jueves, 8 de enero de 2015

EL FANATISMO CERRIL

No se puede ser insensible a la matanza de París. El fanatismo cerril no entiende de libertades. El fundamentalismo aniquila desde sus propias vísceras porque lo inspira la venganza, el odio, el radicalismo violento... Todo da a entender que el modelo de integración va camino del fracaso, si no ha fracasado ya. El suceso, que es todo un acto terrorista, agravará las circunstancias sociales y políticas que concurren en el país galo. Los demás países de la vieja Europa quedan alertados: por ahora, la seguridad se impone, inevitablemente, a la libertad, principalmente con restricciones a los flujos de inmigración, sobre todo, la musulmana.
En ese marco, es difícil hablar de alternativa. Quienes lo sugirieron, en forma de Alianza de Civilizaciones, fueron criticados o incomprendidos. En Francia, y en el resto del mundo, se ven amenazados -volvemos a los extraordinarios dispositivos de seguridad- y las sociedades acentuarán su temor y sus reivindicaciones.  Si ha fracasado la integración, será difícil que triunfe la asimilación o algo parecido. 
Porque el fanatismo cerril no entiende de libertades, máxime cuando asesina en nombre de Alá. Eso es un peligro público: he ahí el problema, máxime si se prueba que la acción está sustentada en una trama terrorista.

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