Pero,
vamos a ver:
¿No
se había dicho que la causa del aplazamiento de Mueca era no hacerla
coincidir con campañas electorales y “preservar su independencia”?
¿No
estaban convenidas unas nuevas fechas, ya en septiembre próximo, no
importara su proximidad con un carnaval de verano?
¿No
tuvo que dar explicaciones públicas la concejala-delegada de
turismo, para constatar la descoordinación, en el sentido de que su
área no tenía nada que ver con la cancelación?
¿Por
qué no fueron tenidos en cuenta los informes técnicos previos cuya
trascendencia mediática revela, cuando menos, claras disfunciones?
Pues
llegó 'don' Cabildo y mandó a seguir. O sea, que independencia
sí, pero menos, pues las pruebas del intervencionismo saltan a la
vista. “A petición del Ayuntamiento portuense”, se dice en una
nota informativa. La complicidad llegó por otra vía.
Habrán
salvado 'in extremis' la decimoséptima edición, que se celebrará
en las fechas inicialmente previstas, del 9 al 12 de mayo próximos,
y puede que los daños sean menos pero ha quedado una imagen próxima
al desbarajuste, entre desencuentros, recelos, inhibiciones y
unilateralidades.
Se
dirá que lo importante es que se haga y por lo tanto, hay que
congratularse. Pero es difícil concentrar más incongruencias y
contradicciones.
Un
poco más de seriedad no vendría nada mal. El evento bien que lo
merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario