más, publicadas posteriormente, revelan que la polémica sigue latente. Las conclusiones son: que hay unas expectativas, incluso con el género de venta aprovechando las fechas navideñas ya pasadas, que no se han visto satisfechas. Que la concejalía directamente responsable, por las razones que fuese, no ha sabido o no ha podido canalizar adecuadamente la solución al conflicto. Que deben existir diferencias de criterios entre dicha concejalía y la competente en otras materias, ejercida directamente por la alcaldía.  Que los informes policiales deben contener filigranas para sortear vericuetos y vacíos de ordenanzas. Que pasa el tiempo, en fin, y los mercadillos empiezan a aletargarse, sin que parezca existir mucha voluntad política de reactivarlos y de fiscalizar su montaje, tarea que corresponde, por supuesto, a los grupos de oposición.

         A ver si el episodio, entre dudas, indecisiones y oscurantismos, depara algo más.

viernes, 16 de enero de 2015

INVERSIÓN HOTELERA

“La consolidación de la confianza de los inversores y la mejora de los principales indicadores turísticos han devuelto al mercado de la inversión hotelera a niveles del año 2007”, ha dicho Miguel Vázquez, responsable del área de hoteles de la consultora Irea que acaba de hacer público, en efecto, un informe sobre la evolución de la inversión hotelera en nuestro país que, en 2014, registró un incremento del 37% con respecto a 2012 hasta alcanzar los mil ochenta y un millones de euros. Estamos ante el tercer mejor registro de los últimos veinte años.


Los datos engrosan la bonanza del sector turístico, sin que deban suponer que se desate la euforia. Porque las buenas perspectivas de la evolución de la demanda, sumadas a una oferta que se contrae por la escasez de nuevos desarrollos durante el período de crisis, reflejarán teóricamente un impacto positivo en los principales indicadores del parque alojativo como son la ocupación y el precio medio del año recién estrenado. Entre las conclusiones del informe Irea, tales factores afectarán positivamente al mercado de inversión hotelera.

Canarias, junto a Islas Baleares y Costa del Sol, sigue concentrando la actividad transaccional. Todo da a entender, en cualquier caso, que la inversión hotelera, apta para medir la capacidad de respuesta ante las tendencias y las demandas del mercado turístico, retoma una senda interesante de activar parques o complejos vacacionales. Se ha dicho por activa y por pasiva: los clientes están en una fase cada vez más exigente cuando deciden el gasto vacacional; por lo tanto, buscarán prestaciones cualititativas en establecimientos que no solo han de superar el desfase o la obsolescencia sino que los quieren a la altura de los más destacados.

miércoles, 14 de enero de 2015

MOTOS PARA LA POLICÍA

Admitido su momento de hilaridad, porque lo tiene, y asumida la expresión qué desastre con la que se manifiesta un cierto estado de ánimo o una impresión negativa muy extendida con respecto a las cosas de la vida municipal, la noticia de la caída del motor de una motocicleta de la policía local portuense en plena plaza del Charco, sugiere de inmediato la reflexión del mal estado de los recursos materiales del cuerpo para el desempeño de su cometido. Hablamos de policías, de motos, de vehículos indispensables para llevar a cabo su tarea, para desplazarse con prontitud al lugar donde han sido requeridos. Si, además de escasear, las unidades, por exceso de uso, por vejez, por falta de mantenimiento, por lo que sea, no inspiran una mínima seguridad en su funcionamiento, la estampa que se transmite es muy negativa, se diría que hasta el ridículo.
         Lo ocurrido pone al desnudo que la lucha de la policía local del Puerto de la Cruz por disponer de unos equipamientos y recursos materiales mínimamente dignos, sigue siendo una constante. Sus responsables, sus mandos y sus representaciones sindicales vienen insistiendo desde hace años en que para realizar las tareas que se le encomienden, para el nivel de prestaciones que han de llevar a cabo y para los servicios que les son reclamados en una ciudad con tan peculiares características como es el Puerto, no les basta con las dotaciones disponibles. Ni ahora ni antes.
         Ocurre que ahora a una motocicleta se le cae el motor en plena vía pública y el impacto es mucho mayor. Habrá quien piense en la rechifla y la policía municipal no es merecedora de ella, por lo que, tras lo sucedido, procede afrontar medidas que fortalezcan su flota automovilística.
         Claro que para ello no hay que dar muchas vueltas: es una cuestión de priorización de recursos presupuestarios, es decir, que haya dinero y se invierta. Lo que sea con tal de borrar esta penosa imagen y las chanzas que ya circulan por la ciudad. Por no hablar de las que ya habrán asimilado también en otros cuerpos policiales.
         Venga, que no se repita.


martes, 13 de enero de 2015

PERFECCCIONAR LOS SITIOS WEB MUNICIPALES

El anticipo publicado vaticina interesantes contenidos y hasta alternativas de trabajo. Si nos apuran, hasta enseñanzas para tener en cuenta después de las elecciones del próximo mes de mayo. Independientemente de los resultados, donde más se notan los cambios en la política de nuestro tiempo es en el empleo de las redes de ciudadanía y en un concepto de lo público, desarrollado y exigido desde el propio funcionamiento de la Administración, lo que otorga a estas investigaciones un alto valor científico que, de llevarse a la práctica, favorecerá un mejor funcionamiento del sistema y resultará todo un antídoto para vicios, oscurantismos y corruptelas.


Se trata de un estudio denominado Mapa InfoParticip@, promovido por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y desarrollado en las islas por investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL), coordinados por el profesor Samuel Toledano y que será presentado mañana martes en el Cabildo Insular de Tenerife. La investigación consiste en un análisis de la transparencia en los portales digitales de los ochenta y ocho Canarias ayuntamientos de la Comunidad Autónoma de Canarias.

Una excesiva politización de los sitios web promovidos por los responsables municipales parece ser uno de los puntos débiles de sus contenidos. A la espera de conocer estos con más detalle, tampoco debería sorprender demasiado. Otra cosa es que ese elevado grado de política tenga un sesgo descarado o reste espacio a otros aspectos informativos que serían de indudable interés. Es un viejo debate que se abrió en algunas redacciones a principios de los ochenta, cuando los dispositivos de comunicación de las instituciones, aún sin contar con los ingentes recursos de hoy en día, casi apabullaron con la información política y fueron relegando a segundos planos las secciones de otra naturaleza.

Hay otra opción: que tamaña abundancia se haga en detrimento, en el mismo sitio web, de elementos que son clave para contrastar la transparencia con que un gobierno local se distingue. Si así fuera, hay alternativas de corrección. Un dato da a entender que el nudo del problema estriba ahí: los ayuntamientos canarios presentan una media de menos de un 30% de cumplimiento de los indicadores establecidos para medir la información que facilitan a los habitantes. Claro que, una vez detectado el problema, cuando se convierte el sitio web en “una herramienta de propaganda para el propio grupo de gobierno”, según consigna el estudio de la UAB, asistiremos a una clara desnaturalización de lo que es una prestación más, y no menos importante, al servicio de los ciudadanos.

Por fortuna, también hay soluciones, alguna puesta ya en práctica en consistorios donde han alcanzado un acuerdo político para distribuir el espacio, de manera proporcional, sin perjuicio de la información básica de rango institucional cuya inserción se da por hecha.

Otro factor que en este trabajo de investigación se considera relevante es la muy escasa disponibilidad de cauces claros y prácticos que impulsen la participación ciudadana en asuntos que interesan a los administrados, desde planes generales o sectoriales a aprobación de presupuestos y modificación de ordenanzas de todo tipo. Preocupante que se hable de ello como una carencia de “la práctica totalidad” de las instituciones locales.

Que no resten importancia a la asignatura en las próximas ofertas programáticas. La transparencia, como el pluralismo, se demuestra con hechos. Y tal como exige la política, sobre todo pensando en recuperar credibilidad, mucho más.

lunes, 12 de enero de 2015

ERTE EN EL LAGO

Algo ha estado ocurriendo en el complejo turístico ‘Costa Martiánez’ y ha trascendido ahora, a poco más de cien días de las próximas elecciones municipales, cuando los grupos de oposición -en una de sus escasas iniciativas conjuntas que, de haberse prodigado, hubieran hecho menos plácido el mandato al bipartito, al menos desde el ángulo de la fiscalización- han denunciado la aplicación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por parte de la empresa concesionaria de los servicios de bares y restauración. Los datos asustan: el ERTE reduciría al cincuenta por ciento la jornada laboral de 35 de los 48 empleados durante un período de veinte meses en los dos próximos años.
         Sería bueno conocer los actos del procedimiento administrativo seguido para operar los cambios en el modelo de gestión del complejo, sobre todo, qué órganos institucionales los adoptaron, si se partió de un concurso libre para la mejor defensa de los intereses municipales y si, convocado aquél o utilizada alguna otra figura de esas que los técnicos tienen a mano para situaciones que requieren de soluciones de emergencia, las decisiones son  consecuentes, no solo desde el punto de vista jurídico-administrativo sino también desde el ángulo político. Desde luego, hasta donde alcanza la memoria, los mismos grupos de oposición que ahora critican el ERTE no plantearon iniciativas para saber, a ciencia cierta, qué estaba fraguándose en el complejo sobre el que planeaba la alargada y no escondida sombra de la privatización. El gobierno local, mientras tanto, a lo suyo: cuanto menos se sepa, mejor. Si se da idea de normalidad en el funcionamiento, con inserciones publicitarias, estupendo.
         Independientemente de las circunstancias, los hechos dan a entender que estamos ante otra prueba del fracaso de una continuada política de privatizaciones o gestión indirecta de algunos servicios públicos. Otra demostración de que el sector privado ni es la panacea ni gestiona mejor. Lo que ocurre es que el complejo era el último bastión, la joya de la corona, con sus valores sentimentales e identitarios. Y era normal defenderlos de ciertas fiebres con todas las consecuencias. De ahí, nuestra postura de oposición frontal con la que logramos frenar en su día una voluntad política que estaba cantada. Si, como dice la oposición, la empresa concesionaria adeuda unos ochocientos mil euros a la Seguridad Social, hay que preguntar qué negocio ha hecho el Ayuntamiento con esta fórmula que desahoga un ERTE con la natural inestabilidad para los trabajadores. ¿Cuánto ha ingresado la administración local a partir de un supuesto canon o de un acuerdo sucedáneo supuestamente contratado?
         Lo que va de ayer a hoy: los récords y el prestigio de otrora dejan paso a imposibilidad manifiesta de gestionar con garantías los centros de producción. Y eso que se los dan hechos.  

         

viernes, 9 de enero de 2015

BANCA INDECENTE

Hay focos puestos sobre la actividad judicial en La Laguna. Si desde el punto de vista político y desde el propio funcionamiento del sistema es importante el que se aplica sobre el alcalde, Fernando Clavijo, no debe pasar inadvertido otro resuelto con una sentencia condenatoria a Bankia, que vendió varios productos de riesgo a una anciana invidente y sin estudios sin explicarle adecuadamente las características hasta acabar con sus ahorros de toda una vida.
La titular del Juzgado de Primera Instancia de La Laguna, Pilar Olmedo López, aprecia, en su resolución, vicios de consentimiento una vez comprobado que las transacciones fueron formalizadas sin prestar a la clienta la información adecuada para dar por válido este tipo de actos, según regula la normativa específica. La juez Olmedo declara la nulidad de los contratos suscritos y ordena la restitución de las prestaciones recíprocas, con expresa condena en costas a la parte demandada.
El caso es merecedor, desde luego, de una reflexión sobre la falta de escrúpulos, del capital o de la banca, que llega a extremos de comportarse con personas discapacitadas de la manera que ocurrió en La Laguna. Esa falta de humanismo no puede ser tan horrorosa. Las personas merecen un respeto y sus recursos, muchos o pocos, más todavía, sobre todo cuando los confías o depositas a una entidad bancaria.
De modo que la condena judicial tiene que ir acompañada de una reprobación en toda regla. Es una falta de ética, es una inmoralidad. Cabe preguntarse cuántos casos así más o de cuántos no nos hemos enterado, sencillamente, porque los afectados no tuvieron ni ánimo para pleitear después de haber sufrido este auténtico atraco a sus ahorros, con los que seguramente querría llegar a su vejez.
Mucho, desde luego, mucho tiene que hacer el sector, la banca, para recuperar credibilidad, para humanizar sus relaciones con tal de fidelizar su clientela o captarla. Que su lenguaje publicitario esté cargado durante los últimos tiempos de mensajes subliminales, muy en consonancia con los del poder político, se acepta como una estrategia más de expansión y de vanguardismo. Pero si hablan de cercanía, de proximidad o de confianza, que tengan la decencia de no engañar de mala forma como ha ocurrido con esa pobre ciudadana lagunera, a la que, menos mal, la justicia ha reparado.

jueves, 8 de enero de 2015

EL FANATISMO CERRIL

No se puede ser insensible a la matanza de París. El fanatismo cerril no entiende de libertades. El fundamentalismo aniquila desde sus propias vísceras porque lo inspira la venganza, el odio, el radicalismo violento... Todo da a entender que el modelo de integración va camino del fracaso, si no ha fracasado ya. El suceso, que es todo un acto terrorista, agravará las circunstancias sociales y políticas que concurren en el país galo. Los demás países de la vieja Europa quedan alertados: por ahora, la seguridad se impone, inevitablemente, a la libertad, principalmente con restricciones a los flujos de inmigración, sobre todo, la musulmana.
En ese marco, es difícil hablar de alternativa. Quienes lo sugirieron, en forma de Alianza de Civilizaciones, fueron criticados o incomprendidos. En Francia, y en el resto del mundo, se ven amenazados -volvemos a los extraordinarios dispositivos de seguridad- y las sociedades acentuarán su temor y sus reivindicaciones.  Si ha fracasado la integración, será difícil que triunfe la asimilación o algo parecido. 
Porque el fanatismo cerril no entiende de libertades, máxime cuando asesina en nombre de Alá. Eso es un peligro público: he ahí el problema, máxime si se prueba que la acción está sustentada en una trama terrorista.

miércoles, 7 de enero de 2015

DESIGUALDADES EDUCATIVAS

Los Presupuestos Generales del Estado para el presente ejercicio en materia educativa significan, según fuentes de la consejería del ramo del Gobierno de Canarias, la consagración de la desigualdad de oportunidades. Hay dos datos sobre los que sustanciar tal aseveración: por un lado, una dotación por habitante que es noventa y ocho euros inferior a la media establecida para las comunidades autónomas españolas; y por otro, para que Canarias pudiera alcanzar la financiación media nacional en el ámbito educativo debería recibir una transferencia presupuestaria de doscientos cuarenta millones de euros.
O sea, que se agota la legislatura y las restricciones siguen preponderando. Cuando las sufren la educación, hay motivos sobrados para preocuparse. El ejecutivo autonómico, hay que reconocerlo, ha hecho un esfuerzo considerable en defensa de un modelo público de calidad: en dirección contraria a los recortes del Gobierno de la nación, ha ido incrementando los recursos presupuestarios para dar una respuesta consecuente con la demanda educativa.
Donde se nota de verdad la reducción de asignaciones presupuestarias es en los Programas de Cooperación Territorial. Este otro registro es revelador: en el año 2011, en el último gobierno socialista, esta partida específica para Canarias ascendía a sesenta y siete millones y medio de euros. Las rebajas aplicadas en los sucesivos ejercicios presupuestarios han concluido con que para 2015 no existan consignaciones con carácter territorial.
El ministro Wert hace tiempo que se retiró del primer plano, tras sufrir en público severos desplantes. Con las restricciones producidas en Canarias tampoco cosechará aplausos, desde luego. Las desigualdades son notorias.



martes, 6 de enero de 2015

CAUTELA FRENTE AL TRIUNFALISMO

Uno es de los que piensa que la estrategia de comunicación del Partido Popular no puede estar reducida a los simplismos del y tú más; donde las dan las toman; demos de la propia medicina; si allí argumentan blanco, digamos negro y hay que dar la vuelta a las cosas, pase lo que pase. Que no haya autocrítica, puede entenderse (¿Cuándo la hizo la derecha?). Que hay situaciones difíciles de justificar, también. Pero que todo se solvente con el espíritu de lo contrario y cuanto peor, mejor, parece poco propio de partido gubernamental.
Máxime cuando se trata de un problema de las dimensiones del desempleo. Hay tanta carga humana que cuesta aceptar que se instrumentalice sin reparar en gastos, confirmando que en política todo vale. Acaba de suceder con los recientes registros del paro y de cotizaciones a la Seguridad Social dados a conocer en vísperas de la Epifanía. Nos alegramos todos del descenso y del cambio de tendencia, de verdad. Hasta se pudiera aceptar alguna interpretación favorable. Pero de ahí a sacar pecho...
Lo hizo el Partido Popular reproduciendo una fotografía del entonces candidato Rajoy, posando en el exterior de una oficina del INEM con la leyenda "Con Rajoy bajará el paro". Está muy necesitado de verdades el PP y ésta es una de las que se apresura a proclamar. Porque le favorecen los datos, claro. Pero, ¿qué sucederá si se invierte la tendencia? ¿Y si vuelven las cifras negativas? ¿Se esconderán los ministros? ¿Tendrán que salir a la palestra los segundos espadas?
No es un problema de táctica manejada a conveniencia. Es una cuestión estructural que requiere de soluciones. Y con mucho de humanismo en sus entretelas, hasta el punto de que cualquier declaración sobre el particular puede herir sensibilidades. Luego, conviene administrar con cautela y realismo esos registros periódicos. Sobre todo, cuando se profundiza en las circunstancias que caracterizan un crecimiento para que se contraste que no es positivo todo lo que reluce.
Y es que el triunfalismo, cuando son tantos los que siguen pendientes de encontrar un puesto de trabajo, duele una enormidad. Ya solo queda escuchar a algún empresario decir "y ahora, que rebajen los sueldos y misión cumplida".


lunes, 5 de enero de 2015

OPERADORES DE CONTROL RADIOFÓNICO

Estaban al otro lado del estudio. De la pecera, según se decía en el argot. Tenían sus turnos. Y eran estrictos. Y es que la puntualidad en la emisión, en todos los órdenes, dependía de ellos. Trabajaban en solitario o atendían por parejas, según la capacidad de los estudios o la operabilidad de éstos, principalmente para grabar. A menudo, por exigencias o por circunstancias, atendían los dos frentes a la vez. Encima, controlaban el horario de la emisión publicitaria. Y el teléfono. Atendían las visitas. Y firmaban las entregas de los encargos.

Los operadores de control eran los anónimos de la radio. Les conocía muy poca gente. Todo lo más, sus nombres, que los locutores, relatores o conductores mencionaban de vez en cuando, siquiera para hacerles alguna indicación, en directo si fuera menester. Los operadores iban acumulando destreza a medida que la radio crecía o iba incorporando nuevas fórmulas, nuevas voces, nuevos esquemas de realización. Era un aprendizaje permanente el suyo: sabían que un fallo suyo podía echar a perder todo un programa o toda una transmisión. Por lo tanto, hablamos de un celo permanente, de personas que debían estar concentradas para su mejor ejecución profesional.

Los operadores debían estar al tanto de las novedades musicales. Algunos se especializaban y distinguían perfectamente los instrumentales y las bandas sonoras cinematográficas. Escuchaban atentamente para seleccionar fragmentos que luego utilizaban en grabaciones de cuñas musicales, por ejemplo, o para seleccionar sintonías de programas. También servían para ráfagas o cortinas musicales separadoras. Los más esmerados llegaban a hacer mezclas y fusiones de resultados envidiables, a veces irrepetibles si no se grababan. Posiblemente, fueron los primeros musicalizadores.

El gran reto era los programas en directo, especialmente los deportivos. Los preliminares de las transmisiones de convirtieron en un sufrido preparatorio, simplemente para acceder, mediante la mesa de pruebas, a la conexión con la línea microfónica previamente solicitada a la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE). Las calidades de la señal eran muy variables. Dependían del equipo de transmisión, el célebre ITAME o los de fabricación casera, de los dos o de los cuatro hilos, del retorno o del sin retorno. Ya avanzados los años ochenta, los primeros avances tecnológicos propiciaron la introducción de inalámbricos o de emisores autónomos, muy aptos para acontecimientos que se desarrollaban en distintos puntos, y que sorteban los canales convencionales. Ahí siempre llevó la delantera, con más recursos materiales y técnicos, Radio Nacional de España, en Canarias el Centro Emisor del Atlántico.

Los operadores de control abrían y cerraban las emisoras. Tenían las llaves, pues. Algunos preparaban con antelación las programaciones del día, con sus horarios, por supuesto. Las conocían de memoria. Su intervención era determinante cuando había programas en cadena y en directo en los que era factible desconectar para dar paso a publicidad o información local, ofrecida esta telefónicamente desde algún recinto deportivo de la capital o del interior (Tiempo de juego, en la COPE, fue, en ese sentido, un admirable ejemplo de realización radiofónica). Radio Juventud, luego Radio Cadena Española, tambien hizo realizaciones similares. Hasta que los aires vanguardistas de Radio Club Tenerife (SER) soplaron hacia coberturas más amplias.

Las grabaciones requerían de oficio y buen hacer. Les gustaba que salieran a la primera pero si se producía alguna imperfección, en seguida volvían a intentarlo. Trabajaron durante muchos años con magnetoscopios y aparatos de reproducción que también requerían de destreza, sobre todo, para que no se averiasen. Cuando alguno se trababa o cuando la aguja del disco no superaba el surco, la mano del operador era decisiva.

No les gustaba mucho (para no distraerse, seguro) hacer tareas al margen de su cometido, como tomar los primeros datos de un accidente, de una esquela o de una información, de un nombre o de un simple número telefónico. El ejercicio se hizo a veces tan rutinario o tan mecanicista que, en ciertas ocasiones, rompía todos los esquemas. Como ocurrió aquella vez en COPE Tenerife, cuando un operador daba paso a un corresponsal en La Palma. “Cuenta cinco y adelante”, le indicaba. No entraba. No se escuchaba nada. Así, hasta tres veces. Cuando ya con evidente malestar le preguntó si no le oía, por qué no hablaba, fue replicado: “¿Cómo que cinco y adelante si esta es la fábrica de piensos?”. Evidentemente, el operador había repetido la marcación telefónica de manera equivocada.


Seguro que anécdotas como ésta hay muchas, más o menos graciosas, más o menos trascendentes o que hayan repercutido en los resultados del trabajo. Pero lo cierto es que el papel de los operadores de control en las emisoras de radio ha sido sobresaliente. Sin que se notara.  

sábado, 3 de enero de 2015

ESPACIOS URBANOS DONDE JUGAR

Había que jugar donde fuese. Cualquier lugar era bueno, más o menos largo, más o menos estrecho. Dos piedras como porterías. Claro: un solo campo de fútbol, El Peñón; sin más canchas, sin polideportivos. Y había que dar rienda suelta a la afición, a la ilusión, al triunfo efímero, aunque los partidos fuesen a doce goles. Entonces se jugaba allí, en espacios urbanos públicos, en calles, solares o descampados. Con ganas, con lágrimas incluso por quedarse fuera, con propensión a romper calzado o los pimeros pantalones largos. Se jugaba en horarios nada reglados, casi siempre a la salida del colegio. O al mediodía de los sábados. Hasta las tantas, hasta que se hacía de noche...

     Fútbol de niños y de adolescentes. Juegos en la calle, donde se respirase tierra o donde una caída mal calculada era, cuando menos, un rasguño seguro. Y además, el temor de que aparecieran los guardias -¡los celadores!, gritábamos al divisarles- para interrumpir el apasionante partido. Cuando llegaban a pie o en motocicleta, ya entrados los años sesenta, coger la pelota o el balón y pies en polvorosa. Había que huir, había que sortear su aparición, corriendo por calles o fincas poco frecuentadas, introduciéndose en zaguanes y casas y aguardar que siguieran otro rumbo. Evitar la pérdida del balón, la reprimenda de la autoridad y hasta la familiar: ese era el objetivo. Puede que la pena máxima, en algunos casos, fuera la imposición de una sanción.

     Ahora, en la España del siglo XXI, hacer eso mismo está penalizado. Entre cien y seiscientos euros. Hay más lugares donde jugar, cierto; pero molestar, impedir el paso, poner en riesgo la integridad física, un balonazo, allí donde no esté autorizado, cuesta la citada cantidad con arreglo a una ley que llaman 'mordaza'. En efecto, tiene rango legal la cosa.

     En aquel Puerto que despertaba al turismo, donde el deporte tenía el déficit de las infraestructuras, las calles o los solares eran la alternativa. Espacios urbanos donde jugar, donde crecer, émulos de figuras legendarias, de ídolos locales, donde soñar con llegar un día a jugar en El Peñón o en aquel tan lejano para muchos de nosotros como era el 'Heliodoro'.

     Recordemos la Cruz del Pino, camino de piedras anchas que desembocaba en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, cuyas parejas pasaban, por cierto, y nadie interrumpía nada. Un poco más arriba, los vecinos promovieron el tratamiento con cemento de la prolongación de la calle Pérez Zamora y allí jugaron los niños y jóvenes de la zona, principalmente los domingos por la mañana. Se llamaba “La pista”. El estrecho tramo de la calle Mequinez comprendido entre Perdomo y Pérez Zamora, junto a “La piedra pómez” convertida en garaje vigilado, y al que pomposamente denominaron sobre la pared del garaje de transportes de Hernández Hermanos, estadio “Los Burros”, donde apoyarse en la pared para un autopase era todo un recurso técnico. La calle Lomo, hasta que empezó a circular la guagua que venía de Punta Brava. En Puerto Viejo, antes de San Borondón, hubo también canchas de tierra donde las tardes cortas de invierno alternaban los más pequeños con los mayores.

     El campo más céntrico era el espacio de la plaza del Charco, donde se concentraban decenas de personas para seguir los partidos de chicos y donde las porterías eran los postes cilíndricos de los aros de baloncesto. La lluvia encharcaba, vaya que sí, y entonces valían los remiendos de arena traída del muelle. Hasta por la noche se jugaba en aquella cancha que vio crecer a excelentes jugadores de Puerto Cruz. Cuando instalaban los cochitos de feria y otras atracciones, había que buscar otros sitios. La plaza de la Iglesia, por ejemplo, junto a los accesos laterales de  la Peña de Francia, válidos también para juegos como el brylé o el pañuelo, practicados con las chicas al salir de los colegios cercanos. Muy cerca quedaban las plataformas de El Penitente, no importaba su forma poligonal o su cercanía al borde del antiguo embarcadero. Allí supimos lo que eran las pelotas de badana o de trapo, envueltas en una media de mujer.

     Cuando los grandes 'ocupaban' El Penitente, descubrimos El Lomito, también llamado El Pilongo. La expansión de Martiánez en búsqueda de una conexión con el centro urbano posibilitó durante meses terrenos de tierra a los que llegamos a añadir unas rudimentarias porterías de palo. Muy cerca, en  casa que era de su propiedad, estaba “el césped” de 'Pique' Fernández, donde se fraguó el célebre Tim Playa en inolvidables tardes de sábado. Allí supimos lo que era el 'recogepelotas', a la espera de una oportunidad.

     Y tres espacios más que durante años fueron utilizados como campos de fútbol. Cuando hicieron los movimientos de tierras de los polígonos, surgió el solar donde hoy se ubica la abandonada estación de guaguas. Cuando TITSA fue colocando allí su flota, activa y la de desgüace, la cancha se fue reduciendo hasta desaparecer.
     Entonces los usuarios se fueron al descampado donde fue construido el hotel El Tope. Allí, los sábados por la tarde, se jugaba sin reserva, algunos pensando en el reparador baño en San Telmo.

     Y el tercer solar al que aludimos fue el resultante de otros movimientos de tierra, en la entonces conocida como “La marea”, donde quedaron sepultados el Charco Cha Paula, la Restinga y el matadero. Estamos en la trasera de Mequinez:  alli surgió el campo 'Ramón Torres', el nombre de un personaje local muy popular que presumía de tocar la armónica -a la que llamaba machete- y al que concedían el honor, por cierto, de arbitrar los encuentros. Con el paso de los años, ampliaron y habilitaron los terrenos para su homologación.

     Allí, en todos esos espacios, se jugaba. Y seguro que en otros que no conocimos, allí también quedó una parte de la pequeña historia del fútbol portuense.



    

    

    


     

viernes, 2 de enero de 2015

jueves, 1 de enero de 2015

1 DE ENERO

Hay coches que circulan con volumen musical elevado. Grupos de jóvenes con atuendos de fiesta caminan en busca de desayunos reparadores o de taxis que no encuentran. Otros esperan pacientemente ser atendidos en la farmacia de guardia.  Los operarios de los servicios de limpieza inician su trabajo sabedores de lo que les espera. Huele a orines en esquinas y rincones. Abren sus puertas las cafeterías que las cerraron no mucho más allá de la medianoche. El sol busca camino mientras clarea. El mar puede aguardar. A lo lejos se percibe el sonido de un transistor. Algún despistado espera la apertura de quioscos pero hoy no hay periódicos. En la primera misa del año no están los habituales. Hay felicitaciones repartidas entre besos y apretones de manos. Los deseos de salud y bienestar se multiplican. El concierto televisado empieza puntualmente…

Entonces, es 1 de enero, sin duda.