miércoles, 10 de abril de 2019

EN CAMPAÑA, YA


Bien, pues la última entrega del Centro de Iniciativas Sociológicas (CIS) casi pone punto final a la precampaña electoral. Encuesta, que algo agita. Aunque no difiera mucho de las elaboradas por firmas privadas para medios y organizaciones, lo cierto es que, como otras veces, se lleva la peor parte. Pero ya saben nuestra posición: tratándose consultas demoscópicas, todo es relativo. Hay algunas tendencias bastante claras: dejémoslo ahí.
Lo cierto es que a las cero horas del viernes, de pasado mañana, ya estarán pegando carteles o encendiendo paneles luminosos y tableros, alfa y omega de las campañas electorales. Entonces, con métodos y recursos artesanales, con recluta de voluntarios para cubrir los barrios y los distritos que no solo utilizaban los paneles dispuestos por la administración local sino que buscaban rincones, paredes y espacios visibles. Ah!, eran otros tiempos. Más entusiasmo, más ilusión, mayor motivación y hasta más respeto, aún cuando, muy excepcionalmente, se colara algún aprovechamiento o alguna infracción intrascendente.
Ahora, ya saben, no solo abunda la innovación y sofisticación de recursos, todo más tecnificado. Los voluntarios, salvo excepciones, muy contadas, han cedido sus puestos a operarios pagados por las organizaciones en liza que cumplen con lo suyo, pero no aportan el entusiasmo y hasta la algarabía que lucían en 1979 y años sucesivos. Campaña, sí: pero a ver quién dispone del soporte más original. Ahora no mola empapelar paredes, puertas, garajes y fachadas de solares: se trata de ver cuál es el emplazamiento más lucido y más llamativo, sobre todo si está sustentado técnicamente.
Pero, bueno, durante un par de semanas habrá tiempo para más encuestas, para más declaraciones altisonantes, para muchos pronósticos, no pocos mensajes y para más valoraciones hasta que empiece el escrutinio y las tilas circulen sin cesar. Si la campaña va a discurrir como las semanas previas, preparémonos para una ristra de lindezas y exabruptos, de titulares llamativos, de adjetivos y descalificaciones, de reclamos -unos más originales que otros- y de algunas, pocas, propuestas programáticas cuya explicación hay que despachar cuanta más breve mejor.
Porque hemos visto y escuchado de todo, casi sin otra alegría que el incremento de afiliados medios a la Seguridad Social el pasado mes de marzo. Es posible que nunca antes durante la precampaña hubiera tantas barbaridades dialécticas. Algunos, como que no midieron el alcance y los significados; y otros, menos experimentados, sacaron a pasear los dislates y hasta la ignorancia. Mediocridad en marcha, se ha dicho. Nervios, dimes y diretes reflejan estados de ánimo.
Mientras, algo tan serio como el espionaje a una organización que concurre, hasta en el domicilio personal de su candidato a la presidencia, con cámaras de seguridad pirateadas, un espionaje sin escrúpulos, sigue pasando bastante inadvertido.
A ver…  

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